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Document 52009AE1937

    Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la «Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones — Una nueva asociación para la modernización de las universidades: el Foro de la UE para el diálogo entre las universidades y las empresas» [COM(2009) 158 final]

    DO C 255 de 22.9.2010, p. 66–71 (BG, ES, CS, DA, DE, ET, EL, EN, FR, IT, LV, LT, HU, MT, NL, PL, PT, RO, SK, SL, FI, SV)

    22.9.2010   

    ES

    Diario Oficial de la Unión Europea

    C 255/66


    Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la «Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones — Una nueva asociación para la modernización de las universidades: el Foro de la UE para el diálogo entre las universidades y las empresas»

    [COM(2009) 158 final]

    (2010/C 255/12)

    Ponente: Brendan BURNS

    El 2 de abril de 2009, de conformidad con el artículo 262 del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea, la Comisión decidió consultar al Comité Económico y Social Europeo sobre la

    «Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones – Una nueva asociación para la modernización de las universidades: el Foro de la UE para el diálogo entre las universidades y las empresas»

    COM(2009) 158 final.

    La Sección Especializada de Empleo, Asuntos Sociales y Ciudadanía, encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el 15 de octubre de 2009 (ponente: Brendan Burns).

    En su 458o Pleno de los días 16 y 17 de diciembre de 2009 (sesión del 17 de diciembre de 2009), el Comité Económico y Social Europeo ha aprobado por 60 votos a favor, 12 en contra y 11 abstenciones el presente Dictamen.

    1.   Recomendaciones

    1.1   El CESE considera que el uso del término «universidad» aplicado a todos los centros de enseñanza superior, cualquiera que sea su estatus y denominación en los Estados miembros, se presta a confusión. Si lo que se desea es favorecer las asociaciones entre centros de enseñanza superior y empresas, lo que convendría sería más bien diferenciar con claridad las disciplinas en las que es adecuada esta asociación y dejar que ambas partes decidan en absoluta libertad el carácter mutuamente ventajoso o no de esa relación de asociación. Esta es la razón por la que el CESE propone que se utilice el término «centros de enseñanza superior», de carácter más general, y que por consiguiente se utilice también en la denominación del Foro.

    1.2   La Comunicación de la Comisión Europea, así como el Foro de la UE para el diálogo entre las universidades o los centros de enseñanza superior y las empresas deberían limitar inicialmente su colaboración a una cooperación y una actividad bien dirigidas, que es necesario analizar correctamente de antemano, especialmente en el contexto de la crisis actual, que no permite saber con certeza si las empresas tendrán la posibilidad de invertir directamente en los futuros licenciados (con una visión a más largo plazo). El Foro debería servir para formular el interés general a largo plazo en los ámbitos de la educación y de la evolución del mercado laboral.

    1.3   La consulta de los interlocutores sociales y representantes de la sociedad civil es a este respecto deseable. La colaboración con las empresas y la creación del Foro debe ser eficaz, y no convertirse en un mecanismo sin otro valor que el de recaudar más dinero para las actuales actividades universitarias; este proceso de colaboración y de creación del Foro no debe convertirse tampoco en un medio que permita a las empresas «dominar» a los centros de enseñanza superior.

    1.4   El CESE recomienda que la colaboración entre universidad y empresa se haga en condiciones de mayor igualdad, de modo que ambas se conviertan en «motores» de cambio y realicen aportaciones valiosas, y puedan reconocer sus distintos objetivos y misiones sociales y al mismo tiempo determinar y aprovechar temas y puntos de convergencia que permitan una colaboración (1).

    1.5   Aprendizaje permanente: es necesario realizar estudios empíricos que permitan determinar con claridad qué tareas se llevan a cabo en las empresas y sus resultados concretos antes de que el Foro formule objetivos de educación y formación profesional.

    1.6   La empresa ha de asumir la responsabilidad de definir objetivos con respecto a lo que se hace o es necesario hacer en el trabajo y teniendo en cuenta las necesidades de formación de los empleados a lo largo de toda su vida.

    1.7   El acceso a los programas de aprendizaje permanente no debe depender únicamente del expediente académico anterior o de la obtención de cualificaciones específicas. El aprendizaje permanente debe ajustarse a las necesidades prácticas del trabajador y su entorno de trabajo, y la formación en el lugar de trabajo debe organizarse para obtener resultados. La obtención de cualificaciones no debe ser el objetivo principal del aprendizaje permanente.

    1.8   En la empresa no hay nada que sustituya a la experiencia práctica. Por lo tanto, el Foro debería incluir propuestas que especifiquen de qué forma los académicos pueden adquirir experiencia práctica en empresas grandes y pequeñas. Existen ya numerosas experiencias en este ámbito y conviene analizar los ejemplos de buenas prácticas.

    1.9   Es preciso animar a las PYME y a las microempresas a participar más en el Foro.

    1.10   Hay que utilizar una definición más práctica de PYME para el trabajo del Foro. Nosotros proponemos lo siguiente:

    Tipo de empresa

    Número de empleados

    De tamaño medio

    <100

    Pequeña

    <20

    Microempresa

    <5

    2.   Contexto

    2.1   La educación y la formación se consideran un factor crucial para alcanzar los objetivos de la Estrategia de Lisboa. Para que la sociedad europea pueda sobrevivir y competir en la nueva economía global, los ciudadanos han de ser más emprendedores. Para alcanzar este objetivo es necesario actuar en el ámbito de la modernización de los sistemas educativos europeos, y la universidad y las empresas deben reconocerse como motores esenciales de este proceso.

    2.2   Ya existen asociaciones entre grandes multinacionales y universidades, centros de investigación y empresas. Las Iniciativas Tecnológicas Conjuntas, las Plataformas Tecnológicas Europeas, los Clusters de Excelencia y el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología, de reciente creación, son buenos ejemplos de nuevas formas de colaboración y asociación. Por desgracia, no existen relaciones similares que se hayan desarrollado lo suficiente entre los centros de enseñanza superior y las microempresas y PYME.

    2.3   Hacen falta nuevas líneas de investigación para mejorar el conocimiento del mundo cambiante de la educación superior y el papel que desempeñan los académicos. Aunque la universidad tiene adjudicado un papel fundamental en la construcción de la «sociedad del conocimiento» europea, estudios recientes demuestran que, al tiempo que aumentan las expectativas creadas en relación con las universidades, éstas afrontan presiones difíciles de manejar: se espera de ellas que realicen más investigaciones y que sean competitivas y rentables y que a la vez sean capaces de enseñar a un mayor número de alumnos de modo más personalizado y manteniendo un elevado nivel académico. De este modo se difumina el perfil de su misión y la universidad corre el riesgo de perder su importancia en la creación y divulgación de conocimientos (2).

    2.4   En la Comunicación de mayo de 2006 (3) sobre la modernización de la educación superior se señalaba que la empresa podía contribuir en tres aspectos:

    Gobernanza: podrían aplicarse los modelos de gestión de empresa a las universidades.

    Financiación: las empresas pueden contribuir al respaldo financiero tanto de la educación como de la investigación.

    Planes de estudio: los estudiantes deben recibir un tipo de educación que les prepare para su futura vida laboral. Las empresas deben participar en ese proceso y han de ofrecer el tipo de prácticas que ayuden a los estudiantes a realizar la transición entre el estudio y el trabajo. Además, debe alentarse a las empresas a que permitan que su personal participe en cursos de formación permanente y actualice sus capacidades a lo largo de toda su carrera profesional.

    2.5   En 2008, la Comisión creó el Foro para fomentar la cooperación entre las universidades y las empresas con el fin de ayudar a las primeras a que sean «capaces de responder mejor y más rápidamente a las demandas del mercado y de establecer asociaciones que aprovechen el conocimiento científico y tecnológico».

    2.6   Los participantes en el Foro eran instituciones de educación superior, empresas, asociaciones empresariales, intermediarios y organismos públicos. Su misión era favorecer el intercambio de buenas prácticas, el debate sobre problemas comunes y la colaboración entre los participantes para encontrar posibles soluciones.

    3.   Síntesis de la propuesta de la Comisión

    3.1   La Comisión reconoce la necesidad de mejorar la cooperación entre la universidad y la empresa. Por lo tanto, hay que adoptar medidas para ayudar a los Estados miembros a modernizar sus sistemas de educación superior.

    3.2   El objetivo de la Comunicación objeto de examen es el siguiente:

    Hacer balance de las lecciones aprendidas durante el primer año de existencia del Foro, así como a través de otras actividades pertinentes a nivel europeo relativas a los desafíos y las barreras para la cooperación entre la universidad y la empresa. Un documento de trabajo de los servicios de la Comisión presenta más ampliamente este aspecto del trabajo.

    Presentar propuestas relativas al trabajo del Foro en un futuro inmediato.

    Establecer acciones de seguimiento concretas con objeto de reforzar la cooperación entre las universidades y las empresas.

    3.3   Las principales conclusiones del informe que afectarán al trabajo del Foro son las siguientes:

    El desarrollo de una cultura empresarial en las universidades requiere profundos cambios en la gobernanza y el liderazgo de las universidades.

    La educación del espíritu empresarial debe ser global y estar abierta a todos los estudiantes interesados, en todas las disciplinas académicas.

    Las universidades deberían implicar a empresarios y otros profesionales del mundo empresarial en la enseñanza del espíritu empresarial.

    Los catedráticos y los profesores deberían poder adquirir formación en la enseñanza del espíritu empresarial y experiencia en empresas reales.

    Las universidades y los organismos públicos de investigación deberían disponer de una clara estrategia a largo plazo para la gestión de los Derechos de Propiedad Intelectual.

    Es preciso abordar los desafíos específicos a que se enfrentan las PYME que desean asociarse con las universidades.

    El aprendizaje permanente debe integrarse completamente en los objetivos y las estrategias de las universidades.

    Ha de valorarse y reconocerse la actualización o modernización de las capacidades en el mercado laboral y entre los empresarios.

    El aprendizaje permanente debe desarrollarse en asociación con las empresas; las universidades por sí solas no pueden diseñar los cursos e impartir la enseñanza.

    Las condiciones de los marcos nacionales y regionales deben proporcionar un entorno favorable para que las universidades se comprometan a cooperar con las empresas.

    La cooperación entre universidad y empresa debe estar integrada en las estrategias institucionales; el liderazgo y la gestión eficaz de los recursos humanos son cruciales para su ejecución.

    3.4   Para facilitar el debate sobre los objetivos señalados, la Comisión tiene pensado dotar al Foro de la UE para el diálogo entre las universidades y las empresas de una estructura reforzada de sesiones plenarias y seminarios temáticos. Se recomienda tener presencia en Internet. Además se tratará de instar a participar a las autoridades nacionales y regionales y a colaboradores de países extracomunitarios.

    3.5   De acuerdo con las conclusiones del Foro, la Comisión tiene la intención de explorar la creación de nuevas formas de asociación estructurada entre universidades y empresas, fundamentalmente PYME, y analizar el modo de apoyar estas asociaciones a través de programas comunitarios. La Comisión también investigará si es posible extender el diálogo a otros sectores de educación y formación.

    4.   Observaciones generales/Comentarios del CESE

    4.1   El CESE acoge con satisfacción los esfuerzos de la Comisión Europea por mejorar las relaciones entre los centros de enseñanza superior y las empresas. No obstante, el CESE ve con preocupación que la Comunicación haga poco más que confirmar las críticas que se han detallado en documentos anteriores para llegar a las mismas conclusiones: «tenemos un problema y hay que hacer algo al respecto». Asimismo, el Comité considera preocupante el hecho de que cuando la Comunicación de la Comisión propone medidas para mejorar la cooperación entre los centros de enseñanza superior y las empresas, lo hace a través de un planteamiento unilateral, por ejemplo, «las universidades deberían adoptar las estructuras de gestión de las empresas, facilitar la participación directa de los profesionales e incorporar la educación del espíritu empresarial» (véase el punto 3.3.).

    4.2   Al CESE le preocupa que la Comunicación tenga un enfoque demasiado académico y sus recomendaciones son excesivamente vagas y susceptibles de interpretaciones diversas. El uso del término «universidades» para cualquier institución de educación superior, cualesquiera que sean su nombre y condición en los diferentes Estados miembros, se presta a confusión. Diferentes instituciones de educación superior ofrecen diferentes servicios a las empresas. Por lo tanto, las instituciones especializadas en la formación basada en competencias ofrecen productos diferentes que las instituciones que organizan cursos basados en el conocimiento. Por ejemplo, la función primaria de las universidades clásicas en las que dominan las ciencias humanas y sociales, así como la investigación fundamental, consiste en producir conocimientos y mantener la continuidad cultural.

    4.3   La mayoría de los empresarios entiende la división tradicional entre las universidades y otras formas de enseñanza complementaria. Esperan que las universidades eduquen a sus alumnos para que se gradúen con un conocimiento profundo en su especialidad. Consideran que las licenciaturas son más un indicador de potencial que un testimonio de competencia, mientras que creen que las cualificaciones de educación superior y las cualificaciones de formación profesional indican competencia en la realización de trabajos. Ni la Comunicación objeto de examen ni el documento de trabajo de los servicios de la Comisión contribuyen a aclarar ninguno de estos puntos.

    4.4   El CESE es consciente de los problemas que genera lo que se conoce como «corporatización» de las universidades. El Comité considera que en Europa no funcionará la importación directa de procesos y procedimientos educativos de Estados Unidos. La universidad europea ha de encontrar nuevas formas de relacionarse con la empresa y de mejorar los servicios, cualificaciones y productos que ofrecen, sin que ello perjudique a su capacidad en materia de investigación fundamental, que es indispensable para la supervivencia de la Unión en el marco de la competencia mundial.

    4.5   En el ambiente económico actual, todos los centros europeos de enseñanza superior deben mejorar su «orientación al cliente» y ser más conscientes del beneficio que aportan a la sociedad en relación con su coste. El Foro universidad-empresa podría convertirse en el socio ideal para ayudar a los centros de enseñanza superior en esta nueva función. No obstante, conviene definir el concepto de «cliente», tanto en interés general como en el de todos los empresarios y estudiantes

    4.6   Estos cambios de prioridades tendrán consecuencias financieras para las universidades. Un factor crucial que es necesario estudiar muy bien es hasta qué punto debe el mercado determinar las prioridades académicas. La consecuencia del afán exclusivo por la competitividad y la orientación empresarial como criterios absolutos, entre otros, podría ser la limitación de los planes de estudios y los campos de investigación. Esta tendencia tiene su reflejo en el declive de las disciplinas clásicas que se observa en todo el mundo. Este proceso (4) no se limita a las humanidades, sino que afecta también a disciplinas científicas clásicas, como la física, la química y las matemáticas, así como a la economía y otras ciencias sociales.

    4.7   En la Comunicación, la Comisión señala que el principal objetivo de toda recomendación ha de ser que las universidades europeas lleguen a ser «los principales motores de la ambición europea de convertirse en la economía y la sociedad del conocimiento más avanzadas a nivel mundial». Si bien esto puede parecer un objetivo muy loable, es preocupante que solo se señale como «motor» a las universidades. El CESE preferiría que se diera una asociación en pie de igualdad entre la empresa y la universidad, donde ambas reconozcan sus propias fortalezas y debilidades y ambas sean por igual motores del cambio. Las empresas han de aportar experiencia práctica y conocimiento del mercado y las universidades apoyo y contenido intelectual. No obstante, el CESE recuerda que el «motor» de esta ambición europea es también el resultado de muchos otros factores, y no sólo de las empresas y de los centros de enseñanza superior. Conviene reconocer esta ambición en toda una serie de políticas de la UE y los Estados miembros y, en particular, en el apoyo de la sociedad a la educación y a la lucha contra el paro.

    4.8   El CESE reconoce la necesidad de que las enseñanzas se correspondan con la empleabilidad y las referencias del documento de trabajo a los «resultados» (5.2/5.2.3/5.5.5), aunque sigue pensando que éste no puede ser el único papel de la universidad. Sin embargo, es motivo de preocupación cómo se definirán estos resultados, quién los definirá y cómo encajará la educación y formación profesional y sus cualificaciones en la organización definitiva de la formación universitaria y profesional. El CESE estima que la definición de estos resultados es crucial para que las cualificaciones de formación se ajusten a las necesidades de los empresarios, especialmente de las PYME y las microempresas, si bien observa que, habida cuenta de la duración de una formación con respecto a la capacidad de evolución de los mercados de trabajo europeos que no están armonizados, será difícil lograr la coincidencia entre formación y empleo en la empresa. En las materias relacionadas con la economía, los centros de enseñanza superior deberán tener en cuenta los requisitos que se exigen a los estudiantes y licenciados en el actual mundo económico en evolución, e impartir los conocimientos teóricos correspondientes.

    4.9   El aprendizaje permanente es importante para las empresas y para los ciudadanos, pero la Comunicación no aborda el problema de la igualdad de acceso. Se trata de un problema serio, sobre todo en lo que respecta a los ciudadanos que no han recibido formación universitaria. Es evidente que sin unas recomendaciones específicas, quienes ya tienen una titulación universitaria recibirán más ayuda y formación que los demás, que no conseguirán entrar en ninguna universidad ni ningún programa de aprendizaje permanente que dependa de una universidad.

    4.10   En las propuestas, parece existir la premisa de que la Comisión será capaz de determinar en qué áreas hace falta mejorar las capacidades únicamente a través de reuniones con los sectores empresarial y académico. Parece irónico que, al tiempo que se exige una mayor actividad investigadora científica, se evite recomendar la aplicación de técnicas científicas para determinar exactamente en qué áreas hay que mejorar las capacidades y contribuir a diseñar la educación y formación necesaria para ello. Con la creación de instituciones (por ejemplo, asociaciones) en los centros de enseñanza superior, conjuntamente con las empresas, se podrá determinar qué cualificaciones necesitan en la práctica los licenciados, de modo que estos puedan responder mejor a las demandas de la economía; además, dichas instituciones podrán ejercer una función de apoyo a la contratación de licenciados en las empresas.

    4.11   Esta falta de fundamentación tiene particular importancia en relación con el aprendizaje permanente. Es preciso realizar estudios empíricos para determinar con claridad qué tareas se llevan a cabo en las empresas y qué tareas son necesarias. Una vez determinadas, habrá que analizar la formación y las consiguientes cualificaciones necesarias para obtener los resultados establecidos. Debido al aspecto práctico de la definición de estos resultados empresariales, es esencial que las empresas asuman su papel en el proceso de desarrollo y definición de estos objetivos. Será vital la información de los interesados. Por ejemplo, cuando se sabe que un sector crea una fuerte demanda de empleo, como en el caso de los oficios del mar, habría que informar a los posibles «estudiantes» sobre las universidades (nacionales o europeas) donde se recibe formación para estos oficios, muy variados, y, en el caso de algunos de ellos, muy cualificados.

    4.12   La Comunicación de la Comisión (en su apartado 2) dice lo siguiente: «En la cooperación entre universidad y empresa están implicadas dos comunidades con una cultura, unos valores y unas misiones claramente diferentes». Después continúa detallando cómo se han creado asociaciones entre los dos ámbitos y admite que «el nivel de cooperación sigue siendo muy desigual en los diferentes países y las distintas universidades y disciplinas académicas. Además, la medida en que esta cooperación ha influido en las culturas de gestión u organización respectivas de ambos sectores es limitada. Pocas universidades cuentan con una estrategia para la cooperación con la empresa a nivel de institución; y las que disponen de tal estrategia están concentradas en un reducido número de Estados miembros».

    4.13   Esta declaración ilustra uno de los principales problemas de la relación entre universidad y empresa, a saber, que muchas universidades de viejo corte apenas hacen (o no hacen) intento alguno de comprender la cultura, los valores y la motivación de las empresas y consideran que cualquier cambio de percepción de las cosas debe venir de la empresa y no de la universidad. La verdadera cooperación exige que los representantes de las empresas tengan en cuenta la función específica de las universidades y su diferente responsabilidad frente a la sociedad, así como el hecho de que los centros de enseñanza superior realizan contribuciones beneficiosas para las empresas por vías indirectas sobre todo. Mientras no se resuelva este problema, es probable que las recomendaciones sobre cooperación entre universidad y empresa tengan un valor muy limitado.

    4.14   Asimismo, dicha declaración subraya también el problema de que, en la actualidad, el vínculo universidad-empresa se basa en la colaboración de las universidades con grandes empresas, a menudo multinacionales, con un historial económico y social demostrado. Y cabe preguntarse: ¿cómo pueden las PYME y las microempresas tener alguna esperanza de influir en la universidad si históricamente las grandes empresas apenas lo han conseguido? Este problema se menciona en el apartado 3.3: «Es preciso abordar los desafíos específicos a que se enfrentan las PYME que desean asociarse con las universidades». Sin embargo, no se aportan sugerencias prácticas de cuáles pueden ser los problemas y sus soluciones.

    4.15   A lo largo del documento no se encuentra ninguna definición clara de PYME. El término se menciona nueve veces en la Comunicación, diez veces en la evaluación de impacto y 76 veces en el documento de trabajo de los servicios de la Comisión, pero la impresión general que dan los documentos de la Comisión es que la definición no comprende a las pequeñas empresas sino a aquellas que tienen más de 200 empleados y una facturación superior a los diez millones de euros. Actualmente, la Comisión Europea define PYME de la forma siguiente:

    Categoría de empresa

    No de empleados

    Volumen de negocios anual

     

    Balance total anual

    De tamaño medio

    <250

    50 millones de euros

    o bien

    43 millones de euros

    Pequeñas

    <50

    10 millones de euros

    o bien

    10 millones de euros

    Microempresa

    <10

    2 millones de euros

    o bien

    2 millones de euros

    Esta definición no es útil para los centros de enseñanza superior ni para el Foro cuando se trata de determinar qué empresas son PYME, especialmente si utilizan las cifras de facturación anual. En opinión del CESE, el uso de las definiciones actuales de PYME constituye un obstáculo para encontrar socios empresariales. Por tanto, convendría utilizar una definición más simple de PYME, que refleje mejor la realidad.

    4.16   El CESE considera que debe analizarse en profundidad e ilustrar con ejemplos concretos la referencia a «incentivar el espíritu empresarial» durante todo el ciclo educativo. El CESE teme en efecto que el Foro pueda no ser el lugar adecuado para tratar un tema de esta amplitud. La necesidad de desarrollar las creatividad de los niños así como otros talentos de los que se servirán en sus futuras profesiones y la necesidad de los adultos de ser emprendedores en el trabajo (en concreto, por lo que se refiere al aprendizaje permanente) son dos cuestiones diferentes.

    4.17   Las empresas han expresado su preocupación por el hecho de que la «moda» del espíritu empresarial se haya convertido en una nueva manera de subirse al carro en el ámbito educativo. Es cierto que las universidades tienen una función de fomento y desarrollo de la actitud empresarial, pero últimamente incluso se han incluido formaciones para convertirse en empresario. En su informe «Educating the next wave of Entrepreneurs», de abril de 2009, el Foro Económico Mundial incluye la siguiente cita: «Casi todo lo que se dice sobre el espíritu empresarial es incorrecto: no tiene nada de mágico ni misterioso, y desde luego no es genético. Es una rama del saber, y como tal, puede aprenderse». El CESE considera que esta nueva perspectiva adoptada por algunas universidades es fundamentalmente errónea. Las universidades pueden enseñar a sus estudiantes cómo llevar a cabo tareas propias de la empresa, como la contabilidad, el marketing o los procedimientos de gestión, pero nadie, ni siquiera los profesores de universidad, puede enseñar cómo evaluar y tomar riesgos financieros y personales que con demasiada frecuencia desafían cualquier lógica racional.

    4.18   El CESE remite a su Dictamen sobre la «Colaboración entre las instituciones de enseñanza y los empresarios» (5), que formula toda una serie de reflexiones sobre este tema.

    5.   Comentarios sobre el documento de trabajo de los servicios de la Comisión

    5.1   El CESE expresa su preocupación por el hecho de que el documento de trabajo mencionado en la Comunicación (apartado 2) apenas agregue nada a lo que se dice en la Comunicación principal. Si acaso, el documento de trabajo añade confusión al establecer premisas sin apenas prueba alguna que apoye sus conclusiones.

    5.2   Es evidente que el documento de trabajo se ha redactado desde la perspectiva de las universidades con respecto a lo que éstas pueden hacer para beneficiarse de su colaboración con las empresas. Esto es realmente un motivo de preocupación, ya que no ofrece una visión equilibrada de lo que debería hacer el Foro. Además, la división entre universidades, centros de educación complementaria y otros organismos de formación es muy imprecisa y no queda claro si se recomienda que todas las universidades se conviertan en centros de formación o si todos los centros de formación deberían convertirse en universidades.

    5.3   El CESE considera que el documento de trabajo es una oportunidad perdida y no ofrece perspectivas empresariales en un sentido amplio ni trata los problemas específicos de las PYME.

    Bruselas, 17 de diciembre de 2009.

    El Presidente delComité Económico y Social Europeo

    Mario SEPI


    (1)  Véase el Dictamen del CESE, sobre el tema «Universidades para Europa», ponente: Joost van IERSEL (DO C 128 de 18.5.2010, p. 48) y el Dictamen, sobre el tema «Cooperación y transferencia de conocimientos entre centros de investigación, industria y PYME: una condición importante para la innovación», ponente: Gerd WOLF (DO C 218 de 11.9.2009).

    (2)  Fundación Europea de la Ciencia (ESF), 2008. Higher Education Looking Forward: An Agenda for Future Research (La educación superior en prospectiva: prioridades de investigación para el futuro), por John Brennan, Jürgen Enders, Christine Musselin, Ulrich Teichler y Jussi Välimaa.

    (3)  Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo, de 10.5.2006, «Cumplir la agenda de modernización para las universidades: educación, investigación e innovación», COM(2006) 208 final.

    (4)  Wilshire, Bruce, 1990: The Moral Collapse of the University: Professionalism, Purity and Alienation (El desplome moral de la universidad: profesionalización, pureza y alienación), Albany: State University of New York Press. Readings, Bill, 1996: The University in Ruins (La universidad en ruinas), Cambridge, Harvard University Press.

    (5)  Dictamen del CESE, ponente: Sr. MALOSSE (DO C 228, 22.9.2009, p. 9).


    Anexo

    al

    Dictamen

    del Comité Económico y Social Europeo

    Las siguientes enmiendas, que obtuvieron al menos una cuarta parte de los votos emitidos, fueron rechazadas en el transcurso del debate (artículo 54.3 del Reglamento Interno):

    Punto 1.2

    Modifíquese de la siguiente manera:

    Foro de la UE para el diálogo entre las universidades o los centros de enseñanza superior y las empresas deberían limitar inicialmente su colaboración a una cooperación y una actividad

    Resultado de la votación

    Votos a favor: 27

    Votos en contra: 49

    Abstenciones: 7


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