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Document 52008IE1923

Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre el tema Transformaciones industriales, desarrollo territorial y responsabilidad de las empresas

DO C 175 de 28.7.2009, p. 63–72 (BG, ES, CS, DA, DE, ET, EL, EN, FR, IT, LV, LT, HU, MT, NL, PL, PT, RO, SK, SL, FI, SV)

28.7.2009   

ES

Diario Oficial de la Unión Europea

C 175/63


Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre el tema «Transformaciones industriales, desarrollo territorial y responsabilidad de las empresas»

(2009/C 175/11)

El 17 de enero de 2008, de conformidad con el apartado 2 del artículo 29 de su Reglamento Interno, el Comité Económico y Social Europeo decidió elaborar un dictamen de iniciativa sobre el tema:

«Transformaciones industriales, desarrollo territorial y responsabilidad de las empresas».

La Comisión Consultiva de las Transformaciones Industriales (CCMI), encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el 18 de noviembre de 2008 (ponente: Sr. PEZZINI; coponente: Sr. GAY).

En su 449o Pleno de los días 3 y 4 de diciembre de 2008 (sesión del 3 de diciembre de 2008), el Comité Económico y Social Europeo ha aprobado por 168 votos a favor, 1 en contra y 3 abstenciones el presente Dictamen.

1.   Conclusiones y recomendaciones

1.1   El Comité considera fundamental, en el marco de las Estrategias de Lisboa y Gotemburgo, reactivar los sistemas territoriales locales, entendidos como conjuntos orgánicos de estructuras, infraestructuras y agentes públicos y privados que se encargan de combinar en una visión común del desarrollo, centrado en el territorio, altos niveles de bienestar y competitividad con responsabilidades sociales y medioambientales amplias. En sustancia se trata de un proceso que concreta, en cada lugar, el resultado de una serie de interacciones.

1.2   El CESE pide con insistencia una iniciativa comunitaria sobre el desarrollo del«territorio socialmente responsable» (TSR). El TSR puede definirse como una alianza de los objetivos de democracia de proximidad con los de la responsabilización de las administraciones y de todos los agentes públicos y privados, con vistas a un enfoque estratégico integrado de valorización competitiva de las especificidades territoriales.

1.3   El Comité pide que la iniciativa TSR se complete con la puesta en marcha de un programa de acción europeo destinado a:

promover la inclusión de la dimensión territorial en las políticas comunitarias, especialmente en el marco de las Estrategias de Lisboa y Gotemburgo;

apoyar la integración en las políticas nacionales, regionales y locales de las prioridades establecidas en la Agenda territorial y en la Carta de Leipzig;

fomentar y cofinanciar ejercicios de prospectiva (foresight) territorial participativa para poner en marcha concepciones comunes de desarrollo territorial socialmente responsable;

crear redes de excelencia territorial y grupos europeos de cooperación sobre este asunto.

1.4   El Comité, para dar curso a la iniciativa comunitaria TSR (1) y al programa de acción correspondiente, propone que:

la Comunidad Europea reduzca de manera significativa las cargas administrativas y burocráticas que soportan los agentes económicos y sociales territoriales, simplificando el contenido y los procedimientos de la Unión y aplicando el «método abierto de coordinación»;

los Estados miembros apliquen de manera uniforme las disposiciones comunitarias, con el fin de mantener la unidad del mercado interior europeo;

los entes regionales y locales incluyan plenamente a los agentes económicos y sociales y desarrollen estrategias de compatibilidad entre cooperación, innovación y competencia;

el sector privado entable un diálogo social constructivo, ampliado a la sociedad civil, en torno a concepciones comunes que prevean las transformaciones industriales.

1.5   El Comité apoya con decisión el desarrollo de una democracia de proximidad, que vincule a los responsables políticos, económicos y sociales de cada territorio con las acciones destinadas a mejorar la calidad de vida y estimular el desarrollo económico y social competitivo y sostenible de los territorios de la Unión.

1.6   El Comité considera imprescindible que se invierta mucho en el desarrollo de una cultura compartida de innovación y participación: la demanda de valores democráticos debe proceder del conjunto de la sociedad territorial interesada y de un gran número de agentes e instituciones que representen los intereses de los distintos sectores de actividad. En este marco, la empresa debe asumir las características de una comunidad generadora de riqueza para el desarrollo de una sociedad mejor en el territorio.

1.7   A este respecto, el Comité desea que se lleven rápidamente a la práctica las declaraciones del Consejo Europeo de los días 13 y 14 de marzo de 2008 sobre la importancia, por una parte, del papel de las autoridades locales y regionales para fomentar el crecimiento y el empleo y, por otra, del desarrollo de las capacidades de gobierno del territorio entre todos los componentes políticos, económicos y sociales a nivel local y regional.

1.8   Por lo demás, el Comité está convencido de la necesidad de convertir a Europa en un polo de excelencia en el desarrollo del TSR  (2), basándose en las experiencias positivas de EMAS y de la responsabilidad social de las empresas (RSE) y ampliando al mismo tiempo el marco de referencia a la dimensión territorial, con el fin de garantizar que el patrimonio común de responsabilidad sea un elemento permanente del componente empresarial. Ésta debe poder beneficiarse de los sistemas de redes y de clusters y participar plenamente en el proceso macroeconómico de desarrollo estratégico territorial.

1.9   El Comité considera, en particular, que la microempresa y la pequeña empresa, junto con la amplia e importante experiencia de la economía social, deberían poder beneficiarse de asistencia y de conocimientos específicos, así como de un mejor acceso al crédito y al microcrédito, para desarrollar una gestión empresarial respetuosa con el medio ambiente, el territorio y sus habitantes.

1.10   A juicio del Comité, la iniciativa comunitaria TSR y su plan de acción deberían promover un diálogo social estructurado en el territorio y también fomentar hermanamientos entre instituciones locales, en particular a nivel transfronterizo. La finalidad es lograr, mediante asociaciones más sólidas, un refuerzo global del desarrollo de capacidades, conocimientos adecuados y resultados por parte de entes territoriales que actúan en niveles de poder diferentes y a menudo se encuentran en una situación de competencia recíproca.

1.11   Por último, el Comité destaca la importancia de que los sistemas de gobernanza a varios niveles garanticen un alto grado de coordinación para no dividir a nivel local lo que el mercado único ha unido, evitando una fragmentación y una discriminación territorial que debilitaría aún más la economía europea en los mercados mundiales.

2.   Introducción

2.1   En la conferencia del 4 de marzo de 2008 sobre el diálogo territorial, que organizó la Presidencia del Consejo de la UE, se destacó el papel de los entes locales y regionales en la consecución de los objetivos de la Estrategia de Lisboa revisada como prioridad de la política de cohesión.

2.2   El Comité quiere determinar con el presente dictamen las interacciones entre los territorios y los agentes políticos, económicos y sociales, con vistas a la aplicación de la Estrategia de Lisboa y al desarrollo de una economía del conocimiento competitiva tanto en el mercado interior como en el mundial.

2.3   El punto de partida es la mejora de las ideas anticipadoras de los cambios económicos, sociales y medioambientales y de la organización de las partes interesadas en la realización de un «territorio socialmente responsable» (TSR) (3), así como la definición de las responsabilidades de las empresas, administraciones, interlocutores sociales y todos los agentes que participan en la valorización de la competitividad del territorio, con el fin de instaurar un modelo social europeo dinámico, solidario y coherente (4).

La economía territorial, en función de su composición, puede estar más o menos expuesta a la competencia económica internacional. Además, el indicador del PIB (o del valor añadido) ya no refleja el nivel de riqueza de un territorio, y ello por dos motivos. A modo de inciso, el Comité considera positiva la reciente publicación por la Comisión del «Libro Verde sobre la cohesión territorial — Convertir la diversidad territorial en un punto fuerte» (5), que será objeto de otro dictamen.

2.4.1   En primer lugar, porque las rentas del trabajo y del capital distribuidas y los ingresos fiscales generados por las fuerzas productivas del mercado no se asignan exclusivamente al territorio en que se crean, sino que se produce la «exportación» de algunos recursos.

2.4.2   En segundo lugar, y sobre todo, porque los territorios dependen de recursos distintos de los que generan las fuerzas productivas (salarios de los empleos públicos, pensiones, jubilaciones, ingresos procedentes del turismo, rentas de personas que trabajan en otro lugar, prestaciones sociales distintas de la jubilación, etc.).

El abanico de los instrumentos de gestión destinados a apoyar las políticas y programas de desarrollo sostenible de los entes de gobierno y las empresas es cada vez más amplio y detallado y se basa en los siguientes elementos:

2.5.1   Normas

directivas y reglamentos sobre medio ambiente,

sistemas de gestión medioambiental,

la certificación ISO 14000 y las líneas directrices ISO 26000,

la norma BS OHSAS 18001/2007 relativa a la seguridad en el lugar de trabajo,

el Reglamento EMAS,

la auditoría social (SA8000),

las compras ecológicas y la contratación pública «ecológica»,

los análisis del ciclo de vida de los productos,

las políticas de producto integradas;

2.5.2   Estructuras

clusters (agrupaciones), distritos industriales, polos de competitividad o excelencia y parques tecnológicos,

planes de acción de la Agenda 21 local,

observatorios regionales/locales sobre el impacto territorial del desarrollo,

asociaciones empresariales locales,

apoyo del Fondo Social Europeo a la gobernanza territorial,

agrupaciones europeas de cooperación territorial (AECT), nuevos instrumentos creados mediante el Reglamento (CE) no 1082/2006 de 5 de julio de 2006 (6),

plataformas de análisis y prospectiva (foresight),

asociación entre los sectores público y privado (APP);

2.5.3   Acuerdos

iniciativas de «flexiguridad» (7),

responsabilidad social de las empresas (RSE),

diálogo social territorial estructurado,

balance/contabilidad medioambiental,

presentación de informes sobre la sostenibilidad,

instrumentos de planificación y programación territorial,

balances medioambientales territoriales,

acuerdos socioeconómicos territoriales (pactos territoriales, acuerdos marco, etc.),

zonas económicas especiales, dentro de los límites autorizados por la política de competencia (8).

2.6   El Comité considera indispensable mejorar la consolidación, la integración y la coordinación de la aplicación de estos instrumentos legislativos, reglamentarios y voluntarios, con el fin de coordinar los distintos objetivos y los diferentes niveles de participación para obtener resultados eficaces, eficientes y compartidos.

2.7   La cohesión territorial, a la luz de la Carta de Leipzig (9) y la Agenda Territorial de la Unión Europea de 2007, sobre la que ya se pronunció el Comité (10), ha ganado cada vez más importancia con el objetivo de:

lograr una mayor participación de los agentes que representan la realidad local,

combinar el desarrollo equilibrado y sostenible con la exigencia de elevar el nivel de competitividad de Europa, mediante inversiones en los campos que presentan un mayor potencial de crecimiento,

obtener sinergias y la complementariedad de las políticas comunitarias,

elaborar mejores mecanismos de gobernanza (11).

2.8   La Agenda Territorial constituye un marco estratégico de orientación de las políticas de desarrollo territorial, por medio de la aplicación de las Estrategias de Lisboa y Gotemburgo.

2.9   El Comité, en su Dictamen sobre la gobernanza territorial de las transformaciones industriales (12), destacó que la «valorización de la identidad territorial se fundamenta en una mezcla de adhesión, reconocimiento y empatía con un conjunto de valores comunes en un contexto de visión prospectiva compartida». Asimismo, hizo hincapié en un enfoque territorial integrado (ETI) y en una estrategia de gobernanza que favorezca el desarrollo de un «territorio socialmente responsable» (TSR). El CESE considera que esta estrategia deberá llevarse a la práctica mediante:

mejoras constantes de la calidad y la capacidad respecto de los conocimientos, las competencias y la innovación del sistema productivo territorial;

desarrollo de estructuras territoriales en red para los sectores público y privado;

niveles elevados de sostenibilidad medioambiental y social del desarrollo;

circuitos eficaces y consolidados de creación, difusión y circulación del conocimiento, la información y la formación permanente;

elaboración de «balances sociales territoriales»;

análisis comparado de los sistemas territoriales sostenibles por parte de los propios agentes sociales.

Estas iniciativas, además de un elevado grado de coordinación para garantizar sinergias y evitar solapamientos o incongruencias, exigen por parte de las autoridades locales, regionales, nacionales y europeas:

estructuras avanzadas de educación y formación, orientadas a dar respuestas funcionales a las exigencias del desarrollo económico basado en el conocimiento y la competitividad;

acciones de refuerzo de las capacidades institucionales y asociativas y de diálogo social;

una política territorial integrada, que pueda valorizar el potencial de desarrollo local y refuerce las capacidades de adaptación a la innovación y de anticipación;

un diálogo social consolidado a nivel regional y local (13), como instrumento esencial para aumentar las ventajas que puede reportar la anticipación de los cambios industriales y de mercado, así como los flujos en materia de instrucción y formación de los recursos humanos;

el fomento del compromiso social de las empresas, con la adopción voluntaria de la RSE como contribución de éstas al desarrollo sostenible;

una mejora del sistema de gobernanza integrada a varios niveles del «territorio socialmente responsable» (14), definido como territorio que consigue combinar un nivel suficiente de bienestar con las obligaciones que se derivan de la responsabilidad social.

2.10.1   En este proceso se consolidan también las competencias y capacidades de los responsables políticos y administrativos, con el fin de garantizar las condiciones de seguridad necesarias para atraer inversiones sostenibles a su territorio y estimular la creación de microempresas y pequeñas empresas en el marco de un desarrollo duradero.

El Comité ha concedido mucha importancia al proceso que puede llevar a un territorio a definirse como «territorio socialmente responsable» (TSR) (15).

2.11.1   Ello se alcanza cuando el territorio logra integrar, en una lógica de democracia participativa, los aspectos sociales y medioambientales en las decisiones económicas, los modelos y valores para reactivar la competitividad, las buenas prácticas y una interacción continua entre las partes interesadas, con el fin de fomentar la innovación y la competitividad.

3.   La «democracia de proximidad» para un desarrollo competitivo y sostenible

3.1   Para mejorar la calidad de la vida y el desarrollo económico y social competitivo y sostenible de los territorios de la Unión, el CESE considera que debe desarrollarse una democracia de proximidad que pueda incluir a los responsables políticos, económicos y sociales de un territorio concreto. Esta democracia debe construirse de manera concertada entre los distintos agentes públicos y privados a partir de los puntos fuertes y débiles de los territorios de la UE y de las perspectivas de crecimiento de las empresas y del empleo.

3.2   La democracia de proximidad, pilar fundamental de la gobernanza europea, reviste formas y modalidades muy variables de un contexto nacional a otro, pero sus aspectos fundamentales deberían ser los siguientes:

un proceso de coordinación de los agentes, grupos sociales e instituciones para alcanzar objetivos debatidos y coordinados dentro de marcos de diálogo estructurado y de responsabilidades individuales y conjuntas entre los interlocutores sociales y, en particular, con los representantes de los trabajadores y las asociaciones empresariales;

la aplicación de los principios de subsidiariedad, cohesión territorial y democracia participativa, tal como se establecen en el Tratado de Lisboa;

la articulación armoniosa de la estructura de gobernanza a varios niveles para garantizar, por una parte, la coherencia entre los niveles decisorios más próximos a los ciudadanos y, por otra, la de las responsabilidades políticas, económicas, sociales y medioambientales más representativas de las competencias e identidades territoriales, con arreglo a los marcos de coherencia nacionales y europeos, mediante un enfoque abierto, cooperativo y coordinado y un objetivo de interacción de las sinergias de los distintos niveles;

el desarrollo de una comunidad de aprendizaje territorial, basado en la capacidad de autoevaluación y corrección continua de los objetivos y estrategias de desarrollo local y en el refuerzo de una cultura de la innovación amplia y profunda;

el desarrollo de una visión anticipadora, conjunta y compartida, sobre la posición relativa de la economía y de la sociedad local para:

determinar los «recursos específicos» del territorio,

evaluar los retos y amenazas de la competencia de otros territorios,

examinar las posibilidades de inserción en los mercados nacionales e internacionales,

buscar métodos y medios que permitan solucionar problemas específicos del territorio a partir de las capacidades profesionales locales,

proyectar decisiones destinadas a valorizar acciones de economía competitiva;

el fomento de la creación y la valorización de consejos económicos y sociales territoriales e instituciones similares  (16) –que ya existen en algunos Estados miembros– como interlocutores institucionales del proceso decisorio y de intervención a escala territorial, con derecho de iniciativa y de verificación de las acciones realizadas;

la adopción de instrumentos avanzados de gestión territorial participativa, como la administración electrónica, los análisis SWOT (17), los ejercicios de prospectiva (foresight) participativa (18), la generalización de los mecanismos EMAS (19) aplicados a los sectores público y privado, la adopción de normas de responsabilidad social de las empresas, las técnicas de evaluación comparativa de resultados, un cuadro de indicadores para la coordinación abierta, los sistemas en red de distritos e interdistritos (20) y los sistemas de aprendizaje distribuidos por Internet;

el papel activo de las cámaras de comercio, industria, artesanía y agricultura, así como de las federaciones profesionales y organizaciones de los consumidores;

la promoción cultural de las excelencias de la formación universitaria y la optimización de las relaciones entre la industria y el mundo académico.

3.3   El desarrollo territorial supone no sólo la plena aplicación de la democracia de proximidad, sino también una gobernanza local estructurada para gestionar el desarrollo (21).

3.4   Una buena gobernanza territorial debe esforzarse, ante todo, por favorecer y desarrollar todas las formas de cooperación, todos los procesos de asociación que den buenos resultados tanto en las relaciones entre empresas como entre cada empresa y los agentes colectivos.

3.5   La gobernanza democrática territorial es un proceso decisorio inclusivo y descentralizado que, a juicio del CESE, debe basarse en los principios de transparencia y responsabilidad y en un enfoque participativo orientado al análisis, la elaboración, la aplicación y la gestión de una visión estratégica común de desarrollo a medio y largo plazo.

3.6   El Comité considera que, en un sistema de asociación a varios niveles, deben combinarse de manera óptima los procesos de abajo arriba (bottom-up) y de arriba abajo (top-down): la compensación entre ambos procesos es, de hecho, una condición indispensable para el éxito.

3.7   El Comité considera imprescindible que se invierta mucho en el desarrollo de una cultura de innovación y participación, porque la demanda de valores democráticos debe proceder del conjunto de la sociedad territorial interesada y de un gran número de agentes e instituciones que representen los intereses de los distintos sectores.

El Comité está convencido de que la valorización de los territorios de la Unión requiere la optimización de su potencial específico, mediante estrategias de desarrollo eficaces y sostenibles, basadas en el concepto de «territorio socialmente responsable».

3.8.1   El Comité reitera todo lo que expuso en un dictamen reciente sobre el tema (22).

4.   El compromiso a nivel comunitario hacia la realización de un «territorio socialmente responsable»

El CESE pide encarecidamente una iniciativa comunitaria sobre el desarrollo del«territorio socialmente responsable» (TSR) que englobe los objetivos de la democracia de proximidad, el refuerzo de una cultura de innovación y participación generalizada, una gobernanza territorial eficaz y coherente con el marco nacional y comunitario de la Agenda de Lisboa, una asociación de diversos agentes y multisectorial capaz de reforzar el atractivo y la competitividad del territorio en el mercado mundial, anticipando las transformaciones industriales y valorizando el capital social local.

4.1.1   La primera obligación de la iniciativa TSR es garantizar la coordinación y coherencia entre las acciones que se llevan a cabo en los distintos niveles: europeo, nacional, regional y local.

4.2   El Comité considera que la iniciativa TSR debería completarse con la puesta en marcha de un verdadero programa de acción europeo destinado a:

promover la inclusión de la dimensión territorial en las políticas comunitarias,

apoyar la integración de las prioridades establecidas en la Agenda Territorial y en la Carta de Leipzig,

fomentar y cofinanciar ejercicios de prospectiva (foresight) territorial participativa,

introducir de manera progresiva el método abierto de coordinación y apoyar la realización de instrumentos de democracia de proximidad,

supervisar de manera uniforme y coordinar la aplicación coherente de los distintos instrumentos comunitarios de cooperación territorial, en particular la AECT (23),

crear en la Comisión una unidad de coordinación interservicios para el desarrollo territorial, encargada de elaborar y aplicar una estrategia de información y comunicación sobre el TSR,

potenciar el uso de los instrumentos de evaluación del impacto territorial antes y después de la adopción de medidas aplicadas en el territorio, en particular para las PYME,

cofinanciar acciones de formación y desarrollo de las capacidades de los agentes públicos y privados del territorio para el desarrollo de las acciones de TSR,

fomentar un diálogo social estructurado en el territorio, una «marca de calidad TSR 21»,

fomentar y apoyar la constitución y el desarrollo de las eurorregiones (24),

apoyar el desarrollo de distritos (y «metadistritos» (25)) y de redes de distritos para valorizar las pequeñas y medianas empresas en el mercado europeo y mundial.

4.3   El compromiso europeo en favor de una iniciativa TSR –acompañada del programa de acción–, a juicio del CESE, debe reunir y coordinar los instrumentos voluntarios y reglamentarios mencionados en el punto 2.7 dentro de un sistema coherente, en el que la responsabilidad de las empresas de todos los sectores –incluidos el sector financiero y el sector público local– es esencial para alcanzar los objetivos de la estrategia local para el crecimiento y el empleo en el marco de las estrategias nacionales y europea.

El Comité considera que la RSE  (26) debe inscribirse en este marco, como componente voluntario de coordinación abierta, facilitada y estimulada, especialmente para las microempresas y las pequeñas empresas, que constituyen el entramado básico del desarrollo local, por el entorno de participación y visión común y compartida.

4.4.1   La iniciativa TSR debe poder desarrollar valores éticos y personales de una cultura participativa favorable a la innovación en torno a una identidad común, que no debe corresponder exclusivamente a los empresarios, sino que debe estar presente y activa en todos los componentes públicos y privados del sistema territorial y las redes y clusters o distritos regionales e interregionales de referencia.

4.5   La comunidad de aprendizaje territorial debe poder basarse en estructuras e infraestructuras telemáticas interactivas e interoperables, a partir de la administración electrónica y la plataforma IDABC (27) destinada a prestar servicios administrativos paneuropeos en línea a las Administraciones Públicas, las empresas y los ciudadanos, con el fin de mejorar la eficacia de las administraciones públicas europeas, así como la colaboración entre ellas y con la sociedad civil organizada.

El Comité está convencido de la necesidad de convertir a Europa en un polo de excelencia en el desarrollo del TSR, basándose en las experiencias positivas de EMAS y de la RSE, pero ampliando el marco de referencia a la dimensión territorial.

4.6.1   Para ser eficaz, el proceso de desarrollo estratégico territorial debería hacer abstracción de los factores políticos de renovación electoral de los entes territoriales e interactuar con todos los componentes políticos, en el gobierno y en la oposición, del territorio, así como constituir un patrimonio de continuidad en la responsabilidad común del ciudadano elector o elegido.

Las microempresas y las pequeñas empresas deberían recibir asistencia técnica para favorecer, con un lenguaje y procedimientos sencillos pero también por medio de un mejor acceso al crédito y al microcrédito, una gestión empresarial respetuosa con el medio ambiente, el territorio y su capital social.

4.7.1   Asimismo, las empresas de la economía social deben contribuir al desarrollo del territorio socialmente responsable, dado que favorecen la cohesión social y la sostenibilidad, distribuyen los beneficios entre sus miembros y aplican una gestión participativa y democrática.

4.8   El sistema educativo, universitario y de investigación local debería organizarse en redes de excelencia y competencia regionales e interregionales europeas –tal como se prevé en el programa específico «Capacidades» del Séptimo Programa marco de acciones de investigación, desarrollo tecnológico y demostración y en el programa «Educación y Formación 2010» — con el fin garantizar al sistema local el talento y las cualificaciones necesarias para el éxito de la estrategia de desarrollo territorial, dado que la pequeña empresa tiene dificultades para encontrar estos aspectos.

4.9   El CESE considera que la iniciativa comunitaria TSR también debería promover un diálogo social estructurado en el territorio, así como hermanamientos institucionales locales, para fomentar asociaciones más sólidas de desarrollo de las capacidades entre los entes territoriales y reducir las diferencias de resultados, además de impulsar una nueva Carta TSR 21 como instrumento para reforzar la armonización y la eficacia del TSR.

4.10   Por último, el CESE pide que la iniciativa comunitaria TSR incluya una acción de valoración, evaluación comparativa de resultados y supervisión, junto con la creación de una base de datos sobre las rentas per cápita a nivel territorial y la presentación de un informe bienal al Parlamento Europeo, al Consejo y al Comité.

5.   Compromiso de las autoridades públicas nacionales

5.1   Los Estados miembros deberían aplicar de manera uniforme las disposiciones, con el fin de mantener la unidad del mercado interior europeo con mecanismos de apoyo y disuasión. Entre otros aspectos, las autoridades públicas nacionales deberían:

intervenir para eliminar las cargas burocráticas inútiles y simplificar las estructuras y los mecanismos de procedimiento, con el fin de liberar recursos para el empleo y el desarrollo sostenible y competitivo;

establecer de manera participativa y consensuada, y con la intervención directa de los interlocutores sociales y los representantes de la sociedad civil organizada, un marco estratégico general de referencia para el desarrollo nacional de las políticas del territorio socialmente responsable;

reforzar los marcos de coordinación y descentralización del sector público, que determinan los papeles y responsabilidades de gobernanza a escala central, regional y local;

definir las líneas de la política de descentralización fiscal que engloben las formas de transferencia entre los distintos niveles de gobernanza, como ya ha propuesto el Comité (28);

mejorar y reforzar la labor de los organismos de gestión y coordinación del proceso de descentralización y gobernanza a escala local;

establecer líneas presupuestarias para el desarrollo de recursos humanos específicos y la cofinanciación de programas de formación, creación de redes y apoyos telemáticos interoperables a escala nacional y europea;

garantizar la coherencia en la aplicación nacional de los instrumentos Interreg IV y del Reglamento AECT, como organismo de carácter transfronterizo, permitiendo la participación de los Estados, junto con los entes locales y regionales, en estos órganos de cooperación territorial dotados de personalidad jurídica en el derecho comunitario;

desarrollar una nueva asociación entre las ciudades y el campo favoreciendo planteamientos integrados a escala regional y fomentando una paridad de acceso a las infraestructuras y al conocimiento;

promover clusters regionales transnacionales competitivos e innovadores, el refuerzo de las redes tecnológicas transeuropeas, la gestión transeuropea de los riesgos, el refuerzo del desarrollo urbano policéntrico, el desarrollo de las estructuras ecológicas y los recursos culturales;

garantizar la coherencia y la coordinación en la dimensión territorial de las políticas sectoriales, evitando medidas sectoriales conflictivas que pueden provocar fallos y resultar completamente ineficaces y contraproducentes en el territorio; desarrollar instrumentos de evaluación del impacto territorial (Territorial Impact Assessment — TIA ) mediante un uso adecuado de la evaluación de impacto medioambiental (Environmental Impact Assessment — EIA ) (29) y de la evaluación estratégica ambiental (Strategic Environmental Assessment — SEA ) (30).

5.2   Las autoridades públicas locales y regionales deberían:

contar con las fuerzas económicas y sociales antes de la elaboración de los proyectos estratégicos de desarrollo territorial;

desarrollar sistemas educativos, universidades y escuelas de excelencia, esenciales para el desarrollo económico y social del TSR;

introducir cada vez más en la decisión sobre inversiones públicas y en la gestión de los servicios de interés general (SIG) criterios de coste-eficacia, calidad y desarrollo sostenible;

realizar evaluaciones periódicas de los planes de inversión pública;

asegurar antes del inicio de los proyectos de inversión pública que el plan de financiación tiene una garantía completa respecto de los importes y los plazos;

velar por que las ayudas exteriores para la financiación de proyectos de inversión pública se utilizan realmente en los plazos previstos;

asegurarse también de que en el territorio existe un entramado vital de PYME, dado que este tipo de empresas puede garantizar la vinculación entre las zonas urbanas, periurbanas y rurales, preservando en estas últimas empleo, rentas, población y recursos fiscales;

favorecer la reinversión de los capitales y beneficios a nivel local para la creación de becas de proyectos, la compra de empresas locales e instrumentos financieros regionales para el desarrollo de capital y de capital riesgo, sin alterar el mercado interior;

no alejar demasiado del territorio que lo produce (transfiriéndolo a niveles supraterritoriales) los ingresos fiscales generados por las empresas, sin menoscabo de las necesidades de redistribución del sistema de solidaridad impositiva;

dar formación a representantes políticos locales sobre los mecanismos actuales de la ordenación territorial, centrados en los servicios de interés general y las infraestructuras de apoyo a la economía, con vistas a una gestión moderna del desarrollo sostenible de las empresas.

5.3   El intercambio de buenas prácticas y las redes interregionales deberían ser objeto de acciones prioritarias por parte de los entes locales y regionales, junto con la aplicación de mecanismos adecuados de prospectiva para establecer una visión común y compartida.

6.   El compromiso de las empresas en favor de empresas responsables con su territorio

6.1   El CESE considera que las empresas, sin añadir nuevas cargas burocráticas ni de procedimiento, deben contribuir a la reactivación del territorio, del que son motor y componente. Para ello deberían:

presentar informes de las buenas prácticas de la empresa en materia social, medioambiental, territorial (o empresarial) y crear instrumentos capaces de determinar el nivel de responsabilidad social de la empresa;

fomentar las competencias del personal dentro de la empresa y en torno a ella, creando empleos y formando al personal o a los futuros trabajadores;

establecer una comunicación con los trabajadores para informarles de forma adecuada sobre la estrategia de la empresa y sus proyectos, especialmente sobre empleo y formación;

cooperar con el mundo económico local para crear en el territorio un potencial de crecimiento sostenible basado en sanas relaciones comerciales interempresariales regidas por la confianza;

garantizar, en la medida de lo posible, la transferencia de tecnologías hacia las empresas locales, en particular las PYME, para garantizar la renovación del territorio desde el punto de vista del progreso tecnológico y la cualificación de alto nivel del personal;

participar de manera proactiva en las actividades de desarrollo científico y tecnológico del territorio para incorporar conocimientos y competencias, en colaboración con los centros de investigación y las universidades así como las demás empresas y los organismos profesionales locales;

animar a los proveedores y subcontratistas a adoptar los mismos principios de cooperación con las autoridades locales y a respetar las mismas normas de gestión social, medioambiental y territorial en sus empresas;

establecer, especialmente en el caso de las empresas más grandes, vínculos con las partes interesadas (los entes locales y la población) para debatir y avanzar en la solución de los retos y problemas de las empresas, tanto a nivel tecnológico como comercial y social.

7.   Realizaciones sobre el terreno: mejores ejemplos

7.1   Se han aplicado diversas iniciativas y políticas europeas para afrontar el reto de un desarrollo socialmente responsable del territorio de la Unión Europea y para aumentar la visibilidad positiva de la dimensión territorial en las políticas comunitarias. Varios ejemplos de estas iniciativas pueden consultarse en la página web de la CCMI (http://www.eesc.europa.eu/sections/ccmi/index_fr.asp), que también contiene información sobre una audiencia celebrada en Lille el 25 de septiembre de 2008 para la preparación del presente dictamen (véase la rúbrica correspondiente).

Bruselas, 3 de diciembre de 2008

El Presidente del Comité Económico y Social Europeo

Mario SEPI

El Secretario General del Comité Económico y Social Europeo

Martin WESTLAKE


(1)  Véase el punto 1.2.

(2)  Ibídem.

(3)  Véase el punto 1.2.

(4)  El «modelo social europeo debería transmitir la idea de un espacio de prosperidad democrático, ecológico, competitivo, solidario y socialmente inclusivo para todos los ciudadanos de Europa» (Dictamen del CESE sobre el tema «Cohesión social: dar contenido a un modelo social europeo», DO C 309 de 16.12.2006, p. 119).

(5)  COM(2008) 616 final.

(6)  La lista de los Estados miembros que han adaptado su legislación para permitir la realización de AECT está disponible en el sitio web del Comité de las Regiones (sección «Actividades y actos»).

(7)  Para determinar y concretar, con el apoyo de los interlocutores sociales, los nuevos yacimientos de empleo.

(8)  Véase en el DO L 145 de 4 de junio de 2008 el Reglamento (CE) no 450/2008 de 23 de abril de 2008.

(9)  Véase la Carta de Leipzig sobre Ciudades Europeas Sostenibles de 25 de mayo de 2007.

(10)  Véase el Dictamen sobre la «Agenda Territorial», DO C 168 de 20.7.2007, p. 16-21.

(11)  Véase el Dictamen sobre «La gobernanza territorial de las transformaciones industriales: el papel de los interlocutores sociales y la contribución del programa marco para la innovación y la competitividad», DO C 318 de 23.12.2006, p. 12-19.

(12)  Ibídem.

(13)  Véase el Dictamen sobre la «Comunicación de la Comisión — Reestructuraciones y empleo — Anticipar y acompañar las reestructuraciones para desarrollar el empleo: el papel de la Unión Europea», DO C 65 de 17.3.2006, p. 58-62.

(14)  Véase el Dictamen sobre una «Estrategia temática para el medio ambiente urbano», COM(2005) 718 final — SEC(2006) 16, DO C 318 de 23.12.2006, p. 86-92

(15)  Véase la nueva estrategia del Consejo (doc. 10117/06 de 9 de junio de 2006, puntos 29 y 30). Véase asimismo el punto 1.2 del presente dictamen.

(16)  Véanse, por ejemplo, las comisiones regionales de diálogo social en Polonia.

(17)  SWOT = Strengths, Weaknesses, Opportunities and Threats (análisis de los puntos fuertes y débiles, oportunidades y riesgos).

(18)  Foresight es un proceso sistemático y participativo de recogida de análisis prospectivos y la elaboración de planes a medio y largo plazo; véase Foren: Foresight for regional development (análisis prospectivo para el desarrollo regional).

(19)  EMAS = Eco-Management and Audit Scheme (sistema comunitario de gestión y auditoría medioambientales).

(20)  Véase el Dictamen del CESE sobre el tema «Los distritos industriales europeos y las nuevas redes del conocimiento», DO C 255 de 14.10.2005, p. 1-13.

(21)  Véase Territorial Outlook de la OCDE- Edición de 2001.

(22)  Véase el Dictamen sobre la gobernanza territorial de las transformaciones industriales (…) (ídem. nota 11).

(23)  «AECT»: instrumento de cooperación a escala comunitaria que permite a agrupaciones de cooperación realizar proyectos de cooperación territorial cofinanciados por la Comunidad o llevar a cabo acciones de cooperación territorial por iniciativa de los Estados miembros — Reglamento CE no 1082/2006. [DO L 210 de 31.7.2006].

(24)  Las eurorregiones son estructuras de cooperación transnacional entre dos o varios territorios situados en distintos Estados de la Unión Europea y Estados limítrofes, con el fin de defender los intereses comunes más allá de las fronteras y colaborar por el bien común de las poblaciones vecinas.

(25)  Véase el Dictamen del CESE sobre el tema «Los distritos industriales europeos y las nuevas redes del conocimiento», DO C 255 de 14.10.2005.

(26)  Véanse los Dictamen del CESE sobre la Comunicación «Poner en práctica la asociación para el crecimiento y el empleo: hacer de Europa un polo de excelencia de la responsabilidad social de las empresas» (COM(2006) 136 final), DO C 325 de 30.12.2006, p. 53-60, y sobre el Libro Verde «Fomentar un marco europeo para la responsabilidad social de las empresas» (COM(2001) 366 final), DO C 125 de 27.5.2002, p. 44-55.

(27)  IDABC = Interoperable Delivery of Pan-European e-Government Services to Public Administrations, Business and Citizens (prestación interoperable de servicios paneuropeos de administración electrónica al sector público, las empresas y los ciudadanos); véase asimismo el Dictamen del Comité publicado en el DO C 80 de 30.3.2004, p. 83.

(28)  Dictamen sobre el tema «Impacto de la territorialidad de las legislaciones fiscales en las transformaciones industriales», DO C 120 de 16.5.2008, p. 51-57.

(29)  Directiva 85/337/CEE, modificada por la Directiva del Consejo 97/11/CE de 3 de marzo de 1997 y por la Directiva 2003/35/CE de 26 de mayo de 2003.

(30)  Directiva 2001/42/CE. Su finalidad es garantizar que los efectos medioambientales de determinados planes y programas –sobre todo, desde el punto de vista de su dimensión territorial– se determinen y evalúen durante su elaboración y antes de su adopción.


ANEXO I

al Dictamen sobre el tema «Transformaciones industriales, desarrollo territorial y responsabilidad de las empresas»

(CCMI/055)

25 de septiembre de 2008 Síntesis de la audiencia celebrada en Lille, en la sede del Consejo de la Región Nord-Pas de Calais (Francia)

Under the French presidency of the European Union, the European Economic and Social Committee's Consultative Commission on Industrial Change (CCMI) and the Nord-Pas de Calais (NPdC) Regional Council organised a hearing on Industrial change, territorial development and responsibility of companies (subject of the opinion for which this is the appendix), which took place in the regional council's hemicycle. The hearing was attended by over 90 key guests from 12 European countries and high-level local and regional bodies, both public and private, together with representatives from three of the European Commission's directorates-general.

With the participation of the regional council president, Daniel Percheron, the CCMI president, Joost van Iersel, the study group president, Martin Siecker, the rapporteur, Antonello Pezzini, and the co-rapporteur, Bernard Gay, promoter of this important initiative, a wide-ranging and animated debate was held on regional and local development, governance, the revitalisation of production, the need for shared views of future trends, sectoral and inter-sectoral prospects for the growth of competitive employment, and mechanisms for active democracy through the development of a participatory culture in an area successfully combining an adequate level of wellbeing with the duties which are an integral part of social responsibility.

In our globalised economy, territorial development and industrial change are closely connected and interdependent. The opinion aims to take a territorial approach to assessing the prospects for socio-economic change, focusing primarily on the development strategies designed by local and regional bodies and on the centres of competence set up by private and public stakeholders. The analysis thus focuses on the regions' capacity to cope with and adapt to irreversible changes through collective responsibility-sharing systems, taking into account the concept of corporate societal responsibility.

NPdC is considered a region with a rich fund of experience in these fields and the CCMI therefore asked it to cooperate in organising a hearing in Lille. The two organisations pooled their resources with a view to taking stock of the experiences of regional development stakeholders and noting their proposals for harmonious regional development.

Listening to the problems, solutions and experiences outlined by the most qualified representatives of the «real world» in the NPdC region (businessmen, presidents of business clubs and hubs of competitiveness, trade unions and representatives of the social economy, universities, the professions and public administration at various levels) and the wide-ranging exchange of ideas which ensued led to the identification of innovative strategies and key priorities which, alongside the generous hospitality of the NPdC regional council and the friendly relations established during the hearing, forged strong contacts with a profound impact on the CCMI's work.


ANEXO II

al Dictamen sobre el tema «Transformaciones industriales, desarrollo territorial y responsabilidad de las empresas»

(CCMI/055)

Various European initiatives and policies have been launched to address the challenge of socially responsible regional development in the EU and to give increased, positive visibility to the territorial dimension of EU policies:

Lille-Kortrijk-Tournai — Eurometropolis (France-Belgium): Eurometropolis is the first significant example of a European Grouping of Territorial Cooperation (EGTC). It was launched on 28 January 2008 and comprises 14 partners — four in France (central government, Nord-Pas de Calais region, Département du Nord and the Urban Community of Lille Métropole) and 10 in Belgium (the federal government, region of Flanders, the French-speaking Community, provinces and joint municipal authorities). Equally important was the establishment in the 1990s of the Transmanche Euroregion, comprising the English county of Kent, the French Nord-Pas de Calais region and Belgium, in a network useful for identifying cooperation projects, thus maximising the capacity to take action in the EU's 2007-2013 programming period.

Bilbao Metropoli 30: The process of revitalising the Bilbao metropolitan area was launched in the early 1990s with a public-private partnership involving over 80 public and private bodies, over 30 associated bodies and 17 international networks. It was based on a joint strategic plan and a shared vision of the territorial, economic, social, environmental and cultural development needed to transform the metropolitan area — and by extension the entire Basque Country — into one of the most advanced and competitive areas in Europe.

ALSO — Marche region: The ALSO project (Achievement of Lisbon and Gothenburg Strategy Objectives) has been developed by Italy's Marche region, together with numerous partners, including local and regional authorities, development agencies and universities from various EU countries, in the context of the INTERACT programme. Its ultimate aim is to orient territorial cooperation towards achieving the objectives of the Lisbon and Gothenburg Strategies.

Metropolis Hamburg — interregional cooperation: Partnership between the city of Hamburg and the regions of Lower Saxony and Schleswig-Holstein, based on voluntary cooperation between three federal states on both sides of the river Elbe.

Alps-Mediterranean Euroregion (France — Italy): This Euroregion comprises three Italian regions (Liguria, Piedmont and Valle d'Aosta) and two French regions (Provence-Alpes-Côte d’Azur and Rhône-Alpes). It is aimed at close cooperation on increasing exchanges in common areas of competence, so as to strengthen ties between the respective communities in the political, economic, social and cultural spheres.

Ister-Granum: This Euroregion is the first EGTC in central Europe. Recently formed, though based on previous cooperation schemes, the Ister-Granum Euroregion incorporates 47 local authority areas in Hungary and 39 in Slovakia. This new EGTC has about 20 joint projects in the pipeline, specifically in the fields of health systems and medical care, IT and media, tourism, and integrated transport infrastructure, particularly regarding the Danube. It is based in Esztergom, Hungary and provides for the participation of local and regional authorities solely and not of central government.

Baltic Euroregion: This partnership between the regions grouped around the Baltic Sea has existed since 1998. For the 2007-2013 programming period, the European Commission has approved EUR 75 million in financing for this Euroregion which henceforth includes parts of Poland, Sweden, Germany, Denmark and Lithuania. The Euroregion's objective is to boost sustainable development and the economic competitiveness of its constituent regions.


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