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Document 52010AE1364

Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre el «Libro Verde — Liberar el potencial de las industrias culturales y creativas» COM(2010) 183 final

DO C 51 de 17.2.2011, p. 43–49 (BG, ES, CS, DA, DE, ET, EL, EN, FR, IT, LV, LT, HU, MT, NL, PL, PT, RO, SK, SL, FI, SV)

17.2.2011   

ES

Diario Oficial de la Unión Europea

C 51/43


Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre el «Libro Verde — Liberar el potencial de las industrias culturales y creativas»

COM(2010) 183 final

2011/C 51/09

Ponente: Claudio CAPPELLINI

Coponente: Jörg LENNARDT

El 27 de abril de 2010, de conformidad con el artículo 304 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), la Comisión Europea decidió consultar al Comité Económico y Social Europeo sobre el

Libro Verde – Liberar el potencial de las industrias culturales y creativas

COM(2010) 183 final.

La Comisión Consultiva de las Transformaciones Industriales, encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el 8 de septiembre de 2010.

Habida cuenta de la renovación del mandato del Comité, la Asamblea Plenaria decidió pronunciarse sobre el Dictamen en el Pleno de octubre y nombrar ponente general a Joost Van IERSEL, de conformidad con el artículo 20 del Reglamento Interno.

En su 466o Pleno del 21 de octubre de 2010, el Comité Económico y Social Europeo ha aprobado por 71 votos a favor y 1 abstención el presente Dictamen.

1.   Recomendaciones y propuestas

Por lo que respecta a las cuestiones abiertas que propone la Comisión en su Libro Verde (COM(2010) 183 final, de 27 de abril de 2010), y considerando las recomendaciones ya propuestas por la Plataforma sobre el potencial de las industrias culturales y creativas y el diálogo que se ha entablado en su seno, también a través de audiencias específicas, el Comité formula una serie de recomendaciones y propuestas concretas en apoyo a las industrias culturales y creativas (ICC) europeas.

1.1   Recomendaciones

El CESE:

a)

invita a la Comisión a que prosiga sus esfuerzos para lograr una mejor definición del sector y una representación artística más adecuada del mismo, teniendo especialmente en cuenta la situación económica y social de los profesionales del sector artístico. No existe, efectivamente, una definición unívoca y consensuada de «industria cultural y creativa», un requisito fundamental para:

i.

favorecer el reconocimiento de la especificidad de las ICC,

ii.

analizar su repercusión en el crecimiento a largo plazo, la competitividad internacional, el desarrollo regional y la cohesión territorial, y

iii.

fomentar la adopción de políticas que tengan en cuenta las especificidades culturales del sector mediante una efectiva aplicación del artículo 151.4 del Tratado CE, el actual punto 167.4 del TFUE;

b)

recomienda a la Comisión que multiplique sus esfuerzos en favor de la entrada en vigor de un «espacio europeo de la creatividad» potenciando un marco regulador europeo fundamentado en la igualdad de acceso al mercado, la libre competencia, la lucha contra los abusos por posición dominante, el apoyo y el desarrollo de las PYME y el artesanado, la promoción de la diversidad cultural, la protección de los derechos de propiedad intelectual y la lucha contra la piratería, con especial hincapié en el potencial digital del sector;

c)

propugna la adopción de facilidades fiscales y de nuevos modelos e instrumentos para favorecer la financiación de la planificación sectorial, así como la constitución de asociaciones público-privadas con participación ciudadana; en otros términos, y siempre en este ámbito, se trata de añadir a los modelos tradicionales de APP diversas modalidades de participación directa de los ciudadanos (1);

d)

subraya la contribución de las ICC a los objetivos estratégicos de la «cohesión europea» y recomienda que los entes locales (municipios, regiones, etc.), en colaboración con el resto de las instancias territoriales (universidades, bancos, asociaciones, proveedores de contenidos públicos y privados, etc.), favorezcan la promoción de las ICC y su integración en el desarrollo regional;

e)

resalta la necesidad de adoptar medidas adecuadas para contrarrestar la vulnerabilidad de las empresas del sector, especialmente las PYME, y la precariedad de los profesionales del sector artístico, así como la exigencia de favorecer una «masa crítica» de inversión en el sector, recurriendo a las denominadas «economías de aglomeración» para hacer frente a la penetración en el mercado europeo de productos culturales que fomenten modelos de actuación con efectos negativos para la cultura europea o que puedan dar lugar a una colonización cultural propiamente dicha;

f)

hace hincapié en el papel de las TIC (por ejemplo, de las iniciativas de la UE en relación con la Internet del futuro) a la hora de ofrecer nuevas oportunidades (servicios de banda ancha o de apoyo a la creatividad, en particular, en las zonas desfavorecidas o con bajos ingresos), tanto en lo que respecta a la elaboración de productos y servicios creativos, como a su distribución y utilización por parte de los usuarios finales;

g)

subraya la necesidad de promover en el ámbito europeo una mejor comprensión de la industria creativa en los programas de la educación básica y la formación profesional, como ya se señala en la Carta Internacional de la Artesanía Artística;

h)

se reafirma en la exigencia de estudiar los instrumentos más adecuados para facilitar el acceso al crédito de las empresas creativas o los profesionales del sector, prestando, por un lado, mayor atención a los aspectos de sostenibilidad económica y financiera de los proyectos y obras por parte de las empresas y, por otro, desarrollando las capacidades de las instituciones de crédito a la hora de valorar las posibilidades económicas y financieras de los proyectos culturales y creativos, y

i)

por último, reitera la necesidad de impulsar en las instituciones de la UE una mayor reflexión sobre las repercusiones sociales derivadas del desarrollo de agrupaciones (clusters) en el ámbito de la creatividad y la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores del sector.

1.2   Propuestas

Habida cuenta de todo ello, el CESE plantea a las instituciones europeas y a la Comisión en su conjunto –y no sólo a sus unidades especializadas– una serie de propuestas operativas en apoyo a las ICC:

a)

Entablar un «diálogo estructurado» con todas las partes interesadas y, recurriendo a la colaboración entre todas las instituciones comunitarias interesadas, emprender una campaña con iniciativas para impulsar la reflexión y sensibilización sobre el papel que desempeñan las ICC en el «territorio europeo», con especial atención a las zonas desfavorecidas y a los territorios afectados por la política de cohesión. El CESE se muestra plenamente dispuesto a promover dicho diálogo estructurado y a colaborar con las demás instituciones comunitarias poniendo a disposición sus competencias técnicas y su red de relaciones.

b)

Crear, a partir de proyectos piloto emprendidos en algunas zonas de la Unión, lugares de encuentro y experimentación de carácter informal (basados en el modelo de los science shops, centros del futuro, parques multimedia, etc.) que puedan fomentar la participación directa de los grupos destinatarios formados por ciudadanos/usuarios/asociaciones y de la sociedad civil organizada. El objetivo estriba en fomentar la participación de todo el territorio de la UE en el desarrollo del potencial de la industria creativa, y no sólo de los grandes centros urbanos, que a menudo se consideran los únicos promotores de los procesos de desarrollo creativo. En este contexto, las comunidades locales y regionales, las asociaciones de PYME y del artesanado pueden desempeñar un papel fundamental a la hora de integrar las ICC en el desarrollo regional (aplicando el principio «pensar primero a pequeña escala» (Think Small First), previsto en el «Small Business Act para Europa»).

c)

Potenciar el «mercado interior» de la creatividad promoviendo:

i.

la circulación;

ii.

un verdadero ejercicio del derecho de establecimiento;

iii.

el reconocimiento mutuo de las profesiones, cualificaciones y competencias certificables;

iv.

el desarrollo de un sistema de verdaderos servicios de apoyo al sector (una fiscalidad armonizada para proteger a las personas que se dedican a la actividad creativa, el patrimonio creativo, acuerdos contra la doble imposición, etc.);

v.

el intercambio de las mejores prácticas y el desarrollo de coproducciones y asociaciones transnacionales, además de las asociaciones público-privadas (por ejemplo, acuerdos entre usuarios y proveedores de contenido de diferentes países), recurriendo también a nuevos modelos de participación (APP de participación ciudadana) a nivel local y regional.

d)

Intensificar el diálogo entre los centros de nivel universitario, las PYME, las empresas artesanales y sus respectivas asociaciones de representantes; mejorar las competencias informáticas y tecnológicas de los estudiantes; y emprender iniciativas para la creación de nuevas empresas en el sector, recurriendo también a modalidades de tutoría por pares.

e)

Apoyar la financiación de la creatividad mediante, por un lado, la elaboración a escala europea de «directrices» de plan empresarial para los proyectos, servicios y obras creativas y culturales, así como indicadores específicos de rendimiento capaces de facilitar la evaluación técnica y económica de las inversiones en el sector, y, por otro, facilidades crediticias, fondos mixtos de garantía público-privados para las PYME y fondos de financiación renovable, así como nuevas modalidades de asociación entre las distintas partes interesadas (TIC, edición de libros, música, cine, etc.).

2.   ¿Qué son las industrias culturales y creativas (ICC)?

2.1   Como reconoce la Estrategia UE 2020, las industrias culturales y creativas (ICC) europeas desempeñan un papel central para el crecimiento, la competitividad y el futuro de la Europa comunitaria y de sus ciudadanos. Estas industrias son fuente de innovación, crean puestos de trabajo y actúan de interfaz entre las distintas actividades del sector. Además, son una fuente de ventaja comparativa no reproducible en otro lugar, factores de desarrollo local y fuerza motriz de la transformación industrial.

2.2   Asimismo, el CESE subraya el papel que asumen las ICC en el seno de la «sociedad europea» para promover el pluralismo y la diversidad cultural, y como instrumento para promocionar la «identidad europea». Las ICC contribuyen a la mejora de la calidad de vida, a la tolerancia y a la prevención de comportamientos contrarios a la dignidad de las personas, la integración y la acogida.

2.3   El ambicioso objetivo del presente dictamen es liberar todo el potencial de las industrias culturales y creativas, elemento estructural de la nueva Estrategia Europa 2020 –como también subraya el Consejo Europeo– y actores clave en el ámbito de las transformaciones industriales en Europa. Esto requiere, en primer lugar, un conocimiento adecuado de los fenómenos estudiados, distinguiendo entre la conceptualización, el análisis de los procesos de producción y consumo, y la gobernanza.

2.4   Aunque generalmente se hable de ICC, hay que mantener una distinción entre «cultura» y «creatividad». Mientras que, en términos generales, se entiende por cultura el conjunto de conocimientos, costumbres y grados de desarrollo artístico y científico en una época o grupo social (2), «la creatividad» se entiende específicamente como la capacidad de pensar de forma innovadora, o de producir nuevas ideas que combinan de forma inédita elementos de la realidad (ya sean procesos, objetos, conocimientos, etc.). No se debe confundir, a su vez, con el término «innovación» que se refiere de manera más general a los procesos y productos evolutivos de los conocimientos, técnicas e instrumentos (3).

Esta distinción es fundamental, dado que permite distinguir conceptos que en el lenguaje corriente se suelen confundir y pone claramente de manifiesto las profundas interconexiones entre cultura, creatividad e innovación (véanse también las conclusiones del Consejo de la UE sobre la contribución de la cultura al desarrollo regional y local, de 29 de abril de 2010).

2.5   El carácter pluridimensional de la cultura y la creatividad dificulta la definición de un enfoque único para su análisis: en un extremo están quienes circunscriben la creatividad al único ámbito de las actividades culturales; y en el extremo opuesto están quienes consideran que todas las industrias son creativas por su propia naturaleza. Por tanto, podría darse cierto grado de arbitrariedad en la definición de los llamados «sectores creativos», lo que repercutiría en la eficacia de las políticas de apoyo a la Estrategia Europa 2020.

2.6   El problema de establecer los límites del sector está igualmente relacionado con un problema de «percepción», ya sea ésta «interna» (actores del sector que no se perciben como elementos de una misma «industria» específica) o «externa» (sociedades que no reconocen la pertenencia específica a un sector de quien opera en las industrias culturales y creativas).

3.   Situación general de las ICC en Europa

3.1   Según la definición de la Comisión Europea, las ICC contribuyen en su conjunto a aproximadamente el 2,6 % del PIB de la UE-27 y proporcionan empleo a cerca de cinco millones de personas (fuente: Libro Verde COM(2010) 183 final). Según otras fuentes, su peso es todavía más relevante. La diversidad de las estadísticas refleja naturalmente las diferencias a la hora de evaluar las agrupaciones sectoriales incluidas en la definición de ICC (véase la recomendación del punto 1.1.a).

3.2   La balanza comercial de la UE-27 en los principales sectores relacionados con la «creatividad» registró (datos de 2007) un superávit de 3 000 millones de euros. Según la CNUCD (Creative Economy Report, 2008), la industria de la creatividad sigue siendo uno de los principales sectores del comercio mundial en términos de crecimiento. Entre 2000 y 2005 el comercio a nivel mundial de bienes y servicios relacionados con la creatividad creció casi un 9 %, confirmando así las buenas perspectivas de crecimiento a largo plazo.

3.3   Profesionales típicos del sector son, por un lado, artistas, creadores, productores, editores o intérpretes, aunque también siguen siendo fundamentales otros perfiles estándar, de carácter técnico o empresarial, como el artesanado. No obstante, cabe destacar la ausencia de normas sectoriales adecuadas, la falta de reconocimiento específico que sufren las profesiones del sector y la inexistencia de una protección social específica para ellos (por ejemplo, que se adapte a la brevedad de los periodos contractuales, en términos de asistencia social, o que favorezca la movilidad internacional).

3.4   En cualquier caso, las ICC brindan grandes posibilidades para el crecimiento y la creación de empleo en la UE. De hecho, en todo el mundo se considera que la creatividad es el motor del crecimiento sostenible, inteligente e integrador, así como que la cultura desempeña un papel fundamental para el desarrollo de la sociedad de la información y del conocimiento. Además, estos dos factores no son únicamente instrumentos de una oferta más competitiva y estructurada, sino que también incentivan la demanda de contenidos, educan en la diversidad cultural y, al mismo tiempo, ayudan a combatir la exclusión y la discriminación.

3.5   Por otra parte, la creatividad desempeña un papel fundamental en el ámbito de la competitividad internacional, proporcionando «valor inmaterial» a los «productos» y transformándolos en una forma particular de «experiencia». En la actualidad, son cada vez más las actividades económicas que, aunque no pertenecen al sector de las industrias creativas propiamente dicho, dedican cada vez mayores recursos a las actividades creativas como aportaciones para sus productos. El sector creativo, además de ser esencial para la competitividad internacional de las empresas, tiene repercusiones positivas para el resto de la economía (4).

3.6   Otro elemento que no se puede subestimar es la aportación que supone el desarrollo de este sector para la «calidad de vida» del territorio de referencia: la influencia en el sistema educativo, en los modelos de comportamiento de los jóvenes o en el aumento del interés por la cultura a la que las actividades de las ICC sirven de vehículo de difusión, contribuyendo así a activar el «dinamismo» de las ciudades y los territorios implicados.

3.7   Por último, hay que resaltar el potencial que ofrece la aplicación de las nuevas tecnologías en el sector, por ejemplo con el fenómeno de los «medios de interacción social» (la puesta en común de contenidos escritos, imágenes, video y audio por parte de los usuarios). Se trata de un sector que puede generar al mismo tiempo ideas interesantes, diálogos productivos y encuentros fructíferos (cabe citar, a modo de ejemplo, Wikinomics), pero que demuestra también dificultades de gestión, por ejemplo, en lo referente a los derechos de propiedad intelectual de los contenidos compartidos. Además, las nuevas tecnologías pueden contribuir a combatir la piratería digital.

3.8   Sin embargo, el sector sigue siendo vulnerable. Por una parte, está dominado por las pymes y, por el otro, sujeto a la formación de regímenes de oligopolio letales para la competencia (el denominado «efecto best-seller»); basta pensar en las sociedades multimedia o la publicidad que despliegan a nivel mundial.

3.9   El papel de las pymes en este sector sigue siendo fundamental. Son estas empresas las que asumen el «riesgo» derivado de la innovación no tecnológica, de la inversión en nuevos talentos y formas estéticas y de los intentos por asegurar una oferta variada y diversificada a los consumidores. Se plantea, sin embargo, un problema de «masa crítica» de inversión capaz de hacer frente a la penetración en el mercado europeo de productos que fomenten modelos de actuación y valores ajenos a la cultura europea. En este sentido, sería útil adoptar medidas específicas de apoyo y ayuda a la promoción de «sistemas locales de pymes» y el desarrollo de «clusters» regionales y de «economías de aglomeración».

3.10   Las políticas de la industria cultural y creativa en Europa siguen siendo heterogéneas. En algunos Estados miembros, este sector se beneficia de considerables inversiones públicas, mientras que en otros países la inversión es principalmente de carácter privado (5). Más allá de las valoraciones sobre la eficacia de esas políticas, es innegable que la fragmentación de las normativas y los mercados nacionales en este ámbito constituye de facto una alteración de la competencia en el seno del mercado europeo. El propio Libro Verde evidencia la importancia de multiplicar los esfuerzos por lograr una mayor competencia europea en este sector, con lo que se favorece la diversidad cultural. Por lo demás, un estímulo adecuado para la evaluación comparativa seguirá siendo fundamental para impulsar las políticas sectoriales europeas.

3.11   A escala de la UE, tanto la Comisión (Comunicación de 10 de mayo de 2007 sobre una Agenda europea para la cultura en un mundo en vías de globalización), como el Consejo (Plan de trabajo para la cultura 2008-2010, de 10 de junio de 2008) y el Parlamento (véase la Resolución del PE de 10 abril de 2008 sobre las industrias culturales) se han marcado el objetivo de optimizar el potencial de las ICC, y en concreto, las pymes. Entre las actividades programadas cabe mencionar la European Creative Industries Alliance, cuyo lanzamiento tendrá lugar en 2011 en el marco del «Entrepreneurship and Innovation Program» (EIP o Programa para la Innovación y el Espíritu de Empresa) del Programa de Competitividad e Innovación (6). Otras iniciativas se relacionan con la creación de un grupo de trabajo relativo a las ICC que incluya expertos de los Estados miembros y la realización de estudios sobre la contribución de la cultura a la creatividad y la dimensión empresarial de las industrias culturales y creativas, sobre la contribución de la cultura al desarrollo económico local y regional, así como sobre la elaboración del Libro Verde relativo a las ICC.

4.   Los temas de debate y las prioridades planteadas a raíz de la consulta con las partes interesadas

4.1   Al publicar el Libro Verde el 27 de abril de 2010, la Comisión ha abierto el debate sobre el potencial de crecimiento de las ICC, destacando el papel de la diversidad cultural, la globalización y el proceso de digitalización como motores del proceso, así como la necesidad de dotar a las industrias de este sector de instrumentos adecuados –como la posibilidad de experimentar e invertir, facilitando el acceso al crédito– y de promover el desarrollo mediante la reorientación de las políticas territoriales.

4.2   La actuación de la Comisión gira en torno a tres líneas políticas principales: la «Agenda Digital para Europa», que es una de las siete iniciativas emblemáticas de la Estrategia Europa 2020, en cuyo ámbito la Comisión tiene previsto crear un mercado único para contenidos y servicios en línea; acciones específicas para reforzar el papel de las ICC como catalizadoras de la innovación y el cambio estructural, en el contexto de la iniciativa emblemática «Unión por la innovación»; y una estrategia sobre propiedad intelectual encaminada a fomentar el necesario equilibrio entre la protección y la difusión de los nuevos modelos empresariales.

4.3   Sin embargo, el Libro Verde también plantea preguntas abiertas al objeto de fomentar un debate entre todos los actores europeos de la creatividad (en sentido amplio). Con el presente dictamen el CESE pretende aportar su propia contribución al debate iniciado por la Comisión haciendo sugerencias y propuestas operativas de carácter concreto. En este contexto, la principal referencia del CESE siguen siendo las recomendaciones propuestas por la Plataforma sobre el potencial de las industrias culturales y creativas. Sin embargo, han salido a la luz nuevos elementos gracias al diálogo entre las partes interesadas y a las audiencias específicas que el Comité ha llevado a cabo.

4.4   Los «espacios físicos» de la creatividad, los clusters y su papel en el desarrollo territorial

4.4.1   El primer elemento de debate que pone de manifiesto el Libro Verde es el de los «espacios para la experimentación, la innovación y el espíritu de empresa en el sector creativo» y el papel que desempeñan las nuevas tecnologías de la información. En la práctica, se trata de dar la oportunidad de crear lugares de encuentro para la colaboración interdisciplinaria, que también permitan experimentar las soluciones más innovadoras de la industria creativa y explorar, junto con los ciudadanos y usuarios, nuevos lenguajes y formas de expresión como, por ejemplo, el acceso multisensorial a los contenidos artísticos digitales («centros de futuro» o centros empresariales de productos y servicios de la industria creativa, realidad virtual y parques e-multimedia).

4.4.2   Estos lugares, que se caracterizan por su «sensibilidad al cambio», también pueden servir de estímulo para contrarrestar la marginación de algunas zonas con respecto a los grandes centros urbanos de desarrollo creativo. Generalmente, se considera que las principales agrupaciones de la creatividad europea se concentran en los grandes centros urbanos, como Isla de Francia, Londres-Centro, la provincia de Milán, Ámsterdam, Madrid, etc. (7) (véase el informe «Priority Sector Report: Creative and Cultural Industries» del Observatorio Europeo de Clusters).

4.4.3   Son muchas las razones que conducen a la formación de agrupaciones industriales de carácter «creativo»: el desarrollo económico de las ciudades y regiones, el desarrollo de la economía del conocimiento, el turismo creativo, la eficacia de las líneas de producción o los efectos indirectos en términos de innovación, etc. A la luz de estos conocimientos, deberían ponerse en marcha proyectos específicos para la ampliación de estas agrupaciones (clusters), su mayor divulgación por todo el territorio de la UE y la puesta en marcha de redes a nivel europeo.

4.4.4   De este modo se unen estas experiencias (véanse las conclusiones del Consejo de la UE del 29 de abril de 2010) al papel central de la industria creativa –de sus redes y agrupaciones– como motor del desarrollo regional. El informe «Priority Sector Report: Creative and Cultural Industries» del Observatorio Europeo de Clusters demuestra empíricamente la relación directa entre la ubicación de la industria creativa y el desarrollo territorial. El problema estriba en elegir las formas de cooperación más apropiadas para facilitar la integración de las ICC en el desarrollo estratégico regional.

4.4.5   Una característica destacada de las agrupaciones culturales y creativas es la dependencia, especialmente en las fases iniciales, de las actuaciones de carácter público, así como la necesidad de una acción positiva de integración capaz de implicar al conjunto de los agentes territoriales: administración pública, empresa, sistema escolar y universitario, mundo de la cultura, profesiones intelecturales y sociedad civil. De hecho, no se debe subestimar el vínculo entre los clusters y la comunidad territorial de origen. Estos clusters tienen su origen en el «saber común» del lugar y enlaza con un ambiente favorable, imposible de reproducir, que fomenta la innovación y el cambio (véanse los ejemplos de Bilbao, Valencia, Ámsterdam, Ruhr, etc.).

4.4.6   Así pues, los entes locales (municipios, regiones, etc.), en colaboración con el resto de las instancias territoriales (universidades, bancos, asociaciones, proveedores de contenidos públicos y privados, etc.), desempeñan un papel fundamental para la integración de las ICC en el desarrollo regional, con vistas a alcanzar los objetivos estratégicos del sector. La política de cohesión de la UE reconoce, por ejemplo, la contribución múltiple de las ICC a sus objetivos estratégicos (convergencia, competitividad y empleo, cooperación territorial, inclusión de las capas más débiles de la sociedad), aunque resulta difícil determinar sus repercusiones específicas.

4.4.7   Entre otros ejemplos concretos de espacios de agrupación y encuentro para la cultura y la creatividad al margen de los grandes polos urbanos, frecuentemente en zonas desfavorecidas transfronterizas, el CESE resalta, además de la experiencia consolidada de Valencia, la recientísima experiencia de los «laboratorios urbanos» en la Región de Apulia, donde inmuebles abandonados, centros escolares en desuso, palacios históricos abandonados, antiguos monasterios, mataderos, mercados y cuarteles de toda la región se han reestructurado, reequipado y redecorado para convertirse, con el apoyo de la región, en verdaderos «contenedores» culturales y creativos para la juventud.

4.5   El «espacio europeo» de la creatividad: el marco regulador

4.5.1   Otro tema clave para luchar contra la marginación es la movilidad de los artistas y profesionales de la industria creativa. El intercambio de mejores prácticas sigue siendo necesario para abrir nuevas perspectivas y animar a los ciudadanos europeos a conocer y entender mejor sus respectivas culturas.

4.5.2   Sin embargo, los obstáculos a la movilidad son muchos y la mayor parte de ellos se relaciona con las normativas que regulan los visados, los regímenes fiscales y otras barreras administrativas ligadas a las diferencias de reglamentación del sector en los distintos países europeos, y a menudo también entre distintas administraciones regionales.

4.5.3   Como propuestas operativas para fomentar la movilidad se podrían promover las coproducciones europeas y los intercambios de experiencias y competencias, tanto en las fases de producción como de diseño, a nivel inter e intrasectorial; asignar fondos a la traducción a las lenguas menos habladas y no europeas; promover acciones específicas en favor del reconocimiento mutuo de las actividades, profesiones y competencias certificables, y suscribir acuerdos contra la doble imposición. Las profesiones intelectuales contribuyen a crear una «economía cultural y creativa»; en este sentido, pueden participar en un proyecto piloto en red capaz de atraer aportaciones creativas que también procedan del exterior de la Unión Europea.

4.5.4   Las TIC ofrecen en este contexto nuevas oportunidades, tanto en términos de elaboración de productos creativos, como en lo que respecta a su distribución y utilización por los usuarios finales. La Comisión Europea presentó en mayo de 2010 una ambiciosa Agenda Digital Europea, la primera de las siete acciones emblemáticas de la Estrategia Europa 2020. Entre los siete objetivos que se establecen, la Agenda prevé un nuevo mercado único para disfrutar los beneficios que brinda la era digital, un aumento significativo de las posibilidades de los ciudadanos europeos para acceder a un Internet rápido y rapidísimo, así como un intento por ofrecer a todos los ciudadanos europeos conocimientos digitales y servicios en línea accesibles.

4.5.5   Sin embargo, el principal obstáculo al aprovechamiento del potencial digital de este sector es la ausencia de un marco normativo que proteja la propiedad intelectual de los contenidos culturales y creativos en formato digital (cuyas normas actuales suelen estar orientadas a las necesidades de los grandes operadores), así como el derecho de acceso a los contenidos para todos los usuarios/ciudadanos y las pymes, especialmente en las zonas desfavorecidas, que se ven obligados a menudo a soportar unas normas de acceso limitadoras y abusivas.

4.5.6   La cuestión de los derechos de propiedad intelectual guarda una estrecha relación con el problema de la piratería y la falsificación, cuyo impacto estimado en la industria creativa (cine, series televisivas, producción musical y programas informáticos), sólo para el año 2008, asciende a 10000 millones de euros de ingresos no percibidos y 185 000 puestos de trabajo perdidos (véase a este respecto el estudio de la consultora TERA: «Costruire un'economia digitale: l'importanza di salvaguardare i livelli occupazionali nelle industrie creative dell'UE»). La piratería digital es un delito que afecta tanto a las empresas pequeñas como a las grandes y que, en el ámbito europeo, exige medidas más incisivas y coordinadas para potenciar la protección de los consumidores y afrontar el fenómeno de la producción ilegal a mayor escala.

4.5.7   En este contexto, conviene examinar las posibilidades brindadas por las «fuentes abiertas» (o libres) y Wikinomics, dada su capacidad específica para valorizar el trabajo de las pequeñas empresas, que se caracteriza por unos procesos de producción fragmentados, contribuciones creativas muy singulares, ciclos productivos variables y recursos económicos limitados.

4.5.8   El CReATE Project Report on ICT and CI  (8) destaca cuatro tendencias principales mediante las cuales las TIC podrían impulsar el desarrollo económico de las ICC: distribución digital para facilitar el uso compartido de contenidos en red; desarrollo de experiencias visuales; reducción del efecto «barrera» y desarrollo de la nueva capacidad emprendedora, en particular, en las zonas desfavorecidas de la UE; capacidad de adaptar la organización del trabajo a la distribución geográfica de los recursos que únicamente están en contacto a través de la tecnología y de los proveedores de contenidos en el ámbito de las asociaciones público-privadas con participación ciudadana.

4.5.9   La segunda cuestión planteada por la Comisión se refiere al fomento de la cooperación entre las escuelas de arte y diseño y las empresas –especialmente las artesanas–, así como el desarrollo de las competencias digitales, sobre todo allí donde éstas no existan o sean todavía modestas. En el Manifiesto de la creatividad en la UE para el año 2009 ya se destacaba la necesidad de reinventar la enseñanza para prepararse a la sociedad del conocimiento. Sin embargo, se plantea un problema específico de falta de integración entre el mundo de la educación y el de los negocios, especialmente en lo que atañe al desarrollo de la creatividad, de las denominadas competencias electrónicas y, de manera más general, de la capacidad de adaptación de los recursos humanos al extraordinario desarrollo del sector.

4.5.10   Las propuestas operativas en este ámbito son:

a)

La promoción de una mejor comprensión de la industria creativa en los programas de la educación básica; fomentar un mayor «espíritu empresarial creativo» impulsando a la vez las oportunidades de colaboración entre la educación básica y las escuelas de arte y diseño (mediante, por ejemplo, períodos de prácticas y seminarios);

b)

la adopción de procesos competitivos y de premios para jóvenes talentos y para aquellos centros que promuevan sus capacidades;

c)

la promoción de la educación artística y cultural y, en general, del interés por el trabajo y los productos de la industria creativa en los programas de la enseñanza primaria y secundaria;

d)

las medidas de apoyo a los nuevos titulados en este sector a través de facilidades económicas directas o concedidas a las empresas que les emplean;

e)

el apoyo a la empleabilidad mediante procesos de formación permanente y el reconocimiento europeo de las cualificaciones;

f)

el desarrollo de los conocimientos informáticos y tecnológicos entre los estudiantes de las academias de arte y diseño, y

g)

el establecimiento de asociaciones con organizaciones de las PYME y el artesanado en la UE, a fin de contribuir eficazmente a la transmisión de los conocimientos, del espíritu empresarial y de todos aquellos valores «inmateriales» que conforman la base del desarrollo creativo.

4.6   La financiación de la creatividad

4.6.1   La tercera cuestión que plantea la Comisión es la de la financiación de la creatividad, es decir, la manera de estimular la inversión privada y las asociaciones público-privadas participativas, y de mejorar el acceso al crédito para las ICC. A este respecto, cabe señalar, por un lado, que prestar una mayor atención a los aspectos relacionados con la sostenibilidad económica y financiera de los proyectos y obras de las empresas facilitaría indudablemente el acceso al crédito, mientras que, por otro, las instituciones de crédito muestran escasa competencia a la hora de valorar las repercusiones económicas y financieras de las «ideas inéditas».

4.6.2   Las propuestas concretas en este ámbito son:

a)

compartir «directrices» de plan empresarial para los proyectos, servicios y obras creativas y culturales, y definir indicadores específicos de calidad de los procesos y resultados financieros, al objeto de facilitar la evaluación técnica y económica de las inversiones en el sector, y evitar someter así a las PYME a cargas económicas y administrativas inútiles;

b)

poner en marcha una formación apropiada para los evaluadores y desarrollar políticas y programas destinados a ayudar a las ICC atendiendo a un enfoque global;

c)

garantizar, con pocos recursos, la financiación en condiciones favorables de las fases de diseño y puesta en marcha o la verificación preliminar de la viabilidad y sostenibilidad de los proyectos (concediendo, por ejemplo, una certificación de viabilidad), lo que permitiría dedicar recursos adicionales a las etapas de producción y a la divulgación de los resultados entre el mayor número de empresas interesadas;

d)

adoptar sistemas fiscales que no penalicen a las ICC y, en particular, a las pymes, ya sea de manera individual o colectiva, mediante créditos fiscales y exenciones de impuestos (por ejemplo, el IVA reducido para los productos «off-line» y «on-line» del sector, como ocurre en Estados Unidos);

e)

desarrollar facilidades crediticias, mediante fondos mixtos de garantía público-privados para las pymes (red europea de consorcios de garantía para las pymes) y fondos de financiación renovable;

f)

promover nuevas modalidades de asociación entre las distintas partes interesadas del sector (como, por ejemplo, TIC, música, editoriales, etc.).

4.6.3   Otro tema relacionado es el del apoyo europeo a la inversión en el sector. Las políticas europeas de orientación y apoyo deberían contribuir también a favorecer la armonización de las normativas nacionales y regionales y las políticas de promoción del sector, en lo que respecta a la ayuda pública y el acceso al crédito, privado y subvencionado, con el objetivo de crear asociaciones y proyectos entre territorios con distintos niveles de desarrollo (véase el informe de KEA «Business Innovation Support Services for Creative Industries») (9).

4.7   La dimensión social de la creatividad

4.7.1   Por último, cabe señalar la cuestión de las repercusiones sociales del desarrollo de agrupaciones en torno a la creatividad. En efecto, el desarrollo de las ICC está intrínsecamente unido al crecimiento económico y al crecimiento social de las comunidades interesadas. El sector está estrechamente vinculado a su entorno de referencia: las agrupaciones se nutren de las relaciones socioeconómicas locales que no se dan en otros lugares, la ubicación territorial de los operadores del sector y la estrecha relación con el sector de la educación y formación. Ello requiere la instauración de un diálogo estructurado entre las ICC y las autoridades locales que permita adecuar las competencias institucionales y administrativas mediante una formación específica y la participación activa de las comunidades locales.

4.7.2   Por lo tanto, el CESE reitera la necesidad de fomentar en las instituciones de la UE un diálogo estructurado sobre las repercusiones sociales derivadas del desarrollo de agrupaciones en el ámbito de la creatividad y sobre la mejora de las condiciones de trabajo de los trabajadores del sector. Asimismo, el sector solicita acciones orientadas hacia la protección social, habida cuenta de que este sector se caracteriza por peculiaridades específicas como, por ejemplo, la generalización del empleo precario, la existencia de contratos de breve y brevísima duración, la falta de protección adecuada para los derechos de propiedad intelectual, así como la inexistencia de una normativa en favor de la movilidad de los trabajadores, los profesionales libres y los artistas.

Bruselas, 21 de octubre de 2010.

El Presidente del Comité Económico y Social Europeo

Staffan NILSSON


(1)  En otro contexto, véase el Dictamen sobre el tema «Mejora de los modelos de «asociaciones público-privadas participativas» en el despliegue de los servicios electrónicos para todos en la UE-27» (TEN/402), aprobado por el CESE en su Pleno de septiembre de 2010 y pendiente de publicación en el DO).

(2)  Véase el Dictamen del CESE sobre el tema «Las industrias culturales en Europa» (DO C 108 de 30.4.2004, p. 68).

(3)  Véase el Dictamen del CESE sobre el tema «Liberar y aumentar el potencial de Europa para la investigación, el desarrollo y la innovación» (DO C 325 de 30.12.2006, p. 16, y, en particular, el punto 4.12 y la nota 55).

(4)  En un estudio encargado por la Comisión Europea a Kea Consultants (http://www.keanet.eu/report/BISScreativeindustries.pdf) se resaltan tres canales fundamentales: el vínculo con el desarrollo local y regional, las relaciones intersectoriales (por ejemplo, entre contenidos creativos y TIC, o entre cultura y turismo), y las interconexiones entre sectores «creativos» y «no creativos». Este informe se elaboró con ocasión del seminario organizado en Ámsterdam por la DG Empresa, durante el cual se emitió también la «Declaración de Ámsterdam» (http://www.europe-innova.eu/creative-industries).

(5)  Naturalmente, un examen meticuloso de los modelos de política industrial adoptados en los distintos Estados miembros exigiría, una vez más, compartir una definición unívoca de ICC. Sin embargo, la financiación pública se orienta, por lo general, a la promoción del sector cultural (teatro, cine, arte, fundaciones, etc.) con considerable repercusión en todo el sector, habida cuenta de la interrelación existente entre inversiones culturales y desarrollo de las industrias creativas.

(6)  La iniciativa contará con un presupuesto de 7500 millones de euros, y se prevé un elevado efecto palanca financiero (en torno a los 100 millones de euros en tres años).

(7)  Estas «concentraciones territoriales» conciernen esencialmente a subsectores específicos como los soportes informáticos, los soportes de sonido y de vídeo.

(8)  Para más información sobre el proyecto CreATe: http://www.lets-create.eu/.

(9)  Véase la nota 4.


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