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Document 92003E002382

PREGUNTA ESCRITA E-2382/03 de Christopher Huhne (ELDR) a la Comisión. Mercado único.

DO C 78E de 27.3.2004, p. 109–110 (ES, DA, DE, EL, EN, FR, IT, NL, PT, FI, SV)

European Parliament's website

27.3.2004   

ES

Diario Oficial de la Unión Europea

CE 78/109


(2004/C 78 E/0110)

PREGUNTA ESCRITA E-2382/03

de Christopher Huhne (ELDR) a la Comisión

(18 de julio de 2003)

Asunto:   Mercado único

¿Tiene intención la Comisión de hacer en el futuro una evaluación comparativa del éxito del mercado único de la UE frente al mercado único de los EE.UU., en particular en lo que se refiere a la volatilidad y las discrepancias de los precios de distintos bienes y servicios?

Respuesta común

a las preguntas escritas E-2381/03 y E-2382/03

dada por el Sr. Bolkestein en nombre de la Comisión

(7 de agosto de 2003)

Para juzgar el éxito del mercado interior, la Comisión utiliza una serie de indicadores normalizados de integración del mercado, tanto de carácter jurídico como económico; estos indicadores incluyen la convergencia de precios, el comercio interior y la inversión transfronteriza interior, así como la aplicación y la transposición jurídica de la legislación comunitaria en los Estados miembros.

A continuación, pueden compararse los resultados de cada uno de estos indicadores para Europa con los resultados que se considera que debería lograr un mercado interior completo. Este último puede definirse de diferentes maneras: teóricamente (véanse, por ejemplo, las casillas 4 y 5 del anexo estadístico del Informe de la Dirección General de Mercado Interior sobre los mercados de productos y capitales en 2001) o en comparación con los resultados logrados por un mercado único real (en muchos casos, aunque no en todos, los EE.UU.).

En cuanto a la convergencia de precios, la Comisión ya está utilizando a los EE.UU. como modelo comparativo en su seguimiento del Mercado Interior, y seguirá haciéndolo cuando sea posible y adecuado desde un punto de vista técnico. No obstante, aunque los EE.UU. sean un modelo comparativo pertinente para la Unión dado que las dos áreas tienen aproximadamente el mismo tamaño, la misma población, etc., la Comisión cree que, en algunos casos, es más adecuado utilizar un modelo europeo, por ejemplo uno de los mayores Estados miembros (Alemania, Francia o Reino Unido). La ventaja de ello es que la estructura de los puntos de venta, la disponibilidad de los productos y las pautas de consumo en estos Estados miembros son similares a las de la Unión en su conjunto (más similares que en el caso de los EE.UU.).

Hasta ahora, los resultados en materia de convergencia de precios no son homogéneos. Por ejemplo, se ha reducido significativamente en los últimos años la dispersión de precios de los comestibles (el coeficiente de variación se redujo desde más del 20 % a principios de los años 90 a aproximadamente un 10 % en la actualidad). Pero todavía es más del doble que el de los EE.UU. (5,6 %). Y sigue siendo superior a la dispersión máxima de precios para estos productos dentro de cada Estado miembro.

Al igual que la medición del grado de integración del mercado conseguida, es asimismo importante evaluar los beneficios que ha aportado esta integración a las empresas y los consumidores de la Comunidad. Este es el objetivo del reciente informe de la Comisión para conmemorar el 10o aniversario del mercado interior de 1992. En particular, en él se estima que el mercado interior ha aportado casi 900 000 millones de euros de riqueza adicional y 2,5 millones de nuevos puestos de trabajo. También se demuestra en él que los consumidores se han beneficiado de la mayor competencia dentro del mercado interior a través de precios más bajos, mejores productos y servicios, y mayores posibilidades de elección.

No obstante, a pesar de estos éxitos, no puede negarse que aún no se ha completado el mercado interior. Todavía queda mucho por hacer, especialmente en materia de servicios en general y de servicios financieros en particular. La Comisión cree que, en vísperas de la ampliación, es especialmente importante dar ahora un impulso decidido para mejorar el mercado interior. Para contribuir a ello, acaba de poner en marcha su nueva Estrategia del Mercado Interior, en la que se establecen prioridades para los tres próximos años. Para ser eficaz, esta Estrategia requiere la colaboración activa del Consejo, el Parlamento y los Estados miembros.

Por último, la construcción de un mercado plenamente integrado no es una tarea definida con un final preciso, sino más bien un proceso ininterrumpido que precisa un esfuerzo, una vigilancia y una actualización constantes. Siempre surgen nuevos desafíos y, una vez se eliminan los obstáculos para el funcionamiento del mercado interior, aparecen otras barreras que deben abordarse. Por lo tanto, es de la mayor importancia que todo nuevo Tratado prevea las capacidades y competencias jurídicas necesarias para continuar la tarea de construir y hacer funcionar un mercado integrado.


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