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Document 52008IE1518

    Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre el tema Negociaciones internacionales sobre el cambio climático (Dictamen de iniciativa del Observatorio de Desarrollo Sostenible)

    DO C 77 de 31.3.2009, p. 73–80 (BG, ES, CS, DA, DE, ET, EL, EN, FR, IT, LV, LT, HU, MT, NL, PL, PT, RO, SK, SL, FI, SV)

    31.3.2009   

    ES

    Diario Oficial de la Unión Europea

    C 77/73


    Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre el tema «Negociaciones internacionales sobre el cambio climático» (Dictamen de iniciativa del Observatorio de Desarrollo Sostenible)

    (2009/C 77/19)

    Los días 16 y 17 de enero de 2008, de conformidad con el apartado 2 del artículo 29 de su Reglamento Interno, el Comité Económico y Social Europeo decidió elaborar un dictamen de iniciativa sobre el tema

    «Negociaciones internacionales sobre el cambio climático».

    La Sección Especializada de Agricultura, Desarrollo Rural y Medio Ambiente (Observatorio del Desarrollo Sostenible), encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el 2 de septiembre de 2008 (ponente: Sr. Osborn).

    En su 447o Pleno de los días 17 y 18 de septiembre de 2008 (sesión del 17 de septiembre de 2008), el Comité Económico y Social Europeo ha aprobado por 130 votos a favor, 3 en contra y 3 abstenciones el presente dictamen.

    1.   Resumen y Recomendaciones

    1.1

    El cambio climático es uno de los mayores desafíos con los que se enfrenta el mundo en el siglo XXI. Para evitar cambios catastróficos, además de reducir considerablemente las emisiones globales de gases de efecto invernadero, es preciso que para mediados de siglo los países desarrollados reduzcan sus emisiones en un 60-80 % con respecto a los niveles de 1990.

    1.2

    Las negociaciones internacionales sobre el cambio climático que se entablaron en Bali en diciembre de 2007 son esenciales, ya que tendrán una influencia decisiva sobre el alcance de las medidas que se tomen a escala mundial hasta 2020. Es vital que estas negociaciones concluyan con éxito en Copenhague en 2009.

    1.3

    La UE se ha fijado como objetivo vinculante para 2020 reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20 % con respecto a los niveles de 1990, y en la mesa de negociaciones ha propuesto reducirlas aún más, hasta un 30 % con respecto a los niveles de 1990, si otros países asumen compromisos similares. Posteriormente, la Comisión presentó propuestas en el marco del paquete de medidas sobre la energía de 23 de enero de 2008, en las que indica cómo se puede alcanzar el objetivo de una reducción del 20/30 %.

    1.4

    El Comité apoya firmemente la iniciativa emprendida por la UE en las negociaciones y, en particular, su compromiso unilateral de conseguir los objetivos de reducción del 20 % para 2020 con el fin de que las negociaciones sigan avanzando.

    1.5

    No obstante, el Comité considera que el desafío del cambio climático es tan importante que se debe hacer todo lo posible para afrontarlo. La UE debería imponerse el objetivo de la reducción condicionada del 30 % para 2020 y en las negociaciones debería intentar conseguir compromisos similares de otros países desarrollados, así como compromisos importantes de las economías emergentes cuyas emisiones aumentan rápidamente.

    1.6

    Con el fin de maximizar su influencia en las negociaciones, la UE tiene que demostrar su credibilidad cumpliendo sus compromisos. Antes de finales de 2008 se debería aplicar firmemente un paquete de medidas para conseguir el objetivo de reducción del 20 %.

    1.7

    El Comité considera que con el fin de realizar el objetivo de reducción del 30 % antes de 2020 (que, en opinión del CESE, debería ser el verdadero objetivo), posiblemente será preciso adoptar medidas adicionales a escala europea y nacional. El Comité insiste en que se adopten medidas lo antes posible para elaborar un segundo paquete de disposiciones que puedan conseguir una reducción del 30 %.

    1.8

    El Comité espera con interés que la Comisión formule sus próximas propuestas sobre adaptación al cambio climático, y recomienda que cada Estado miembro complemente esas propuestas con estrategias nacionales de adaptación.

    1.9

    El Comité recomienda que se desarrollen nuevas iniciativas para respaldar la adquisición de capacidades y la transferencia de tecnología en el ámbito de la mitigación y adaptación al cambio climático.

    1.10

    Para responder de manera adecuada al cambio climático será preciso realizar importantes cambios en la economía mundial y en los movimientos de inversión. El Comité recomienda que se siga analizando la envergadura de los recursos necesarios y los mecanismos públicos y privados adecuados para afrontar estos movimientos. El CESE opina que la magnitud del liderazgo y del esfuerzo necesario será similar a la que fue necesaria para la elaboración del plan Marshall de reconstrucción de Europa después de la II Guerra Mundial. En esta ocasión, la UE será el principal instigador del plan necesario.

    1.11

    En particular, se precisarán fondos para respaldar las medidas de mitigación y adaptación en los países en desarrollo. La expansión del mecanismo para un desarrollo limpio (MDL) es una fuente de recursos, pero será preciso reforzar los requisitos y la aplicación. Europa podría obtener algunos de los recursos extraordinarios necesarios de los beneficios de las subastas de licencias de comercio de los derechos de emisión de carbono.

    1.12

    También será necesario que los organismos públicos de todo tipo y todo nivel se movilicen, y que los consumidores y el público en general se involucren igualmente.

    1.13

    La propia UE deberá desempeñar un papel fundamental en la orientación y orquestación de este enorme cambio. El Comité insta a todas las instituciones de la UE a que desempeñen plenamente el papel que les incumba en la realización del objetivo climático de la UE. El Comité hará todo lo posible para movilizar el apoyo de la sociedad civil en esta importante iniciativa conjunta.

    1.14

    Es necesario definir cuanto antes los parámetros del acuerdo global que se vaya a elaborar en los próximos dieciocho meses de negociaciones internacionales, de manera que el esfuerzo político pueda centrarse en comunicar el desafío y recabar el apoyo, la confianza y el compromiso de todos los sectores de la sociedad del mundo entero para llevar a cabo los profundos cambios que se necesitan. No es éste un acuerdo que pueda lograrse a puerta cerrada, sino que, por el contrario, debe participar en él el conjunto de la sociedad. Las medidas de reducción deben ser realistas, económica y socialmente sólidas y factibles en el plazo propuesto.

    2.   Antecedentes

    2.1

    El cambio climático es uno de los mayores desafíos con que se enfrenta el mundo en el siglo XXI. El Cuarto Informe de Evaluación (4o IE) del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicado en 2007 documenta los cambios que ya se han producido como consecuencia del enorme aumento de emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por el hombre durante los dos últimos siglos, y prevé otros cambios alarmantes en el futuro si no se adoptan medidas urgentes para limitar las emisiones globales en los próximos años. El IPCC ha recomendado que el objetivo mundial sea mantener las temperaturas medias globales en un máximo de dos grados por encima de los niveles preindustriales si se quieren evitar impactos catastróficos. Para realizar este objetivo global, además de reducir considerablemente las emisiones globales de gases de efecto invernadero, es preciso que antes de mediados de siglo los países desarrollados reduzcan sus emisiones en un 60-80 % de los niveles de 1990.

    2.2

    La comunidad internacional ha intentado durante los últimos veinte años acordar una intervención colectiva para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero. En 1992 se aprobó en Río la Convención Marco sobre el Cambio Climático, que posteriormente reforzó el Protocolo de Kioto de 1997 por el que los países firmantes se comprometieron a adoptar medidas específicas para reducir las emisiones de aquí a 2012. No obstante, todo el mundo reconoce que estos acuerdos y medidas sólo son el principio y que se precisarán intervenciones más enérgicas y completas durante los próximos años para realizar el objetivo de mediados de siglo. Por lo tanto, las negociaciones internacionales sobre el cambio climático que se entablaron en Bali en diciembre de 2007 son esenciales, ya que tendrán una influencia decisiva sobre el alcance de las medidas que se tomen a escala mundial hasta 2020. Es vital que estas negociaciones concluyan con éxito en Copenhague en 2009.

    2.3

    Objetivos para 2020. La hoja de ruta de Bali se refiere a una parte del 4o IE del IPCC que pone de manifiesto que para realizar el objetivo a largo plazo de que el calentamiento de la Tierra se limite a dos grados por encima de los niveles preindustriales, los países desarrollados deberán reducir, de aquí a 2020, sus emisiones entre un 25 y un 40 % con respecto a los niveles de 1990.

    2.4

    Está claro que los países desarrollados son quienes deberán reducir de manera más drástica sus emisiones, puesto que han sido y siguen siendo los principales contribuidores per cápita al cambio climático. Europa tiene que desempeñar un papel en esta reducción. Los Estados Unidos deben volver a ser parte de la estrategia internacional y asumir auténticos compromisos respecto a las reducciones. Rusia también tendrá que contribuir al aceptar un objetivo más realista que el establecido en la ronda de Kioto.

    2.5

    La Unión Europea desempeña un papel fundamental en estas negociaciones. El Consejo ha adoptado un enfoque a largo plazo de reducción del 60 al 80 % de las emisiones de los países desarrollados de aquí a 2050. Como medida provisional para realizar este objetivo a largo plazo, la UE se ha fijado como objetivo vinculante para 2020 reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20 % con respecto a los niveles de 1990, y en la mesa de negociaciones ha propuesto reducirlas aún más, hasta un 30 % con respecto a los niveles de 1990, si otros países asumen compromisos similares. Posteriormente, la Comisión presentó propuestas en el marco del paquete de medidas sobre la energía de 23 de enero de 2008, en las que indica cómo se puede alcanzar el objetivo de una reducción del 20/30 %.

    2.6

    Además, cada vez es más importante que los países en desarrollo asuman serios compromisos propios para limitar el cambio climático. Las principales economías emergentes (China, India, Brasil y algunos otros países) ya se han convertido o se están convirtiendo rápidamente en importantes emisores de gases de efecto invernadero, por lo que convendría que, al administrar sus economías, restrinjan considerablemente la tasa de crecimiento de sus emisiones por debajo del modelo empresarial normal.

    2.7

    La esencia de este acuerdo a nivel mundial que persiguen los negociadores debería consistir, para los países desarrollados, en comprometerse a adoptar unas medidas y fijar unos objetivos ambiciosos para reducir sus propias emisiones, y ofrecer a los países en desarrollo un apoyo financiero y tecnológico a cambio de que éstos se comprometan a administrar su crecimiento y su desarrollo de modo tal que limiten en la medida de lo posible el crecimiento de sus emisiones de gases de efecto invernadero.

    3.   Observaciones generales

    3.1

    Por su parte, el CESE ha observado, desde el principio, tanto el avance general de las negociaciones como el paquete de medidas propuestas por la Comisión para que la UE pueda cumplir sus propios compromisos. Para observar las negociaciones en primera línea, el Comité envió pequeñas delegación en nombre de la sociedad civil europea como parte de las delegaciones de la UE a la Conferencia de Bali de las Partes de la Convención y a la subsiguiente reunión entre sesiones de Bonn. El CESE también se propone aprovechar sus contactos con las organizaciones y los grupos de la sociedad civil en otros grandes países para estudiar con más detalle su posición y el papel que la sociedad civil puede desempeñar en la promoción del acuerdo y en su aplicación.

    3.2

    El Comité está revisando los distintos elementos del paquete de la Comisión sobre cambio climático y energía en varios dictámenes independientes que el presente Dictamen general resume y referencia. El Comité examina en el presente Dictamen general de iniciativa los progresos y las perspectivas de las negociaciones en general, así como el papel desempeñado por Europa. Después de la aprobación del dictamen, el Comité tiene previsto organizar actos paralelos en las reuniones de negociación que se celebrarán en Poznan en diciembre de 2008 y en Copenhague en diciembre de 2009, para ayudar a la sociedad civil a responder y participar en las negociaciones en curso.

    3.3

    La hoja de ruta de las negociaciones acordada en Bali identificó cuatro pilares principales de las negociaciones:

    Compromisos respaldados con objetivos y medidas nacionales para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2020 y contribuir a mitigar el cambio climático;

    Medidas para gestionar la adaptación a los cambios climáticos inevitables;

    Medidas para apoyar la transferencia tecnológica y la creación de capacidades para mitigar y ajustar el cambio climático;

    Adopción de instrumentos financieros adecuados para respaldar las medidas de mitigación y adaptación, la transferencia tecnológica, etc.

    3.4

    En el presente Dictamen, las observaciones se estructuran en torno a estos cuatro pilares.

    4.   Incrementar la atenuación del cambio climático mediante la limitación o reducción de las emisiones (primer pilar)

    4.1

    Objetivos. El Comité está de acuerdo con la evaluación del IPCC de que las reducciones de las emisiones de los países desarrollados en torno al 25-40 % respecto al nivel de 1990 es un nivel adecuado para responder a los objetivos establecidos para 2020. Actualmente es improbable que se puedan conseguir mayores reducciones que las mencionadas para 2020.

    4.2

    El Comité apoya sin reservas la posición de liderazgo asumida por la UE en las negociaciones. El Comité aplaude la iniciativa emprendida por la UE al comprometerse unilateralmente a realizar el objetivo del 20 % de reducciones para 2020 con el fin de impulsar las negociaciones. No obstante, el Comité opina que el desafío del cambio climático es tan grave que se deben adoptar todas las medidas posibles para lograr la reducción del 30 % condicionalmente ofrecida para 2020 y que los negociadores deben intentar conseguir compromisos similares de otros países desarrollados, así como importantes compromisos de economías emergentes cuyas emisiones aumentan rápidamente.

    4.3

    El Comité opina que las negociaciones serán un grave fracaso si sólo se traducen en un compromiso del 20 % por parte de la UE, con compromisos igualmente modestos de otros países.

    4.4

    Aplicación. Para la UE, las medidas propuestas por la Comisión en su paquete sobre el cambio climático y la energía representa un plan de aplicación muy positivo y constructivo que ayudará a Europa a cumplir sus compromisos de reducción del 20 % para 2020. El Comité ha elaborado distintos dictámenes sobre cada uno de los elementos de este plan. Para resumir, el Comité apoya todos los elementos del plan sin perjuicio de los siguientes comentarios:

    El Comité apoya las reformas propuestas y la extensión del régimen de comercio de derechos de emisión. El CESE acoge favorablemente la reducción de los límites y el mayor uso de las subastas de derechos de emisión, ya que se ajusta al principio de que quien contamina paga, evita ganancias inmerecidas, incentiva y financia instalaciones y productos con niveles bajos de carbono y favorece la innovación. Habida cuenta del nivel de inversión en las transformaciones necesarias tanto en Europa como en los países en desarrollo, el Comité pide que al menos el 50 % de los ingresos procedentes de las subastas de emisiones sea utilizado para financiar las medidas de mitigación y adaptación al cambio climático en vez del 20 % propuesto por la Comisión (1). El Comité también acoge favorablemente la decisión del Consejo y del Parlamento Europeo de incluir la aviación en el RCE a partir de 2012.

    El Comité apoya la idea de repartir las cargas para los sectores que no sean objeto de intercambios comerciales y pide a las instituciones que no pierdan de vista el objetivo general en el debate sobre la base de reparto de los objetivos en este sector (2);

    El Comité respalda firmemente la evolución hacia un progreso rápido en el ámbito de la energía renovable. Alcanzar el objetivo del 20 % de energía renovable de aquí a 2020 sería un buen primer paso para aumentar su uso en unos niveles muy superiores para 2050 (3).

    El Comité lamenta que el tema esencial de la eficiencia energética, para el que el objetivo del 20 % de incremento para 2020 no es obligatorio, parezca tener menos importancia que la que merece, como se desprende claramente del informe de la Comisión sobre los planes nacionales de eficiencia energética. La mayoría de los Estados miembros no ha elaborado a tiempo sus planes de eficiencia energética, la calidad de estos planes varía y algunos carecen claramente de objetivos ambiciosos, a pesar de que en muchos casos las principales ventajas en términos eficiencia energética pueden lograrse con costes iniciales comparativamente bajos y con periodos muy cortos de amortización (4).

    Aunque el Comité acoge favorablemente el marco legislativo relativo a la captura y almacenamiento del carbono (CAC) propuesto por la Comisión, también le preocupa la insuficiente financiación de los proyectos de demostración previstos y el ritmo demasiado lento de su aplicación a escala industrial, a pesar de que será un elemento fundamental si algunos países se ven obligados a depender de manera significativa del carbono y de otros combustibles fósiles para abastecerles en energía durante mucho años (5).

    4.5

    La Unión Europea ha depositado mucha confianza y un gran capital político en su decisión de convertir su sistema de comercio de los derechos de emisión en uno de los principales instrumentos para garantizar la necesaria reducción de las emisiones. Este régimen de comercio de los derechos de emisión de la UE (RCE-UE) se ha convertido ya en el mayor sistema de este tipo en el mundo, y está destinado a desarrollarse aún más a partir de 2012. Inicialmente, este sistema no ha tenido más que un impacto limitado en las emisiones europeas, debido a la generosidad de los límites iniciales que ha conducido a precios muy bajos del carbono. La reducción de los límites se ha traducido en un aumento del precio del carbono que junto con otros factores, ha motivado el aumento del precio de los combustibles fósiles, por lo que es bastante probable que tenga más impacto en la producción de electricidad y en otras industrias europeas.

    4.6

    En general, el Comité considera que el refuerzo del sistema de comercio de carbono tendrá una repercusión positiva en las empresas y el empleo de Europa al estimular un rápido desarrollo de procesos y productos más eficientes en términos energéticos y con menor intensidad de carbono, que se convertirán en líderes del mercado en el futuro. Esto no sólo creará empleo, sino que también reducirá nuestra dependencia de las importaciones y, por tanto, aumentará nuestra seguridad energética.

    4.7

    Aunque la UE ha sido la primera en este ámbito, ahora uno de sus objetivos clave debe consistir en estimular el desarrollo de sistemas de comercio en los Estados Unidos y otros países, así como agrupar todos los sistemas en un mercado común mundial del carbono. El desarrollo de un verdadero mercado mundial del carbono podría desempeñar un importante papel en garantizar la reducción de las emisiones de carbono en todo el mundo de la manera más eficiente y más rentable posible. El Comité apoya firmemente la iniciativa ICAP (Asociación Internacional para la Acción contra el Carbono) encaminada a facilitar que surjan varios sistemas de comercio en diferentes partes del mundo para así evolucionar armoniosamente hacia un mercado mundial único. Con el desarrollo de un mercado internacional del carbono en el seno del sistema de limitaciones mundiales a las emisiones, se reducirá el riesgo de que un sistema de comercio aplicado sólo en Europa pueda perjudicar la posición competitiva europea.

    4.8

    También sería útil adoptar acuerdos internacionales sectoriales por los que se establezcan estrategias y programas más detallados para garantizar reducciones progresivas en las emisiones de los principales sectores afectados y de sus productos. Pero esto sólo debería ser considerado como una forma de apoyar la aplicación de objetivos nacionales firmes acordados internacionalmente, y no como una alternativa a los objetivos nacionales vinculantes, puesto que la historia durante los últimos veinte años demuestra que los acuerdos sectoriales voluntarios en este ámbito consiguen, por sí mismos, pocos resultados, demasiado tardíos y no pueden ser aplicados eficazmente.

    4.9

    Respecto al tema del transporte, el Comité confirma su opinión de que una estrategia de sostenibilidad a largo plazo para el transporte tiene que empezar con una reevaluación fundamental de los motores de la demanda para el transporte y de la manera en que la política sobre planificación material, infraestructuras y transporte público puede frenar con el tiempo el crecimiento inexorable de la demanda de transporte y, tal vez, reducirlo. La planificación no debería basarse en que el crecimiento del tráfico es inevitable y que la única limitación posible a las emisiones del sector del transporte se encuentra en las mejoras técnicas del combustible y del diseño del motor, por muy importantes que sean.

    4.10

    Respecto a las medidas técnicas, el Comité considera que deberían establecerse unos objetivos estrictos para reducir las emisiones de los vehículos, no sólo a corto plazo (120 g de CO2 por km para 2012/2015), sino también a medio plazo, a fin de reducir las emisiones mucho más para 2020 (6). Paralelamente, se debería dar un mayor respaldo al desarrollo y la introducción precoz de vehículos que no consumen carbono, impulsados por electricidad o hidrógeno.

    4.11

    El Comité tiene una visión menos optimista que la Comisión respecto de la posibilidad de alcanzar el objetivo del 10 % para los biocarburantes en el transporte. Dados los problemas que entraña la producción de la mayoría de los biocombustibles en términos de su potencial de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, así como las repercusiones medioambientales y sociales de su producción, deberán establecerse criterios de sostenibilidad más estrictos que los que propone la Comisión para garantizar que sólo se producirán biocombustibles cuando tengan un impacto auténtico y significativo en la reducción de las emisiones netas de carbono, y no impongan presiones inaceptables en los terrenos agrícolas y en la producción de alimentos. Además, actualmente, las consideraciones económicas señalan claramente que la utilización de la biomasa para producir electricidad o calor es (por lo menos ahora y en un futuro próximo) mucho más eficiente que el uso de biocombustibles.

    4.12

    Otras medidas para alcanzar el objetivo del 30 %. Si el paquete de medidas se adopta para finales de 2008, y se empieza a aplicar rápidamente en 2009, la UE tendrá grandes posibilidades de alcanzar su objetivo de reducción del 20 % para 2020.

    4.13

    No obstante, el Comité alberga ciertas dudas en cuanto a la posibilidad de alcanzar el objetivo de reducción del 30 % de las emisiones de aquí a 2020, simplemente mediante el refuerzo de los objetivos fijados para los distintos elementos del paquete de medidas y la intensificación del recurso al mecanismo para un desarrollo limpio, como ha sugerido hasta ahora la Comisión. Asimismo, considera que, para alcanzar este objetivo más ambicioso, se necesitará una serie de medidas más completa y más amplia a nivel europeo y de los Estados miembros.

    4.14

    A escala europea, el Comité propone que, entre los elementos considerados para el segundo paquete, se incluyan, además, los siguientes elementos:

    más medidas, mediante la regulación y el establecimiento de estándares, para promover la eficiencia energética en los principales sectores y productos;

    más medidas para acelerar el desarrollo y la introducción de las energías renovables;

    más apoyo al desarrollo de vehículos eléctricos o impulsados por hidrógeno;

    una extensión del sistema de comercio del carbono para incluir las emisiones procedentes del sector naval (el Comité alberga dudas de que las actuales discusiones con la Organización Marítima Internacional consigan rápidamente suficientes resultados);

    más esfuerzos colectivos para adoptar objetivos nacionales más estrictos de reducción de conformidad con el acuerdo de reparto de cargas.

    4.15

    A nivel de los Estados miembros, con el fin de realizar los objetivos individuales más estrictos del acuerdo de reparto de cargas, el Comité estima que los Estados miembros y sus responsables políticos deberán hacer muchos más esfuerzos por incitar a la opinión pública, las empresas, los sindicatos y otras organizaciones de la sociedad civil a participar en el esfuerzo común.

    Conviene animar e impulsar a los ciudadanos a aportar su contribución, por ejemplo, mejorando la eficiencia energética de su vivienda, utilizando formas de energía más ecológicos para el alumbrado y la calefacción, comprando bienes y servicios más eficientes desde el punto de vista energético y reduciendo el impacto de sus emisiones de dióxido de carbono en sus desplazamientos habituales y sus vacaciones. A juicio del Comité, una proporción creciente de los ciudadanos y de las organizaciones de la sociedad civil está ya dispuesta a actuar a condición de recibir una señal política fuerte y concreta sobre lo que se espera de ellos, así como medidas incitativas adecuadas.

    Muchos entes locales y regionales ya han demostrado su capacidad de visión y de liderazgo político en este ámbito. Ahora es preciso animarlos y motivarlos para que sigan avanzando.

    También conviene incitar a las empresas a que hagan mayores esfuerzos. Es necesario animarlas e incitarlas a mejorar constantemente su eficiencia energética y a utilizar energía producida a partir de fuentes de baja emisión de carbono. Convendrá recurrir de manera más sistemática y estricta a la regulación con el fin de mejorar los resultados energéticos de todos los tipos de productos y servicios. Hay que responsabilizar a la industria de la construcción para conseguir mucha más eficiencia energética tanto en el proceso de construcción como en la calidad de los edificios ya construidos.

    El papel de los sindicatos también es muy importante. Muchos de sus miembros se encuentran en primera línea para conseguir mejoras en el ámbito de la eficiencia energética y difundir información práctica, por lo que es preciso reconocer y fomentar su contribución potencial. Los sindicatos también deben comprometerse plenamente en el proceso de transformación de la industria y la economía para reducir las emisiones de carbono. Si se administran bien, los nuevos métodos de producción deberían brindar tantas oportunidades de empleo como los antiguos, al mismo tiempo que mantienen buenas condiciones de trabajo.

    4.16

    Si se quiere aumentar la credibilidad de la UE a nivel internacional, es fundamental que cada Estado miembro haga todo lo posible, no sólo por garantizar el logro del objetivo global de Kioto para la «burbuja» UE-15, sino también el de los objetivos individuales de Kioto para 2012. El último informe de la Comisión sobre los progresos realizados hacia la consecución de los objetivos de Kioto (7) señala que sólo tres Estados miembros de la UE-15 parecen actualmente ir por buen camino para la consecución de sus objetivos recurriendo exclusivamente a las actuales políticas y medidas nacionales. Además, prevé que ocho Estados miembros sólo alcanzarán sus objetivos «si se tiene en cuenta el efecto de los mecanismos de Kioto, los sumideros de carbono y las políticas y medidas nacionales suplementarias». Para tres Estados miembros, alcanzar los objetivos de Kioto parece imposible. Además, el amplio recurso a los créditos procedentes del mecanismo de flexibilidad de Kyoto y, en particular, el mecanismo para un desarrollo limpio, muestra que el tan necesario cambio hacia una sociedad con bajas emisiones de carbono todavía tiene un largo camino por delante en muchos Estados miembros.

    5.   Adaptación al cambio climático (segundo pilar)

    5.1

    Aun cuando se hayan adoptado medidas satisfactorias para reducir las emisiones mundiales en el futuro, está previsto que el calentamiento global siga aumentando durante las próximas décadas debido a las emisiones que ya se han producido. En respuesta al Libro Verde de la Comisión sobre la Adaptación al Cambio Climático, el Comité ya aprobó un dictamen (8). En resumen, el Comité considera que la UE necesita elaborar una estrategia global de gestión de la adaptación al cambio climático en la UE, en la que cada Estado miembro elabore planes nacionales más detallados de adaptación. También se debería conceder mayor prioridad a la adaptación en los ámbitos de la investigación y análisis, presupuestos y programas de inversión, así como otras medidas. El Comité espera que en el Libro Blanco sobre la adaptación, previsto para otoño de 2008, la Comisión proponga medidas detalladas para conseguir avances en esta materia.

    5.2

    Fuera de la UE, existen muchos países en desarrollo que ya se encuentran seriamente afectados y que aún lo estarán más en el futuro, pero que tienen menos recursos para afrontar las repercusiones. Por tanto, la UE y los demás países de la OCDE deben conceder una alta prioridad al aumento de su ayuda financiera y de otro tipo a las partes del mundo especialmente vulnerables, para ayudarles a afrontar el problema del cambio climático. Las consideraciones sobre el cambio climático deben integrarse en todas las políticas de desarrollo.

    5.3

    También se necesitarán esfuerzos considerables para apoyar una gestión sostenible de los bosques en los países en desarrollo y limitar las presiones comerciales que siguen causando una deforestación a gran escala en muchos sistemas climáticos del planeta. El CESE está elaborando un dictamen separado sobre el cambio climático y la silvicultura.

    6.   Acción en el ámbito del desarrollo tecnológico y transferencia de tecnología (tercer pilar)

    6.1

    Para que la transición hacia una economía con menos emisiones de carbono se lleve a cabo con éxito, el mundo debería realizar una nueva revolución industrial. Se necesitará un cambio radical hacia formas más limpias de producción de energía, nuevas tecnologías para capturar las emisiones de carbono y otros gases de efecto invernadero y una presión continua para cambiar los productos y transformar las pautas de consumo, a fin de que sean más eficientes y consuman menos energía. Todos estos esfuerzos requerirán un aumento considerable de los correspondientes programas de investigación de los sectores público y privado y la creación de importantes programas de inversión para que la industria pueda equiparse y para que se transformen los productos y servicios. Muchas tecnologías necesarias ya existen, pero será preciso extender su aplicación mucho más de lo que es el caso actualmente.

    6.2

    En la UE, será necesario a tal fin modificar radicalmente los programas de gasto de la UE y de los gobiernos para apoyar la investigación, el desarrollo y las inversiones en este ámbito. También se necesitarán incentivos, de carácter fiscal o de otro tipo, para que las empresas y los demás agentes puedan realizar las inversiones necesarias.

    6.3

    Deberán determinarse los tipos de tecnología y de servicios más adecuados para ayudar a las economías emergentes y los países en desarrollo a administrar su desarrollo de la manera más sostenible posible y con las menores emisiones de carbono, y apoyar su transferencia tecnológica hacia esas economías en términos adecuados. Una vez determinadas las nuevas tecnologías que podrían resultar especialmente útiles para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático o a reducir el impacto medioambiental de su desarrollo futuro, se deberían buscar métodos para ayudar a introducirlas rápida y ampliamente en condiciones asequibles. Cabe destacar que las propias economías emergentes son las que podrán concebir o desarrollar algunas de las nuevas tecnologías necesarias. La transferencia tecnológica no debe considerarse exclusivamente como una vía de sentido único de Norte a Sur, sino también como un instrumento para facilitar la rápida difusión de las tecnologías clave en el mundo, independientemente de su lugar de origen.

    6.4

    El Comité insta a la Unión Europea a que examine sin demora con sus socios la forma en que las tecnologías más avanzadas y eficaces en términos de emisiones de carbono podrían ponerse rápidamente a disposición de los países en desarrollo en condiciones asequibles (en particular, tecnologías en el sector de la electricidad, de las industrias de alto consumo de energía, del sector de los transportes y, cuando se disponga la tecnología adecuada, de la captura del carbono). Aquellos países que posiblemente seguirán dependiendo del carbón para generar electricidad precisarán ayuda para poder utilizar la tecnología limpia más reciente del carbón y para introducir la tecnología de captura del carbono tan pronto como estén disponibles.

    6.5

    Esta ayuda a la transferencia tecnológica permitiría a los países en desarrollo interesados administrar su desarrollo con menor recurso al carbono de lo que sería normal en caso contrario. Además, esa transferencia podría razonablemente condicionarse hasta cierto punto al cumplimiento de los compromisos contraídos por los países en desarrollo de adoptar ellos mismos otras medidas para limitar el aumento potencial de sus emisiones.

    6.6

    Paralelamente a las negociaciones climáticas, la UE y los Estados Unidos deberían adoptar una nueva iniciativa para llevar a cabo la liberalización de los intercambios comerciales para los productos y servicios respetuosos con el medio ambiente en el marco de la OMC. Esta iniciativa debería elaborarse de tal modo que la liberalización pueda beneficiar a los países desarrollados, los países en desarrollo y las economías emergentes, por ejemplo, fomentando el desarrollo de las tecnologías y los servicios medioambientales en los países en desarrollo.

    7.   Aumentar la financiación y las inversiones en favor de la atenuación y adaptación al cambio climático (cuarto pilar)

    7.1

    Los países en desarrollo necesitarán ayuda a gran escala del mundo desarrollado si quieren contribuir a afrontar el desafío del cambio climático sin comprometer sus objetivos de desarrollo. Será muy importante a este respecto asegurarse de que las futuras vías de desarrollo en los países en desarrollo sean lo más respetuosas posible con el medio ambiente y no reproduzcan el esquema de la confianza excesiva en la producción intensiva en carbono que caracterizó (y tantos estragos causó) el desarrollo en el norte del planeta.

    7.2

    Los países en desarrollo más afectados por el cambio climático y con menos recursos para proceder a la adaptación también necesitarán una ayuda suplementaria. Necesitarán programas reforzados para la creación de defensas costeras, prevención de inundaciones, mitigación de los efectos de las sequías, nueva planificación de la agricultura, nuevas necesidades de salud pública, etc.

    7.3

    El Comité celebra que todos los países reconocieran en Bali que se necesitarán más recursos y nuevos canales y mecanismos de inversión para gestionar este cambio. No obstante, con algunas honrosas excepciones, los países desarrollados no tienen un buen historial de cumplimiento de sus promesas en el pasado en el sentido de ofrecer recursos adicionales para realizar los objetivos del desarrollo sostenible. En esta ocasión es fundamental para el mundo entero que realmente se movilicen y comprometan recursos adicionales.

    7.4

    El Comité toma nota de las estimaciones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y de otros organismos según las cuales se podrían necesitar recursos correspondientes a varios cientos de miles de millones de dólares al año, procedentes de los sectores público y privado combinados, cuando los programas sean plenamente operativos. Se recomienda, en cualquier caso, que la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), la Comisión, la OCDE y las instituciones financieras internacionales emprendan una serie de acciones urgentes con el fin de cuantificar las necesidades con mayor precisión y cumplir las promesas y los compromisos necesarios para conseguir una financiación adecuada y para que los programas llevados a cabo puedan tener un impacto decisivo en el problema mundial del cambio climático. El producto de la venta de las cuotas en fases ulteriores del sistema de comercio de los derechos de emisión de carbono podría constituir una fuente de financiación, aunque es poco probable que sea suficiente por sí sola teniendo en cuenta todas las necesidades.

    7.5

    El mecanismo para un desarrollo limpio (MDL) ha conseguido cierto éxito en el encauzamiento de nuevos recursos para respaldar inversiones adecuadas en países no recogidos en el anexo I. Pero la distribución de los proyectos se ha inclinado bastante a favor de China y otras economías emergentes, y se han planteado serias dudas sobre el carácter adicional y la calidad de muchos proyectos. Es fundamental que se apliquen y supervisen eficazmente los criterios de aceptación de los proyectos si se quiere que el mecanismo cumpla su parte del papel de garantizar que se consiguen verdaderas reducciones de carbono de la manera más eficiente posible.

    7.6

    El Comité recomienda que la UE y las demás partes interesadas estudien cuanto antes cómo se podrían suprimir los fallos de este mecanismo para el próximo período y cómo se podría impulsar todo el programa. En el futuro, el MDL debería conceder prioridad a los proyectos que, además de reducir las emisiones, contribuyan significativamente a impulsar la transformación de las economías con bajo consumo de carbono. En particular, en las economías emergentes, no parece útil seguir financiando simplemente proyectos de eficiencia energética («frutos maduros») que el país en cuestión realizaría en cualquier caso. Para estos países, una opción viable podría ser el recurso a «MDL sectoriales», seguramente combinados con objetivos sin compromiso (9).

    7.7

    Es fundamental que en todas las partes del mundo el sector privado invierta masivamente en una producción que consuma menos carbono. Las medidas adoptadas por la UE y los gobiernos nacionales deberían tener por objeto, en particular, incentivar al sector privado para que realice tales inversiones.

    7.8

    El coste y las inversiones necesarias ascenderán a billones de dólares durante los próximos 50 años. Se trata de cantidades importantes. Esas inversiones, sin embargo, cada vez son más necesarias puesto que las reservas mundiales de combustibles fósiles cada vez están más restringidas y los precios aumentan. Por lo tanto, independientemente del cambio climático, desde un punto de vista económico, las soluciones alternativas a los combustibles fósiles están adquiriendo una importancia creciente, así como un uso más eficiente de los recursos restantes. Las consideraciones de seguridad también apuntan en la misma dirección, puesto que tanto la escasez de recursos fósiles como los cambios climáticos que ya se están produciendo son potentes fuentes de inestabilidad y conflicto en muchas partes del mundo.

    7.9

    Desde esta perspectiva, la necesidad de responder rápidamente a la amenaza del cambio climático no representa una carga adicional para la economía mundial, sino que simplemente es un motivo adicional y poderoso para iniciar rápidamente la transformación económica e industrial, necesaria en cualquier caso. Cuando el precio del petróleo ascendió a 60 $ el barril, la revisión Stern estimó que el coste de las medidas necesarias durante los próximos 50 años para afrontar el cambio climático podría alcanzar el 1 % del PIB mundial. Ahora que el precio del petróleo supera los 100 $ el barril, la inversión en energías renovables y en medidas de eficiencia de todo tipo parece mucho más atractiva en términos empresariales. Por la misma razón, los costes netos adicionales de las medidas para afrontar el cambio climático seguramente serán inferiores y en algunas aplicaciones incluso serán negativos, lo que indica que las medidas efectivas para combatir el cambio climático en realidad entrañarán un beneficio neto para la economía mundial durante los próximos años.

    7.10

    Por consiguiente, las medidas adecuadas para afrontar el cambio climático no deberían ser consideradas como una amplia, deprimente y onerosa obligación que frenará el crecimiento económico, sino, más bien, como una oportunidad para estar en primera línea durante la próxima revolución económica e industrial. La UE se encuentra en la vanguardia del debate político sobre el cambio climático. Pero todavía tiene que intensificar sus esfuerzos para convertir esa postura política vanguardista en un entorno empresarial igualmente activo y enérgico que estimule a nuestras empresas y sociedades a realizar las inversiones necesarias para convertirnos en líderes mundiales y ganadores competitivos en la economía del futuro con bajo consumo de carbono.

    7.11

    Hay quienes destacan la necesidad de un nuevo Plan Marshall. Esta comparación presenta la ventaja de dar una idea de la amplitud del reto y de los esfuerzos que serán necesarios. Necesitamos una visión similar a la del Plan Marshall para ver cómo se pueden unir los países del mundo entero para afrontar una amenaza común a escala mundial, y en la que los países más potentes y más ricos den ejemplo y ayuden a otros tan generosamente como puedan.

    7.12

    También será necesario que los organismos públicos y nacionales de todo tipo y todo nivel se movilicen, y que las empresas de todo tipo, los consumidores y el público en general se involucren igualmente.

    8.   Conclusiones

    8.1

    El cambio climático ya se está produciendo y ya está teniendo graves efectos en todo el mundo. Se espera que estos problemas se agraven en los próximos años a medida que vayan aumentando las concentraciones de gases de efecto invernadero y que se vaya produciendo un aumento más rápido de las temperaturas. El mundo necesita que se actúe con urgencia a fin de establecer y aplicar unos objetivos exigentes en materia de reducción de las emisiones para 2020, que conduzcan a mayores reducciones en los años siguientes. Cuanto antes puedan lograrse las reducciones, más beneficioso será su efecto para frenar el ritmo de aumento de las temperaturas.

    8.2

    Los países desarrollados registran unas emisiones per cápita mucho más elevadas que el resto del mundo, por lo que deben endurecer sus objetivos y acciones para reducirlas. Europa ha de garantizar que cumplirá sus actuales compromisos antes de 2012 para, posteriormente, contraer otro compromiso encaminado a reducir en un 30 % sus emisiones de aquí a 2020, acercándose así a los objetivos más ambiciosos. Para que sus metas resulten creíbles, Europa precisa un conjunto de medidas sólidas y realistas que le permitan cumplir estos objetivos, así como planificar ya desde ahora las reducciones que resulten necesarias después de 2020.

    8.3

    Los países en desarrollo también deben participar, y deberá realizarse un esfuerzo especial para garantizar que los sectores de las economías emergentes que más energía consumen se doten de unos métodos de producción con la máxima eficiencia energética y unas emisiones de carbono mínimas. Estos países necesitarán una ayuda significativa y específica por parte del mundo desarrollado.

    8.4

    Los parámetros del acuerdo global que debe alcanzarse en las negociaciones internacionales durante el próximo año y medio han de fijarse lo antes posible, de forma que posteriormente el esfuerzo político pueda centrarse en comunicar el reto y lograr el respaldo, la confianza y el compromiso de todos los sectores de la sociedad mundial para llevar a cabo los cambios necesarios. No es un acuerdo que pueda debatirse a puerta cerrada: tienen que participar todos los sectores de la sociedad. Las medidas de reducción deben ser contrastadas, realistas, sólidas tanto desde el punto de vista económico como social y viables en el período que se sugiere.

    8.5

    La transformación mundial que se requiere es comparable a la revolución industrial que ha venido aprovechando en los dos últimos siglos la energía de los combustibles fósiles para registrar enormes incrementos en la capacidad productiva y en el rendimiento de la sociedad humana. Lo que el mundo necesita ahora es una segunda revolución industrial que sustituya esos carburantes fósiles por otras formas de energía para alcanzar la máxima eficiencia energética, lo que nos permitirá lograr unos niveles de producción y de crecimiento comparables sin contaminar la atmósfera con emisiones insostenibles de gases de efecto invernadero. Es necesaria una inversión ingente, y habrá que modificar adecuadamente y de manera orientada las normativas, los impuestos y otros instrumentos económicos e introducir cambios significativos en la conducta económica y el estilo de vida de las personas. Todos debemos comprender el desafío y comprometernos con las transformaciones que se necesitan.

    Bruselas, 17 de septiembre de 2008.

    El Presidente

    del Comité Económico y Social Europeo

    Dimitris DIMITRIADIS


    (1)  Véase el Dictamen del CESE 1201/2008 aprobado el 9 de julio de 2008.

    (2)  Véase el Dictamen del CESE 1202/2008 aprobado el 9 de julio de 2008.

    (3)  Véase el Dictamen CESE 1511/2008 aprobado el 17 de septiembre de 2008.

    (4)  Véase el Dictamen CESE 1513/2008 aprobado el 17 de septiembre de 2008.

    (5)  Véase el Dictamen del CESE 1203/2008 aprobado el 9 de julio de 2008.

    (6)  Véase el Dictamen CESE 1500/2008 aprobado el 17 de septiembre de 2008.

    (7)  COM(2007) 757 final.

    (8)  DO C 120 de 16.5.2008, p. 38.

    (9)  Objetivos sin compromiso: un compromiso para reducir cierto porcentaje de emisiones; sin penalización si no se cumplen, pero con la posibilidad de vender créditos si las reducciones superan el compromiso.


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