Choose the experimental features you want to try

This document is an excerpt from the EUR-Lex website

Document 52002AE1370

    Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la "Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo — Productividad: la clave para la competitividad de las economías y empresas europeas" (COM(2002) 262 final)

    DO C 85 de 8.4.2003, p. 95–100 (ES, DA, DE, EL, EN, FR, IT, NL, PT, FI, SV)

    52002AE1370

    Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la "Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo — Productividad: la clave para la competitividad de las economías y empresas europeas" (COM(2002) 262 final)

    Diario Oficial n° C 085 de 08/04/2003 p. 0095 - 0100


    Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la "Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo - Productividad: la clave para la competitividad de las economías y empresas europeas"

    (COM(2002) 262 final)

    (2003/C 85/22)

    El 24 de mayo de 2002, de conformidad con el artículo 262 del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea, el Consejo decidió consultar al Comité Económico y Social Europeo sobre la comunicación mencionada.

    La Sección Especializada de Mercado Único, Producción y Consumo, encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el 27 de noviembre de 2002 (ponente: Sr. Morgan y posteriormente Sra. Sirkeinen; coponente: Sr. Ehnmark).

    En su 395o Pleno de los días 11 y 12 de diciembre de 2002 (sesión del 11 de diciembre), el Comité Económico y Social Europeo ha aprobado por 71 votos a favor, 1 voto en contra y 7 abstenciones el presente Dictamen.

    1. Resumen

    1.1. La Comunicación de la Comisión(1), al revisar el cumplimiento de los objetivos establecidos en la estrategia de Lisboa, muestra que el crecimiento de la productividad en la UE ha sido lento y se está ralentizando en relación con el de Estados Unidos. El CESE reconoce que para que la UE se convierta en la región más competitiva del mundo debe alcanzar en un número determinado de años unos niveles de productividad semejantes a los de Estados Unidos. El CESE acoge favorablemente la Comunicación, dado que sitúa el objetivo de la productividad en una perspectiva más amplia y lo relaciona con el desafío concreto del desarrollo sostenible.

    1.2. Medir y explicar la productividad y las cuestiones afines es una ciencia imprecisa con muchas incertidumbres. En la productividad influyen numerosos factores, cuya relación con el crecimiento de la misma puede ser muy compleja. En la estrategia de Lisboa se contemplan muchos factores importantes, pero el CESE desea ampliar el ámbito del debate a otras cuestiones importantes que afectan a la productividad.

    1.3. El CESE propone algunas acciones clave para el crecimiento de la productividad en la UE. El Comité hace hincapié en que estas acciones deben desarrollarse con vistas a conseguir los máximos avances posibles en productividad, pero teniendo en cuenta al mismo tiempo los tres pilares del desarrollo sostenible y el patrimonio social y cultural europeo. Las acciones planteadas se inscriben en cinco apartados generales:

    - I+D e innovación;

    - introducción de nuevas tecnologías, en especial las TIC (tecnologías de la información y de la comunicación);

    - desarrollo de los recursos humanos;

    - gestión y organización del lugar de trabajo;

    - cuestiones de mercado.

    1.4. La productividad y su crecimiento dependen básicamente de las decisiones y la evolución de cada empresa. Esta actividad debe impulsarse y fomentarse por todos los medios y a todos los niveles: individual, empresarial, local, nacional y comunitario. Una sana competencia en el mercado constituye, en particular, un marco necesario para un buen crecimiento de la productividad.

    1.5. El CESE presenta algunas recomendaciones a los responsables de la toma de decisiones en la UE y a los interlocutores sociales. El paso más importante para mejorar el crecimiento de la productividad en la UE es aplicar plenamente la estrategia de Lisboa. Otras recomendaciones son:

    - a la Comisión, que desarrolle el análisis esbozado en la Comunicación y examine la evolución de la productividad en el seguimiento anual de la estrategia de Lisboa;

    - a la Comisión, que analice urgentemente las repercusiones de la ampliación en la productividad de la UE y establezca métodos para difundir la información sobre buenas prácticas en materia de productividad;

    - a los Estados miembros, que desarrollen el proceso de Luxemburgo de políticas activas del mercado laboral;

    - a los interlocutores sociales a niveles relevantes, que desarrollen políticas y estudien medidas para fomentar la productividad y hagan un seguimiento de las medidas relativas a la educación y la formación;

    - a las instituciones de la UE, que para mejorar la productividad es esencial realizar esfuerzos encaminados a simplificar la legislación.

    1.6. Dada la importancia de la productividad para la competitividad, el crecimiento económico, el empleo y el desarrollo sostenible en general, el CESE prestará especial atención a este asunto en sus futuros trabajos, lo que incluye la organización de una conferencia cada dos años para evaluar los avances de la estrategia de Lisboa en materia de productividad, entre otras cuestiones.

    2. La función de la productividad en la perspectiva de la estrategia de Lisboa

    2.1. La estrategia de Lisboa estableció una meta muy ambiciosa para el desarrollo económico, industrial, social y medioambiental de la Unión Europea. Las palabras clave de convertir la Unión en la región más competitiva del mundo despertaron un interés general. Sin embargo, dos años después resulta ya evidente que el proceso no está avanzando todo lo bien que se esperaba. En determinados ámbitos queda mucho por hacer para impulsar y poner en práctica de forma suficiente las acciones necesarias para cumplir la meta de Lisboa.

    2.2. Los objetivos de Lisboa se formulan en términos relativos con respecto a la competitividad de otros países del mundo. Esto quiere decir que la evolución de la situación en otros países influirá en la evaluación de las medidas que deben tomarse para hacer de la Unión la región más competitiva del mundo de aquí al año 2010.

    2.3. Para ser competitivo hay que ser entre otras cosas productivo, pero la competitividad y la productividad son cuestiones diferentes. Mientras la productividad puede definirse con claridad, la competitividad es más amplia y está abierta a diversas interpretaciones. La competitividad puede considerarse una combinación de costes competitivos por unidad de producción, conseguidos mediante una mayor productividad, y de características competitivas ajenas al coste. El crecimiento de la productividad se deriva de un aumento de la producción a partir de unos insumos concretos de mano de obra, capital y otros recursos. Como afirma la Comisión, el crecimiento económico depende de la acumulación de capital humano y físico, del crecimiento de la mano de obra activa y de la eficacia de su uso.

    2.4. Durante la década de 1990 la atención se fue centrando cada vez más en la cuestión de la productividad, en vista del desarrollo sorprendentemente fuerte de la productividad en Estados Unidos. A lo largo de esa década la economía estadounidense parece haber conseguido aumentar el índice de crecimiento de su productividad, mientras que el crecimiento de la productividad de la Unión Europea ha ido disminuyendo desde 1995, cuando ya era inferior. Recientes estadísticas, publicadas en noviembre de 2002, muestran que la productividad por hora en Estados Unidos ha seguido creciendo incluso durante la actual desaceleración económica. Esto subraya el hecho de que la Unión Europea tiene que alcanzar unos índices de crecimiento similares, y si es posible niveles de crecimiento superiores, para convertirse en la región más competitiva del mundo a finales de la presente década. Se trata sin duda un reto de gran envergadura.

    2.5. Además, el problema de la Unión no consiste sólo en un débil crecimiento de la productividad actualmente, sino en un número insuficiente de horas trabajadas. Dada la problemática evolución demográfica de la UE, se hace tanto más acuciante la necesidad de un fuerte crecimiento de la productividad con el fin de garantizar el crecimiento económico y una protección social sostenida.

    2.6. Por otra parte, la cuestión de la productividad no puede ni debe considerarse únicamente en función de su contribución al crecimiento económico y la competitividad globales. La Comisión Europea presenta ahora una Comunicación sobre la productividad en la que argumenta con sólidas razones que los avances en productividad deben considerarse en un contexto más amplio. Tales avances contribuyen de forma esencial al desarrollo de una sociedad europea con un fuerte crecimiento económico, una protección social sostenida para todas las personas, un alto nivel de inclusión social y unos niveles elevados de protección del medio ambiente.

    2.7. Hay que felicitar a la Comisión por su ambición de centrar la atención en la cuestión clave de la productividad enmarcándola al mismo tiempo en un contexto más amplio. El hecho de que la Comunicación no incluya recomendaciones más precisas no empaña en modo alguno este mérito.

    2.8. En la estrategia de Lisboa no se abordaron de forma específica la cuestiones relativas a la productividad, que quedaron englobadas en el contexto general de la competitividad. Sin embargo, esta estrategia incluye la mayor parte de los factores que determinan el crecimiento de la productividad y las acciones estratégicas que les conciernen.

    2.9. Aplicar plenamente la estrategia de Lisboa es un requisito previo para incrementar de forma suficiente y sostenida la productividad y el crecimiento económico, así como aumentar y mejorar el empleo.

    3. Medir la productividad: un arte con muchas incertidumbres

    3.1. Se han realizado varios estudios científicos sobre cómo medir la productividad. La productividad se mide como rendimiento económico frente a diferentes factores de insumo: mano de obra, capital y otros recursos. Estados Unidos está consiguiendo unos resultados netamente mejores en productividad de la mano de obra y el capital. Por otra parte, en lo que se refiere al indicador esencial del desarrollo sostenible, la productividad ecológica o la productividad de los recursos, es posible que los resultados de la UE sea mejores que los de Estados Unidos.

    3.2. El crecimiento de la productividad puede medirse por trabajador, como hace la Comisión Europea, o por hora, como hacen las estadísticas estadounidenses. Los resultados varían considerablemente en función del método elegido. Estados Unidos tiene un avance incluso mayor sobre las economías de la UE en PIB por persona empleada debido a unos niveles muy superiores de horas anuales trabajadas por persona (estudio estadístico del TUC -organización de sindicatos británicos- para el periodo 1997-2002). El cálculo de la productividad en función de un único factor de insumo, generalmente la mano de obra, a nivel de un determinado sector económico o empresa proporciona una información muy limitada, que debe interpretarse correctamente. En cualquier caso es fundamental disponer de datos fiables.

    3.3. Además, el cálculo del PIB no tiene en cuenta el deterioro de los recursos naturales ni la contaminación, salvo cuando aumentan los costes debido a la reparación de daños ambientales. Algunos países, como Finlandia, incluyen en sus presupuestos generales la utilización de los recursos naturales en términos cuantitativos. No existe ningún método internacionalmente reconocido para calcular este factor en términos cualitativos.

    3.4. Resulta especialmente problemático medir la productividad de los servicios, tanto públicos como privados. La Comisión se refiere pertinentemente a esto. Es un problema muy importante por el gran peso que tienen los servicios en la economía, que no deja de aumentar. Además, debería prestarse mucha más atención a la cuestión de la eficiencia del sector público en su conjunto.

    3.5. Los métodos habituales para medir la productividad no dan una respuesta clara sobre la influencia de los diversos factores subyacentes en el crecimiento de la productividad. Existen numerosos factores, cuya relación con el crecimiento de la productividad puede ser compleja y no puede explicarse de forma simple, aunque se estudien con toda amplitud.

    3.6. En Estados Unidos los estudios sobre la productividad se han centrado especialmente en los factores causantes de los rapidísimos avances registrados durante la segunda mitad de la década de 1990. Por regla general se reconocen varias características fundamentales. Una de ellas, quizá la más importante, es la introducción generalizada de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) junto con la formación generalizada de la mano de obra en las aplicaciones de las TIC. Algunos observadores han señalado que el "factor TIC" puede explicar más de la cuarta parte de los avances en productividad de Estados Unidos(2).

    3.7. Otros factores clave son la introducción de otras tecnologías avanzadas en sentido más general, la disponibilidad de capital de riesgo, el fuerte apoyo al espíritu empresarial y a las innovaciones, las buenas técnicas de gestión y (también en general) el desarrollo de los recursos humanos.

    4. Factores clave de la productividad desde la perspectiva de la UE

    4.1. En la productividad influyen numerosos factores de diversa importancia. En el presente Dictamen sólo se pueden abordar algunos, que se consideran los más importantes.

    4.2. El aumento de la productividad depende de las decisiones y medidas prácticas que se toman en las empresas y otros lugares de trabajo. Nada puede sustituirlas, aunque las políticas públicas pueden incrementar su potencial y crear un marco de apoyo al crecimiento de la productividad. Estas políticas y decisiones dependen de diferentes ámbitos de competencia: en parte del de la Unión, en parte de los de los Estados miembros y las regiones, y a veces también del de los interlocutores sociales. Muchas de ellas estás incluidas en la estrategia de Lisboa. Las restricciones presupuestarias nacionales pueden influir en el potencial de las políticas nacionales para apoyar el crecimiento de la productividad, como la financiación de la I+D.

    4.3. La Comunicación de la Comisión sobre la productividad se centra en un número limitado de factores, especialmente en las TIC, la innovación y el espíritu empresarial, el desarrollo de los recursos humanos y en cierta medida la I+D. Este planteamiento es lógico, pero puede hacer que el debate resulte demasiado restrictivo.

    4.4. Cuestiones como el nivel de inversiones, la organización del lugar de trabajo, las políticas de participación, la creación de entornos laborales que estimulen la innovación, las nuevas formas de cooperación entre la Universidad y la empresa y las nuevas formas de aportar capital de riesgo deberían formar parte de un planteamiento más amplio del crecimiento de la productividad en la Unión Europea.

    4.5. El CESE recomienda que las iniciativas destinadas a elaborar políticas para fomentar el crecimiento de la productividad en la UE incluyan factores como los mencionados más arriba.

    5. Crecimiento de la productividad en la UE

    5.1. Las consideraciones que se exponen a continuación suponen un intento de formular algunas políticas clave para contribuir al crecimiento de la productividad. Estas políticas deben desarrollarse con vistas a conseguir los máximos avances posibles en productividad, pero teniendo en cuenta al mismo tiempo los tres pilares de las políticas de desarrollo sostenible y el patrimonio económico y social del ámbito de la UE. Por otra parte, el crecimiento de la productividad también contribuye de forma directa e indirecta a conseguir un desarrollo sostenible.

    5.2. Las acciones se inscriben en cinco apartados generales: I+D e innovación; introducción de nuevas tecnologías, en especial las TIC; desarrollo de los recursos humanos; gestión y organización del lugar de trabajo; y cuestiones de mercado. Estos ámbitos están estrechamente interrelacionados.

    5.3. I+D e innovación

    5.3.1. Establecer políticas de I+D a largo plazo en cooperación con las empresas y el sector público, apoyando al mismo tiempo el desarrollo de las aplicaciones básicas. Los conocimientos de los investigadores pueden utilizarse en la formulación de políticas y actividades eficientes para mejorar la productividad.

    5.3.2. Pueden obtenerse buenos resultados vinculando estrechamente la investigación a las necesidades prácticas. Sirva como ejemplo el programa de productividad de Finlandia, que cuenta con 13 proyectos desarrollados en colaboración por las empresas, el sector público y los investigadores. Entre ellos cabe señalar el desarrollo de instrumentos prácticos para proyectos de avances en productividad, como métodos de análisis, indicadores, materiales de enseñanza y modelos salariales.

    5.3.3. Crear un entorno favorable a la innovación en el lugar de trabajo: existe un importante potencial de innovación cotidiana en la vida laboral, basado en mejoras continuas y en la participación activa de los trabajadores. También son necesarias innovaciones en la propia vida laboral.

    5.3.4. No es fácil crear centros de excelencia, pero cuando tienen éxito atraen a trabajadores cualificados y a empresarios de tecnologías avanzadas, formando así un "círculo virtuoso" de innovación y productividad. La UE debería además estudiar programas de incentivos para atraer a trabajadores altamente cualificados de otros países, por ejemplo en forma de programas de intercambio.

    5.3.5. La Comisión hace referencia a la decisión del Consejo de recomendar un aumento ingente de los recursos de I+D, especialmente en el sector privado. El CESE acoge favorablemente esta decisión y desea subrayar la responsabilidad de los Gobiernos de los Estados miembros a la hora de cumplir su parte de este importante compromiso a largo plazo, sin rebajarlo ni siquiera en tiempos de presupuestos nacionales restrictivos. El CESE desea asimismo hacer hincapié en que el Programa marco de I+D debería estar estrechamente vinculado al desarrollo de nuevas tecnologías competitivas.

    5.3.6. Las políticas actuales de formación de nuevos investigadores parecen completamente inadecuadas para las necesidades que surgirán a la luz de la estrategia global de Lisboa. Hacen falta nuevas iniciativas para mantener la oferta de investigadores, tanto en el sector público como en el privado.

    5.4. Introducción de nuevas tecnologías

    5.4.1. Fomentar la introducción de tecnologías avanzadas en la producción, tanto en el sector público como en el privado. De acuerdo con la Comisión y varias otras fuentes, las nuevas tecnologías, y en particular las TIC, ofrecen un gran potencial para incrementar la productividad en todos los sectores. Es importante seguir estudiando a fondo esta cuestión.

    5.4.2. La introducción de nuevas tecnologías requiere por regla general la adaptación de las cualificaciones y la reorganización del trabajo. A veces se suprimen empleos mientras se crean otros nuevos en sectores distintos de la economía. Las políticas a largo plazo tienen que afrontar la aceptación de estos cambios por los empleados y su disposición a adaptarse a ellos, abordando entre otras cuestiones la participación de los trabajadores, las redes de seguridad, la formación dentro de la empresa, las políticas activas del mercado laboral, etc.

    5.4.3. Aplicar plenamente la iniciativa eEuropa, incluyendo acciones para aumentar las redes de banda ancha, la administración pública en línea, la infraestructura de telecomunicaciones y la seguridad.

    5.4.4. A menudo las PYME tienen dificultades para financiar la introducción de nuevas tecnologías. Se les debería prestar un asesoramiento adecuado, y si es necesario ayuda, para facilitar el uso de métodos innovadores de financiación.

    5.5. Desarrollo de los recursos humanos

    5.5.1. El desarrollo de los recursos humanos es uno de los factores fundamentales en toda política de productividad, e incluye una serie de acciones:

    5.5.2. Educación y formación en TIC

    - Proporcionar amplias oportunidades de educación y formación permanente, explorando entre otras cosas la posibilidad de utilizar incentivos fiscales, como desgravaciones o exenciones, para una futura formación.

    - Proporcionar educación compensatoria para adultos con una educación y formación elemental deficiente.

    - Apoyar una participación más activa de las universidades y las escuelas técnicas en la formación avanzada de los empleados.

    5.5.3. Crear oportunidades de formación orientadas a la empresa para estudiantes de educación superior y secundaria avanzada.

    5.6. Gestión y organización del lugar de trabajo

    5.6.1. El reto crucial para la gestión de las empresas y otras organizaciones en su progreso hacia una mejor productividad es cómo garantizar la adaptabilidad de la organización y en el lugar de trabajo.

    5.6.2. Fomentar los avances en productividad en el lugar de trabajo mediante varios métodos disponibles, como acuerdos y convenios sobre productividad entre empresarios y empleados.

    5.6.3. Estudiar los efectos en el lugar de trabajo de una mayor atención a la productividad, y desarrollar cuando sea necesario herramientas para afrontar los efectos negativos.

    5.6.4. Los acuerdos tripartitos pueden desempeñar una importante función, especialmente en el ámbito de la educación y la investigación. Los Gobiernos deberán participar activamente en la creación de sistemas de apoyo, por ejemplo en lo que se refiere a los incentivos fiscales y de otro tipo.

    5.6.5. Desarrollar posibilidades de formación cualificada en la gestión de las políticas de productividad, especialmente para los directores de las PYME.

    5.7. Cuestiones de mercado

    5.7.1. Establecer mercados laborales que funcionen bien, sin obstáculos a la movilidad de los trabajadores. Una cuestión crucial en este ámbito es conseguir mejores acuerdos de reconocimiento de las cualificaciones profesionales en toda la UE.

    5.7.2. Basándose en las experiencias de Estados Unidos y otros países, muchos consideran que un mercado laboral flexible es un elemento importante para mejorar el crecimiento de la productividad. Otros hacen hincapié en que la seguridad del empleo no sólo está en línea con el modelo social europeo, sino que además impulsa la productividad respaldando la acumulación de conocimientos en las empresas.

    5.7.3. Cuando las fuerzas del mercado no ofrecen suficientes incentivos se deberían aceptar las ayudas públicas a nivel nacional y comunitario. Así ocurre con la labor de I+D y la financiación de riesgos. Se necesitan formas eficientes de aportar financiación de riesgos para las empresas nacientes y las PYME. Los fondos públicos podrían canalizarse preferiblemente en conjunción con o a través de fuentes privadas de financiación que cuenten con los necesarios conocimientos y competencias.

    5.7.4. Una sana competencia en el mercado es un marco necesario para un buen crecimiento de la productividad. La Comisión tiene la onerosa responsabilidad de fomentar y mantener políticas efectivas de competencia en toda la UE.

    5.7.5. Fomentar la creación de redes entre empresas. Las experiencias de numerosas regiones, por ejemplo del norte de Italia, muestran que la especialización y la creación de redes pueden conferir una considerable fuerza productiva.

    5.7.6. Se deberían estudiar las posibilidades de aumentar la productividad en el sector de los servicios, tanto públicos como privados, y desarrollar políticas pertinentes. De conformidad con la estrategia de Lisboa, resulta vital concluir el mercado interior de los servicios. La introducción de elementos de competencia en la provisión de servicios públicos impulsaría el crecimiento de su productividad, al tiempo que se deben salvaguardar la igualdad de acceso, una calidad elevada, la disponibilidad y la accesibilidad de los servicios.

    6. Recomendaciones de política para la Unión

    6.1. No es difícil señalar los factores clave para reforzar la productividad en la UE. Varios de estos factores están ya incluidos en la estrategia de Lisboa. El verdadero problema es generar efectos de sinergia y un crecimiento de la productividad elevado y sostenido. Las empresas y sus empleados desempeñan las funciones clave, aunque pueden recibir el apoyo de las políticas públicas. El CESE dirige las siguientes recomendaciones a los responsables de la toma de decisiones en la UE y a los interlocutores sociales a niveles relevantes.

    6.2. El CESE hace hincapié en que el paso más importante hacia un mejor crecimiento de la productividad en la UE es aplicar plenamente la estrategia de Lisboa.

    6.3. El CESE considera que la Comisión Europea, basándose en esta Comunicación y en las observaciones que suscite, debería seguir desarrollando su metodología de análisis, evaluación comparativa e información sobre la evolución de la productividad con el fin de promover acciones para el crecimiento de la productividad. Asimismo, debería ampliarse su alcance a fin de incluir un análisis de la eficiencia del sector público.

    6.4. El CESE propone que la Comisión emprenda o respalde nuevos estudios sobre los diferentes factores y mecanismos que subyacen al crecimiento de la productividad. Concretamente habría que examinar más a fondo las cuestiones de la productividad ecológica y la función de las TIC, así como otros aspectos cualitativos de la productividad. Además, el problema de incluir los costes del deterioro de los recursos naturales y la contaminación en los presupuestos nacionales y el PIB exige un desarrollo de la investigación y la metodología.

    6.5. El CESE recomienda que las cuestiones relativas a la productividad y el desarrollo sostenible formen parte integral del seguimiento anual de la estrategia global de Lisboa.

    6.6. El CESE se ha pronunciado de forma clara y detallada sobre la simplificación de la legislación comunitaria. Resulta esencial realizar nuevos esfuerzos de simplificación y buena gobernanza en general para mejorar la productividad en todos los ámbitos de la economía.

    6.7. El CESE insta a la Comisión a analizar urgentemente los efectos de la ampliación en el crecimiento de la productividad de la futura UE. Los avances en productividad de los países candidatos constituyen un reto pero al mismo tiempo parecen ofrecer grandes logros potenciales. Cuando se produzca la adhesión el nivel de productividad de la UE disminuirá, pero el potencial de crecimiento aumentará considerablemente. Una cuestión crucial es el calendario de la posible inclusión de los nuevos Estados miembros en la UEM.

    6.8. El CESE propone que la Comisión desarrolle un método eficiente de recogida y difusión de la información sobre buenas y mejores prácticas de política para impulsar el crecimiento de la productividad.

    6.9. El CESE considera importante seguir desarrollando el proceso de Luxemburgo de políticas activas del mercado laboral.

    6.10. El CESE reconoce que los interlocutores sociales a nivel local y nacional tienen que desempeñar una importante función en la planificación, aplicación y apoyo en general de las políticas encaminadas a aumentar la productividad.

    6.11. El CESE recomienda que los interlocutores sociales estudien diversas formas de establecer acuerdos o convenios para fomentar la productividad. El CESE toma nota del programa de trabajo acordado en el marco del diálogo social y acoge favorablemente la oportunidad que proporcionará a los interlocutores sociales para poner también de relieve las cuestiones relativas al crecimiento de la productividad y sus implicaciones para las sociedades europeas.

    6.12. El CESE destaca la importancia de hacer un seguimiento concreto de la opinión común de los interlocutores sociales a nivel europeo sobre el aprendizaje permanente de los trabajadores.

    6.13. El propio CESE:

    - prestará especial atención a la evolución de la productividad cuando emita su dictamen sobre el seguimiento de la estrategia de Lisboa en la cumbre de primavera;

    - organizará cada dos años una conferencia sobre la estrategia de Lisboa;

    - cuando sea necesario elaborará dictámenes de iniciativa sobre la productividad.

    Bruselas, 11 de diciembre de 2002.

    El Presidente

    del Comité Económico y Social Europeo

    Roger Briesch

    (1) COM(2002) 262 final.

    (2) Informe económico del Presidente de Estados Unidos, enero de 2001.

    Top