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Document 52023AE0801

    Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre el Informe de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones sobre la aplicación de las estrategias macrorregionales de la UE [COM(2022) 705 final]

    EESC 2023/00801

    DO C 293 de 18.8.2023, p. 91–99 (BG, ES, CS, DA, DE, ET, EL, EN, FR, GA, HR, IT, LV, LT, HU, MT, NL, PL, PT, RO, SK, SL, FI, SV)

    18.8.2023   

    ES

    Diario Oficial de la Unión Europea

    C 293/91


    Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre el Informe de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones sobre la aplicación de las estrategias macrorregionales de la UE

    [COM(2022) 705 final]

    (2023/C 293/14)

    Ponente:

    Stefano PALMIERI

    Coponente:

    Dimitris DIMITRIADIS

    Consulta

    Comisión Europea, 2.5.2023

    Base jurídica

    Artículo 34 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea

    Sección competente

    unión económica y monetaria y Cohesión Económica y Social

    Aprobado en sección

    30.5.2023

    Aprobado en el pleno

    14.6.2023

    Pleno n.o

    579

    Resultado de la votación

    (a favor/en contra/abstenciones)

    169/1/2

    1.   Conclusiones y recomendaciones

    1.1.

    El Comité Económico y Social Europeo (CESE) reconoce que las estrategias macrorregionales (EMR) desempeñan un papel importante en la cohesión social, territorial y económica de las regiones y contribuyen a la integración europea de los países vecinos.

    1.2.

    El CESE señala que las EMR abordan cuestiones que requieren la cooperación de varios países (y de diferentes actores dentro de ellos) partiendo de un enfoque de gobernanza intersectorial y multinivel. Así pues, los distintos agentes deben tratar de: hacer posible la coexistencia entre el interés nacional y el principio de cooperación, al tiempo que mitigan los procedimientos burocráticos y complejos que hacen que las estrategias macrorregionales resulten menos atractivas.

    1.3.

    El CESE considera que deberían realizarse más esfuerzos para reforzar las EMR de forma que puedan liderar el cambio, inspirar confianza y promover los valores europeos, especialmente en lo que se refiere a la cohesión social, territorial y económica de las regiones y la integración de los países vecinos, así como a la Agenda 2030.

    1.4.

    El CESE señala que las EMR han sido instrumentos útiles para hacer frente a la crisis sanitaria y a los efectos de la invasión rusa de Ucrania. En concreto, la Estrategia de la UE para la cuenca del Danubio (EUSDR) y la Estrategia de la Unión para la región del mar Báltico (EUSBSR) han desempeñado un papel importante a la hora de aumentar los vínculos entre Ucrania y la UE para la integración de los refugiados ucranianos y de crear corredores de mercancías seguros.

    1.5.

    Teniendo en cuenta las transiciones ecológica, digital y social, el CESE señala que el proceso de aplicación varía para cada distinta EMR debido a los diferentes niveles y capacidades de aplicación de las políticas sectoriales y al nivel de preparación de los países no pertenecientes a la Unión. El CESE considera pertinente abordar las disparidades a través de medidas específicas, especialmente en lo que respecta a las regiones más desfavorecidas, para evitar que la competitividad económica y la cohesión social se conviertan en algo problemático que acentúe las diferencias entre las regiones más y menos «desarrolladas».

    1.6.

    El CESE considera que es fundamental reforzar el vínculo entre las transiciones ecológica, digital y social para trasladar el enfoque de producir «más» a producir «mejor», evitando así el despilfarro que representa el exceso de producción, en el pleno respeto del principio de autonomía estratégica. En este sentido, es importante poner en valor la especialización inteligente y los enfoques de creación de agrupaciones, así como ofrecer una educación y una formación adecuadas, completas y pertinentes.

    1.7.

    El CESE tiene en cuenta que las organizaciones de la sociedad civil y los interlocutores sociales desempeñan un papel fundamental a la hora de contribuir a una mejor toma de decisiones, en particular acercando a las comunidades locales y regionales a las EMR, y anima a los Estados miembros, pero también a la Comisión Europea, a que propicien una aún mayor participación de las organizaciones de la sociedad civil, los interlocutores sociales y la gobernanza regional y local, de modo que pueda reforzarse el sentimiento de responsabilización con respecto a los programas.

    1.8.

    Además, en aras de la eficiencia y la eficacia de las cuatro EMR, es importante reforzar el desarrollo de capacidades de los actores locales, estatales y no estatales. El CESE considera importante que se pongan en marcha procesos de información y formación para estos actores. En este contexto, el CESE propone establecer un sistema de intercambio de funcionarios de corta y media duración entre las regiones de las EMR, similar al programa Erasmus. El CESE acoge favorablemente la iniciativa de establecer un diálogo ciudadano institucionalizado entre las macrorregiones, y cree que podría ser de ayuda a este respecto. También es importante que el CESE, como representante de la sociedad civil organizada y de los interlocutores sociales, desempeñe un papel más activo y forme parte del órgano directivo de todas las EMR. De este modo, las sinergias y la cooperación pueden ser más eficaces y visibles. A este respecto, el CESE propone organizar foros con los representantes de la sociedad civil y los interlocutores sociales en los Estados miembros de las EMR.

    1.9.

    Además, el CESE pide a todas las EMR que estudien las posibilidades de revertir la falta de participación de los principales motores locales para el desarrollo (pymes, agrupaciones industriales existentes, bancos locales, empresas sociales, sindicatos, mundo académico, ONG y otras organizaciones de la sociedad civil), así como de las empresas multinacionales y los bancos e instituciones financieras internacionales, lo que resulta fundamental. En el contexto de las EMR, la adopción del principio de asociación debe ser total, contando con la plena participación de las partes interesadas que corresponda.

    1.10.

    El CESE señala la importancia de alinear las EMR con los objetivos de la Agenda 2030 y de crear complementariedades con los de la política de cohesión 2021-2027 para mejorar la eficacia de las iniciativas macrorregionales.

    1.11.

    A pesar de los esfuerzos de la Comisión Europea por aumentar la visibilidad de las EMR, el CESE considera que una mejor comunicación no depende exclusivamente de un agente clave, sino de un mayor compromiso por parte de los Estados miembros y de los terceros países que participan en las EMR. El CESE puede ser de ayuda en este sentido, y la participación multinivel de la sociedad civil puede ser esencial.

    1.12.

    El CESE propone que se considere un enfoque diferente para la gobernanza de las EMR. Dado que el nivel político está representado por los ministros de Asuntos Exteriores, el nivel operativo debe reforzarse con una mayor cooperación con los ministerios encargados de los asuntos de la UE y los encargados de los fondos de la UE. Una participación de los entes regionales que potencie su capacidad administrativa y refuerce la ordenación territorial también es fundamental para la aplicación de las EMR.

    1.13.

    El CESE espera que, con la aprobación del informe por la Comisión de Desarrollo Regional del Parlamento Europeo, se creen las condiciones para que los EMR se apliquen también en las regiones del Mediterráneo occidental.

    1.14.

    En el marco del proceso de evaluación de la futura política de cohesión, será necesario examinar cuidadosamente las mejoras que deban introducirse en las EMR para liberar todo su potencial.

    2.   Introducción

    2.1.

    Desde 2009, la Unión Europea (UE) ha definido las estrategias macrorregionales como marcos integrados y de cooperación reforzada que permiten a los países situados en la misma zona abordar conjuntamente retos comunes o aprovechar al máximo su potencial común.

    2.2.

    Los Estados miembros y los países no pertenecientes a la UE que comparten la misma zona geográfica inician una estrategia macrorregional y establecen sus objetivos; la zona a la que se aplica la estrategia se determina en función de sus características físicas (una cuenca hidrográfica, una cuenca marítima, una cordillera montañosa, etc.) y se sustenta en vínculos históricos preexistentes de carácter socioeconómico y cultural, como una respuesta necesaria a los retos derivados de la rápida expansión de la UE.

    2.3.

    Las estrategias macrorregionales proporcionan marcos integrados y de cooperación reforzada para abordar conjuntamente los retos y las oportunidades en ámbitos específicos de la UE, en los casos en los que no pueden abordarse individualmente con los instrumentos comunes. Además, dadas las circunstancias actuales, pueden ser un instrumento importante para promover la expansión en el espacio del alcance de la UE.

    2.4.

    Junto con el presente dictamen, el CESE presentará su evaluación del 4.o informe sobre la aplicación de las estrategias macrorregionales de la Unión Europea, teniendo en cuenta que, durante el período de referencia, de mediados de 2020 a mediados de 2022, los diecinueve Estados miembros de la UE y los diez países no pertenecientes a la Unión que forman parte de las estrategias macrorregionales de la UE han demostrado una notable resiliencia ante perturbaciones externas graves y continuadas, y han tenido que transformar sus acciones de cooperación habituales en actividades solidarias para afrontar conjuntamente los efectos de la COVID-19 y de la agresión militar injustificada de Rusia contra Ucrania.

    3.   Evaluación general sobre la aplicación de las estrategias macrorregionales

    3.1.   Estrategia de la Unión para la región del Mar Báltico (EUSBSR)

    3.1.1.

    En la Estrategia de la UE para la región del Mar Báltico, puesta en marcha en 2009, participan ocho Estados miembros de la UE y cuatro terceros países vecinos. La estrategia tiene tres objetivos clave: salvar el mar, conectar la región y aumentar la prosperidad, y se subdivide por temas, en catorce ámbitos políticos interconectados, entre ellos los riesgos, la bioeconomía, la salud y la educación.

    3.1.2.

    En términos de financiación, el programa Interreg para la región del Mar Báltico ha desempeñado un papel clave en la financiación de la aplicación de la macrorregión desde el principio. Entre 2014 y 2020, el programa Interreg contribuyó con cerca de 278 millones EUR a la aplicación de proyectos en la región. Para el período 2021-2027, el programa Interreg para la región del Mar Báltico contará con un presupuesto de 259 millones EUR.

    3.1.3.

    En 2021 se revisó el plan de acción de la EUSBSR. Se redujo el número de acciones, se introdujo un sistema para facilitar una cooperación más estrecha entre las partes interesadas (incluidos los interlocutores económicos y sociales) y se creó un nuevo instrumento, el Centro de la Estrategia del Mar Báltico (BSP), para prestar apoyo administrativo y técnico a la gestión, el desarrollo y la comunicación de la estrategia.

    3.1.4.

    La EUSBSR ha ayudado a las regiones participantes a alcanzar las metas establecidas en materia de crecimiento sostenible e inteligente. A pesar de que la suspensión de la cooperación con Rusia y Bielorrusia tras la invasión rusa de Ucrania ha supuesto un obstáculo para resolver los principales problemas de la región, la estrategia tiene potencial para abordar los retos emergentes.

    3.2.   Estrategia de la Unión Europea para la cuenca del Danubio (EUSDR)

    3.2.1.

    La Estrategia de la UE para la cuenca del Danubio (EUSDR), puesta en marcha en diciembre de 2010 y actualizada en 2020, engloba a catorce países (nueve Estados miembros de la UE y cinco países no pertenecientes a la UE) y se estructura en torno a cuatro pilares principales: 1) conexión de la región; 2) protección del medio ambiente; 3) fomento de la prosperidad, y 4) refuerzo de la región. Estos cuatro objetivos se dividen, a su vez, en doce ámbitos prioritarios.

    3.2.2.

    Por lo que se refiere a la financiación, durante el período 2014-2020, el programa transnacional Interreg del Danubio aportó la ayuda principal, que ascendió a un total de 231 millones EUR. Sin embargo, en el período 2021-2027, el programa aporta un total de 213,1 millones EUR.

    3.2.3.

    En 2020, se modificó el plan de acción para situar sus actividades en el marco de una base estratégica y reorganizar los objetivos. El objetivo de la actualización era triple: racionalizar las acciones reduciendo su número de 137 a 85; hacer del plan de acción un documento que proporcione orientaciones estratégicas para la aplicación de la EUSDR, y hacer que el plan de acción sea más coherente con otros programas e instrumentos de financiación, en particular con los programas de la política de cohesión, pero también con otros programas e instrumentos de financiación de la UE, así como con la financiación nacional, regional y local de los países del Danubio. En la revisión del plan de acción se alinearon las acciones previstas por la EUSDR con las nuevas prioridades de la UE, incluido el Pacto Verde Europeo. Se han producido avances considerables a través de las actividades de participación de la juventud y el refuerzo de la cooperación con los fondos de la UE.

    3.2.4.

    No obstante, a pesar de esta actualización, la estrategia macrorregional para el Danubio se enfrenta a una serie de problemas que están ralentizando su aplicación: diferencias socioeconómicas perceptibles en la región del Danubio, falta de recursos financieros y escaso compromiso político entre los países participantes. Además, los países participantes tienen que afrontar retos más amplios de alcance mundial, como la recuperación tras la pandemia, el cambio climático y la transición digital, todos los cuales podrían desviar su atención de los esfuerzos por mejorar la aplicación de la EUSDR.

    3.3.   Estrategia de la Unión para la región del Adriático y del Jónico (EUSAIR)

    3.3.1.

    Puesta en marcha en 2014, la EUSAIR reúne a diez países (cuatro Estados miembros de la UE y seis países no pertenecientes a la UE). La estrategia se fundamenta en cuatro pilares principales: crecimiento «azul», conexión de la región, calidad medioambiental y turismo sostenible. El proyecto Facility Point de la EUSAIR proporciona apoyo operativo para la coordinación y la aplicación.

    3.3.2.

    Con respecto a la financiación para el período 2014-2020, el programa Interreg para la región del Adriático y del Jónico (Adrion) puso 118 millones EUR a disposición de la financiación de proyectos en el marco de los cuatro pilares de la EUSAIR, incluido el apoyo a la gobernanza de la EUSAIR previsto en el eje prioritario 4. Para el período 2021-2027, habrá 136,7 millones EUR disponibles en el marco del programa Interreg para la región del Adriático y del Jónico.

    3.3.3.

    El CESE observa con satisfacción los esfuerzos realizados en la EUSAIR para crear un Consejo de la Juventud en esta estrategia. Pide a las demás EMR que refuercen el funcionamiento de los Consejos de Juventud. Pide a todas las EMR que potencien los Consejos de Juventud y que institucionalicen el diálogo con ellos, a ser posible en el marco de los foros anuales.

    3.3.4.

    En noviembre de 2021, la UE remodeló la identidad de marca de la EUSAIR mediante el «Informe sobre el reposicionamiento de la Estrategia de la Unión Europea para la Región del Adriático y del Jónico (EUSAIR)», con el objetivo de hacerla más comprensible para su público objetivo. Recomienda que la EUSAIR siga adecuándose a las prioridades políticas de la UE, como el Pacto Verde Europeo y la transición digital, sin dejar de situar a la sociedad civil y a la juventud en el lugar central de sus propias prioridades.

    3.3.5.

    Por lo que respecta a los avances logrados por la EUSAIR, a pesar de los resultados alcanzados en términos de estabilidad en la región y convergencia entre países, siguen existiendo algunas oportunidades sin explotar para lograr sinergias con otras iniciativas multilaterales en la macrorregión, así como disparidades entre la UE y los países no pertenecientes a la UE. La estrategia engloba demasiadas dimensiones, abarca una geografía muy compleja y diversa y tiene demasiados objetivos.

    3.4.   Estrategia de la Unión para la región alpina (EUSALP)

    3.4.1.

    La estrategia macrorregional para la región alpina, EUSALP, puesta en marcha en 2015, es la estrategia más reciente que debe aprobar la UE. En ella participan siete países, de los cuales cinco son Estados miembros de la UE y dos son terceros países. La estrategia consta de tres ámbitos temáticos: crecimiento económico e innovación, movilidad y conectividad, y medio ambiente y energía. Estos tres ámbitos temáticos se complementan con una política transversal de gobernanza cuyo objetivo es proporcionar un modelo de gobernanza macrorregional sólido para la región.

    3.4.2.

    Por lo que respecta a la financiación del período 2014-2020, el programa Interreg Espacio Alpino puso a disposición de la región 139 millones EUR, mientras que para el período 2021-2027 se dispone de un total de 107 millones EUR para cuatro ámbitos prioritarios destinados a lograr una región alpina resiliente al cambio climático, ecológica y neutra en carbono.

    3.4.3.

    A pesar de la clara brecha entre las zonas urbanas y las zonas montañosas rurales, la macrorregión presenta una fuerte interdependencia socioeconómica. Algunos de los países que toman parte en la EUSALP (Alemania, Italia, Austria y Eslovenia) participan en otras estrategias macrorregionales, lo que ha dado lugar a retos. Es claramente necesario un mayor compromiso en los procesos de gobernanza para convertir los solapamientos en complementariedades.

    3.4.4.

    En comparación con las demás estrategias macrorregionales, la EUSALP está bien estructurada, debido a que la región alpina cuenta con un tejido institucional estructurado y una larga tradición de cooperación a través del Convenio de los Alpes y otras iniciativas como ARGE-ALP, Euromontana, Alliance in the Alps (entes locales), ALPARC (red de zonas protegidas) y el Comité Científico Internacional para la Investigación en los Alpes, así como otras organizaciones que operan en la región. Los dos terceros países, Suiza y Liechtenstein, cuentan con una gran capacidad administrativa e institucional que les permite cooperar con los Estados miembros de la UE al mismo nivel.

    4.   El panorama macrorregional y la guerra en Ucrania

    4.1.

    Las estrategias macrorregionales se han visto afectadas por la guerra en Ucrania tanto directa como indirectamente. Las actividades de cooperación de las estrategias macrorregionales de la UE han tenido que centrarse en iniciativas solidarias para abordar conjuntamente los efectos de la agresión militar injustificada de Rusia contra Ucrania.

    4.2.

    De las cuatro estrategias macrorregionales, la EUSDR y la EUSBSR son las que han tenido una influencia «directa» en la aplicación de las actividades de cooperación:

    La EUSDR y la EUSBSR (incluidas las organizaciones de la sociedad civil e interlocutores sociales correspondientes) han desempeñado un papel importante en el apoyo a Ucrania desde el comienzo de la guerra, lo que ha contribuido a aumentar los vínculos entre Ucrania y la UE. Las actividades se han centrado en la integración de los refugiados ucranianos y en la creación de corredores seguros para el transporte de mercancías. Este compromiso quedó claramente demostrado por la Presidencia ucraniana de la Estrategia para el Danubio en 2022. A pesar de la guerra, Ucrania ha aumentado considerablemente su participación en todos los ámbitos prioritarios de la Estrategia para el Danubio.

    La EUSBSR ha suspendido toda cooperación con Rusia y Bielorrusia. Esta es también la razón por la que la estrategia está avanzando hacia un mayor refuerzo de su papel como interfaz estratégica para la cooperación entre los Estados miembros de la UE, Noruega e Islandia.

    4.2.1.

    No obstante, y a pesar de que la orientación a largo plazo de las estrategias macrorregionales no debería ajustarse fácilmente, en concreto, los cambios estructurales en el panorama geopolítico mundial —la guerra en Ucrania es uno de los principales incidentes en este contexto— afectan al contenido de las cuatro EMR, ya que restablecen la importancia de la cohesión y la colaboración transregionales/transfronterizas en la propia Europa, y también en el espacio euroasiático.

    5.   El papel y el impacto de las estrategias macrorregionales en la aplicación de los procesos de las transiciones ecológica, digital y social

    5.1.

    A pesar de que las cuatro estrategias macrorregionales (EMR) respaldan la consecución de los objetivos fijados para las transiciones ecológica, digital y social de la UE, es evidente que el proceso de aplicación varía entre las distintas EMR debido a los diferentes niveles y capacidades de aplicación de las políticas sectoriales (medio ambiente, innovación digital y política social) y al nivel de preparación de los países no pertenecientes a la UE para hacer frente a los retos que plantean las «transiciones».

    5.2.

    Cabe señalar que, si estas diferencias no se abordan mediante medidas específicas de apoyo y financiación, especialmente por lo que respecta a las EMR con mayores dificultades, algo que tiene el potencial de impulsar la competitividad económica y la cohesión social corre el riesgo de convertirse en algo problemático que acentuará las diferencias entre las regiones más y menos «desarrolladas». Esto también plantea un reto en el caso de las regiones periféricas o alejadas que siempre se ven desfavorecidas frente a las regiones centrales, urbanas o metropolitanas. En este caso, el apoyo y los incentivos para la cooperación regional y transfronteriza pueden ser muy beneficiosos.

    5.3.

    Un examen en detalle del 4.o informe, y un análisis de los proyectos financiados por los programas Interreg activos entre 2014 y 2020, pone de manifiesto que existe una estrecha relación entre las transiciones ecológica y digital. Se han puesto en marcha y se han aplicado varios proyectos, pero no está claro si estas iniciativas han sido realmente eficaces para provocar el cambio. El CESE considera que debe sacarse partido de los resultados obtenidos a través de las oportunidades disponibles en el marco de los programas Interreg 2021-2027.

    5.4.

    Para el CESE, algo en lo que todas las EMR son deficientes es el hecho de que los procesos de las transiciones ecológica y digital tienen escasos vínculos con los procesos sociales, lo que limita, en muchos casos, la dimensión social a formas de implicación y participación de grupos que no representan plenamente las necesidades y los intereses de la sociedad civil y de los interlocutores sociales. En su Dictamen exploratorio sobre el tema «Hacia una mejor convergencia económica y competitividad en las macrorregiones, como la Estrategia de la Unión Europea para la Región del Danubio: el papel de las agrupaciones transnacionales» (1), el CESE señaló que los resultados en cuanto a la reducción de las disparidades sociales y espaciales y el fomento de la sostenibilidad ambiental siguen siendo modestos, muy probablemente debido a la complejidad de la gobernanza y de los acuerdos intergubernamentales, al nivel de burocracia, a la falta de homogeneidad interregional y a la insuficiente participación de los interlocutores sociales, de los agentes socioeconómicos y de las organizaciones de la sociedad civil.

    5.5.

    El objetivo de las estrategias para las transiciones ecológica y digital es trasladar el enfoque de producir «más» a producir «mejor». Si bien este planteamiento es correcto y está en consonancia con las orientaciones del CESE, plantea problemas que, de no abordarse, podrían convertir el valor añadido en algo perjudicial. Los niveles de empleo y los ingresos fiscales están estrechamente relacionados con el crecimiento del PIB; si el PIB disminuye, es más difícil financiar la sanidad, la educación y la justicia social.

    5.6.

    La respuesta de la UE a esta paradoja es el Pacto Verde Europeo, un conjunto de medidas destinadas a favorecer el crecimiento económico sostenible, teniendo en cuenta el medio ambiente, los recursos naturales y la cohesión social. A pesar del carácter estratégico del Pacto Verde Europeo, existen muchos factores que podrían poner en peligro su éxito para respaldar las transiciones. La reducción de los recursos humanos disponibles y el aumento del gasto en sanidad y pensiones plantean el riesgo de limitar los recursos necesarios para favorecer la inversión en las «transiciones ecológica y digital» de las EMR.

    5.7.

    La doble transición (ecológica y digital), especialmente a nivel de las EMR, corre el riesgo de ser una herramienta necesaria pero inadecuada, que exija medidas adicionales para lograr el desarrollo económico integral y sostenible de la sociedad junto con el crecimiento económico.

    5.7.1.

    La especialización inteligente y las agrupaciones empresariales son importantes para la doble transición: i) promover la creación de redes y agrupaciones entre empresas ha sido una de las formas más exitosas de apoyar la innovación y el desarrollo entre las pymes; ii) la intermediación en forma de servicios de consultoría y administrativos (a través de agencias de desarrollo regional, cámaras de comercio, gestores de agrupaciones empresariales, etc.) aumenta la eficacia de la creación de redes y agrupaciones (en comparación con el contenido del Dictamen exploratorio del CESE) (2).

    5.8.

    Además, el CESE apoya el hecho de que, para ayudar a que las transiciones digital y ecológica pasen de ser retos a constituir oportunidades reales, tenemos que reforzar la transición social, creando plataformas de codesarrollo en las que la sociedad civil y los interlocutores sociales tengan un papel de liderazgo, de modo que las necesidades y los problemas de los interlocutores sociales y económicos puedan ocupar un lugar central en las elecciones relativas al desarrollo y la cohesión.

    5.9.

    Las EMR deben utilizarse como plataformas de ensayo para configurar instrumentos innovadores, tales como las iniciativas de «fiscalidad sostenible y sistemas de incentivos», o la creación de un sistema fiscal que contribuya a satisfacer las necesidades de la sociedad, incluso ante un crecimiento económico débil o negativo. Estas medidas constituyen formas evolucionadas de resiliencia capaces de prever las crisis, que a día de hoy afectan regularmente a las regiones de las EMR.

    5.10.

    Las EMR deberían utilizarse como instrumentos para apoyar el «cambio cultural», planificar estrategias y aplicar medidas que puedan contribuir a alcanzar los objetivos de la política de cohesión y de la Agenda 2030. A este respecto, el CESE destaca el bajo nivel de cooperación entre las distintas EMR y, por consiguiente, la necesidad de reforzar y promover los instrumentos de desarrollo de capacidades transregionales y macrorregionales.

    5.11.

    Para adaptarse a la transición digital en particular, las EMR deben recibir apoyo, principalmente a través de la oferta de una educación y una formación adecuadas y exhaustivas. Dada la variedad de países participantes en las EMR (Estados miembros de la UE, países candidatos, etc.), es necesario cerrar la brecha entre ellos a este respecto. En su Dictamen exploratorio (3), el CESE defiende que, en el futuro, las EMR se beneficiarán considerablemente de la existencia de redes eficaces para actividades educativas en torno a la digitalización de la producción, así como de las iniciativas en favor de ecosistemas interregionales eficaces de investigación e innovación en actividades de I+D fundamentales y aplicadas.

    6.   La dimensión territorial de las estrategias macrorregionales y la participación de la sociedad civil y los interlocutores sociales

    6.1.

    Si bien las estrategias macrorregionales se ajustan al objetivo general de la política de cohesión, el CESE considera que, para contribuir a impulsar la cohesión económica, social y territorial, es necesario consolidar y mejorar las iniciativas de naturaleza ascendente. Esto afecta especialmente a las actividades de programación y planificación, como la creación de instrumentos para la ejecución de fondos de la UE administrados de manera indirecta.

    6.2.

    El CESE considera que el enfoque territorial debe ser el centro de atención a la hora de aplicar las EMR, a diferencia de determinadas situaciones en las que las EMR parecen ser el instrumento para aplicar las estrategias europeas a escala regional y local. Más bien, las estrategias europeas deben ser el receptáculo para poner en marcha iniciativas similares al desarrollo local participativo, de tal manera que puedan determinarse medidas en función de los territorios en los que es necesario actuar.

    6.3.

    La participación, la responsabilización y la motivación de los ciudadanos pueden reforzarse mediante una mayor participación de la gobernanza local y regional y mediante pequeños proyectos regionales o transfronterizos en los que los resultados sean directos y visibles. Un buen ejemplo son los proyectos de cooperación en materia de emergencia sanitaria y hospitalaria o el proyecto de cooperación en materia de catástrofes y defensa, estructurado de forma similar, que se enfrentan al mismo tipo de problemas, pero también ofrecen beneficios parecidos.

    6.4.

    Además de un firme apoyo político, los retos a los que han hecho frente las macrorregiones, como la COVID-19 y la guerra en Ucrania, y los que tendrán que afrontar en los próximos años requieren una mayor participación de la sociedad civil y de los interlocutores sociales en el proceso de gobernanza y aplicación, así como un sistema empresarial impulsado por medidas que ayuden a la competitividad de las pymes.

    6.5.

    Si bien es cierto que se han llevado a cabo iniciativas en cada una de las EMR, es evidente que todo lo que se haya hecho debe aplicarse de tal modo que cada una de las EMR pueda recibir una verdadera dimensión transversal (participación de la sociedad civil) que complemente y refuerce la «dimensión vertical» (participación de las regiones y los entes locales) y la gobernanza multinivel, respetando plenamente los principios de subsidiariedad y proporcionalidad, a fin de evitar que los objetivos de los distintos Estados y regiones prevalezcan sobre los intereses comunes.

    6.6.

    El CESE considera que debe promoverse a nivel regional y local el proceso más amplio posible de formación, debate y puesta en común de las opciones económicas, sociales y medioambientales relativas a las macrorregiones. Para ello podrían utilizarse determinados métodos ya probados en otras circunstancias, tomando como base el compromiso entre los entes locales, los interlocutores sociales y económicos y otras organizaciones de la sociedad civil.

    6.7.

    Cada EMR debe garantizar la puesta en marcha de un foro de la sociedad civil y los interlocutores sociales, cuyo trabajo debe coordinarse con el de otras plataformas de partes interesadas y desarrollarse dentro de un modelo operativo que permita la participación real de los representantes de los interlocutores económicos y sociales en la aplicación de las estrategias a escala macrorregional, regional y local. Los foros anuales de este tipo pueden garantizar la continuidad de las EMR y ofrecer oportunidades para nuevas ideas innovadoras, así como para reuniones entre empresas (B2B). Por último, deben mejorar la visibilidad y la comunicación de las EMR y reforzar la cooperación entre las estrategias macrorregionales mediante el intercambio de buenas prácticas, principalmente entre las EMR vecinas. El CESE propone que los foros específicos se alberguen de forma rotatoria en diferentes lugares de las regiones que participan en las EMR, y manifiesta su voluntad de apoyar activamente estos actos específicos.

    6.8.

    Es fundamental que se promuevan actividades para el desarrollo de capacidades que apoyen tanto a los entes regionales como a los locales y que mejoren la participación proactiva de la sociedad civil organizada y los interlocutores sociales en los procesos de desarrollo de las EMR. En este contexto, debe aplicarse el principio de asociación a los proyectos de las EMR a fin de garantizar que las partes interesadas locales puedan participar activamente. También debería promoverse la sensibilización y un mayor conocimiento entre la población de los principales temas y actividades relativos a las EMR.

    6.9.

    En particular, el CESE propone establecer un sistema de intercambio de funcionarios de corta y media duración entre las regiones de las EMR, similar al programa Erasmus, y expresa su voluntad de ser uno de los facilitadores de esta iniciativa. Creemos firmemente que esto contribuirá considerablemente al desarrollo de capacidades y a la sensibilización, así como a la superación gradual de los problemas burocráticos derivados de las diversas disparidades entre países.

    7.   Otras prioridades para mejorar la eficacia de las estrategias macrorregionales

    7.1.

    Garantizar que las EMR sean coherentes y estén en consonancia con la política de cohesión y la Agenda 2030 es una prioridad para garantizar que no prevalezcan intereses específicos sobre los intereses comunes. Si bien la coherencia con las prioridades de la política de cohesión constituye una obligación del proceso de planificación y desarrollo de las EMR, la armonización con la Agenda 2030 es limitada en algunas de ellas.

    7.2.

    Por lo que se refiere a la coherencia y complementariedad de las estrategias macrorregionales con la Agenda 2030, la EUSBSR ha emprendido una trayectoria positiva a través de la iniciativa «Baltic 2030 — Bumps on the Road» (Báltico 2030: Obstáculos en el camino). Además de determinar qué ODS son los más coherentes con las prioridades de la estrategia macrorregional, esta iniciativa ha establecido un sistema eficaz de respaldo a la planificación de iniciativas y la medición de los resultados.

    7.3.

    La adaptación de las EMR a los objetivos de la Agenda 2030 y la creación de complementariedades con los objetivos de la política de cohesión 2021-2027 son sin duda una actividad estratégica que puede aumentar la eficacia de las iniciativas macrorregionales. Deben tenerse en cuenta, con carácter prioritario, los siguientes ODS: 3. Salud y bienestar; 4. Educación de calidad; 5. Igualdad de género; 7. Energía asequible y no contaminante; 8. Trabajo decente y crecimiento económico; 9. Industria, innovación e infraestructura; 11. Ciudades y comunidades sostenibles; 12. Producción y consumo responsables; 13. Acción por el clima: 14. Vida submarina; 15. Vida de ecosistemas terrestres.

    7.3.1.

    Sin embargo, teniendo en cuenta el elevado número de ámbitos que deben abordarse, así como los limitados recursos disponibles, es aconsejable priorizar razonablemente las tareas en torno a dos aspectos distintivos principales:

    Secuenciación por actualidad, urgencia y plazo.

    Clasificación en función del mayor valor añadido que se espera del enfoque macrorregional.

    7.4.

    El éxito de las estrategias macrorregionales está claramente relacionado con su capacidad para garantizar que los fondos de la UE, nacionales y regionales, así como otros fondos públicos y privados, puedan financiar las prioridades de la estrategia mediante el apoyo a proyectos. Es evidente que esta prioridad deberá reforzarse mediante planes complementarios y sinergias entre las distintas oportunidades de financiación, fomentando, en la medida de lo posible, la integración de la financiación transnacional y transfronteriza con la financiación gubernamental y regional, incluso a través de un enfoque multisectorial.

    7.5.

    Debe promoverse la dirección tomada por todas las EMR, así como redes de diálogo y cooperación, entre las autoridades de gestión del Fondo Social Europeo (FSE), el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) y el Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura (FEMPA), con el fin de determinar cuáles son los problemas y las oportunidades relacionados con temas específicos que puedan abordarse mediante diferentes fuentes de financiación.

    7.6.

    Por último, es crucial la participación real en las EMR de los principales motores locales para el desarrollo (pymes, agrupaciones industriales existentes, bancos locales, empresas sociales, sindicatos, mundo académico, ONG y otras organizaciones de la sociedad civil), y de las empresas multinacionales y los bancos e instituciones financieras internacionales. En el contexto de las EMR, la adopción del principio de asociación debe ser total, contando con la plena participación de las partes interesadas que corresponda.

    7.6.1.

    En el caso de las pymes, el problema es la limitada capacidad de obtener la información pertinente y la falta de capacidad técnica para aprovechar las oportunidades resultantes. El desarrollo de agrupaciones de empresa a empresa y de empresa a gobernanza podría ser una manera de superar el problema.

    8.   Perspectivas de futuro

    8.1.

    En el futuro, retos más difíciles acechan a las EMR; si no se abordan adecuadamente a nivel territorial, podrían convertirse rápidamente en problemas. El CESE tiene en cuenta que las organizaciones de la sociedad civil y los interlocutores sociales desempeñan un papel clave a la hora de contribuir a mejorar el proceso de toma de decisiones, en particular acercando a las comunidades locales y regionales a las estrategias macrorregionales y animando a los Estados miembros, pero también a la Comisión Europea, a que impliquen aún más a la sociedad civil y a los interlocutores sociales, a fin de reforzar el sentimiento de pertenencia en los programas.

    8.2.

    El CESE reconoce que las estrategias macrorregionales abordan cuestiones que requieren una cooperación plurinacional basada en un enfoque de gobernanza intersectorial y multinivel. Las estrategias macrorregionales deben acentuar la identidad de sus zonas mediante el aumento de la responsabilidad y la participación activa de la población. Aunque el carácter «flexible» de la cooperación en las EMR debería considerarse una ventaja, al abrir la puerta a soluciones que a menudo son difíciles de alcanzar en contextos más formalizados con intereses nacionales contrapuestos, en realidad no es eso lo que se percibe. Las autoridades nacionales y centralizadas son los responsables de aplicar las estrategias macrorregionales, lo que da lugar a procedimientos muy burocráticos y complejos y, en última instancia, reduce el atractivo de las estrategias macrorregionales.

    8.3.

    El CESE acoge favorablemente la iniciativa de que se establezca un diálogo ciudadano institucionalizado entre las macrorregiones, y considera que podría ser útil en ese sentido. También es importante que el CESE, como representante de la sociedad civil organizada, desempeñe un papel más activo y forme parte de los órganos directivos de todas las estrategias macrorregionales. De ese modo, las sinergias y las colaboraciones pueden llegar a ser más eficaces.

    8.4.

    El CESE propone que se considere un enfoque diferente en la gobernanza de las estrategias macrorregionales. Dado que el nivel político está representado por los ministros de Asuntos Exteriores, el nivel operativo debe impulsarse mediante una mayor cooperación con los ministerios encargados de los asuntos de la UE y los fondos de la UE. Implicar a los entes regionales potenciando su capacidad administrativa también es fundamental para la aplicación de las estrategias macrorregionales.

    8.5.

    El CESE considera que debería existir una mayor interconexión entre las transiciones energética y digital y la dimensión social de la política de la UE. Dado que 2023 es el Año Europeo de las Capacidades, debe prestarse más atención a la manera de lograr la transición energética mediante el desarrollo de las capacidades y competencias de los trabajadores.

    8.6.

    Se anima a las partes interesadas de las EMR a que lleven a cabo seguimientos más estrechos y creen proyectos, programas y acciones menos abstractos y más específicos con puntos de partida y resultados medibles, supervisando así los avances logrados entre ellos.

    8.7.

    El CESE señala que la Comisión Europea ha realizado esfuerzos considerables por elevar el perfil de las estrategias macrorregionales. Sin embargo, una mejor comunicación no depende exclusivamente de un agente clave, sino también de los Estados miembros y de las estrategias macrorregionales. A este respecto, el CESE puede ayudar a través de la participación de la sociedad civil y los interlocutores sociales, que podría ser crucial.

    8.8.

    El CESE considera que las estrategias macrorregionales desempeñan un papel importante en la cohesión social, territorial y económica de las regiones, pero también contribuyen a la integración europea de los países vecinos. En este contexto, debe hacerse más hincapié en la transformación de las estrategias macrorregionales de forma que puedan liderar el cambio, inspirar confianza y promover los valores europeos. Además, es preciso mejorar la sostenibilidad, la continuidad y la interrelación de las iniciativas y los proyectos transregionales y transfronterizos. En este sentido, deben utilizarse extensamente otros tipos de cooperación interregional y transfronteriza institucionalizada, como las AECT y las eurorregiones, en consonancia con los ámbitos de aplicación de las estrategias macrorregionales.

    8.9.

    En cuanto al medio ambiente, será fundamental que se refuerce la capacidad operativa de las EMR para apoyar la lucha contra el cambio climático, proporcionando a la sociedad civil instrumentos útiles para afrontar los riesgos y adoptar estilos de vida sostenibles.

    8.10.

    Por lo que respecta a la economía, será prioritario apoyar un cambio de modelo económico a escala territorial y local, con el fin de reducir el consumo de recursos naturales y materias primas. Será necesario promover la transición hacia iniciativas en materia de cero emisiones, movilidad sostenible, economía circular, turismo sostenible e impulso de la economía local.

    8.11.

    Para promover y poner a disposición de todos innovaciones tecnológicas como la digitalización, la robotización y la biotecnología, es necesario mejorar las capacidades, invertir más en infraestructuras digitales seguras y sostenibles y apoyar iniciativas para las empresas, la administración pública y la población, especialmente a la luz de la digitalización de los servicios públicos.

    8.12.

    Las tendencias demográficas y sociales se refuerzan mutuamente. El envejecimiento de la población, así como la migración interna e intraeuropea, la caída de la tasa de natalidad y la disminución de las familias, plantean retos para los sistemas de protección social y el desarrollo local y regional. Estas tendencias demográficas tienen graves repercusiones sociales, como el aumento de la exclusión social y las desigualdades, así como repercusiones económicas, entre las que se incluye la escasez de trabajadores en sectores intensivos en mano de obra, como el turismo. Otro reto de importancia primordial es centrarse más en la calidad de vida, el trabajo digno, el bienestar y la participación de la juventud.

    8.13.

    Con la aprobación del informe sobre la función de la política de cohesión frente a los desafíosmedioambientales multidimensionales de la cuenca mediterránea [2022/2059 (INI)], elaborado por la Comisión de Desarrollo Regional del Parlamento Europeo, el CESE considera y espera que las condiciones para la aplicación de una estrategia macrorregional sean también idóneas en las regiones del Mediterráneo occidental.

    Bruselas, 14 de junio de 2023.

    El Presidente del Comité Económico y Social Europeo

    Oliver RÖPKE


    (1)   DO C 282 de 20.8.2019, p. 14.

    (2)  Dictamen exploratorio del CESE sobre el tema «Hacia una mejor convergencia económica y competitividad en las macrorregiones, como la Estrategia de la Unión Europea para la Región del Danubio: el papel de las agrupaciones empresariales transnacionales» (Dictamen exploratorio) (DO C 282 de 20.8.2019, p. 14).

    (3)  Dictamen exploratorio del CESE sobre el tema «Hacia una mejor convergencia económica y competitividad en las macrorregiones, como la Estrategia de la Unión Europea para la Región del Danubio: el papel de las agrupaciones empresariales transnacionales» (Dictamen exploratorio) (DO C 282 de 20.8.2019, p. 14).


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