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Document 52015AE1593

    Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo, al Comité de las Regiones y al Banco Europeo de Inversiones «Estrategia Marco para una Unión de la Energía resiliente con una política climática prospectiva» [COM(2015) 80 final] y la Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo y al Consejo «Alcanzar el objetivo de interconexión de electricidad del 10 % — Preparación de la red eléctrica europea de 2020» [COM(2015) 82 final]

    DO C 383 de 17.11.2015, p. 84–90 (BG, ES, CS, DA, DE, ET, EL, EN, FR, HR, IT, LV, LT, HU, MT, NL, PL, PT, RO, SK, SL, FI, SV)

    17.11.2015   

    ES

    Diario Oficial de la Unión Europea

    C 383/84


    Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo, al Comité de las Regiones y al Banco Europeo de Inversiones «Estrategia Marco para una Unión de la Energía resiliente con una política climática prospectiva»

    [COM(2015) 80 final]

    y la

    Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo y al Consejo «Alcanzar el objetivo de interconexión de electricidad del 10 % — Preparación de la red eléctrica europea de 2020»

    [COM(2015) 82 final]

    (2015/C 383/12)

    Ponente:

    Ulla SIRKEINEN

    Coponente:

    Pierre-Jean COULON

    El 9 y el 25 de marzo de 2015, de conformidad con el artículo 304 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, la Comisión Europea decidió consultar al Comité Económico y Social Europeo sobre la

    Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo, al Comité de las Regiones y al Banco Europeo de Inversiones «Estrategia Marco para una Unión de la Energía resiliente con una política climática prospectiva»

    [COM(2015) 80 final], y la

    Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo y al Consejo «Alcanzar el objetivo de interconexión de electricidad del 10 % — Preparación de la red eléctrica europea de 2020»

    [COM(2015) 82 final].

    La Sección Especializada de Transportes, Energía, Infraestructuras y Sociedad de la Información, encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el 16 de junio de 2015.

    En su 509o Pleno de los días 1 y 2 de julio de 2015 (sesión del 1 de julio de 2015), el Comité Económico y Social ha aprobado por unanimidad, con 100 votos a favor, el presente Dictamen.

    1.   Conclusiones y recomendaciones

    El CESE concluye que:

    1.1.

    La política energética de la UE ha logrado, en parte, aumentar el uso de las energías renovables y las posibilidades de elección de los consumidores. No obstante, la mayoría de los temas de política energética se sigue tratando principalmente como cuestiones de interés nacional.

    1.2.

    Los retos han aumentado: riesgos en cuanto a la seguridad del suministro de gas; aumento de los costes de la energía que perjudica a los consumidores y socava la competitividad industrial; efectos de las elevadas cuotas de energías renovables intermitentes en la estabilidad del sistema eléctrico.

    1.3.

    Para garantizar el suministro energético en Europa, se requieren cuantiosas inversiones. Los inversores necesitan un marco político lo más previsible y fiable posible.

    1.4.

    Con el fin de colmar las expectativas de los europeos, hay que abordar las cuestiones energéticas de forma más coherente. La cooperación entre Estados miembros y el pleno funcionamiento del mercado interior de la energía resultan indispensables.

    1.5.

    La propuesta de crear una Unión Europea de la Energía ha sido aprobada y su aplicación es urgente. Como consecuencia, la libre circulación de la energía podría convertirse en la quinta libertad de la UE.

    El CESE formula las siguientes recomendaciones:

    1.6.

    Para ser un éxito, la iniciativa debe transmitir un mensaje más claro —una visión directora— sobre qué ganarían los ciudadanos y empresas europeos con la Unión de la Energía.

    1.7.

    Junto con la seguridad y la sostenibilidad debería concederse una gran prioridad a incidir en los costes de la energía para los ciudadanos y las empresas. Allí donde el aumento de los precios minoristas de la electricidad se deba a decisiones políticas, se puede legítimamente aspirar a una corrección.

    1.8.

    La energía podría convertirse en el núcleo de las políticas exteriores de la UE, dado el contexto de creciente competencia por las fuentes de energía y la necesidad de diversificar las fuentes de suministro.

    1.9.

    A la hora de elaborar propuestas de revisión de diferentes aspectos de la legislación energética, tal como propone la hoja de ruta y apoya el CESE, la Comisión debería evitar incongruencias y el aumento de los costes, aspirando en cambio a simplificar los procesos.

    1.10.

    Convendría desarrollar métodos para activar a los consumidores contando con su colaboración, entre otras cosas haciendo un uso innovador de las TIC. La pobreza energética debería combatirse fundamentalmente mediante medidas de política social.

    1.11.

    Para aprovechar el gran potencial de mejora de la eficiencia energética, en particular en los edificios y el transporte, se requieren ideas innovadoras sobre financiación.

    1.12.

    Se necesita una reforma estructural del régimen de comercio de derechos de emisión de la UE (RCDE UE), aunque las medidas referidas a sectores ajenos a dicho régimen son igualmente importantes.

    1.13.

    Hasta que la igualdad de condiciones a escala global no se haga realidad, debería tomarse muy en serio el problema de la fuga de carbono. Las empresas industriales que obtienen mejores resultados deberían ver plenamente compensado el incremento en sus costes directos e indirectos.

    1.14.

    Aunque el desarrollo de las energías renovables, incluida la bioenergía, necesita apoyo, ello no debería aumentar los costes para los usuarios.

    1.15.

    Para superar futuros desafíos energéticos habrá que reforzar la financiación en materia de I+D. Abordar la energía como factor de producción de la forma más eficiente y sostenible ofrece un amplio potencial de crecimiento y empleo en la UE.

    1.16.

    Una nueva política de gobernanza energética debe garantizar la coherencia entre los diferentes aspectos de la energía, así como el cumplimiento de los objetivos a escala de la UE. El apoyo al Diálogo europeo sobre la energía (DEE), propuesto por el CESE, debería activarse sin demora.

    1.17.

    Hay que emprender urgentemente medidas para aumentar la interconexión de las redes eléctricas, incluyendo procesos de autorización más rápidos. Convendría explorar si es realmente viable establecer un mismo objetivo con carácter general.

    2.   Introducción

    2.1.

    La política energética de la UE persigue tres objetivos principales: seguridad del suministro, sostenibilidad y competitividad. El ámbito de aplicación de la legislación de la UE abarca tanto los mercados energéticos como los aspectos medioambientales y climáticos de la energía. La financiación de la UE apoya la I+D en el ámbito de la energía y el desarrollo de infraestructuras. El uso eficiente de la energía es, por naturaleza, una responsabilidad en gran medida nacional o local, sin perjuicio de determinados aspectos relativos al mercado interior. Los tratados habilitan a los Estados miembros para decidir sobre el uso de sus recursos energéticos y su combinación energética.

    2.2.

    En Europa, las políticas energéticas han alcanzado un éxito parcial. Al parecer los objetivos (20-20-20 de aquí a 2020) fijados para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar el uso de fuentes de energía renovables podrían cumplirse antes de expirar el plazo fijado y la eficiencia energética parece desarrollarse casi con arreglo a la meta establecida, aunque en parte debido a la recesión económica. Se ha procedido a la apertura de los mercados y las posibilidades de elección de los consumidores han aumentado. No obstante, en la práctica la política energética es considerada esencialmente una cuestión nacional. La legislación de la UE se ha aplicado de forma lenta o incompleta, sin que el mercado interior haya alcanzado todavía un funcionamiento realmente operativo. A escala nacional y de la UE, las políticas sobre diferentes aspectos energéticos han sido fragmentarias y, a menudo, desequilibradas.

    2.3.

    Para subsanar esto, en 2010 el Instituto Notre Europe-Jacques Delors propuso la creación de una Comunidad Europea de la Energía. El CESE apoyó activamente esta iniciativa.

    2.4.

    Recientemente, nuevos desafíos energéticos han pasado a ocupar un primer plano. En algunos Estados miembros, los problemas relacionados con la seguridad del suministro energético son acuciantes. Los consumidores, en particular los más vulnerables, acusan el aumento de los costes de la energía con la recesión económica como telón de fondo. El sector industrial lucha por ser competitivo pese a los precios energéticos inferiores practicados en las regiones competidoras. Si persiste el declive industrial en muchos Estados miembros junto con la fuga de carbono, corren peligro no solo el crecimiento y el empleo, sino incluso la propia transición energética europea. Pese a los grandes éxitos obtenidos en materia de energía renovable, Europa podría perder su liderazgo. En algunos países, una cuota aún mayor de energías renovables conduce a problemas de gestión del sistema eléctrico y hace que la producción de energía mediante combustibles fósiles resulte cada vez menos rentable. Según la Comisión (1) se necesitarían entre 2020 y 2030 inversiones por valor de dos billones EUR para asegurar el suministro de energía, incluidas las inversiones en generación y las redes, independientemente de la cuestión de que se utilicen fuentes de energía convencionales o alternativas.

    3.   Las comunicaciones de la Comisión

    3.1.

    La nueva Comisión presidida por Jean-Claude Juncker ha incluido la política energética entre sus diez ámbitos prioritarios. En octubre de 2014, el Consejo Europeo fijó los objetivos de las políticas energética y climática de aquí a 2030, a saber: una reducción de al menos un 40 % de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) respecto de los valores de 1990, una cuota de energías renovables de al menos un 27 % y la mejora de la eficiencia energética en un 27 % como mínimo.

    3.2.

    El 25 de febrero de 2015, la Comisión presentó su Comunicación titulada «Estrategia Marco para una Unión de la Energía resiliente con una política climática prospectiva» (2). La Estrategia tiene cinco dimensiones estrechamente relacionadas entre sí y que se refuerzan mutuamente, cuyo objetivo es impulsar la seguridad energética, la sostenibilidad y la competitividad:

    seguridad energética, solidaridad y confianza,

    un mercado europeo de la energía plenamente integrado,

    eficiencia energética como contribución a la moderación de la demanda,

    descarbonización de la economía, e

    investigación, innovación y competitividad.

    3.3.

    La Estrategia presenta la visión general de la Comisión sobre la Unión de la Energía. Basándose en breves descripciones de los retos relativos a esas cinco dimensiones, propone quince puntos de acción. En la hoja de ruta adjunta se enumeran las iniciativas previstas por la Comisión Europea, especialmente para 2015 y 2016. Se trata, en su mayoría, de revisiones de la legislación vigente.

    3.4.

    En el mismo paquete, la Comisión publicó una Comunicación titulada «Alcanzar el objetivo de interconexión de electricidad del 10 % — Preparación de la red eléctrica europea de 2020» (3), así como una Comunicación sobre «El Protocolo de París, un plan rector para combatir el cambio climático más allá de 2020» (4).

    4.   Observaciones generales

    4.1.

    El Comité considera que la iniciativa de la Comisión Europea para una Unión Europea de la Energía es equiparable a la anterior idea de una Comunidad Europea de la Energía y, por tanto, la respalda.

    4.2.

    Para poder responder a las enormes necesidades, los inversores han de disponer lo antes posible de un marco legislativo predecible y fiable para el período a partir de 2020. Los puntos de acción y la hoja de ruta presentados por la Comisión no incluyen grandes cambios, solo la revisión y actualización de la legislación vigente. Lo más importante es su aplicación. Actualmente, resulta fundamental no desviarse del ritmo previsto por el calendario. Es obvio que también resulta importante que ni el Parlamento ni el Consejo acumulen retraso en estas cuestiones.

    4.3.

    No obstante, el Comité considera que, para ser un éxito, la iniciativa debe transmitir un mensaje más claro —una visión directora— sobre qué ganarían los ciudadanos y las empresas europeos con la Unión de la Energía. Todos los responsables del sector deberían tener muy presente este planteamiento.

    4.4.

    Muchas partes interesadas están preocupadas por las incoherencias de la legislación y su interferencia en demasiados aspectos de la economía energética. Con el fin de colmar las expectativas de los europeos, en particular en torno a los nuevos retos, hay que abordar las cuestiones energéticas de forma más coherente. Ello atañe tanto a los distintos objetivos y ámbitos políticos como a los intereses nacionales frente a los europeos, más amplios.

    4.5.

    El CESE está convencido de que la cooperación entre los Estados miembros y el pleno funcionamiento del mercado interior de la energía son indispensables para lograr los objetivos de la política energética. Se necesitan más fuentes de energía renovable para reducir la dependencia externa y las emisiones. Resulta ya evidente que, para poder funcionar mejor, un sistema de electricidad con mayores cuotas de energías renovables intermitentes requiere un mercado mayor que el nacional. Los costes derivados de los servicios de apoyo, los picos y el almacenamiento, incluso de gas, son también inferiores en un mercado de mayores dimensiones.

    4.6.

    Junto con la seguridad y la sostenibilidad debería concederse una gran prioridad a incidir en los costes de la energía para los ciudadanos y las empresas. Ahora que los ciudadanos se sienten cada vez más alejados de la UE y se ven afectados por la desaceleración económica, los costes de la energía constituyen sin duda una importante preocupación. Lo mismo puede decirse de las empresas, en particular de las pymes, y de sus trabajadores, que compiten en los mercados internacionales.

    4.7.

    Allí donde el aumento de los precios minoristas de la energía, en particular de la electricidad, se deba principalmente a decisiones políticas sobre impuestos y tasas, se puede legítimamente aspirar a una corrección. La Comisión debería seguir adelante con sus planes sobre la revisión de los precios y la orientación de las medidas de apoyo. Al mismo tiempo, la Comisión debería explicar qué efectos tendrán sobre los precios los cambios previstos en el comercio de derechos de emisión y la prometida supresión de las subvenciones para las fuentes de energía que perjudican al medio ambiente (5).

    5.   Observaciones particulares

    Seguridad energética, solidaridad y confianza

    5.1.

    El CESE coincide con la Comisión en que los factores clave de la seguridad del abastecimiento son la realización del mercado interior de la energía y un consumo de energía más eficiente. Además, debería prestarse mucha más atención al entorno geopolítico internacional. Se prevé una intensificación de la competencia mundial por los recursos energéticos, la cual, junto con la diversificación del suministro energético de la UE, debería ser un aspecto primordial de las acciones de la política exterior y comercial de la UE.

    5.2.

    La diversificación de las fuentes de energía es, en gran medida, una cuestión de combinación energética y de opciones de suministro a nivel nacional. La UE puede y debe apoyar el desarrollo de infraestructuras. Actualmente, el suministro de gas es objeto de especial atención. Hay que explorar pormenorizadamente el desarrollo de la demanda de gas de la UE y adaptar en consecuencia las proyecciones de inversiones en infraestructuras. Habría que prestar mayor atención a otras fuentes de energía, como las autóctonas.

    5.3.

    Los Estados miembros deberían considerar evidente la conveniencia de estrechar su cooperación y de intercambiar información en aquellos mercados —entre otros el del gas— en los que afronten un proveedor en posición dominante o un cartel. Sin embargo, la cooperación no debería obstaculizar el funcionamiento del mercado. Se aspira a que los Estados miembros hagan gala de solidaridad, aunque esta solo puede basarse en la confianza y el respeto de los compromisos y normas comunes. Los problemas de las islas energéticas requieren especial atención, incluidas las especificidades de las islas en comparación con el territorio continental.

    Un mercado europeo de la energía plenamente integrado

    5.4.

    La actualización de las redes de gas y electricidad es clave para la consecución de la Unión de la Energía. La cuestión de la interconexión eléctrica se analizará en el epígrafe 6, dedicado a la Comunicación sobre este tema.

    5.5.

    Los mercados energéticos, en particular los eléctricos, se ven lastrados por la aplicación incompleta de las directivas correspondientes y por la aún débil cooperación entre los gestores de redes de transporte y las autoridades reguladoras nacionales. Aunque apoya las propuestas de la Comisión sobre estas cuestiones, el CESE advierte del peligro de un aumento de los costes y las cargas administrativas.

    5.6.

    Los vínculos entre los mercados mayoristas y minoristas son débiles, o, al menos poco claros, por lo que se necesita una mayor transparencia en cuanto a los precios. Las señales de precios, insuficientes para generar inversiones, y la falta de flexibilidad de la demanda parecen ser cuestiones clave. Entre los retos figuran el aumento de la cuota de las energías renovables y el exceso de capacidad frente a la necesidad de equilibrio y de capacidad máxima. Aunque es necesario revisar la reglamentación, al elaborar sus propuestas la Comisión debería evitar el aumento de los costes para los usuarios, apoyando al mismo tiempo soluciones que susciten mercados transfronterizos.

    5.7.

    Cada vez más, los mercados de gas y electricidad evolucionan de facto hacia mercados regionales entre países vecinos. Se trata de una evolución positiva hacia la consecución de mercados a escala de la UE que debería contar con el apoyo del legislador. En particular, las buenas prácticas y las experiencias deberían ponerse en común entre las distintas regiones e, indudablemente, la UE. También en este caso hay que evitar imponer cargas administrativas adicionales.

    5.8.

    Aunque activar a los consumidores en los mercados de la energía redundaría en beneficio de todos, ello no puede lograrse por la fuerza. Deberán elaborarse métodos cuidadosamente seleccionados, en particular el uso innovador de las TIC, en cooperación con los propios consumidores, con el fin de aprovechar el potencial que alberga la demanda y, de este modo, reducir los costes.

    5.9.

    En muchos Estados miembros, los consumidores vulnerables lo son aún más debido a la actual situación económica. El CESE está de acuerdo con la Comisión en apoyar a estos consumidores sobre todo mediante medidas de política social suficientes. El observatorio de la pobreza energética, cuya creación fue propuesta por el Comité en una ocasión anterior, ayudaría a determinar las necesidades reales.

    La eficiencia energética como contribución a la moderación de la demanda de energía

    5.10.

    En cuanto a la eficiencia energética, el CESE está de acuerdo con la Comisión en que la labor ha de realizarse fundamentalmente a escala nacional y local. Entre las medidas de la UE que han sido un éxito en este ámbito destacan el etiquetado y las normas de diseño ecológico, que han de revisarse periódicamente.

    5.11.

    El CESE acoge con satisfacción la intención de la Comisión de presentar propuestas para garantizar que las medidas de eficiencia energética y la respuesta por parte de la demanda puedan competir en igualdad de condiciones en el mercado de la energía, siempre que ello responda a los intereses reales de los usuarios.

    5.12.

    El CESE está de acuerdo en que, en los sectores de la construcción y del transporte, el potencial en materia de eficiencia energética —en realidad, de ahorro— es grande y debería aprovecharse mediante medidas cuidadosamente diseñadas. Por ejemplo, hay que revisar los sistemas de certificación energética y de etiquetado de los materiales de construcción. Se necesitan ideas de financiación innovadoras.

    Descarbonización de la economía

    5.13.

    El CESE está elaborando un dictamen específico sobre el «rumbo a París». El CESE apoya en general los esfuerzos de la UE en este sentido, lo cual es absolutamente crucial para alcanzar suficientes compromisos globales jurídicamente vinculantes.

    5.14.

    El CESE también apoya, al igual que en dictámenes anteriores, las propuestas de reforma estructural del régimen de comercio de derechos de emisión de la UE (RCDE UE). Igual de importantes son las decisiones sobre futuras medidas, principalmente nacionales, en sectores no incluidos en el RCDE.

    5.15.

    Hasta lograr la igualdad de condiciones a nivel mundial, la UE debería tomarse muy en serio el problema de la fuga de carbono. Hay que garantizar a las industrias grandes consumidoras de energía sobre las que pende la amenaza de una «fuga de carbono» una indemnización por el incremento de los costes del RCDE UE tanto directos como indirectos en función de su eficiencia en materia de emisiones de GEI, que compensen plenamente a quienes obtengan los mejores resultados. Para las compensaciones indirectas se requiere un marco a escala de la UE con el fin de evitar el falseamiento de la competencia dentro de la UE.

    5.16.

    El CESE apoya plenamente el objetivo de garantizar que la UE sea líder mundial en materia de energías renovables. Hacen falta medidas de apoyo, pero deben estar en consonancia con las normas de competencia y de mercado, basarse en el mercado y evitar el incremento de los precios para los usuarios finales de la energía. Debería retirarse gradualmente el apoyo a las tecnologías maduras y competitivas. El CESE respalda los esfuerzos de la Comisión este sentido.

    5.17.

    Además de las energías renovables, la UE debería marcarse el objetivo de desarrollar todo tipo de tecnologías y soluciones de descarbonización, a saber las tecnologías limpias.

    5.18.

    El CESE coincide con la Comisión en que la UE necesita inversiones en bioeconomía de origen vegetal como fuente importante de energía renovable no intermitente. A la hora de elaborar planes para este área, han de tenerse en cuenta su incidencia en el medio ambiente, el uso de la tierra y la producción alimentaria. La energía hidroeléctrica ofrece también su propio potencial.

    Una Unión de la Energía al servicio de la investigación, la innovación y la competitividad

    5.19.

    El CESE, aunque apoya la propuesta de nueva estrategia de I+D, reitera su punto de vista expresado en dictámenes anteriores de que se necesitan más recursos para superar los futuros retos energéticos. El Comité insiste en la necesidad de fomentar, en particular, la financiación privada mediante medidas de alcance europeo y de estrechar la cooperación global en materia de I+D.

    5.20.

    No obstante, la competitividad de la UE no estriba solo en ostentar el liderazgo en cuanto a las tecnologías relacionadas con la energía y el clima. Se trata igualmente, o incluso más, de abordar la energía como factor de producción de la forma más eficiente y sostenible posible, mejor que los competidores. Este es un enfoque más amplio y seguro para garantizar el crecimiento y el empleo en Europa.

    5.21.

    La transición es fundamental para todos los sectores de la economía. El CESE está firmemente convencido de que esta transición ha de ser justa y equitativa. La formación y el aprendizaje permanente son medidas clave para alcanzar el éxito. El diálogo social en la esfera nacional y de la UE es un aspecto fundamental para avanzar por esta senda.

    Gobernanza de la Unión de la Energía

    5.22.

    El CESE apoya plenamente los esfuerzos de la Comisión para garantizar la coherencia entre los diferentes aspectos de la política energética y la coordinación entre los Estados miembros. La nueva gobernanza debe perseguir también el objetivo de garantizar el cumplimiento de objetivos a escala de la UE de aquí a 2030. Sin embargo, no debe imponerse a los Estados miembros obligaciones adicionales en materia de información o planificación, sino que, por el contrario, los actuales requisitos deberían racionalizarse.

    5.23.

    El CESE expresa su satisfacción por que la Comisión haya tenido en cuenta su iniciativa de entablar un diálogo sobre la energía con las partes interesadas. Aguarda ahora la publicación de un plan de acción detallado.

    6.   Observaciones sobre la Comunicación relativa a la consecución del objetivo de interconexión del 10 %

    6.1.

    El aumento de las cuotas correspondientes a la electricidad renovable intermitente, al igual que el objetivo de reducción de los costes relativos a los picos de consumo y a las reservas, requieren aumentar la capacidad de la red. La necesidad de más capacidad de interconexión es, en muchos casos, obvia, incluso acuciante. Es sorprendente que en muchos casos el objetivo del 10 % esté tan lejos de alcanzarse. Las medidas propuestas en la Comunicación son bienvenidas. El CESE ya se pronunció anteriormente sobre esta cuestión, en particular en su reciente dictamen de iniciativa sobre «La cooperación europea en materia de redes de energía».

    6.2.

    Considera adecuado el enfoque mediante proyectos de interés común. También parece eficaz dar prioridad a la financiación de proyectos que aumenten significativamente la capacidad de interconexión de niveles actuales inferiores al 10 %. Pero también parece razonable tener en cuenta la situación económica de los países en cuestión.

    6.3.

    Es urgente aplicar plenamente el Reglamento RTE-E. Además, es muy necesario esforzarse por abreviar los procedimientos de autorización. Se trata, por otra parte, de un ámbito en el que deben explorarse todas las posibilidades para facilitar y acelerar los procesos, haciendo que participen las partes interesadas desde fases tempranas. A tal efecto, el CESE propone, entre otras cosas, entablar un diálogo europeo sobre la energía. Ello debería tenerse en cuenta al elaborar la propuesta de creación de un foro de las infraestructuras energéticas.

    6.4.

    No obstante, debería examinarse si resulta realmente viable establecer el mismo objetivo para todos los Estados miembros, con independencia de su tamaño, combinación energética, vecindad, etc. La nivelación de los precios de la electricidad podría servir de indicador de una capacidad de interconexión suficiente.

    Bruselas, 1 de julio de 2015.

    El Presidente del Comité Económico y Social Europeo

    Henri MALOSSE


    (1)  COM(2014) 903 final.

    (2)  COM(2015) 80 final.

    (3)  COM(2015) 82 final.

    (4)  COM(2015) 81 final.

    (5)  El FMI calculó que, para Europa, ascenderían a 3 30  000 millones EUR anuales.


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