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Document 52019AE2839

Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la «Política económica de la zona del euro (2019)» (dictamen adicional)[COM(2018) 759 final]

EESC 2019/02839

DO C 47 de 11.2.2020, p. 106–112 (BG, ES, CS, DA, DE, ET, EL, EN, FR, HR, IT, LV, LT, HU, MT, NL, PL, PT, RO, SK, SL, FI, SV)

11.2.2020   

ES

Diario Oficial de la Unión Europea

C 47/106


Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la «Política económica de la zona del euro (2019)» (dictamen adicional)

[COM(2018) 759 final]

(2020/C 47/17)

Ponente: Petr ZAHRADNÍK

Decisión de la Mesa del Comité

14.5.2019

Fundamento jurídico

Artículo 32, apartado 1, del Reglamento interno y artículo 29, letra a), de las Normas de desarrollo del Reglamento interno

Sección competente

unión económica y monetaria y Cohesión Económica y Social

Aprobado en sección

17.10.2019

Aprobado en el pleno

30.10.2019

Pleno n.o

547

Resultado de la votación

(a favor/en contra/abstenciones)

137/0/4

Preámbulo

El presente Dictamen forma parte de un conjunto de dos Dictámenes de seguimiento relativos, respectivamente, al Estudio Prospectivo Anual sobre el Crecimiento [COM(2018) 770 final] y la Recomendación sobre la política económica de la zona del euro [COM(2018) 759 final]. Su objetivo consiste en actualizar y desarrollar las propuestas anteriores del CESE (1), teniendo en cuenta los últimos acontecimientos y las previsiones económicas para la UE y la zona del euro, así como los diversos informes y recomendaciones publicados en el marco del actual Semestre Europeo. Estos dos Dictámenes constituyen la contribución global de la sociedad civil de la UE a la política económica, social y medioambiental para el próximo ciclo del Semestre Europeo, que se pondrá en marcha en noviembre de 2019. El CESE invita a la Comisión Europea y al Consejo a que tengan en cuenta esta contribución en el contexto del próximo «paquete de otoño» del Semestre Europeo y del consiguiente proceso interinstitucional de decisión.

1.   Conclusiones y recomendaciones

1.1.

El CESE toma nota de la evolución positiva de las economías de la UE y de la zona del euro en los últimos años. Al mismo tiempo, es plenamente consciente de los riesgos que podrían conducir a una inversión de esta tendencia. Observa que, hoy por hoy, las economías de la UE y las de la zona del euro están relativamente más expuestas de lo habitual a la influencia de riesgos externos. En este contexto, el Brexit representa un elemento importante de incertidumbre, especialmente en un escenario sin acuerdo, lo mismo que la escalada en las guerras comerciales.

1.2.

El CESE está persuadido de que la prioridad actual de la política económica de la UE y de la zona del euro es reducir y mitigar el riesgo de recesión y orientar la economía de la UE por la senda del crecimiento sostenible. Para ello, es fundamental que la política presupuestaria se alinee con la política monetaria expansiva del Banco Central Europeo mediante una orientación presupuestaria positiva en la zona del euro y en la UE que, al mismo tiempo, respete los principios de la disciplina presupuestaria. El CESE está convencido de la urgencia de reforzar la resistencia y salvaguardar el potencial de crecimiento futuro y de que es hora de empezar a trabajar.

1.3.

El CESE observa que la tasa actual de crecimiento de la inversión es superior a la del PIB de la UE y de la zona del euro, lo que ha permitido a las tasas de inversión situarse en el 20,5 % en 2018, su valor más elevado desde 2008 (año en que fue del 22,8 %). No obstante, considera que las necesidades de inversión son más importantes y que se necesitan más recursos para colmar este déficit de inversión, tanto pública como privada, sobre todo teniendo en cuenta los mayores niveles de inversión en China y los Estados Unidos.

1.4.

Sin embargo, el CESE también es consciente de que esta evolución económica no ha sido uniforme en toda la Unión y en la zona del euro y de que los avances hacia la convergencia siguen siendo insatisfactorios. Asimismo, la cuestión de la sostenibilidad es un desafío cada vez más complejo para la UE.

1.5.

El CESE celebra que la importante mejora de la disciplina presupuestaria allane el camino para una mayor expansión presupuestaria, siempre que se respeten todas las normas de prudencia presupuestaria. Esta posibilidad existe, tanto para los Estados miembros como a escala de toda la UE. El CESE toma nota de la propuesta de un instrumento presupuestario de convergencia y competitividad, que constituye un proyecto piloto para reforzar la política presupuestaria en la zona del euro, y de su estrecho vínculo con el programa de apoyo a las reformas. El CESE da por descontado que el instrumento presupuestario de convergencia y competitividad y el programa de apoyo a las reformas brindarán un apoyo significativo a las reformas y las inversiones tanto en la zona del euro como en los Estados miembros que no forman parte de ella. No obstante, el CESE considera, en general, que la propuesta de la Comisión Europea para el marco financiero plurianual 2021-2027 podría ser insuficiente para ejecutar con éxito los programas prioritarios, y reitera su llamamiento para que se aumente el volumen de recursos destinados a este fin.

1.6.

Al mismo tiempo, pide que continúen las reformas estructurales eficaces acompañadas de estrategias de inversión bien orientadas, al tiempo que respalda y aprecia que se respete el «triángulo virtuoso» en las actuales prioridades económicas y políticas, un triángulo basado en el equilibrio y la condicionalidad mutua entre el apoyo a la inversión, la aplicación de reformas estructurales y el cumplimiento de los principios de responsabilidad y prudencia presupuestarias. Habida cuenta del volumen limitado de los fondos públicos, el CESE destaca la importancia esencial de la inversión privada, cuyo crecimiento a largo plazo depende directamente de una política económica creíble y de la reducción de los desequilibrios presupuestarios. La unión bancaria y la Unión de los Mercados de Capitales pueden contribuir a acelerar el ritmo de crecimiento de las inversiones gracias a flujos de capital más eficientes y flexibles. Al CESE le preocupan los retrasos acumulados en la aplicación de los elementos restantes de estas dos uniones.

1.7.

El CESE observa con atención y preocupación la magnitud de los desequilibrios macroeconómicos en la UE y en la zona del euro. Pide a la Comisión Europea y a los Estados miembros que aúnen sus esfuerzos para aproximar las posiciones de los Estados miembros sobre la forma de abordar el problema de los desequilibrios externos, teniendo en cuenta, sobre todo, el mayor nivel de riesgos externos que se prevé en el futuro.

1.8.

El CESE suscribe plenamente el principio de que la inversión y las reformas deben ir de la mano, así como los principios de responsabilidad y subsidiariedad.

1.9.

El CESE considera que en la actualidad las prioridades de la economía europea deberían centrarse en mayor medida en apoyar la demanda interna. Al mismo tiempo, considera que el saldo de intercambios exteriores de bienes y servicios, muy positivo a escala de la Unión, debería distribuirse mejor entre un mayor número de Estados miembros.

1.10.

El CESE también es muy favorable a la continuidad de las actividades destinadas a mejorar la funcionalidad y la homogeneidad del mercado interior y del mercado único, en particular en los segmentos que aún no han sido objeto de una mayor integración y en los que se observan tendencias centrífugas. También observa con inquietud el problema de la escasez de mano de obra y el desajuste entre las capacidades que se demandan y las que se ofrecen.

2.   Contexto

2.1.   Evolución económica actual de la zona del euro y de la Unión Europea: previsiones de primavera y verano de la Comisión Europea

2.1.1.

Aunque las economías de la Unión y de la zona del euro siguen creciendo por séptimo año consecutivo, las previsiones dejan vislumbrar señales de un futuro deterioro de los resultados económicos. Ello no significa que este crecimiento haya sido uniforme en todo el territorio de la Unión y de la zona del euro. Según las previsiones económicas de primavera y verano de la Comisión Europea, se espera que la senda de crecimiento de las economías de la UE y de la zona del euro se mantenga este año y el próximo, pero se prevé que su ritmo se ralentizará; las previsiones del verano apuntan a un aumento de los riesgos de desaceleración.

2.1.2.

Esta ralentización está estrechamente vinculada al entorno exterior y a la limitación de la capacidad de la Unión para mantener su volumen récord de exportaciones. Los principales factores de riesgo son las repercusiones del Brexit, especialmente en el caso de un escenario sin acuerdo, y la escalada de las guerras comerciales en la economía mundial, que se dejan sentir con más fuerza hoy, por ejemplo, que hace un año.

2.1.3.

Entre los factores endógenos más importantes se encuentran las dificultades para lograr la sostenibilidad social y medioambiental y los escasos avances conseguidos en cuanto a la convergencia en la UE, así como un desequilibrio en la distribución de los ingresos y la riqueza. Asimismo, se observan cambios significativos en sectores importantes (como la industria del automóvil o el sector de la energía). La desaceleración prevista en el crecimiento del crédito, del 3,7 % al 3,0 % interanual en 2019, podría ser motivo de cierta preocupación (2).

2.1.4.

El Dictamen del CESE sobre la política económica de la zona del euro en 2019 (3) advertía de los riesgos de una nueva crisis económica y animaba a las autoridades europeas y nacionales a adoptar un enfoque coordinado para detectar estos riesgos y reforzar la resistencia de la economía europea, sobre todo teniendo en cuenta que dos de las mayores economías europeas podrían entrar en recesión en el segundo semestre de este año.

2.1.5.

Mientras que las tasas de crecimiento de las inversiones, y su volumen, se han aproximado a los niveles anteriores a la crisis o incluso ya los han superado, las necesidades de inversión en la UE y en la zona del euro se mantienen por encima de su nivel real actual; por ello, cabe hablar de una persistencia del déficit de inversión tanto en la UE como en la zona del euro. La fuerte desaceleración del crecimiento de las inversiones prevista en el próximo período también representa un motivo de preocupación. En 2018, las inversiones en la UE aumentaron un 3,7 % con respecto al año anterior; según las estimaciones, este año y el año próximo, este crecimiento será solo del 2,3 % para la UE y la zona del euro. En 2018, la tasa de inversión se situó en el 20,5 % del PIB, el nivel más alto desde 2008 (22,8 %) (4). De cara al futuro, Europa debería asignar muchos más recursos financieros, en particular, a actividades y sectores estratégicos que puedan darle una ventaja competitiva a largo plazo a nivel mundial.

2.1.6.

El empleo ha aumentado considerablemente, hasta el punto de que muchos Estados se enfrentan a un problema de escasez de mano de obra, lo cual obstaculiza su potencial de crecimiento. Al mismo tiempo, esta situación incita a acelerar los procesos de innovación basados en la automatización y la virtualización de las actividades económicas que no requieren mano de obra física, manual o no cualificada (separación económica), así como a intensificar la preparación de la mano de obra para nuevos desafíos y buscar soluciones al problema del desempleo estructural. Además, existen importantes disparidades en el mercado laboral entre los Estados miembros: en algunos siguen se siguen registrando unas tasas de desempleo superiores al 10 % y, en muchos casos, el desempleo juvenil alcanza un nivel alarmante. Otra fuente potencial de inquietud es el débil crecimiento —incluso negativo— de los salarios reales en algunos Estados miembros o el problema de la pobreza de las personas ocupadas.

2.2.   Política presupuestaria

2.2.1.

En algunos Estados miembros, la mejora de la disciplina presupuestaria —en un contexto de tipos de interés muy bajos— crea condiciones favorables para la financiación así como posibilidades de aprobar medidas presupuestarias de apoyo, lo que a su vez repercute favorablemente en la demanda interna. El CESE añade que una política presupuestaria responsable ha de centrarse también en la parte de ingresos del presupuesto y, por lo tanto, en la lucha eficaz contra el fraude fiscal, que puede proporcionar recursos adicionales para financiar la inversión pública.

2.2.2.

También surgen oportunidades para reforzar el papel presupuestario de la zona del euro. De hecho, la propuesta de un instrumento presupuestario de convergencia y competitividad (5) es un paso importante en esta dirección. Gracias al apoyo financiero a las reformas y a las inversiones en los distintos Estados miembros, este instrumento debería contribuir a aumentar la resistencia económica de la unión económica y monetaria (UEM). El CESE reitera la posición que ya expresó en su Dictamen sobre el marco financiero plurianual posterior a 2020 (6), relativa a la falta de recursos presupuestarios suficientes en el MFP propuesto para el período 2021-2027, también en lo que atañe a los créditos asignados para reformas estructurales o al fomento de la convergencia y la competitividad en la zona del euro. Al igual que el Parlamento Europeo y el Comité de las Regiones, el CESE ha pedido que los recursos del próximo MFP equivalgan al 1,3 % de la RNB.

2.2.3.

El elemento esencial debe ser el marco para formular orientaciones estratégicas para las reformas e inversiones que debería apoyar este instrumento. Sobre la base de la propuesta de la Comisión Europea (7), el Consejo de la UE establecerá (previo debate en el Eurogrupo) una estrategia sobre las prioridades en materia de reformas e inversión para toda la zona del euro. El Consejo de la UE también adoptará una recomendación con orientaciones prioritarias específicas por país dirigidas a cada Estado miembro de la zona del euro, relativas a las reformas e inversiones que deben apoyarse, en forma de subvenciones, en el marco del instrumento presupuestario de convergencia y competitividad.

2.3.   Política económica y monetaria

2.3.1.

Para el futuro, al menos a medio plazo, unas reformas estructurales eficaces, vinculadas a unas estrategias de inversión bien circunscritas y acompañadas de un enfoque presupuestario responsable, en coherencia con los principios del desarrollo sostenible, constituyen la piedra angular de la política económica de la UE, de la zona del euro y de cada uno de los Estados miembros.

2.3.2.

Para la cumbre del Eurogrupo se publicó un documento en el que se presentaba una visión general de la situación actual y de las perspectivas para la zona del euro (8). La cuestión de la zona del euro también se debatió en el contexto de los esfuerzos encaminados a incrementar la relevancia internacional del euro (9). El número de miembros de la zona del euro aún podría aumentar, ya que, tras los esfuerzos realizados por Bulgaria el año pasado para dar los pasos oficiales necesarios para entrar en el entorno de la moneda única europea, Croacia también ha iniciado este año los trámites en este sentido. Al mismo tiempo, el CESE anima al resto de los Estados miembros que no pertenecen a la zona del euro a que desarrollen y pongan en marcha proyectos destinados a garantizar una transición sostenible hacia la zona del euro en un futuro próximo.

2.3.3.

Entre las medidas más recientes que han contribuido a reforzar la zona del euro cabe destacar, por ejemplo, la aplicación de la garantía común para el Fondo Único de Resolución, cuyos principales elementos ya se aprobaron en 2012, y que simultáneamente ha reforzado el papel del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). Se han definido las medidas para establecer el Sistema Europeo de Garantía de Depósitos, lo que constituye un importante logro para la realización de la unión bancaria. Se ha expuesto a grandes rasgos el esquema del instrumento presupuestario de convergencia y competitividad de la zona del euro para incluirlo en el marco del futuro presupuesto de la Unión. Aunque se han logrado avances en el refuerzo del papel internacional del euro, aún se puede hacer mucho más si se aúnan los esfuerzos de los Estados miembros y las instituciones europeas.

2.4.   Políticas y reformas estructurales

2.4.1.

De las recomendaciones por países de este año se desprende claramente que se están realizando esfuerzos para promover el «triángulo virtuoso» formado por el apoyo a la inversión, la realización de reformas estructurales y la adopción de políticas presupuestarias responsables, basadas en la medida de lo posible en las necesidades específicas de cada Estado miembro.

2.4.2.

Para abordar las deficiencias y los problemas estructurales que padecen las economías de la Unión, reforzar su resistencia y aprovechar su potencial de crecimiento a largo plazo, dada la agravación de los riesgos económicos mundiales, es preciso adoptar una serie de reformas prioritarias (a escala de los Estados miembros y de la UE), así como agilizar e intensificar su aplicación.

2.4.3.

También se están realizando esfuerzos para restablecer el equilibrio, de forma más simétrica, en la Unión y en la zona del euro. La necesidad de corregir los desequilibrios macroeconómicos adopta formas muy diversas. Además de los problemas relacionados con sus saldos exteriores, en particular en sus balanzas por cuenta corriente, algunos países presentan otras señales de desequilibrios macroeconómicos, como la elevada deuda de los sectores público y privado, el crecimiento dinámico de los precios de la vivienda, el aumento de los costes laborales unitarios o las formas más diversas de desequilibrios exteriores.

2.4.4.

Las reformas estructurales también consisten en reforzar el entorno y la calidad del mercado único y en mejorar la complementariedad de la política de dicho mercado con las reformas estructurales llevadas a cabo en los Estados, teniendo en cuenta la conveniencia de lograr el mayor grado posible de cumplimiento.

2.5.   Gobernanza de la zona del euro

2.5.1.

Las recomendaciones específicas por país también incluyen instrucciones y orientaciones dirigidas a reforzar los resultados y la gobernanza de la unión económica y monetaria, la resistencia de las economías de la zona del euro, de conformidad con la recomendación de 2019 sobre la política económica de la zona del euro, y los avances en el ámbito de la convergencia social, con arreglo al pilar europeo de derechos sociales. En cualquier caso, parece que la Unión Europea vuelve a entrar en una fase en la que las medidas de política económica están estrechamente vinculadas al entorno de la zona del euro, y el hecho de permanecer fuera de ella podría suponer un mayor riesgo de marginación de un Estado miembro. Esto se da, en particular, en una situación en la que parece haber una creciente voluntad de que la zona del euro ocupe una posición más fuerte en el próximo marco financiero plurianual de la UE. El CESE insiste en que es necesario equilibrar todos los pilares de la UEM, como ya señaló en su Dictamen «Una nueva visión para completar la unión económica y monetaria» (10).

3.   Observaciones generales

3.1.

El CESE considera que el estado de la economía europea es mejor ahora, cuando se han producido los cambios en los puestos clave de las instituciones de la Unión Europea, que durante el último proceso de nombramiento comparable para estas importantes funciones en 2014. Al mismo tiempo, sin embargo, el CESE es plenamente consciente de los riesgos (véanse los puntos 2.1.1 a 2.1.3) que podrían invertir esta tendencia y de los desafíos estratégicos que deberán afrontarse a la luz de la futura evolución económica.

3.2.

No obstante, la desaceleración actual del crecimiento —que, por otro lado, nunca ha sido especialmente vigoroso en la zona del euro— (confirmada, por ejemplo, por los bajos niveles del indicador de clima económico registrados en septiembre), y el aumento de los factores de riesgo de crisis deberían impulsar a partir de ahora a las instituciones europeas y a los Estados miembros a adoptar las medidas necesarias para alcanzar el objetivo principal de la política económica europea: desarrollar medidas preventivas eficaces para evitar la vuelta a una recesión general y reorientar la economía de la zona del euro y la de la UE hacia la senda del crecimiento sostenible. Para ello, es esencial armonizar la política presupuestaria y la política monetaria. De acuerdo con el Banco Central Europeo, en el próximo período no será posible aplicar una política monetaria más restrictiva —en la actualidad es flexible—, ya que ello tendría una incidencia negativa sobre el crecimiento económico. Sin embargo, existe un cierto margen de maniobra para impulsar una política presupuestaria que favorezca el crecimiento. Los Estados miembros que registran grandes superávits en la balanza por cuenta corriente deberían llevar a cabo un esfuerzo presupuestario de gran envergadura que, siempre y cuando se realicen inversiones sostenibles, puede aportar ventajas adicionales para sus economías y sociedades. A juicio del CESE, una política monetaria y una política presupuestaria que promuevan el crecimiento y, en particular, la inversión, y unas reformas estructurales que refuercen la resistencia económica deberían ser los tres ejes de una política económica que permita responder a las circunstancias actuales.

3.3.

Por tanto, el CESE acoge con satisfacción el refuerzo de la resistencia de las economías de la Unión y de la zona del euro frente a los factores negativos a escala mundial que ponen en peligro las condiciones para comerciar e invertir con fluidez en el mundo, agravan la incertidumbre y empeoran las condiciones en los mercados financieros internacionales. El CESE recomienda que las prioridades a medio plazo de la economía europea se centren más en satisfacer la demanda interna. Al mismo tiempo, convendría distribuir mejor, entre un mayor número de Estados miembros, la balanza exterior muy favorable del comercio de bienes y servicios. Muchos Estados miembros tendrán que acometer reformas estructurales fundamentales, ya que sus actuales resultados respecto de una serie de indicadores de competitividad presentan un alto riesgo desde este punto de vista.

3.4.

El CESE está convencido de la urgencia de reforzar la resistencia de la economía europea y su potencial de crecimiento futuro, y de que es el momento oportuno para hacerlo. El empeoramiento de los resultados económicos en un futuro relativamente próximo podría agravar los problemas estructurales y las debilidades existentes, así como las consecuencias sociales que entrañan. Desde el punto de vista de una política presupuestaria responsable, es esencial encontrar un equilibrio —por frágil y tenue que sea— entre los esfuerzos de los países muy endeudados por reducir sus ratios de deuda y constituir reservas presupuestarias, por una parte, y la capacidad presupuestaria de los países con superávit o neutros para utilizar su margen de maniobra presupuestario con fines de inversión, en particular pública, por otra.

3.5.

El CESE acoge favorablemente la propuesta de instrumento presupuestario de convergencia y competitividad. No obstante, pide que se defina en términos concretos cuanto antes y que se establezca un vínculo funcional entre dicho instrumento y la nueva herramienta propuesta recientemente en el marco del programa de apoyo a las reformas. Es fundamental, sobre todo, que el programa de apoyo a las reformas pueda proporcionar un apoyo significativo a las reformas y las inversiones en los países que no pertenecen a la zona del euro, sin por ello comprometer los objetivos específicos del instrumento presupuestario de convergencia y competitividad centrados en la zona del euro. El CESE también pide a la Comisión Europea que establezca unos indicadores transparentes, que se usarán en el instrumento presupuestario de convergencia y competitividad para evaluar su rendimiento y sus resultados. En este sentido, el CESE pide un mayor compromiso por parte del Parlamento Europeo, los interlocutores sociales y la sociedad civil, remitiéndose a las conclusiones de su Dictamen «Una nueva visión para completar la unión económica y monetaria» (11).

3.6.

El CESE considera muy positivo que el instrumento presupuestario de convergencia y competitividad también deba formar parte integrante del proceso del Semestre Europeo, ya que el apoyo brindado debe dirigirse especialmente hacia las recomendaciones formuladas en el marco de dicho Semestre.

3.7.

El CESE suscribe el objetivo principal del instrumento presupuestario de convergencia y competitividad, que consiste en alcanzar un mayor grado de convergencia y en mejorar la competitividad, reforzando la coordinación de las reformas y los planes de inversión en la zona del euro. Para alcanzar este objetivo, el CESE pide a la Comisión Europea que elabore un plan de asignación de fondos entre los distintos países, basado en una metodología transparente.

3.8.

El CESE acoge con satisfacción el hecho de que este año las recomendaciones específicas por país se adapten a las necesidades de las estrategias de inversión específicas. Además, a partir del próximo año las recomendaciones por país y el Semestre Europeo en general deberían servir de orientaciones económicas estratégicas de la Unión, debido a la expiración de la Estrategia Europa 2020, para la que no hay sucesor por el momento. Para ello, el Semestre Europeo también debe respetar los objetivos del pilar europeo de derechos sociales y la Estrategia de Desarrollo Sostenible hasta 2030.

3.9.

El CESE toma nota de las conclusiones de la cumbre de evaluación del Eurogrupo de 21 de junio (12), en la que no solo se definió objetivamente la evolución de la zona del euro desde el informe de los cinco presidentes de 2015, sino que, sobre todo, se fijaron nuevos objetivos, en particular, el refuerzo significativo del peso de la zona del euro en el futuro marco financiero plurianual de la Unión.

3.10.

El CESE está convencido de que, en el otoño de 2019, la zona del euro es muy diferente de lo que era hace exactamente diez años, cuando se enfrentó, sin ninguna preparación, a una crisis de una gravedad sin precedentes, que no podía afrontar con éxito con los instrumentos de que disponía en aquel momento. Pero en los últimos cuatro o cinco años, la zona del euro ha demostrado su eficacia. Se han aprendido las lecciones de la crisis y se tiene la intención de seguir haciéndolo. Aquí debería incluirse la capacidad no solo de planificar para los próximos años sino también de asignar, de forma realista, los recursos necesarios para reforzar la resistencia de la economía europea (lo que no siempre ocurre).

3.11.

Para el CESE, este período marca el final de la era en la que se establecieron los elementos estructurales de la zona del euro, que fueron claramente insuficientes durante la crisis. Al mismo tiempo, la Unión está dando un ambicioso paso adelante para reforzar la situación presupuestaria de la zona del euro (que, por el momento, tanto los partidarios como los detractores de la integración monetaria en Europa consideran insuficiente). El programa de apoyo a las reformas propuesto, junto con la Función Europea de Estabilización de las Inversiones, podrían convertirse en un programa piloto sobre cuya base la zona del euro podría influir de manera significativa y decisiva en la forma del futuro presupuesto europeo. Esto significa que, si se lleva a cabo, algunos de sus capítulos (aunque sean menores en la actualidad) solo deberían estar disponibles para los miembros de la zona del euro.

3.12.

El CESE considera que, en el contexto de la balanza de pagos por cuenta corriente, las situaciones de los Estados miembros en el territorio de la Unión siguen siendo totalmente diferentes y se acompañan de interpretaciones no consensuadas desde el punto de vista de los instrumentos y objetivos de la política económica. Si bien es cierto que varios países que antes tenían un déficit crónico de la balanza por cuenta corriente lo han reducido significativamente, también es cierto que otros Estados miembros siguen teniendo grandes superávits por cuenta corriente. Es importante acercar estos dos grupos de países, ya que, de lo contrario, existe un gran riesgo de ver surgir una economía europea de dos velocidades, un fenómeno que podría consolidarse con el paso del tiempo. Los procesos de convergencia deberían consistir, en el caso de los países deficitarios, en adoptar más medidas para apoyar su competitividad (de acuerdo con los indicadores utilizados en el marco del Semestre Europeo) y, en el caso de los países con superávit, en centrarse más en los factores que estimulan la demanda global, por ejemplo, procediendo a inversiones más sólidas con repercusiones positivas en la creación de empleos de calidad.

3.13.

El CESE respalda el objetivo general de las recomendaciones por país para el período 2019-2020, por el que se pretende incitar a los Estados miembros a modernizar sus economías, reforzando así su potencial de crecimiento y su capacidad de resistencia. No debemos olvidar las diferencias socioeconómicas, a veces significativas, que existen en algunos países. Su desarrollo económico es muy desigual, lo que constituye un obstáculo importante para su futuro crecimiento económico. También es fundamental establecer instrumentos que permitan reducir las desigualdades sociales y reforzar la cohesión social.

3.14.

El CESE considera que las inversiones y las reformas deben ir de la mano, lo que reviste especial importancia en el momento de la aprobación definitiva del marco financiero plurianual de la UE para el período 2021-2027. Además, los Estados miembros deben respetar plenamente los principios de responsabilidad y subsidiariedad. Aunque el presupuesto de la UE no es una panacea para responder a todas las necesidades de inversión, una orientación adecuada de sus recursos sí permitiría contribuir de manera significativa a subsanar los déficits de inversión observados, que se abordan detalladamente en las recomendaciones por país de este año. Aquí también, se puede establecer un vínculo mucho más estrecho entre el futuro presupuesto de la UE y el Semestre Europeo, que permita adecuar mejor los fondos limitados a las necesidades reales, respetando al mismo tiempo el criterio de rendimiento y de resultados cuantificados.

3.15.

Habida cuenta del volumen limitado de los fondos públicos, el CESE destaca la importancia esencial de la inversión en el sector privado, cuyo crecimiento a largo plazo es directamente proporcional a una política económica creíble y a la reducción de los desequilibrios presupuestarios.

4.   Observaciones particulares

4.1.

Dada la incertidumbre que reina en todo el mundo en los ámbitos de la economía, el comercio y la inversión, cada vez es más necesario que la Unión adquiera autonomía reforzando el funcionamiento del mercado único. El CESE está convencido de que un mercado único homogéneo y que funcione bien puede contribuir a eliminar algunos de los desequilibrios detectados. Como el nivel de integración en los mercados de servicios es relativamente más bajo, existe el riesgo de que, sin una legislación adecuada, las actividades nuevas desde el punto de vista tecnológico solo se difundan en algunos países, lo que significa que dentro de la UE las soluciones adoptadas en los distintos Estados miembros serían incompatibles. Del mismo modo, gracias a la unión bancaria y la Unión de los Mercados de Capitales, la libre circulación de capitales debería ser más eficaz y flexible. Al mismo tiempo, al CESE le preocupan los retrasos en la aplicación de los elementos restantes de la unión bancaria y la unión de los mercados de capitales. La unión financiera propuesta es una plataforma importante para promover formas y posibilidades alternativas de financiación. Por lo que se refiere a la necesidad de integrar el mercado único, el mayor margen de maniobra sigue estando en el mercado laboral y en el sector de los impuestos y las normas presupuestarias (hasta ahora, los Estados disponen de una autonomía exclusiva en el ámbito de los impuestos directos).

4.2.

El CESE celebra que este año el Semestre Europeo se centre en las actividades de inversión, lo que ha ayudado a los Estados miembros a definir mejor sus prioridades de inversión allí donde la tasa de rendimiento macroeconómico es más elevada; al mismo tiempo, se han detectado en los Estados miembros y a escala de la UE obstáculos reglamentarios y estructurales, que son uno de los principales responsables de la infrautilización del potencial de crecimiento a largo plazo de la economía europea.

4.3.

A juicio del CESE, una estrategia de inversión sólida y racional requiere un clima de confianza empresarial, previsibilidad y seguridad jurídica, respetando plenamente el Estado de Derecho y la justicia social.

4.4.

El CESE sigue considerando que una carga administrativa excesiva constituye un obstáculo importante. La solución podría consistir en adoptar sistemas para digitalizar los servicios públicos, ya que la digitalización se considera, con razón, un factor clave de la productividad, la competitividad y el crecimiento. Su proceso de aplicación deberá respetar el consenso social y los resultados del diálogo social llevado a cabo a tal efecto.

4.5.

Asimismo, el CESE opina que la actual escasez de mano de obra cualificada y el desajuste entre la oferta y la demanda de cualificaciones suponen un freno al aumento del volumen de la inversión.

4.6.

Por último, el CESE destaca la importancia de que las actividades de inversión estén cada vez más vinculadas a actividades de investigación e innovación intensivas. En efecto, no solo se trata de aumentar el volumen de los fondos invertidos, sino también de lograr una mejora sustancial de los parámetros de calidad de las inversiones realizadas. Al mismo tiempo, el volumen de las necesidades de inversión varía según los territorios de la UE; las necesidades de inversión de capital son considerables no solo en las regiones menos desarrolladas, sino también en las que están experimentando cambios tecnológicos importantes, así como en las que lideran un sector determinado a nivel mundial y que desean mantener esta posición.

Bruselas, 30 de octubre de 2019.

El Presidente

del Comité Económico y Social Europeo

Luca JAHIER


(1)  Dictámenes del CESE «Estudio Prospectivo Anual sobre el Crecimiento para 2019» (DO C 190 de 5.6.2019, p. 24), y «Política económica de la zona del euro (2019)» (DO C 159 de 10.5.2019, p. 49).

(2)  Previsiones económicas de primavera 2019 de la Comisión Europea.

(3)  DO L 159 de 10.5.2019, p. 49.

(4)  Fuente: Eurostat.

(5)  Características del instrumento presupuestario de convergencia y competitividad, Eurogrupo, 14 de junio de 2019 (de momento solo puede consultarse la versión en inglés).

(6)  El Dictamen del CESE sobre el marco financiero plurianual posterior a 2020 contiene conclusiones pertinentes sobre el uso eficiente de los recursos presupuestarios: DO C 440 de 6.12.2018, p. 106.

(7)  COM(2019) 354 final.

(8)  COM(2019) 279 final.

(9)  Dictamen del CESE «Hacia un refuerzo del papel internacional del euro», DO C 282 de 20.8.2019, p. 27.

(10)  DO C 353 de 18.10.2019, p. 32.

(11)  DO C 353 de 18.10.2019, p. 32.

(12)  COM(2019) 279 final.


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