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Document 51998AC0112

    Dictamen del Comité Económico y Social sobre «La sociedad de la información y el desarrollo: el papel de la Unión Europea - Comunicación de la Comisión al Consejo, Parlamento Europeo, Comité Económico y Social y Comité de las Regiones»

    DO C 95 de 30.3.1998, p. 52 (ES, DA, DE, EL, EN, FR, IT, NL, PT, FI, SV)

    51998AC0112

    Dictamen del Comité Económico y Social sobre «La sociedad de la información y el desarrollo: el papel de la Unión Europea - Comunicación de la Comisión al Consejo, Parlamento Europeo, Comité Económico y Social y Comité de las Regiones»

    Diario Oficial n° C 095 de 30/03/1998 p. 0052


    Dictamen del Comité Económico y Social sobre «La sociedad de la información y el desarrollo: el papel de la Unión Europea - Comunicación de la Comisión al Consejo, Parlamento Europeo, Comité Económico y Social y Comité de las Regiones»

    (98/C 95/14)

    El 16 de julio de 1997, de conformidad con el artículo 198 del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea, el Consejo decidió consultar al Comité Económico y Social sobre la comunicación mencionada.

    La Sección de Relaciones Exteriores, Política Comercial y Desarrollo, encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el 17 de diciembre de 1997 (ponente: Sr. Sture Lindmark).

    En su 351° Pleno (sesión del 29 de enero de 1998), el Comité Económico y Social ha aprobado por 70 votos a favor, 15 en contra y 20 abstenciones el presente Dictamen.

    1. Introducción

    1.1. La Comisión presentó una Comunicación sobre un programa relativo al papel de la Unión Europea en la sociedad de la información. La Comunicación va acompañada de una propuesta de aprobación de un programa de acción comunitario sobre las relaciones de la Unión con los países en desarrollo. La Comisión destaca que las recientes tendencias encaminadas a establecer la sociedad de la información afectan a la mayor parte de las actividades humanas, incluidas la enseñanza, la comunicación, el trabajo y el ocio. Así sucede también en los países en desarrollo. La Comunicación presenta una serie de orientaciones y mecanismos para fomentar la participación de los países en desarrollo en la sociedad de la información, no sólo como consumidores, sino también desempeñando un papel activo.

    1.2. La Comisión hace referencia a la conferencia del G7 sobre la sociedad de la información que se celebró en Bruselas en 1995, en la que se puso de manifiesto la necesidad de evitar que siga ahondándose el abismo que separa los países industrializados de los países en desarrollo y en la que se instó a compartir «una visión común del enriquecimiento humano». «Nuestra acción debe contribuir a la integración de todos los países en un esfuerzo global». La conferencia sobre la sociedad de la información y el desarrollo, organizada en Midrand en 1996, se centró también en las necesidades específicas de los países en desarrollo y puso de manifiesto el potencial de las nuevas tecnologías.

    1.3. La Unión Europea ha iniciado un proceso de redefinición y modernización de sus relaciones con cada una de las grandes regiones en desarrollo, lo que le ha dado la ocasión de tener en cuenta el concepto de sociedad de la información en sus relaciones con éstas. La Comunidad se esfuerza por coordinar las actividades de los Estados miembros y las de las organizaciones internacionales interesadas. La Comisión destaca que el mensaje enviado a los socios exteriores debería ser realista y llamar su atención sobre las bazas que constituyen los cambios actuales y los esfuerzos que deben realizarse.

    1.4. El Comité Económico y Social considera que el desarrollo es un proceso complejo en el que, aunque las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) desempeñan un papel muy importante, no son el único factor de relevancia. Los países en desarrollo tienen que hacer frente a un rápido crecimiento demográfico en las aglomeraciones urbanas pero, a menudo, su estructura social sigue siendo predominantemente agrícola. Por consiguiente, el desarrollo rural es fundamental en estos países, sobre todo en lo que respecta al suministro de alimentos y para evitar sobrecargar la capacidad de las infraestructuras urbanas que con frecuencia están en mal estado. Las infraestructuras, de las que las telecomunicaciones sólo representan una vertiente, figuran justamente entre las prioridades. Las TIC modernas brindan enormes posibilidades para mejorar las infraestructuras de telecomunicaciones y pueden aprovecharse para contribuir a favorecer el desarrollo general y a reducir, en vez de ampliar, los desfases.

    1.5. El Comité Económico y Social señala que la envergadura de la misión es formidable. El establecimiento y la modernización de las infraestructuras básicas de telecomunicaciones requieren inversiones de una cuantía tal que son difíciles de financiar únicamente con cargo a los presupuestos públicos. El compromiso activo de las empresas privadas y su contribución a la financiación constituyen a menudo una necesidad absoluta. Además, una condición fundamental es procurar que las soluciones más rentables se utilicen de la manera más productiva para permitir al sector de las telecomunicaciones que entre en una espiral positiva de autofinanciación creciente gracias a la aceptación en el mercado y a los beneficios que ello produce en términos de liquidez. Por consiguiente, para facilitar las inversiones necesarias es extraordinariamente importante que los países en desarrollo eliminen todos los obstáculos o límites que siguen oponiéndose a la propiedad en manos de extranjeros. Sobre todo, porque desgraciadamente los principales países industrializados redujeron sus ayudas de 56 000 a 41 000 millones de dólares estadounidenses entre 1990 y 1996, mientras que las inversiones privadas en los países en desarrollo aumentaron considerablemente en el mismo período, si bien se repartieron de manera muy poco uniforme entre todos los países.

    1.6. A juicio del Comité Económico y Social, el informe destaca con razón la importancia de una aplicación rápida y plena del acuerdo de la OMC. La liberalización y la apertura de los mercados tanto nacionales como internacionales en el sector de los servicios de telecomunicaciones son condiciones esenciales que deben respetarse si se quiere que los progresos tecnológicos se traduzcan en una utilización productiva, mejoren la calidad de la vida e incrementen el crecimiento económico.

    Pero esta libertad de elección requiere recursos económicos, de cuya falta precisamente adolece la mayoría de los habitantes de los países en vías de desarrollo. Ello significa que incluso después de la liberalización de los mercados, estos países no presentarán ningún interés desde el punto de vista económico. Por ello, es necesario que se tomen medidas políticas, en la línea de las que se aplican a nivel europeo, a fin de garantizar un acceso equitativo a las distintas regiones de los países en vías de desarrollo.

    El Comité subraya que la principal misión de la Comisión es, por un lado, aumentar entre los países en desarrollo la sensibilización sobre las ventajas que reporta la sociedad de la información y la necesidad de formar parte de ella y, por otro, convencer a la industria europea de que participe en esta evolución.

    El Comité coincide con la Comisión en que las acciones comunitarias deben integrarse en otros programas que ya han sido examinados por el Comité. También toma nota de que no se contará con financiación suplementaria y que, de ser necesario, se reasignarán los fondos disponibles en la actualidad.

    1.7. Sin embargo, la tecnología no constituye por sí misma una sociedad de la información. La educación es necesaria para utilizar plenamente y de manera productiva las nuevas posibilidades. También es necesario que haya libertad de facilitar información y contenidos informativos. Si se quieren obtener todas las ventajas potenciales, deben reexaminarse las numerosas limitaciones que siguen existiendo.

    1.8. En la mayoría de los países -y los países de la Unión Europea no constituyen una excepción- existen normativas aduaneras. Obviamente es muy importante que todas las liberalizaciones de mercados que deben realizarse en la Unión Europea de aquí al 1 de enero de 1998 entren rápida y completamente en vigor. De otro modo, toda misión de envergadura mundial, como la aplicación del acuerdo de la OMC, no gozará de la credibilidad necesaria.

    1.9. Por fortuna, las nuevas tecnologías ofrecen a los países en desarrollo posibilidades importantes de dar un salto cualitativo hacia diferentes niveles de «estado de la técnica» en materia tecnológica. Un ejemplo de ello es que no sólo los satélites, sino también los sistemas de radiotransmisión terrestres, pueden desplegarse rápidamente y cubrir extensas áreas. De este modo, es posible mantener los costes de instalación de infraestructuras nacionales a un nivel bastante más bajo que lo que costarían las redes por cable tradicionales. En lo que respecta a las conexiones internacionales, la fibra óptica ofrece aumentos de capacidad a costes en constante disminución. Dado el ritmo sostenido de los progresos tecnológicos, ya no es posible confiar en una planificación tradicional a largo plazo, en la que el despliegue de capacidades de la red se fijaba con años de antelación. En vez de eso, debe producirse una evolución orientada en función del mercado y las preferencias de los clientes, en la que la mayor parte de los operadores y contratistas arriesguen su capital en inversiones para obtener nuevos clientes mediante el lanzamiento de nuevas aplicaciones basadas en tecnologías innovadoras.

    1.10. Suecia y algunos otros países escandinavos son pioneros a este respecto. En Suecia, la competencia a escala nacional entre tres, y pronto cuatro, operadores en el sector de la telefonía móvil ha logrado que la penetración en el mercado se sitúe en más de 30 % de la población, lo que equivale a prácticamente cada hogar. Lo que había comenzado como un servicio estrictamente para empresas se transformó rápidamente en una gama de servicios accesibles a la mayoría de los ciudadanos.

    1.11. Entre los criterios utilizados para medir el grado de liberalización se pueden citar los siguientes:

    - liberalización completa de los servicios de telefonía y de los servicios de datos;

    - liberalización completa de los servicios de telefonía móvil (dos o más operadores);

    - utilización de infraestructuras alternativas para la prestación de servicios (ferrocarriles, empresas suministradoras de energía);

    - normativa independiente (separación neta en relación con los operadores dominantes);

    - régimen de autorización (claridad de las normas, condiciones de autorización);

    - régimen de intercomunicación (claridad de las normas, condiciones de autorización);

    - acceso al mercado, incluida la supresión de las limitaciones a la propiedad en manos de extranjeros;

    - portabilidad de los números.

    - criterios de servicio público cuyo objetivo sea el ejercicio efectivo del derecho a la comunicación teniendo en cuenta las características económicas, sociales, humanas y geográficas propias de cada país.

    2. El desafío de integrar los países en desarrollo en la sociedad global de la información

    2.1. Al igual que la Comisión, el Comité Económico y Social hace hincapié en el hecho de que la sociedad de la información modifica profundamente la organización del trabajo, la educación y la sociedad en su conjunto. Trae consigo una panoplia de nuevas herramientas de una potencia sin precedentes que permite a los países en desarrollo efectuar grandes saltos tecnológicos sin pasar por algunas etapas de evolución que tuvieron que atravesar los países industrializados.

    2.2. El Comité Económico y Social comparte la opinión según la cual existe un riesgo de marginación para los países que se autoexcluyan de estos cambios, aislándose de las redes de intercambios internacionales y de los flujos de inversión, así como de las redes de creación científica y cultural.

    2.3. Las nuevas tecnologías de la información han dado lugar a cambios de gran alcance en el mundo de la empresa, a escala tanto nacional como internacional. Dan la impresión de que se debe volver a «partir de cero». Se está revisando la concepción de la producción, la gestión de la organización y las relaciones entre las partes que componen la empresa. También se están produciendo cambios radicales entre los consumidores. Los ordenadores entran en los hogares. Algunos observadores afirman que la digitalización dará lugar a transformaciones que serán aún más radicales y más visibles que los cambios que acontecen en el mundo de la empresa. Las predicciones apuntan a que las tecnologías interactivas modificarán la manera en que comunicamos o hacemos nuestras compras, la manera en que administramos nuestras finanzas y proporcionamos información. La importancia que reviste la pertenencia a la sociedad de la información queda patente en varios de los informes de la Comisión, por ejemplo en el informe sobre el comercio electrónico, y en diversos comentarios anteriores del Comité (véase el Anexo).

    3. La contribución de las tecnologías de la información al desarrollo

    3.1. En términos tecnológicos, el avance hacia la sociedad de la información pone en marcha una gama de nuevas herramientas que se están difundiendo por todos los países en desarrollo. Muchas de las nuevas tecnologías necesitan menos capital y se adaptan mejor a las regiones distantes y a las zonas a baja densidad de población. La UE debería apoyar las actividades que ponen las nuevas tecnologías al alcance de los países en desarrollo.

    3.2. Internet y la «World Wide Web» constituyen una plataforma para integrar otras tecnologías, ya se trate de las aplicaciones de las líneas RNIS (Red Digital de Servicios Integrados) o de los servidores de transporte ATM (modo de transferencia asíncrono). Los «telepuertos» constituyen «centros de recepción» de las actividades del teletrabajo, en particular de los servicios que requieren un gran empleo de mano de obra como la estadística, la contabilidad, la producción de programas informáticos o los sistemas de reserva de las compañías aéreas.

    3.3. La cooperación industrial es un elemento importante en los esfuerzos llevados a cabo para permitir que los países en desarrollo se beneficien de las ventajas de las TIC, esfuerzos encaminados sobre todo a fomentar el desarrollo económico.

    En un sector punta como el de las TIC es preciso evitar que la cooperación se fundamente sólo en el concepto tradicional de deslocalización de la producción local o en la subcontratación, cuyo único objeto es sacar partido de los costes salariales inferiores y de los servicios locales más baratos.

    Por el contrario, el objetivo de una verdadera cooperación con visión de futuro entre las empresas europeas y los países en desarrollo debería ser crear y sacar partido después de los sistemas lógicos y de los conocimientos técnicos locales.

    El desarrollo espectacular de la microelectrónica entraña una reducción constante del número de trabajadores manuales. La utilización de robots industriales sofisticados y eficaces ha permitido reducir los costes de producción de tal manera que resulta difícil para los países en desarrollo seguir siendo competitivos con su mano de obra tradicionalmente barata. Debe añadirse que el creciente compromiso en otros mercados depende asimismo en gran medida de la voluntad de las empresas de aprovechar las ventajas de la competencia en estos mercados. Si esta voluntad de las empresas europeas cristalizara, ello repercutiría sin duda en todo el conjunto de la UE.

    4. Ámbitos privilegiados

    4.1. La Comisión destaca con razón la importancia de las TIC para las PYME. Las aplicaciones de la sociedad de la información permiten vislumbrar nuevas oportunidades para los países en desarrollo que reportarán beneficios comparables a los que se registran en los países industrializados, como por ejemplo, para las PYME, una gestión y un acceso a la información económica más eficaces, a la formación, a redes interactivas de clientes/servidores y a los mercados internacionales, y también mejorará la eficiencia de gobiernos y administraciones.

    4.2. El Comité hace hincapié en el hecho de que las nuevas tecnologías de la educación y la formación profesional, en particular, la enseñanza a distancia, abren posibilidades enormes para los países en desarrollo, como complemento de la formación tradicional. La enseñanza a distancia, que se utiliza cada vez más en las empresas, permite a los trabajadores utilizar sus nuevas capacidades en el trabajo habitual y les evita tener que pasar largos períodos sin contacto con las tareas cotidianas. En Suecia se observa que esto es especialmente importante para las pequeñas y medianas empresas, dado que toda ausencia de personal crea una situación especialmente difícil, independientemente de si la empresa se encuentra situada en una región distante. De este modo, se combinan la enseñanza y la aplicación práctica de los conocimientos.

    4.3. Esto coincide asimismo con las directrices del documento de la Comisión sobre la educación a lo largo de toda la vida y cuenta con el apoyo del Comité, que destaca la importancia primordial de los recursos humanos. Por añadidura, algunas soluciones relativamente simples y baratas, como la Internet acoplada a un vídeo en el ordenador podrían ser eficaces para determinadas formas de acceso individual a la red. La disminución rápida de los costes, incluidas las comunicaciones internacionales, ampliará el acceso a las ventajas de estas técnicas, entre las que figura la posibilidad de ponerse en contacto con expertos internacionales. La UE puede contribuir de diversas maneras, por ejemplo facilitando expertos y apoyando proyectos de demostración, aportando de ese modo una ayuda positiva fundada en la cooperación y no en la explotación.

    4.4. El Comité Económico y Social propone que los gobiernos europeos emprendan programas ambiciosos y a largo plazo destinados a introducir en las escuelas la revolución de la sociedad de la información, tanto en la Unión Europea como en los países en desarrollo. Los gobiernos y la industria deberían contribuir a crear productos y materiales destinados a la enseñanza. Los gobiernos deberían crear las condiciones necesarias para garantizar una estrecha colaboración entre la industria y los centros escolares a fin de suscitar vocaciones de especialistas en tecnologías de la información.

    4.5. El Comité Económico y Social apoya la propuesta de la Conferencia de ministros europeos que se celebró en Bonn del 6 al 8 de julio de 1997, según la cual los operadores globales europeos deberían crear, en colaboración con los gobiernos y las organizaciones internacionales, una nueva concepción de la enseñanza para el siglo XXI, algo así como un «superinstituto» (en inglés «Superhighschool») de la información global. Es preciso que el documento de la Comisión se haga eco de esta iniciativas.

    4.6. En su Informe, la Comisión no menciona un campo importante como son las posibilidades que las TIC abren para las mujeres de participar en actividades sociales, culturales, profesionales y educativas. Al Comité le gustaría que este aspecto se tuviera en cuenta y se acentuara, prestando una atención especial a la igualdad entre los sexos como característica fundamental de una sociedad de la información que funcione correctamente. Las TIC pueden ser un elemento importante de la lucha para romper el aislamiento de las mujeres, sobre todo en el entorno rural.

    4.7. Según el Informe de la Comisión, en el ámbito de la telemedicina las TIC desempeñan también un papel casi revolucionario, ya que responden a toda clase de desafíos en el sector de la sanidad y la medicina. Las TIC abren a los países industrializados un extenso campo de posibilidades en lo que se refiere a la ayuda a los países en desarrollo por medio de la telemedicina. Las TIC permiten el acceso a especialistas médicos mediante las consultas a distancia, así como a asesoramiento médico en relación con operaciones quirúrgicas, etc.

    4.8. El Comité considera que es importante entender que la «telemedicina» debe dejar de percibirse como un producto de sustitución de los servicios médicos «reales», y de ser relevante únicamente en las regiones aisladas. Por el contrario, la experiencia de Suecia ha demostrado que en la actualidad es en las grandes ciudades donde la telemedicina se aplica con más éxito. Entre los ejemplos que merecen citarse figura la transmisión de electrocardiogramas y otros parámetros vitales por radio entre las ambulancias y el hospital, lo que permite reducir considerablemente el plazo de administración del tratamiento y, por consiguiente, mitigar también la gravedad de las repercusiones a largo plazo de una crisis cardiaca. Un hecho menos impresionante, pero igualmente importante, es la existencia de sistemas de alarma de seguridad que permiten a los pacientes permanecer en su domicilio y tener pleno acceso a un tratamiento intensivo si es necesario. Los programas de la Comisión deberían tomar en consideración la posibilidad de reforzar los aspectos humanos de la utilización de las TIC, no sólo en las estructuras hospitalarias actuales, sino también -y sobre todo- como apoyo a la promoción de servicios sanitarios básicos y en el ámbito de la prevención sanitaria.

    4.9. En el Informe de la Comisión se afirma que en la industria y el comercio internacional las TIC desempeñan un papel decisivo en la mejora de la competitividad, ya que aumentan la calidad de la producción o integran la producción en un proceso complejo y, de manera global, contribuyen al comercio, en particular en los contratos públicos, dado que en un futuro cercano la mayoría de los contratos públicos se resolverán por vía electrónica.

    4.10. Al igual que la Comisión, el Comité opina que las TIC desempeñan un papel muy importante en el campo de la investigación. En la mayoría de los ámbitos, las TIC permiten a los investigadores de los países en desarrollo disponer de la información necesaria y acceder a los documentos que únicamente están disponibles en formato electrónico.

    4.11. A juicio del Comité, la Comisión menciona con razón el hecho de que el surgimiento en muchos países en desarrollo de una nueva prensa independiente y el crecimiento acelerado de Internet contribuyen a reforzar la sociedad civil y consolidar el proceso de democratización.

    4.12. El Comité propone que la Comisión aporte su ayuda a los países en desarrollo en el ámbito de la protección de los consumidores en el sector de las TIC. Deben reglamentarse las transacciones, sobre todo en Internet, en ámbitos de primer orden para los consumidores, como por ejemplo la validez de los contratos, la responsabilidad, la protección de la dignidad humana, etc.

    4.13. El Comité opina que las TIC constituyen una herramienta esencial de refuerzo de la democracia en la mayoría de las regiones del mundo, siempre que se ponga coto a la censura. Las TIC serán también una herramienta de desarrollo y de inicio de un proceso de comprensión de la sociedad multicultural.

    5. Las TIC favorecen los cambios estructurales

    5.1. La Comisión destaca que en sí mismas las TIC no constituyen el único instrumento para impulsar el desarrollo estructural. Estos instrumentos sólo podrán ser utilizados con plena eficacia si las sociedades en las que se aplican llegan a dominarlos adecuadamente. El Comité destaca que debe existir siempre una comprensión de las diferencias económicas, sociales, culturales y religiosas, no sólo entre países desarrollados y países en desarrollo, sino también entre países en desarrollo.

    5.2. En opinión del Comité, no hay necesidad de ocultar que, tal como se afirma en el Informe de la Comisión, el paso a una verdadera sociedad de la información requiere algunas decisiones políticas difíciles en todos los países. Para disfrutar de todos los beneficios del mecanismo de mercado y de los programas de ayuda, es importante que los países en desarrollo den un tratamiento diferenciado a la ayuda y a las actividades comerciales. Un ejemplo que viene al caso son las tarifas del servicio internacional de telecomunicaciones, que debería considerarse una cuestión puramente comercial y no un vehículo para prestar ayuda financiera.

    5.3. Prueba de ello es que, en la mayor parte de los países, los precios de los servicios de telecomunicación internacionales han sido fijados muy por encima del nivel de los costes, mientras que en otras zonas de la red, en concreto en las zonas locales, los servicios están subtarificados, es decir, que se venden a precios muy subvencionados. Esto era posible en situaciones de monopolio, pero se revelará desastroso con las nuevas tecnologías que se están desarrollando en la actualidad. El hecho de cobrar precios no proporcionados a los costes de la provisión de servicios es una manera dispendiosa de invitar a los competidores a sacar el máximo partido de segmentos más que lucrativos, lo que deja cada vez menos ingresos disponibles para subvencionar otros segmentos. Dado que muy pronto Internet transportará no sólo información sino también la voz, es de esperar que se produzcan ofertas de tarifas radicalmente inferiores en las comunicaciones a larga distancia y las comunicaciones internacionales. El hecho de que las distancias ya no cuenten es una buena noticia, no sólo para las empresas sino también para la sociedad en su conjunto.

    5.4. A pesar de todo, este paso también ha resultado difícil en muchos Estados miembros de la Unión Europea, hasta que todos los usuarios han visto que su factura total de telecomunicaciones había disminuido. Es por consiguiente importante que la Comisión destaque de manera activa el ahorro que se ha conseguido en ciertos países, como Reino Unido y Suecia, gracias a la apertura de los mercados.

    6. Los desafíos que deben afrontar los países en desarrollo

    6.1. Según el Informe de la Comisión, la situación de las infraestructuras de telecomunicaciones en los países en desarrollo varía enormemente, aunque en la mayoría de los casos está muy atrasada respecto de los países industrializados. En efecto, si se recurre al indicador de teledensidad (número de líneas principales por cada 100 habitantes), los países industrializados se sitúan por encima de 48, los países de renta media en torno a 10, mientras que los países menos avanzados están situados alrededor de 1,5, cuando la media mundial es de 11,5. Las infraestructuras no responden a la demanda local y no permiten garantizar el acceso a las redes globales de telecomunicaciones.

    6.2. Sin embargo, el Comité considera que hay factores de dinamismo suficientes. Existe una demanda acumulada importante que a menudo es cubierta en la práctica por ofertas de comunicaciones consideradas en algunos países como ilegales. Esto explica que numerosos países hayan registrado un crecimiento constante de las telecomunicaciones. La reducción del coste de las tecnologías y la competencia de los nuevos operadores globales, que utilizan por ejemplo el procedimiento del «call-back» y otros métodos similares, han dado lugar a una reducción de los ingresos tradicionales en concepto de comunicaciones internacionales que preocupa a los países en desarrollo y les lleva a adquirir conciencia de los cambios en curso.

    6.3. A juicio del Comité, es importante que los gobiernos y los operadores privados cooperen para controlar de manera adecuada las posibles irregularidades. Es necesario celebrar acuerdos que estipulen que los ingresos de las comunicaciones internacionales se inviertan en las TIC y no se utilicen para fines sin relación con el sector.

    7. Distribución de ordenadores personales

    7.1. Para las otras infraestructuras de información, el Informe de la Comisión señala que la proporción de ordenadores personales por cada 100 habitantes da una idea de las diferencias en materia informática; ésta oscila entre 18 para los países de renta alta, 2,3 para los de renta media y 0,01 para los de renta baja. En cuanto al mercado de las tecnologías de la información, está constituido en un 35 % por Estados Unidos, un 29 % por Europa y un 15 % por Japón, mientras que el resto del mundo sólo representa el 21 %. El mercado de los ordenadores personales es dinámico y podría seguir las huellas de la televisión, que se ha difundido enormemente en los países de renta baja, en los que un 46 % de los hogares dispone de un aparato. Sin embargo, es preciso llamar la atención sobre la existencia de fuertes desigualdades entre los países, tanto en Europa como en los países en desarrollo.

    7.2. El Comité opina que aumentarán los deseos y la necesidad de comunicación de los individuos, incluso en el mundo en desarrollo. Esta demanda será fomentada por la aparición de ordenadores personales fáciles de utilizar, poco costosos y disponibles en todas partes. Esta evolución hace asimismo posible la hipótesis de la Comisión según la cual el mercado informático sigue de cerca al de la televisión, aunque no hay que subestimar las diferencias que existen entre un medio pasivo (la televisión) y un medio activo (el ordenador personal). Internet constituirá a este respecto una fuerza importante. La Comisión debería tomar nota y apoyar este desarrollo.

    8. Necesidades de inversión

    8.1. (Punto 2.3.) Según el Banco Mundial, las inversiones anuales necesarias para el desarrollo de las telecomunicaciones en los países en desarrollo durante los cinco próximos años ascienden a 60 000 millones de dólares estadounidenses. La financiación en forma de ayuda pública internacional no deberían superar los 2 300 millones de dólares estadounidenses y la mayoría de los Estados no pueden cubrir la diferencia. El recurso a las inversiones privadas, tanto nacionales como extrajeras, y el establecimiento de relaciones internacionales de cooperación resultan indispensables para estar a la altura de las necesidades.

    8.2. Debido a la demanda encubierta y al deseo de los individuos de participar en la sociedad de la información, el Comité opina que el sector privado será consciente del potencial comercial que ello representa y movilizará también a los inversores privados. Es necesario, sin embargo, que los gobiernos y las organizaciones internacionales impulsen un marco jurídico y reglamentario que permita dichas inversiones y siente una base estable y previsible para que los inversores privados adopten decisiones económicas racionales. También interesa a todos que existan sistemas de protección de la competencia, a imagen por ejemplo de las normas de competencia de la Unión, para la protección contra los abusos derivados de la posición dominante. Otra tarea que compete a los gobiernos es garantizar el acceso a todos los ciudadanos y a todas las empresas a medios de comunicación adecuados y a precios accesibles. Es preciso que los países en desarrollo estén convencidos de la necesidad de una reglamentación segura y no demasiado prolija para movilizar el sector privado e inducirle a participar en nuevas inversiones costosas y arriesgadas. La Comisión debería persuadir a los países en desarrollo de que ello redundaría en su interés.

    8.3. El Comité desea que la Unión actúe de manera más enérgica e intensifique sus esfuerzos en favor del acceso al mercado y de la adopción de principios reglamentarios en el marco de las negociaciones de la OMC. Para ello, haya que persuadir a los países interesados de que integren la OMC y abran el mercado a los servicios básicos. Estas actividades promoverán el interés de los inversores por estos países.

    9. Recursos humanos

    9.1. El Comité coincide por completo con el punto de vista de la Comisión de que los recursos humanos son decisivos a la hora de hacer frente al cambio. Esto incluye a los técnicos de telecomunicaciones e informática y, en particular, los del sector de programas, que ofrece perspectivas de nuevos empleos. Este ámbito es particularmente adecuado para la cooperación entre países en desarrollo y países industrializados.

    9.2. El Comité pide un programa de formación concreto para los habitantes de los países en desarrollo que trabajan en el ámbito de la información, desde los profesores a los gestores profesionales. Deberán también tenerse en cuenta las condiciones de trabajo de los expertos de los países en desarrollo. El Comité considera importante informar al público de que la sociedad de la información crea nuevas posibilidades y nuevos empleos, no sólo en el ámbito de las tecnologías de la información, sino también en ramos vecinos dentro del sector de los servicios. Un entorno favorable induce a la deslocalización.

    LA ACCIÓN COMUNITARIA

    10. La contribución de la Unión Europea al fomento de la sociedad de la información en los países en desarrollo

    10.1. Las acciones en materia de telecomunicaciones y tecnologías de la información de la Unión Europea se han ido reforzando progresivamente con el paso de los años. Se han firmado nuevos acuerdos de cooperación con terceros países en desarrollo que incluyen disposiciones sobre la sociedad de la información y las tecnologías asociadas.

    10.2. La cooperación económica, financiera y técnica ha dado lugar a actividades significativas en las distintas regiones asociadas a la Unión. La Comisión enumera diferentes actividades, incluidos los programas bilaterales de los Estados miembros.

    11. Un nuevo impulso a la acción comunitaria destinada a los países en desarrollo

    11.1. La Comisión constata una toma de conciencia creciente en la Comunidad y en los países beneficiarios sobre el carácter estratégico de la integración de los países en desarrollo en la sociedad de la información. Previo acuerdo con los países socios, convendría incorporar sistemáticamente la dimensión de sociedad de la información en los programas existentes mediante una reasignación de los fondos disponibles. Un primer objetivo prioritario es favorecer la instauración de un marco económico y reglamentario que permita movilizar los capitales locales e internacionales para asegurar a los países en desarrollo un acceso a las TIC y sus beneficios. El segundo objetivo consiste en poner la tecnología al servicio del desarrollo.

    11.2. El Comité hace hincapié en que la normativa ha de ser lo más simple y flexible posible. Las normas jurídicas aplicables a las redes globales de información y a las transacciones comerciales efectuadas a través de las redes deberían ser coherentes a escala internacional. Los mercados de las telecomunicaciones deberían abrirse rápidamente a una competencia eficaz, lo que reduciría los costes de las telecomunicaciones nacionales y transnacionales. Es necesario crear las condiciones que ofrezcan a la industria la posibilidad de garantizar a sus consumidores seguridad, confidencialidad y autenticidad en las transacciones. Debe adoptarse un enfoque pragmático en materia de normas técnicas globales. La utilización de las redes no debería gravarse con cargas fiscales discriminatorias. Es preciso alcanzar un elevado nivel de protección de la propiedad intelectual para la creación, el almacenamiento y la distribución de contenidos informativos, y es preciso proteger los programas informáticos. Asimismo, deben adoptarse las normas adecuadas en materia de datos personales de modo que la comunicación transfronteriza, por ejemplo, no se vea obstaculizada por las diferencias existentes en la normativa. Es también importante ofrecer a las personas de todas las edades y de todas las capas sociales las posibilidades de iniciarse en la utilización de ordenadores, puesto que la formación se ha convertido en algo esencial para la utilización de redes globales de información.

    11.3. Con el fin de tener en cuenta las características específicas económicas, políticas y culturales de los países en desarrollo y sus necesidades, las acciones consideradas deberían modularse en función de las particularidades de cada gran región y del carácter del diálogo que la Comunidad mantiene con cada una de ellas.

    12. Conclusiones

    12.1. La misión global de la Unión consiste en convencer no sólo a los países menos avanzados, sino también a los Estados miembros de que la sociedad de la información es una realidad. En la actualidad, la electrónica moderna hace técnicamente posible la realización de todo cuanto deseamos en el ámbito de las comunicaciones. Los únicos límites son de carácter financiero, jurídico y político. Los países que quieran participar en el desarrollo económico deben ser aún más conscientes de esta evolución, ya que, de lo contrario, las disparidades seguirán ampliándose. Habida cuenta del enorme potencial que representan los países en desarrollo, el sector privado debe tener la posibilidad de participar en la amplia gama de acciones necesarias que requieren las tecnologías de la información, teniendo en cuenta las diferencias de desarrollo económico, político, cultural y religioso.

    12.2. El Comité destaca que para acceder rápidamente a la sociedad de la información son precisas acciones específicas, en la Unión y en los países en desarrollo simultáneamente. En los últimos dieciocho meses la Comisión ha adoptado toda una serie de directivas destinadas a permitirle alcanzar sus objetivos para 1998. En beneficio tanto de los países en desarrollo como de los Estados miembros de la UE, la Comisión debería hacer hincapié en el desafío doble que representa lograr que los países en desarrollo se integren en la sociedad de la información y fomentar la participación de la industria europea en este proceso.

    Bruselas, el 29 de enero de 1998.

    El Presidente del Comité Económico y Social

    Tom JENKINS

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