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Document 52006DC0212

Sdělení Komise Evropské Radě - „Období reflexe a plán D“

/* KOM/2006/0212 konecném znení */

52006DC0212

Sdělení Komise Evropské Radě - „Období reflexe a plán D“ /* KOM/2006/0212 konecném znení */


ES

Bruselas, 10.5.2006

COM(2006) 212 final

COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN

AL CONSEJO EUROPEO

El período de reflexión y el Plan D

COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN

AL CONSEJO EUROPEO

El período de reflexión y el Plan D

*****

1. Introducción

En los últimos años se ha producido un nuevo debate sobre el futuro de Europa. Han sido los propios europeos quienes lo han iniciado, si bien la Unión Europea ha intentado orientarlo y centrarlo. En diciembre de 2001, un año después del Tratado de Niza, el Consejo Europeo adoptó una declaración sobre el futuro de la Unión Europea, por la que la Unión se comprometía a convertirse en más democrática, más transparente y más eficaz.

Esta "declaración de Laeken" abrió el camino a una Constitución para Europa, y creó una Convención que reunió a representantes de Gobiernos y Parlamentos de toda Europa, así como de las instituciones de la UE. La Convención llegó a un acuerdo sobre un proyecto de Tratado por el que se establece una Constitución para Europa. Ésta era la base del texto aprobado en octubre de 2004, firmado en Roma por los Jefes de Estado y de Gobierno de todos los Estados miembros.

En la primavera pasada, cuando diez Estados miembros habían aprobado ya la Constitución, los ciudadanos de Francia y de los Países Bajos la rechazaron. Aunque las razones de ese voto son forzosamente complejas, las encuestas de opinión arrojaron cierta luz sobre qué motivó la decisión de los votantes y su actitud respecto a la integración europea [1]. Lo que más influyó en ambos países en la decisión de quienes votaron “no” fue la preocupación por la situación económica y social del país. En Francia, quienes votaron “no” mencionaron principalmente los aspectos socioeconómicos para explicar su decisión: miedo a los efectos negativos sobre el empleo, la actual situación económica y laboral y la impresión de que la Constitución tendía demasiado hacia lo liberal y no lo bastante hacia lo social. En los Países Bajos, parece que el motivo por el que muchas personas votaron “no” fue también la falta de comprensión adecuada del impacto y el significado reales de la Constitución, seguida del miedo a la pérdida de soberanía. Lo que más influyó en ambos países en la decisión de quienes votaron "no" fue la preocupación por la situación económica y social del país. No obstante, esto no dio lugar a una disminución del apoyo global a la Unión: el 88% de los franceses y el 82% de los holandeses aún tenían una opinión positiva de la Unión.

Tras los referendos negativos, el Consejo Europeo adoptó una declaración sobre la ratificación del Tratado por el que se establece una Constitución para Europa, mediante la cual los Jefes de Estado y de Gobierno pedían un período de reflexión, durante el cual debía tener lugar un amplio debate en cada país, en el que tomarían parte los ciudadanos, la sociedad civil, los interlocutores sociales, los Parlamentos nacionales y los partidos políticos. Las instituciones europeas, y en especial la Comisión, fueron invitadas a participar en ese debate.

Al mismo tiempo, el proceso de ratificación continuó en varios Estados miembros. Desde junio de 2005, cinco países han aprobado la Constitución, y en los próximos meses se espera el dictamen definitivo del Parlamento finlandés, con lo que el número total de ratificaciones ascendería pronto a 16.

En octubre de 2005, la Comisión presentó un "plan D", D de democracia, de diálogo y de debate [2]. Esto dio un nuevo impulso al debate sobre el futuro de Europa, al fomentar nuevos modos de implicar a los ciudadanos en el debate.

Fueron los referendos francés y holandés los que dieron origen al plan D, si bien éste no es una operación de rescate de la Constitución, ni está limitado en el tiempo al período de reflexión: es un punto de partida para un proceso de reforma democrática a largo plazo. El objetivo político consiste en conseguir que los ciudadanos hagan suyas las políticas de la UE, en hacer a éstas comprensibles y pertinentes y en hacer que las instituciones de la UE respondan ante aquellos a quienes sirven. Para conseguir resultados tangibles y duraderos, este proceso llevará tiempo y exigirá fundamentalmente un compromiso auténtico de los Estados miembros, pero también de las instituciones de la UE. En definitiva, el éxito se medirá por la capacidad y la voluntad de la UE de escuchar, de procesar la información recibida y de ofrecer después resultados políticos.

Cabe recordar que los Estados miembros siguen siendo fundamentalmente responsables de la organización de debates a nivel nacional, regional y local. El papel de la Comisión por lo que respecta al plan D consiste en contribuir a estructurar el debate, en su caso prestando a los Estados miembros apoyo financiero y organizativo. En el Anexo se incluye un inventario completo de las acciones del plan D llevadas a cabo por la Comisión entre octubre de 2005 y abril de 2006.

La intensidad del debate sobre el futuro de Europa ha variado considerablemente de un Estado miembro a otro. Al menos en parte, se trata de una reacción natural a las distintas fases en las que se encuentran los Estados miembros en el proceso de ratificación. Los Estados miembros que ya han ratificado ya han celebrado un debate. Comprensiblemente, estarán menos dispuestos a poner en marcha nuevas iniciativas, y sus ciudadanos se sentirán menos curiosos sobre los pasos siguientes.

El período de reflexión ha permitido llevar a cabo en junio de 2006 una evaluación general de los debates nacionales. La presente Comunicación proporciona una síntesis de dichos debates y, en especial de las lecciones que pueden aprenderse del plan D. También incluye los detalles de una encuesta especial del Eurobarómetro [3] sobre el futuro de Europa. Estas conclusiones acompañan a la “Agenda de los ciudadanos – Obteniendo resultados para Europa” como contribución de la Comisión al Consejo Europeo sobre el futuro de Europa [4].

2. Cuestiones planteadas en los debates

2.1. El desarrollo económico y social de Europa

La encuesta del Eurobarómetro incluía preguntas destinadas a evaluar el estado de ánimo general de los europeos. Las respuestas pusieron de manifiesto que, en general, los europeos se sienten a gusto de vivir en sus respectivos países y que se sienten satisfechos tanto con su vida familiar como con su empleo. No obstante, tienen en general una visión pesimista del futuro, marcada por las preocupaciones sobre las perspectivas económicas y sociales. El desempleo sigue siendo la principal preocupación, especialmente entre los jóvenes.

El impacto de la globalización ha sido un tema clave en todos los debates nacionales y en las discusiones en línea. Las cuestiones planteadas apuntaban a los efectos sobre el empleo y el nivel de vida, así como a la necesidad de ser más competitivos y más productivos en una sociedad que envejece.

Ciertos medios de comunicación, los sindicatos, los jóvenes y algunos sectores no gubernamentales han señalado la relación entre la Unión Europea y la globalización, vinculando esa relación con el temor de que la globalización pueda tener un impacto negativo en la protección social y de que puedan aumentar las desigualdades entre ricos y pobres. No obstante, el Eurobarómetro mostró un mayor equilibrio en las actitudes hacia la globalización, aun cuando el número de quienes consideran que constituye una buena oportunidad para las empresas nacionales (37%) se vio superado por el de quienes la consideran como una amenaza para el empleo y las empresas (47%). La falta de dinamismo de la economía europea fue fuertemente criticada en varios países.

Las preocupaciones por la protección social se centraron en las reformas de las pensiones, de la seguridad social o de los sistemas de salud. A pesar de su importan en la política europea, la liberalización de servicios fue menos mencionada. En general, los ciudadanos tienden a considerar que la Unión Europea podría valerse del modelo social europeo para ayudar a protegerse de las consecuencias negativas de la globalización, pero lamentan la falta de medidas concretas al respecto.

La libre circulación de los trabajadores ha sido una cuestión sensible en casi todos los debates nacionales. En algunos de los antiguos Estados miembros, subsiste el miedo a la pérdida de empleo y a la disminución de los salarios como consecuencia de la apertura del mercado laboral a los trabajadores de los nuevos Estados miembros. Al mismo tiempo, los ciudadanos de los nuevos Estados miembros siguen percibiendo las restricciones aún existentes a la libre circulación de los trabajadores como una negación de las libertades fundamentales de la Unión.

En los nuevos Estados miembros, había dos temas adicionales importantes. En primer lugar, la perspectiva de adherirse a la zona del euro eran un objetivo importante para la mayoría de los ciudadanos. En segundo lugar, la aplicación del sistema de Schengen era motivo de preocupación, dado que podía crear nuevas barreras para los países vecinos de los Estados miembros.

2.2. La Unión Europea y su papel

Los debates nacionales han confirmado en buena medida los resultados de las encuestas de que la pertenencia a la Unión Europea se percibe como algo globalmente positivo. No obstante, las encuestas muestran una disminución del apoyo en la mayoría de los Estados miembros durante los últimos meses, especialmente en Austria, Finlandia y el Reino Unido.

Los ciudadanos de varios de los nuevos Estados han cuestionado el papel de su país en la Unión Europea, así como las relaciones entre antiguos y nuevos Estados miembros.

En los debates se ha planteado con frecuencia la financiación de la UE y la disponibilidad de los fondos estructurales y de cohesión. Éstos se consideran en general como una buena oportunidad, si bien con ciertas críticas a la complejidad de los procedimientos. La disminución de la ayuda financiera de la UE preocupa especialmente en España, donde se tiene la impresión de ser los “perdedores” de la reciente ampliación. Al mismo tiempo, los ciudadanos de países como Suecia y el Reino Unido critican lo que consideran como una carga injusta.

La paz entre los Estados miembros y el mercado único se consideran como los dos logros más positivos de la construcción europea. Las encuestas de opinión muestran también una opinión favorable de los esfuerzos de la Unión por fomentar la cooperación en el ámbito de la investigación y de la innovación y por promover la igualdad de trato a hombres y mujeres. Además, en varios debates se mencionaron los problemas relacionados con la seguridad, tales como la seguridad medioambiental, la seguridad alimentaria, la seguridad en los transportes y los derechos de los pasajeros, el suministro energético, etc., con una valoración ampliamente positiva de la labor de la Unión, especialmente clara en algunos Estados miembros. También se abordó ocasionalmente la necesidad de una política común de inmigración y asilo, la reforma fiscal, la educación, la identidad europea y la diversidad cultural, así como los derechos del consumidor y el futuro del sector agrícola.

Los ciudadanos son más críticos con lo que consideran como una reglamentación excesiva, una legislación demasiado detallada y un exceso de burocracia. Sigue teniendo fuerza la imagen de una UE lejana que interfiere inútilmente. En muchos países, otros comentarios críticos se centraron tanto en el déficit democrático como en la falta de transparencia de las instituciones europeas. Ha habido muchos llamamientos en pro de una mayor implicación de los ciudadanos en el proceso de toma de decisiones.

Además, en varios países existe la opinión de que la Comisión no da el mismo trato a todos los Estados miembros. Esta opinión es especialmente acusada en los pequeños países, donde se considera que las normas sobre los déficits excesivos o las decisiones de competencia no se aplican con equidad. La misma opinión se da en lo que se refiere a la aplicación del Derecho comunitario.

Las encuestas de opinión ponen de manifiesto un escaso conocimiento y comprensión del funcionamiento de la Unión, sus instituciones y su función. No obstante, la demanda existe, y en los meses recientes las representaciones de la Comisión en los Estados miembros han observado un aumento de las solicitudes de estudiantes pidiendo información sobre las instituciones europeas y sobre los programas de estudios y de intercambios en otros Estados miembros.

El problema de las lenguas no parece haber estado muy presente en los debates nacionales, si bien ha constituido uno de los temas centrales del foro "Debate Europe", en el que los participantes se enfrentan directamente al desafío de comunicar con ciudadanos de otras culturas. En ese debate, la mayoría de los participantes apelaron a la implantación de una segunda lengua común para todos los ciudadanos de la UE.

Los debates han demostrado que los problemas particulares han desempeñado un papel importante en algunos Estados miembros pero tenían un interés limitado en otras partes: los austriacos han debatido sobre el acceso de los estudiantes extranjeros a las universidades austriacas y sobre el tránsito alpino, mientras que la cuestión de la subsidiariedad se ha planteado en muchas ocasiones en los debates regionales alemanes. En Dinamarca, los ciudadanos discuten sobre la posible supresión de las cláusulas de no participación (opt-outs) de su país. La reacción de la UE hacia el problema de las viñetas sobre Mahoma ha sido también uno de los temas de debate, con opiniones divergentes sobre la reacción de la Unión Europea. Finalmente, la actitud con respecto a Turquía ha tenido especial importancia en Chipre.

2.3. Las fronteras de Europa y su papel en el mundo

La ampliación sigue siendo uno de los temas más presentes en los debates. Por término medio, el 55% de los europeos consideran que la ampliación de la UE es positiva. Pero el 63% temen que una nueva ampliación aumente las dificultades en los mercados nacionales de trabajo. En la UE-15, quienes expresan sus dudas consideran a veces que las últimas ampliaciones han ido demasiado lejos y demasiado rápidamente y cuestionan las nuevas ampliaciones en general y la adhesión de Turquía en particular. Estos ciudadanos parecen temer la pérdida de identidad en una Europa con unas fronteras poco claras y unas diferencias culturales cada vez mayores.

La naturaleza de los debates ha variado de un país a otro, con una fuerte resistencia, en algunos casos, a nuevas ampliaciones y, en otros, una actitud más positiva (Eslovenia, Reino Unido). Las perspectivas históricas y geográficas tienden a influir en las opiniones de los ciudadanos sobre este problema. Algunos países son más favorables a Croacia y a los Balcanes occidentales que a Turquía.

En varios países, los ciudadanos hacen referencia a la necesidad de una Europa fuerte, con iniciativas comunes en política exterior y un mayor desarrollo de la política de defensa y seguridad, aun cuando reconocen en gran medida los esfuerzos realizados para promover la paz y la democracia en el mundo. Más concretamente, los finlandeses y los letones expresaron la necesidad de una mayor cooperación entre la Unión Europea y Rusia. De vez en cuando se planteó la necesidad de mejorar la capacidad de gestión de las crisis por parte de la UE, así como de intensificar las relaciones transatlánticas.

2.4. El modo de funcionamiento de la Unión: "hechos concretos, menos palabras"

Los ciudadanos europeos tienen claramente la sensación de que la acción de la UE resulta esencial, y tienen grandes expectativas al respecto. La idea de Europa como proyecto político de paz y de solidaridad y como espacio en el que se comparten la libertad y la justicia es aceptada por la gran mayoría de los ciudadanos. Para ellos, la Unión Europea es la instancia adecuada para defender el modelo europeo en el mundo, para luchar contra el terrorismo y para hacer frente a otros desafíos de seguridad.

El medio ambiente, la seguridad alimentaria o la energía son problemas que preocupan a los ciudadanos y con respecto a los cuales perciben los aspectos positivos de la integración comunitaria. La opinión pública europea considera que, en los ámbitos en los que la UE ha obtenido buenos resultados, debe proseguir su trabajo y reforzarse sus poderes. Esto es especialmente cierto en lo que atañe a la promoción de la democracia y de la paz en el mundo, a la cooperación en la investigación y la innovación y a la protección del medio ambiente.

Pero existe también la opinión de que el modo en que funciona la Unión pueda afectar a la puesta en práctica de su política. Los ciudadanos son más críticos con respecto al modo de actuar de la Unión Europea que respecto a su política, y desean participar más en la toma de decisiones comunitaria. Existe el deseo de que las actividades de la UE se traduzcan en resultados tangibles en aquellos ámbitos a los que se les reconoce un valor añadido real.

En los debates, los ciudadanos tienden a considerar las cuestiones institucionales abstractas y complejas y a mostrar más interés por las políticas concretas que afectan a su vida cotidiana, como el empleo, el medio ambiente o la energía. Sin embargo, el dilema constitucional y el papel de las instituciones europeas constituyen un problema importante para el foro "Debate Europe", en el que las opiniones expresadas han sido positivas y críticas a partes iguales. La opinión pública europea considera también (25%) que una Constitución sería beneficiosa para el futuro de Europa, tras la consecución de unos niveles de vida comparables y de la introducción del euro en todos los Estados miembros.

3. Conclusión

El compromiso de la Comisión con la democracia, el diálogo y el debate no concluirá con la finalización del período de reflexión. La Comisión continuará ejecutando las 13 acciones aprobadas en el plan D en octubre de 2005, y está abierta a la adopción de nuevas acciones, iempre que se considere oportuno. Para ello, dependerá de una estrecha y continua colaboración con las instituciones de la UE y con los Estados miembros, así como de un mayor esfuerzo y una mayor implicación de algunos de ellos.

Hasta ahora, el período de reflexión nos ha enseñado algunas valiosas lecciones. En el aspecto positivo vale la pena observar el manifiesto deseo de debatir en qué ámbitos debe actuar Europa, tal como demuestran claramente las constructivas y abiertas iniciativas adoptadas por algunos Estados miembros, los debates y los foros públicos, y un contacto más activo con los Parlamentos nacionales, las regiones y los entes locales. La UE se beneficiaría claramente de que un mayor número de Estados miembros adoptaran iniciativas semejantes.

Por lo que se refiere a las instituciones de la UE, el foro interparlamentario organizado por el Parlamento Europeo y el Parlamento austriaco el 8 y el 9 de mayo, así como varias iniciativas loables de distintos comités del Parlamento Europeo, han preparado claramente el camino de la amplia discusión necesaria y de la implicación a nivel parlamentario, conectando así en mayor medida el proyecto europeo con el público y con sus representantes.

Del mismo modo, el Comité de las Regiones y el Comité Económico y Social han creado estructuras que garantizan que las regiones y los interlocutores sociales no sólo participan, sino que sus opiniones se escuchan y se tienen en cuenta al elaborar las políticas de la UE.

No obstante, cabe subrayar que es necesario que estas iniciativas se conviertan en una función permanente en el desarrollo de los asuntos europeos, creando, pues, estructuras –a nivel europeo, nacional, regional y local– que permitan que los ciudadanos manifiesten su opinión cuando así lo deseen. Es especialmente importante implicar a los jóvenes, ya que están claramente decididos a desempeñar un papel más importante en el desarrollo de la Unión Europea y a reforzar así su condición de ciudadanos europeos activos [5].

El período de reflexión ha puesto de manifiesto que los ciudadanos tienen un conocimiento y un interés bastante escasos en cómo funcionan las instituciones de la UE. Al mismo tiempo tienen grandes expectativas respecto al contenido y a la ejecución de las políticas, lo cual plantea la clara exigencia a las instituciones de la UE de que impliquen en mayor medida a los ciudadanos en el proceso político a todos los niveles.

La Comisión desempeñará un papel especial a este respecto, y –con la contribución esencial de los Estados miembros y de las instituciones de la UE– tendrá que asegurarse de que se escucha seriamente a los ciudadanos y de que esa escucha va acompañada de hechos concretos. La Comisión estudiará el modo de responder, en el proceso de elaboración de su política, a las opiniones y las iniciativas de los ciudadanos.

La Comisión está lista para suministrar al Consejo más datos, análisis e inventarios de sus continuos esfuerzos a este respecto.

ANEXO

Plan D – Inventario completo de las acciones llevadas a cabo por la Comisión

Octubre de 2005 – abril de 2006

Aparte de los cientos de visitas a los Estados miembros, incluidas más de 100 visistas del presidente y de distintos Miembros de la Comisión a los Parlamentos nacionales, la Comisión ha organizado una serie de visitas especiales y de alto nivel como parte de su plan D destinadas a mantener un debate real con los ciudadanos europeos. He aquí algunas de esas actividades.

1. Ejemplos de acciones realizadas desde octubre de 2005

Fomentar un debate público más amplio

– Visitas de Comisarios a los Estados miembros: Además de las visitas normales de los Comisarios, se han llevado a cabo cinco visitas del plan D especialmente diseñadas en las que han participado el Presidente Barroso, la Vicepresidenta Wallström, el Vicepresidente Barrot y los Comisarios Špidla, Ferrero-Waldner, Figel y Potočnik. Estas visitas constituyeron una combinación especial de encuentros con Gobiernos nacionales y locales, Parlamentos nacionales, medios de comunicación, organizaciones representativas y público en general, que permitieron un amplio intercambio de opiniones con una muestra auténticamente representativa de la sociedad.

– Con las próximas visitas a Dinamarca el 18 y el 19 de mayo y a Letonia y Lituania en junio, serán ocho el número total de visitas realizadas en el marco del plan D antes del Consejo Europeo.

– Disponibilidad de los Comisarios respecto a los Parlamentos nacionales: En 2005, tuvieron lugar casi 100 contactos o visitas de Comisarios a los Parlamentos nacionales. Antes de abril de 2006, el plan D había sumado más de 40 visitas de Comisarios a los Parlamentos nacionales, visitas que han abarcado a casi todos los Estados miembros. En algunos casos, se trataba de la primera vez en que los Parlamentos nacionales recibían al Presidente de la Comisión o a un Comisario en una sesión plenaria.

– Representaciones abiertas al público y centros “Europe Direct”: Todas las representaciones de la Comisión en los Estados miembros organizan con carácter mensual o semanal "días de puertas abiertas" en los que se organizan conferencias, encuentros con la prensa y presentaciones temáticas.

Promover la participación de los ciudadanos en el proceso democrático

– Promover una consulta más efectiva: El Libro Blanco sobre una política europea de comunicación, adoptado por la Comisión el 1 de febrero de 2006 [6], dará lugar a un plan de acción más concreto tras los seis meses del período de consulta, durante el cual se invita a todos los ciudadanos europeos y a todas las partes interesadas a expresar sus opiniones (a principios de mayo de 2006 se habían registrado más de 500 contribuciones) [7].

– Apoyo a los proyectos de los ciudadanos europeos: El 17 de marzo de 2006, la Comisión publicó un convocatoria de propuestas de 2 millones de € para prestar ayuda financiera a proyectos destinados a organizar eventos transnacionales de ciudadanos [8] (es decir, que impliquen por lo menos a 4-5 Estados miembros por proyecto). Dichos proyectos están actualmente en proceso de selección. Esta convocatoria de propuestas tiene por objeto fomentar las iniciativas de organizaciones europeas que promuevan la participación pública en debates sobre temas relativos a la UE, tal como se indica en el plan D.

– Mayor apertura: La Comisión acogió con satisfacción las conclusiones del Consejo de 21 de diciembre de 2005, por las que éste se comprometía a aumentar el número de sesiones públicas, incrementando así la apertura y la transparencia. Además, ha creado un registro público, accesible en línea desde noviembre de 2005, de los grupos de expertos [9] que ayudan a la Comisión a preparar las propuestas legislativas y las iniciativas políticas. Asimismo, como parte de la Iniciativa Europea de Transparencia puesta en marcha en noviembre de 2005, la Comisión aprobó el 3 de mayo de 2006 un Libro Verde destinado a lanzar un debate sobre el lobbiyng y sobre la implantación de la obligación legal de que los Estados miembros publiquen la información relativa a los beneficiarios de fondos de gestión compartida, así como sobre las prácticas de la Comisión en materia de consultas.

Medios para iniciar un diálogo sobre las políticas europeas

– Eurobarómetro específico sobre el futuro de Europa: En febrero-marzo de 2006 se realizó una encuesta cuantitativa y cualitativa en los 25 Estados miembros.

– Internet: El 27 de marzo de 2006, la Comisión puso en marcha el foro de discusión en línea "Debate Europe" en 20 lenguas [10]. A 4 de mayo de 2006, los ciudadanos habían enviado 5.354 contribuciones.

– Grupos específicos: "Primavera de Europa 2006", que se puso en marcha en enero de 2006 (y que celebra así su 5º aniversario), es una iniciativa creada y organizada –con la participación activa de diversos Comisarios– para estimular el interés y los debates sobre Europa entre los jóvenes. A 4 de mayo de 2006, 7.354 escuelas habían participado en la Primavera de Europa

Cooperación con las instituciones y los órganos europeos

La reunión del Grupo Interinstitucional de Información (IGI) celebrada el 17 de enero de 2006 tuvo como tema central la cooperación armoniosa y las sinergias. La reunión permitió traducir esa cooperación en acciones concretas y prácticas. Como consecuencia de ello, miembros y colaboradores de las instituciones y los órganos de la UE participaron, por ejemplo, en diversas visitas a los Estados miembros y aportaron su contribución al foro en línea "Debate Europe". También promovieron y participaron en actividades con escuelas a través de la “Primavera de Europa”. Muchos de los eventos previstos para el 9 de mayo en los Estados miembros fueron organizados conjuntamente por las representaciones de la Comisión y las oficinas del Parlamento Europeo, mientras que el Parlamento Europeo y el Parlamento austriaco organizaron en Bruselas el foro interparlamentario con distintos Parlamentos nacionales. Además, el Comité de las Regiones y el Comité Económico y Social Europeo han participado activamente en la aplicación del plan D, gracias a sus contactos a nivel local y regional y con los actores sociales.

Reforzar las relaciones con los Parlamentos nacionales

La Comisión realizará otros esfuerzos en estrecha cooperación con el Parlamento Europeo y con los Parlamentos nacionales, explorando por ejemplo el modo de garantizar una información apropiada sobre la estrategia política anual y sobre el programa legislativo y el programa de trabajo anual. La Comisión está también abierta a cualquier contribución de los Parlamentos nacionales a sus iniciativas en la fase prelegislativa, sobre la base de las disposiciones de los Tratados actuales.

2. Evaluación

· El plan D no es una operación de rescate de la Constitución

El plan D pretende "fomentar un amplio debate entre las instituciones de la UE y los ciudadanos". Su objetivo consiste en establecer un método por el cual los ciudadanos puedan implicarse en el proceso de toma de decisiones europeo. El contenido de los debates iniciados en el marco del plan D puede aportar ideas tanto en lo que se refiere al contenido político como a los nuevos medios e instrumentos, algunos de los cuales están ligados a una toma de decisiones eficaz y responsable.

· Implicación necesaria de los Estados miembros

La Comisión se considera sobre todo como facilitadora del debate. Seis meses después de la adopción del plan D, es preciso señalar que la implicación de los Estados miembros en el lanzamiento de debates nacionales ha sido desigual.

· Un ejercicio a largo plazo

Las actividades del plan D se iniciaron en la primera mitad de 2006 y, por consiguiente, es demasiado pronto para sacar cualquier conclusión válida. El plan D forma parte de un ejercicio a largo plazo, utilizando nuevos métodos en la comunicación con los ciudadanos. No se puede establecer un diálogo constructivo de un día para otro. Además, tal diálogo no puede entablarse solamente a iniciativa de las instituciones de la UE y/o de Bruselas, sino que tiene que tener un carácter local y contar con el apoyo y la implicación activos de los Estados miembros.

· Multilingüismo

La Comisión, por su parte, realiza las acciones del plan D en todas las lenguas oficiales de la UE (foro de discusión en línea, Primavera de Europa), mientras que las iniciativas que se llevan a cabo a nivel nacional, regional o local por las representaciones de la Comisión en los Estados miembros se desarrollan en la lengua respectiva del país. En este contexto, es preciso subrayar que el multilingüismo es una herramienta vital para fomentar un verdadero diálogo con los ciudadanos. Por esta razón, la Comisión y sus socios institucionales se están esforzando por proporcionar información en la red dirigida al público en general en todas las lenguas que sea posible.

[1] Flash Eurobarómetro 171 y 172 - Constitución europea: encuesta post-referendum en Francia y en los Países Bajos.

[2] Contribución de la Comisión al período de reflexión y más allá: Plan D de democracia, diálogo y debate - COM(2005) 494.

[3] Eurobarómetro 65.1 sobre el futuro de Europa, mayo de 2006.

[4] COM(2006) 211, de 10.05.2006.

[5] "La juventud toma la palabra". Preocupaciones y expectativas de los jóvenes europeos respecto al desarrollo de la Unión Europea, análisis del Eurobarómetro estándar 63, publicado en diciembre de 2005.

[6] COM(2006) 35.

[7] http://www.europa.eu.int/comm/communication_white_paper/charter_code/index_es.htm

[8] http://ec.europa.eu/dgs/communication/grants/index_es.htm

[9] http://europa.eu.int/comm/secretariat_general/regexp/

[10] http://europa.eu/debateeurope/index_es.htm

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