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Document 52018IE2936

Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la «Política económica de la zona del euro (2018)» (Dictamen adicional) [COM(2017) 770 final]

EESC 2018/02936

DO C 62 de 15.2.2019, p. 312–318 (BG, ES, CS, DA, DE, ET, EL, EN, FR, HR, IT, LV, LT, HU, MT, NL, PL, PT, RO, SK, SL, FI, SV)

15.2.2019   

ES

Diario Oficial de la Unión Europea

C 62/312


Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la «Política económica de la zona del euro (2018)» (Dictamen adicional)

[COM(2017) 770 final]

(2019/C 62/54)

Ponente:

Javier DOZ ORRIT

Decisión de la Mesa del Comité

22.5.2018

Fundamento jurídico

Artículo 29, letra a), de las Normas de Desarrollo del Reglamento interno

Sección competente

unión económica y monetaria y Cohesión Económica y Social

Aprobado en la sección

3.10.2018

Aprobado en el pleno

17.10.2018

Pleno n.o

538

Resultado de la votación

(a favor/en contra/abstenciones)

132/1/6

1.   Conclusiones y recomendaciones

1.1.

El CESE manifiesta su coincidencia con los objetivos de la Recomendación del Consejo y con parte de sus propuestas. Sin embargo, expresa su desacuerdo con la propuesta de que la orientación presupuestaria agregada de la zona del euro sea neutra y con el modo de formular la recomendación sobre los salarios. De este modo, reitera lo expresado en el anterior Dictamen sobre la propuesta de Recomendación de la Comisión (1).

1.2.

La política económica de la zona del euro debería diseñarse en el marco de un proyecto de reforma de la UEM que superara los déficits de estructura y funcionamiento que arrastra desde su creación y que apostara por una mayor integración y una gobernanza más democrática. El CESE expresa su preocupación por la parálisis que vive hoy el proceso de reforma, la falta de compromiso de bastantes gobiernos y la hostilidad de algunos, así como por la ausencia de un liderazgo político fuerte para superar estas circunstancias.

1.3.

El CESE considera que las Recomendaciones del Consejo deberían establecerse en el marco de una estrategia general de política económica que tuviera como referencia la Agenda 2030 y los ODS, así como la aplicación del Acuerdo de París sobre el cambio climático. Dicha estrategia debería preparar a la sociedad europea para realizar unas transiciones justas hacia un modelo económico verde y digital.

1.4.

Las razones internas para que haya una orientación presupuestaria moderadamente positiva son, en opinión del CESE: la finalización de la política monetaria expansiva del BCE; el hecho de que la UE padezca un preocupante déficit de inversión, en particular de inversión pública, que hipoteca su futuro económico y social; el que este déficit de inversión contribuya, a su vez, a unas cifras de crecimiento de la productividad muy bajas; y el mantenimiento de superávits excesivos de las balanzas por cuenta corriente por parte de importantes Estados de la zona del euro.

1.5.

Algunos de los Estados de la zona del euro con mayores superávits no invierten: están acumulando tasas anuales de formación neta de capital público negativas. El CESE opina que un mayor gasto de inversión en esos países es una necesidad de política económica para ellos y para el conjunto de la zona del euro y la UE.

1.6.

Para el CESE, la adecuada combinación de las políticas monetaria y fiscal para fortalecer el crecimiento de la zona del euro, que ha sido reclamada en los últimos años por el BCE, el FMI y la OCDE, está también justificada por los previsibles efectos del proteccionismo en el comercio y la inestabilidad generada por los riesgos geopolíticos mundiales.

1.7.

Hay que añadir motivos sociales y políticos para reclamar un superior esfuerzo fiscal: la UE y los Estados deben comprometerse más con la lucha contra la pobreza y la desigualdad y con una mayor cohesión social, en particular financiando de forma suficiente la aplicación del pilar europeo de derechos sociales. Para el CESE, si la UE y los Estados no lo hacen, se agudizarán las crisis políticas que vivimos y crecerán las tendencias nacionalistas y antieuropeístas, poniendo en peligro la propia existencia de la UE.

1.8.

La recomendación de subir los salarios, si se aplica estrictamente, solo afectaría a un número reducido de países. El CESE considera que la contención de los costes laborales unitarios no debe venir de la disminución o congelación de los salarios, sino del aumento de la productividad propiciado por una mayor inversión, más innovación y mejor formación de los trabajadores. En todo caso, los niveles salariales tienen que determinarse por los interlocutores sociales a través de la negociación colectiva. El Semestre Europeo debería proponer cambios legislativos que la reforzaran en los Estados en que ha sido debilitada durante la crisis y la restablecieran en donde no existe, a pesar del artículo 28 de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE. Igualmente, hay que adoptar medidas adicionales para mejorar los salarios más bajos.

1.9.

La creación de empleo de calidad tiene que ser una de las prioridades de la política económica. El CESE opina que la reducción de la precariedad (alta temporalidad y bajos salarios) que sufren sobre todo los jóvenes también debe ser una de las recomendaciones prioritarias del Semestre Europeo.

1.10.

Debe promoverse la creación de entornos favorables a la inversión y la innovación empresariales, en particular para hacer frente a la digitalización de las actividades económicas.

1.11.

Facilitar la financiación de las empresas debe ser otra de las prioridades de la política económica. El CESE reitera que la unión bancaria y la Unión de Mercados de Capitales son muy importantes para la financiación de la actividad económica, y manifiesta su preocupación por los retrasos y obstáculos que está encontrando el desarrollo de la unión bancaria, entre otros, el volumen de los créditos morosos en algunos Estados miembros.

1.12.

El CESE considera que las autoridades europeas deberían comprometerse efectivamente con la lucha contra la malversación, el fraude fiscal y la planificación fiscal agresiva, el lavado de dinero, los paraísos fiscales y la competencia fiscal desleal entre los Estados miembros. No solo es una exigencia de la ética política y el cumplimiento de las leyes; es, también, un factor de estabilización de las finanzas públicas.

2.   Las orientaciones del Consejo y de la Comisión

2.1.

A diferencia de lo ocurrido en 2017, la Recomendación del Consejo sobre política económica de la zona del euro (2) (23 de enero de 2018) no difiere sustancialmente de la propuesta por la Comisión (22 de noviembre de 2017) (3). Tras coincidir en que la orientación presupuestaria general para 2018 sea globalmente neutra, el Consejo añade que debería aprovecharse la mejora económica para crear reservas presupuestarias.

2.2.

En las demás recomendaciones, el Consejo y la Comisión coinciden en que los Estados miembros prioricen las reformas que incrementen la productividad y el potencial de crecimiento, promuevan la mejora del entorno empresarial, la innovación y la inversión y contribuyan a crear empleo de calidad, reduciendo la desigualdad. Los Estados con «grandes superávits» por cuenta corriente deberán propiciar la subida de los salarios, y los que tienen déficit o elevada deuda externa, contener el crecimiento de los costes laborales unitarios. Finalmente, pide que prosiga el trabajo para completar la unión bancaria. Las Recomendaciones específicas por país de 2018 subrayan el buen momento económico de la UE, que debe servir, según la Comisión, para reforzar las mejoras estructurales conseguidas los últimos años y completar la corrección de los desequilibrios macroeconómicos en una mayoría de Estados miembros.

2.3.

Las Recomendaciones específicas abordan el pilar europeo de derechos sociales, la mejora de la calidad del empleo y de la negociación colectiva y el diálogo social y la subida de los salarios. También la reforma de las administraciones públicas, incluyendo medidas contra la corrupción, y de los entornos empresariales así como la mejora de las relaciones entre ambas esferas y de la financiación de las empresas. Al tiempo que defiende la orientación presupuestaria neutra, recomienda la reforma de los sistemas de pensiones y de salud para hacer frente al envejecimiento de la población.

3.   Observaciones generales y específicas

Estrategia de política económica y reforma de la UEM

3.1.

El CESE reitera la necesidad de una estrategia general de política económica que tenga en cuenta los acuerdos internacionales y los objetivos de sostenibilidad ambiental, la reducción de la dependencia energética, la revolución digital y otros desafíos globales. El CESE valora las iniciativas de la Comisión en estos ámbitos, pero, como expresó en su Dictamen sobre el Paquete sobre la unión económica y monetaria (4), piensa que no existe una estrategia económica a nivel europeo que las abarque ni recursos suficientes para financiarlas.

3.2.

El CESE expresa su preocupación por que la reforma de la UEM se esté diluyendo por la falta de liderazgo político, por el retraso en la adopción de resoluciones y por la falta de compromiso de bastantes gobiernos de la zona del euro; esto aumenta el riesgo de que la UE no esté preparada para la próxima recesión.

3.3.

Una política económica que favorezca un crecimiento sostenible tiene que basarse tanto en promover un entorno empresarial favorable a la inversión y a la mejora de la productividad como en el fomento de la cohesión social, en particular a través de medidas que contribuyan a la erradicación de la pobreza y a la reducción de las desigualdades sociales.

3.4.

El CESE pide a la Comisión que asegure la aplicación del pilar europeo de derechos sociales y siga las recomendaciones de su Dictamen sobre la Financiación del pilar europeo de derechos sociales (5), y lamenta que las Recomendaciones del Consejo y la propuesta de MFP 2021-2027 de la Comisión no concreten nada al respecto. Igualmente, deberían ser tenidas en cuenta las recomendaciones del Grupo de Alto Nivel sobre la inversión en atención y apoyos sociales (6).

3.5.

El CESE considera que las recomendaciones anuales sobre la orientación de la política económica de la zona del euro deberían establecerse en el marco de una estrategia general de política económica que tuviera como referencia la Agenda 2030, los ODS y el cumplimiento del Acuerdo de París sobre el cambio climático. La política económica debe promover la construcción de un modelo económico europeo sostenible, que reduzca la dependencia energética mediante el uso de energías limpias y renovables, y que integre las consecuencias de la revolución digital, asegurando transiciones justas para los trabajadores.

La Recomendación del Consejo: razones para una orientación presupuestaria moderadamente positiva

3.6.

El CESE se reafirma en las conclusiones de su Dictamen sobre la Recomendación de Recomendación del Consejo sobre la política económica de la zona del euro (7), en el que expresó su coincidencia con los objetivos de la propuesta de Recomendación de la Comisión y con buena parte de sus propuestas y una discrepancia con la orientación presupuestaria global neutra que preconiza para la zona del euro. El CESE reitera la petición de fijar una orientación presupuestaria agregada positiva en la zona del euro, principalmente a partir de una expansión presupuestaria de los países con superávits en sus balanzas de pagos y niveles de endeudamiento sostenibles a largo plazo.

3.7.

El CESE considera que esta orientación contribuiría a superar el negativo legado derivado de las prolongadas y excesivas medidas de consolidación que se aplicaron en algunos Estados miembros. Los Estados miembros con superávits de sus balanzas por cuenta corriente deberían implementar medidas que fomenten la inversión y el gasto social sostenible, que respalden la demanda interna y el potencial de crecimiento y faciliten así el reequilibrio.

3.8.

El CESE reconoce que hay limitaciones para llevar a cabo una política fiscal razonable en el nivel de la UE, debido al carácter limitado de la unión económica que, en comparación con una unión monetaria plena, se basa principalmente en la coordinación de las políticas económicas de sus Estados miembros. En particular, el CESE llama la atención sobre el hecho de que, hasta la fecha, la Comisión y el Consejo han prestado poca atención al carácter asimétrico del proceso del Semestre Europeo, que se centra únicamente en garantizar que se tomen medidas correctivas en los Estados miembros con saldos deficitarios. La Comisión y el Consejo deberían proponer medidas que eviten tanto los déficits como los superávits excesivos.

El déficit de inversión de la zona del euro

3.9.

Otro motivo para cuestionar la orientación presupuestaria neutra es el déficit de inversión de la zona del euro. No se han recuperado los niveles anteriores a la crisis. La inversión pública ha disminuido desde un valor prácticamente constante del 3,2 % del PIB (en 1997-2007 y entre 2009 y 2013) hasta un 2,6 % del PIB en 2017 y 2018 (8). Este déficit es uno de los factores más negativos de la situación económica y supone una grave hipoteca para el futuro de la economía y de las sociedades europeas. Por ello, el CESE reitera la petición (9) de que se aplique la llamada «regla de oro» presupuestaria, es decir, que los gastos de inversión no computen a los efectos del cumplimiento de los objetivos de déficit del PEC, teniendo en cuenta la sostenibilidad de las finanzas públicas a largo plazo. El CESE llama la atención sobre el hecho de que los gastos en inversión productiva también pueden contribuir a dicha sostenibilidad.

3.10.

Hay que subrayar que este déficit de inversión se da también en Estados miembros que deberían contribuir a una política fiscal europea más activa. Un ejemplo significativo podría ser la inversión pública en Alemania. La inversión pública de Alemania en relación con el PIB ha sido, en el período 2013-2017, del 2,1 % (10), una de las más bajas de la zona del euro. Su tasa neta de formación de capital público (que tiene en cuenta la depreciación del stock de capital) ha sido negativa en el mismo período, -0,08 %, como también lo fue en 2003-2007 (-0,11 %) y de apenas un +0,06 % en 2008-2012. Mientras, la tasa neta de formación de capital privado, que en la década de 1990 se situó entre un 6 % y un 8 % del PIB, ha caído, entre 2008 y 2017, del 3,2 % al 2,2 % del PIB. Al mismo tiempo, Alemania financió inversiones en otros países. El superávit de su balanza de pagos, que fue en 2017 del 8,0 % del PIB, se prevé que alcance el 7,9 % y el 7,6 % en 2018 y 2019, respectivamente. Las recomendaciones del Consejo y de la Comisión deberían enviar una señal importante y contribuir a corregir el escaso nivel de inversión nacional en Alemania. Una mayor credibilidad en la sostenibilidad de las políticas económicas debería promover las inversiones del sector público y privado también en otros países que experimentan superávits por cuenta corriente (11).

3.11.

El CESE pide a la Comisión y al Consejo que, teniendo en cuenta el artículo 3 del Tratado de la UE, coloquen como objetivo prioritario de las orientaciones de la política económica de la zona del euro el crecimiento de las tasas de inversión, hasta que alcancen los niveles previos a la crisis. Este crecimiento debería orientarse hacia un modelo de desarrollo sostenible en su triple dimensión: económica, social y medioambiental.

Crecimiento económico y factores de riesgo

3.12.

Las perspectivas de crecimiento, según las previsiones económicas de verano (12) de la Comisión, señalan la continuidad del mismo, con una cierta desaceleración: 2,4 % (2017), 2,1 % (2018) y 2,0 % (2019) en la zona del euro y 2,6 % (2017), 2,3 % (2018) y 2,1 % (2019) en la UE27. En el resto del mundo, sin la UE, el crecimiento sería 3,9 % (2017), 4,2 % (2018) y 4,1 % (2019). La flexibilización en la aplicación del PEC, introducida por la Comisión en enero de 2015 (13), a través de la «cláusula de inversión» y la «cláusula de reformas estructurales» ha contribuido, sin duda, a producir estos efectos positivos. La reciente evaluación de los resultados en la Comunicación de la Comisión sobre la revisión de la flexibilidad en el marco del PEC así lo indica (14).

3.13.

La política monetaria expansiva está llegando a su fin. La expansión cuantitativa (quantitative easing) terminará el próximo mes de diciembre cuando el BCE deje de comprar activos. A partir del verano de 2019, tras la evaluación de las perspectivas de inflación a medio plazo, los tipos de interés de referencia podrían comenzar a subir. Desde hace varios años, su presidente, Mario Draghi, ha venido pidiendo que la política fiscal, junto con reformas estructurales adecuadas, acompañen a la política monetaria para fortalecer la recuperación y alcanzar los objetivos de inflación. También lo han hecho el FMI, la OCDE y muchos foros académicos. En lo que se refiere a la política fiscal, la petición no ha sido aceptada por los responsables políticos europeos. Ahora que la política monetaria está en retirada es aún más necesaria una política presupuestaria más activa en la zona del euro.

3.14.

Existen otros factores, económicos y sociales, y desequilibrios políticos internos, así como factores de riesgo económico e incertidumbres geopolíticas mundiales que deberían llevar a utilizar también la política fiscal para fortalecer el crecimiento y reparar las consecuencias de la crisis, todavía vivas en muchos Estados europeos. Lo que propone el CESE ayuda a garantizar mejor la sostenibilidad financiera a medio plazo y a reducir el desequilibrio de los superávits excesivos.

3.15.

La inestabilidad política, las fuerzas centrífugas que desde la crisis crecen en el interior de la UE y cuestionan su misma existencia, requerirían, para superarlas y combatirlas, proyectos sólidos de reforma de la UEM y de la UE que supusieran más integración con más democracia y una dimensión social más fuerte; también fortalecer el crecimiento desde las políticas presupuestaria y fiscal, con un modelo que favorezca la reducción de la desigualdad en la distribución de la renta. Esto es posible sin poner en cuestión la sostenibilidad futura de las finanzas públicas. También debería ponerse en marcha una estrategia para culminar la UEM con la incorporación a ella de todos los Estados de la UE que no están constitucionalmente exentos.

3.16.

Los focos de inestabilidad geopolítica mundial, algunos en la vecindad de la UE, el deterioro de las relaciones transatlánticas en las esferas comercial, medioambiental y de las políticas exterior y de seguridad y defensa, por las decisiones de la actual administración estadounidense, llevan al CESE a subrayar la importancia de que la UE tenga una economía fuerte que sustente su liderazgo político en el mundo. Una guerra comercial con varios frentes, y su correlato de ascenso del nacionalismo económico y político, crearía un escenario económico y geopolítico de alto riesgo. La UE debe procurar evitarlo y, en su caso, estar preparada para afrontarlo.

3.17.

A pesar del aumento de los precios del petróleo y las materias primas, la inflación de la zona del euro se pronostica estable en torno al 1,7 % entre 2017 y 2019 (previsiones de verano), con una inflación subyacente del 1,1 %, bien alejada del objetivo de inflación. Son nuevos motivos, en opinión del CESE, para argumentar contra la conveniencia de retirarse de la política monetaria expansiva al tiempo que se practica una orientación presupuestaria neutra o, no digamos, si se establece una de signo negativo como la que pide el Consejo Fiscal Europeo para 2019 (15).

Salarios, empleo y negociación colectiva

3.18.

La subida real media de los salarios fue, en 2017, de apenas un 0,2 % sobre el año anterior, en los diecinueve países de la zona del euro. Y en siete de ellos fue negativa. Y se pronostica que será del 0,9 % y del 0,3 % en 2018 y 2019, respectivamente (16). Se prevé que los costes laborales unitarios reales disminuyan en la zona del euro, en los tres años considerados: -0,3 %, -0,1 % y -0,6 %. En cambio, la productividad real por persona ocupada, que subió un 0,8 %, en 2017, volverá a hacerlo un 1 % tanto en 2018 como en 2019 (17).

3.19.

El desempleo en la zona del euro fue, en 2017, del 9,1 %, todavía más alto que antes de la crisis, 8,4 % (2004-2008). La divergencia entre los Estados miembros es muy grande, pues, en 2017, la tasa de desempleo varió desde el 3,8 % de Alemania hasta el 21,5 % de Grecia. La tasa de desempleo juvenil sigue siendo muy elevada, superior al 15 %, con muchas disparidades y valores extremos en Grecia (43,2 %), España (35 %) e Italia (32,5 %). La tasa de temporalidad sigue creciendo: una media del 12,2 %, en 2017, frente al 11,5 % en 2012. También crece el trabajo a tiempo parcial: 19,4 %, en 2017, en comparación con el 17,5 % en 2007 (18).

3.20.

A pesar de la recuperación económica, en muchos países hay una brecha entre los anteriores empleos y los nuevos que son más precarios y con menor salario. Esta brecha también es generacional: afecta en mayor medida a los jóvenes. También buena parte de los trabajadores de la economía digital cuyo trabajo depende de las plataformas en línea. Las Recomendaciones del Consejo y del Semestre Europeo han manifestado su preocupación por la mejora de la calidad del empleo. El CESE pide que se concreten planes y medidas para hacer de este objetivo una prioridad. La participación de los interlocutores sociales, a través del diálogo social y de la negociación colectiva, en la adopción de las medidas necesarias es fundamental. Igualmente esencial es adoptar medidas que permitan un aumento significativo de los salarios más bajos. También hay que promover que las organizaciones de la sociedad civil participen en la mejora de las condiciones sociales y de vida de los trabajadores.

3.21.

La recomendación del Consejo sobre la subida de los salarios, si se aplica rígidamente, solo afectaría a un número reducido de países y podría llevar a divergencias adicionales entre ellos y a un aumento de las desigualdades. El CESE considera que el aumento de la productividad propiciado por una mayor inversión, más innovación y una mejor formación de los trabajadores debería mejorar la competitividad de las economías europeas más retrasadas y no las devaluaciones internas que, además, tienen consecuencias sociales indeseables. El aumento de los salarios también favorece el crecimiento de la demanda interna y promueve el equilibrio fiscal a través del aumento de los ingresos fiscales.

3.22.

En todo caso, los niveles salariales tienen que determinarse por los interlocutores sociales a través de la negociación colectiva. Las leyes también pueden contribuyen a ello en una parte de los Estados miembros, al menos en lo que se refiere a los salarios mínimos. El Semestre Europeo debería promover que los Estados miembros adopten medidas que refuercen la negociación colectiva, basada en la autonomía de los interlocutores sociales, y el diálogo social, en particular en los Estados en los que han sido debilitados por las políticas de gestión de la crisis, o donde este derecho no existe actualmente, a pesar del artículo 28 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE.

Productividad, entorno empresarial y financiación de la inversión privada

3.23.

El CESE expresa su preocupación por la disminución de la tasa de crecimiento de la productividad de la UE durante las últimas décadas. El reciente estudio de la OCDE (19) indica que la tasa de crecimiento media de lo producido por hora de trabajo fue, en la UE, del 0,6 % en 2007-2016 (en declive constante desde el 2,2 % que alcanzó en 1990-2000); por debajo de las tasas medias de la OCDE, 0,8 %, y muy por detrás de los países no pertenecientes a la OCDE, 5 %, en el mismo período. En la presentación del estudio (20), el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, afirmó que el crecimiento de la productividad requiere, además de buena regulación y gobernanza, más inversión de capital en I+D+i y en educación y formación profesional. El CESE coincide plenamente con esta opinión.

3.24.

En el mismo estudio, la OCDE subraya que el presupuesto de la UE es pequeño y que ha ido disminuyendo su peso respecto a la RNB europea desde 1993 (21). El CESE expresa su gran preocupación al conocer que esta tendencia continuaría si el MFP posterior a 2020 se aprobara en los términos propuestos por la Comisión, con lo que se haría más difícil actuar para lograr la convergencia económica y social, al alza, entre los Estados europeos. Como indicó en su Dictamen sobre el Documento de reflexión sobre la profundización de la unión económica y monetaria (22), el hecho de que no se haya llegado todavía a un acuerdo para completar la UEM siguiendo las líneas exploradas en los Documentos de reflexión sobre el futuro de Europa está influyendo negativamente en esta situación.

3.25.

El CESE comparte la recomendación del Consejo sobre el crecimiento de la productividad y el papel de la inversión en I+D+i para ello, así como las recomendaciones específicas por país que hablan de la mejora de las administraciones públicas y de los entornos empresariales.

3.26.

Para promover el crecimiento hay que favorecer la inversión empresarial. El CESE reitera la importancia de un pronto establecimiento de la Unión de Mercados de Capitales y la finalización del proceso de creación de la unión bancaria. El CESE expresa su preocupación por los retrasos que la unión bancaria está sufriendo, por que todavía no se haya proporcionado un mecanismo de protección común para el Fondo Único de Resolución, a partir del MEDE, y por los obstáculos que está encontrando la creación de un Sistema Europeo de Garantía de Depósitos (SEGD) que van más allá de los temores justificados que puede causar el volumen de créditos dudosos de algunos países (23).

La lucha contra la delincuencia fiscal y por una fiscalidad justa

3.27.

Es muy difícil garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas y realizar políticas sociales y de inversión fuertes mientras se mantengan los actuales niveles de fraude y elusión fiscales, de lavado de dinero por los paraísos fiscales y de competencia fiscal desleal entre los Estados de la UE. En la revista Finance & Development del FMI, un importante artículo (24) muestra que cerca del 40 % de la IED del mundo, unos doce billones de dólares, es «inversión fantasma», es decir, que se trata de inversión financiera que circula por sociedades instrumentales que no tienen actividad real. La utilización de intermediarios o de entidades que actúan solo como conductos de transferencia no implica, en sí misma, elusión fiscal, aunque sin duda brinda más oportunidades para la elusión fiscal e incluso la evasión fiscal. En el artículo también se afirma que el 9,8 % de la riqueza del mundo está en paraísos fiscales.

3.28.

El CESE reitera la necesidad de aplicar con urgencia medidas adicionales efectivas contra la malversación, la evasión fiscal, el lavado de dinero, los paraísos fiscales y la competencia fiscal desleal, empezando por la aplicación de la 5.a Directiva contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo (25) y el establecimiento de una lista coherente, fidedigna y única de paraísos fiscales en todo el mundo a los que se les apliquen las debidas medidas sancionadoras.

3.29.

También hay que actuar con eficacia contra la planificación fiscal agresiva que practican las empresas multinacionales, en particular en el ámbito de la economía digital. Esta lucha de fondo debe saber combinar el impulso de medidas globales con otras que puedan aplicarse en la UE. Al tiempo, debe irse construyendo progresivamente una adecuada armonización fiscal en la zona del euro y en la UE.

Bruselas, 17 de octubre de 2018.

El Presidente del Comité Económico y Social Europeo

Luca JAHIER


(1)  Dictamen del CESE sobre la Recomendación de Recomendación del Consejo sobre la política económica de la zona del euro (DO C 197 de 8.6.2018, p. 33).

(2)  Recomendación del Consejo sobre política económica de la zona del euro.

(3)  Véase COM(2017) 770 final.

(4)  DO C 262 de 25.7.2018, p. 28.

(5)  DO C 262 de 25.7.2018, p. 1.

(6)  Investing in Social Care & Support. A European Imperative (Invertir en atención y apoyos sociales: Un imperativo europeo), noviembre de 2017.

(7)  DO C 197 de 8.6.2018, p. 33.

(8)  Previsiones económicas europeas, primavera de 2018. Anexo estadístico, p. 165.

(9)  Dictamen del CESE sobre la Recomendación de Recomendación del Consejo sobre la política económica de la zona del euro, (DO C 197 de 8.6.2018, p. 33) y dictámenes anteriores.

(10)  Este dato y todos los datos de inversión que siguen están tomados de Alexander Roth y Gutram Wolff: Understanding (the lack of) German public investment, (Entender la (falta de) inversión pública alemana); Bruegel Foundation, Blog Spot, 6 de junio de 2018.

(11)  Como es el caso de Países Bajos, Irlanda, Malta y Eslovenia, en la zona del euro, y de Dinamarca, fuera de la zona del euro.

(12)  Previsiones económicas europeas, verano de 2018.

(13)  Véase la Comunicación de la Comisión «Aprovechar al máximo la flexibilidad que ofrecen las actuales disposiciones del PEC», COM(2015) 12 final.

(14)  Véase el documento COM(2018) 335 final.

(15)  Consejo Fiscal Europeo, Assessment of the fiscal stance appropriate for the euro area in 2019 (Evaluación de la orientación presupuestaria adecuada para la zona del euro en 2019), 18 de junio de 2018.

(16)  Previsiones económicas europeas, primavera de 2018. Anexo estadístico, p. 172.

(17)  Ibid., pp. 172-174 y Eurostat.

(18)  Ibid, p. 171 y Eurostat.

(19)  2018 OECD Economic Surveys of the Euro Area and the EU (Estudios económicos de la Unión Europea y de la zona del euro 2018-OCDE). Presentación-resumen, 19 de junio de 2018, p. 21.

(20)  Bruselas, 19 de junio de 2018, Bruegel Foundation.

(21)  Ibid., OCDE, pp. 25-30.

(22)  DO C 81 de 2.3.2018, p. 124.

(23)  La posición del CESE sobre este tema está contenida en su Dictamen sobre el Paquete sobre préstamos dudosos, (DO C 367 de 10.10.2018, p. 43).

(24)  Piercing The Veil: Some $12 Trillion Worldwide Is Just Phantom Corporate Investment (Levantar el velo: unos doce billones de dólares en todo el mundo son una inversión corporativa fantasma), por J. Damgaard, T. Elkjaer y N. Jahannesen; Finance &Development, 10 de junio de 2018.

(25)  Directiva 2018/843 del Parlamento Europeo y del Consejo (DO L 156 de 19.6.2018, p. 43).


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