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Document 52004DC0157
Report from the Commission to the Council on the interim evaluation of the third phase of the Tempus programme
Informe de la Comisión al Consejo relativo a la evaluación intermedia de la tercera fase del programa Tempus
Informe de la Comisión al Consejo relativo a la evaluación intermedia de la tercera fase del programa Tempus
/* COM/2004/0157 final */
Informe de la Comisión al Consejo relativo a la evaluación intermedia de la tercera fase del programa Tempus /* COM/2004/0157 final */
INFORME DE LA COMISIÓN AL CONSEJO relativo a la evaluación intermedia de la tercera fase del programa Tempus 1. Introducción El presente informe se presenta con arreglo a lo dispuesto en el artículo 12 de la Decisión 1999/311/CE del Consejo, de 29 de abril de 1999. Expone la posición de la Comisión sobre las principales conclusiones y recomendaciones de la evaluación externa de la tercera fase del programa Tempus (Tempus III). El informe completo de evaluación intermedia de Tempus III [1] puede consultarse en la siguiente dirección de internet: . [1] El informe final sobre la segunda fase del programa Tempus puede consultarse en la misma dirección de internet. 2. Antecedentes El programa Tempus fue propuesto por primera vez en la reunión del Consejo de Ministros de Educación celebrada en diciembre de 1989, como instrumento de cooperación entre las instituciones de educación superior de los Estados miembros y los países socios. En 1990 [2] se adoptó la primera fase (Tempus I). [2] Decisión 90/233/CEE del Consejo de 7 de mayo de 1990. En el programa se incluían inicialmente los países de Europa Central y Oriental (PECO); entre 1992 y 1993 se amplió a la Federación de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Albania. Durante un breve periodo de tiempo (1991) el programa se aplicó también en Yugoslavia. Con el programa Tempus se pretendía contribuir a la reforma socioeconómica mediante la cooperación en la educación superior. Más concretamente, el programa se concibió para promover el desarrollo conjunto de nuevos planes de estudios, la adquisición de nuevas competencias de gestión por parte del personal universitario y administrativo y la apertura a la sociedad civil de los sistemas educativos de los países socios. La segunda fase del programa (Tempus II) se adoptó en 1993 [3] para el periodo 1994-1998, y en 1996 se amplió hasta 2000 [4]. Con la segunda fase se amplió la posibilidad de participar en el programa a nuevos países ya incluidos en los programas PHARE [5] y Tacis [6], y se elevaron sus aspiraciones y expectativas. Tempus II introdujo sobre todo prioridades nacionales específicas que complementaron el enfoque original «ascendente», que hacía que la iniciativa fuera una prerrogativa exclusiva de las universidades. [3] Decisión 93/246/CEE del Consejo de 29 de abril de 1993. [4] Decisión 96/663/CE del Consejo de 21 de noviembre de 1996. [5] Reglamento (CEE) nº 3906/89 del Consejo, de 18 de diciembre de 1989, relativo a la ayuda económica a favor de ciertos países de la Europea Central y Oriental y posteriores modificaciones. [6] El fundamento jurídico actual para este programa es el Reglamento (CE, Euratom) nº 99/2000 del Consejo, de 29 de diciembre de 1999, relativo a la concesión de asistencia a los Estados socios de Europa Oriental y Asia Central. Aunque su lógica de intervención haya permanecido básicamente inalterada, el programa Tempus ha evolucionado significativamente al hilo de los cambios en el contexto político, contribuyendo al proceso de adhesión a la Unión Europea de los países PECO. La tercera, y actual, fase de Tempus (Tempus III) se adoptó en 1999 para un periodo de seis años a partir del 1 de julio de 2000 [7]. La lógica de funcionamiento del programa no se modificó sustancialmente, pero se introdujeron dos aspectos innovadores: en primer lugar, además de los planteamientos ya probados, centrados específicamente en cada país, se prestó especial atención a la capacidad del programa para alentar la cooperación regional; en segundo lugar, se hizo una referencia más explícita a la necesidad de que el programa no sólo garantizara la coherencia y, si fuera necesario, la complementariedad con otros programas comunitarios, sino también que creara sinergias con otras formas de asistencia a los países socios. [7] Decisión 1999/311/CE del Consejo, de 29 de abril de 1999. Mediante el Reglamento (CE) nº 2666/2000 del Consejo, de 5 de diciembre de 2000, que estableció el marco para la asistencia comunitaria para la reconstrucción, el desarrollo y la estabilización (CARDS) a los Balcanes occidentales, se modificó la Decisión por la que se establecía el programa Tempus III para incluir la participación de Croacia y la República Federal de Yugoslavia. Tempus III fue modificado posteriormente en 2002 [8] para extender el programa a los países del sur y el este del Mediterráneo incluidos dentro del programa MEDA, en el marco de la asociación euromediterránea creada a raíz de la Declaración de Barcelona de 1995. [8] Decisión 2002/601/CE del Consejo, de 27 de junio de 2002. Con esta extensión se pretende dar respuesta a la necesidad de establecer una cooperación más estrecha en el ámbito de la educación superior entre la Unión Europea y sus socios en la región, con el fin de contribuir a su desarrollo socioeconómico. Se pretende, asimismo, promover el diálogo intercultural y la comprensión recíproca como medio para garantizar un crecimiento sostenible y la paz y la estabilidad en la región, y sirve, además, para reforzar tanto la dimensión intercultural del programa como la relativa a la sociedad civil. Tempus III acabará en diciembre de 2006 [9], a la vez que los demás programas principales en el ámbito de la educación y la formación (Sócrates y Leonardo da Vinci). [9] La Decisión relativa a la ampliación del programa Tempus a los países MEDA modificó la duración del programa para que su fecha de clausura fuera la misma que la de los programas Sócrates y Leonardo da Vinci. 3. Breve descripción del programa Tempus está concebido primordialmente para contribuir a la reforma y mejora de los sistemas de educación superior de los países socios. Mediante la cooperación en el terreno de la educación superior, el programa pretende también reforzar la sociedad civil, promover la democracia en dichos países y mejorar la comprensión recíproca y el diálogo intercultural entre la Unión Europea y sus socios. El programa combina un planteamiento ascendente, por el que la iniciativa reposa esencialmente en las universidades, con otro descendente, en virtud del cual se establecen prioridades nacionales para cada país socio, con el fin de maximizar el impacto del programa en los procesos de reforma. Para alcanzar estos objetivos, el programa apoya tres tipos de proyectos: - Proyectos europeos conjuntos, esto es, proyectos multilaterales en los que participan instituciones de educación superior de la UE y de los países socios para ayudar a las instituciones de estos últimos a desarrollar y mejorar los programas de estudios o la gestión de las universidades. Estos proyectos pretenden también ayudar a crear el tejido institucional de los países socios. En general, tienen una duración de dos o tres años y son el principal tipo de proyecto dentro de Tempus. - Medidas de carácter estructural y complementario, que son, asimismo, proyectos multilaterales destinados a apoyar intervenciones a corto plazo cuyo objeto es reformar el sistema y que están estrechamente relacionadas con las prioridades de los países socios. - Becas individuales de movilidad, concedidas a las personas (profesores, miembros del personal o funcionarios ministeriales) para ayudarlas a desplazarse a otros países con el fin de efectuar tareas relacionadas con un proceso de reforma concreto. Los países socios que pueden participar en Tempus son los siguientes: - Albania, Bosnia y Hercegovina, Croacia, la Antigua República Yugoslava de Macedonia y la República Federal de Yugoslavia (países denominados «CARDS»). - Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Georgia, Kazajistán, Kirguizistán, Moldavia, Mongolia, la Federación de Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania y Uzbekistán (a los que se denomina países «Tacis»). - Argelia, Egipto, Israel [10], Jordania, Líbano, Marruecos, la Autoridad Palestina, Siria y Túnez (países denominados «MEDA»). [10] La participación de Israel sólo es posible en régimen de autofinanciación. Para la cooperación bilateral con cada uno de los países socios, el programa Tempus se financia con cargo al presupuesto de CARDS, MEDA y Tacis. 4. El trabajo de evaluación La Comisión publicó en 2002 una convocatoria de concurso abierto, como resultado de la cual la empresa ECORYS-NEI fue seleccionada para llevar a cabo la evaluación de la tercera fase del programa Tempus. Esta evaluación se realizó al mismo tiempo que la evaluación final de la segunda fase del programa, cuyos resultados se tuvieron en cuenta. En el pliego de condiciones se preveía que el evaluador debería examinar la lógica de intervención del programa Tempus, abordando en particular las siguientes cuestiones: 1) ¿Siguen existiendo en la actualidad las necesidades socioeconómicas que dieron lugar a la primera y la segunda fase del programa Tempus y se corresponden los objetivos del programa con las condiciones existentes en materia de educación en los países destinatarios? ¿En qué medida ha contribuido el programa a cambiar las condiciones socioeconómicas en estos países? 2) ¿Es un planteamiento válido la convocatoria del concurso y el proceso de selección basado en prioridades nacionales y en qué medida es apropiado fomentar la cooperación entre países destinatarios vecinos en un programa dirigido por prioridades nacionales? 3) ¿Es válido el modelo multilateral de cooperación entre las instituciones comunitarias y las de los países destinatarios a fin de lograr los objetivos del programa y, en especial, cuál es su valor añadido en relación con la inversión estructural en la reforma educativa? 4) ¿Son pertinentes los tipos de proyecto (resultados) apoyados por el Programa (proyectos europeos conjuntos y becas individuales de movilidad) habida cuenta de las consecuencias, las repercusiones y los resultados esperados en los sistemas de educación superior? 5) ¿Es suficiente el nivel de financiación habida cuenta de los objetivos que deben lograrse? ¿Genera el planteamiento actual una masa crítica capaz de producir un impacto duradero? 6) ¿Son apropiados los actuales instrumentos de aplicación del programa (como, por ejemplo, las directrices) y los planteamientos de gestión y, en especial, las modalidades de apoyo técnico, y son suficientes para garantizar la calidad del proyecto y una aplicación adecuada del mismo? ¿Son suficientes las prácticas de supervisión para garantizar esta aplicación adecuada? ¿Son adecuados los mecanismos existentes de retroalimentación y de difusión de resultados a fin de aprovechar la experiencia adquirida a través del programa? El equipo evaluador preparó una metodología de evaluación que hacía hincapié en la participación interactiva de las diferentes partes interesadas en Tempus III. Los principales instrumentos de evaluación utilizados en el periodo que se extiende de octubre de 2002 a junio de 2003 fueron los siguientes: - Tres seminarios interactivos (Moscú, Almati y Skopie) con los actores interesados y un seminario de recapitulación (Bruselas) en el que se debatieron todos los aspectos esenciales de la evaluación. Este enfoque se completó con un análisis de la lógica de intervención, un examen de la documentación existente, entrevistas con los actores y estudios de casos por países. - Se utilizaron datos sobre los logros de Tempus II y se incluyeron preguntas relevantes para esta evaluación intermedia en tres instrumentos de encuesta: un cuestionario en línea sobre el impacto de Tempus en las reformas de la educación superior y las asociaciones sostenibles (599 coordinadores de proyectos europeos conjuntos); una encuesta entre 80 socios de los proyectos europeos conjuntos en los países admisibles; y 26 entrevistas con autoridades encargadas de la educación superior en los países admisibles. Cabe señalar que el pliego de condiciones se elaboró antes de que Tempus III se extendiera a los países del sur y el este del Mediterráneo, pero las conclusiones y recomendaciones se aplican igualmente a la puesta en práctica del programa en esa región. 5. Conclusiones de la evaluación 5.1. La pertinencia del programa teniendo en cuenta las necesidades socioeconómicas Las condiciones socioeconómicas predominantes y la necesidad de apoyar la educación superior El evaluador llevó a cabo un análisis comparativo que revela que los países CARDS y Tacis se encuentran ahora en una situación similar a la existente durante las fases anteriores del programa Tempus. Estos países no pueden considerarse aún democracias estables. Tanto en unos como en otros, la transición solo se ha completado de forma muy parcial y el proceso se resiente de un estancamiento de la economía, una capacidad limitada de aplicación de las reformas, medidas de bienestar social insuficientes, perturbaciones de los servicios públicos y altos niveles de déficit de las finanzas públicas. El gasto público dedicado a la educación se ve afectado por esta situación. En las regiones Tacis y CARDS, el número de estudiantes que prosigue sus estudios en la educación superior es más alto que nunca, mientras que la financiación en términos reales se mantiene a un nivel que supone una tercera parte de la existente hace diez años. Aunque situada en un contexto histórico totalmente diferente, la educación superior de muchos de los países MEDA también ha sufrido graves deficiencias de financiación. En los países MEDA más pobres, la falta crónica de fondos se ha visto agravada por la opinión predominante entre la comunidad internacional de donantes de que la ayuda a la educación debía centrarse en la educación primaria y secundaria, porque ello resultaría más rentable y tendría mejores repercusiones sociales a corto plazo que la inversión en la educación superior. Esta postura ha cambiado en los últimos tiempos y la ayuda a la educación superior se considera ahora un factor esencial para garantizar un desarrollo sostenible. El evaluador considera que los retos a los que tienen que hacer frente los países participantes en la tercera fase del programa Tempus son tan colosales como los abordados por Tempus I y II, y justifican sobradamente que se dé prioridad a las reformas de la formación y la educación superior. «El proceso de transición de una sociedad comunista a la democracia y la economía de mercado creó las necesidades socioeconómicas de cambio del sistema de creencias, cambio institucional y cambio de competencias, junto con la necesidad de formación en las mismas. Estas necesidades dieron lugar a la primera fase de Tempus tras la caída del muro de Berlín y a la segunda fase de Tempus a principios de los noventa. [...] En los países admisibles para la tercera fase del programa Tempus, estas necesidades se sienten todavía de forma muy aguda, lo que otorga una gran importancia al programa». La Comisión comparte la opinión del evaluador, que afirma que «en los países participantes, las necesidades de continuar innovando e invirtiendo en el sector de la educación superior superan claramente a sus posibilidades actuales, y es de prever que sigan aumentando. Los argumentos a favor de un incremento de la inversión en la educación superior y la investigación son poderosos». Importancia del apoyo de Tempus a la reforma y el desarrollo de la educación superior La evaluación (de Tempus II y Tempus III) demuestra la utilidad de Tempus en lo que se refiere al cambio de las condiciones socioeconómicas de los países participantes. Cientos de miles de estudiantes y profesores de las instituciones de educación superior de los países PECO han podido beneficiarse de los programas destinados al personal y de los programas de movilidad, gracias a los cuales los participantes en Tempus I y Tempus II han podido entrar en contacto con nuevas ideas, ideales, conceptos y mejores prácticas sobre prácticamente cualquier aspecto de las sociedades de la Unión Europea, y han podido conocer la diversidad de enfoques que los Estados miembros adoptan para encarar los retos de la reforma de la sociedad y la educación. Prácticamente todos los participantes han podido tomar parte en un diálogo extensivo y vasto, que ha contribuido a sensibilizarlos, a establecer una comparación entre los valores y culturas nacionales, a modificar las actitudes y a incrementar su compromiso con el proceso de reforma social y económica en sus propios países y en su entorno de trabajo. El establecimiento de relaciones de asociación entre individuos e instituciones de los países socios y de la Unión Europea ha dado a las instituciones de educación superior un acceso muy amplio a redes de conocimientos, lo que ha contribuido indirectamente, pero de forma importante, a los cambios jurídicos, administrativos e institucionales que facilitan la transición hacia una economía de mercado y un mayor grado de democracia. En el informe de evaluación se apunta que Tempus ha hecho más que ningún otro programa externo aplicado en los países admisibles para ayudar a los departamentos universitarios y las facultades a modernizar sus programas e introducir otros nuevos, con lo que ha facilitado la transición de los sistemas educativos existentes a una mejor educación de la siguiente generación, para así responder a las necesidades cambiantes del mercado de trabajo. La Comisión está de acuerdo con el evaluador en que la tercera fase de Tempus es útil teniendo en cuenta las condiciones socioeconómicas de los países socios y que, sin lugar a dudas, Tempus sigue siendo un instrumento pertinente y eficaz para abordar las necesidades actuales en el ámbito de la educación superior. 5.2. Validez de las prioridades nacionales y regionales El evaluador demuestra que reina un amplio consenso entre las partes interesadas en el programa en cuanto a la importancia de las prioridades nacionales para maximizar su impacto, así como en cuanto a la necesidad de reforzar el diálogo entre la Comisión y las autoridades locales para definir mejor dichas prioridades. El evaluador señala que la percepción de la validez del enfoque adoptado sobre las prioridades nacionales depende, sobre todo, de la adecuación del proceso establecido para formularlas. «En los países en que se consultó a las principales partes interesadas en el programa Tempus, el enfoque basado en las prioridades nacionales se consideró útil para guiar a los candidatos. En los países en donde las prioridades se fijaron sin consultar, la selección se consideró arbitraria y una forma innecesaria de intromisión paternalista». La Comisión señala que no hay una diferencia significativa en la forma de fijar las prioridades nacionales de los diferentes países. No obstante, reconoce que hay diferencias en cuanto a la naturaleza y la presentación de las prioridades nacionales. En algunos casos, las prioridades nacionales pueden plasmarse fácilmente en propuestas operativas, mientras que en otros las prioridades son demasiado amplias o ambiguas para ser operativas. Resultó más difícil de alcanzar el consenso en lo que se refiere al peso real que debe darse a las prioridades nacionales para la orientación del programa. Por una parte, se señaló que, en un programa de tipo ascendente, las ideas innovadoras deberían, en principio, imponerse a la orientación normativa procedente de arriba. Por otra parte, una planificación estratégica más resuelta puede aumentar el impacto del programa y evitar la dispersión de recursos. De igual modo, en lo que se refiere a la cuestión de la importancia que debe darse al respeto de las prioridades nacionales durante el proceso de selección, las partes interesadas en el programa tenían puntos de vista diferentes. La Comisión piensa que la definición de las prioridades nacionales constituye un factor esencial para maximizar el impacto del programa en el proceso de reforma y desarrollo de la educación superior y, a través de este, en el desarrollo de todos los sistemas de educación y formación. Sin embargo, tal como se sugiere en la evaluación, es importante mantener el enfoque ascendente para estimular la innovación y la creatividad en las instituciones. El enfoque ascendente puede servir, igualmente, para garantizar, si fuera necesario, que el programa no esté a merced de la burocracia o de intereses políticos o económicos inadecuados. Por lo que se refiere a la cooperación regional, el evaluador llega a la conclusión de que las necesidades de intensificación de la cooperación cultural y de cooperación en materia de seguridad, las perspectivas de adhesión a la UE y el interés creciente de los socios por el proceso de Bolonia abogan a favor de la intensificación de la cooperación universitaria a escala regional. Aunque la Comisión ha alentado a los candidatos a presentar proyectos regionales (en los que participe más de un país socio), es cierto que en Tempus no hay un mecanismo para la formulación conjunta de prioridades regionales por parte de las autoridades de educación superior de las respectivas regiones. 5.3. El valor del modelo de asociación multilateral Una abrumadora mayoría de las partes interesadas en Tempus considera que este modelo es la clave del éxito de la lógica de intervención de Tempus. El enfoque Tempus se ha basado siempre en la confianza en la capacidad de las universidades de la Unión Europea y de los países admisibles para identificar sus necesidades y formular y aplicar proyectos innovadores y específicos. Este enfoque parece haber funcionado bien no sólo para reformar los planes de estudio universitarios, sino también para introducir nuevas prácticas de gestión. Asimismo, ha supuesto un incentivo para que las instituciones de educación superior pusieran sus conocimientos a disposición de los ciudadanos en respuesta a las nuevas necesidades derivadas del proceso de evolución de la sociedad. El evaluador llega a la conclusión de que el modelo multilateral ha resultado útil para lograr que Tempus alcance su doble objetivo de acercamiento cultural y adaptación de los sistemas de educación superior. Este modelo ha tenido un impacto directo en la emergencia de redes personales y de asociaciones institucionales sostenibles entre las instituciones de educación superior de los países admisibles y las de los Estados miembros de la Unión, lo que constituye un indicador importante de éxito del objetivo de «acercamiento cultural» de Tempus III. La validez del modelo multilateral para promover la reforma y la mejora de la educación superior ha sido confirmada por la evaluación final de Tempus II. El evaluador comparó el programa Tempus con otras intervenciones, y señala que la ventaja del planteamiento multilateral y ascendente de Tempus reside en su dimensión de red interpersonal. Tempus pone un rostro humano a la ayuda a la cooperación, puesto que, como todos los proyectos Tempus, se basa en la estrecha colaboración entre instituciones y personas dispuestas a participar. En palabras del evaluador, «el valor añadido de Tempus en comparación con la inversión estructural en la educación radica en su promoción de la cooperación internacional, que genera nuevas perspectivas e ideas y nuevas redes de contactos personales y profesionales. Además, la ventaja del modelo de movilidad multilateral estriba en que facilita el espíritu emprendedor de las facultades, lo cual actúa como impulso ascendente para la innovación y las reformas. Como consecuencia de ello, la diversidad de los proyectos de innovación es amplísima.» La Comisión tiene en cuenta el argumento del evaluador de que Tempus «es rentable» en el sentido de que el coste de las intervenciones del programa es, comparativamente, más bajo que, por ejemplo, las intervenciones estructurales que implican recurrir a expertos internacionales. 5.4. Importancia del tipo de proyectos (productos) Los diferentes tipos de proyectos Tempus se describen en la sección 2. Habida cuenta de los objetivos del programa, el evaluador concluye que hay una buena correspondencia entre éstos, tal como figuran en la Decisión del Consejo, y los instrumentos del programa: - Los proyectos europeos conjuntos y las medidas estructurales y complementarias contribuyen a la adaptación y al desarrollo de los sistemas de educación superior, puesto que permiten a los países socios acceder a los conocimientos y la experiencia de las instituciones de la UE en lo que se refiere a la modernización y la reforma. - Los proyectos europeos conjuntos sobre desarrollo curricular abordan el desarrollo a escala de las instituciones mediante la introducción de programas de estudio innovadores; y los proyectos sobre la mejora de la gestión universitaria abordan las reformas de la gestión en las instituciones de educación superior. - Los proyectos europeos conjuntos y las becas individuales de movilidad promueven la movilidad y el diálogo cultural, así como la creación de instituciones, y son, por lo tanto, útiles para alcanzar el objetivo de Tempus III de acercamiento de las culturas y de desarrollo de la sociedad civil. La evaluación concluye que los diversos tipos de proyectos han sido eficaces para alcanzar los resultados esperados del programa y el impacto global de Tempus en las reformas de la educación superior. Se ha comprobado que los proyectos europeos conjuntos, en concreto, han contribuido al cambio legislativo/regulador en el campo de la educación superior y que contribuyen a la apertura y a la preparación para la cooperación internacional entre instituciones de educación superior; a la reforma de la gestión de las instituciones; al desarrollo curricular; a la formación de los responsables de la toma de decisiones; y al establecimiento de asociaciones sostenibles entre instituciones de educación superior de la UE y de los países participantes. Sin embargo, el evaluador afirma que sería posible aumentar el impacto del programa, y propone, esencialmente, hacer especial hincapié en el intercambio de información y la difusión de los resultados e intensificar las relaciones universidad-industria, centrándose explícitamente en la empleabilidad. Sugiere también la integración de los proyectos europeos conjuntos Tempus con los programas de formación profesional para la formación de profesores, y la difusión de los resultados innovadores a los centros de formación y a las escuelas secundarias y primarias. Los proyectos europeos conjuntos también deberían servir para preparar a los estudiantes más brillantes para carreras en la investigación. La Comisión comparte en gran medida este análisis, y subraya que conviene estudiar mecanismos para reforzar las sinergias entre la educación superior y la educación y la formación profesionales dentro del actual programa, y para ampliar el programa más allá de la educación superior en su próxima versión. 5.5. Nivel de financiación y masa crítica El evaluador observó que los objetivos del programa no se tradujeron en una serie de objetivos de realización verificables mediante indicadores cuantitativos. Indica, sin embargo, que el análisis del proceso de selección revela que el número de candidaturas de calidad siempre ha superado a la financiación disponible. Una vez bien establecido el programa, nunca se ha desbordado la capacidad de absorción, lo que apunta a una infrafinanciación de Tempus. En cuanto a la masa crítica, la conclusión de la evaluación es que puede lograrse con el nivel actual de financiación a escala de proyecto, pero que, a escala de país, la masa crítica de realización depende del tamaño del país y de una asignación de fondos sostenida y más abundante. La Comisión está de acuerdo con el análisis del evaluador y reconoce que las variaciones en los niveles de financiación que el programa ha sufrido en el pasado comprometen su eficacia, aunque a menudo hayan estado justificadas por razones políticas y de programación. 5.6. La gestión del programa En el informe de evaluación se indica que las actuales herramientas de aplicación, los planteamientos de gestión y las modalidades de apoyo técnico son apropiados, y en el pasado han garantizado un nivel satisfactorio en la calidad de los proyectos y una correcta aplicación de los mismos. El informe reconoce los recientes esfuerzos de la Comisión por simplificar los procedimientos, pero señala que las normas para la contratación y la administración financiera son más rígidas y laboriosas de lo necesario. La Comisión subraya que, aunque esta conclusión es en parte cierta, es muy difícil llegar a un equilibrio entre la necesidad de garantizar las responsabilidades apropiadas con respecto al uso de fondos públicos y la sencillez administrativa; por otro lado, la introducción del nuevo Reglamento financiero no ha facilitado la tarea. En cuanto a los procedimientos de selección, el evaluador subraya la transparencia del sistema, pero señala que la información que se facilita a los asesores sobre los resultados de los proyectos ya realizados no es suficiente, y que no se ha hecho ninguna comparación horizontal de los méritos relativos de los proyectos en el contexto más amplio de las necesidades de reforma de la educación superior de los países admisibles. La Comisión ya ha tomado medidas para mejorar el proceso de selección, en especial reforzando la formación de los asesores. Por lo que se refiere al seguimiento, el evaluador concluye que, aunque son limitadas, las prácticas de seguimiento de Tempus III pueden considerarse adecuadas. La Comisión reconoce que durante Tempus III no se ha hecho un seguimiento sistemático sobre el terreno, y que esto ha limitado el flujo de información sobre los logros del programa en los países admisibles. La Comisión considera también que sería conveniente mejorar la difusión de los resultados. 6. Recomendaciones del evaluador externo El informe de evaluación hace una serie de recomendaciones, que se resumen a continuación (en cursiva) junto con los comentarios de la Comisión: 1) El modelo multilateral de Tempus, que ha cosechado tanto éxito, debería ampliarse a otras regiones del mundo. La Comisión ha señalado al evaluador que algunos de los programas existentes (como ALFA o Asia-Link) han adoptado el modelo de asociación de Tempus. 2) Deberían aumentarse los presupuestos nacionales anuales para los años restantes de Tempus III. La Comisión coincide con los evaluadores en que la «masa crítica» sólo puede lograrse con niveles mayores de financiación, y se compromete a mantener la financiación del programa en un nivel suficientemente alto para garantizar un uso eficaz de los recursos. 3) Debería reforzarse el proceso de formulación de las prioridades específicas de cada país mediante un diálogo más estructurado con las autoridades educativas de los países socios. La Comisión reconoce que el diálogo con las autoridades de los países socios es esencial para el éxito del programa, y tomará medidas inmediatas para un planteamiento más estructurado y coherente. 4) Debería aumentarse la utilidad de las prioridades nacionales especificando las prioridades como aspectos horizontales de la educación, en lugar de como una lista de especializaciones académicas verticales. La Comisión reconoce que deberían mejorarse la naturaleza y la presentación de las prioridades nacionales. 5) Deberían mejorarse el planteamiento de la convocatoria de propuestas y el mecanismo de selección de los proyectos regionales. La Comisión reconoce que el sistema actual, basado en las prioridades nacionales y los presupuestos de cada Estado, no permite aprovechar todo el potencial de la cooperación regional, a pesar de que esto se fomenta explícitamente en la fase actual del programa. La Comisión examinará la mejor manera de reforzar la dimensión regional del programa. 6) Los fondos de Tempus deberían utilizarse para las actividades del programa que dan mejores resultados, es decir, promover la movilidad, los intercambios y la innovación de los programas de estudio. A la Comisión le complace que el programa Tempus haya adquirido buena fama para promover la movilidad y la innovación de los programas de estudio y los métodos de enseñanza, pero considera que la ambición del programa de ampliar su impacto para llegar a los sistemas es la consecuencia lógica de la importancia creciente que se ha dado a las prioridades nacionales. Por lo tanto, aunque las actividades centradas en el desarrollo curricular en las instituciones seguirán siendo el núcleo del programa, se desarrollarán más otras actividades, en particular las que pretenden lograr la participación de los actores dentro de los sistemas. 7) Debería aumentarse la pertinencia y la eficacia de las becas individuales de movilidad y limitar las posibilidades de uso indebido de las mismas. La Comisión revisará los criterios y las condiciones de financiación de las becas individuales de movilidad y tiene previsto hacer que las autoridades nacionales de los países socios participen en la definición de prioridades para este tipo de actividad. La Comisión considera que la impresión de que se hace, o puede hacerse, un uso indebido de las becas, no tiene fundamento alguno. Conviene señalar que las becas individuales de movilidad permiten a sus beneficiarios llevar a cabo actividades legítimas que van más allá del alcance original de la beca, lo que puede haber dado lugar a esta percepción errónea. 8) Debería reforzarse la coordinación entre la DG EAC y EuropeAid para maximizar el impacto del programa en la reforma de la educación superior. La Comisión velará por la coordinación a todos los niveles entre los servicios encargados de la cooperación en materia de educación en los países socios correspondientes. Esta coordinación debería darse tanto en lo que se refiere a la definición de prioridades globales como a la programación y la coordinación, el seguimiento y la evaluación. 9) Debería estudiarse la posibilidad de reducir los importes máximos de subvención de los proyectos europeos conjuntos hasta un importe, por ejemplo, de 200 000 euros para un proyecto de dos años, con el fin de seleccionar más proyectos que puedan ser financiados. Aunque para algunos países pueden ser adecuadas subvenciones más reducidas y un mayor número de proyectos, la experiencia ha demostrado que el nivel máximo actual de financiación (500 000 euros) es el necesario para alcanzar la masa crítica en cuanto a proyectos. 10) Convendría introducir un nuevo tipo de proyecto para la organización de conferencias destinadas a apoyar la cooperación /creación de redes y la difusión de resultados de los proyectos a nivel regional. 11) Deberían reservarse fondos para las acciones que promoverán el intercambio de información y una difusión más amplia de los resultados intangibles y tangibles de Tempus. La Comisión considera que la puesta en marcha de las medidas de carácter estructural y complementario, que incluyen el apoyo a proyectos de información y difusión, así como la organización de conferencias regionales de Tempus, ya son una respuesta a estas recomendaciones. 12) Las directrices para los candidatos de Tempus deberían centrarse más explícitamente en la promoción de los talentos más destacados, la empleabilidad, las relaciones universidad-industria-sociedad civil y los efectos de las innovaciones de los proyectos europeos conjuntos sobre otros centros de formación, incluidos los programas de educación secundaria y primaria. La Guía del candidato ya alienta las relaciones entre la universidad, la industria y la sociedad civil. La Comisión intentará fomentar más esta colaboración a través de actividades de información específicas en los países socios. La Comisión también intentará aprovechar, en la fase actual del programa, el potencial de la educación superior para estimular el desarrollo de la educación y formación profesionales y de adultos, así como de la educación escolar. Por lo que se refiere a la renovación del programa Tempus, la Comisión estudiará la posibilidad de ampliar el modelo Tempus para que abarque todo el espectro del aprendizaje permanente. 13) Deberían publicarse estadísticas sobre las propuestas de buena calidad presentadas. La Comisión reconoce que tales estadísticas sirven para probar la capacidad de absorción complementaria de los países socios y, por lo tanto, sirven de referencia para un aumento potencial de la financiación del programa. También guardan relación con los requisitos del nuevo Reglamento Financiero en cuanto a la publicación de resultados. 14) Debería hacerse un esfuerzo para aumentar el nivel de calidad medio de las propuestas financiadas. La Comisión abordará este problema de dos maneras: 1) animará a las oficinas nacionales de Tempus [11] a que organicen sesiones de formación para los posibles candidatos; y 2) mejorará el material informativo destinado a los candidatos y la formación de los expertos que participan en la selección de los proyectos. [11] Las oficinas nacionales de Tempus son designadas por las autoridades nacionales de los países socios y asisten a la Comisión en la aplicación del programa, proporcionando información y asesoramiento a los posibles candidatos e información a la Comisión sobre la aplicación del proyecto. 15) Deberían promoverse activamente al nivel de las autoridades locales la pertinencia y los efectos del programa. La Comisión reconoce la importancia de una participación más activa de las autoridades nacionales en la definición de las prioridades para la aplicación del programa y en el fomento de la participación de las instituciones de educación superior y otras organizaciones. Con este fin, la Comisión ha tomado medidas para introducir un mecanismo de diálogo estructurado con las autoridades nacionales. 16) Deberían simplificarse los procedimientos de contratación. En 2003 se simplificaron en cierta medida los procedimientos de contratación, reduciendo el número de pagos y el número de informes exigidos a los beneficiarios de una subvención. Sin embargo, otros esfuerzos que se realicen en este sentido deberán tener en cuenta el entorno regulador modificado (y más complejo). 17) El proceso de selección debería centrarse en la pertinencia del proyecto. La Comisión considera que la pertinencia del proyecto para la reforma de la educación superior aumentará mediante el refuerzo de las prioridades nacionales, una mejor información al comienzo del proceso de selección y la formación adecuada de los expertos que participan en el proceso de selección, para que pueda evaluarse mejor la pertinencia del proyecto en relación con las necesidades locales. Se están tomando medidas en relación con todos estos aspectos. 18) Debería reintroducirse el seguimiento sobre el terreno de forma selectiva. La Comisión prevé reforzar el sistema actual de seguimiento sobre el terreno, siempre que disponga de recursos humanos y financieros adicionales, tanto dentro de la Comisión como en lo que se refiere a su asistencia técnica. 7. Conclusión La evaluación provisional ratifica la utilidad del programa Tempus y respalda sin reservas su lógica de intervención, que considera eficaz y eficiente. Si bien no parece necesario introducir ninguna reorientación fundamental del programa, la Comisión ha tomado ya medidas para mejorar su puesta en práctica y adoptará otras, como se ha indicado anteriormente. La Comisión intentará, sobre todo, reforzar las prioridades nacionales, mejorar la difusión de los resultados y reforzar el seguimiento. Asimismo, tratará de garantizar un nivel constante de financiación para asegurar un funcionamiento eficaz del programa. La Comisión estimulará también, por medio de Tempus, la reforma de la educación escolar y de la educación y la formación profesionales y de adultos, a fin de aprovechar plenamente el valor del programa como instrumento de cambio socioeconómico en los países socios.