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Document 51994IE0573

INICIATIVA DE DICTAMEN DEL COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL sobre los jóvenes agricultores y el relevo generacional en el mundo agrario

DO C 195 de 18.7.1994, p. 64–69 (ES, DA, DE, EL, EN, FR, IT, NL, PT)

51994IE0573

INICIATIVA DE DICTAMEN DEL COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL sobre los jóvenes agricultores y el relevo generacional en el mundo agrario

Diario Oficial n° C 195 de 18/07/1994 p. 0064


Dictamen sobre los jóvenes agricultores y el relevo generacional en el mundo agrario (94/C 195/20)

El 27 de enero de 1994, de conformidad con el apartado 4 del artículo 20 del Reglamento Interno, el Comité Económico y Social decidió elaborar un dictamen sobre: « Los jóvenes agricultores y el relevo generacional en el mundo agrario ».

La Sección de Agricultura y Pesca, encargada de preparar los trabajos en este asunto, elaboró su dictamen el 7 de abril de 1994 (Ponente: Sr. Morize).

En su 315° Pleno, celebrado los días 27 y 28 de abril de 1994 (sesión del 27 de abril de 1994), el Comité Económico y Social aprobó por una amplia mayoría, 18 votos en contra y 8 abstenciones el Dictamen siguiente.

1. Introducción

1.1. El Consejo « Agricultura » de la Unión Europea, a iniciativa de la Presidencia griega, ha decidido llevar a cabo una amplia reflexión sobre el relevo generacional en el mundo agrario.

1.2. El envejecimiento de la población, la tendencia a la baja de las rentas agrícolas y el acceso cada vez más difícil a la producción debido al control de las producciones, han debilitado al entorno agrícola y dificultan el acceso de los jóvenes a la profesión.

1.3. Además, la situación es agravada por importantes factores sociales: la imagen negativa del agricultor en la sociedad, la desertización de algunas zonas rurales que hace que las condiciones de vida en el entorno rural sean poco atractivas.

1.4. La Unión Europea debería aplicar una política global y dinámica, que pueda devolver la confianza a los jóvenes agricultores y proporcionarles perspectivas más acordes con la realidad.

1.5. El Comité es consciente de que sólo puede analizarse el contexto agrícola comunitario en el marco de las profundas disparidades estructurales que existen entre las diferentes regiones de la Unión Europea.

1.6. El Comité considera que las políticas comunitarias deberán atenuar estas disparidades en la medida de lo posible.

2. Observaciones generales

2.1. El Comité se congratula de que el Consejo de Agricultura aborde por fin la cuestión del relevo generacional. Las dificultades que afectan al mundo agrícola exigen una reflexión sobre los medios que deberán emplearse para volver a proporcionar perspectivas a la agricultura en Europa.

2.1.1. El Comité considera que es necesario incluir en esta reflexión al conjunto de los trabajadores del sector agrario. La mejora de la situación social de todos los que trabajan en la agricultura sigue siendo uno de los objetivos del Tratado de Roma en materia de agricultura.

2.1.2. Ya en su Dictamen de iniciativa sobre « Las repercusiones de la PAC en la situación de los asalariados del sector agrícola en la CEE », el Comité subrayó las carencias de la normativa en este ámbito. Entre otras cosas, el Comité recordó que una revisión de la Política Agrícola Común debería tener como objetivo esencial la creación de estructuras de producción y de unidades de explotación viables a largo plazo, a fin de poder proporcionar puestos de trabajo seguros y condiciones de trabajo aceptables a los trabajadores del sector agrícola y a los trabajadores de la primera fase de transformación.

2.1.2.1. El Comité propuso la creación de un sistema integrado de información social con el objetivo de dar a conocer con mayor eficacia y, a ser posible, de homogeneizar las condiciones de trabajo en el entorno agrícola, así como programas comunitarios de acompañamiento social y de fomento de los empleos no estacionales.

2.1.2.2. Estas propuestas han conservado toda su vigencia y los ministros de Agricultura deberían tenerlas en cuenta al emprender su reflexión.

2.2. Por otra parte, el Comité subraya el papel de carácter fundamental que desempeñan la agricultura y las actividades subsidiarias en el mantenimiento y la creación de puestos de trabajo en el entorno rural en un contexto de urbanización, creciente desempleo, modificación de las formas de vida y de distribución del tiempo libre.

2.3. Ante todo, es preciso que la agricultura sea competitiva y que tenga acceso a los mercados. La reforma de la PAC ha trastornado profundamente las condiciones de producción así como el equilibrio entre los diferentes sectores, ha introducido restricciones administrativas y ha debilitado a las explotaciones. Las políticas que se apliquen en el futuro deberán tener estos aspectos en cuenta y devolver la confianza a todo un sector económico.

2.4. Hoy por hoy, no se puede garantizar el relevo de la generación que abandonará la agricultura de aquí a fin de siglo.

2.4.1. Por lo que se refiere a la Comunidad, la última encuesta sobre las estructuras de las explotaciones agrícolas, efectuada por EUROSTAT en 1987, hace resaltar los siguientes factores:

- la UE cuenta con un número aproximado de 8,6 millones de explotaciones, de tamaño medio muy desigual (de 4 a 65 ha), distribuidas en unos 115 millones de hectáreas. Estas explotaciones generan unos ingresos medios de carácter muy dispar;

- aproximadamente el 55 % de las explotaciones pertenecen a agricultores de una edad igual o superior a los 55 años (el 30,6 % de 55 a 65 años y el 23 % de más de 65 años). Muchos desconocen si tendrán un sucesor. La situación se ha visto agravada por el importante descenso de la natalidad en el seno de las familias del sector agrícola;

- 1 de cada 3 agricultores trabaja a tiempo parcial.

2.4.1.1. El envejecimiento de la población agrícola y la enorme heterogeneidad de las estructuras van a provocar muchos cambios en el equilibrio actual durante los próximos años.

2.4.1.2. Los índices de sustitución (es decir, la relación entre incorporaciones y ceses de actividad) varían sensiblemente según las distintas regiones de la UE. La audiencia de jóvenes agricultores procedentes del conjunto de los Estados de la Unión llevada a cabo por la Sección de Agricultura y Pesca del CES ha mostrado que las condiciones generales de establecimiento son deficientes en todos los países: estas dificultades, variables según los Estados miembros, se refieren al tamaño de las explotaciones, peso de las cargas de transmisión patrimonial, financiación, tipos de interés elevados, dificultad de adquirir derechos de primas y cuotas.

2.4.1.3. Estos factores excluyen la aplicación de políticas librecambistas que incrementarían los ceses de actividad y el abandono de zonas menos favorecidas. Es necesario aplicar medidas y condiciones adecuadas que animen a los jóvenes agricultores a establecerse.

2.4.2. Sin lugar a duda, la política de ayuda al establecimiento sigue siendo la clave del dispositivo que deberá aplicarse para favorecer el relevo generacional en la agricultura. La creación de explotaciones viables ha sido, desde el principio, el objetivo esencial de las políticas estructurales y de establecimiento aplicadas por la Comunidad. Éste sigue siendo un objetivo fundamental.

2.4.3. Sin embargo, es preciso adoptar un enfoque regional para los problemas demográficos ya que en la actualidad existen zonas en las que se debe recurrir a candidatos del exterior, mientras que en otras partes lo que se requiere es una movilidad interprovincial o interregional. Debería fomentarse la movilidad geográfica y social a fin de que los jóvenes procedentes de otros entornos socioeconómicos puedan acceder a la agricultura.

2.4.4. El Comité se ha percatado de que existen importantes diferencias entre los Estados miembros de la Comunidad en cuanto a la forma de aplicar las políticas de establecimiento. Esto se debe a que estas medidas son de carácter facultativo para los Estados miembros. El Comité considera que las condiciones de establecimiento requieren una mayor homogeneidad.

2.4.5. La decisión de elegir la profesión de agricultor constituye un riesgo -en cualquier región- si se tienen en cuenta los ineludibles compromisos financieros. El riesgo financiero varía en función del tipo de producción elegido, los mercados existentes y la capacidad individual del joven agricultor. Además, el riesgo humano tampoco es el mismo en todas partes ya que depende del entorno (las infraestructuras, la densidad demográfica, el tejido económico).

2.4.5.1. Es por este motivo que urge formular una política que preste una mayor atención a la diversidad de las situaciones regionales de la Unión.

2.4.6. Por otra parte, el Comité hace hincapié en el carácter, a veces demasiado estricto, de las exigencias de las normativas comunitaria y nacional, que excluyen a un gran número de jóvenes de los beneficios que aportan los dispositivos de ayuda a las nuevas explotaciones.

2.5. El Comité insiste muy en particular en la necesidad de que se reconozca como tal el estatuto de los productores agrícolas, así como y de los familiares asociados a la explotación, teniendo en cuenta al mismo tiempo las dificultades propias de este sector de la población (obligaciones familiares, dificultad de seguir una formación, edad en el momento del establecimiento, nivel desigual de protección social, etc.).

2.6. Por último, el Comité insiste en la necesidad de que se lleven a cabo establecimientos en un espacio rural vivo, lo que requiere crear las infraestructuras necesarias al hábitat del medio rural (transportes, servicios, escuelas).

2.7. La demografía es una amenaza, pero también puede representar una oportunidad. Las políticas que deberán aplicarse deberán aprovechar la oportunidad demográfica que se ofrece para acelerar la reestructuración de las explotaciones agrícolas con vistas a crear unidades viables y alentar a los futuros establecimientos del conjunto del territorio y, de esta manera, prevenir el debilitamiento de la agricultura europea.

3. Instrumentos que deberán fortalecerse en el marco de una política más coherente

3.1. El Comité considera que los esfuerzos comunitarios deberían centrarse en la adaptación de los cuatro objetivos siguientes: la formación, el establecimiento, la transmisión y la reestructuración, así como la coherencia entre ellos.

3.1.1. Por lo que se refiere al establecimiento, el Comité considera que es necesario encontrar una solución para que se pueda aplicar la concesión de la dotación « joven agricultor » en todo el territorio de la UE. Por consiguiente, debería instaurarse un procedimiento de evaluación de las políticas de establecimiento que se aplican en los Estados miembros.

3.1.2. El Comité estima que se podría conceder una ayuda a la movilidad geográfica y profesional de los agricultores, de los candidatos al establecimiento o de los trabajadores del sector agrícola que se establezcan como agricultores fuera de su región de origen.

3.1.3. Por otra parte, las actuales políticas de establecimiento deben adaptarse al nuevo contexto de la agricultura. Indudablemente, se deberán revisar y flexibilizar algunas de las condiciones de concesión de estas ayudas, si bien deberá mantenerse el requisito de la viabilidad de los proyectos: debería revisarse el límite de edad y debería tenerse en cuenta en mayor medida el pluriempleo y las incertidumbres intrínsecas de la profesión de agricultor.

3.2. El Comité estima, por otra parte, que hay que fortalecer el vínculo entre instalación y formación.

3.2.1. El ejercicio de la profesión de agricultor y la adaptación a un contexto evolutivo requiere un buen nivel de formación y una gran capacidad de adaptación. Además, la formación debería hacer hincapié no tanto en el crecimiento de la producción como en la reducción de costes y en el incremento de la eficacia del productor. Así, la formación debería animar a los jóvenes a ser emprendedores y a buscar nuevas fuentes de ingresos en nuevas actividades económicas (por ejemplo, agriturismo y servicios).

3.2.2. Así pues, debería fomentarse la formación en la Unión Europea para conseguir niveles equivalentes en todos los Estados miembros. Además, el sistema de formación debe contemplar pasarelas que permitan acoger a candidatos a establecerse que no hayan cursado estudios agrarios.

3.2.3. El Comité destaca la importancia que reviste para los jóvenes agricultores la realización de prácticas profesionales en el sector económico de su elección durante sus estudios. La Unión Europea debería incentivar cursillos profesionales que permitan a los jóvenes definir su proyecto permitiéndoles enfrentarse con realidades diferentes y cruzar los lindes de una región o de un país. A tal fin, la Comunidad debería otorgar una ayuda financiera. Asimismo, debería incentivarse la formación profesional de los trabajadores del campo.

3.2.4. Por último, deberá introducirse en toda la Unión Europea un programa de asesoramiento y orientación profesional para jóvenes agricultores, para que estén mejor informados sobre la situación de la propia empresa, así como sobre las posibilidades de financiación y los planes de desarrollo para el espacio rural.

3.2.5. Por otro lado, queda aún por realizar un esfuerzo considerable en materia de información a los agricultores. La UE debería fomentar los oficios rurales y agrícolas. Por ejemplo, con arreglo a un sistema de cofinanciación comunitaria, podría realizar una campaña ante la opinión pública con el fin de rehabilitar los oficios rurales.

3.3. En relación directa con la política de establecimiento, debería facilitarse la transmisión de explotaciones.

El Comité considera que este objetivo podría conseguirse, en caso de transmisión patrimonial, favoreciendo la adquisición de la explotación por el joven agricultor, así como mediante una reducción sustancial de las cargas sucesorias en caso de herencia por parte del joven.

3.3.1. La transmisión es una etapa capital en el proceso de relevo, ya que evita el riesgo de desaparición o disgregación de unidades económicas existentes.

3.3.2. Hoy en día, en la mayoría de los casos, el hecho de que los jóvenes agricultores no puedan adquirir al mismo tiempo los bienes raíces y los medios de explotación obliga a arbitrar soluciones pragmáticas de índole económica, jurídica y fiscal, a fin de resolver el problema de la financiación de la tierra. En concreto, habría que modificar las leyes para reducir el coste de las transmisiones patrimoniales.

3.3.3. Asimismo, en los primeros años de su establecimiento en la explotación, los jóvenes agricultores deberían, o bien beneficiarse de una exoneración fiscal, o bien recibir una subvención para el desarrollo que les ayude a hacer prosperar sus explotaciones y evitar que les afecten las cargas sucesorias demasiado gravosas. Hay que ayudar a los jóvenes en su posición de jefe de explotación, ya que con harta frecuencia el coste fiscal de la transmisión es demasiado elevado en relación a los capitales invertidos.

3.3.4. Por otra parte, debería incentivarse la puesta en arrendamiento de tierras, lo que requiere levantar las numerosas trabas conexas en los diferentes países de la UE.

3.4. Asimismo, el Comité aboga por que se armonicen paulatinamente las políticas sociales y fiscales de los Estados miembros.

3.4.1. A través del régimen fiscal debería incentivarse la transmisión temprana de tierras agrícolas a los jóvenes agricultores. Así, por ejemplo, si el propietario realiza la transmisión patrimonial a la edad de 60 años, no debería gravarse la operación, mientras que a partir de esta edad habría que prever un incremento progresivo de la carga tributaria.

3.4.2. El Comité considera que la aplicación del principio de progresividad tributaria a las transmisiones puede ser un factor de éxito, lo que facilita, por ejemplo, su establecimiento como sociedad. En realidad, el marco societario permite la transmisión durante varios años del capital al tiempo que otorga al nuevo propietario una posición social y profesional. Además, constituye un excelente modo de obtener capital, especialmente el familiar.

3.4.3. Por otra parte, el Comité destaca el interés que presenta el agrupamiento de explotaciones y el establecimiento como sociedad porque se comparten los medios de racionalización de las inversiones y de los costes y porque permite una mejor organización de la actividad. La constitución de sociedades puede ser una respuesta adecuada a las crecientes dificultades a las que se enfrentan los agricultores.

3.4.4. Con todo, hoy por hoy la mayoría de las decisiones comunitarias en el marco de la reforma de la PAC no toman en cuenta este fenómeno social y, por ende, frenan su expansión.

3.5. La restructuración es el eje capital para cualquier política de relevo generacional en la agricultura. Con la reestructuración se debe impedir la desertización de las zonas rurales y al mismo tiempo velar por que no se incremente la producción.

3.5.1. Sin embargo, hablar hoy por hoy de restructuración es colocarse en la perspectiva de un proyecto a 5 ó 10 años que tenga en cuenta las tendencias demográficas, las realidades económicas y las nuevas expectativas de la sociedad y que proponga una serie de medidas para adaptar la agricultura al nuevo entorno.

3.5.2. De ahí la necesidad de que los programas anejos de desarrollo cuenten con medidas de acompañamiento, no sólo comunitarias, sino también nacionales y locales.

3.5.3. El Comité considera que el régimen de jubilación anticipada debe perseguir ante todo un objetivo de reestructuración. Así pues, es fundamental vincular la posibilidad de que el beneficiario pueda acogerse al régimen de jubilación anticipada a la transmisión de su explotación a otro agricultor.

3.5.4. La jubilación anticipada, por ejemplo podría concederse, con objeto de facilitar el establecimiento en zonas difíciles, a aquellos agricultores que cesen su actividad y que transmitan su explotación a un agricultor que no esté establecido, sin exigir de éste que realice una ampliación, a menos que la superficie de la explotación no sea suficiente para crear una empresa económicamente viable.

3.5.5. Asimismo, es preciso que se coordinen todas las medidas de cese de actividad o de producción (primas de arranque del sector vitivinícola, primas lecheras, etc.), así como las obligaciones que condicionan las ventajas de la jubilación agraria, con objeto de que no perjudiquen, sino que acompañen los cambios estructurales.

3.6. El Comité ha podido analizar el asunto de la atribución de cuotas y del derecho a primas de los jóvenes y ha estimado que todo joven que se establezca no debe ver amenazado su proyecto por el obstáculo de un acceso insuficiente a los mercados y por las especulaciones financieras sobre este acceso, ya que le pondrían en una situación desfavorable en relación a otros productores. Además, la reglamentación comunitaria debería prever que los jóvenes se beneficien de al menos una parte de las cuotas liberadas por el mercado o las reservas nacionales.

3.7. El problema del relevo generacional requiere instrumentos eficaces que estén encuadrados en políticas globales. El Comité resalta que resulta absolutamente necesario garantizar la coherencia entre las medidas aplicadas y los diferentes niveles de intervención (comunitaria, nacional, local).

4. Proponer una adaptación de las políticas comunitarias que ofrezca a los agricultores perspectivas de futuro

4.1. En la actualidad, todos reconocen que la agricultura cumple dos funciones principales:

- una función económica que consiste en suministrar productos destinados a la alimentación o a usos no alimentarios, así como la prestación de servicios al resto de la sociedad; y

- una función de protección del medio ambiente y de salvaguradia del territorio.

4.1.1. Se puede comprobar que, dependiendo de las regiones o tipos de actividad, estas dos funciones de la agricultura no se entienden de la misma manera, si bien todo el mundo está de acuerdo en su complementariedad.

4.2. La mejora de la competitividad de la agricultura europea debe estar en el centro de cualquier política agraria.

La reforma de los mecanismos de apoyo y el control de la producción hacen que el acceso al mercado sea el aspecto fundamental del futuro de la agricultura.

4.2.1. Por ello las normas de atribución de ayudas deben fijarse el objetivo de no provocar la deslocalización de la producción. Tiene que ser posible fijar la producción en el territorio y su implantación no tiene que estar determinada exclusivamente por la lógica económica de las ramas que en la actualidad son competitivas.

4.2.2. Pero esta vinculación de la producción a un territorio no debe acarrear situaciones rígidas o bloqueadas desde el punto de vista de las explotaciones.

4.2.3. Por último, los proyectos de establecimiento deben disponer de un acceso suficiente al mercado.

4.2.4. La función de salvaguardia del espacio cobra cada vez más importancia con la disminución de la población activa agraria y el mayor interés de nuestras sociedades por los problemas del medio ambiente. La urbanización constante y el incremento del desempleo obligan a gestionar mejor el espacio y a infundir una nueva dinámica al mundo rural.

4.2.5. El programa agro-ambientalista que acompaña la reforma de la PAC permite -sin duda- la financiación de medidas que tienen que ver con la gestión del medio ambiente, el mantenimiento de las tierras de labor y la forestación. Este programa agro-ambientalista debe desarrollarse a través de medidas nuevas y es preciso reforzar su financiación.

4.2.6. El Comité considera que la acción comunitaria puede intensificarse en particular mediante dos mecanismos:

- estímulo y fomento de iniciativas colectivas y concertadas de gestión de los espacios rurales a nivel agroambiental;

- apoyo de la gestión contractual como única respuesta a la diversidad de situaciones locales.

4.2.7. Las organizaciones profesionales tienen un papel que desempeñar para sensibilizar, estimular y coordinar la creación de estos proyectos.

4.2.8. Por último, la Unión Europea debe intervenir en mayor medida con el fin de fomentar el desarrollo de las actividades de servicio.

4.2.9. El Comité ha examinado gran número de estas nuevas misiones de la agricultura y es consciente de la dificultad que entraña, hoy por hoy, comprender el conjunto de sus necesidades y posibilidades. Las políticas comunitarias deberían fijarse objetivos tales como explotar los recursos naturales y los espacios rurales, fomentar la diversificación, desarrollar el turismo « verde » y los oficios relacionados con el medio ambiente.

4.3. El Comité ha abordado igualmente el problema de la agricultura a tiempo parcial: un número creciente de productores agrícolas de la Unión Europea ejerce su actividad a tiempo parcial y obtiene ingresos suplementarios de otra actividad distinta de la producción agrícola. El desarrollo de la actividad a tiempo parcial refleja la creatividad del sector agrícola y su capacidad de adaptación, pero lleva a sus actores a desarrollar una política de diversificación que les aleja cada vez más de la función agrícola.

4.3.1. Así pues, es preciso definir un estatuto de empresa rural diversificada en la que cada actividad esté relacionada gracias a una lógica empresarial.

4.3.2. También es preciso suprimir los obstáculos a la pluriactividad, ya sean de orden fiscal, social o reglamentario. Los marcos jurídicos comunitarios y nacionales responden mal a la realidad de un mundo rural donde las fronteras entre los distintos tipos de actividades tienden a difuminarse.

5. Conclusión

5.1. El Comité tiene el convencimiento de que es necesario y urgente reflexionar de manera general sobre el futuro de la agricultura y más en particular sobre el problema del relevo generacional. Las políticas aplicadas deben destinarse ante todo a fomentar el establecimiento en la agricultura.

5.1.1. Hoy día, es esencial hacer frente al reto demográfico, en un momento en que en numerosas regiones de la UE los equilibrios rurales amenazan con romperse; en efecto, una política laxista tendría consecuencias dramáticas en términos de concentración de la actividad y debilitamiento de los espacios rurales.

5.2. El Comité considera que las políticas comunitarias deben tomar en consideración las profundas mutaciones de la actividad agrícola: nuevos perfiles de los candidatos al establecimiento, aumento regular de las superficies y de los capitales invertidos, desarrollo de nuevas actividades que tengan por base la explotación agrícola, nuevo enfoque de la pluriactividad.

5.3. Por otro lado, el Comité tiene el convencimiento de que la agricultura representa una baza capital para el empleo en el sector rural, ya que de la reactivación o creación de una explotación se deducen incidencias en el principio y final de la cadena del sector. Asimismo, la débil densidad de los espacios rurales y la evolución de los modos de vida y aspiraciones de los residentes rurales obligan a reflexionar sobre una mejor organización de los servicios y a crear las infraestructuras necesarias para la vida del medio rural.

Hecho en Bruselas, el 27 de abril de 1994.

El Presidente

del Comité Económico y Social

Susanne TIEMANN

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