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Document 52014DC0902
COMMUNICATION FROM THE COMMISSION TO THE EUROPEAN PARLIAMENT, THE COUNCIL, THE EUROPEAN CENTRAL BANK, THE EUROPEAN ECONOMIC AND SOCIAL COMMITTEE, THE COMMITTEE OF THE REGIONS AND THE EUROPEAN INVESTMENT BANK Annual Growth Survey 2015
COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO, AL CONSEJO, AL BANCO CENTRAL EUROPEO, AL COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL EUROPEO, AL COMITÉ DE LAS REGIONES Y AL BANCO EUROPEO DE INVERSIONES Estudio Prospectivo Anual sobre el Crecimiento para 2015
COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO, AL CONSEJO, AL BANCO CENTRAL EUROPEO, AL COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL EUROPEO, AL COMITÉ DE LAS REGIONES Y AL BANCO EUROPEO DE INVERSIONES Estudio Prospectivo Anual sobre el Crecimiento para 2015
/* COM/2014/0902 final */
COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO, AL CONSEJO, AL BANCO CENTRAL EUROPEO, AL COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL EUROPEO, AL COMITÉ DE LAS REGIONES Y AL BANCO EUROPEO DE INVERSIONES Estudio Prospectivo Anual sobre el Crecimiento para 2015 /* COM/2014/0902 final */
COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN COMUNICACIÓN
DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO, AL CONSEJO, AL BANCO CENTRAL EUROPEO, AL
COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL EUROPEO, AL COMITÉ DE LAS REGIONES Y AL BANCO EUROPEO
DE INVERSIONES Estudio Prospectivo Anual sobre el Crecimiento
para 2015 INTRODUCCIÓN Tras atravesar la peor crisis económica y
financiera en varias generaciones, la UE ha hecho un gran esfuerzo por sentar
las bases de un crecimiento más sólido y sostenible en el futuro. Pero pese a
esos esfuerzos realizados a escala nacional y europea, la recuperación es más
débil de lo que se preveía hace un año. El impulso empezó a ralentizarse en la
primavera de 2014. La crisis económica generó una crisis social que perdura en
la actualidad y la lenta recuperación está obstaculizando las tentativas de
reducir los elevados niveles de desempleo existentes. Aunque la ralentización actual se explica
en parte por el entorno económico mundial, existen factores internos
específicos que están impidiendo que la UE crezca con mayor rapidez. Se
observan acusadas diferencias entre Estados miembros. El crecimiento sigue
viéndose frenado como consecuencia de la fragmentación de los mercados
financieros derivada de la crisis financiera y de la deuda soberana; de la
necesidad de reducir la deuda de las empresas, los hogares y las
administraciones públicas; del incompleto ajuste de los desequilibrios
macroeconómicos y de un debilitamiento de la confianza achacable a la
incertidumbre existente respecto de las perspectivas económicas y el compromiso
de cara a la adopción de reformas estructurales e institucionales. El exiguo
aumento de la productividad, los bajos niveles de inversión y el elevado
desempleo estructural limitan las perspectivas de crecimiento en Europa. Paralelamente, la UE y sus Estados miembros
han de hacer frente a una serie de tendencias a largo plazo que inciden en la
creación de empleo y en el crecimiento y que están vinculadas en particular a
los cambios demográficos y sociales, la mundialización, la productividad y los
avances tecnológicos, la presión sobre los recursos y las preocupaciones
ambientales, así como a un debilitamiento general del crecimiento en los países
emergentes y en desarrollo. La llegada de una nueva Comisión con una
ambiciosa agenda en materia de «empleo, crecimiento, equidad y cambio
democrático»[1]
es el momento oportuno para un nuevo comienzo. Urge revitalizar el crecimiento
en toda la UE e imprimir un nuevo impulso a favor del cambio. El presente
Estudio Prospectivo Anual sobre el Crecimiento, junto con los documentos que lo
acompañan, establece el paquete de medidas en favor del empleo, el crecimiento
y la inversión anunciado como primera prioridad en las Orientaciones Políticas
de la nueva Comisión. Recuadro 1 - Principales conclusiones de las previsiones económicas de otoño de 2014 de la Comisión[2] Se prevé que, respecto del año 2014 en su conjunto, el crecimiento del PIB real se sitúe en un 1,3 % en la EU y en un 0,8 % en la zona del euro. Este crecimiento debería aumentar lentamente en 2015 hasta alcanzar un 1,5 % y un 1,1 % respectivamente, a medida que mejoren la demanda interna y externa. Para 2016 se prevé una aceleración de la actividad económica que llevará al PIB a alcanzar el 2,0 % y el 1,7 % respectivamente. En agosto de 2014, el desempleo afectaba a 24,6 millones de personas, 5 millones de ellas de edades comprendidas entre 15 y 24 años. El desempleo de larga duración alcanza niveles muy elevados. Las tasas de desempleo varían de forma muy acusada entre los distintos Estados miembros, desde el 5,1 % de Alemania y el 5,3 de Austria hasta el 24,8 % de España y el 26,8 % de Grecia, en 2014. Se espera que este año se mantenga la tendencia a la baja de la inflación, debido al descenso de los precios de los productos básicos, en particular en los sectores de la energía y la alimentación, y a unas perspectivas económicas más débiles de lo previsto. Se prevé que la recuperación gradual de la actividad económica en el horizonte analizado traerá consigo un incremento de la inflación en la UE, que pasará del 0,6% en 2014 al 1,0 % en 2015 y al 1,6 % en 2016. Los ratios déficit/PIB seguirán reduciéndose este año, si bien a un ritmo más lento que en 2013: del 4,5 % en 2011 pasarán, respectivamente, al 3,0% para la UE en su conjunto y al 2,6% para la zona del euro. Los déficits de las administraciones públicas continuarán disminuyendo en los próximos dos años, impulsados por el fortalecimiento de la actividad económica. Está previsto que los ratios deuda/PIB de la UE y la zona del euro alcancen su nivel máximo el año próximo, situándose en el 88,3 % y el 94 %, respectivamente, y se mantengan en un nivel elevado en diversos países.
En el presente Estudio Prospectivo Anual sobre el
Crecimiento para 2015, la Comisión, que asumió sus funciones el 1 de noviembre
de 2014, esboza los principales aspectos de su nueva agenda en favor del empleo
y el crecimiento. Solo una labor conjunta de las instituciones de la UE y los
Estados miembros a fin de avanzar en la economía social de mercado europea
permitirá revitalizar el crecimiento. Así pues, el Estudio Prospectivo Anual
indica las medida adicionales que es preciso adoptar a escala de la UE para
ayudar a los Estados miembros a restablecer unos niveles de crecimiento más
elevados y realizar progresos en la consecución de un desarrollo sostenible.
Para conseguirlo, habrá que adquirir un compromiso decidido en favor del cambio
y modificar la forma de actuar a escala nacional. 1. UN ENFOQUE INTEGRADO Hoy en día, el riesgo de que prosiga el
escaso crecimiento y de que se mantengan una inflación casi nula y un elevado
nivel de desempleo se ha convertido en la preocupación más acuciante. El
impacto de la crisis no solo reviste carácter cíclico, como pone de manifiesto
la debilidad de la demanda agregada, sino que tiene un importante componente
estructural que ha reducido el crecimiento potencial de las economías de la UE.
Es preciso combinar las políticas
estructurales, presupuestarias y monetarias en un enfoque integrado que
propicie el crecimiento a fin de dar respuesta a este desafío de forma eficaz,
interviniendo en nuestras economías tanto desde la vertiente de la oferta como
de la demanda. Ello exige emprender actuaciones en todos los niveles de
gobierno, tanto a escala mundial, en particular en el contexto del G-20, como
en la UE, o a nivel nacional, regional y local. Mientras tanto, el Banco Central Europeo
seguirá desempeñando, dentro de los límites de su mandato y con plena
independencia, un papel
fundamental en el establecimiento de la política
global de la zona del euro. El BCE asume en exclusiva
la responsabilidad en materia de política
monetaria de la zona del euro. El BCE ha adoptado una
serie de medidas importantes a fin de relajar su política monetaria y potenciar
su transmisión a las condiciones financieras en general, en particular, a
través del programa de adquisición de bonos de titulización de activos (ABS)
que se puso en marcha el pasado mes de octubre. En combinación con el programa
de bonos garantizados y el programa de operaciones de financiación a un plazo
más largo con objetivo específico (TLTRO), el impacto global de estas tres
medidas sobre el balance del BCE será significativo. Se espera que el volumen
del balance vaya virando hacia el nivel alcanzado a principios de 2012. Las
tres medidas deberían contribuir a apoyar la actividad económica a medida que
vayan permeando la economía Ha llegado el momento de que las
autoridades públicas, a todos los niveles, asuman las responsabilidades que les
correspondan. Habida cuenta de las diferencias existentes entre Estados
miembros, el enfoque pertinente variará inevitablemente de un Estado miembro a
otro, sin apartarse, no obstante, del enfoque integrado común. La Comisión
recomienda sustentar en tres pilares fundamentales la política económica y social
de la UE para 2015:
Impulso coordinado de la inversión: paralelamente al Estudio Prospectivo Anual sobre el
Crecimiento, la Comisión presenta un Plan de Inversiones para Europa que
debería permitir movilizar, como mínimo, inversión pública y privada adicional
por valor de 315 000 millones EUR, como mínimo, a lo largo del periodo
2015-2017 y mejorar significativamente el entorno de inversión global.
Compromiso renovado de emprender reformas estructurales: este pilar es esencial para que los países consigan
eliminar su deuda y estimular la creación de más empleos de calidad. Los
progresos realizados a escala nacional y de la UE en ámbitos tales como
los servicios, la energía, las telecomunicaciones y la economía digital,
así como de cara a mejorar las condiciones de las empresas, crean nuevas
oportunidades de empleo y crecimiento. La reducción de los trámites
burocráticos a escala europea y nacional en el marco del programa
«Legislar mejor» es esencial para crear un entorno normativo adecuado y
promover un clima favorable al emprendimiento y la creación de empleo.
Ello requiere un sentimiento de apropiación nacional y un compromiso al
más alto nivel de gobierno, así como por parte de los parlamentos
nacionales. La «europeización» de dichos esfuerzos ofrece un enorme
potencial.
Perseverancia en la responsabilidad presupuestaria: pese a los considerables progresos realizados en términos de
saneamiento presupuestario, los Estados miembros deben asegurar aún el
control a largo plazo de sus niveles de déficit y de deuda. Las políticas
presupuestarias deberían variar en función de la situación de cada país.
Los Estados miembros con mayor margen presupuestario deberían adoptar
medidas encaminadas a fomentar la demanda interna, haciendo especial
hincapié en la inversión. Por otro lado, debería mejorarse la calidad de
las finanzas públicas aumentando la eficiencia del gasto y dando prioridad
a la inversión productiva dentro del gasto público, así como dotando de
mayor eficiencia al sistema tributario y orientándolo en mayor medida a
favorecer la inversión. La lucha contra el fraude y la evasión fiscales es
esencial para garantizar la equidad y permite a los Estados miembros
recaudar los ingresos fiscales que se les adeudan.
Gráfico 1. Un
enfoque integrado Es fundamental actuar de manera simultánea
en los tres ámbitos mencionados a fin de restablecer la confianza, aplacar la
incertidumbre que está obstaculizando la inversión y aprovechar al máximo el
importante efecto de refuerzo mutuo que se deriva de la combinación de los tres
pilares. En particular, es evidente que un compromiso renovado a favor de las
reformas estructurales será esencial de cara a la sostenibilidad de las
finanzas públicas y la movilización de la inversión. En consonancia con la lógica de este nuevo
enfoque integrado, la Comisión propone racionalizar y reforzar el Semestre
Europeo de coordinación de las políticas económicas en apoyo de los tres
pilares. Con objeto de estrechar el nexo entre las
reformas estructurales, la inversión y la responsabilidad presupuestaria, la
Comisión ofrecerá además orientaciones adicionales sobre cómo hacer el mejor
uso posible de la flexibilidad que se incorpora en las actuales disposiciones
del Pacto de Estabilidad y Crecimiento[3]. 2. IMPULSO
DE LA INVERSIÓN La debilidad de la
inversión está dificultando la recuperación europea Existe
una necesidad imperiosa de impulsar la inversión en Europa. Como consecuencia
de la crisis, el nivel de inversión ha disminuido aproximadamente 430 000
millones EUR desde el máximo alcanzado en 2007, lo que representa una caída del
15 %. En algunos Estados miembros, esta caída ha sido aún más pronunciada[4]. Las
previsiones de otoño de la Comisión muestran que la debilidad de la inversión
está frenando la frágil recuperación de la UE. El
objetivo perseguido no es recuperar el nivel máximo de 2007 mediante el mismo
tipo de inversiones: es evidente que algunas de las que se realizaron en el
periodo anterior a la crisis no eran sostenibles. Sin embargo, es preocupante
observar que, en los últimos tiempos, y frente a lo ocurrido en los EE.UU., la
inversión en Europa no ha conseguido repuntar. En 2013, la inversión se situaba
todavía en el 19,3 % del PIB, es decir, en torno a 2 puntos porcentuales
por debajo de su media histórica, si se excluyen los años en que se registraron
fluctuaciones extremas. Por lo tanto, en Europa, el déficit de inversión con
respecto a las tendencias previsibles a largo plazo oscila entre los 230 000 y
los 370 000 millones EUR. Gráfico 2. Tendencias recientes en materia de inversión en la UE (Formación
bruta de capital fijo real, UE-28, a precios de 2013, en miles de millones EUR) Por
otro lado, no se está haciendo frente a la necesidad de grandes inversiones
existente. Así, por ejemplo, los hogares y las empresas necesitan y desean
beneficiarse de las últimas tecnologías y lograr una mayor eficiencia desde el
punto de vista energético y de recursos. El nivel de equipamiento y volumen de
financiación de nuestros sistemas educativos y de innovación es inferior al de
nuestros competidores más importantes. Es preciso modernizar nuestros sistemas
de protección social de modo que puedan hacer frente al desafío que supone el
rápido envejecimiento de la población. En el sector de la energía, hay que
mejorar las redes introduciendo las tecnologías más avanzadas, integrar las
fuentes de energía renovable y diversificar las fuentes de abastecimiento. En
el sector de los transportes es indispensable modernizar las infraestructuras,
reducir la congestión del tráfico y mejorar las conexiones comerciales. En el
ámbito del medio ambiente se precisan mejores instalaciones de gestión de
residuos, reciclaje y tratamiento de aguas residuales. Y a escala europea
necesitamos unas conexiones de banda ancha más rápidas y de mayor alcance, así
como centros de datos más inteligentes. Estas
necesidades han llegado a ser acuciantes tras varios años de crecimiento nulo o
muy exiguo, con el riesgo de que el stock de capital productivo en Europa se
reduzca y deteriore. Ello reduciría en mayor medida nuestra competitividad y
nuestro potencial de crecimiento, lastrando nuestra productividad y capacidad
de crear empleo. Sin
embargo, no hay una respuesta unívoca ni sencilla a este problema. El discreto
rendimiento de la inversión se debe a diversos factores: la poca confianza de
los inversores, las tímidas expectativas con respecto a la demanda y el elevado
endeudamiento de los hogares, las empresas y las administraciones públicas. En
numerosas regiones, las perspectivas inciertas y los problemas relacionados con
el riesgo crediticio han impedido a las pymes obtener financiación para
valiosos proyectos. Pese
al importante ahorro del sector privado y la abundancia de liquidez existentes
actualmente, ese dinero no está llegando a la economía real europea. Y es
precisamente en este ámbito donde las autoridades públicas a todos los niveles
tienen una función que cumplir. Se puede conseguir mucho a escala nacional y regional Las
autoridades nacionales y regionales pueden desempeñar una importante función de
cara al fomento de las reformas estructurales necesarias, al ejercicio de su
responsabilidad presupuestaria y al impulso de la inversión en apoyo del
crecimiento y el empleo. Es preciso que los Estados miembros que dispongan de
margen presupuestario inviertan en mayor medida. Todos los Estados miembros,
pero en particular aquellos con un margen presupuestario más reducido, deberían
garantizar un uso eficiente de los recursos, dar prioridad en sus presupuestos
a la inversión y al gasto orientado al crecimiento, aprovechar los fondos de la
UE de que disponen para aumentar las inversiones y crear un entorno que
propicie en mayor medida la inversión por parte de los agentes del sector
privado. En
los próximos meses, las autoridades nacionales y regionales tendrán una
oportunidad única de hacer el mejor uso posible del presupuesto de la UE para
el periodo 2014-2020, ya que contarán para ello con nuevas herramientas e
instrumentos. El presupuesto de la UE asciende a 960 000 millones EUR para un
periodo de siete años, lo que corresponde a 140 000 millones EUR anuales, es
decir, el equivalente al 1 % del PIB de la UE. Están entrando en
funcionamiento actualmente programas fundamentales de la UE tales como
Horizonte 2020 (en el ámbito de la innovación y la investigación), el Mecanismo
«Conectar Europa» (en el ámbito de las infraestructuras) y COSME (dedicado a
financiar a las pymes). Lo
mismo cabe decir con respecto a la nueva generación de Fondos Estructurales y
de Inversión Europeos, que durante el periodo 2014-2020 movilizarán 350 000
millones EUR para nuevas inversiones. Estos fondos se traducirán en inversiones
superiores a 600 000 millones EUR si se incluye la cofinanciación nacional.
Aunque su importancia varía dependiendo de los países, los Fondos pueden desempeñar
un papel altamente estratégico en cualquier lugar de la Unión, ya que
representan, como promedio, el 10 % de la inversión pública total en la
UE. Un Plan de Inversiones para Europa El
Plan de Inversiones para Europa que la Comisión presenta paralelamente al
presente Estudio Prospectivo Anual sobre el Crecimiento complementará e
impulsará los esfuerzos realizados hasta el momento. Movilizará, como mínimo,
315 000 millones EUR de aquí a finales de 2017 en inversiones públicas y
privadas adicionales. Este objetivo puede lograrse, en primer lugar, mediante
un esfuerzo conjunto de las instituciones de la UE y del Banco Europeo de
Inversiones (BEI), a través de la creación de un nuevo Fondo Europeo para
Inversiones Estratégicas. Sin embargo, el impacto del Plan se multiplicará, y
rebasará los 315 000 millones EUR, a medida que vaya aumentando el número de
participantes que aporten contribuciones adicionales voluntarias: tanto los
Estados miembros, como los bancos nacionales de fomento, las autoridades regionales
y los inversores privados tienen un importante papel que desempeñar. Cabe
destacar que, en el contexto de la evaluación de las finanzas públicas en el
marco del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, la Comisión adoptará una posición
favorable en relación con las aportaciones de capital a este nuevo Fondo. Estos
fondos adicionales deberían destinarse prioritariamente a las infraestructuras,
en particular a las redes de energía y de banda ancha; así como a las
infraestructuras de transportes, en particular en los centros industriales; a
la educación, la investigación y la innovación; y a las energías renovables y
la eficiencia energética. Se trata de ámbitos en los que existen necesidades
concretas y en los que se espera que los progresos realizados aporten grandes
beneficios desde una perspectiva económica y social. A
medida que se vaya aplicando, el Plan de Inversiones permitirá lograr tres
objetivos estratégicos conexos: invertir la reciente tendencia decreciente de
la inversión e imprimir un impulso adicional a la creación de empleo y la
recuperación económica de la UE; dar un paso decisivo de cara a la satisfacción
de las necesidades a largo plazo de nuestra economía mediante el estímulo de la
competitividad en ámbitos estratégicos; reforzar la dimensión europea de
nuestro capital humano y nuestras infraestructuras físicas, con especial
énfasis en las interconexiones, que resultan vitales para nuestro mercado
único. El
Plan de Inversiones se ha elaborado teniendo en cuenta el limitado margen presupuestario
de que disponen las administraciones nacionales, a fin de evitar que resulte
gravoso para las finanzas públicas de los Estados miembros. La responsabilidad
presupuestaria es uno de los elementos necesarios para restablecer la confianza
que Europa precisa para recuperarse de la crisis. Esta es la razón por la que
el Plan se apoya en soluciones disponibles a escala de la UE, así como en
organismos y procedimientos ya establecidos, que contribuirán a acelerar la
obtención de resultados y al logro de una ejecución y una rendición de cuentas
rigurosas. Recuadro 2: Principales características del Plan de Inversiones para Europa El Plan de Inversiones para Europa abarca tres capítulos que se refuerzan mutuamente: § La movilización de inversiones adicionales por valor de 315 000 millones EUR, como mínimo, de aquí a finales de 2017. § Iniciativas con finalidad precisa para garantizar que la inversión satisfaga las necesidades de la economía real. § Medidas para mejorar el entorno de inversión, con objeto de incentivar la inversión en Europa. Movilizar inversiones adicionales por valor de 315 000 millones EUR, como mínimo, a escala de la UE § Se creará un nuevo Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas, en estrecha cooperación con el BEI, a fin de apoyar las inversiones estratégicas de relevancia europea y la financiación de riesgo para las pymes y las empresas de mediana capitalización de toda Europa. § Los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos se utilizarán íntegramente. A tal fin, habrá que cerciorarse de que los fondos de la UE correspondientes al periodo de programación 2007-2013 y aún pendientes de utilización se aprovechen al máximo. Asimismo, habrá que incrementar el efecto multiplicador de los fondos correspondientes al periodo 2014-2020, duplicando globalmente la proporción de instrumentos financieros innovadores y potenciando al máximo el recurso a la cofinanciación privada. Hacer que la financiación llegue a la economía real § Se establecerá, a escala de la UE, una reserva de proyectos maduros para la inversión, basándose en el informe de diciembre de 2014 elaborado por un Grupo de Trabajo de la Comisión, el BEI y los Estados miembros. § Los recursos en materia de conocimiento especializado y asistencia técnica se agruparán en un único «Centro de asesoría para la inversión» destinado a los promotores de proyectos, los inversores y las autoridades de gestión. § La Comisión y el BEI, junto con las autoridades naciones y regionales, colaborarán con los promotores de proyectos, los inversores y los participantes institucionales para facilitar los proyectos de inversión fundamentales. Mejorar el entorno de inversión § Medidas para la mejora del marco normativo tanto a nivel nacional como europeo, de modo que resulte claro y predecible y que incentive la inversión. § Medidas para desarrollar fuentes de financiación de la economía a largo plazo nuevas y alternativas y para avanzar hacia una unión de mercados de capitales. § Medidas encaminadas a la plena realización del mercado único en sectores clave tales como la energía, el transporte y la economía digital. 3. COMPROMISO
RENOVADO DE EMPRENDER REFORMAS ESTRUCTURALES Conseguir que la economía europea sea más
competitiva y garantizar un entorno normativo adecuado para la inversión a
largo plazo son aspectos esenciales para el crecimiento. Las reformas
estructurales pueden contribuir a atraer inversión productiva privada, en
particular en las industrias de red y en el sector de la fabricación
inteligente, en los que se requieren grandes inversiones. A escala de la UE,
ello exige profundizar en mayor medida el mercado único y evitar
reglamentaciones que resulten innecesariamente gravosas, sobre todo para las
pequeñas y medianas empresas, facilitar el acceso a la financiación y
garantizar la calidad de la inversión en el ámbito de la investigación y la
innovación. A escala de los Estados miembros, estos esfuerzos deben
complementarse con una aplicación ambiciosa de reformas estructurales en los
mercados de productos y servicios y en el mercado laboral. ELIMINACIÓN DE LAS BARRERAS
FUNDAMENTALES A ESCALA DE LA UE La plena realización del mercado único
en el ámbito de los bienes y servicios es una prioridad. Con más de 500 millones de consumidores, el mercado único
europeo sigue constituyendo el motor de crecimiento más potente a nivel de la
UE. Para ello, habrá que prestar particular atención a la mayor integración de
los mercados de bienes y servicios en los que el potencial de empleo,
crecimiento e innovación es significativo, tanto en línea como fuera de línea.
Al hacerlo, es importante explotar las sinergias entre las empresas y un
mercado único que funcione correctamente. Los consumidores deberían poder
beneficiarse de un mercado único integrado que ofrezca las mismas posibilidades
que sus mercados nacionales. Esta profundización del mercado único aportará
asimismo ventajas de cara al exterior. Permitirá reforzar la posición de las
empresas europeas en las cadenas de valor mundiales, atraer la inversión y
situar a la UE en una posición más ventajosa a la hora de crear lazos más
estrechos con los nuevos centros de crecimiento a nivel mundial a través de
acuerdos comerciales que potencien la convergencia normativa con nuestros
principales socios comerciales. El mercado único digital es esencial
para el empleo, el crecimiento y la innovación.
La economía mundial se está transformando en una economía digital. Las
tecnologías de la información y la comunicación no solo constituyen un sector
económico, sino que son la base de una economía innovadora moderna. Un mercado único
digital conectado podría generar hasta 260 000 millones EUR anuales en mejoras
de eficiencia[5].
La tecnología digital crea nuevas formas de producir bienes y prestar servicios
en sectores que abarcan desde la industria automovilística y química hasta la
distribución minorista y la energía, redefiniendo así nuestra forma de trabajar
y aprender. Ocupar una buena posición dentro de la economía digital determinará
la futura competitividad de la UE y la senda hacia un crecimiento renovado. Los
servicios digitales son esenciales con vistas al logro de la eficiencia y la
seguridad de las infraestructuras estratégicas clave en Europa, como por
ejemplo la energía y el transporte ferroviario, y, lo que es más importante,
ofrecen enormes beneficios a la sociedad en términos de acceso a los bienes y
servicios y a la información, libertad de expresión, creatividad y atención
sanitaria y servicios públicos. Sin embargo, aún no disponemos de un mercado
único digital. Únicamente un 14% de las pymes utiliza Internet para la venta en
línea y tan solo un 12% de los consumidores efectúa compras transfronterizas.
Los consumidores se sienten frustrados cuando no les es posible acceder a los
servicios digitales de otro Estado miembro como consecuencia de prácticas
comerciales restrictivas u obstáculos legales. Las empresas solo podrán
explotar plenamente el potencial del sector digital una vez que se hayan
adoptado, a escala europea, normas comunes de calidad en materia de protección
de datos y se haya restablecido la confianza de los consumidores. Es preciso emprender reformas
estructurales adicionales en los mercados energéticos para garantizar una unión
de la energía resiliente y cuya política sobre cambio climático tenga carácter
prospectivo, en consonancia con los objetivos de
la Estrategia Europa 2020 y del marco en materia de clima y energía para 2030
acordado por el Consejo Europeo en octubre de 2014, y con vistas a mejorar y
completar el mercado interior de la energía. Ello exige mejorar el modelo del
mercado de la energía, reforzar los actuales instrumentos de mercado y
modernizar y ampliar la infraestructura energética. Tales medidas deberían
permitir que la energía fluya libremente de modo que se eliminen las «islas
energéticas» y se integren en la red las energías renovables. La financiación
de las inversiones necesarias supondrá un gran desafío. Aunque a través de los
Fondos Estructurales y de Inversión se canalizará una ayuda importante, es
preciso contar con mecanismos de financiación innovadores que permitan estimular
y potenciar las inversiones en la modernización del sector energético e
incentivar la inversión de los hogares en la consecución de la eficiencia
energética. Se requiere una actuación ambiciosa para
garantizar un marco normativo de la UE que fomente en empleo, el crecimiento y
la inversión. La Comisión concederá prioridad a
la labor que inició en diciembre de 2012 con el lanzamiento del programa de
adecuación y eficacia de la reglamentación (REFIT), que constituye un análisis
general de la legislación en vigor. Esta labor debería permitir aligerar y
simplificar la legislación de la UE y hacer menos costoso su cumplimiento en
beneficio de los ciudadanos y las empresas. La Comisión reforzará sus
instrumentos de reglamentación (evaluación de impacto, evaluación) en estrecha
colaboración con las demás instituciones europeas, los Estados miembros y otros
interesados. La supresión de las barreras normativas
anteriormente mencionadas debe ir acompañada de la puesta en funcionamiento del
nuevo Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas desarrollado por la Comisión
y el BEI en cooperación. REFORMAS ESTRUCTURALES A ESCALA DE LOS ESTADOS MIEMBROS En última
instancia, la reforma y la modernización de nuestras economías es necesaria
para apuntalar el modelo social europeo. Es esencial que todos los miembros de
la sociedad y, en particular, los interlocutores sociales, puedan participar en
este proceso y apoyar el cambio de forma proactiva. La
aplicación ambiciosa de reformas estructurales en los mercados de productos y
servicios y en el mercado laboral puede contribuir a incrementar la
productividad, recuperar la competitividad y mejorar el entorno empresarial,
estimulando por ende la inversión. Puede propiciar asimismo un reequilibrio
duradero de nuestro modelo de crecimiento, atenuar los efectos negativos
provocados por el necesario desapalancamiento financiero del sector privado y
contribuir a prevenir los desequilibrios financieros nocivos. Además, a través
de sus efectos sobre el crecimiento, la productividad y el empleo, y siempre
que se establezcan los canales adecuados, puede contribuir a mejorar la
situación social en general y reducir la pobreza, así como la sostenibilidad de
la deuda pública y privada. Pese a los
logros obtenidos por algunos Estados miembros – en especial los más vulnerables
‑, es preciso emprender reformas adicionales en todos los Estados
miembros. La experiencia reciente ha demostrado ampliamente que una
intervención ambiciosa arroja resultados evidentes (véase el recuadro 3). Recuadro 3: Ejemplos de reformas estructurales eficaces en los
Estados miembros ·
En España, el Gobierno aprobó en
diciembre de 2013 la Ley de Garantía de la Unidad de Mercado en favor de la
libre circulación y establecimiento de las personas y de la libre circulación de
bienes y servicios. Mediante la Ley se lleva a cabo una ambiciosa
racionalización de la legislación española redundante, se remedia la
fragmentación del mercado nacional y se incrementa la competencia en los
mercados de productos. De acuerdo con las autoridades españolas, se prevé que,
con el tiempo, la reforma dé lugar a un incremento del PIB superior al
1,5 %. ·
Portugal puso
en práctica una serie de reformas del mercado laboral entre 2011 y 2013. Se
equiparó la protección de los trabajadores con contratos permanentes con la de
los trabajadores con contratos de duración determinada. Se flexibilizó la
legislación sobre el horario laboral y se adoptaron medidas para una mayor
adaptación de los salarios a la productividad en las empresas. Se reformaron
las prestaciones por desempleo y se amplió el número de personas susceptibles
de beneficiarse de ellas. Se procedió a la reforma del Servicio Público de
Empleo, se revisaron las políticas activas del mercado laboral y se
introdujeron nuevos programas, incluidos algunos destinados exclusivamente a
los jóvenes. La tasa de desempleo se redujo en torno a dos puntos porcentuales
entre 2013 y 2014. ·
Polonia
emprendió un ambicioso proceso de reforma para facilitar el acceso a las
profesiones reguladas. En la primera ola de reformas, iniciada en 2013, se
liberalizó el acceso a 50 profesiones, como la de abogado, notario, agente
inmobiliario o taxista. En abril de 2014, el Parlamento polaco adoptó
decisiones en relación con otras 91 profesiones y, para principios de 2015, se
prevé la liberalización de 101 profesiones adicionales. ·
Italia aplicó
en 2013 una serie de medidas destinadas a incrementar la competencia y la
transparencia en los mercados del gas y la electricidad. Las iniciativas
adoptadas por el Gobierno italiano han contribuido a acometer el arraigado
problema que supone el elevado precio de la energía en ese país y, según la
autoridad reguladora del sector de la energía, a reducir las tarifas aplicadas
al usuario final. Para 2015, la Comisión recomienda centrar
la atención en una serie de reformas clave. Los ámbitos seleccionados tienen
relevancia para todos los Estados miembros, aunque las medidas exactas que
deban tomarse variarán de un país a otro. Dentro de la zona del euro, en
particular, debería prestarse particular atención a una coordinación más eficaz
de algunas de estas reformas a fin de potenciar las sinergias positivas y
evitar los efectos indirectos negativos. Los ámbitos que deben ser objeto de
reformas son los siguientes: 1. Mejora
de la dinámica de los mercados laborales y medidas frente al elevado nivel de
desempleo. Los países más competitivos y con mayor resiliencia son aquellos
cuyas empresas y emprendedores valoran el desarrollo permanente de nuevas
destrezas y la innovación, e invierten en ello, y en los que las personas se
desplazan fácilmente entre diferentes empleos, sectores y/o regiones. Las normas
de protección del empleo y las instituciones deben crear condiciones adecuadas
que favorezcan la contratación, ofreciendo, al mismo tiempo, niveles modernos
de protección a quienes ya estén empleados y a quienes busquen empleo. Los
Estados miembros deben esforzarse más por eliminar los obstáculos que impiden
la creación de empleo, involucrando en ello a los interlocutores sociales y, en
su caso, reformando los sistemas de resolución de litigios en el ámbito
laboral. Deben intensificarse las reformas destinadas a reducir los impuestos
que gravan el trabajo, con vistas a contribuir a restablecer el empleo. La
reducción de la segmentación del mercado laboral se espera que contribuya a
suprimir las limitaciones de empleo de quienes actualmente se hallan
desempleados, subempleados o empleados con contratos temporales, así como a
facilitar la progresión profesional. La UE
necesita mano de obra cualificada en sectores en ascenso, como son los de la
economía digital, los sectores ecológicos y la sanidad. La educación desempeña
una función esencial a efectos de garantizar que las cualificaciones respondan
a las señales del mercado laboral. La formación profesional y los sistemas
educativos duales deben mejorarse para dotar a los jóvenes del conjunto de
destrezas necesarias. La formación permanente debe ser prioritaria, con la
intervención de agentes tanto públicos como privados, y ampliando el acceso a
la misma a todas las edades y, en particular, a quienes más la necesitan. Es
necesario, asimismo, evaluar mejor las necesidades en materia de cualificación
tanto a nivel regional como sectorial. La
situación, en especial, de los jóvenes y los desempleados de larga duración
exige actuar con determinación. Los sistemas de
prestaciones deben conjugar una adecuada sustitución de los ingresos con la
activación y habilitación de servicios destinados a satisfacer necesidades
individuales a través de ventanillas únicas. Es preciso eliminar los
desincentivos fiscales a la búsqueda de empleo. La Garantía Juvenil representa
un ambicioso esfuerzo que reúne distintos instrumentos con el fin de afrontar
el desempleo juvenil eficazmente. No obstante, los Estados miembros deben utilizar
los fondos disponibles, entre ellos los 6 400 millones EUR de dotación de
la Iniciativa sobre Empleo Juvenil, con mayor diligencia y eficiencia, y
reforzarlos con recursos nacionales. Hasta el momento, solo tres países
(Francia, Italia y Lituania) han adoptado programas operativos, por un importe
de 1 600 millones EUR, lo que permite efectuar pagos de prefinanciación a
esos países. Al objeto de que la mayor parte de los programas operativos puedan
adoptarse antes de que finalice el año, los Estados miembros deben atender a
las observaciones de la Comisión lo antes posible. En conjunto,
existen más de dos millones de puestos de trabajo vacantes en la UE. Si bien es
cierto que existen límites a la movilidad geográfica, los trabajadores no
parecen estar utilizando plenamente las posibilidades que ofrece la libre
circulación. La supresión de obstáculos exigirá que aumenten las posibilidades
de transferencia de los derechos de pensión en toda la UE, y que se ayude a los
trabajadores a tomar decisiones informadas sobre la movilidad, por ejemplo a
través de la red EURES. Al mismo tiempo, deben tomarse medidas contra el abuso
de las normas existentes, así como dirigidas a evitar la fuga de cerebros
permanente que sufren determinadas regiones. Será esencial mejorar la
cooperación en la UE para el intercambio de información y de buenas prácticas. El logro de un elevado nivel de empleo
requiere que los salarios reales evolucionen de forma acorde con el desarrollo
de la productividad, y ello a nivel tanto sectorial como empresarial. Algunos
Estados miembros deben aún culminar la corrección de las pautas anteriores a la
crisis, con arreglo a las cuales los aumentos salariales eran superiores a los
aumentos de productividad. La función de los interlocutores sociales es crucial.
Es conveniente que los convenios colectivos permitan una cierta flexibilidad
para establecer aumentos salariales diferenciados entre distintos sectores y
dentro de un mismo sector, en función de la evolución específica de la
productividad. 2. Reforma de las pensiones. Toda la UE experimenta la necesidad de garantizar la
sostenibilidad y adecuación de los sistemas de pensiones. La mayoría de los
Estados miembros han reformado sus sistemas públicos de pensiones en los
últimos años, a fin de dotarlos de bases más saneadas para afrontar el
envejecimiento de la sociedad europea. No obstante, tal y como se expresó en
las recomendaciones específicas por país de 2014, en muchos casos se precisan
aún más reformas que aumenten la eficiencia y la sostenibilidad financiera de
las pensiones. A la vez, es necesario que los sistemas de pensiones sigan
siendo adecuados, de modo que garanticen que, tras la jubilación, se disponga
de un nivel de ingresos digno. Ante la evolución hacia una mayor longevidad,
muchos países deben adoptar un enfoque más dinámico de la edad a la cual las
personas puedan jubilarse, lo que incluye vincular más sistemáticamente la edad
legal de jubilación a la esperanza de vida, con objeto de alcanzar un
equilibrio adecuado entre el tiempo de vida laboral y el tiempo de vida en
situación de jubilación. 3. Modernizar los sistemas de
protección social. Los mecanismos de protección
social deben ser eficientes y adaptados a todas las fases de la vida de una
persona. Las políticas sociales deben simplificarse y dirigirse más a objetivos
específicos, y han de complementarse con servicios de educación y atención a la
infancia asequibles y de calidad, medidas de prevención del abandono escolar,
de formación y de ayuda a la búsqueda de empleo, ayuda a la vivienda y atención
sanitaria accesible. Es preciso reformar los sistemas sanitarios para ofrecer
una atención de calidad mediante estructuras eficientes, incluida la sanidad
electrónica. 4. Mejora
de la flexibilidad de los mercados de bienes y de servicios La modernización del funcionamiento de las industrias de red, la
mejora de la capacidad en materia de infraestructuras y una mayor apertura de
los sectores de servicios sigue siendo un reto para la mayoría de los Estados
miembros, tal y como se indica en las recomendaciones específicas por país de
2014, que ponen el énfasis en las medidas dirigidas a mejorar el funcionamiento
de sus industrias de red y aumentar la competencia en los sectores de bienes y
de servicios, en particular en lo que atañe a las profesiones reguladas. La
aplicación efectiva de la legislación en materia de consumo puede también
aumentar la confianza y generar demanda en el mercado único. La
legislación de la UE ofrece un marco para la modernización a escala nacional y
para lograr una Europa más atractiva y competitiva. Los Estados miembros han
emprendido numerosas reformas en el sector de servicios tras la entrada en
vigor de la Directiva de servicios en 2006, pero, en los últimos tiempos, los
avances a este respecto se han hecho más desiguales. La plena aplicación de la
Directiva de servicios mejoraría significativamente el funcionamiento del
mercado único de servicios y podría generar un beneficio económico de hasta el
1,6 % del PIB de la UE a largo plazo, que se añadiría al 0,8 % del
PIB que se deriva del actual nivel de aplicación[6].
La persistencia global de un elevado número de excepciones a los principios
generales previstos en la Directiva, y los prolongados procesos de reforma en
algunos Estados miembros, suponen una rémora para la plena aplicación de la
Directiva e impiden que esta arroje todos sus frutos. La profundización de las
reformas nacionales debe centrarse en eliminar las siguientes trabas: i) los
requisitos de autorización desproporcionados e injustificados existentes en
muchos Estados miembros, entre otros los referentes a la forma jurídica y a la
participación accionarial; ii) la falta de claridad de la legislación nacional
por lo que atañe a las normas aplicables a las empresas que prestan servicios
transfronterizos; iii) la inexistencia de reconocimiento mutuo; iv) la falta de
agilidad en los procedimientos administrativos, con margen para la mejora del
sistema de ventanilla única; iv) los desiguales progresos en el proceso en
curso de evaluación mutua de las reglamentaciones profesionales y las reformas
de las profesiones reguladas; v) los obstáculos a la libre circulación de
bienes que aún persisten. La Comisión seguirá trabajando estrechamente con los
Estados miembros para eliminar estos obstáculos[7].
5. Mejora de las condiciones generales
de la inversión empresarial. Los esfuerzos por
fortalecer el entorno de las empresas, de modo que resulte más propicio a las
inversiones, son esenciales para atraer la inversión privada, en especial en
los Estados miembros que disponen de poco margen presupuestario para realizar
inversiones públicas. Las asociaciones público-privadas y la gobernanza de las
empresas públicas deben configurarse cuidadosamente de modo que el gasto
público y el gasto privado resulten más eficientes. La contratación pública
debe abrirse más, en particular mediante la aplicación de la legislación de la
UE. Ello exige también reforzar la capacidad administrativa de las autoridades
de contratación en materia de planificación y ejecución, en particular a través
de la contratación electrónica. En muchos casos, es necesario también que los
procedimientos sean más eficientes y transparentes. Con vistas a una eficaz
reasignación de recursos, es igualmente crucial el correcto funcionamiento de
las normativas en materia de insolvencia. 6. Mejora
de la calidad de la inversión en investigación e innovación (I+I). La inversión en I+I a nivel nacional y regional desempeña un
papel esencial en el impulso de un crecimiento sostenible. Los Estados miembros
deben seguir dando prioridad a la inversión pública en investigación e
innovación, velando por su eficiencia y su efecto promotor de la inversión
privada. Los Estados miembros deben prestar atención a la calidad de las
instituciones de I+I, su estrategia de desarrollo, sus procesos de formulación
de políticas y sus programas. Al mismo tiempo, deben mantener el ritmo de las
reformas, para garantizar un entorno favorable a la inversión, condición
necesaria para la inversión de las empresas en I+I y el rápido crecimiento de las
pymes innovadoras. 7.
Aumento de la eficiencia en la administración pública. Las administraciones públicas de toda la UE siguen enfrentándose
al desafío de «ofrecer más con menos», es decir, de satisfacer las necesidades
públicas en una época de presupuestos más rigurosos, de mejorar el entorno de
las empresas reduciendo la carga administrativa y reglamentaria de las empresas
y los ciudadanos, y de adaptarse a las exigencias de la economía digital. Esto
sigue siendo un reto en la inmensa mayoría de los Estados miembros. Algunos de
ellos han iniciado reformas institucionales o territoriales con el doble
objetivo de lograr ahorros mediante la racionalización de su organización y
garantizar el buen desarrollo del proceso de toma de decisiones y de aplicación
de las reformas merced a la clarificación de las competencias de los distintos
niveles institucionales o de la administración. Además, de
forma similar al programa de adecuación y eficacia de
la reglamentación (REFIT) desarrollado a escala de la UE, la mayoría de Estados
miembros debe perseguir la simplificación y un enfoque más digital de la
administración pública. La eliminación de las trabas burocráticas y
reglamentarias redundará en una legislación de mayor calidad, más simple y
comprensible, y preparará el camino hacia un entorno más favorable para las
empresas y los ciudadanos, lo que, a su vez, propiciará la inversión. A este
respecto, aumentar la eficiencia y garantizar la equidad e independencia de los
sistemas judiciales es también un requisito previo importante. Es claramente
necesario abordar aspectos tales como la duración de los procedimientos, el
número de casos pendientes, el insuficiente uso de las tecnologías de la
información y la comunicación, el fomento de mecanismos alternativos para la resolución
de litigios y la independencia de los sistemas judiciales. 4. PERSEVERANCIA EN LA RESPONSABILIDAD PRESUPUESTARIA El acusado incremento de los niveles de
déficit y de deuda registrado en toda la UE durante la crisis financiera hizo
necesario un importante saneamiento presupuestario, a efectos de restablecer la
confianza en la sostenibilidad de las finanzas públicas de los Estados miembros
y romper el círculo vicioso entre la evolución de la deuda soberana y la
inestabilidad financiera. Los significativos ajustes realizados en los últimos
años han logrado reducir los déficits y estabilizar los niveles de deuda en la
UE. El marcado descenso del número de países sujetos
al procedimiento de déficit excesivo –de 24 en 2011 a 11 en 2014– refleja estas
mejoras presupuestarias. Las últimas previsiones apuntan a que la orientación
de la política presupuestaria en la UE permanecerá neutra en los próximos años,
lo que supone que la política presupuestaria no obstaculizará el crecimiento
económico. No obstante, la
deuda pública sigue siendo muy elevada, lo que, junto con la elevada deuda
externa, hace que las economías sean más vulnerables a los acontecimientos
adversos y puede lastrar el crecimiento. Estos desequilibrios pueden
representar también una amenaza para el buen funcionamiento de la zona del euro
en su conjunto. El aumento de la deuda pública debe aún revertirse en los
próximos años, de acuerdo con las obligaciones de los Estados miembros en
virtud del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Esto puede lograrse mediante una
combinación de políticas presupuestarias responsables y crecimiento económico.
En primer lugar, el ritmo del ajuste presupuestario
debe diferenciarse en función de los retos presupuestarios a que se enfrenten
los diferentes Estados miembros. Así, si los Estados miembros con problemas de
sostenibilidad deben proseguir el saneamiento, aquellos otros que dispongan de
margen presupuestario deben, en cambio, utilizarlo para sostener el
crecimiento. Asimismo, los Estados miembros deben utilizar plenamente los
marcos presupuestarios nacionales, recientemente reforzados, para fijar la
adecuada trayectoria presupuestaria y atenerse a ella. En segundo lugar, la
composición de las estrategias presupuestarias debe determinarse de forma que
propicie el crecimiento. En diversos países, siempre y cuando ello resulte
coherente con las necesidades de saneamiento, el énfasis en la contención del
gasto, tal vez junto con una reducción de los impuestos más distorsionadores,
puede contribuir al aumento del crecimiento y la inversión. Recuadro 4: Saneamiento presupuestario responsable y favorable al crecimiento La forma en que los Estados miembros han efectuado el saneamiento presupuestario no ha resultado muy favorable para el crecimiento. Ha habido un exceso de concentración en las subidas de impuestos, que no resultan óptimas en la mayoría de Estados miembros en los que la presión impositiva ya es elevada. En los presupuestos nacionales, por el lado del gasto, los recortes se han dirigido principalmente a la inversión pública, pese a tratarse de gastos presupuestarios potenciadores del crecimiento. A la vez, en algunos Estados miembros, la magnitud del ajuste presupuestario necesario y la dinámica de la crisis financiera exigían soluciones rápidas. Gracias a la dilución de la crisis financiera y la moderación del ritmo de saneamiento, la composición de las medidas presupuestarias ha comenzado a mejorar. Esto ha quedado ya patente en 2014 y puede apreciarse también en los proyectos de presupuestos para 2015. La caída del gasto en inversión se ha frenado, al tiempo que la composición de los ingresos es ahora más favorable para el crecimiento. Cabe destacar que los proyectos de presupuestos para 2015 contienen algunas medidas tributarias positivas que reducen la presión impositiva sobre el trabajo, si bien se precisan aún medidas mucho más ambiciosas para hacer frente a los retos. Por el lado de los ingresos, es
importante garantizar un sistema tributario eficiente y propicio para el
crecimiento. El empleo y el crecimiento pueden estimularse desplazando la
presión impositiva que pesa sobre el trabajo hacia otros tipos de impuestos que
perjudican menos al crecimiento, como pueden ser los impuestos recurrentes
sobre los bienes inmuebles y los impuestos medioambientales y sobre el consumo,
teniendo en cuenta el impacto distributivo potencial de ese desplazamiento. La
elevada carga impositiva del trabajo es un problema ya antiguo en Europa, con
diferencias de hasta el 40 % entre los Estados miembros en lo que atañe al
coste de emplear a un trabajador a un salario medio y al sueldo neto de los
trabajadores. La ampliación de las bases impositivas, la simplificación y el
aumento de la transparencia pueden contribuir también a aumentar la eficiencia
del sistema tributario y mejorar el cumplimiento en materia impositiva, así
como a la lucha contra la planificación fiscal agresiva. Por el lado del gasto, debe otorgarse
prioridad a la inversión pública productiva y a partidas del gasto corriente
que favorezcan más el crecimiento; la adopción rápida de decisiones sobre el
Plan de Inversiones para Europa de la Comisión servirá para respaldar esas
prioridades. Los sistemas de protección social deben intervenir para combatir
la pobreza y favorecer la inclusión social. La eficiencia de los actuales
programas de gasto en el logro de sus objetivos debe incrementarse mediante
medidas de reforma y de otro tipo, tales como el análisis de gastos. Al menos
ocho Estados miembros están o han estado recientemente inmersos en distintas
formas de análisis de gastos: Reino Unido, los Países Bajos, Francia, Italia,
Irlanda, Dinamarca, España y Suecia. Compartir más por extenso los resultados y
la experiencia obtenidos en estos análisis debe formar parte del sistema de
gobernanza. El Pacto de Estabilidad y Crecimiento
ofrece el marco apropiado para generar crecimiento a largo plazo en el contexto
de unas finanzas públicas sostenibles, incluida la flexibilidad cuando resulte
necesario. Dicho Pacto pone el énfasis en la evolución presupuestaria en términos
estructurales y no solo en el déficit nominal. Esto permite filtrar aquello que
quede fuera del control de los gobiernos, ya se trate de hechos negativos (por
ejemplo, perturbaciones asimétricas) o positivos (por ejemplo, ingresos
extraordinarios). De este modo, se obtiene una imagen más exacta de la
situación presupuestaria subyacente. Se evalúa a cada Estado miembro por
separado, teniendo en cuenta su situación económica específica y los retos
nacionales planteados por el envejecimiento de la población, en particular en
lo referente a la política sanitaria y en materia de pensiones, y el nivel de
deuda pública. 5. RACIONALIZACIÓN
DE NUESTRO SISTEMA DE GOBERNANZA PARA AUMENTAR SU EFICACIA Y ACRECENTAR EL
SENTIMIENTO DE APROPIACIÓN El presente
Estudio Prospectivo Anual sobre el Crecimiento abre el ciclo anual de
gobernanza económica conocido como Semestre Europeo. Pasa revista a las
políticas presupuestarias, macroeconómicas y estructurales a escala de la UE,
con anterioridad a la preparación de los presupuestos y las decisiones
nacionales para el siguiente año. Desde 2011, el Semestre Europeo se ha
utilizado para lanzar y orientar importantes reformas presupuestarias y
estructurales en los Estados miembros. Junto con este Informe, la Comisión ha
realizado una revisión del paquete de seis y el paquete de dos medidas
legislativas que reforzó la gobernanza económica de la UE[8]. El Semestre
Europeo se ha convertido en un vehículo importante para la ejecución de las
reformas a escala tanto nacional como de la UE, al garantizar que la UE y sus
Estados miembros coordinen sus políticas económicas y sus esfuerzos para
impulsar el empleo, el crecimiento y la inversión. Sin embargo, el seguimiento
hecho por la Comisión[9]
indica que el sentimiento de apropiación es aún insuficiente, lo que da lugar a
niveles insatisfactorios de aplicación de las recomendaciones específicas por
país, particularmente en el ámbito de las reformas estructurales. Ante los
retos económicos a que se enfrenta Europa, la Comisión considera llegado el
momento de racionalizar y reforzar el Semestre Europeo para dotarlo de
mayor eficacia, centrando más sus objetivos y acentuando su claridad y su
función política de cara al futuro, en consonancia con el enfoque integrado que
ofrece el presente Informe. Un Semestre Europeo reformado debe perseguir la
eficacia de la coordinación de la política económica a escala de la UE, con
mayores exigencias de rendición de cuentas y de implicación de todos los
interesados (véase el anexo). La finalidad de la racionalización del
Semestre es aumentar el sentimiento de apropiación político, la rendición de
cuentas y la aceptación del proceso, reforzar su credibilidad y su
comparabilidad entre todos los Estados miembros y contribuir a la mejora de la
aplicación de las recomendaciones específicas por país. Debatir en torno al Semestre Europeo es también importante con
vistas a la revisión intermedia de la estrategia Europa 2020, que se
presentará con tiempo para su debate en el Consejo Europeo de la primavera de
2015. Tras la Comunicación en la que se hacía balance de la aplicación de
la estrategia Europa 2020, publicada el pasado marzo[10] y basada en los resultados de la consulta pública, y los
resúmenes de los debates del Consejo y las aportaciones recibidas de los
interesados, la Comisión está preparando la citada revisión intermedia de la
estrategia Europa 2020 y presentará sus conclusiones a principios de 2015. El éxito de
Europa frente a los retos a que se enfrenta en materia de empleo y de
crecimiento exige un amplio consenso sobre la adecuada orientación de las
políticas, así como el intenso apoyo de los interesados a los esfuerzos de
reforma. Ello exige que los Parlamentos nacionales, los interlocutores sociales
y el conjunto de la sociedad civil se involucren más en la aplicación de las
políticas decididas a escala tanto de la UE como nacional. Al efecto de asociar
a los Parlamentos nacionales más estrechamente al proceso, cada año, dichos
Parlamentos y el Parlamento Europeo se reúnen durante la semana parlamentaria para
debatir sobre el Semestre Europeo, con la participación de la Comisión. Es también
claramente necesario vigilar el progreso social y el efecto de las reformas en
el curso del tiempo. Se trabaja ya en la potenciación de la dimensión social de
la Unión Económica y Monetaria. En particular, se están introduciendo
indicadores sociales y de empleo en el Procedimiento de Desequilibrio
Macroeconómico, que deben utilizarse plenamente para comprender mejor el
mercado laboral y los cambios y riesgos sociales. La Comisión velará también
por una participación más activa de los interlocutores sociales europeos en el
proceso del Semestre Europeo. Aunque
ya toda una serie de primeras ideas se probarán y aplicarán en el Semestre
Europeo 2015, en los próximos meses se elaborarán nuevas propuestas, dentro del
trabajo de profundización de la gobernanza económica, coordinadas por el
Presidente de la Comisión, junto con el Presidente del Consejo, el Presidente
del Banco Central Europeo y el Presidente del Eurogrupo[11]. 6. CONCLUSIÓN Es urgente
reconfigurar la formulación de las políticas de la UE. En su Estudio
Prospectivo Anual sobre el Crecimiento para 2015, la Comisión propone que la UE
adopte un enfoque integrado de la política económica, basado en tres pilares,
todos los cuales deben actuar conjuntamente: el impulso de la inversión, la
aceleración de las reformas estructurales y la prosecución de un saneamiento
presupuestario responsable y que propicie el crecimiento. Con carácter prioritario, los Estados
miembros deben ratificar el Plan de Inversiones, por importe de 315 000
millones EUR, propuesto en el marco de su Estudio Prospectivo Anual sobre el
Crecimiento. Los Estados miembros deben comprometerse a completar los cambios
legislativos necesarios para crear el nuevo Fondo que se propone para finales
de junio de 2015. Deben asimismo comprometerse a duplicar, como mínimo,
globalmente el uso de los instrumentos financieros innovadores utilizados para
la realización de proyectos en el contexto de los Fondos Estructurales y de
Inversión Europeos en los próximos tres años. En función de las circunstancias de cada
Estado miembro, el enfoque integrado que se propone debe ponerse en práctica a
nivel nacional mediante medidas dirigidas a hacer frente a las rigideces del
mercado laboral, a fin de solventar los elevados niveles de desempleo, así como
medidas de reforma de los sistemas de pensiones, modernización de los sistemas
de protección social, aumento de la flexibilidad de los mercados de bienes y de
servicios, mejora de las condiciones generales de inversión de las empresas,
mejora de la calidad de las inversiones en investigación, innovación, educación
y formación, y aumento de la eficiencia de la administración pública. Se invita
a los interlocutores sociales a participar activamente en los programas de
reforma nacionales. Es necesario que los Parlamentos
nacionales, los interlocutores sociales y los interesados se involucren más en
el Semestre Europeo, para fortalecer el sentimiento de apropiación y la
rendición de cuentas a escala nacional. La racionalización del Semestre Europeo
2015 será un primer paso en esa dirección. El enfoque
integrado propuesto exige el liderazgo político de los Estados miembros, el
Parlamento Europeo y el Consejo Europeo. La Comisión trabajará con todos los
agentes para garantizar que Europa vuelva a la senda de una recuperación
económica sostenible. ANEXO Racionalización y refuerzo del Semestre Europeo Por Semestre Europeo se entiende el ciclo
anual de coordinación de la política económica y presupuestaria durante el cual
se ofrecen orientaciones a los Estados miembros antes de que adopten sus
decisiones a escala nacional. Esas orientaciones se inscriben en el contexto
del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y del Procedimiento de Desequilibrio Macroeconómico.
El Semestre Europeo sirve también para poner en práctica la estrategia Europa
2020. El Semestre Europeo comienza cada año
cuando la Comisión publica el Estudio Prospectivo Anual sobre el Crecimiento.
Este Informe, que traza las prioridades económicas generales de la UE, se
somete al debate de las demás instituciones y alimenta las deliberaciones
previas al Consejo Europeo de primavera. Cada año, en primavera, los Estados
miembros presentan programas nacionales. A continuación, la Comisión propone a
cada Estada miembro recomendaciones de política específicas por país basadas en
su evaluación de las situaciones y los programas económicos nacionales. Se
abarcan todos los ámbitos relevantes de la política: las reformas
presupuestarias, macroeconómicas y estructurales. Las recomendaciones se
debaten en el Consejo y se ratifican en el Consejo Europeo de junio, como paso
previo a su adopción final por el Consejo. Se espera de los Estados miembros
que reflejen las recomendaciones en sus planes presupuestarios y de política en
general para el siguiente año, y que las apliquen en los siguientes doce meses. Aunque el Semestre Europeo ha intensificado
la coordinación de la política económica a escala de la UE, la escasa o, a
veces, nula aplicación de recomendaciones específicas por país esenciales ha
puesto en entredicho su eficacia. Un Semestre Europeo racionalizado y reforzado
debe partir de los aspectos positivos del proceso y subsanar los aspectos
negativos, simplificando las diversas etapas y sus aportaciones, mejorando la
cooperación y el diálogo con los Estados miembros, limitando las obligaciones
de información y potenciando la naturaleza multilateral del proceso y el
sentimiento de apropiación en todos los niveles. Simplificar la aportación de la Comisión
y dar más cabida a reacciones ante el análisis de esta: la práctica de presentar el Estudio Prospectivo Anual sobre el
Crecimiento y el Informe sobre el Mecanismo de Alerta conjuntamente en otoño
funciona bien, pues ambos documentos se complementan y fijan el enfoque global
de la UE para el siguiente año. Sin embargo, los dos principales documentos
específicos por país elaborados en una fase posterior del proceso, los
documentos de trabajo de los servicios de la Comisión que acompañan a las
recomendaciones específicas por país y los exámenes exhaustivos presentados
tras el Informe sobre el Mecanismo de Alerta se presentan actualmente en dos
momentos separados de la primavera. La elaboración de un análisis económico
completo único por Estado miembro, que sirva de base de las recomendaciones
dirigidas a los Estados miembros, aumentaría la coherencia del proceso y
reduciría la carga administrativa. La publicación de estos documentos en fecha
más temprana, por ejemplo, en marzo, permitiría una mayor transparencia y daría
más cabida a posibles reacciones ante el análisis de la Comisión. Simplificar las obligaciones de
información de los Estados miembros: las
obligaciones de información que incumben a los Estados miembros deben ser
proporcionadas y tener un valor añadido evidente. A ese respecto, el principio
debe ser el de «informar una sola vez», de modo que la información ya
disponible, recopilada a través de documentos y misiones sobre el terreno,
pueda compartirse y reutilizarse, limitándose el trabajo a escala europea a
analizar y actualizar esa información. Los Programas Nacionales de Reforma
pueden desempeñar una gran función de comunicación y potenciación del
sentimiento de apropiación a escala nacional, en la medida en que se
reorienten, con el fin de aportar información nacional más específica al análisis de la Comisión en una fase más temprana, y que los
Parlamentos nacionales y los interlocutores sociales se involucren en su
formulación. Potenciar la naturaleza multilateral del
proceso: la implicación de los Estados miembros
en el Semestre Europeo es, en conjunto, aún demasiado débil a escala nacional,
pero también a escala europea. Esto limita la calidad del debate y la posterior
aplicación de las recomendaciones específicas por país. En aquellos ámbitos en
los que los instrumentos de supervisión son más rigurosos, tales como las
finanzas públicas y los marcos presupuestarios, se registra un grado de
aplicación significativamente más elevado. Un proceso racionalizado permitiría
disponer de más tiempo para examinar y debatir las orientaciones de la UE. Una
presentación más temprana del análisis específico por país de la Comisión sería
también útil en ese sentido. Además, en conjunción con la Presidencia del
Consejo, podría fomentarse el examen contrastado de los resultados y las
políticas a lo largo del año. Una mayor comparabilidad de las políticas
aplicadas y sus resultados entre los Estados miembros añadiría un elemento de
presión inter pares y aportaría más información a los debates temáticos multilaterales.
El intercambio de ideas en relación con el seguimiento de la ejecución de las
reformas que efectúa la Comisión es especialmente importante en el contexto de
la preparación de las deliberaciones en el Consejo sobre el proyecto de
recomendaciones, así como en lo que atañe al debate del Consejo Europeo de
junio. Abrir más el proceso e incrementar la
participación de otros agentes: en ocasiones, se
ha cuestionado la legitimidad democrática del proceso del Semestre Europeo. En
los últimos años, la Comisión ha ido estableciendo gradualmente un diálogo más
profundo y permanente con los Estados miembros, a través de reuniones
bilaterales, debates más específicos en los comités del Consejo y un aumento de
las misiones técnicas. Se han registrado también progresos por lo que atañe a
la intervención parlamentaria. En lo que se refiere al Parlamento Europeo, se
ha podido establecer una estrecha participación gracias al diálogo económico,
introducido a través del paquete de seis actos legislativos, que prevé el debate
entre el Parlamento Europeo, por un lado, y los Estados miembros, el Consejo,
la Comisión, el Consejo Europeo y el Eurogrupo, por otro. Además, el Parlamento
mantiene importantes debates políticos en momentos cruciales del Semestre
Europeo. La atención de los Parlamentos nacionales al Semestre Europeo se ha
acrecentado con los años, gracias a la aplicación del paquete de dos actos
legislativos y a una intervención más directa de la
Comisión por medio de presentaciones y debates. Pese a esta positiva evolución,
aún queda margen para un diálogo más extenso, no solo con los Parlamentos, sino
también con los interlocutores sociales. Por ejemplo, en el futuro, la Comisión
podría dialogar con el Parlamento Europeo y los interlocutores sociales a
escala europea antes de la presentación del Estudio Prospectivo Anual sobre el
Crecimiento, y proseguir el debate una vez adoptado este. Basándose en su análisis específico por país, la Comisión podría
también debatir con el Parlamento Europeo sobre aspectos horizontales
emergentes y, en su caso, con los interlocutores sociales, con el fin de
recibir de ellos opiniones sobre cuestiones de actualidad específicas de cada
país. [1] Véanse las Orientaciones
Políticas de la nueva Comisión de 15 de julio de 2014: http://ec.europa.eu/about/juncker-commission/docs/pg_es.pdf [2] Previsiones
económicas de otoño de 2014 de la Comisión, de 4 de noviembre de 2014: http://ec.europa.eu/economy_finance/publications/european_economy/2014/pdf/ee7_en.pdf [3] Como ya se anunció en las Orientaciones Políticas para la nueva
Comisión Europea, de 15 de julio de 2014. [4] Tal es el caso, en particular, de Italia (-25%), Portugal (-36%),
España (-38%), Irlanda (-39%) y Grecia (-64 %). [5] «Mapping the Cost of Non-Europe 2014-19», un estudio
publicado por el Parlamento Europeo en julio de 2014. [6]
J. Monteagudo, A. Rutkowski, D. Lorenzani, The economic impact
of the Services Directive: A first assessment following implementation,
Economic Papers 456, junio de 2012,
http://ec.europa.eu/economy_finance/publications/economic_paper/2012/pdf/ecp_456_en.pdf [7] COM(2012) 261 de 8 de junio de 2012. [8] COM (2014) 905 de 28 de noviembre de 2014. [9] Las evaluaciones de la
Comisión se presentan en los documentos de trabajo anuales de los servicios de
la Comisión que acompañan a las recomendaciones específicas por país http://ec.europa.eu/europe2020/making-it-happen/country-specific-recommendations/index_en.htm [10] COM(2014) 130 final, «Balance
de la Estrategia Europa 2020 para un crecimiento inteligente, sostenible e
integrador», http://ec.europa.eu/europe2020/pdf/europe2020stocktaking_es.pdf [11] Según lo acordado en la
Cumbre del Euro celebrada el 24 de octubre de 2014.