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Document 52013DC0194
REPORT FROM THE COMMISSION TO THE EUROPEAN PARLIAMENT AND THE COUNCIL Final Report on the implementation of the EU Food Facility
INFORME DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO Y AL CONSEJO Informe final de ejecución del Mecanismo Alimentario de la UE
INFORME DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO Y AL CONSEJO Informe final de ejecución del Mecanismo Alimentario de la UE
/* COM/2013/0194 final */
INFORME DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO Y AL CONSEJO Informe final de ejecución del Mecanismo Alimentario de la UE /* COM/2013/0194 final */
INFORME DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO
EUROPEO Y AL CONSEJO Informe final de ejecución del Mecanismo
Alimentario de la UE Lista de acrónimos AFSI AGIR Sahel AU-IBAR BM DEN/DER DEVCO FAO FED FIDA MFP ONG OOPS PMA PSNP PTSA SHARE SWD UNHLTF UE || L’Aquila Food Security Initiative (Iniciativa de Seguridad Alimentaria de L'Aquila) Alliance Globale pour l'Initiative Résilience − Sahel (Alianza Mundial para la Iniciativa de Resiliencia − Sahel) African Union Interafrican Bureau for Animal Resources (Oficina Interafricana de Recursos Animales de la Unión Africana) Banco Mundial Documento de Estrategia Nacional/Regional Dirección General de Desarrollo y Cooperación − EuropeAid Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura Fondo Europeo de Desarrollo Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola Marco financiero plurianual Organización no gubernamental Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas Programa Mundial de Alimentos Productive Safety Net Programme (Programa «Red de Seguridad Productiva») Programa Temático de Seguridad Alimentaria Supporting Horn of Africa Resilience (Iniciativa «Apoyar la Resiliencia del Cuerno de África») Documento de trabajo de los servicios de la Comisión United Nations High-Level Task Force (Grupo de Trabajo de Alto Nivel de las Naciones Unidas) Unión Europea 1. Introducción En 2008, la
tendencia a largo plazo al descenso de los precios de los productos
alimenticios se invirtió al producirse una fuerte subida de los precios de los
alimentos básicos. Como consecuencia, más de 100 millones de personas
se vieron abocadas al hambre en los países en desarrollo. La subida y
volatilidad de los precios de los productos alimenticios agravó la situación de
inseguridad alimentaria, sobre todo entre la población más vulnerable, y
provocó disturbios por la hambruna en varios países. Durante la cumbre del G8 celebrada en julio de 2008, la Comisión
anunció su intención de crear un Mecanismo Alimentario dotado con 1
000 millones EUR para hacer frente a gran escala a los efectos de la
crisis de los precios de los productos alimenticios. De hecho, la respuesta
de la UE tuvo que ampliarse a través de los instrumentos existentes[1] para poder así
hacer frente a las necesidades derivadas de dicho impacto económico. El 16 de
diciembre de 2008 se estableció el Mecanismo Alimentario («Mecanismo de
respuesta rápida frente a la fuerte subida y volatilidad de los precios de los
productos alimenticios en los países en desarrollo»). El Mecanismo
Alimentario de la UE se erigió como la primera gran respuesta financiera a
la crisis alimentaria y contribuyó a reforzar la coordinación internacional
en el seno de las Naciones Unidas y del G8. El Mecanismo Alimentario se sumó
casi en su totalidad a la aportación de 3 900 millones USD realizada
por la Comisión y destinada a la Iniciativa de Seguridad Alimentaria de
L'Aquila (AFSI). La iniciativa AFSI, puesta en marcha en julio de 2009 por los
líderes del G8, cuenta con un presupuesto de 22 000 millones USD
para apoyar la agricultura sostenible y la seguridad alimentaria en los países
en desarrollo durante un período de tres años. Sobre la base de estos compromisos,
la UE ha puesto más recientemente en marcha otras dos iniciativas para dar
respuesta a las profundas crisis alimentarias que han afectado al Cuerno de
África y al Sahel (SHARE[2]
y AGIR[3]
Sahel). La Comisión ha adoptado además un
nuevo marco político para reforzar la resiliencia de aquellas personas y
comunidades más vulnerables ante futuras crisis[4]. El Mecanismo
Alimentario de la UE, que abarcó un período de tres años (2009-2011), se
destinó principalmente al período de transición entre la ayuda de emergencia y
la ayuda al desarrollo a medio y largo plazo. Los objetivos eran los
siguientes: ·
fomentar una reacción positiva por el lado
de la oferta del sector agrícola de los países y
regiones destinatarios; ·
reducir los efectos negativos de la volatilidad
de los precios de los productos alimenticios
sobre las poblaciones locales, de acuerdo con los objetivos mundiales en
materia de seguridad alimentaria, incluidas las normas de las Naciones Unidas
en materia de necesidades nutricionales; y, ·
fortalecer las capacidades productivas y la
gobernanza del sector agrícola, con el fin de
incrementar la sostenibilidad de las intervenciones. En
consonancia con estos objetivos, se establecieron tres categorías de medidas
que podrían recibir financiación: medidas destinadas a mejorar el
acceso a los insumos y servicios agrícolas, medidas del tipo «red de
seguridad» y otras medidas a pequeña escala destinadas a aumentar la
producción en función de las necesidades del país. El presente informe proporciona
información sobre las diversas medidas de ejecución adoptadas, los resultados y
las repercusiones previstas, así como las principales lecciones aprendidas y
las correspondientes recomendaciones, todo ello con el fin de mejorar los
actuales y futuros programas de seguridad alimentaria de la UE. La presente Comunicación va acompañada de
un documento de trabajo de los servicios de la Comisión (SWD) que ofrece
información más detallada sobre las medidas adoptadas y sus repercusiones a
corto plazo[5]. 2. Programación y ejecución En marzo de 2009, la Comisión presentó al
Parlamento Europeo y al Consejo un plan general para la ejecución del
Mecanismo Alimentario que incluía el listado de países destinatarios y el
reparto previsto entre las entidades en las que podría ejecutarse. El plan
incluía el siguiente desglose financiero indicativo: i)
920 millones EUR para cincuenta países seleccionados sobre la base de
unos criterios orientativos; ii) 60 millones EUR para intervenciones
a escala regional en África; y iii) 20 millones EUR para medidas de
apoyo. Los fondos se comprometieron en su
totalidad en mayo de 2010. La rapidez del proceso
de aprobación se debió en gran medida: a la creación por parte de la Comisión
de un grupo de trabajo, al uso de procedimientos de vía rápida y a la
flexibilidad demostrada por el Parlamento Europeo, que aceptó plazos abreviados
para ejercer su derecho de control. Si bien la gran mayoría de las
actividades se desarrolló según lo previsto, durante su ejecución se
introdujeron en el plan general una serie de cambios por un importe del
5,2 % del valor del Mecanismo Alimentario de la UE[6]. La ejecución del
plan en las Comoras no fue posible y las asignaciones de algunos países se
redujeron en unos casos (por ejemplo, en Madagascar, Guinea y Santo Tomé y Príncipe)
y se aumentaron en otros (por ejemplo, en Zambia). Los programas de ayuda
presupuestaria no pudieron ejecutarse como se había previsto inicialmente[7]; sin embargo, la
ayuda canalizada a través de las ONG y las agencias de los Estados miembros de
la UE aumentó con respecto a los planes iniciales. La gran
mayoría de las actividades finalizó en 2011. No
obstante, algunas intervenciones no acabaron hasta el primer semestre de 2012[8]. A 31 de diciembre
de 2010 se había contratado[9]
la totalidad del Mecanismo Alimentario de la UE, con 179 contratos y
acuerdos que abarcaban 232 proyectos. La gestión de las
operaciones de ayuda presupuestaria y de los proyectos con organizaciones
internacionales y regionales, así como de las medidas de apoyo, se centralizó en
la DG DEVCO, mientras que los proyectos con las ONG y las agencias de los
Estados miembros se atribuyeron a las delegaciones de la UE en enero de 2010.
La Comisión desembolsó casi el 100 % del importe total de
983,7 millones EUR (sin contar con las medidas de apoyo). Esta
tasa tan alta se alcanzó gracias a la utilización de procedimientos de vía
rápida, al riguroso seguimiento realizado y a la flexibilidad en las
reasignaciones. En el Reglamento
se había previsto dedicar un máximo del 2 % del Mecanismo Alimentario de
la UE, es decir, un máximo de 20 millones EUR, a las medidas de
apoyo, que incluía la contratación de agentes temporales en las
delegaciones de la UE, el seguimiento, la auditoría, la evaluación, estudios,
conferencias y asistencia técnica. Finalmente, se asignaron 17,3 millones EUR
para estos fines. Además de utilizar estas medidas de apoyo, la Comisión
reasignó diez puestos de su sede central para poner en marcha la iniciativa. 3. Seguimiento, auditoría y evaluación El Mecanismo Alimentario ha tenido un
estrecho seguimiento: el seguimiento de 76 proyectos (más del 75 %
de los proyectos del Mecanismo Alimentario) se ha realizado con el enfoque
de seguimiento basado en los resultados [Results-Oriented Monitoring (ROM)],
y expertos externos ha elaborado 236 informes de seguimiento que han sido
analizados por el personal de la Comisión en Bruselas y por las delegaciones de
la UE, y han sido compartidos, en su mayoría, tanto con los socios encargados
de la ejecución como con las autoridades locales. Las puntuaciones que han recibido los
proyectos han sido buenas. El 70 % de ellos ha obtenido la valoración «muy
bueno y bueno», el 23 % se ha llevado a cabo «con problemas» y solo el
7 % ha obtenido la valoración «con graves problemas»[10]. Estos resultados
son similares a la media de los resultados ROM obtenidos de forma general por
los proyectos de la UE evaluados en 2011[11].
Posteriormente, durante el transcurso del proyecto, se realizó una segunda fase
de seguimiento con el fin de evaluar los progresos realizados en la ejecución y
avanzar en las recomendaciones. Los socios encargados de la ejecución han
emitido asimismo informes periódicos de situación e informes finales
específicos[12]
y se han realizado con ellos visitas sobre el terreno y reuniones periódicas de
coordinación. Todas las informaciones de seguimiento se han recogido en un cuadro
de gestión general desarrollado como una herramienta interactiva que
permite actualizar en tiempo real las informaciones de seguimiento de la
Comisión y de las delegaciones de la UE. Las evaluaciones
independientes se han llevado a cabo a tres niveles: i) a nivel de
proyecto, en el caso de los proyectos ejecutados por las organizaciones
internacionales, las ONG y las agencias de los Estados miembros, ii) a nivel
de los socios encargados de la ejecución (por ejemplo, de la FAO[13], AU-IBAR) y iii) a
nivel general del Mecanismo Alimentario de la UE[14]. En el periodo
2011-2012 se realizó una evaluación final del Mecanismo Alimentario de la UE
siguiendo la metodología de evaluación de la Comisión. En concreto, la
evaluación concluyó lo siguiente: que la Comisión ha sido eficiente y eficaz en
la ejecución del Mecanismo Alimentario, que las intervenciones han sido
pertinentes y que los proyectos han tenido un claro efecto positivo en los
beneficiarios. Sin embargo, un período de ejecución más amplio y un ámbito
geográfico más reducido habría permitido una mayor repercusión. Asimismo, el
Tribunal de Cuentas Europeo publicó recientemente un Informe Especial sobre la
eficacia de la ayuda de la UE para la seguridad alimentaria en el África
subsahariana, que recomienda, entre otras cosas, que la UE debería examinar la
viabilidad de un instrumento permanente para hacer frente a las consecuencias
de futuras crisis alimentarias en los países en desarrollo[15]. 4. resultados y repercusión prevista A pesar de su breve plazo, el Mecanismo Alimentario ha tenido más
de 59 millones de beneficiarios directos y repercusiones en otros 93
millones de beneficiarios indirectos, la mayoría de ellos pequeños
agricultores en situación vulnerable y sus familias[16]. Las intervenciones se han ajustado a las políticas y prioridades
de los países socios y se han ejecutado de forma coordinada, complementaria
y coherente con los instrumentos de seguridad alimentaria de la UE, como
son el Programa Temático de Seguridad Alimentaria y los programas de los
Estados miembros de la UE y de otros donantes. Más del 65 % de las intervenciones han ampliado
operaciones ya en curso, con una financiación adicional que siempre que ha
procedido y ha sido posible se ha canalizado a través de estructuras de
ejecución ya existentes. Esto permitió responder con celeridad y ajustarse
al breve período de vigencia del Mecanismo Alimentario. Casi el 60 %
de la financiación de este mecanismo, concebida como parte de la respuesta
internacional coordinada del UNHLTF frente a la crisis de los precios de los
productos alimenticios, se canalizó a través de los organismos de las
Naciones Unidas. Gracias a la amplia presencia de estos organismos sobre el
terreno, se pudo dar una respuesta adecuada y oportuna, que proporcionó al Mecanismo Alimentario una buena visibilidad a
escala nacional. El Mecanismo Alimentario ha contribuido además decisivamente a
reforzar las relaciones entre la Comisión y los organismos de las Naciones
Unidas con sede en Roma[17],
lo que en última instancia ha dado lugar a la firma de una declaración de
intenciones relativa a un marco de cooperación programática en materia
de seguridad alimentaria y nutrición[18].
También han realizado intervenciones más de
425 agentes no estatales, la mayoría de ellos locales y nacionales. Más
de dos tercios de ellos han sido contratados por los organismos de las Naciones
Unidas, mientras que 124, encargados de la convocatoria de propuestas, han sido
contratados por la Comisión. A continuación se presentan los principales logros resultados y
repercusiones a corto plazo de las intervenciones realizadas a través del
Mecanismo Alimentario, para cada uno de los tres tipos de intervenciones
definidas en el Reglamento. 4.1. Medidas destinadas a
mejorar el acceso a los insumos y servicios agrícolas La mayoría de las intervenciones del Mecanismo Alimentario
(62 %) se ha centrado en la mejora de la producción agrícola de los
pequeños agricultores y/o en el acceso a los insumos. El principal
componente de los proyectos ejecutados por la FAO y por las ONG ha sido la
distribución de insumos agrícolas. Entre los agricultores beneficiarios se han
repartido 124 600 toneladas de semillas certificadas y mejoradas y 950 000
toneladas de fertilizantes. El principal reto en este sentido ha sido cumplir
con los requisitos específicos del calendario agrícola a pesar de los
procedimientos vinculantes de contratación pública y la limitada disponibilidad
de los productos en el mercado local. Según informan
los socios encargados de la ejecución, los distintos proyectos condujeron a un aumento
medio de la producción agrícola del 50 % (con una horquilla de entre
el 20 % y el 100 %) y a un incremento medio de los ingresos
familiares anuales de cerca de 290 EUR (con una horquilla de entre
40 y 2 100 EUR). En Guatemala, la FAO y el PMA han
reforzado conjuntamente la productividad agrícola y la capacidad de
comercialización de 14 000 pequeños agricultores. En Alta Verapaz, la
productividad de maíz de los agricultores aumentó de una media de 2,1
toneladas/hectárea a una media de 3,5 toneladas/hectárea. Las familias
consiguieron producir excedentes del 20 % de media al poder alcanzar algunos
productores un buen nivel de organización y cumplir las normas internacionales
de calidad. La producción también ha aumentado
gracias a proyectos dirigidos a los ganaderos, a los cuales se ha ofrecido
un total de 834 000 animales (ganado bovino, caprino y porcino y
pollos). Se ha logrado un importante impacto en términos de productividad al aumentar
la mecanización agraria (en Zambia, por ejemplo, el uso de aperos de
labranza más ligeros en vez de arados pesados ha fomentado la igualdad entre
hombres y mujeres, ya que la plantación y la escarda son faenas que
tradicionalmente realizan las mujeres) y al disminuir la mortalidad con
la vacunación del ganado. AU-IBAR ejecutó el proyecto «Vacunas para el
Control de Enfermedades Animales Desatendidas en África» [Vaccines for the
Control of Neglected Animal Diseases in Africa (VACNADA)] en 28 países
del África subsahariana. En total se vacunó a 44,6 millones de
animales contra cuatro enfermedades animales contagiosas, lo cual redujo
drásticamente la incidencia de esas enfermedades en las zonas objetivo. El
aumento de la inmunidad adquirida tras la vacunación permitió a los
ganaderos (especialmente a aquellos pequeños ganaderos que no podían
permitirse pagar la vacunación) mantener su ganado, vender sus excedentes y
cubrir gastos imprevistos. El proyecto también aumentó la capacidad
de producción (en algunos casos, en un 100 % ) y la calidad de
determinadas vacunas, gracias al suministro de equipamiento y a la mejora de
las instalaciones de los laboratorios de producción de vacunas y, de forma
complementaria, gracias a las actividades de formación para mejorar las
prestaciones de los servicios veterinarios. La mayoría de los proyectos han aunado la
distribución de abonos, semillas y ganado con la distribución de
herramientas, vacunas y maquinaria agrícola. Se ha suministrado a los
beneficiarios más de 88 000 equipos de maquinaria agrícola y equipamientos
para tareas posteriores a la cosecha. La colaboración con el sector privado, en
especial a través de los distribuidores agrícolas locales autorizados, ha contribuido
no solo a mejorar la disponibilidad y la circulación de los insumos, sino
también a estimular la economía local. Algunos proyectos han propiciado la
diversificación de la producción (por ejemplo, la horticultura en Bangladés, la
cría de pequeños animales en Tanzania, estanques piscícolas o producciones
hortofrutícolas y de plátanos de mediana escala en Haití), lo cual ha permitido
a los beneficiarios acceder a una mayor diversidad de alimentos. Por
otra parte, los proyectos han aumentado la producción destinada a los mercados,
lo que ha permitido generar pequeños ingresos en aquellos hogares que
anteriormente vivían de la agricultura de subsistencia. El proyecto Self Help Africa («Autoayuda
para África») ejecutado en Etiopía permitió aumentar en un 35 %
la producción agrícola de 17 500 hogares gracias a la
distribución de: 606 millones de toneladas de semillas mejoradas,
29 millones de toneladas de piensos, 278 000 medicamentos
veterinarios (antibióticos y antihelmínticos) y maquinaria (herramientas para
la limpieza de semillas, bombas de riego, materiales de uso cotidiano), así
como la construcción de 16 almacenes de semillas. Los ingresos anuales
de los beneficiarios han aumentado, pasando a estar en una horquilla
comprendida entre 290 EUR y 1 500 EUR. Las
operaciones han permitido desarrollar capacidades encaminadas a apoyar un
aumento sostenible de la productividad agraria. Las actividades de
capacitación estaban ligadas a una amplia serie de medidas, entre ellas la
formación de los agricultores en técnicas agrícolas y de riego. Estas
actividades también han reforzado las capacidades de las agrupaciones locales
de agricultores y de las organizaciones de productores locales. Además, las
sesiones de formación no solo estaban destinadas a los agricultores beneficiarios,
sino también a los funcionarios y otras partes interesadas. Casi 2,5
millones de personas se han beneficiado de las diversas actividades de
formación. Metodologías de extensión, tales como escuelas para agricultores
y promotores rurales, han permitido canalizar el asesoramiento de manera
efectiva con demostraciones prácticas en las explotaciones sobre
intensificación de la producción sostenible, buenas prácticas agrícolas,
agricultura de conservación, gestión de la fertilidad de los suelos, irrigación
de pequeña escala, diversificación de cultivos, etc. En Zambia, la producción
alimentaria aumentó al mejorarse el acceso a los insumos agrícolas y al
promoverse los principios de la agricultura de conservación. Durante las
jornadas de extensión en escuelas para agricultores, 400 agentes de extensión
agraria transmitieron sus conocimientos sobre agricultura de conservación a
28 agricultores que a su vez formaron a otros 15 participantes. De esta
manera se consiguió llegar a casi 180 000 agricultores. La difusión de las prácticas de la
agricultura de conservación se tradujo por término medio en un incremento de
la producción de maíz del 30 %, de 2 toneladas/hectárea a 2,6
toneladas/hectárea. Además de los 16,9 millones EUR destinados al
proyecto a través del Mecanismo Alimentario, se ha previsto una nueva partida
de 11,1 millones EUR (financiada con cargo al Fondo Europeo de
Desarrollo) para promover el enfoque de la agricultura de conservación en este
país. 4.2. Medidas del tipo «red de
seguridad» e intervenciones sobre nutrición Las intervenciones del tipo «red de
seguridad», que ascienden aproximadamente a 138 millones EUR, han
permitido a los beneficiarios hacer frente a los efectos de la subida de los
precios de los productos alimenticios, sobre todo a través de proyectos de
«dinero o alimentos a cambio de trabajo» y a través de cheques-servicio. La
población pobre de las zonas rurales (y, en ocasiones, también la de las zonas
urbanas) es la que se ha beneficiado de estas medidas, tanto de las medidas del
tipo «red de seguridad» (por ejemplo, la iniciativa PSNP en Etiopía), como de
los proyectos de «dinero o alimentos a cambio de trabajo» (por ejemplo, Sierra
Leona, Pakistán). Las medidas del tipo «red de seguridad» han sido aplicadas
por aquellos socios con experiencia en la distribución de dinero o alimentos,
como el Banco Mundial, el OOPS y el PMA, pero también por las ONG, que han
empleado como «dinero a cambio de trabajo» una cuarta parte del importe
canalizado a través de ellos (57 millones EUR). En la mayoría de los casos, los ingresos
adicionales resultantes de estas actividades han ayudado a los beneficiarios a
superar la crisis de los precios de los productos alimenticios y, en algunos
casos puntuales, a superar catástrofes naturales sufridas durante el período de
vigencia del Mecanismo Alimentario (sequías, inundaciones). Estos ingresos
aumentaron además la resiliencia de la población más pobre y evitaron que ésta
vendiera sus activos productivos (animales, pequeña maquinaria), lo que a su
vez permitió a las familias mejorar su nivel de vida después de las crisis. En Bangladés,
607 000 personas se han beneficiado del sistema de «alimentos y
dinero a cambio de trabajo», que ha proporcionado empleo a corto plazo a
121 000 agricultores marginales o sin tierra durante las temporadas de
escasez. Se han construido y rehabilitado asimismo 989 activos
agrarios resistentes a inundaciones para proteger a 1,7 millones de personas,
entre otros, terraplenes, carreteras de acceso, terrenos elevados y semilleros
e instalaciones de riego, . En casos muy concretos, también se han
distribuido alimentos, bien como «alimentos a cambio de trabajo» o incluso como
ayuda alimentaria a las personas más vulnerables. Por ejemplo, el OOPS
distribuyó 34 500 toneladas de alimentos en los territorios palestinos
ocupados, mientras que el PMA repartió otras 96 600 toneladas en los
países con zonas caracterizadas por una grave escasez de alimentos, como
Pakistán, Bangladés y Guatemala. Más de la tercera parte (37 %) de
los proyectos contaban con actividades relacionadas con la nutrición. El Mecanismo Alimentario ha mejorado la situación nutricional de
la población más vulnerable, especialmente de los niños. Con el fin de paliar
los efectos de la crisis de los precios de los productos alimenticios, varias
intervenciones han estado específicamente dirigidas a niños de hasta seis años
y a mujeres embarazadas o en período de lactancia. En Níger, Malí y Liberia se
distribuyeron, por ejemplo, más de 25 000 toneladas de alimentos nutricionales
y millones de vitaminas, y 141 000 beneficiarios, en su mayor parte madres
y personal médico y paramédico, recibieron formación sobre prácticas para
mejorar la nutrición. En Malí, se administraron
suplementos de vitamina A a más de 11 millones de niños de edades
comprendidas entre 6 y 59 meses. 1 300 000 niños de Níger se
beneficiaron de las campañas de sensibilización dirigidas a las madres sobre
cómo prevenir la desnutrición. En Guatemala se proporcionaron raciones
complementarias de alimentos a 100 000 niños de entre 6 y 36 meses y a
50 000 mujeres embarazadas y en período de lactancia, al tiempo que
8 000 agricultores que practican la agricultura de subsistencia recibían
raciones alimentarias por su participación en actividades de formación. 4.3. Otras medidas a pequeña
escala destinadas a aumentar la producción agrícola Muchos de los
proyectos incluían otros mecanismos encaminados a la mejora de la producción,
con el fin de solventar, entre otros problemas, las pérdidas posteriores a las
cosechas, la disponibilidad y conservación de los recursos hídricos o el acceso
a los mercados. En total se recuperaron o irrigaron 315 350 hectáreas de
tierras agrícolas y se rehabilitaron o construyeron, asimismo, 13 656
diques, presas, y microembalses, y más de 10 600 km de carreteras,
principalmente caminos rurales. Otras medidas a pequeña escala estuvieron
además encaminadas a la concesión de microcréditos y a la construcción de
centros de investigación y de semillas. En el Norte de Afganistán, 4 880 familias
participaron en un programa de «dinero a cambio de trabajo» realizado en
actividades relacionadas con las infraestructuras y el riego, que tuvo como
resultado la construcción y rehabilitación de 107 km de carreteras y
1 057 km de canales de riego. Se crearon más de 3 164
hectáreas de tierras para la agricultura, lo cual mejoró la productividad
agrícola y el acceso a los pueblos y mercados, especialmente durante el
invierno. Esto permitió a 218 000 personas beneficiarse de
infraestructuras rehabilitadas o de nueva construcción y de medidas de
protección contra las inundaciones, así como conseguir que 6 500 familias
tengan ahora acceso a agua potable. El resto de actividades abarcaron diversos
ámbitos, entre ellos la pesca (en Camboya, Filipinas, Guinea Conakry y
Mozambique), la agricultura urbana (en Kenia), el apoyo político (en Nepal), la
multiplicación de semillas (en Burkina Faso, Níger, Nepal y Mozambique) o la
agricultura de conservación (en Zambia). El Mecanismo Alimentario ha tenido
repercusiones positivas en la vida de más de 59 millones de
beneficiarios directos estimulando la producción agrícola sostenible de los
pequeños agricultores, reduciendo las pérdidas posteriores a la cosecha y
facilitando el acceso a los mercados. Las intervenciones han mejorado las
capacidades de los pequeños propietarios en lo que se refiere a terrenos,
ganado y gestión del agua, lo que les ha permitido aumentar y diversificar sus
fuentes de ingresos. El Mecanismo Alimentario ha contribuido además a aumentar
el acceso a los alimentos y a mejorar la situación alimentaria y nutricional de
las personas más vulnerables, especialmente mujeres y niños. 5. PRINCIPALES LECCIONES APRENDIDAS Y
RECOMENDACIONES Lecciones aprendidas 1. La UE ha demostrado su
capacidad para establecer y ejecutar eficazmente el presupuesto de
1 000 millones EUR del Mecanismo Alimentario. Esta decidida
iniciativa ha situado a la UE en la vanguardia de la comunidad de donantes
en lo que se refiere a agricultura sostenible y seguridad alimentaria. Desde
su puesta en marcha, la UE se ha mantenido como primer donante en materia de
seguridad alimentaria, y sigue estando en primer plano de la escena
internacional con la Iniciativa de Seguridad Alimentaria de L’Aquila y la
iniciativa del G8 «Nueva Alianza por la Seguridad Alimentaria y Nutricional».
2. La exitosa ejecución del
Mecanismo Alimentario se debe en gran medida a su rápida puesta en marcha, a
su envergadura y, sobre todo, a su capacidad de reacción. La creación de
dos grupos de trabajo por parte de la Comisión y de la ONU, respectivamente, ha
sido clave en la movilización de mano de obra y experiencia apropiadas. 3. Su principal objetivo ha
sido abordar con celeridad las consecuencias de la crisis de los precios de los
productos alimenticios, más que atender a sus causas. No obstante, el Mecanismo
Alimentario ha reforzado la capacidad de la población y de las comunidades
pobres para hacer frente a futuras crisis, lo cual ha resultado beneficioso ya
que posteriormente muchos países del África subsahariana se han visto de nuevo
golpeados por crisis alimentarias como consecuencia de diversos factores
estrechamente relacionados entre sí, como son la pobreza, los fenómenos
climáticos, la subida y la fluctuación de los precios de los alimentos, la
presión sobre los recursos naturales (incluidos sistemas de arrendamiento de
tierras inadecuados), el rápido crecimiento demográfico, la frágil gobernanza y
la inestabilidad política. Además, las personas más vulnerables tendrán que
enfrentarse cada vez más y de forma más grave a los efectos de estos factores,
especialmente en el Sahel y en el Cuerno de África. 4. El hecho de que el
Mecanismo Alimentario se haya centrado en el aumento de la producción agrícola
ha provocado una respuesta positiva de la oferta a nivel local. Sin embargo,
dichas intervenciones no pueden suplir la necesidad de que los países socios
refuercen su apoyo a largo plazo a la agricultura sostenible y la seguridad
alimentaria. 5. La consecución de los
objetivos de los programas ha resultado en ocasiones difícil debido a la
relativa brevedad del período de ejecución. Como ya sucede en el caso de las
iniciativas SHARE y AGIR Sahel, debe reforzarse la articulación entre las
intervenciones a corto, medio y largo plazo. 6. Por otra parte, las
intervenciones del Mecanismo Alimentario se centraron esencialmente en la
disponibilidad de los alimentos y el acceso a los mismos. Sin embargo, a
pesar de que el acceso a los alimentos constituye un grave problema, en muchos
países socios resulta más preocupante el acceso a los alimentos nutritivos. Se
podría haber prestado, por tanto, una mayor atención a la desnutrición materna
e infantil. 7. En 2012, casi 30
millones de personas vulnerables padecieron la crisis alimentaria en el Cuerno
de África y en el Sahel, poniendo de relieve la necesidad de que la UE
mantenga una fuerte capacidad para reaccionar con celeridad. Tal y como
recomiendan el Tribunal de Cuentas Europeo y el Parlamento, la Comisión identificará
las mejores opciones aprovechando las modificaciones del Reglamento Financiero
y el Marco Financiero. Recomendaciones La UE debería dedicar más ayudas a la
agricultura sostenible y la seguridad alimentaria. En el marco de su
programación geográfica para 2014-2020: 1. La Unión Europea debería
situar la agricultura sostenible y la seguridad alimentaria en el centro de
su diálogo político con los países socios, y debería seguir apoyando las
políticas y prioridades de estos países abordando para ello los factores
subyacentes que fomentan las crisis alimentarias. 2. La ayuda de la UE
debería prestar especial atención a los países que sufren inseguridad
alimentaria. La «evaluación estructurada de la seguridad alimentaria»,
desarrollada para este fin por la Comisión, debería aprovecharse al máximo. 3. Fomentar la resiliencia
de aquellos países socios, comunidades y personas que se encuentran en una
situación de mayor riesgo es uno de los objetivos fundamentales de la ayuda de
la UE destinada a la seguridad alimentaria y nutricional. En el marco de su
planteamiento en materia de resiliencia, la UE debería apoyar en mayor medida
la reducción de la vulnerabilidad mediante el aumento de las capacidades de los
países socios para prevenir y prepararse ante futuras crisis, y para poder
afrontarlas cuando se produzcan. Esto supone, en concreto, mejorar las
actividades de gestión del riesgo de desastres naturales, sobre todo en
aquellos países socios más expuestos a ellos. 4. Partiendo de las
lecciones aprendidas con la ejecución del Mecanismo Alimentario y con la puesta
en marcha de las iniciativas SHARE y AGIR Sahel, la UE debería aprovechar los
instrumentos que tiene a su disposición, así como la reciente posibilidad de
crear fondos fiduciarios, para fomentar un enfoque estructural que brinde apoyo
a los países socios que se enfrentan a crisis alimentarias. 5. La respuesta de la UE a
las crisis alimentarias se diseñará en función de la naturaleza de la crisis y
de su contexto y recurrirá, siempre que sea posible, a las estructuras y
capacidades nacionales y regionales existentes. Este enfoque prestará
especial atención a la propiedad, teniendo en cuenta la interrelación que se
establece entre seguridad alimentaria, por un lado, y gobernanza, fragilidad
de los Estados y consolidación de la paz, por otro, en concreto en
aquellos Estados más frágiles y en contextos de inseguridad alimentaria
crónica. 6. CONCLUSIONES Y AVANCES Gracias al Mecanismo Alimentario,
decisivo a la hora de impulsar una respuesta coordinada de las Naciones Unidas,
la UE ha sido capaz de responder rápida y eficazmente a los efectos de la
crisis de los precios de los productos alimenticios de 2007-2008. Más de
59 millones de personas de 49 países en desarrollo se han beneficiado
de forma directa de los 1 000 millones EUR del Mecanismo
Alimentario. El mecanismo ha permitido una
respuesta positiva en lo que se refiere a la oferta, gracias a la cual han
aumentado la producción y las rentas de los pequeños agricultores. Las medidas
del tipo «red de seguridad» han conseguido paliar los efectos de la subida del
precio de los productos alimenticios en los sectores más vulnerables de la
población. Otras medidas han ido encaminadas, de forma más amplia, a apoyar la
base de la producción agrícola. En ese sentido, el Mecanismo Alimentario ha
logrado importantes resultados al conseguir aumentar la producción agrícola
sostenible, al reducir las pérdidas posteriores a la cosecha y al facilitar el
acceso a los mercados. Por otra parte, el Mecanismo Alimentario ha contribuido a
convertir el desarrollo agrícola sostenible y la seguridad alimentaria en temas
prioritarios de la agenda mundial de desarrollo. Este mecanismo ha
despertado una constante atención internacional en foros como el Comité de
Seguridad Alimentaria Mundial y el G8 y el G20, subrayando la necesidad de
aumentar la producción agrícola y la productividad sobre una base sostenible y
contribuyendo a reforzar los mecanismos de gobernanza mundial mediante la
mejora de de información sobre los mercados mundiales[19]. Aunque el Mecanismo Alimentario haya
alcanzado sus objetivos, aún queda mucho por hacer para combatir el problema de
la inseguridad alimentaria, especialmente en aquellos países de renta baja y
más vulnerables a catástrofes. Partiendo de las lecciones aprendidas con el
Mecanismo Alimentario, la ayuda de la UE al desarrollo agrícola sostenible y
la seguridad alimentaria debería consolidarse como un sector prioritario
de la cooperación en aquellos países que sufren inseguridad alimentaria crónica.
De cara al ejercicio de programación
conjunta para el período 2014-2020, se ha facilitado a las delegaciones de la
UE unas orientaciones específicas para garantizar que se atienden las
prioridades en materia de agricultura sostenible y seguridad alimentaria,
concretamente en los 52 países socios que han sido seleccionados
realizando evaluaciones estructuradas de seguridad alimentaria y nutricional.
Estas prioridades deberían reflejarse en el diálogo sobre políticas
desarrollado por las delegaciones de la UE, que hará hincapié en el impacto
a largo plazo y en la propiedad[20],
especialmente desde una perspectiva de sostenibilidad a largo plazo. En este contexto, la UE debería centrarse
en los países más rezagados en materia de seguridad alimentaria y nutricional,
utilizando aquellos mecanismos de financiación existentes que sean más eficaces
para reducir la vulnerabilidad estructural a largo plazo y fomentando la
resiliencia de los hogares, países y regiones más pobres ante futuras crisis
alimentarias, con independencia de su naturaleza. [1] Mecanismo FLEX de Vulnerabilidad (500 millones EUR),
dotación B del Fondo Europeo de Desarrollo (185,9 millones EUR),
Programa Temático de Seguridad Alimentaria (50 millones EUR) y DG
ECHO (210 millones EUR). [2] Supporting Horn of Africa Resilience [iniciativa
«Apoyar la Resiliencia del Cuerno de África» (SHARE)]. [3] Alliance globale pour l'Initiative Résilience –
Sahel [Alianza Mundial para la Iniciativa de Resiliencia – Sahel (AGIR Sahel)]. [4] COM (2012) 586. [5] SWD (2013) 107. [6] SWD (2013) 107. [7] Los programas de ayuda presupuestaria tuvieron en
las Comoras, Madagascar, Níger, Etiopía y Zambia una repercusión menor de la
que hubiera cabido esperar. [8] La Comisión concedió una prórroga, hasta el 31 de
diciembre de 2012, a un número muy reducido de proyectos, debido a la posterior
reasignación de fondos dirigida a un proyecto que estaba funcionando
correctamente (Zambia) y a determinados contextos difíciles (Malí, Yemen,
Afganistán y Kirguizistán). [9] Con excepción de los 5,8 millones EUR
destinados a Zambia, contratados en 2011. [10] El informe final del seguimiento basado en los
resultados se encuentra disponible en el sitio web de la DG DEVCO. [11] Informe anual de 2012 sobre las políticas de la Unión
Europea en materia de desarrollo y ayuda exterior y su aplicación en 2011. SWD
(2012) 242 final. [12] Los datos agregados resultantes de estos informes se
presentan en la sección 4, «Resultados y repercusión prevista». [13] «Mecanismo Alimentario de la Unión Europea.
Fundamentos para actividades futuras». Examen de los resultados iniciales de
los proyectos seleccionados»
http://www.fao.org/fileadmin/user_upload/ISFP/EuFF_Spa_web.pdf [14] «Evaluación final del Mecanismo Alimentario de la UE»
http://ec.europa.eu/europeaid/what/development-policies/intervention-areas/ruraldev/documents/euff-executive_summary-es.pdf [15] «Eficacia de la ayuda al desarrollo de la Unión
Europea para la seguridad alimentaria en el África subsahariana». Informe
Especial, n ° 1, Tribunal de Cuentas Europeo, 2012. [16] Esta cifra no recoge ni las intervenciones de ayuda
presupuestaria ni las actividades de las organizaciones regionales. [17] FAO, PMA y FIDA. [18] Declaración de intenciones «Cooperación programática
en materia de seguridad alimentaria y nutrición», firmada por la FAO, el PMA,
el FIDA y la Comisión el 27 de junio de 2011. [19] El Sistema de Información sobre el Mercado Agrícola
(SIMA), puesto en marcha en junio de 2011 dentro del marco del Plan de Acción
del G20 sobre la volatilidad de los precios de los alimentos y la agricultura,
tiene por ejemplo como objetivo el aumento de la transparencia de los mercados
mundiales y de la información sobre los mismos, así como el refuerzo de la
coordinación política. http://www.amis-outlook.org. [20] De conformidad con los principios de la Declaración
de París sobre la Eficacia de la Ayuda, con el Programa de Acción de Accra y
con el Código de Conducta de la UE relativo a la división del trabajo.