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Document 52003DC0170

    Commission recommendation on the Broad Guidelines of the Economic Policies of the Member States and the Community (for the 2003-2005 period)

    /* COM/2003/0170 final */

    52003DC0170

    Recomendación de la Comisión relativa a las Orientaciones Generales de Política Económica para los Estados miembros y la Comunidad (período 2003-2005) /* COM/2003/0170 final */


    RECOMENDACIÓN DE LA COMISIÓN relativa a las Orientaciones Generales de Política Económica para los Estados miembros y la Comunidad (período 2003-2005)

    ÍNDICE

    I. Orientaciones generales de política económica

    1. Objetivo estratégico de Lisboa - aportación de la política económica

    2. Reforzamiento de la economía de la UE

    2.1. Políticas macroeconómicas orientadas al crecimiento y la estabilidad

    2.2. Fomento del potencial de crecimiento de la UE por medio de reformas estructurales

    2.3. Reforzamiento de la sostenibilidad

    II. Orientaciones específicas por países

    0. Zona del euro

    1. Bélgica

    2. Dinamarca

    3. Alemania

    4. Grecia

    5. España

    6. Francia

    7. Irlanda

    8. Italia

    9. Luxemburgo

    10. Países Bajos

    11. Austria

    12. Portugal

    13. Finlandia

    14. Suecia

    15. Reino Unido

    I. Orientaciones generales de política económica

    1. Objetivo estratégico de Lisboa - aportación de la política económica

    La UE se encuentra en un momento crucial de su historia. Tras el éxito de la introducción de los billetes y monedas en euros, la UE se encuentra actualmente a las puertas de una ampliación histórica, que aumentará su dimensión hasta 25 Estados miembros y creará una entidad económica con una población de más de 450 millones de personas. Al mismo tiempo, el mundo afronta tensiones geopolíticas excepcionales, que ensombrecen las perspectivas económicas, ciertamente a corto plazo, pero también posiblemente a medio plazo.

    En Lisboa, la UE se fijó a sí misma un nuevo objetivo estratégico para la década actual: "convertirse en la economía del conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de un crecimiento económico sostenible con más y mejores puestos de trabajo y una mayor cohesión social". La aplicación fructífera de la estrategia de Lisboa depende de la aplicación simultánea y coherente de una amplia serie de medidas económicas, sociales y medioambientales.

    Estas Orientaciones Generales de Política Económica (OGPE) se centran en la aportación que las políticas económicas pueden realizar durante los próximos tres años. En línea con las disposiciones sobre simplificación y las conclusiones del Consejo Europeo de primavera de Bruselas, dichas orientaciones se centran en las principales cuestiones y prioridades de política económica para este período y ocupan un lugar fundamental en el esfuerzo de coordinación de las políticas económicas de la UE y de sus Estados miembros. Las orientaciones reflejan el reconocimiento de la UE de la necesidad imperiosa de lograr unas tasas de crecimiento más elevadas y sostenibles y su determinación de adoptar las medidas necesarias para alcanzar este objetivo. Unas condiciones y políticas macroeconómicas equilibradas constituyen un requisito previo para un aumento sostenible de la prosperidad económica. Un espíritu empresarial más fuerte y un aumento de la inversión en conocimiento e innovación son fundamentales para proporcionar nuevas oportunidades de crecimiento. Unos mercados de trabajo, productos y capitales que funcionen mejor y sean más competitivos son indispensables para lograr una economía más flexible y aumentar el potencial de crecimiento. No obstante, debe prestarse atención a la sostenibilidad en el ámbito económico, social y medioambiental para garantizar que los esfuerzos emprendidos produzcan los resultados esperados a largo plazo.

    Además de estas Orientaciones Generales de Política Económica, los Estados miembros deben aplicar plenamente las Orientaciones de empleo y sus recomendaciones asociadas que, de conformidad con el apartado 2 del artículo 128 del Tratado, deben ser compatibles con las OGPE. Las Orientaciones de empleo están encaminadas a dirigir y a garantizar la coordinación de las políticas de empleo de los Estados miembros, abordando los aspectos de empleo de forma más completa que las OGPE. Los Estados miembros también deben perseguir los objetivos comunes acordados en el marco del método abierto de coordinación en materia de pensiones e inserción social.

    Las OGPE son aplicables a todos los Estados miembros y a la Comunidad. Dentro de la estrategia global, los desafíos de política económica pueden ser diferentes entre los Estados miembros debido a las diferencias entre las instituciones, estructuras, perspectivas y resultados económicos de éstos. Teniendo en cuenta estas diferencias, la parte II presenta recomendaciones específicas de política económica para los distintos países, así como una sección relativa a la zona del euro, en la que se abordan los retos que tiene planteados ésta.

    Aunque las políticas generales propugnadas en las presentes Orientaciones son en gran medida pertinentes para los nuevos Estados miembros, la actualización de 2004 de las mismas permitirá considerar más de cerca la situación de éstos y sus necesidades específicas en materia de política económica.

    2. Reforzamiento de la economía de la UE

    El crecimiento económico ha resultado ser significativamente inferior al previsto. El crecimiento del PIB fue bajo en 2002 y los indicadores a corto plazo sugieren que seguirá siéndolo. Al margen de las recientes tensiones geopolíticas y el debilitamiento de la demanda exterior, el bajo crecimiento también responde a la pérdida de confianza de empresas y consumidores y a la insuficiente capacidad de adaptación frente a las perturbaciones. Cualquier perspectiva de crecimiento a corto plazo está supeditada a las consecuencias económicas del conflicto militar iniciado en Iraq a finales de marzo. Suponiendo una disminución de las tensiones geopolíticas, unos menores precios del petróleo y una restauración de la confianza, sería posible una recuperación en el segundo semestre de 2003, que probablemente sería débil ya que se estima que la demanda interna será influida por el creciente desempleo y las aún vacilantes situaciones contables de las empresas financieras y no financieras.

    El crecimiento del empleo se ha mantenido firme hasta finales de 2002, pero dado que la situación del mercado laboral refleja la evolución económica con un cierto desfase, es probable que el desempleo siga creciendo en 2003. Por ejemplo, los aumentos salariales se han adaptado lentamente al bajo incremento de la productividad.

    La inflación global se ha situado recientemente ligeramente por encima del 2%. La inflación básica ha disminuido antes del segundo semestre de 2002, aunque a menor ritmo. A este respecto, las rigideces existentes siguen dificultando la realización de rápidos ajustes. La disminución de los costes laborales deberá llevar a una disminución de la inflación hasta tasas inferiores al 2%. A corto plazo existe un importante grado de incertidumbre derivado de la evolución de los precios del petróleo en un marco de tensiones geopolíticas.

    En este contexto, es importante que las políticas económicas favorezcan la confianza y contribuyan a crear las condiciones para un reforzamiento de la demanda interna y la creación de empleo a corto plazo, así como para una expansión del potencial de crecimiento a medio plazo.

    2.1. Políticas macroeconómicas orientadas al crecimiento y la estabilidad

    Las políticas macroeconómicas desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento del crecimiento y el empleo y en la estabilidad de precios. Deben estar encaminadas a apoyar una expansión equilibrada y la plena realización del potencial de crecimiento, así como a establecer las condiciones que fomenten unos niveles adecuados de ahorro e inversión -y la orientación de ésta hacia el conocimiento y la innovación- que lleven a la economía a una senda de crecimiento y empleo sostenida, más elevada y no inflacionista. En sus expectativas, las empresas y consumidores deben confiar en que se mantendrá la estabilidad de precios, y los tipos de cambio y los tipos de interés a largo plazo se mantendrán bastante estables. El mantenimiento de unas condiciones macroeconómicas adecuadas depende de las políticas aplicadas por los gobiernos y los bancos centrales, y de la evolución de los salarios resultante de los acuerdos celebrados por los interlocutores sociales.

    Las autoridades monetarias deberán perseguir la estabilidad de precios y, en la medida en que la alcancen, apoyar las políticas económicas generales.

    Mediante sus políticas presupuestarias, los Estados miembros deberán contribuir a estabilizar la producción en torno a una tendencia de crecimiento mayor y sostenible, permitiendo el funcionamiento pleno y simétrico de los estabilizadores automáticos durante el ciclo económico y, de conformidad con las Comunicación de la Comisión de 27 de noviembre de 2002, reforzar la coordinación de sus políticas presupuestarias. Habrá que cumplir dos condiciones. En primer lugar, deberán evitarse los déficit excesivos. En segundo lugar, deberán alcanzarse situaciones presupuestarias ajustadas en función del ciclo de proximidad al equilibrio o superávit. Sin embargo, al evaluar el cumplimiento del requisito de proximidad al equilibrio o superávit, deberá prestase especial atención a las circunstancias de cada país, en particular, con objeto de: a) garantizar que en todo aumento se mantiene un margen de seguridad suficiente para permitir el pleno funcionamiento de los estabilizadores automáticos sin incumplir el valor de referencia del 3% del PIB, b) garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas, y c) lograr la coherencia entre la evolución y la calidad de las finanzas públicas en los programas de estabilidad y de convergencia y cumplir el requisito de proximidad al equilibrio o superávit.

    En particular, durante los próximos tres años los Estados miembros deberán

    1) Mantener una situación presupuestaria de proximidad al equilibrio o superávit a lo largo de todo el ciclo económico y, en la medida en que esto aún no se haya logrado, tomar todas las medidas necesarias para garantizar una mejora anual de la posición presupuestaria ajustada en función del ciclo equivalente, como mínimo, al 0,5% del PIB.

    2) Supeditado a esto y, en particular, cuando se reanude el crecimiento, evitar unas políticas procíclicas que contrarresten el funcionamiento pleno y simétrico de los estabilizadores automáticos durante el ciclo. Reforzar como desde este año la coordinación de sus políticas presupuestarias.

    La evolución de los salarios deberá contribuir a unas condiciones macroeconómicas estables y a una política económica favorable al empleo.

    Los Estados miembros deberán fomentar el marco apropiado para las negociaciones salariales entre los interlocutores sociales. Es importante:

    3) Garantizar que los aumentos de los salarios nominales son compatibles con la estabilidad de precios y los incrementos de productividad. En particular, los incrementos salariales deberán mantenerse moderados en el contexto de una posible recuperación cíclica de la productividad o de aumentos de la inflación inducidos por subidas del precio del petróleo, con el fin de permitir un restablecimiento de los márgenes de beneficio que propicie una expansión de la inversión generadora de empleo.

    2.2. Fomento del potencial de crecimiento de la UE por medio de reformas estructurales

    Las reformas estructurales son esenciales para aumentar el potencial de crecimiento de la UE, y han de aplicarse de forma global y coordinada si se pretende obtener unas sinergias máximas. Al introducir una mayor flexibilidad en la economía, dichas reformas contribuyen a la estabilidad macroeconómica. Además, la aplicación conjunta de reformas estructurales en áreas diferentes puede producir beneficios sociales y reducir los costes de ajuste. Por ejemplo, una oferta de trabajo adicional derivada de reformas en el mercado laboral será absorbida más rápidamente gracias a las nuevas oportunidades que puede facilitar a las empresas la reforma del mercado de productos y capitales. De forma recíproca, estas nuevas oportunidades ofrecidas a las empresas por la reforma del mercado de productos y capitales sólo pueden aprovecharse si se pueden contratar trabajadores con un nivel adecuado de educación y cualificación en condiciones apropiadas.

    i) Hacia el pleno empleo: más y mejores puestos de trabajo

    En la UE siguen estando muy infrautilizados los recursos humanos. Esto queda demostrado por las relativamente bajas tasas de empleo en la UE, así como por el bajo aumento de la productividad del trabajo (este último aspecto se trata en el apartado 2.2.ii)). La principal razón de que el PIB per cápita de la UE sea muy inferior al de los Estados Unidos es que en la UE hay muchas menos personas empleadas y éstas suelen trabajar menos horas. Aunque esto podría reflejar en parte una mayor preferencia por el ocio, a menudo simplemente refleja una situación en la que no es rentable trabajar. Mucha gente se ha visto realmente incentivada a dejar el mercado laboral o a permanecer inactivo, por ejemplo, mediante sistemas de prestaciones relativamente generosos o aplicados con poco rigor, o mediante incentivos a la jubilación anticipada. Cuando desean trabajar, se ven confrontados con una perspectiva de unos elevados impuestos y la retirada de sus prestaciones. Algunos de ellos, particularmente los menos cualificados o los que viven en las regiones más pobres, se encuentran excluidos del empleo por razones de costes, lo que apunta a la necesidad de mejorar la calidad de la educación y formación (como se expone en el apartado ii)) y permitir que los salarios reflejen mejor la productividad. Una reglamentación laboral inflexible, que proteja a los trabajadores establecidos pero que haga arriesgado para las empresas la contratación de trabajadores, deja a muchas personas al margen del mercado de trabajo, debiendo elegir entre empleos temporales intermitentes o la inactividad y el desempleo a largo plazo. En cambio, un menor grado de regulación y una organización del trabajo más flexible -por ejemplo, propiciando el trabajo a tiempo parcial y un horario laboral flexible-, y equilibrada por un nivel adecuado de seguridad de las relaciones laborales, facilitaría a las personas su inserción en el mundo laboral y a las empresas la contratación de éstas. Los obstáculos y frenos a la movilidad de la mano de obra -geográficos y ocupacionales- también impiden el funcionamiento adecuado del mercado de trabajo, dejando un amplio margen para la mejora del ajuste entre las ofertas de empleo y los recursos humanos disponibles para cubrirlas. En este contexto, los Estados miembros deberán examinar la forma en que una integración efectiva de los trabajadores inmigrantes podría reducir las tensiones en el mercado laboral.

    Crear las condiciones para el pleno empleo, una mayor calidad y productividad del trabajo, una mayor cohesión y unos mercados laborales no excluyentes son aspectos esenciales de la estrategia de Lisboa y se han convertido en los objetivos globales de la Estrategia de empleo europea. Una mejor utilización de los recursos humanos es una de las principales prioridades de la estrategia de Lisboa. Ello se refleja en la decisión de los jefes de Estado o de Gobierno de la UE de establecer objetivos para las tasas de empleo global, femenino y de los trabajadores de edad y en su petición de un aumento de cinco años de la edad media a la que la gente deje de trabajar en la UE. Su logro supondría un importante paso hacia el objetivo del pleno empleo. Unas mayores tasas de empleo contribuirían directamente a una senda de crecimiento superior, y constituyen un elemento de la estrategia triple, ya bien establecida, tendente a hacer frente a las repercusiones del envejecimiento de la población sobre el presupuesto. En este contexto, las mayores tasas de empleo también contribuirían a la financiación de los regímenes de seguridad social, permitiendo así una mayor reducción de los costes laborales no salariales en el futuro. Para alcanzar éstos objetivos deben abordarse las causas profundas del elevado desempleo y de la baja tasa de actividad de la UE. A este respecto es importante la adopción de medidas de mejora de los incentivos para lograr que sea rentable trabajar, facilitar la creación de empleo y mejorar el funcionamiento del mercado laboral.

    En sus reformas encaminadas a aumentar el empleo, los Estados miembros deberán aplicar enérgicamente todas las Orientaciones de empleo y las recomendaciones que les son dirigidas, que abordan los problemas de empleo de forma más completa. Con el fin de contribuir a aumentar el potencial de crecimiento de la economía europea y hacer frente a las repercusiones del envejecimiento de la población sobre el presupuesto, durante los próximos tres años los Estados miembros deberán:

    4) Mejorar el efecto combinado de incitación de los impuestos y las prestaciones sociales, reducir los elevados tipos impositivos marginales efectivos a fin de eliminar las trampas del desempleo y de la pobreza, disminuir la presión fiscal sobre los bajos salarios, mejorar la gestión de los requisitos necesarios para recibir prestaciones, manteniendo al mismo tiempo un nivel adecuado de protección social, y garantizar una asistencia eficaz para la búsqueda de empleo a los beneficiarios de prestaciones sociales (véase también orientación de empleo número 8).

    5) Garantizar que las negociaciones salariales permitan que los salarios reflejen la productividad, teniendo en cuenta las diferencias de productividad en función de las cualificaciones y las condiciones de los mercados de trabajo locales.

    6) Fomentar una organización del trabajo más flexible y revisar la reglamentación laboral, especialmente en lo que se refiere a los contratos laborales, teniendo en cuenta la necesidad de flexibilidad y seguridad (véase también orientación de empleo número 3).

    7) Facilitar la movilidad de la mano de obra, tanto desde el punto de vista geográfico como ocupacional, especialmente, fomentando el reconocimiento de las cualificaciones y la transferencia de los derechos de pensión y de seguridad social, eliminando los obstáculos a la movilidad relacionados con el mercado de la vivienda y promoviendo una formación permanente (véanse también orientaciones de empleo números 4 y 10).

    8) Garantizar que las políticas activas del mercado de trabajo se orientan hacia las personas con las mayores dificultades en el mercado laboral, y ello sobre la base de evaluaciones de impacto rigurosas (véanse también orientaciones de empleo números 1 y 7).

    ii) Hacia una economía del conocimiento competitiva y dinámica con mejores puestos de trabajo: aumento de la productividad y del dinamismo de las empresas

    El aumento del potencial de crecimiento de la UE depende no sólo de la creación de empleo, sino también del fomento del la productividad del trabajo y del dinamismo de las empresas. De hecho, en el contexto de un volumen de mano de obra decreciente debido al envejecimiento de la población, es indispensable incrementar la productividad para mantener y elevar los niveles de vida. El incremento de la productividad permite aumentar los salarios reales, crea nuevas posibilidades de inversión y fomenta la base de financiación de los servicios públicos. Para estimular la productividad es necesario aprovechar plenamente las ventajas del mercado interior, invertir en cualificaciones, conocimientos, innovación y cambio organizativo y hacer un mayor uso de las nuevas tecnologías. Al mismo tiempo, se necesita un dinamismo de las empresas mucho mayor para mejorar la competitividad de las empresas europeas. Los incrementos de productividad dependen en gran medida de un aumento de la inversión en capital físico ("intensificación de capital") y en conocimiento e innovación. El intento de mejorar la calidad del empleo y la calidad global de los recursos humanos mediante la inversión contribuirá a aumentar el capital humano y la productividad del trabajo. La ausencia de discriminación para el acceso a la educación y la formación también fomentará la productividad y mejorará las oportunidades de encontrar un puesto de trabajo. La calidad del empleo se aborda en detalle en las Orientaciones de empleo.

    Tanto el sector público como el privado deberán contribuir al logro de los objetivos de Lisboa. Los gobiernos pueden contribuir gastando los fondos públicos de la forma más eficiente posible, reorientando los gastos públicos hacia la inversión en capital físico y humano y en conocimiento, que es generadora de crecimiento, dentro de las restricciones presupuestarias globales, y buscando un mayor apoyo público a la inversión privada. La mayor parte del aumento de la inversión deberá proceder del sector privado. Por ello, la política económica deberá tender a mejorar el marco económico, con objeto de animar a las empresas a la innovación, la inversión y a la expansión. Ello implica promover la competencia en los mercados de productos y de capitales, fomentar el espíritu de empresa y garantizar un marco reglamentario de alta calidad, aumentar la confianza de los inversores y premiar la inversión en conocimiento e innovación. El mercado interior juega un importante papel a este respecto, con inclusión de la integración de los mercados financieros, como han demostrado estudios recientes. La Comisión presentará una estrategia relativa al mercado interior nueva y simplificada para el periodo de 2003-2005, con nuevas propuestas tendentes a realizar plenamente el potencial del mercado interior en materia de crecimiento, creación de empleo y competitividad.

    En particular, durante los próximos tres años los Estados miembros deberán:

    9) Fomentar la competencia en los mercados de bienes y servicios: a) aumentando la tasa de incorporación de las directivas sobre el mercado interior y eliminando los obstáculos al comercio internacional persistentes (incluidos los creados mediante el sistema fiscal) y al acceso a los mercados de bienes y, especialmente, de servicios; b) prosiguiendo la apertura de la contratación pública; c) poniendo a disposición de las autoridades encargadas de la competencia y de los aspectos de regulación unos recursos adecuados; d) siguiendo los esfuerzos para reducir el nivel global de ayuda estatal, mediante una reorientación de la ayuda hacia objetivos horizontales de interés comunitario y hacia casos de deficiencia del mercado; y e) promoviendo el acceso al mercado y la competencia en las industrias de redes, persiguiendo al mismo tiempo una mayor interrelación de los mercados nacionales y el acceso de los consumidores a los servicios de interés económico general.

    10) Acelerar la integración de los mercados de capitales de la UE, en particular, aplicando el Plan de Acción sobre capital-riesgo y el Plan de Acción sobre servicios financieros para 2005 (2003 en el caso de los mercados de valores); garantizar una aplicación coherente de la normativa de la UE y suprimir los obstáculos a una compensación y liquidación internacional eficientes.

    11) Establecer un marco que favorezca el espíritu empresarial y la creación y expansión de las PYME reduciendo las cargas administrativas que pesan sobre las empresas, aumentando la eficiencia del sector público, simplificando el sistema del impuesto de sociedades y mejorando el marco reglamentario (especialmente los mecanismos de entrada y salida). Mejorar el acceso de las pequeñas y medianas empresas a la financiación.

    12) Establecer y aplicar medidas tendentes a reforzar las normas en materia de gobierno de las empresas, a escala nacional y de la Comunidad. Seguir mejorando los acuerdos a escala nacional y comunitaria para llegar a una gestión de las crisis financieras y a una supervisión financiera eficientes entre sectores y entre países.

    13) Promover la inversión en conocimiento e innovación y avanzar hacia el objetivo del 3% del PIB para la inversión total en investigación y desarrollo: a) desarrollando unas condiciones favorables a la investigación y el desarrollo y a la innovación y creando una patente comunitaria con seguridad jurídica; b) fomentando el acceso a las TIC en el marco del Plan de Acción (e-Europa) de 2005; c) facilitando el desarrollo del sistema de navegación por satélite de la Unión Galileo; y d) y mejorando la calidad y eficiencia de los sistemas de educación y formación, con inclusión de la formación permanente y las políticas activas del mercado laboral, a fin de responder adecuadamente a las exigencias cambiantes en materia de cualificaciones y mantener y mejorar, así, la base de recursos humanos (véase también orientación de empleo número 4).

    14) Fomentar la contribución del sector público al crecimiento: a) reorientando el gasto público hacia la inversión en capital físico y humano y en conocimiento, que es generadora de crecimiento, cumpliendo al mismo tiempo las restricciones presupuestarias globales; b) aumentando la eficiencia del gasto público, en particular, introduciendo mecanismos que permitan evaluar la relación entre los fondos públicos y los objetivos de la política económica y contribuyan al control del gasto; y c) estableciendo un marco apropiado para el desarrollo de iniciativas conjuntas público-privadas.

    2.3. Reforzamiento de la sostenibilidad

    El crecimiento sólo será sostenible si se presta la debida atención a los aspectos de sostenibilidad económica, social y medioambiental. La realización de estudios de impacto y análisis coste-beneficio de la legislación propuesta permitirá establecer y valorar sistemáticamente las sinergias y contraposiciones entre los objetivos económicos, medioambientales y sociales. En su caso, deberán preferirse las soluciones flexibles y basadas en el mercado que permitan alcanzar objetivos medioambientales y sociales sin poner en peligro la rentabilidad.

    i) Sostenibilidad económica: garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas

    El envejecimiento de la población plantea importantes desafíos. El aumento de las tasas de inactividad de las personas de más edad ejercerá presiones crecientes sobre las finanzas públicas. El aumento de los gastos, particularmente, en pensiones públicas y en asistencia sanitaria, tendrá que financiarse principalmente con una proporción cada vez menor de población en edad de trabajar. La necesidad de garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas fue subrayada en los Consejos Europeos de Lisboa, Estocolmo y Barcelona. Para afrontar las consecuencias económicas y presupuestarias del envejecimiento de la población, el Consejo Europeo de Estocolmo decidió que debería seguirse una estrategia triple, orientada a un aumento de las tasas de empleo (véase apartado 2.2. i)), una reducción de la deuda pública, y una reforma de los sistemas de pensiones y de asistencia sanitaria.

    El objetivo de sostenibilidad deberá tenerse en cuenta expresamente al evaluar las situaciones presupuestarias de los Estados miembros y en los próximos años debe concederse mayor importancia a los ratios de deuda pública en el proceso de supervisión presupuestaria. La reforma de los sistemas de pensiones deberá proseguirse enérgicamente de conformidad con los objetivos comunes globales acordados en los Consejos Europeos de Gotemburgo y Laeken. Esto deberá hacerse con vistas a salvaguardar la adecuación de las pensiones, garantizando la sostenibilidad financiera de los sistemas de pensiones y modernizando dichos sistemas en respuesta a las necesidades cambiantes de la economía, la sociedad y las personas. El informe conjunto sobre las estrategias de los Estados miembros en materia de pensiones, acogido favorablemente por el Consejo Europeo de primavera celebrado en Bruselas en marzo de 2003, subraya que garantizar la sostenibilidad financiera a largo plazo no es sólo importante en sí, sino que también constituye un requisito necesario para la prestación de unas pensiones adecuadas en el futuro. El informe concluye que debe mantenerse el impulso del proceso de reforma para lograr la sostenibilidad de un sistema adecuado de pensiones, incluyendo unos esfuerzos de mayor alcance y más ambiciosos. A fin de abordar a su debido tiempo las repercusiones del envejecimiento de la población sobre el presupuesto, deberá aprovecharse plenamente la oportunidad de que se dispone antes de que se dejen sentir más intensamente los efectos del envejecimiento de la población. En este contexto, debe examinarse más a fondo el impacto de la inmigración.

    En particular, durante los próximos tres años los Estados miembros deberán:

    15) Garantizar una mayor reducción de los ratios de deuda pública; los Estados miembros que aún presentan ratios de deuda pública superiores al valor de referencia del 60% del PIB, deberán, en primer lugar, lograr un ritmo satisfactorio de reducción de la misma hacia este valor; los otros Estados miembros habrán de conseguir una reducción suficiente de dicho ratio para reforzar las finanzas públicas con vistas a afrontar los costes adicionales derivados del envejecimiento de la población.

    16) Diseñar, introducir y aplicar reformas de los sistemas de pensiones. Fomentar una vida laboral más larga modificando los incentivos de los sistemas de pensiones y de los sistemas de prestaciones y tributarios a una retirada temprana del mercado de trabajo, y limitando el acceso a regímenes de jubilación anticipada. Hacer que el sistema de pensiones afronte mejor la evolución demográfica y los aumentos previstos de la esperanza de vida. Aumentar la financiación y mejorar, en su caso, el acceso a regímenes de pensión complementarios y garantizar la seguridad de estas prestaciones, aumentando, al mismo tiempo, la transparencia entre contribuciones y prestaciones. Adaptar los sistemas de pensiones a unas estructuras de carrera y de empleo más flexibles, así como a las necesidades individuales, con inclusión de la transferibilidad de las pensiones (véanse también orientaciones de empleo números 5 y 8).

    ii) Sostenibilidad social: contribución a la cohesión económica y social

    La estrategia de Lisboa sólo será fructífera y permitirá lograr y mantener un apoyo amplio a las reformas estructurales necesarias si contribuye a mejorar las oportunidades para todos. Unas políticas económicas equilibradas pueden realizar una importante aportación a la cohesión económica y social: en primer lugar, dado que el empleo es la mejor forma de protección contra la pobreza y la exclusión social, mejorando las condiciones para fomentar la creación de empleo, especialmente para las personas con bajas cualificaciones y para aquellas que viven en regiones atrasadas; en segundo lugar, creando las condiciones para el aumento del crecimiento y la inversión, facilitando así la eliminación gradual de las diferencias regionales (aunque los Estados miembros más pobres están reduciendo su distancia respecto de los demás, subsisten las diferencias en materia de desarrollo económico, que se ampliarán significativamente tras la adhesión); y, en tercer lugar, contribuyendo a una economía más productiva que respete las condiciones sociales y un trato más equitativo, generando así recursos para las necesarias políticas sociales, educativas y de desarrollo regional complementarias a fin de facilitar la transformación de la economía y reducir la pobreza y la exclusión social. En las Orientaciones de empleo y en el proceso de inserción social se trata el tema de unos mercados de trabajo no excluyentes como contribución a unas sociedades cohesivas.

    El proceso de aproximación entre las distintas economías y la creación de empleo depende de la existencia de unas condiciones favorables para la inversión y la actividad del sector privado. Una aplicación fructífera de las políticas establecidas en las distintas partes de este documento contribuirá a crear tales condiciones. En particular, son importantes las medidas tendentes a mejorar el funcionamiento de los mercados de trabajo y a permitir que los salarios reflejen adecuadamente las diferencias de productividad según las cualificaciones y las condiciones de los mercados de trabajo

    locales. Por otra parte, son necesarias medidas encaminadas a garantizar la disponibilidad de una infraestructura básica de calidad suficiente y a mejorar el sistema educativo y la formación permanente con el fin de aumentar las cualificaciones y la adaptabilidad de la mano de obra. En este contexto, debe recordarse que la UE contribuye de forma importante a la inversión en la regiones atrasadas mediante el Fondo de cohesión y los Fondos Estructurales y el Banco Europeo de Inversiones. Los Estados miembros deberán proporcionar un nivel suficiente de inversión pública en educación y formación y emprender reformas encaminadas a mejorar los niveles educativos y fomentar una inversión sostenida de las empresas y las personas.

    En particular, durante los próximos tres años los Estados miembros deberán:

    17) Al mismo tiempo que garantizan un nivel adecuado de protección social, tomar medidas para modernizar los sistemas de protección social y combatir la pobreza y la exclusión con vistas a respaldar los objetivos globales de Lisboa, especialmente en materia de empleo, a fin de lograr un mercado de trabajo no excluyente y una sociedad más cohesiva para todos (véase también orientación número 4).

    18) Mejorar el funcionamiento de los mercados a fin de que éstos favorezcan la inversión en las regiones atrasadas, particularmente, tomando medidas que permitan a los salarios reflejar la productividad teniendo en cuenta las diferencias en las cualificaciones y en las condiciones de los mercados de trabajo locales (véase también orientación número 5).

    19) Garantizar que la ayuda pública concedida a las regiones atrasadas, incluida la procedente de la UE, se centre claramente en la inversión en capital humano y en la inversión en conocimiento, así como en infraestructuras adecuadas, y que los programas de inversión se diseñen y gestionen eficazmente con el fin de maximizar sus repercusiones (véase también orientación número 13). En este contexto, reforzar la cooperación entre la Comisión y el Banco Europeo de Inversiones.

    iii) Sostenibilidad del medio ambiente: fomento de una utilización eficiente de los recursos naturales

    Si se desea contribuir a un aumento del bienestar de las generaciones presentes y futuras, el crecimiento económico no debe lograrse a costa del medioambiente. Para fomentar una utilización racional de los recursos naturales, los precios de éstos deben reflejar sus costes reales para la sociedad, incluyendo los costes externos relacionados con el deterioro del medio ambiente causado durante su extracción, utilización y eliminación final. Esto promoverá la adaptación y la búsqueda de soluciones innovadoras por parte de las empresas.

    Sin embargo, una característica común de muchos recursos naturales (tales como, aire puro o agua) es la inexistencia de unos derechos de propiedad claramente definidos. Aunque la gestión sostenible de estos recursos redundaría en interés de toda la sociedad, ningún agente económico tiene incentivos para ello.

    Así pues, es necesaria la acción gubernamental para disociar el crecimiento económico de la degradación del medioambiente. Probablemente esto requerirá un conjunto de instrumentos reglamentarios y basados en el mercado. Los costes medioambientales de la actividad económica

    deberán introducirse progresivamente en los precios. Habrá de pagarse por la utilización de recursos naturales escasos. Deberá aplicarse sistemáticamente el principio de "quien contamina paga".

    En particular, durante los próximos tres años los Estados miembros deberán:

    20) Reducir las subvenciones sectoriales, las exenciones fiscales y otros incentivos que repercuten negativamente sobre el medioambiente y son perjudiciales para un desarrollo sostenible. Garantizar, entre otras cosas, mediante la utilización de impuestos y tasas, que los precios de la extracción, utilización y, en su caso, eliminación de los recursos naturales -tales como el agua-, reflejan adecuadamente su escasez y todos los daños causados al medio ambiente.

    21) Reducir las subvenciones al sector de la energía, promover instrumentos de mercado, ampliar más la cobertura y garantizar una diferenciación apropiada de la imposición sobre la energía, con el fin de lograr un nivel y una composición del consumo de energía más sostenible, y fomentar más la competencia en el mercado de la energía y la interconexión entre las redes energéticas.

    22) Ajustar el sistema de subvenciones, cargas e impuestos del sector del transporte para reflejar mejor el daño al medio ambiente y los costes sociales del mismo, reduciendo así las distorsiones de la demanda de servicios de transporte y de la elección del modo de transporte; y aumentar la competencia, por ejemplo, acelerando la liberalización de los mercados regulados, entre los distintos modos de transporte -tales como el transporte ferroviario de mercancías- para hacerlos más competitivos.

    23) Redoblar los esfuerzos para cumplir sus compromisos en virtud del Protocolo de Kioto, que es particularmente importante para los Estados miembros que actualmente no se encuentran en vías de cumplir sus compromisos. Con este fin, preparar la aplicación del sistema de la CE de negociación de los derechos de emisión de gases de efecto invernadero: establecer planes nacionales de asignación; crear registros nacionales de asignación; establecer sistemas para controlar, notificar y verificar las emisiones a nivel de instalación. Preparar nuevas políticas y medidas y aplicar inmediatamente las ya existentes en los sectores no cubiertos por los sistemas de negociación de los derechos de emisión y establecer sistemas de información acerca de estas políticas y medidas y de sus efectos previsibles sobre las emisiones.

    II. Orientaciones específicas por países

    0. Zona del euro

    La ralentización económica observada en 2001-2002 puso de manifiesto la debilidad estructural de la zona del euro. La dinámica interna de la economía, que todavía era robusta en 2000, desapareció al no concretarse la recuperación. Una de las razones es la baja tasa de crecimiento potencial de la zona del euro, que limita las posibilidades de lograr una elevada tasa de crecimiento económico. Otra razón coyuntural es la debilidad de la demanda interna, que no ofrece una protección suficiente frente a las perturbaciones económicas. Esto fue particularmente evidente en 2002, cuando la demanda interna no fue lo suficientemente sólida para responder al estímulo inicial procedente del sector exterior de la economía.

    Se espera una recuperación gradual del crecimiento económico hasta su nivel potencial una vez que desaparezcan los efectos de las recientes perturbaciones. A principios de 2003, el panorama económico está condicionado por una serie de supuestos acerca de la posibilidad de que se concreten riesgos, el momento en el que éstos ocurran y el tipo de riesgos. La incertidumbre geopolítica pesa especialmente sobre las perspectivas económicas. Generalmente, se prevé que el crecimiento siga siendo muy débil en 2003, con una recuperación que sólo adquiriría impulso en el segundo semestre y se aceleraría en 2004. Los desafíos que tiene planteados la zona del euro son:

    * Establecer una política macroeconómica equilibrada.

    * Combatir las diferencias de inflación no justificadas.

    * Reforzar la coordinación de las políticas económicas.

    Establecer una política macroeconómica equilibrada

    La política económica de la zona del euro debe diseñarse detenidamente de forma que respalde la recuperación económica sin afectar a la estabilidad y sostenibilidad a largo plazo. Al mismo tiempo que mantienen su orientación a la estabilidad, las políticas macroeconómicas deberán utilizar el margen de maniobra disponible para apoyar una recuperación del crecimiento a corto plazo. En la coyuntura actual, es importante que la política económica refuerce la confianza de los consumidores y los inversores. Cualquier medida deberá evaluarse en función de su repercusiones sobre la confianza de los agentes económicos. Esto es especialmente válido para la política presupuestaria, e implica que las políticas macroeconómicas deben seguir persiguiendo la estabilidad a medio plazo para restaurar la confianza de empresas y consumidores. El BCE deberá buscar el mantenimiento de la estabilidad de precios a medio plazo y, sin perjuicio de este objetivo, apoyar las políticas económicas generales en la Comunidad.

    A medida que la actividad económica se acerque a la tasa de crecimiento potencial, será importante reorientar las políticas macroeconómicas hacia los objetivos a medio plazo. La política presupuestaria habrá de lograr una situación presupuestaria compatible con la necesidad de prepararse para hacer frente a las repercusiones del envejecimiento de la población, por una parte, y lograr una composición de los gastos e ingresos públicos favorable al crecimiento económico, por otra.

    Combatir las diferencias de inflación injustificadas

    El elevado grado de convergencia de la inflación en la zona del euro alcanzado en 1997 no se mantuvo, habiéndose registrado un constante aumento de las diferencias de inflación desde entonces. Las diferencias de inflación entre Estados miembros pueden reflejar el funcionamiento eficaz de una unión monetaria en la que, al no disponer los países de margen de maniobra en materia de política de cambio y monetaria, las variaciones de los precios relativos entre países se convierten en un mecanismo esencial de ajuste. En cambio, las diferencias de inflación son injustificadas cuando se deben a un funcionamiento inadecuado de los mercados de productos y de trabajo o a unas políticas inapropiadas. En particular, los incrementos de precios y salarios como respuesta a perturbaciones temporales no deberán llevar a una inflación duradera. Los precios y salarios deberán ser suficientemente flexibles para evitar esta evolución y fomentar la estabilidad.

    La creciente dispersión de la inflación refleja en gran medida la diversidad de las economías nacionales y no plantea problemas serios. De hecho, la divergencia de la inflación en el período 2000-2002 se puede atribuir esencialmente a los sectores de la alimentación, la energía y determinados servicios. Estos tres sectores representan cerca de las tres cuartas partes del aumento de la dispersión de la inflación respecto de 1997. En particular, la subida de los precios de la energía en 2000-2001 y el efecto de las enfermedades de animales sufridas en 2001 afectó a algunos países más que a otros. Además, aún subsisten importantes diferencias en los niveles de precios nacionales de muchos bienes y servicios comercializables internacionalmente en la zona del euro. Unos mayores progresos en el funcionamiento del mercado interior junto con una mayor transparencia de precios derivada de la introducción del euro deberá llevar a un aumento de la convergencia de los niveles de precios nacionales, con cierta divergencia transitoria de la inflación. Por último, los efectos asimétricos de las subidas de precios sobre la inflación probablemente se han visto agravados en algunos Estados miembros por la existencia de sistemas de indexación de los salarios a la inflación y unas reacciones diferentes frente a las subidas de los precios de la energía.

    Reforzar la coordinación de las políticas económicas

    Con una mayor integración económica aumentan las posibilidades de efectos indirectos, lo que hace más conveniente la coordinación de las políticas económicas. La introducción de la moneda única ha intensificando las externalidades de las políticas nacionales en la zona del euro. El tipo de cambio del euro, la balanza de pagos de la zona del euro y la tasa media de inflación de dicha zona se han convertido en bienes colectivos. Ello implica la necesidad de una mayor coordinación de las políticas macroeconómicas y estructurales en la zona del euro para mejorar la resistencia de la zona del euro a las perturbaciones y su potencial de crecimiento.

    El mantenimiento de la estabilidad macroeconómica y de una política económica equilibrada favorable al crecimiento se basa en una formulación coherente de las políticas macroeconómicas. Aunque deben seguir su mandato y mantener su independencia, los distintos responsables políticos han de garantizar la compatibilidad de sus objetivos y perseguir una evaluación común de la situación económica subyacente. Las autoridades presupuestarias deberán garantizar la credibilidad del marco normativo de la política fiscal cumpliendo las normas establecidas de forma transparente y previsible. En el ámbito de las políticas estructurales, los Estados miembros también deberán estar dispuestos a ejercer un control mutuo, realizar estudios comparativos de los resultados obtenidos y comunicar las mejores prácticas.

    Con el fin de propiciar una evolución económica armónica, es esencial coordinar estrechamente las políticas económicas y desarrollar un diálogo continuo y fructífero en el Consejo y en el Eurogrupo, con la participación del BCE y de la Comisión. La participación de los interlocutores sociales a través del diálogo macroeconómico también desempeña un importante papel. A nivel internacional, la creciente importancia de la zona del euro también requiere el reforzamiento de los mecanismos de coordinación que permitan a ésta hablar con una voz en los distintos foros conforme a su importancia económica y financiera.

    Recomendaciones específicas para la zona del euro

    La superación de los desafíos mencionados requiere la realización de las amplias reformas estructurales establecidas en las Orientaciones generales (OG) (parte I de las Orientaciones Generales de Política Económica).

    Con el fin de establecer una política macroeconómica equilibrada, se recomienda a los responsables políticos nacionales y de la zona del euro que:

    1. Garanticen una orientación de la política monetaria, la política presupuestaria y la política que salarios que sea compatible con la estabilidad de precios y la necesidad de fomentar la confianza de empresas y consumidores a corto plazo y con un crecimiento económico próximo al potencial a medio plazo.

    Para combatir las diferencias de inflación no justificadas se recomienda a los responsables políticos nacionales y de la zona del euro que:

    2. Refuercen la competencia en los mercados de productos y de capitales y mejoren el funcionamiento del mercado de trabajo, entre otras cosas, abordando los obstáculos a la flexibilidad de los salarios y fomentando la movilidad geográfica.

    Con objeto de intensificar la coordinación de las políticas económicas, se recomienda a los responsables políticos nacionales y de la zona del euro que:

    3. Impulsen el análisis y el debate sobre la evolución económica y las medidas necesarias, intercambien el máximo posible de información sobre las medidas previstas , y refuercen la representación exterior de la zona del euro.

    4. Mejoren la eficiencia de los procedimientos actuales de coordinación en el ámbito de la reforma estructural que tienden a aumentar el potencial de crecimiento de la zona del euro y su resistencia frente a las perturbaciones.

    1. Bélgica

    En los últimos años se ha registrado en Bélgica una fuerte tasa de crecimiento económico. Sin embargo, la ralentización económica general ha afectado seriamente a la economía belga, habiendo disminuido progresivamente la tasa de crecimiento del PIB, del 3,7% en 2000 al 0,7% en 2002. Se prevé una recuperación de la actividad en 2003 y su reforzamiento en los años siguientes, estimándose un crecimiento potencial ligeramente inferior al 2,5%. En los últimos años, Bélgica ha realizado considerables avances en materia de ajuste presupuestario. No obstante, el desfavorable marco macroeconómico actual requiere esfuerzos adicionales para cumplir el compromiso de saneamiento presupuestario.

    Recientemente, el ritmo de reducción del ratio de deuda pública ha disminuido debido a un menor crecimiento económico y a los efectos negativos de las operaciones financieras realizadas. Sin embargo, particularmente teniendo en cuenta los futuros costes presupuestarios que se derivarán del envejecimiento de la población, para Bélgica es fundamental una reducción rápida de la deuda pública. La mejora del funcionamiento del mercado de trabajo, que es necesaria en sí misma, también podría contribuir al ajuste presupuestario. Además, se necesita una reforma del mercado de productos con el fin de mejorar la competitividad y la productividad. Bélgica tiene planteados los siguientes retos:

    * Garantizar la continuación del ajuste presupuestario en los próximos años, especialmente con vistas a lograr la sostenibilidad de las finanzas públicas a largo plazo frente al envejecimiento de la población.

    * Aumentar las bajas tasas de actividad y de empleo, particularmente, de los trabajadores de más edad y de las mujeres, y mejorar los incentivos al trabajo.

    * Fomentar la competencia en determinados sectores de servicios y seguir aumentando la eficacia de la administración pública y mejorando el marco para las empresas.

    Garantizar la continuación del ajuste presupuestario en los próximos años, especialmente con vistas a lograr la sostenibilidad de las finanzas públicas a largo plazo frente al envejecimiento de la población

    El reto de reducir el aún elevado ratio de deuda (105,4% del PIB en 2000) y prepararse para hacer frente a los costes presupuestarios del envejecimiento de la población, requiere unas políticas presupuestarias sólidas a largo plazo. Se espera que la estrategia de Bélgica, en particular, su política de mantener unos elevados superávit primarios, proporcione margen suficiente para cubrir los costes presupuestarios derivados del envejecimiento de la población. No obstante, este esfuerzo debe proseguirse a largo plazo y en caso de no mantenerse los superávit primarios a un nivel suficientemente alto quizás no podría evitarse el riesgo de unas finanzas públicas no sostenibles.

    En los próximos años, la política presupuestaria afrontará el reto de mantener el control de los gastos primarios, limitando su incremento en términos reales, al mismo tiempo que permite financieras las reformas necesarias y otros objetivos presupuestarios. En este contexto, los esfuerzos presupuestarios encaminados a reducir la proporción de deuda pública deben ser respaldados por políticas tendentes a mejorar la tasa de actividad de la mano de obra y a aumentar las tasas de empleo, que aún son bajas.

    Aumentar las bajas tasas de actividad y de empleo, particularmente, de los trabajadores de más edad y de las mujeres, y mejorar los incentivos al trabajo

    La tasa de empleo, que se ha incrementado constantemente durante la segunda mitad de los años noventa, era todavía del 59,9% en 2001, esto es, cuatro puntos porcentuales por debajo de la media de la UE en 2001, quedando aún lejos de los objetivos de empleo de la UE. La tasa de empleo de los trabajadores de más edad (55-64 años) era sólo del 25,1% en 2001, lo que representa la tasa más baja de la Unión Europea, situándose 13,5 puntos por debajo de la media de la UE. Es improbable que las medidas tomadas hasta las fecha basten para alcanzar el objetivo de la UE para 2010. Los desafíos planteados por el envejecimiento de la población apuntan a la necesidad de una serie de medidas tendentes a aprovechar el potencial de mano de obra no ocupada, para aumentar las tasas de empleo y de actividad.

    A pesar de las recientes medidas encaminadas a abordar el problema de la dependencia de las prestaciones sociales y a reducir el riesgo de la "trampa del desempleo", aún existe un considerable número de beneficiarios de prestaciones sociales en edad de trabajar que están desempleados. Los desincentivos al trabajo de los actuales sistemas de subsidio de desempleo exigen una revisión de los mismos con el fin de abordar la elevada proporción de desempleo de larga duración, que sigue constituyendo un importante problema estructural. Los obstáculos lingüísticos, los elevados costes de alojamiento y la compresión de los salarios están contribuyendo a la persistencia de disparidades entre las distintas zonas geográficas y reduciendo los incentivos a la movilidad.

    Fomentar la competencia en determinados sectores de servicios y seguir aumentando la eficacia de la administración pública y mejorando el marco para las empresas

    La competencia sigue siendo limitada en la mayoría de las industrias de redes y en los servicios locales, lo que lleva a unos elevados precios de consumo, por ejemplo, para las comunicaciones telefónicas locales y la electricidad. En las industrias de redes, las dificultades de acceso de los competidores a las redes, los estrangulamientos físicos y los tradicionales vínculos con las autoridades públicas contribuyen a mantener el poder de mercado de los operadores históricos. En los servicios locales, las asociaciones entre autoridades públicas locales y entidades privadas, especialmente en el marco de consorcios intermunicipales, aún carece de transparencia. A pesar de disponer de mayores facultades institucionales, la autoridad de competencia sigue contando con unos efectivos insuficientes y aún no está garantizada la independencia de todas las autoridades de regulación sectoriales.

    En los últimos años, las medidas tendentes a reducir las cargas administrativas que pesan sobre las empresas y a mejorar la eficiencia de la administración pública están contribuyendo a crear un marco más favorable para las empresas. En particular, se han desarrollado planes tendentes a reducir los costes y los trámites administrativos necesarios para crear una empresa, y el plan "Copernicus" pretende modernizar la administración federal. Los efectos de estos planes aún no se han manifestado plenamente.

    Recomendaciones específicas para Bélgica

    La superación de los retos mencionados requiere la realización de las amplias reformas estructurales establecidas en las Orientaciones generales (parte I de las Orientaciones Generales de Política Económica).

    A fin de garantizar la continuación del ajuste presupuestario en los próximos años, particularmente con vistas a lograr la sostenibilidad de las finanzas públicas a largo plazo frente al envejecimiento de la población, se recomienda a Bélgica:

    1. Asegurar que el ratio de deuda pública sigue una tendencia decreciente sostenida y a un ritmo satisfactorio, manteniendo elevados superávit primarios (OG 15).

    2. Limitar los gastos reales de la Entidad 1 (Gobierno federal y Seguridad Social) al 1,5% y destinar los ingresos derivados de un crecimiento económico superior al previsto a mejorar la situación presupuestaria de forma prioritaria.

    3. Reforzar la estrategia existente encaminada a prepararse para hacer frente a las repercusiones del envejecimiento de la población sobre el presupuesto, en particular, reduciendo el nivel de deuda, abordando mejor la cuestión de la baja edad de jubilación, prosiguiendo la reforma de los sistemas de pensiones y redoblando los esfuerzos tendentes a financiar el Fondo para el envejecimiento de la población (OG 16 y RE 2).

    Bélgica también deberá aplicar enérgicamente todas las recomendaciones para el empleo (RE), que abordan los problemas de empleo de forma más completa. Con objeto de aumentar el potencial de crecimiento, garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas y afrontar los efectos del envejecimiento de la población, es especialmente importante para Bélgica incrementar sus bajas tasas de actividad y de empleo, sobre todo de los trabajadores de edad y de las mujeres, y mejorar los incentivos al trabajo. Se recomienda, en particular, a Bélgica que:

    4. Refuerce las medidas encaminadas a aumentar la edad de jubilación, en especial, combinando una supresión de los incentivos a la jubilación anticipada (OG 16) con el fomento de medidas de prevención y activación para los trabajadores de edad.

    5. Siga avanzando en la vía de hacer que el trabajo sea rentable, eliminando las principales distorsiones de los incentivos al trabajo que se derivan de la interacción entre el sistema tributario y el sistema de prestaciones sociales (OG 4 y RE 3).

    Con el fin de fomentar la competencia en determinados servicios y seguir aumentando la eficiencia de la administración pública y mejorando el marco para las empresas, se recomienda a Bélgica que (conforme a las orientaciones generales 9 a 14):

    6. Adopte medidas tendentes a fomentar la competencia en las industrias de redes y en los servicios locales (conforme a la OG 9);

    7. Mejore la administración pública en el contexto de la reforma actual y prosiga la reducción de las cargas administrativas de las empresas (OG 11).

    2. Dinamarca

    Desde hace algunos años la economía danesa registra un crecimiento próximo al potencial, con una tasa media de crecimiento del PIB real del 2,5% en los últimos diez años. En este período, se registró una importante reducción del desempleo, que pasó de una tasa superior al 12% de la mano de obra a una tasa en torno al 5% (una gran parte de esta reducción puede considerarse estructural). Como no será posible repetir la caída del desempleo en los próximos años y la evolución demográfica se traducirá en un menor crecimiento de la población en edad de trabajar, se espera que las tasas de crecimiento potencial se reduzcan a aproximadamente el 2%. La gran reducción del desempleo en los últimos diez años también ha tenido efectos positivos sobre las finanzas públicas, que han registrado un superávit desde 1997.

    Para que la economía danesa se mantenga en buena forma, a pesar de las menores tasas de crecimiento potencial, es necesario resolver algunos problemas estructurales. Con objeto de seguir logrando elevados superávit de las finanzas públicas es necesario aumentar la oferta de trabajo, tanto para reducir los gastos como para aumentar los ingresos tributarios. Además, el nivel de precios sigue siendo uno de los más elevados de la UE, lo que refleja en parte la falta de competencia en determinados sectores, y existe margen para aumentar la eficiencia del sector público. Los retos que tiene planteados Dinamarca son los siguientes:

    * Garantizar una oferta de trabajo adecuada en función del envejecimiento de la población.

    * Fomentar la competencia en determinados sectores y aumentar la eficiencia del sector público.

    Garantizar una oferta de trabajo adecuada en función del envejecimiento de la población

    Las tasas de empleo son ya elevadas en Dinamarca, y muy superiores a los objetivos de Lisboa para la UE en su conjunto, incluso en el caso de las mujeres y de los trabajadores de edad. Sin embargo, con el fin de prepararse para las repercusiones del envejecimiento de la población sobre las finanzas públicas y preservar el potencial de crecimiento, es necesario aumentar las tasas de actividad y seguir reduciendo las tasas de desempleo más allá de los niveles que se prevé alcanzar con las reformas que se están aplicando actualmente. Estos aumentos contribuirán al objetivo del gobierno de alcanzar superávit comprendidos entre el 1,5% y el 2,5% del PIB como medio de prepararse para hacer frente a la repercusiones del envejecimiento de la población sobre las finanzas públicas.

    Ya se ha avanzado bastante en materia de políticas activas del mercado de trabajo, especialmente en lo que se refiere al derecho y a la obligación de ocupar un puesto de trabajo. También se han adoptado medidas en el marco de los sistemas de prestaciones y de jubilación. Además, recientemente se ha anunciado una reforma tributaria para 2004-2007 con el objetivo de disminuir los impuestos sobre las rentas del trabajo, que también deberá contribuir a aumentar la oferta de trabajo. Sin embargo, serían necesarias nuevas reformas para aumentar significativamente las ya elevadas tasas de actividad y de empleo. Entre las posibles vías para aumentar la oferta de trabajo cabe citar la integración de los inmigrantes en el mercado laboral, la canalización más rápida de los estudiantes a través de sistema educativo y los esfuerzos encaminados a fomentar la permanencia en actividad de los trabajadores de edad. Podría fomentarse el aumento del número de personas incluidas en la población activa o del número de horas trabajadas por persona mediante nuevas reformas de los sistemas tributario y de prestaciones, particularmente reduciendo los aún relativamente elevados tipos impositivos marginales y/o haciendo más restrictivos los requisitos necesarios para la jubilación anticipada. Las estimaciones del Ministerio de Finanzas muestran que la reducción de diferentes formas de tipos impositivos pueden tener un efecto pronunciado sobre la oferta de trabajo. Sin embargo, la consideración de reformas tributarias adicionales deberá tener en cuenta el marco de unas finanzas públicas saneadas. En lo que se refiere al aumento de la edad de jubilación, se trata de mejorar los incentivos para permanecer en el trabajo en lugar de retirarse de la población activa optando por la jubilación anticipada. Por otra parte, para mantener los elevados superávit de las finanzas públicas no sólo es necesario incrementar la oferta de trabajo, también debe continuarse el control estricto de los gastos con el fin de evitar posibles desvíos que pudieran poner en peligro el logro de los objetivos

    Fomentar la competencia en determinados sectores y aumentar la eficiencia del sector público

    El fomento de la competencia podría contribuir a reducir el nivel de precios de la economía danesa, que es el más elevado de la UE, y a mejorar la productividad, que se sitúa en torno a la media de la UE. El grado de competencia es bajo en una serie de sectores, tales como los de energía, vivienda, construcción y servicios no comercializables internacionalmente. La plena liberalización del mercado de la energía también podría contribuir a una mayor competencia y a una reducción de precios en toda la economía.

    El sector público danés es uno de los más grandes de la UE. Se han realizado esfuerzos substanciales para aumentar su eficiencia y el grado de apertura de la contratación pública de Dinamarca es superior a la media de la UE. Sin embargo las entidades públicas son aún los únicos prestatarios de numerosos servicios públicos y está por ver en qué medida las recientes reformas encaminadas a ampliar las posibilidades de elección del consumidor en materia de servicios públicos aumentarán la competencia del sector privado. Un sector en el que podría aumentarse la eficiencia es el de educación, en el que el estudio PISA de la OCDE muestra resultados relativamente mediocres para Dinamarca, a pesar del elevado gasto en educación.

    Recomendaciones específicas para Dinamarca

    La superación de los retos mencionados requiere la realización de las amplias reformas estructurales establecidas en las Orientaciones generales (OG) (parte I de las Orientaciones Generales de Política Económica).

    Dinamarca también deberá aplicar enérgicamente todas las recomendaciones para el empleo (RE), que abordan los problemas de empleo de forma más completa. A fin de prepararse para afrontar las repercusiones del envejecimiento de la población sobre la hacienda pública y mantener el potencial de crecimiento, se recomienda, en particular, a Dinamarca que:

    1. Prosiga los esfuerzos para hacer que el trabajo sea rentable, aumentando los incentivos a formar parte de la población activa y a retrasar la jubilación, en particular mediante la aplicación de la reforma fiscal y el estudio de nuevas medidas encaminadas a hacer más restrictivos los requisitos necesarios para obtener las prestaciones y a reducir los tipos impositivos marginales en un marco de finanzas públicas saneadas (OG 4 y RE 1 y 3).

    2. Realice un control del gasto a todos los niveles de la Administración a fin de cumplir los objetivos plurianuales para el incremento del consumo público real (OG 14).

    Para fomentar la competencia en determinados sectores e incrementar la eficiencia del sector público, se recomienda a Dinamarca que (conforme a las orientaciones generales 9 a 14):

    3. Redoble los esfuerzos para intensificar la competencia en los sectores en los que ésta es insuficiente (OG 9).

    4. Continúe sus esfuerzos para aumentar la eficiencia del sector público, en particular, mejorando las condiciones de competencia, fomentando el establecimiento de una base de referencia para la eficiencia del sector público y promoviendo la contratación pública (OG 11).

    3. Alemania

    Tras el período de auge económico causado por la unificación, Alemania ha registrado tasas de crecimiento muy inferiores desde mediados de los años noventa, tanto en comparación con otros países europeos como con sus tasas históricas. En parte debido a los costes y efectos de la unificación, esta ralentización se ha arraigado cada vez más. En 2003, el crecimiento del PIB se mantendrá muy probablemente por debajo del 1% por tercer año consecutivo. El bajo potencial de crecimiento de Alemania, de aproximadamente el 1,5% (frente al 2,25% para el resto de la UE), es consecuencia de los ajustes estructurales a raíz de la reunificación, las rigideces de su mercado de trabajo y las pesadas cargas reglamentarias, que frenan la productividad, así como de un bajo crecimiento de su población. Aunque el bajo crecimiento constituye un problema en sí mismo, también afecta al área de las finanzas públicas, en donde la insuficiencia de los impuestos y de los ingresos de la seguridad social ha llevado a Alemania a incumplir el criterio de déficit del Tratado. Al mismo tiempo, el enfoque adoptado para corregir el déficit excesivo -aumentar los impuestos y las contribuciones de la seguridad social- agrava el problema del bajo crecimiento. Sin embargo, el 14 de marzo, el Canciller Schröder, en un discurso ante el Parlamento, presentó los elementos de un amplio programa de reformas, que constituirán importantes pasos hacia la resolución de los problemas estructurales de la economía alemana.

    La solución a la difícil situación de las finanzas públicas no puede encontrarse sin buscar las causas profundas del bajo crecimiento y viceversa. Es urgente la realización de reformas de largo alcance, ya que los regímenes de seguridad social no están suficientemente capacitados para hacer frente a las consecuencias del envejecimiento de la población. Por lo tanto, con el fin de resolver el doble problema del bajo crecimiento potencial y la falta de sostenibilidad de las finanzas públicas de Alemania, es ineludible afrontar cuatro desafíos fundamentales. Los dos primeros guardan relación con el bajo crecimiento económico potencial, mientras que los dos últimos son relativos al problema de la sostenibilidad de las finanzas públicas. Los retos que afronta Alemania son:

    * Fomentar la creación de empleo y la adaptabilidad de la mano de obra y aprovechar el potencial de empleo no utilizado.

    * Aumentar la productividad mediante mejoras del marco empresarial y la eficiencia del sistema educativo.

    * Acelerar el saneamiento de las finanzas públicas.

    * Garantizar la viabilidad a largo plazo de los sistemas de pensiones y de asistencia sanitaria.

    Fomentar la creación de empleo y la adaptabilidad de la mano de obra y aprovechar el potencial de empleo no utilizado

    La tasa de empleo global de la economía alemana es próxima al objetivo de la UE del 67% para 2005. La tasa de empleo femenino ya supera el objetivo intermedio de la UE del 57% para 2005, mientras que la tasa de empleo de los trabajadores de edad se mantiene muy reducida, incluso por debajo del nivel alcanzado en 1997. La relativamente elevada tasa de empleo de los jóvenes en Alemania contrasta con la gran falta de oportunidades de empleo para los trabajadores poco cualificados, los trabajadores de edad y los trabajadores que viven en regiones desfavorecidas, especialmente, en el Este. Teniendo en cuenta el gran déficit de puestos de trabajo de los Estados federados orientales, existe el riesgo de que se amplíen aún más las diferencias regionales existentes en el mercado de trabajo. Evidentemente, el empleo de los grupos mencionados proporcionaría un impulso substancial al crecimiento, al mismo tiempo que reforzaría las finanzas públicas. En el mercado de trabajo cabe destacar tres importantes factores estructurales. En primer lugar, Alemania sufre severas trampas de desempleo e inactividad, en particular en el caso de los trabajadores de bajo salarios, para los que el efecto combinado de la imposición, las cotizaciones a la seguridad social y las prestaciones sociales sigue creando un elevado tipo impositivo marginal efectivo por encima del umbral de 400 euros mensuales. El reciente reforzamiento de las sanciones en materia de prestaciones ha llevado a aumentar la transición de la situación de desempleo a la situación de inactividad, pero aún es demasiado pronto para poder evaluar los efectos sobre los incentivos a la búsqueda activa de un puesto de trabajo, con inclusión de la movilidad sectorial y regional. En segundo lugar, los costes laborales de los trabajadores poco cualificados o de los trabajadores de las regiones deprimidas podrían ser superiores a su productividad debido a la aplicación de niveles salariales coordinados ("Flächentarifvertrag"), que son prácticamente idénticos para todo el país dentro de un mismo sector. Los salarios reducidos para los períodos de prueba en un nuevo puesto de trabajo no sólo no están permitidos por los acuerdos salariales celebrados con los sindicatos, tampoco los permite la legislación. En virtud del Günstigkeitprinzip, las empresas están obligadas legalmente a respetar los salarios mínimos definidos por los acuerdos salariales sectoriales, si la empresa es miembro de la asociación de empresas correspondiente o el acuerdo ha sido declarado generalmente aplicable por el Gobierno. Cuando existen, las cláusulas de "flexibilización" se aplican raras veces, especialmente en el Oeste. En tercer lugar, la reinserción de los trabajadores desempleados también se ve dificultada por las deficiencias de los programas activos del mercado laboral a gran escala y por la insuficiente evaluación y orientación de dichas medidas. Es demasiado pronto para observar los efectos de los recientes esfuerzos tendentes a mejorar la evaluación de estos programas.

    Aumentar la productividad mediante mejoras del marco empresarial y de la eficiencia del sistema educativo

    El bajo aumento del factor trabajo ha venido acompañado de una disminución paralela del incremento de la productividad y de la inversión privada en los últimos años, que puede explicarse por las altas cargas administrativas y los obstáculos a la competencia persistentes. Aunque se han realizado progresos en el contexto de la reforma Hartz, los mercados de trabajo siguen muy regulados. A este respecto, los principales elementos son las restricciones sobre los contratos de trabajo de agencias de trabajo temporal y la incertidumbre derivada de la aplicación por los tribunales de la legislación de protección del empleo. Están siendo objeto de revisión las disposiciones que rigen el acceso a las profesiones artesanales y liberales. Además, cabe señalar la complejidad de algunas partes del código tributario y la relativamente limitada prestación de servicios públicos a través de Internet. Por último, las restricciones reglamentarias obstaculizan innecesariamente la competencia en el sector minorista, las tarifas de acceso a la red energética siguen siendo relativamente elevadas y sometidas a un control ex-post, y existen escasos indicios de la apertura de la contratación pública.

    Con la perspectiva de una disminución de la mano de obra, el nivel de cualificación reviste la mayor importancia para aumentar la competitividad de la economía alemana a fin de mantener sus niveles de vida. El estudio PISA (OCDE) ha puesto de relieve la baja eficiencia relativa de la enseñanza secundaria alemana. Además, la larga duración de los estudios universitarios constituye un problema desde hace mucho tiempo. La reforma del sistema educativo también constituye un importante elemento para tratar el problema del desempleo ya que los trabajadores poco cualificados constituyen una importante proporción de los desempleados.

    Acelerar el saneamiento de las finanzas públicas

    En 2002, el déficit de las administraciones públicas era equivalente al 3,6% del PIB, rebasándose claramente el criterio correspondiente del Tratado. Ya el 21 de enero de 2003, el Consejo EcoFin decidió la existencia de un déficit excesivo en Alemania y recomendó a las autoridades alemanes aplicar medidas de un importe equivalente al 1% del PIB en 2003 para poner fin al déficit excesivo en 2004 a más tardar. El saneamiento presupuestario también contribuiría a mejorar el marco general para las empresas y, de esta forma, a incrementar el potencial de crecimiento de la economía alemana. Sin embargo, sin reformas estructurales adicionales encaminadas a incrementar el bajo potencial de crecimiento de la economía alemana, parece poco probable una disminución constante del ratio de deuda y el cumplimiento del objetivo declarado de alcanzar una posición presupuestaria próxima al equilibrio en 2006. Por ello, el Consejo pidió a Alemania que aplicase reformas urgentes, no sólo en el mercado de trabajo, sino también en la Seguridad Social y en los sistemas de prestaciones en general, y redujese la carga reglamentaria que pesa sobre la economía.

    Garantizar la viabilidad a largo plazo de los sistemas de pensiones y de asistencia sanitaria

    Los regímenes de seguridad social de Alemania son financiados principalmente sobre una base de reparto ("pay-as-you-go"). Como consecuencia de ello, los sistemas de pensiones y asistencia sanitaria encontrarán dificultades para hacer frente al problema del envejecimiento de la población. Si no se modifican las normas actuales, las cotizaciones a la seguridad social, que ya son de las más elevadas de Europa, deberán aumentar sustancialmente en las próximas décadas, lo que agravaría el problema provocado por el elevado desempleo y reduciría aún más el crecimiento. En el sistema de pensiones se requiere una mejor relación entre los pagos individuales y los derechos de pensión adquiridos, para evitar que las cotizaciones al régimen de pensiones se perciban en gran medida como impuestos. El Gobierno alemán ha dado los primeros pasos hacia un sistema privado de pensiones por capitalización ("Riester-Rente"), pero únicamente el 15% los trabajadores han hecho uso de esta nueva posibilidad hasta la fecha, debido, entre otras causas, a que dicho sistema viene acompañado de un nivel relativamente alto de reglamentación.

    El sistema de asistencia sanitaria también se ha visto sometido a presiones crecientes en los últimos años, debido principalmente a un control insuficiente de los costes y a la ausencia de incentivos económicos al ahorro de costes. Actualmente se está debatiendo una reorientación del sistema de asistencia sanitaria, contemplándose limitar la cobertura únicamente a los mayores riesgos, lo que permitiría una reducción substancial de los costes.

    El objetivo de alcanzar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas es tanto más acuciante cuanto que el ratio deuda/PIB de Alemania se mantiene por encima del límite del 60% y aún no se ha logrado una clara tendencia decreciente.

    Recomendaciones específicas para Alemania

    La superación de los retos mencionados requiere la realización de las amplias reformas estructurales establecidas en las Orientaciones generales (parte I de las Orientaciones Generales de Política Económica).

    Alemania también deberá aplicar enérgicamente todas las recomendaciones para el empleo (RE), que abordan los problemas de empleo de forma más completa. Con el fin de aumentar su potencial de crecimiento, garantizar la sostenibilidad a largo plazo de su hacienda pública, hacer frente a los efectos del envejecimiento de la población y reducir las diferencias regionales, es especialmente importante para Alemania fomentar la creación de empleo y la adaptabilidad de la mano de obra y aprovechar el potencial de empleo inutilizado. Se recomienda, en particular, a Alemania que:

    1. Reforme los sistemas tributario y de prestaciones sociales (OG 4 y RE 6), especialmente garantizando que la ocupación de un puesto de trabajo o el paso a un tramo impositivo superior se traducen en un incremento de los ingresos, y ello para todos los niveles de ingresos, y supeditando la concesión de prestaciones a la búsqueda activa de un empleo.

    2. Adopte medidas para garantizar que los salarios reflejan mejor las diferencias de productividad en función de las cualificaciones y las regiones (OG 5) particularmente revisando el Günstigkeitsprinzip, a fin de permitir temporalmente unos salarios más bajos para los que acceden al empleo por primera vez.

    3. Aumente la eficiencia de los programas activos del mercado laboral -en particular, de la asistencia a la búsqueda de un puesto de trabajo- reforme dichos programas siguiendo criterios de coste-eficacia y los oriente mejor hacia las personas más propensas al desempleo de larga duración (OG 8, 13 iv y RE y 1).

    Para incrementar la productividad por medio de la mejora del marco empresarial y de la eficiencia del sistema educativo, se recomienda a Alemania que (de conformidad con las OG 9 a 14):

    4. Estimule a las empresas a invertir y crecer, creando un marco más competitivo (OG 9) y reduciendo aún más las cargas reglamentarias y administrativas (OG 11), en particular, disminuyendo el grado efectivo de protección del empleo (OG 6).

    5. Lleve a cabo reformas que contribuyan a mejorar los niveles educativos y a eliminar la persistente falta de cualificaciones (OG 13).

    Con objeto de acelerar el saneamiento de las finanzas públicas, se recomienda a Alemania que:

    6. Aplique medidas discrecionales con un importe equivalente al 1% del PIB en 2003 y ponga fin a la actual situación de déficit excesivo a más tardar en 2004 (OG 1).

    7. Reduzca el déficit ajustado en función del ciclo como mínimo un punto porcentual del PIB entre finales de 2003 y 2005.

    Para garantizar la viabilidad a largo plazo de los sistemas de pensiones y de asistencia sanitaria, se recomienda a Alemania que:

    8. Refuerce el papel de los regímenes de pensión complementarios, aumente los incentivos para retrasar la jubilación y refuerce la relación entre las contribuciones a las pensiones públicas y los derechos de pensión (OG 16).

    9. Aumente la eficacia del sector de asistencia sanitaria introduciendo incentivos económicos para los prestadores y beneficiarios de asistencia sanitaria, tales como el reparto de los costes.

    4. Grecia

    En 2002, la economía griega siguió creciendo a un rápido ritmo, a pesar de las adversas condiciones económicas internacionales. Se espera que el crecimiento del PIB real se mantenga muy por encima de la media comunitaria y alcance el 3,8% en 2003 (situándose ligeramente por encima de la tasa de crecimiento potencial de aproximadamente el 3,5%). Sin embargo, la actividad económica, que se ha visto impulsada por las inversiones privadas y públicas, principalmente en el marco de la preparación de los Juegos Olímpicos y del tercer Marco comunitario de apoyo, es muy poco probable que rebase el nivel potencial, o se mantenga a este nivel, después de 2004. Además, las altas tasas de crecimiento y los crecientes precios de la energía podrían crear presiones excesivas sobre los precios. A pesar del fuerte crecimiento y de la disminución de los tipos de interés, no se ha reducido significativamente el ratio de deuda pública. De hecho, mientras que éste disminuyó lentamente en 1997-1999, aumentó en 2000-2001, debido principalmente a la reclasificación de operaciones financieras de gran magnitud que anteriormente se excluían de las cuentas presupuestarias.

    La situación del mercado laboral está mejorando muy lentamente. A pesar de la fuerte creación de empleo, el incremento del empleo no es satisfactorio, y el desempleo, aunque en 2002 cayó por debajo del 10% de la población activa, se mantiene a un nivel elevado. La interacción de la rigidez de los mercados de trabajo y de productos y el desarrollo tardío de la sociedad del conocimiento, debido, en particular, al bajo nivel de inversión en capital humano e investigación, están impidiendo el logro de unos aumentos de productividad que puedan acelerar el proceso de aproximación de la economía griega.

    Grecia necesita seguir consolidando sus finanzas públicas para reducir el elevado ratio de deuda pública a un ritmo satisfactorio. Deben abordarse los problemas estructurales de los mercados de trabajo y de productos con objeto de reducir la elevada tasa de desempleo, mejorar la productividad y fomentar el funcionamiento eficiente de la economía. Grecia tiene planteados los siguientes retos:

    * Garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas frente al envejecimiento de la población, particularmente teniendo en cuenta el elevado ratio de deuda pública.

    * Aumentar el bajo nivel de productividad, imputable al deficiente funcionamiento de los mercados de trabajo y de productos, la baja inversión en capital humano y el desarrollo tardío de la sociedad del conocimiento.

    * Reducir la elevada tasa de desempleo estructural y aumentar las tasas de empleo, particularmente la tasa de empleo femenino.

    Garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas frente al envejecimiento de la población, particularmente teniendo en cuenta el elevado ratio de deuda pública

    A pesar de los ajustes presupuestarios y la mejora de los saldos presupuestarios lograda en años anteriores, no se ha conseguido que el ratio de deuda siga una tendencia decreciente. En realidad, el ratio de deuda aumentó en 2000 y 2001, tras las revisiones exigidas por Eurostat, y se situó en el 105,3% del PIB en 2002. Las grandes operaciones financieras realizadas contrarrestaron en parte los efectos positivos del superávit primario sobre la deuda pública. Se espera que el superávit primario haya crecido a un menor ritmo en 2002, estimándose para este año un déficit público equivalente al 1,1% del PIB, frente a un 1,2% en 2001. Las elevadas tasas de crecimiento de la producción constituyen una sólida base para seguir mejorando los saldos presupuestarios y lograr convertir el déficit presupuestario en superávit. Es fundamental limitar el consumo público a fin de liberar recursos para usos productivos y contener el elevado ratio de deuda. De no controlarse, la elevada proporción de deuda podría poner en peligro la sostenibilidad de las finanzas públicas a largo plazo cuando, según las previsiones, el envejecimiento de la población comenzará a ejercer presiones sobre el presupuesto. A pesar de los esfuerzos emprendidos en la reforma de las pensiones de 2002, el aún elevado incremento previsto del gasto público en pensiones (a partir de un nivel inicial elevado) apunta a la necesidad de nuevos esfuerzos en este ámbito.

    Aumentar el bajo nivel de productividad, imputable al deficiente funcionamiento de los mercados de trabajo y de productos, la baja inversión en capital humano y el desarrollo tardío de la sociedad del conocimiento

    Aunque ha crecido fuertemente en los últimos años, la productividad del trabajo de la economía griega sigue siendo la segunda más baja de la UE, lo que puede explicarse por los bajos niveles de inversión en investigación y desarrollo, el todavía bajo, aunque creciente, nivel de difusión de las TIC, los bajos niveles de enseñanza de la población y la resultante escasez de trabajadores cualificados. Además, el elevado porcentaje de empresas pequeñas y microempresas nacionales, que se debe en parte a las distorsiones creadas, por ejemplo, por la legislación laboral y por el sistema tributario, contribuye a un bajo nivel de inversión en investigación y desarrollo y de innovación.

    Un mejor marco para las empresas también es esencial si se desea mejorar la eficiencia de los mercados de productos. En primer lugar, aún es limitada la competencia en algunas industrias de redes. Por ejemplo, en los sectores de la electricidad y del gas, los operadores históricos, integrados verticalmente, dominan el mercado. En segundo lugar, a pesar de las recientes medidas encaminadas a simplificar el marco reglamentario y el sistema tributario, el dinamismo de las empresas sigue viéndose obstaculizado por la complejidad de los procedimientos y la falta de eficiencia de la administración pública. En tercer lugar, la tasa de incorporación de las directivas sobre el mercado interior es la segunda más baja de la UE.

    Reducir la elevada tasa de desempleo estructural y aumentar las tasas de empleo, particularmente la tasa de empleo femenino

    La tasa de empleo de la economía griega es significativamente inferior a los objetivos establecidos por el Consejo Europeo, en particular, la tasa de empleo femenino. Aunque en 2002 el desempleo disminuyó por tercer año consecutivo, se mantiene claramente por encima de la media de la UE, con una tasa de desempleo femenino superior al doble de la tasa de desempleo masculino y con una tasa de paro juvenil muy elevada. La rigidez del mercado laboral sigue obstaculizando un funcionamiento más flexible del mercado laboral. No se han producido cambios en el sistema de formación de salarios que permitan una mayor diferenciación en función de la productividad y las cualificaciones. La persistente complejidad del sistema tributario, a pesar de las recientes mejoras, las elevadas cotizaciones a la seguridad social y la restrictiva legislación de protección del empleo siguen constituyendo obstáculos importantes a la contratación. Por otra parte, el efecto limitado de las reformas tendentes a promover unas formas más flexibles de empleo apuntan al hecho de que muchas empresas recurren a contrataciones no declaradas para disfrutar de esta flexibilidad. La reforma de los servicios públicos de empleo, que es esencial para abordar el problema del elevado nivel de desempleo de larga duración, sigue retrasándose.

    Recomendaciones específicas para Grecia

    La superación de los retos mencionados requiere la realización de las amplias reformas estructurales establecidas en las Orientaciones generales (parte I de las Orientaciones Generales de Política Económica).

    Con el fin de garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas frente al envejecimiento de la población, particularmente teniendo en cuenta el elevado ratio de deuda pública (OG 15), se recomienda a Grecia que:

    1. Logre que el ratio de deuda pública siga una tendencia decreciente sostenida, a un ritmo satisfactorio, mediante el mantenimiento de unos elevados superávit primarios (OG 15).

    2. Garantice un control efectivo de los gastos primarios corrientes abordando resueltamente el problema de los componentes inelásticos del gasto (OG 14), por ejemplo, la masa salarial.

    3. Utilice los recursos públicos de forma más eficiente con el objetivo de mejorar la productividad del trabajo y fomentar la capacidad de trabajo de los desempleados (OG 14).

    4. Prosiga las reformas del sistema de seguridad social, y, en particular, del sistema de pensiones (OG 16), con el fin de evitar tensiones presupuestarias en el futuro debidas al envejecimiento de la población.

    Para aumentar el bajo nivel de productividad, imputable al deficiente funcionamiento de los mercados de trabajo y de productos, la baja inversión en capital humano y el desarrollo tardío de la sociedad del conocimiento, se recomienda a Grecia que (de conformidad con las OG 4-8 y 9-14):

    5. Intensifique los esfuerzos tendentes a aumentar la disponibilidad de trabajadores cualificados, siga promoviendo la participación de las empresas en la actividad de investigación y desarrollo y de innovación, y mejore la difusión de las TIC (OG 13 y RE 2).

    6. Fomente particularmente la competencia en los sectores energéticos (OG 9).

    7. Siga simplificando el marco empresarial y tributario y aumente la tasa de incorporación de las directivas del mercado interior (OG 9 y 11).

    Grecia también deberá aplicar enérgicamente todas las recomendaciones para el empleo (RE), que abordan los problemas de empleo de forma más completa. Con objeto de aumentar su potencial de crecimiento, garantizar la sostenibilidad a largo plazo de su hacienda pública y afrontar los efectos del envejecimiento de la población, es particularmente importante para Grecia reducir su elevada tasa de desempleo estructural y aumentar sus tasas de empleo, particularmente su tasa de empleo femenino. Se recomienda, en especial, a Grecia que:

    8. Mejore los incentivos al empleo, particularmente en el marco de los sistemas tributario y de pensiones, con objeto de fomentar el empleo en el sector declarado, con inclusión del trabajo a tiempo parcial (OG 4 y 16 y RE 4 ).

    9. Promueva la modificación de la negociación salarial para garantizar que los salarios reflejen las diferencias de productividad (OG 5).

    10. Aplique el conjunto de medidas de reforma del empleo para mejorar el equilibrio entre la flexibilidad y la seguridad del empleo, garantizando una aplicación efectiva de las reformas tendentes a modernizar la organización del trabajo y revisando la reglamentación laboral excesivamente restrictiva (OG 6 y RE 1).

    5. España

    En la segunda mitad de los años noventa, la economía española obtuvo buenos resultados, con unas tasas de crecimiento (tasa media cercana al 4%) que superaban significativamente a las de la zona del euro y a su tasa de crecimiento potencial a medio plazo (estimada en aproximadamente el 3%). Contrariamente a lo ocurrido en anteriores períodos de ralentización, durante la ralentización iniciada en 2001 se ha mantenido un diferencial de crecimiento positivo. Estos resultados han sido apoyados por una creación de empleo sin precedentes, mientras que las condiciones monetarias han sido particularmente flexibles. Entre los factores negativos, cabe señalar que la inflación se ha mantenido persistentemente por encima de la media de la zona del euro, presentando frente a dicha media un diferencial superior al que cabría esperar de una economía en proceso de aproximación. El aumento de la productividad ha disminuido, poniendo de relieve problemas estructurales tales como un grado insuficiente de competencia en algunos sectores.

    Con el fin de mantener su proceso de convergencia hacia las economías de mayor renta de la UE (el PIB per cápita de España es aproximadamente un 15% inferior al de la media de la UE), la economía española debe consolidar las mejoras en el mercado de trabajo, reducir las disparidades en materia de desempleo entre regiones y aumentar la tasa de actividad. Por su parte, el crecimiento se vería respaldado por el aumento de la productividad fomentando la actividad de investigación y desarrollo y la formación de capital humano y promoviendo la competencia. El logro de estos objetivos deberá reforzar el saneamiento fiscal registrado en los últimos años. Sin embargo no puede descartarse el riesgo de futuros desequilibrios de la hacienda publica como consecuencia de los efectos del envejecimiento de la población, que, aunque no se dejarán sentir inmediatamente, serán muy pronunciados. Por ello, con el fin de garantizar la sostenibilidad a largo plazo de la hacienda pública es necesaria una importante reforma del sistema de pensiones públicas, en particular, reforzando la relación entre las cotizaciones y las prestaciones. Los retos que tiene planteados España son:

    * Aumento de las bajas tasas de empleo, especialmente de las mujeres, y reducción de las amplias disparidades regionales del mercado de trabajo, especialmente en materia de desempleo.

    * Aumento del bajo nivel de productividad, reforzando la economía del conocimiento mediante la mejora de los niveles educativos y de cualificación, la inversión en tecnologías de la información, la actividad de investigación y desarrollo y la innovación.

    * Garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas frente al envejecimiento de la población.

    Aumento de las bajas tasas de empleo, especialmente de las mujeres, y reducción de las amplias disparidades regionales del mercado de trabajo, especialmente en materia de desempleo

    A pesar de los grandes esfuerzos y avances realizados en los últimos años (la tasa de desempleo se ha reducido más de 11 puntos porcentuales desde 1995), la tasa de desempleo (de aproximadamente el 11,5%) sigue siendo significativamente superior a la media de la UE, mientras que la tasa de empleo se mantiene muy por debajo de la media de la UE. Aunque la reducción del desempleo ha sido mayor para las mujeres que para los hombres, la tasa de desempleo femenino aún sigue siendo superior al doble de la tasa de desempleo masculino. Además, a pesar de la elevada creación de empleo, el desempleo se sigue distribuyendo de forma desigual entre regiones. Los acuerdos salariales toman poco en cuenta en la práctica las substanciales diferencias de productividad. El mercado del trabajo sigue fuertemente segmentado entre los empleos permanentes y el gran número de empleos basados en contratos de duración determinada. Por su parte, la proporción de empleos a tiempo parcial sigue a un bajo nivel. Aunque se ha visto fomentada en cierta medida por las reformas recientes del mercado de trabajo y del impuesto sobre la renta, la movilidad geográfica de la mano de obra aún es limitada, debido en parte a obstáculos estructurales, entre los que cabe destacar el deficiente funcionamiento del mercado de la vivienda. Por otro lado, los organismos públicos de empleo quizás no dispongan de los recursos organizativos suficientes para administrar unas medidas activas del mercado de trabajo bien orientadas ni de un sistema de prestaciones de desempleo que incite a los parados a buscar activamente un empleo.

    Aumento del bajo nivel de productividad, reforzando la economía del conocimiento mediante la mejora de los niveles educativos y de cualificación, la inversión en tecnologías de la información, la actividad de investigación y desarrollo y la innovación

    La productividad de la economía española es inferior a la media de la UE y su aumento ha sido poco significativo desde la segunda mitad de los años noventa, debido en parte a los fuertes aumentos del empleo concentrados en actividades de baja productividad. Los niveles educativos son relativamente bajos. El bajo nivel de inversión en investigación y desarrollo de las empresas constituye otro obstáculo a un aumento más rápido de la productividad. El bajo índice de registro de patentes y la insuficiencia de la inversión en tecnologías de la información y del comercio electrónico indica la debilidad de la actividad de innovación. El incremento de la productividad también se ve limitado por un grado insuficiente de competencia en ciertos sectores, especialmente en los del comercio minorista y la electricidad. Aunque recientemente se han adoptado iniciativas para aumentar la competencia en el sector eléctrico, los cuatro principales operadores históricos, integrados verticalmente, todavía tienen el monopolio de sus respectivos mercados regionales, y las capacidades de importación siguen siendo limitadas. A pesar de los recientes esfuerzos, el grado relativamente elevado de trámites administrativos que deben realizarse para la creación de empresas es otro factor que restringe la competencia.

    Garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas frente al envejecimiento de la población

    Aunque en el caso de España se manifiestan más tarde que en el caso de otros países, las repercusiones a largo plazo del envejecimiento de la población sobre el presupuesto, particularmente sobre las pensiones públicas, aunque también sobre los gastos sanitarios, son motivo de especial preocupación. La mayoría de estudios apuntan a un incremento muy pronunciado de las tasa de dependencia entre 2020 y 2030, con un impacto creciente sobre el presupuesto. Se debe proceder sin tardar a una revisión global del sistema de pensiones públicas para reducir la incertidumbre y permitir una aplicación progresiva de las reformas. A pesar de algunas medidas recientes tendentes a prolongar la duración de la vida laboral y aumentar las tasas de actividad, hasta la fecha no se han llevado a cabo reformas significativas del sistema de pensiones públicas. Se mantienen inalterados parámetros fundamentales tales como el número de años de cotización, la edad de jubilación o la tasa de reemplazo, y sólo existe una relación débil entre las cotizaciones y las prestaciones.

    Recomendaciones para España

    La superación de los retos mencionados requiere la realización de las amplias reformas estructurales establecidas en las Orientaciones generales (parte I de las Orientaciones Generales de Política Económica).

    España también deberá aplicar enérgicamente todas las recomendaciones para el empleo (RE), que abordan los problemas de empleo de forma más completa. Con el fin de incrementar su capacidad de crecimiento, garantizar la sostenibilidad a largo plazo de su hacienda pública, afrontar los efectos del envejecimiento de la población y reducir sus disparidades regionales, es especialmente importante para España aumentar sus bajas tasas de empleo, especialmente de las mujeres, y reducir las amplias disparidades regionales del mercado de trabajo, especialmente en materia de desempleo. Se recomienda, en particular, a España que:

    1. Siga fomentando una mayor participación en el mercado de trabajo, especialmente de las mujeres, en particular, facilitando más instalaciones de guardería y promoviendo los contratos a tiempo parcial (RE 2).

    2. Promueva una reforma de las negociaciones salariales con el fin de reflejar mejor las diferencias geográficas de productividad y las circunstancias económicas a nivel de la empresa, y lograr la desaparición progresiva de las cláusulas de indexación de los salarios incluidas en los acuerdos colectivos (OG 5).

    3. Prosiga la reforma de la legislación de protección del empleo con objeto de reducir la segmentación del mercado de trabajo según los distintos tipos de contrato (OG 6 y RE 1).

    4. Facilite la movilidad geográfica de los trabajadores suprimiendo las distorsiones fiscales y de otro tipo, entre otras cosas, favoreciendo el mercado de alquiler de la vivienda y suprimiendo la rigidez de los mecanismos de puesta a disposición de suelo urbanizable (OG 7 y RE 3).

    Con objeto de aumentar el bajo nivel de productividad, reforzando la economía del conocimiento mediante la mejora del sistema educativo y los niveles de cualificación, la inversión en tecnologías de la información, la actividad de investigación y desarrollo y la innovación, se recomienda a España que (de conformidad con las OG 9 a 14):

    5. Intensifique sus esfuerzos para aumentar el volumen de mano de obra cualificada, la inversión en investigación y desarrollo y en innovación y la difusión de las TIC (OG 13).

    6. Continue tomando medidas para reforzar la competencia en algunos sectores, tales como los de la electricidad y el comercio minorista (OG 9) y prosiga sus esfuerzos actuales para reducir las cargas administrativas que pesan sobre las empresas (OG 11).

    Con el fin de garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas frente al envejecimiento de la población, se recomienda a España que:

    7. Lleve a cabo una reforma global del sistema de pensiones, empezando por realizar una revisión en 2003, con objeto de reforzar la relación entre las cotizaciones y las prestaciones y controlar los aumentos a largo plazo del gasto en pensiones asociados a los cambios demográficos previstos (OG 16).

    6. Francia

    Durante los últimos años, la economía de Francia ha crecido a un ritmo más rápido que la mayoría de las economías de sus principales socios europeos, lo que se debe atribuir en gran medida a la fuerte creación de empleo durante varios años, aunque también a la aplicación de una política presupuestaria flexible a partir de 1999. Según cálculos recientes de la Comisión, el crecimiento potencial del PIB real todavía se sitúa ligeramente por debajo del 2,5%, lo que representa una tasa próxima a la media de los países de la UE. El lento descenso de la inflación estructural en los últimos seis meses sugiere que la economía está operando en la actualidad ligeramente por debajo de su potencial. Los indicadores recientes muestran que el crecimiento del PIB real está disminuyendo actualmente en Francia, al igual que en otros países de la zona del euro.

    En los próximos años el potencial de crecimiento comenzará a verse afectado por la evolución demográfica. No obstante, aún se dispone de bastante margen para apoyar el crecimiento potencial mediante reformas estructurales del mercado de trabajo (aumentando la tasa de actividad y reduciendo el desempleo estructural) y del mercado de productos (intensificando la competencia en las principales industrias de redes). La intensificación de los esfuerzos de saneamiento presupuestario crearía margen para la disminución de la presión fiscal sobre el trabajo y la inversión, y contribuiría así a aumentar el potencial de crecimiento. Tras un acusado deterioro de la situación presupuestaria ajustada en función del ciclo en 2002, que llevó a un déficit superior al límite del 3% del PIB, el saneamiento de la hacienda pública constituye un reto importante y urgente para las autoridades francesas, especialmente teniendo en cuenta los efectos del envejecimiento de la población. Francia tiene planteados los siguientes retos:

    * Reducir rápidamente el déficit de las administraciones públicas por debajo del 3% del PIB y mantener las finanzas públicas en una senda de saneamiento estable.

    * Aumentar la participación en el mercado de trabajo y reducir el desempleo estructural.

    * Garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas frente al envejecimiento de la población.

    * Fomentar la competencia en las industrias de redes y acelerar la adopción de medidas relacionadas con el mercado interior, a fin de crear unas condiciones de igualdad.

    Reducir rápidamente el déficit de las administraciones públicas por debajo del 3% del PIB y mantener las finanzas públicas en una senda de saneamiento estable

    En 2002, el déficit de las administraciones públicas de Francia alcanzó el 3,1% del PIB, lo que representa un desvío significativo respecto del objetivo inicial de un déficit equivalente al 1,4% del PIB, establecido en la Ley de hacienda de 2002. Según los cálculos de la Comisión, el deterioro de la situación presupuestaria en 2002 es principalmente la causa del empeoramiento de la situación presupuestaria ajustada en función del ciclo en aproximadamente 1,2 puntos porcentuales del PIB, debido, a su vez, a la aplicación de recortes tributarios y a la realización de gastos superiores a los previstos. Estos elementos demuestran la existencia de un déficit excesivo en Francia con arreglo al Tratado de la Unión Europea y al Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Por ello, la Comisión ha decidido iniciar un procedimiento de déficit excesivo en el caso de Francia.

    Actualmente, Francia es objeto de una recomendación adoptada por el Consejo en enero de 2003 con vistas a emitir un aviso preventivo encaminado a impedir que en 2003 se produzca un déficit excesivo. Hasta ahora, Francia no ha adoptado medidas aptas para mejorar significativamente la situación presupuestaria ajustada en función del ciclo durante este año, según la recomendación del Consejo. Por consiguiente, en la coyuntura actual de débil crecimiento, el déficit de las administraciones públicas rebasará muy probablemente el límite máximo del 3% del PIB en 2003. A la luz de estas consideraciones, y teniendo en cuenta que la carga presupuestaria derivada del envejecimiento de la población comenzará a aumentar rápidamente a partir de 2005, Francia debe conceder la máxima prioridad al saneamiento de su situación presupuestaria.

    Aumentar la participación en el mercado de trabajo y reducir el desempleo estructural

    Un importante reto a medio plazo para la economía francesa sigue siendo la resolución de los problemas estructurales del mercado de trabajo, pues los recursos humanos siguen estando infrautilizados, a pesar de los recientes progresos en este ámbito. Francia todavía presenta una tasa global de empleo relativamente baja (63,8% en 2002) y una tasa de empleo de los trabajadores de más edad muy baja (una de las más bajas de la UE). En el marco del envejecimiento de la población y tras una reducción del horario legal de trabajo, el reto radica en fomentar la tasa de actividad de la mano de obra. El aumento de las tasas de participación deberá lograrse mediante reformas de los impuestos y las prestaciones, así como de los regímenes de jubilación anticipada y de los sistemas de pensiones. Francia también debe continuar reduciendo su alta tasa de desempleo estructural y el desajuste entre la oferta y la demanda, que está planteando problemas de contratación en algunos sectores. Deberá proseguirse la reducción de los costes laborales, especialmente, para los trabajadores de bajos salarios. Deberá revisarse la reglamentación laboral, especialmente simplificando la aplicación de la protección del empleo.

    Garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas frente al envejecimiento de la población

    Deben abordarse urgentemente los problemas que plantea a la hacienda pública el envejecimiento de la población. En las circunstancias actuales, si se desea evitar el rápido incremento del déficit del sistema de pensiones, que, según las previsiones del Comité de Política Económica, aumentará en 3,7 puntos porcentuales del PIB entre 2000 y 2040, habrá que proceder a incrementos sustanciales de las cotizaciones a la seguridad social, lo que aumentaría considerablemente la carga sobre el factor trabajo y afectaría muy negativamente al mercado laboral. El Gobierno se ha comprometido a llevar a cabo una reforma del sistema de pensiones antes de finalizar el primer semestre de 2003, previa consulta a los interlocutores sociales. Tales reformas contribuirán a garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas a largo plazo, y deberán estar encaminadas a garantizar un reparto equitativo de la carga entre generaciones y un trato equitativo entre los distintos regímenes. En el sector sanitario, a pesar de la reciente adopción de medidas estructurales tendentes a frenar el ritmo del gasto, aún se prevé que este aumentará notablemente en 2003 y en años posteriores. El Gobierno ha manifestado su intención de decidir una reforma del sector sanitario en el segundo semestre de 2003.

    El objetivo de alcanzar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas es tanto más acuciante cuanto que es muy probable que el ratio deuda/PIB de Francia rebase el límite del 60% en 2003.

    Mejorar el marco empresarial, garantizar la competencia en las industrias de redes y acelerar la adopción de medidas relacionadas con el mercado interior, con el fin de crear unas condiciones de igualdad

    Aunque recientemente se han adoptado o anunciado medidas encaminadas a aumentar la liberalización del mercado, la competencia efectiva en los mercados franceses del gas y la electricidad sigue siendo débil y las cuotas de mercado de los operadores históricos, de propiedad estatal, siguen siendo muy elevadas, especialmente si se comparan con las de los operadores de otros grandes Estados miembros.

    La creación de empresas y su expansión todavía están obstaculizados por la existencia de unos procedimientos fiscales y sociales diversos y complejos. Aunque ha expresado su compromiso de aumentar la tasa de incorporación de las directivas del mercado interior, Francia sigue siendo el Estado miembro de la UE con los peores resultados en materia de incorporación y aplicación de estas directivas.

    Recomendaciones específicas para Francia

    La superación de los retos mencionados requiere la realización de las amplias reformas estructurales establecidas en las Orientaciones generales (OG) (parte I de las Orientaciones Generales de Política Económica).

    Con el fin de reducir rápidamente el déficit de las administraciones públicas por debajo del 3% del PIB y mantener las finanzas públicas en una senda de saneamiento estable, se recomienda a Francia que:

    1. A más tardar en 2004, logre la corrección de la situación de déficit de las administraciones públicas superior al límite del 3% del PIB, particularmente mediante la adopción de medidas que lleven a una mejora significativa del déficit ajustado en función del ciclo ya en 2003 (OG 1).

    2. A partir de 2004, reduzca el déficit ajustado en función del ciclo como mínimo 0,5 puntos porcentuales al año (OG 1), y, en particular, utilice los ingresos que puedan derivarse de un crecimiento superior al previsto para acelerar el ritmo de ajuste hacia una posición cercana al equilibrio presupuestario, mientras que la aplicación de recortes tributarios deberá supeditarse al logro de objetivos de déficit ajustado en función del ciclo.

    Francia también deberá aplicar enérgicamente todas las recomendaciones para el empleo, que tratan los problemas de empleo de forma más completa. A fin de aumentar el potencial de crecimiento, garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas y afrontar los efectos del envejecimiento de la población, es especialmente importante para Francia aumentar la participación en el mercado de trabajo y reducir el desempleo estructural. Se recomienda, en particular, a Francia que:

    3. Vele por la plena aplicación del nuevo régimen de seguro de desempleo, con inclusión de requisitos apropiados y estímulos eficaces a la búsqueda de un empleo (OG 4 y RE 1).

    Con el fin de garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas frente al envejecimiento de la población, se recomienda a Francia:

    4. Emprender urgentemente una reforma global del sistema de pensiones (OG 16) encaminada a lograr su sostenibilidad financiera e incrementar la edad efectiva de jubilación, adaptando al mismo tiempo los sistemas de pensiones a unas pautas más flexibles de empleo y de desarrollo profesional, así como a las necesidades individuales.

    5. Seguir de cerca la eficiencia de las medidas tomadas para frenar el gasto del sector sanitario con el fin de reducirlo hasta un nivel sostenible y, en caso necesario, introducir nuevas medidas para alcanzar este objetivo (OG 14).

    Para fomentar la competencia en las industrias de redes y acelerar la adopción de medidas relacionadas con el mercado interior, con el fin de crear unas condiciones de igualdad, se recomienda a Francia que:

    6. Garantice una competencia efectiva en los mercados de la energía, especialmente en los sectores del gas y de la electricidad (OG 9).

    7. Prosiga sus esfuerzos encaminados a la reducción y simplificación de la reglamentación aplicable a las empresas (OG 11)

    8. Aumente la tasa de incorporación de las directivas del mercado interior y reduzca el número de procedimientos de infracción (OG 9).

    7. Irlanda

    Durante el período 1995-2000, la economía irlandesa alcanzó un crecimiento medio espectacular (10%). El impresionante aumento simultáneo del desempleo (tasa media del 5,5%) se debió a los aumentos significativos de la tasa de actividad, la baja acusada del desempleo y la inversión a partir de 1996 de la tradicional tendencia de emigración neta. Como estas fuentes de oferta de trabajo eran excepcionales, la economía sufrió cada vez más restricciones de oferta a finales de los años noventa (tanto relativas a la mano de obra como a las infraestructuras). Como consecuencia de ello, y en paralelo con la ralentización de la economía mundial, el ritmo de expansión de la economía irlandesa disminuyó notablemente a partir de 2001. En el futuro, Irlanda deberá beneficiarse considerablemente de la recuperación prevista de la economía mundial gracias al elevado grado de apertura de su economía. Sin embargo, la era del crecimiento de dos dígitos ha finalizado y el crecimiento potencial del PIB irlandés a medio plazo probablemente no rebasará el 5%. En cualquier caso, esta tasa es superior al doble de la de la UE, y ello debido a que la economía irlandesa seguirá registrando un mayor aumento de la mano de obra y unos mayores aumentos de productividad.

    La creación de unas condiciones macroeconómicas estables favorecería el ajuste a este menor ritmo de expansión y contribuiría a mantener los logros alcanzados durante el pasado periodo de auge económico. Por otra parte, a fin de garantizar la plena utilización del potencial de la economía deberán tomarse medidas estructurales para reforzar la oferta de la economía, lo que contribuiría al mismo tiempo a contener las presiones inflacionistas. Irlanda tiene planteado el siguiente reto:

    * Lograr una transición uniforme del período de crecimiento económico de dos dígitos de finales de los años noventa a un período de menor crecimiento sostenible durante los próximos años, garantizando unas condiciones macroeconómicas estables y reforzando la oferta de la economía.

    Lograr una transición uniforme del período de crecimiento económico de dos dígitos de finales de los años noventa a un período de menor crecimiento sostenible durante los próximos años, garantizando unas condiciones macroeconómicas estables y reforzando la oferta de la economía

    Gracias al rápido crecimiento de la economía irlandesa registrado en la última década, mejoró considerablemente la situación de la hacienda pública y del mercado laboral. De 1997 a 2001, las administraciones públicas registraron un superávit, mientras que el ratio de deuda es actualmente el segundo más bajo de la UE. La aplicación del programa de inversiones públicas y de las iniciativas de gasto sanitario y social deberán reflejar la moderación de la economía y, por consiguiente, de los ingresos, y la necesidad de mejorar la rentabilidad de los servicios públicos (sobre la base de las medidas recientes encaminadas a mejorar la gestión y el control del gasto). El alto nivel de empleo redujo la tasa de desempleo por debajo del 4% en 2001 (frente a una tasa superior al 15% en 1993), pero la creciente rigidez del mercado laboral llevó a unas altas tasas de inflación y a unos elevados aumentos salariales. El mantenimiento del pleno empleo, que constituye el objetivo del acuerdo de cooperación recientemente negociado entre los interlocutores sociales, requiere un enfoque prudente y flexible en las negociaciones salariales y medidas tendentes a reforzar la oferta de la economía.

    Existen tres amplios ámbitos en los que la aplicación de reformas podría favorecer significativamente la oferta. En primer lugar, las limitaciones de oferta observadas por el lado de las infraestructuras se están abordando en el marco del Plan nacional de desarrollo 2000-2006, pero la ejecución del Plan ha sido más lenta de lo previsto debido a los crecientes costes de construcción y de adquisición de terrenos, así como a los retrasos en la planificación. En segundo lugar, a pesar de la elevada proporción de valor añadido de las TIC en la economía, el gasto en investigación y desarrollo es bajo en Irlanda (alrededor del 1,2% del PIB en 1999). La productividad de la economía irlandesa mejoraría con medidas encaminadas a aumentar el gasto en investigación y desarrollo. En tercer lugar, aunque se han logrado algunos avances, en algunos sectores de la economía irlandesa el grado de competencia sigue siendo insuficiente, especialmente en las industrias de redes y en algunos otros sectores de servicios (tales como servicios profesionales, distribución minorista y seguros).

    Recomendaciones específicas para Irlanda

    La superación de los retos mencionados requiere la realización de las amplias reformas estructurales establecidas en las Orientaciones generales (OG) (parte I de las Orientaciones Generales de Política Económica).

    Irlanda también deberá aplicar enérgicamente todas las recomendaciones para el empleo, que tratan los problemas de empleo de forma más completa.

    Con objeto de lograr una transición uniforme del período de crecimiento económico de dos dígitos de la segunda mitad de los años noventa a un período de menor crecimiento sostenible durante los próximos años, garantizando unas condiciones macroeconómicas estables y reforzando la oferta de la economía, se recomienda a Irlanda que:

    1. Fomente la eficiencia del gasto público y mejore la planificación de ingresos y gastos en un marco a medio plazo orientado a la estabilidad (OG 14).

    2. Anime a los interlocutores sociales a seguir un enfoque prudente y flexible en las negociaciones salariales que permita la adaptación de los salarios a la productividad y a las diferencias de cualificación, preservando al mismo tiempo la competitividad (OG 3 y 5).

    3. Dé prioridad a la aplicación de las medidas de infraestructura del Plan nacional de desarrollo, manteniendo al mismo tiempo la estabilidad presupuestaria, y aplique medidas encaminadas a aumentar el nivel de investigación y desarrollo (OG 13).

    4. Fomente la competencia en las industrias de redes y en determinados sectores de la economía, tales como la distribución minorista (incluido el comercio de bebidas alcohólicas), los seguros y las profesiones liberales (OG 9).

    8. Italia

    El crecimiento de la economía italiana se ha mantenido generalmente por detrás del de la UE desde principios de los años noventa. Aunque el diferencial de crecimiento se ha reducido durante la última fase de ralentización cíclica, entre otras cosas, gracias a una política económica menos restrictiva, se estima que la tasa de crecimiento potencial de la producción aún es inferior a la media de la zona del euro. A pesar de este crecimiento relativamente débil, la inflación medida por el índice de precios al consumo ha sido más elevada que en el resto de la zona del euro, lo que indica deficiencias estructurales. La persistencia de un débil crecimiento potencial, junto con la insuficiencia de los esfuerzos de ajuste fiscal desde 2000, ha dificultado la consolidación estructural de las finanzas públicas. Por su parte, el elevado endeudamiento, con sus repercusiones sobre el ahorro nacional y la acumulación de capital, ha obstaculizado el crecimiento. La actual moderación salarial y algunas importantes medidas de reforma emprendidas en 1998 han mejorado significativamente los resultados del mercado de trabajo, reduciendo la tasa de desempleo por debajo del 9% a finales de 2002. Sin embargo, la contribución creciente del factor trabajo al crecimiento económico ha estado acompañada de una ralentización pronunciada de la productividad global de los factores, que se atribuye parcialmente a la mayor participación de la mano de obra poco cualificada, especialmente en el sector de servicios. A pesar de las mejoras significativas de los últimos años, las tasas de actividad se encuentran aún entre las más bajas de la UE.

    De forma global, el principal problema de la economía italiana sigue siendo su bajo potencial de crecimiento. Entre los principales factores que limitan el potencial de crecimiento cabe citar la situación todavía vacilante de las finanzas públicas, las persistentes diferencias regionales, especialmente teniendo en cuenta la gran proporción de población en edad de trabajar inactiva o desempleada en el Sur del país, así como los frenos a la productividad global de los factores tales como los bajos niveles de educación y de inversión en investigación y desarrollo. Italia tiene planteados los siguientes retos:

    * Consolidar rápidamente las finanzas públicas.

    * Garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas frente al envejecimiento de la población.

    * Aumentar la baja tasa de empleo, especialmente de las mujeres y de los trabajadores de edad, y reducir las amplias diferencias económicas entre el Norte y el Sur del país.

    * Estimular la economía del conocimiento mediante la mejora de los niveles educativos y de cualificación, la inversión en tecnologías de información, la actividad de investigación y desarrollo y la innovación.

    * Seguir mejorando el marco para las empresas y fomentar la competencia en los sectores de la energía y de los servicios.

    Consolidar rápidamente las finanzas públicas

    En la preparación para la creación de la UEM e inmediatamente después, las finanzas públicas italianas mejoraron notablemente. Sin embargo, en los últimos años el saneamiento presupuestario se ha ralentizado, entre otras cosas, debido a un crecimiento considerablemente inferior al previsto y a una serie de reducciones impositivas. El control de los gastos primarios ha resultado difícil. A finales de 2002 y principios de 2003, las autoridades establecieron unos controles más estrictos y unos procedimientos de gasto más transparentes que deberán propiciar mejoras en los próximos años. El actual proceso de descentralización requerirá medidas adicionales para clarificar y aplicar la responsabilidad fiscal en todos los niveles de la Administración, manteniendo al mismo tiempo un nivel adecuado de transferencias interregionales. En los últimos años se han realizado importantes ventas de activos inmobiliarios públicos y se ha aplicado una serie de amnistías fiscales. Aunque han apartado el riesgo de rebasar el déficit máximo del 3% del PIB, estas medidas transitorias han ocupado el lugar de medidas más esenciales. Sin embargo, el objetivo a medio plazo de llegar a un equilibrio del presupuesto ajustado en función del ciclo es fundamental a fin de alcanzar unas finanzas públicas sostenibles, especialmente teniendo en cuenta que el ratio de deuda se mantiene por encima del 100% del PIB y ya se vislumbran las repercusiones fiscales de un acusado envejecimiento de la población. La aceleración del proceso de saneamiento presupuestario y la reducción de la deuda, y consiguientemente de los altos costes actuales del servicio de la misma, también crearán margen para mejorar la calidad de los gastos.

    Garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas frente al envejecimiento de la población

    Durante los años noventa, Italia adoptó importantes medidas de reforma del sistema de pensiones encaminadas a evitar una evolución insostenible de los gastos. Sin embargo, debido a las adversas previsiones demográficas, se prevé que los gastos de asistencia sanitaria y pensiones relacionados con el envejecimiento de la población todavía seguirán aumentando en la próxima década. Aunque se ha diseñado para tener en cuenta los efectos de los cambios en la esperanza de vida y en la tasa de crecimiento de la economía a largo plazo, el nuevo sistema podría estar aún sujeto a desequilibrios financieros significativos en caso de que se produzcan factores demográficos o económicos adversos. Así pues, sobre la base de las políticas actuales no puede descartarse el riesgo de unas finanzas públicas no sostenibles a la luz del envejecimiento de la población. En este contexto, el alto ratio de deuda causa serias restricciones a la política fiscal, ya que los superávit primarios del orden del 5% del PIB deberán mantenerse durante un largo periodo. Aunque promueven los regímenes de pensiones privados por capitalización, las reformas anunciadas del sistema de seguridad social no abordan los aspectos críticos del sistema de pensiones públicas, tales como la larga transición a un nuevo sistema basado en las cotizaciones. Además, las reducciones previstas de las cotizaciones para los trabajadores recientemente contratados podrían afectar al equilibrio a largo plazo del sistema de pensiones, si no vienen acompañadas de una reducción correspondiente de los derechos de pensión de los trabajadores.

    Aumentar la baja tasa de empleo, especialmente de las mujeres y de los trabajadores de edad, y reducir las amplias diferencias económicas entre el Norte y el Sur del país

    A pesar de las mejoras observadas en los últimos años, se mantienen importantes diferencias entre las tasa de empleo de Italia y la tasa media de la UE, especialmente en el caso de las mujeres y de los trabajadores de edad. En estos ámbitos se han establecido objetivos a escala nacional. De forma global, la gran proporción de recursos humanos no utilizados refleja principalmente las persistentes amplias diferencias regionales; por un lado, en el Norte se registran altas tasas de actividad y una situación próxima al pleno empleo, mientras que en el Sur las tasas de actividad son bajas y el desempleo elevado. Estas diferencias relativas se han mantenido, aunque los resultados han mejorado en términos absolutos, tanto en el Norte como en el Sur. Esto puede ocultar una gran proporción de trabajo no declarado. El modelo regional de empleo y desempleo es muy similar a las diferencias regionales de productividad, lo que sugiere que el sistema actual de negociación salarial puede ser poco flexible a la hora de tener en cuenta dichas diferencias regionales. Por otra otro lado, la menor productividad observada en el Sur también refleja probablemente la menor dotación en infraestructuras. Otro importante punto débil del mercado laboral es el desequilibrio entre flexibilidad y seguridad del empleo. Está aumentando el número de contratos más flexibles, que tienen un menor grado de protección que los empleos permanentes en las empresas medianas y grandes, los cuales aún están muy protegidos. Esto ha dado lugar a una estructura dual del mercado de trabajo, con, por un lado, una inseguridad ampliada por un sistema muy limitado de asistencia social y subsidio de desempleo y, por otro, unas políticas activas del mercado laboral relativamente poco desarrolladas. El Gobierno emprendió a principios de 2003 otras iniciativas, encaminadas a aumentar la flexibilidad, en particular, introduciendo nuevos contratos de trabajo y liberalizando los servicios de empleo. Por último, se está retrasando la aplicación de planes establecidos hace largo tiempo tales como la estrategia de formación permanente o la reforma de la función pública.

    Estimular la economía del conocimiento mediante la mejora de los niveles educativos y de cualificación, la inversión en tecnologías de información, la actividad de investigación y desarrollo y la innovación

    A pesar de algunos progresos, la economía del conocimiento sigue poco desarrollada en Italia. Aunque se han adoptado recientemente medidas para mejorar la situación, los niveles educativos siguen relativamente bajos, al igual que la disponibilidad de trabajadores cualificados. Italia también ocupa uno de los últimos lugares en lo que se refiere a la disponibilidad y utilización de Internet y el comercio electrónico. La innovación empresarial es débil: los gastos en investigación y desarrollo de las empresas en proporción del PIB (0,5% en 2000) y las solicitudes de patentes en proporción de la población apenas alcanzan la mitad de la media de la UE. A ello contribuye la gran dependencia relativa de la economía italiana de las empresas pequeñas y medianas, ya que estas empresas con frecuencia no disponen de la masa crítica necesaria para llevar a cabo dichas actividades.

    Seguir mejorando el marco para las empresas y fomentar la competencia en los sectores de la energía y de los servicios

    Aunque se han tomado medidas tendentes a reducir los trámites administrativos y mejorar el marco para las empresas, los procedimientos administrativos siguen siendo costosos y largos para las empresas, lo que contribuye a que el sector privado italiano sea relativamente menos dinámico que el de otros Estados miembros, como muestran los indicadores sobre la creación neta de empresas.

    La liberalización efectiva del sector energético se está llevando a cabo lentamente. Los operadores históricos mantienen una posición dominante en el mercado aunque ésta está disminuyendo en el sector eléctrico. Además, sigue siendo difícil el acceso de terceros a las redes, aunque dicho acceso sea libre desde el punto de vista legal. Esto contribuye a que los precios de la electricidad y del gas se sitúen entre los más elevados de la UE. La competencia también se está introduciendo lentamente en algunos sectores de servicios, especialmente en las profesiones liberales y en los servicios públicos locales. Por último, la tasa de incorporación de las directivas sobre el mercado interior se deterioró en 2002 y el número de procedimientos de infracción ante el Tribunal de Justicia Europeo es el segundo más elevado de la UE.

    Recomendaciones específicas para Italia

    La superación de los retos mencionados requiere la realización de las amplias reformas estructurales establecidas en las Orientaciones generales (OG) (parte I de las Orientaciones Generales de Política Económica).

    Con el fin de consolidar rápidamente las finanzas públicas, se recomienda a Italia que:

    1. Garantice una reducción del déficit ajustado en función del ciclo de como mínimo el 0,5% del PIB anual (OG 1) hasta llegar a una posición presupuestaria a medio plazo de proximidad al equilibrio o superávit, sustituyendo las medidas excepcionales por medidas más duraderas.

    2. Refuerce la coordinación entre todos los niveles de la Administración, asegurando unos mecanismos adecuados y transparentes de aplicación de la disciplina fiscal y proporcionando fuentes precisas de financiación del gasto regional.

    3. Compense las posibles reducciones adicionales de la presión fiscal con reducciones estructurales de los gastos primarios.

    Con objeto de garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas frente al envejecimiento de la población, se recomienda a Italia que:

    4. Acelere la reducción del ratio de deuda para garantizar que disminuye a un ritmo suficiente hacia el límite del 60% del PIB (OG 15).

    5. Adopte medidas adicionales para eliminar las importantes deficiencias que presenta el sistema de pensiones públicas (OG 16), particularmente, el largo período de transición al nuevo sistema basado en las cotizaciones y la persistente vulnerabilidad del nuevo sistema frente a factores demográficos y económicos adversos; y promueva la instauración de regímenes de pensión privados por capitalización complementarios.

    Italia también deberá aplicar enérgicamente todas las recomendaciones para el empleo, que tratan los problemas de empleo de forma más completa. Con el fin de aumentar la capacidad de crecimiento, garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas, afrontar los efectos del envejecimiento de la población y reducir las diferencias regionales, es especialmente importante para Italia aumentar la baja tasa de empleo, sobre todo de las mujeres y de los trabajadores de edad, y reducir las amplias diferencias económicas entre el Norte y el Sur del país. Se recomienda, en particular, a Italia que:

    6. Siga fomentando el aumento de la participación de la mano de obra, especialmente de las mujeres, en particular, proporcionando guarderías, y de los trabajadores de edad, acelerando y reforzando las medidas encaminadas a retrasar la jubilación de la mano de obra (OG 4 y 16 y RE 3 y 4).

    7. Siga reformando la legislación de protección del empleo (OG 6) con el fin de facilitar la creación de puestos de trabajo y la adaptabilidad de la mano de obra y reducir la segmentación del mercado laboral en función del tipo de contratos y el tamaño de la empresa, y, al mismo tiempo, incrementar los recursos y mejorar la eficacia del sistema de subsidio de desempleo y asistencia social (OG 4 y RE 1 y 6).

    8. Anime a los interlocutores sociales a aplicar unos mecanismos más descentralizados de negociación salarial que permitan que los salarios reflejen mejor las diferencias de productividad y de niveles de cualificación (OG 5).

    A fin de reforzar la economía del conocimiento mediante la mejora de los niveles educativos y de cualificación, la inversión en tecnologías de la información, la actividad de investigación y desarrollo y la innovación, se recomienda a Italia que:

    9. Prosiga los esfuerzos emprendidos para aumentar el nivel global de educación y cualificaciones de la población, incrementar la inversión en investigación y desarrollo e innovación y promover una mayor penetración de las TIC, especialmente por medio de medidas destinadas a las empresas pequeñas y medianas (OG 13).

    Con objeto de seguir mejorando el marco para las empresas y fomentar la competencia en los sectores de la energía y de los servicios, se recomienda a Italia que (de conformidad con las OG 9 a 14):

    10. Mejore el marco empresarial reduciendo las cargas administrativas que pesan sobre las empresas (OG 11).

    11. Aumente la competencia efectiva en el sector de servicios, garantice la apertura de los mercados energéticos a la competencia extranjera y mejore la aplicación de las directivas del mercado interior (OG 9).

    9. Luxemburgo

    Durante los años noventa, Luxemburgo disfrutó de unas elevadas tasas de crecimiento del PIB real. Sin embargo, en 2001 la economía de Luxemburgo, muy abierta al exterior, experimentó una acusada ralentización, debido en gran medida al marco internacional. También se espera que la ralentización económica lleve a un deterioro de las finanzas públicas con cierto desfase. Se estima que el superávit presupuestario, equivalente al 6,1% del PIB en 2001, ha pasado al 2,6% en 2002, previéndose un déficit para 2003 y 2004. Con todo, la hacienda pública luxemburguesa se mantiene relativamente favorable teniendo en cuenta el bajo nivel de deuda y la existencia de reserva presupuestarias.

    En la perspectiva de una tasa de crecimiento económico inferior a la registrada durante la mayor parte de los años noventa, Luxemburgo deberá procurar aumentar su potencial de producción, manteniendo al mismo tiempo unas políticas macroeconómicas orientadas a la estabilidad como base para lograr un crecimiento sostenible. Con el fin de promover el crecimiento y mantener una hacienda pública saneada es necesario aumentar la oferta de trabajo, como medio de reducir el gasto y aumentar los ingresos tributarios. Para incrementar su potencial de producción, Luxemburgo deberá afrontar dos retos fundamentales en el ámbito del mercado laboral y de la reforma del mercado de productos. Luxemburgo tiene planteados los siguientes retos:

    * Aumentar las bajas tasas de actividad y de empleo nacionales, especialmente de los trabajadores de edad.

    * Mejorar el entorno empresarial y fomentar el espíritu de empresa para alcanzar una estructura económica más equilibrada.

    Aumentar las bajas tasas de actividad y de empleo nacionales, especialmente de los trabajadores de edad

    La tasa de actividad de Luxemburgo es inferior a la media de la UE. Las tasas de actividad de los trabajadores de edad son particularmente bajas. El aumento del empleo ha sido posible gracias a los trabajadores extranjeros y a la mayor participación de la población femenina joven luxemburguesa, mientras que prácticamente no se han realizado avances en lo que se refiere a la tasas de empleo de los trabajadores de edad, a pesar de algunas medidas tomadas con el fin de aumentar los incentivos a permanecer en actividad. Reviste gran importancia aprovechar una parte del potencial de empleo nacional no utilizado con el fin de aumentar la oferta de trabajo y proporcionar, así, un impulso al crecimiento. Además, si se retrasa la retirada de la vida activa disminuirá la dependencia respecto de las prestaciones sociales, lo que reducirá los gastos públicos correspondientes. Podrían mejorarse los incentivos a permanecer en actividad mediante reformas de los sistemas de jubilación anticipada. Asimismo, deberán seguirse de cerca los efectos de las reformas recientes del régimen de pensión de invalidez.

    Mejorar el entorno empresarial y fomentar el espíritu de empresa para alcanzar una estructura económica más equilibrada

    El grado de regulación de la economía luxemburguesa sigue siendo bastante elevado, especialmente en materia de precios, y aún no se ha aplicado la reforma tendente a modernizar el marco de competencia. Aunque la gran apertura de la economía luxemburguesa al exterior propicia la competencia de agentes económicos extranjeros, son necesarias unas reformas que adapten la política de competencia nacional y el seguimiento de las mismas para aprovechar las ventajas de unas condiciones económicas competitivas.

    Durante la última década, la economía de Luxemburgo ha desarrollado un alto grado de especialización en servicios financieros. Esta situación ha sido hasta ahora favorable al empleo y el crecimiento, pero también hace que la economía luxemburguesa sea más vulnerable frente a posibles perturbaciones que afecten a este sector. Una estructura económica basada en empresas pequeñas y medianas puede disminuir esta dependencia y aumentar las tasas de actividad y de empleo nacionales.

    Recomendaciones específicas para Luxemburgo

    La superación de los retos mencionados requiere la realización de las amplias reformas estructurales establecidas en las Orientaciones generales (OG) (parte I de las Orientaciones Generales de Política Económica).

    Luxemburgo también deberá aplicar enérgicamente todas las recomendaciones para el empleo, que tratan los problemas de empleo de forma más completa. Con el fin de incrementar su potencial de crecimiento, es especialmente importante para Luxemburgo aumentar las bajas tasas de actividad y de empleo nacionales, sobre todo de los trabajadores de edad. Se recomienda, en particular, a Luxemburgo que:

    1. Revise los incentivos a la jubilación anticipada y garantice la exigencia de requisitos apropiados para la concesión de la pensión de invalidez (OG 16 y RE 2).

    Con objeto de mejorar el entorno empresarial y fomentar el espíritu de empresa para alcanzar una estructura económica más equilibrada, se recomienda a Luxemburgo que:

    2. Aplique plenamente la reformas de la normativa de competencia y garantice que las autoridades de competencia y reglamentarias dispongan de independencia, recursos y facultades suficientes para cumplir sus tareas (OG 9).

    3. Tome medidas encaminadas a estimular y facilitar la creación de PYME y ayudar a éstas a acceder al capital-riesgo (OG 11).

    10. Países Bajos

    Desde mediados de los años noventa hasta el año 2000, los Países Bajos disfrutaron de unas tasas de crecimiento del PIB real claramente superiores a la media de la UE, mientras que la tasa de desempleo armonizada se redujo sustancialmente hasta ocupar el segundo mejor puesto de la UE. A partir de 2001, la economía experimentó una acusada ralentización que provocó un deterioro significativo de la hacienda pública y, con cierto desfase, un deterioro del mercado de trabajo. Se espera que la recuperación económica sea relativamente moderada, mientras que se prevé un mayor deterioro de la hacienda pública como consecuencia de la desfavorable situación macroeconómica. Se espera que el crecimiento del PIB real en 2003 sea inferior al 1%, tras un crecimiento de sólo el 0,3% en 2002. Se estima que el crecimiento potencial ha disminuido a aproximadamente el 2%, frente al 2,25% del resto de la UE. El débil potencial de crecimiento refleja una serie de factores, tales como el gran número de personas que dependen de las prestaciones sociales, las tendencias demográficas y un bajo nivel de competencia en algunos sectores que frena la oferta de trabajo y la productividad, y la pérdida de competitividad exterior, que puede atribuirse parcialmente a los aumentos salariales y al nivel insuficiente de inversión empresarial en investigación y desarrollo e innovación durante los últimos años.

    Con la perspectiva de una tasa de crecimiento económico inferior a la registrada durante la mayor parte de los años noventa, los Países Bajos deberán procurar aumentar su potencial de producción, aplicando unas políticas macroeconómicas orientadas a la estabilidad como base para un crecimiento sostenible. Con este fin, los Países Bajos deben afrontar tres importantes retos. El primero se refiere a la sostenibilidad de las finanzas públicas, mientras que los dos restantes están relacionados con unas reformas de los mercados de trabajo y de productos encaminadas a aprovechar los recursos no utilizados y aumentar la competencia y la productividad como medio de fomentar el crecimiento económico. Los Países Bajos tienen planteados los siguientes retos:

    * Proseguir el ajuste presupuestario en los próximos años frente al menor potencial de crecimiento y los costes presupuestarios del envejecimiento de la población

    * Atraer a las personas inactivas hacia el mercado de trabajo

    * Abordar el relativamente bajo incremento de la productividad, derivado, entre otros factores, del bajo nivel de competencia en algunos sectores y de la insuficiente inversión empresarial, particularmente en investigación y desarrollo.

    Proseguir el ajuste presupuestario en los próximos años teniendo en cuenta el menor potencial de crecimiento y los costes presupuestarios del envejecimiento de la población

    La situación de la hacienda pública de los Países Bajos se ha deteriorado recientemente a partir de una posición inicial relativamente favorable, debido en gran parte a la acusada ralentización económica. Se estima que en 2002 el déficit nominal de las administraciones públicas ajustado en función del ciclo se situó en torno al 1% del PIB. Sin embargo, en la actualidad es difícil evaluar la política fiscal que se aplicará en los próximos años al no haberse aún formado un nuevo gobierno a raíz de las elecciones parlamentarias del 22 de enero de 2003. No obstante, de no producirse cambios en la política económica, se espera que las finanzas públicas se sigan deteriorando en los próximos años. Así pues, sería necesario un ajuste presupuestario para lograr y mantener una posición presupuestaria de proximidad al equilibrio o superávit. En particular, es importante establecer el gasto público en función de los ingresos, reflejando la ralentización prevista del crecimiento potencial del PIB real.

    Atraer a las personas inactivas hacia el mercado de trabajo

    A pesar de una situación favorable del mercado de trabajo, la tasa de inactividad en los Países Bajos sigue siendo relativamente elevada. Reviste especial preocupación el elevado número de personas que reciben prestaciones de invalidez actualmente y las trampas del desempleo provocadas por los regímenes de prestaciones sociales, que siguen creando desincentivos a ocupar un puesto de trabajo. La importante magnitud de la reserva de mano de obra disponible queda ilustrada por el número de beneficiarios de prestaciones sociales (el 7% de la población activa reciben prestaciones de desempleo y sociales y el 11% recibe prestaciones de invalidez). La mejora de las tasas de empleo también dependerá de que siga aumentando el empleo femenino y el de las personas de edad y los grupos minoritarios. Es importante aprovechar el potencial no utilizado de oferta de trabajo con el fin de aumentar el empleo y proporcionar un estímulo substancial al crecimiento.

    Abordar el relativamente bajo incremento de la productividad, derivado, entre otros factores, del bajo nivel de competencia en algunos sectores y de la insuficiente inversión empresarial, particularmente en investigación y desarrollo

    El aumento de la productividad ha sido relativamente bajo en los Países Bajos desde 1999, con unos niveles inferiores a la media de la UE en 2002. Esto puede atribuirse en parte al rápido crecimiento del empleo y a la acumulación de mano de obra, aunque también al bajo grado de competencia en algunos sectores, así como a la baja y decreciente especialización de los Países Bajos en sectores de fabricación de alta tecnología o de tecnología media-alta. Por ejemplo, en el sector de la construcción, una comisión parlamentaria descubrió la existencia de acuerdos ilegales de precios en 2002. En las industrias de redes, la pérdida de impulso de la reforma, debido en parte a la percepción de que la liberalización no ha beneficiado a los consumidores, ha frenado los avances en el aumento del insuficiente grado de competencia. La debilidad de la reglamentación en los sectores liberalizados explica en parte por qué los beneficios de la reforma aún no se han concretado plenamente. La baja inversión en investigación y desarrollo actúa como una rémora sobre el incremento de la productividad en los Países Bajos. En la segunda mitad de los años noventa, la inversión empresarial en investigación y desarrollo fue un 10% inferior a la media de la UE, siendo aún mayor la diferencia respecto de países vecinos como Bélgica o Alemania. Un problema particular es el bajo nivel de titulados universitarios en ciencias y tecnología de edades comprendidas entre 20 y 29 años, que constituyen el principal grupo de futuros investigadores.

    Recomendaciones específicas para los Países Bajos

    La superación de los retos mencionados requiere la realización de las amplias reformas estructurales establecidas en las Orientaciones generales (OG) (parte I de las Orientaciones Generales de Política Económica).

    Con el fin de proseguir el ajuste presupuestario en los próximos años teniendo en cuenta el menor potencial de crecimiento y los costes presupuestarios del envejecimiento de la población, se recomienda a los Países Bajos que:

    1. Sigan conteniendo el gasto público dentro de límites claramente definidos, establecidos en términos reales y coherentes con una situación presupuestaria de proximidad al equilibrio o superávit (OG 1 y 14).

    Los Países Bajos también deberán aplicar enérgicamente todas las recomendaciones para el empleo, que tratan los problemas de empleo de forma más completa. Con objeto de aumentar el potencial de crecimiento, garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas, afrontar los efectos del envejecimiento de la población y promover la inserción en el mercado laboral, es especialmente importante para los Países Bajos atraer a las personas inactivas hacia el mercado de trabajo. Se recomienda, en particular, a los Países Bajos que:

    2. Impulsen las reformas de los sistemas de prestaciones sociales con objeto de hacer rentable el trabajo (OG 4 y RE 3); se concentren, en particular, en los requisitos para la obtención de prestaciones; y establezcan y apliquen la reforma prevista del régimen de invalidez, prestando atención al flujo de nuevos beneficiarios y a la vuelta al trabajo de las personas que ya reciben prestaciones.

    Para abordar el relativamente bajo incremento de la productividad, derivado, entre otros factores, del bajo nivel de competencia en algunos sectores y de la insuficiente inversión empresarial, particularmente en investigación y desarrollo, se recomienda a los Países Bajos que (de conformidad con las OG 9 y 14):

    3. Mejoren el marco reglamentario, así como su aplicación (OG 11), especialmente en los sectores en que la competencia es insuficiente, tales como los de la construcción y las profesiones liberales.

    4. Fomenten un sistema educativo más orientado a la tecnología y refuercen los vínculos entre la ciencia y la industria con objeto de aumentar la inversión empresarial en investigación y desarrollo (OG 13).

    11. Austria

    Desde la década de los años setenta, el crecimiento del PIB real de Austria ha sido, por término medio, ligeramente superior al de la UE. Sin embargo, se estima que el crecimiento del potencial de producción ha disminuido desde 1990, habiendo pasado de ser superior a ser inferior a la media de la UE. Mientras que en 1990 el crecimiento de la protección potencial de Austria se estimaba en el 3,1% (frente a una media de la UE del 2,8%), se redujo al 1,9% en 2002 (frente a un 2,2% para la media de la UE), y se prevé que siga bajando. El envejecimiento de la población y unas tasas de actividad laboral apenas crecientes, junto con un incremento de la productividad global de los factores inferior a la media, desempeñan un papel importante en estas perspectivas poco halagüeñas. Estos mismos factores también influyen en la hacienda pública de dos formas: en primer lugar, el bajo potencial de crecimiento se traduce en una pérdida de ingresos, y, en segundo lugar, el envejecimiento de la población ejerce presiones al alza de los gastos. Dado que los recortes de los gastos no eliminaron las presiones subyacentes sobre los gastos, la presión fiscal se mantuvo a un nivel elevado, especialmente desde 1995, alcanzando su máximo en 2001, con el riesgo de caer en el círculo vicioso de una alta presión fiscal y un bajo crecimiento. Con el fin de relajar las presiones ejercidas sobre la hacienda pública y volver a registrar aumentos de los ingresos y los niveles de vida por encima de la media, Austria deberá reforzar los incentivos a la contratación, al trabajo y a la inversión, lo que requiere lograr y mantener un equilibrio presupuestario con menores proporciones de impuestos y gastos respecto del PIB.

    Un importante factor que limita el potencial de crecimiento de Austria son las negativas consecuencias sobre la oferta de trabajo inducidas por las generosas transferencias sociales y las amplias prestaciones de servicios públicos, que, junto con los efectos del envejecimiento de la población sobre el presupuesto, dieron lugar a unas persistente presión al alza del gasto público. A su vez, esto causa una elevada presión fiscal, en particular sobre el trabajo, desalentando al mismo tiempo la participación de la población activa y la demanda de trabajo. Además, una escasa capacidad innovadora, y especialmente el bajo nivel de difusión de las tecnologías, que da lugar a una débil base tecnológica, siguen siendo uno de los principales problemas de la economía austríaca. Por consiguiente, convendría reorientar el gasto público hacia partidas que fomenten el crecimiento. Por otro lado, la falta de competencia en el mercado de productos constituye un obstáculo adicional a un crecimiento más dinámico. Austria tiene planteados los siguientes retos:

    * Garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas frente al envejecimiento de la población.

    * Seguir mejorando la débil base tecnológica y fomentar la actividad de investigación y desarrollo e innovación de las empresas.

    * Intensificar la competencia en algunos sectores.

    Garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas frente al envejecimiento de la población

    El sistema de pensiones de Austria es casi exclusivamente un régimen de pensiones por reparto, aunque medidas recientes están encaminadas a reforzar la importancia de los regímenes privados de capitalización. A pesar de la reforma de 2000 y de un aumento bastante moderado de las prestaciones en los últimos años, no está asegurada la sostenibilidad a largo plazo del sistema de pensiones habida cuenta del envejecimiento previsto de la población. La adversa evolución demográfica se ve agravada por la baja edad efectiva actual de jubilación (58 años) y las bajísimas tasas de empleo de los trabajadores de edad, a pesar de que la tasa de empleo global supera ya al objetivo de la UE para 2005. Además, teniendo en cuenta que las prestaciones de jubilación se calculan actualmente sobre la base de sólo los 15 años de trabajo con los mayores ingresos -en el futuro, 18 años-, existe una débil relación entre las cotizaciones y las prestaciones, y el nivel actual de gasto en pensiones en proporción del PIB es uno de los más elevados de la UE. Si el sistema en vigor no se modificase o se modificase sólo marginalmente, la ya elevada presión fiscal debería seguir aumentando, lo que repercutiría negativamente sobre la oferta y la demanda de trabajo y, así, sobre el potencial de crecimiento. En diciembre de 2002, un grupo de expertos -la Comisión de reforma de las pensiones- presentó un informe global en el que se debatían diversas opciones para la reforma. A pesar de recientes medidas de control del gasto, el sistema de asistencia sanitaria también se verá sometido a presiones financieras crecientes.

    La necesidad de lograr la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas es tanto más acuciante teniendo en cuenta que el ratio deuda/PIB de Austria se mantiene por encima del límite del 60% y que todavía no se ha alcanzado una clara tendencia decreciente.

    Seguir mejorando la débil base tecnológica y fomentar la actividad de investigación y desarrollo e innovación de las empresas

    La débil competencia observada en algunos sectores ha ejercido poca presión sobre las empresas para que innoven e inviertan en investigación y desarrollo. Aunque el nivel del gasto en investigación y desarrollo en proporción del PIB está aumentando ligeramente, se mantiene por debajo de la media de la UE, y la proporción de la actividad de investigación y desarrollo de las empresas ha bajado progresivamente (de alrededor del 50% a aproximadamente el 40% desde 1992). Además, los gastos en tecnologías de la información se mantienen por debajo de la media de la UE y el nivel de inversión en capital-riesgo es uno de los más bajos de la UE. Además, un bajo grado de competencia y la gran dependencia relativa de la economía austríaca respecto de las pequeñas y medianas empresas explica parcialmente estos bajos niveles de investigación y desarrollo e innovación, ya que estas empresas carecen a menudo de la masa crítica necesaria para llevar a cabo dichas actividades. Con el fin de reforzar esta débil base tecnológica, Austria está desarrollando programas encaminados a ofrecer incentivos financieros y fiscales a la innovación y a coordinar los esfuerzos de las PYME. El creciente número de patentes y el buen nivel de títulos de posgrado en ciencias y tecnología son factores positivos que podrían permitir eliminar las diferencias.

    Intensificar la competencia en algunos sectores

    Hasta finales de los años noventa, el bajo grado relativo de apertura de la economía austríaca, la larga tradición de contar con normativas y consensos sociales y la necesidad de que en las reformas intervengan los interlocutores sociales y los estados federados suponen limitaciones a la competencia. Esto ha llevado a elevadas concentraciones en algunos sectores tales como los de publicaciones informativas, comercio minorista de alimentos, drugstores, seguro de enfermedad, comercio minorista de muebles o industrias de redes. La reforma de la ley austríaca de la competencia y el establecimiento de una autoridad federal de competencia independiente son acontecimientos recientes que podrían creer un marco más competitivo. La nueva autoridad de competencia deberá iniciar sus investigaciones, pero ello resulta difícil por su escasa dotación en personal. Además, las autoridades reguladoras de los distintos sectores, tales como el sector de telecomunicaciones, a menudo carecen de las competencias necesarias para aplicar eficazmente sus decisiones, lo que lleva a unos largos procesos ante los tribunales antes de hacerlas efectivas.

    Recomendaciones específicas para Austria

    La superación de los retos mencionados requiere la realización de las amplias reformas estructurales establecidas en las Orientaciones generales (OG) (parte I de las Orientaciones Generales de Política Económica).

    Austria también deberá aplicar enérgicamente todas las recomendaciones para el empleo, que tratan los problemas de empleo de forma más completa.

    Con el fin de garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas frente al envejecimiento de la población, se recomienda a Austria:

    1. Aplicar medidas encaminadas a la reducción de los gastos estructurales, incluso a los niveles más bajos de la Administración, con el fin de reducir la elevada presión fiscal y lograr un presupuesto ajustado en función del ciclo próximo al equilibrio (OG 1).

    2. Reformar el sistema de pensiones públicas para garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas (OG 16); en particular, asociar el nivel de las pensiones a las cotizaciones durante toda la vida laboral; aumentar la baja edad media de jubilación efectiva y garantizar en este contexto el fomento de los incentivos al trabajo (OG 4 y RE 2 y 3), con vistas a aumentar la participación de las mujeres y los trabajadores de edad en el mercado de trabajo.

    Para seguir reforzando la débil base tecnológica y fomentar la actividad de investigación y desarrollo e innovación de las empresas, se recomienda a Austria que:

    3. Tome medidas para fomentar la actividad de investigación y desarrollo de las empresas, especialmente de las PYME (OG 13).

    Con el fin de intensificar la competencia en algunos sectores, se recomienda a Austria que (de conformidad con las OG 9 a 14):

    4. Aumente los recursos de la autoridad de competencia y adopte medidas encaminadas a aumentar la aplicación efectiva de las decisiones de las autoridades de regulación en el sector del telecomunicaciones (OG 9).

    12. Portugal

    En el período 1995-2000, el crecimiento medio de la economía portuguesa fue del 4%, habiendo estado impulsado por una fuerte demanda interna. Desde 2001, la actividad económica ha disminuido bajo la influencia de la debilidad cíclica en Europa. Esto se ha visto agravado por la corrección actual de los desequilibrios económicos que aparecieron en la segunda mitad de los años noventa, especialmente, un significativo déficit exterior y un saneamiento fiscal poco satisfactorio, que llevaron a un importante desvío respecto de los objetivos presupuestarios en 2001. Las medidas tomadas en 2002, particularmente la aprobación de un presupuesto rectificativo, representan un primer paso hacia la reducción del desequilibrio mencionado. En 2003, la débil coyuntura internacional y los nuevos ajustes de la demanda de las economías domésticas deberán contribuir a que el crecimiento económico siga por debajo del 1% por segundo año consecutivo, esto es, muy por debajo del crecimiento potencial, que se estima aproximadamente entre el 2,75% y el 3% (alrededor de medio punto porcentual por encima de la media de la UE). Este diferencial de crecimiento positivo puede ser un tanto engañoso, ya que se debe más a un fuerte aumento de la producción de los factores que a aumentos de la productividad global de los factores. El bajo incremento de la productividad en Portugal es principalmente un problema estructural, asociado a la baja eficiencia del sistema educativo, el nivel insuficiente de competencia, la baja proporción de gasto en investigación y desarrollo y la escasa difusión de las TIC. Así pues, la competitividad de la economía portuguesa se ha deteriorado gradualmente junto con un aumento de los salarios nominales relativamente elevado.

    La estrategia de consolidación presupuestaria definida en la última actualización del programa de estabilidad se basa, en gran medida, en una aplicación fructífera de las reformas estructurales globales. Habida cuenta de la intención de reducir a medio plazo la proporción de los ingresos totales en el PIB, disminuyendo el impuesto de sociedades para reforzar la competitividad internacional de la economía portuguesa, sólo queda una vía posible para garantizar el saneamiento presupuestario de forma sostenible, a saber, la limitación del aumento de los gastos primarios corrientes, lo que, a su vez, requiere la aplicación de reformas estructurales. Otro objetivo principal de las reformas previstas es fomentar el potencial de crecimiento economía, mediante políticas encaminadas a una continua mejora de la productividad global de los factores. Portugal tiene planteados los siguientes retos:

    * Acelerar la consolidación de las finanzas públicas y poner fin al rápido incremento del gasto público.

    * Aumentar la competitividad global, que se ve afectada por la baja eficiencia del sistema educativo, el reducido gasto en investigación y desarrollo, el bajo grado de competencia en algunos sectores y los fuertes incrementos de los salarios nominales.

    * Garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas frente al envejecimiento de la población

    Acelerar la consolidación de las finanzas públicas y poner fin al rápido incremento del gasto público

    En el período que llevó al desvío presupuestario de 2001, la tasa de aumento de los gastos primarios corrientes fue constantemente superior a la del PIB nominal [1]. Durante la mayor parte de la segunda mitad de los años noventa, dicha tasa era compatible con un proceso de saneamiento presupuestario ya que la dinámica demanda interna aumentaba los ingresos tributarios. Sin embargo, este saneamiento presupuestario llegó a su fin con el deterioro de las condiciones cíclicas en 2001 y la desaparición del efecto moderador que ejercía sobre los gastos de intereses la convergencia de los tipos de interés hacia los niveles más bajos registrados en el extranjero. El proceso de saneamiento presupuestario se reanudó en 2002, aunque, debido a los desfases habituales asociados a la realización de ajustes estructurales, ha tenido que basarse en gran medida en la adopción de medidas excepcionales. A corto plazo, la adopción de medidas no recurrentes es necesaria para volver a recobrar el impulso perdido en el proceso de saneamiento presupuestario y reforzar la credibilidad de la política económica, dejando, así, tiempo para que se dejen sentir los efectos de las medidas estructurales del gobierno en materia de gasto.

    [1] En el período 1995-2001, los gastos primarios corrientes aumentaron un 9% al año, mientras que el PIB nominal aumentó un 7,2% al año; como consecuencia de ello, la proporción de los gastos primarios corrientes en el PIB aumentó del 33,4% en 1995 al 36,7% en 2001.

    Con objeto de acelerar el saneamiento de las finanzas públicas y abordar el gran dinamismo del gasto público, se requiere una aplicación resuelta y oportuna de las medidas de reforma estructural anunciadas en la actualización del programa de estabilidad de enero de 2003. Las reformas en sectores esenciales, especialmente en los de administración pública, educación, asistencia sanitaria y seguridad social, probablemente afectarán directamente al saneamiento presupuestario. Otras reformas (por ejemplo, en el mercado de trabajo) probablemente tendrán efectos indirectos sobre el saneamiento presupuestario, ya sea fomentando una utilización más eficiente de los recursos, ya sea ampliando las bases impositivas como consecuencia de unas fructíferas políticas de oferta.

    Aumentar la competitividad global, que se ve afectada por la baja eficiencia del sistema educativo, el reducido gasto en investigación y desarrollo, el bajo grado de competencia en algunos sectores y los fuertes incrementos de los salarios nominales

    La baja productividad y el elevado ritmo de incrementos de los salarios nominales han contribuido al deterioro de la competitividad exterior de la economía portuguesa. En primer lugar, la productividad del trabajo de Portugal es la más baja de la UE y sólo está creciendo lentamente. La principal razón de ello son los bajos niveles medios de educación, incluso en el caso de los grupos de menor edad. El insuficiente nivel de inversión en investigación y desarrollo e innovación de las empresas y la escasa difusión de las TIC también privan a Portugal de una importante fuente de aumento de la productividad. El bajo efecto de impulsión de la financiación pública de la actividad de investigación y desarrollo sobre la inversión privada en investigación y desarrollo e innovación es un signo de la ineficiencia del sistema nacional de investigación e innovación. Otra importante limitación es el insuficiente grado de competencia en las industrias de redes. En segundo lugar, los salarios nominales aumentaron durante los últimos diez años a una tasa de aproximadamente el 6% anual (esto es, el doble de la tasa de la UE-15), aunque en los últimos años se ha observado una cierta moderación salarial.

    Aunque Portugal ha aumentado sus gastos en educación substancialmente en los últimos años, la proporción de personas que dejan la escuela sin haber completado el último ciclo de enseñanza secundaria y que no siguen una formación profesional es con mucho la más elevada de la UE [2]. El desglose del gasto en educación por sus principales categorías muestra que la masa salarial representa una elevada proporción en comparación con otros países desarrollados, lo que apunta a una utilización ineficiente de los recursos. A pesar de los progresos recientes, el nivel de formación profesional es significativamente inferior a la media de la UE. Ha resultado difícil hacer participar a las empresas pequeñas en los programas nacionales encaminados a aumentar las cualificaciones de su personal.

    [2] El 45,5% en 2002 para ambos géneros, y el 52,9 para el género masculino.

    Garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas frente al envejecimiento de la población

    El reto que plantea la sostenibilidad a largo plazo de la hacienda pública refuerza la necesidad de lograr un ritmo rápido de reducción de la deuda antes de que se dejen sentir sobre el presupuesto los efectos del envejecimiento de la población. Para ello, es fundamental lograr un saneamiento presupuestario fructífero, alcanzando una situación presupuestaria de proximidad al equilibrio o superávit para 2006, conforme a lo previsto en la actualización del programa de estabilidad de Portugal de enero de 2003, y manteniendo dicha posición posteriormente. Esto constituye una medida necesaria, pero no suficiente, para garantizar la sostenibilidad de la hacienda pública, ya que deberá venir acompañada por una aplicación decidida de una serie de reformas estructurales encaminadas a frenar el incremento de los gastos derivados del envejecimiento de la población y a aumentar el potencial de crecimiento de la economía.

    Recomendaciones específicas para Portugal

    La superación de los retos mencionados requiere la realización de las amplias reformas estructurales establecidas en las Orientaciones generales (OG) (parte I de las Orientaciones Generales de Política Económica).

    Portugal también deberá aplicar enérgicamente todas las recomendaciones para el empleo, que tratan los problemas de empleo de forma más completa.

    Con el fin de acelerar la consolidación de las finanzas públicas y poner fin al rápido incremento del gasto público, se recomienda a Portugal:

    1. Seguir reduciendo el déficit público en 2003, según lo previsto, y lograr posteriormente una reducción del déficit ajustado en función del ciclo de como mínimo el 0,5% del PIB al año con objeto de alcanzar una situación presupuestaria próxima al equilibrio (OG 1).

    2. Garantizar que la reducción del déficit se obtiene principalmente por el lado de los gastos, aplicando con firmeza planes presupuestarios para todos los niveles de la Administración (OG 14).

    3. Emprender reformas estructurales en los sectores con efectos más directos sobre el saneamiento presupuestario, especialmente en los de administración pública, educación, asistencia sanitaria y seguridad social.

    Para aumentar la competitividad global, que se ve afectada por la baja eficiencia del sistema educativo, el reducido gasto en investigación y desarrollo, el bajo grado de competencia en algunos sectores y los fuertes incrementos de los salarios nominales, se recomienda a Portugal (de conformidad con las OG 9 a 14):

    4. Promover una mayor participación de las empresas en el gasto en investigación y desarrollo e innovación (OG 13), junto con una mayor utilización de las TIC.

    5. Mejorar la eficiencia del gasto en educación con vistas a, entre otras cosas, aumentar la cualificación de los recursos humanos (OG 13 y RE 1) y reducir substancialmente el número de personas que dejan la escuela con un nivel insuficiente de escolarización o formación.

    6. Fomentar una competencia eficaz en el ámbito de los servicios públicos liberalizados, especialmente en el sector energético, y crear un marco más favorable a la competencia aumentando la tasa de incorporación de las directivas del mercado interior (OG 9).

    7. Animar a los interlocutores sociales a la moderación salarial, permitiendo que los aumentos salariales tengan en cuenta las diferencias de productividad y cualificaciones, con vistas a mejorar la competitividad (OG 3 y 5).

    Con objeto de garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas frente al envejecimiento de la población, se recomienda a Portugal:

    8. Aumentar la eficiencia del sistema de asistencia sanitaria introduciendo una amplia serie de medidas que refuercen los mecanismos de mercado y racionalicen la demanda (OG 14).

    9. Adoptar nuevas reformas del sistema de pensiones de los trabajadores de las administraciones públicas para garantizar su sostenibilidad a largo plazo y ajustarlo progresivamente al régimen de pensiones de los trabajadores del sector privado (OG 16).

    13. Finlandia

    Los constantes esfuerzos realizados durante la década de los noventa encaminados a la producción y utilización de tecnologías de la información y la comunicación han convertido a Finlandia en una de las primeras economías del conocimiento del mundo (si no en la primera). Esto, junto con la liberalización del mercado, ha contribuido a que durante la segunda mitad de los años noventa el PIB real aumentase a una tasa anual de cerca del 5%, situándose por encima del crecimiento potencial (aproximadamente, el 3%). A partir de 2000, la caída de la demanda exterior, especialmente en el sector de telecomunicaciones llevó al crecimiento de la producción por debajo de su potencial. Con una demanda interna constante, el crecimiento de la producción podría acercarse al potencial en 2004, a medida que mejoren las condiciones exteriores.

    Actualmente, el desempleo de la economía finlandesa, con una tasa ligeramente superior al 9% de población activa en 2001-2002, es principalmente estructural. Aunque la tasa de empleo de los trabajadores de edad ha aumentado rápidamente desde 1994, todavía es más de 20 puntos porcentuales inferior a la de todos los trabajadores. Estos dos factores, junto con los largos periodos de educación y el envejecimiento de la población, se están convirtiendo en obstáculos al objetivo de alcanzar una tasa de empleo global cercana al 70%. El nivel de precios de Finlandia rebasa a la media de la UE en cerca de un quinto, a pesar de la reciente moderación de la inflación global, lo que indica deficiencias en la competencia, particularmente en los sectores de servicios protegidos. Además, la financiación de los servicios sociales requiere un nivel impositivo bastante alto, que puede ser difícil mantener a la luz de la erosión de las bases impositivas, y una mayor competencia fiscal. La necesidad de mantener una elevada presión fiscal podría atenuarse al no haber realizado la administración central unos gastos superiores a los previstos. Finlandia tiene planteados los siguientes retos:

    * Reducir el elevado nivel de desempleo estructural y aumentar la tasa de empleo de los trabajadores de edad.

    * Promover la competencia en determinados sectores e incrementar la eficiencia del sector público.

    Reducir el elevado nivel de desempleo estructural y aumentar la tasa de empleo de los trabajadores de edad

    Finlandia rebasa los objetivos de empleo global y femenino para 2005 de la UE en su conjunto, así como la tasa de empleo femenino para 2010 establecida en la estrategia de Lisboa, pero el objetivo del Gobierno de alcanzar una tasa de empleo próxima al 70% aún no se ha alcanzado, y será difícil de lograr debido a la evolución demográfica. Así, para que se produzca un aumento de la tasa de empleo y de la oferta de mano de obra, los trabajadores de edad deberán permanecer más tiempo en el mercado de trabajo. La tasa de desempleo global ha disminuido 7,5 puntos porcentuales desde su máximo de 1994 al 9,1% en 2002 (pero se mantuvo inalterada a partir de 2001 debido a la débil actividad económica). La mayoría de estimaciones indican una tasa de desempleo no aceleradora de la inflación comprendida aproximadamente entre el 8% y el 9%, lo que indica que el desempleo registrado es principalmente de carácter estructural. El Gobierno ha introducido recientemente varias medidas para mejorar el acceso al empleo de los desempleados y fomentar la oferta de trabajo entre los trabajadores de edad. Se han emprendido medidas encaminadas, entre otras cosas, a reducir la elevada presión fiscal sobre el trabajo, diseñar programas activos del mercado de trabajo, hacer más severos los requisitos para la obtención de la jubilación anticipada y suprimir el límite máximo del 60% para la acumulación de derechos de pensión. Estas medidas son adecuadas, pero insuficientes, y algunas de ellas tienen efectos contrarios, tales como la concesión de unos subsidios de desempleo más generosos y el mantenimiento del acceso a este régimen hasta 2008. Además, la introducción gradual de ciertas medidas de reforma de las pensiones parece un tanto prolongada, lo que retrasa la aparición de los efectos positivos de las reformas sobre la limitación del gasto en pensiones.

    Promover la competencia en determinados sectores e incrementar la eficiencia del sector público

    El fomento de la competencia podría contribuir a reducir el nivel de precios de la economía finlandesa, que es uno de los más elevados de la UE, y mejorar la productividad, que es aproximadamente igual a la media de la UE. Este elevado nivel de precios sólo puede explicarse en parte por los elevados impuestos indirectos, la lejanía del país y su baja densidad de población. Investigaciones realizadas por la autoridad de competencia apuntan a la falta de competencia en algunos sectores, tales como las industrias de redes. El relativamente bajo nivel global de productividad del trabajo en un país avanzado en el proceso de transición hacia una economía del conocimiento también podría deberse al gran tamaño del sector público y a la limitada competencia de la prestación de servicios públicos. Según algunos informes gubernamentales, es posible aumentar la eficiencia del sector público, lo que afectaría muy positivamente a la sostenibilidad de la hacienda pública.

    La fuerte actividad económica durante la segunda mitad de los años noventa generó un gran volumen de ingresos (particularmente, ingresos de las empresas e ingresos de capital), aunque recientemente han vuelto a su nivel normal. Aunque esto proporcionó cierto margen para un mayor gasto público, el desvío respecto de los objetivos de gasto público, por una parte, y la gran dependencia relativa de los excepcionalmente elevados ingresos tributarios, por otra, se están convirtiendo en un riesgo para la actual situación saneada de la hacienda central y las haciendas locales. Una utilización más eficiente de los recursos actuales y el control del gasto público proporcionarían cierto margen a fin de responder a las presiones para el mantenimiento del nivel de financiación de los servicios actuales.

    Recomendaciones específicas para Finlandia

    La superación de los retos mencionados requiere la realización de las amplias reformas estructurales establecidas en las Orientaciones generales (OG) (parte I de las Orientaciones Generales de Política Económica).

    Finlandia también deberá aplicar enérgicamente todas las recomendaciones para el empleo, que tratan los problemas de empleo de forma más completa. A fin de aumentar el potencial de crecimiento, es especialmente importante para Finlandia reducir el elevado nivel de desempleo estructural y aumentar la tasa de empleo de los trabajadores de edad. Se recomienda, en particular, a Finlandia:

    1. Seguir mejorando los incentivos de los sistemas tributario y de prestaciones para hacer rentable la ocupación de un puesto de trabajo (especialmente teniendo en cuenta sus efectos combinados sobre los trabajadores de edad), seguir revisando los criterios de concesión de las prestaciones, mejorar la administración de los sistemas de prestaciones sociales y destinar las medidas tributarias a los trabajadores de bajos salarios (OG 4 y RE 2).

    2. Procurar que los sistemas de negociación salarial permitan que los salarios reflejen mejor las diferencias de productividad en función de los distintos niveles de cualificación, con objeto de mejorar las perspectivas de empleo de los desempleados de bajas cualificaciones (OG 5).

    Para promover la competencia en determinados sectores e incrementar la eficiencia del sector público, se recomienda a Finlandia (de conformidad con las OG 9 a 14):

    3. Redoblar los esfuerzos para intensificar la competencia en las industrias de redes y en los servicios no comercializables internacionalmente (OG 9).

    4. Realizar esfuerzos adicionales para aumentar la eficiencia del sector público, en particular, mejorando las condiciones para un aumento de la competencia, promoviendo el establecimiento de una base de referencia para la eficiencia del sector público y fomentando la contratación pública (OG 11).

    5. Mejorar los mecanismos de control del gasto y garantizar el cumplimiento de las disposiciones en materia de gasto (OG 14).

    14. Suecia

    En los últimos años, Suecia ha experimentado un crecimiento económico relativamente elevado, habiendo mostrado cierta firmeza frente a la baja actividad de la economía mundial. En particular, el desempleo se ha mantenido bajo, con unas finanzas públicas saneadas. La buena situación fiscal ha permitido a Suecia relajar su política fiscal con el fin de afrontar la ralentización económica. Se espera que la estrategia fiscal de Suecia de mantener elevados superávit a largo plazo, respaldada por un marco presupuestario de estricto control del gasto, permita mantener en los próximos años la situación presupuestaria de proximidad al equilibrio o superávit. Se espera que las presiones inflacionistas sigan siendo compatibles con el objetivo de inflación (2% ±1 punto porcentual), que sirve de orientación a la política monetaria y se ve respaldado por la disminución gradual de la brecha de producción.

    El estado del bienestar de Suecia es el más completo de la Unión, con una presión fiscal global [3] y un gasto público superiores al 50% del PIB. Esto refleja prioridades sociales, que generalmente disfrutan de un apoyo generalizado. Con el fin de mantener la hacienda pública en una senda sostenible es importante lograr una utilización eficiente de los recursos públicos, debido, entre otras causas, a que el envejecimiento de la población presionará al alza de los gastos. Por otra parte, son necesarias medidas de fomento de la competencia para abordar los elevados niveles de precios y la baja productividad del trabajo. Además, aunque Suecia tiene una tasa de empleo relativamente elevada, el incremento de la participación de la mano de obra y el fomento del empleo siguen siendo fundamentales con el fin de sostener la financiación del estado del bienestar a largo plazo. Suecia tiene planteados los siguientes retos:

    [3] Los pagos de los sistemas de seguros públicos son gravados en Suecia. Este "aspecto institucional" de Suecia se traduce en una presión fiscal más elevada que la estimada por los servicios de la Comisión.

    * Lograr una oferta de trabajo adecuada en función del envejecimiento de la población.

    * Fomentar la competencia en determinados sectores e incrementar la eficiencia del sector público

    Lograr una oferta de trabajo adecuada en función del envejecimiento de la población

    Las tasas de empleo ya son muy elevadas en Suecia y muy superiores a los objetivos establecidos en Lisboa para la UE en su conjunto, incluidos los objetivos de empleo para las mujeres y los trabajadores de edad, y el Gobierno se ha propuesto aumentar aún más el ratio de empleo. En la perspectiva del envejecimiento de la población será necesario aumentar la oferta de trabajo, especialmente explotando los recursos potenciales de empleo entre los inmigrantes, los jóvenes y los ausentes del puesto de trabajo durante periodos prolongados por causa de enfermedad. Son necesarios esfuerzos adicionales para seguir mejorando los incentivos al trabajo, particularmente teniendo en cuenta que Suecia todavía tiene la presión fiscal global más alta de la UE y unos sistemas de prestaciones sociales generosos en comparación con otros países. El extenso estado del bienestar sueco plantea un desafío a largo plazo a la economía sueca. Su financiación requiere el mantenimiento de la elevada presión fiscal global y, por consiguiente, también una importante distorsión tributaria con efectos adversos sobre la estructura de incentivos. En este sentido, la reducción de los elementos más distorsionadores de los sistemas tributario y de prestaciones serían favorables al crecimiento y al empleo. La disminución del número de personas beneficiarias de prestaciones también es importante para la hacienda pública. Los problemas planteados por el elevado número de ausencias por enfermedad y jubilaciones anticipadas merece especial atención, sobre todo, por los elevados costes presupuestarios resultantes. El Gobierno ha establecido el objetivo de reducir a la mitad el número de personas que reciben asistencia social de aquí a 2004 y reducir a la mitad el número de días de ausencia por enfermedad de aquí a 2008. Sin embargo, estos objetivos podrían no alcanzarse aplicando las políticas actuales.

    Fomentar la competencia en determinados sectores e incrementar la eficiencia del sector público

    El fomento de la competencia podría contribuir a reducir el nivel de precios de la economía sueca, que es uno de los más elevados de la UE, y a mejorar la productividad, que es inferior a la media de la UE. El elevado nivel de precios sólo puede explicarse parcialmente por los elevados impuestos indirectos, la lejanía del país y su baja densidad de población. En el sector privado se observa un grado insuficiente de competencia, como demuestra el hecho de que el nivel de precios es más del 20% superior a la media de la UE. Un estudio de la autoridad de competencia sueca concluye que aproximadamente la mitad de esta diferencia se explica por el insuficiente grado de competencia. En particular, los niveles de precios son claramente superiores en los sectores minorista, de la vivienda, de la construcción y de servicios no comercializables internacionalmente.

    Suecia tiene uno de los sectores públicos más grandes de la UE, lo que podría constituir una de las razones de su baja productividad del trabajo. Los operadores públicos están comenzando a reducir su participación en la prestación de servicios públicos, pero los operadores privados todavía representan una pequeña proporción del empleo en la prestación de servicios sociales. El aumento de la eficiencia en la prestación de servicios públicos es importante con el fin de garantizar que la población recibe unos servicios proporcionados al dinero que ha desembolsado para su financiación.

    Recomendaciones específicas para Suecia

    La superación de los retos mencionados requiere la realización de las amplias reformas estructurales establecidas en las Orientaciones generales (OG) (parte I de las Orientaciones Generales de Política Económica).

    Suecia también deberá aplicar enérgicamente todas las recomendaciones para el empleo, que tratan los problemas de empleo de forma más completa. Con objeto de incrementar el potencial de empleo y garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas, es especialmente importante para Suecia garantizar una oferta de trabajo adecuada en función del envejecimiento de la población. Se recomienda, en particular, a Suecia:

    1. Proseguir las reformas de los sistemas tributario y de prestaciones sociales para mejorar los incentivos al trabajo, en particular para aquellos grupos con unos elevados tipos de imposición marginales efectivos (OG 4 y RE 3), y completar la reforma fiscal sobre las rentas del trabajo, manteniendo al mismo tiempo unas finanzas públicas saneadas.

    Para fomentar la competencia en determinados sectores y mejorar la eficiencia del sector público, se recomienda a Suecia (de conformidad con las OG 9 a 14):

    2. Redoblar los esfuerzos para reforzar la competencia en los sectores en que ésta es insuficiente (OG 9).

    3. Realizar nuevos esfuerzos para aumentar la eficiencia del sector público; en particular, mejorando las condiciones para una mayor competencia, fomentando el establecimiento de una base de referencia para la eficiencia del sector público y promoviendo la contratación pública (OG 11).

    15. Reino Unido

    La economía del Reino Unido ha disfrutado de casi una década de aumento sostenido de la producción. Su inflación es una de las más bajas de la UE y su desempleo es el más bajo de los últimos 27 años. El panorama global es positivo, aunque existen apreciables riesgos, tales como la posibilidad de una fuerte disminución del ritmo de incremento del consumo de las economías domésticas a partir de los elevados niveles registrados recientemente, ya que las economías domésticas comienzan a ajustarse a una menor riqueza neta como consecuencia del reciente desplome del mercado bursátil. Hasta la fecha, el sector se ha visto protegido por los constantes aumentos de la riqueza de las economías domésticas, aunque los indicadores más recientes apuntan a una disminución de la inflación de los bienes consumidos por las economías domésticas. La hacienda pública pasó a registrar un déficit equivalente al 1,3% del PIB en 2002, esperándose que se siga registrando un déficit en 2003 y 2004, debido en parte a factores cíclicos asociados a los bajos beneficios de las empresas financieras y al aumento previsto de las proporciones de gastos corrientes y de gastos de capital respecto del PIB (el aumento de los gastos de capital estaba encaminado a corregir la tendencia histórica de insuficiencia de la inversión en infraestructuras públicas). El Reino Unido ha seguido progresando en los mercados de trabajo en los últimos años, con reformas de los sistemas tributarios y de prestaciones y el desarrollo de una serie de medidas activas. La situación del mercado de trabajo es una de las mejores de la UE, con un desempleo de aproximadamente el 5%. En particular, a pesar del relativamente rígido mercado de trabajo, las presiones sobre los salarios son moderadas y se espera que sigan siéndolo. Se prevé que la inflación medida mediante el índice de precios al consumo armonizado sea inferior por término medio al 2% en 2003 y 2004.

    El nivel de productividad, relativamente bajo como consecuencia, entre otras cosas, del bajo nivel de cualificaciones de determinadas categorías de trabajadores, plantea un importante reto. La productividad del trabajo es inferior a la media de la UE aunque la diferencia ha disminuido desde 1995. Al mismo tiempo, la proporción que representa el gasto en investigación y desarrollo en el PIB es ligeramente inferior a la media de la UE. Un segundo reto importante consiste en disminuir el elevado número de personas en edad de trabajar que reclaman prestaciones de enfermedad y de invalidez, que puede constituir un obstáculo a la expansión de la oferta de trabajo. El tercer reto importante es mejorar la calidad e incrementar la eficiencia de los servicios públicos. El Reino Unido tiene planteados lo siguiente retos:

    * Aumentar el relativamente bajo nivel de productividad.

    * Reducir el elevado número de personas en edad de trabajar que reclaman prestaciones por enfermedad y pensiones de invalidez y fomentar la oferta de empleo a largo plazo.

    * Mejorar la calidad e incrementar la eficiencia de los servicios públicos

    Aumentar el relativamente bajo nivel de productividad

    El nivel de productividad de la economía británica es históricamente bajo en comparación con la media de la UE. Aunque el diferencial de productividad respecto de la UE ha disminuido en los últimos años, la productividad del trabajo aún era inferior a la media de la UE en 2002. El aumento de la productividad del Reino Unido puede haberse haber disminuido por el acceso al empleo de trabajadores poco cualificados en los últimos años. No obstante, otros factores estructurales son importantes para aumentar la productividad de la economía del Reino Unido, tales como la competencia, el espíritu de empresa, la ciencia y la innovación, las cualificaciones y la inversión. El gobierno británico ha tomado numerosas medidas en los últimos años para aumentar la productividad, pero pasará tiempo antes de que se reflejen plenamente en las estadísticas de productividad los efectos de estas medidas, y podrían ser necesarias otras medidas. Habrá que aplicar la política de competencia, recientemente reforzada, especialmente a las profesiones liberales y a las farmacias, en las que la Oficina de defensa de la competencia ha descubierto disposiciones contrarias a la competencia, y a los servicios postales, en los que el operador histórico ha disfrutado de una situación monopolística hasta hace poco tiempo. Las medidas encaminadas a promover la actividad de investigación y desarrollo y las cualificaciones también deberán contribuir al incremento de la productividad.

    Reducir el elevado número de personas en edad de trabajar que reclaman prestaciones por enfermedad y pensiones de invalidez y fomentar la oferta de empleo a largo plazo

    El Reino Unido rebasa todos los objetivos de empleo establecidos por el Consejo Europeo, con una tasa de empleo global del 71,6% en 2002 y unas tasas de empleo femenino y de los trabajadores de edad del 65,3% y el 53,5%, respectivamente. En 2002 el desempleo era del 5,2%. El Reino Unido ha continuado progresando en el mercado laboral en los últimos años, prosiguiendo la reforma de los sistemas tributario y de prestaciones sociales y el desarrollo de una serie de medidas activas. Sin embargo las elevadas tasas de empleo vienen acompañadas por unos niveles de productividad relativamente bajos, debido en parte a unas cualificaciones básicas insuficientes y a la imposibilidad de determinadas categorías de trabajadores de acceder a la formación. El número de personas en edad de trabajar que solicitan prestaciones de enfermedad o pensiones de invalidez sigue siendo elevado, situándose ligeramente por encima de los 3 millones, de los que 2,7 millones solicitan estas prestaciones en sustitución de sus ingresos, lo que puede limitar la posibilidad de nuevos aumentos de la oferta de trabajo. Aunque el desempleo global se mantiene muy por encima de la media de la UE, existen diferencias significativas desde el punto de vista del acceso al mercado laboral, concentrándose la inactividad y el desempleo en determinadas zonas y en los grupos sociales desfavorecidos.

    Mejorar la calidad e incrementar la eficiencia de los servicios públicos

    La creciente demanda y las mayores expectativas de calidad del servicio han ejercido presión sobre la prestación de los servicios públicos. Además, éstos se han visto afectados por una inversión insuficiente en el pasado. Ello ha provocado problemas tales como listas de espera, deterioro de las infraestructuras y escasez de personal en algunos ámbitos. Por ello, el Gobierno británico ha presupuestado un gran incremento del gasto de los servicios públicos. Se está abordando la insuficiencia de inversión en infraestructuras públicas, previéndose que la inversión neta del sector público aumente a más del doble en términos reales de 2000-2001 a 2002-2003 (aproximadamente el 1,4% del PIB), y siga aumentando hasta el 2,0% del PIB en 2005-2006. Además, se prevé un incremento del gasto en educación del 5,9% anual en términos reales hasta 2005-2006 y un aumento del gasto en asistencia sanitaria del 7,4% anual en términos reales durante el mismo periodo. El Gobierno del Reino Unido ha reconocido la necesidad de completar los aumentos del gasto con reformas encaminadas a garantizar que estos recursos se utilicen y asignen eficientemente, que los consumidores reciban servicios públicos de mayor calidad y que los contribuyentes reciban el mejor nivel de prestaciones para el dinero desembolsado.

    Recomendaciones específicas para el Reino Unido

    La superación de los retos mencionados requiere la realización de las amplias reformas estructurales establecidas en las Orientaciones generales (OG) (parte I de las Orientaciones Generales de Política Económica).

    Con objeto de aumentar el relativamente bajo nivel de productividad, se recomienda al Reino Unido que (de conformidad con las OG 9 a 14):

    1. Siga mejorando la competencia en sectores tales como las profesiones liberales, los servicios postales y las farmacias (OG 9).

    2. Siga de cerca las medidas existentes encaminadas a fomentar la actividad de investigación y desarrollo (OG 13).

    3. Revise y refuerce, en su caso, las políticas tendentes a mejorar las cualificaciones básicas de la mano de obra (OG 13).

    El Reino Unido también deberá aplicar enérgicamente todas las recomendaciones para el empleo, que tratan los problemas de empleo de forma más completa. Para incrementar el potencial de crecimiento y promover la inserción en el mercado de trabajo, es especialmente importante para el Reino Unido reducir el elevado número de personas en edad de trabajar que reclaman prestaciones por enfermedad y pensiones de invalidez y fomentar la oferta de empleo a largo plazo. Se recomienda, en particular, al Reino Unido:

    4. Velar por que todas las personas capaces de trabajar tengan oportunidades e incentivos para hacerlo, en especial, reformando los sistemas del seguro de enfermedad y de pensión de invalidez (OG 4 y RE 3).

    A fin de mejorar la calidad y eficiencia de los servicios públicos, se recomienda al Reino Unido que:

    5. Velar por que los servicios públicos asociados a los incrementos anunciados del gasto público (incluida la inversión en la infraestructura de transportes) se presten de forma eficaz siguiendo criterios de coste-beneficio (OG 11 y 14).

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