«Debe empoderarse a los niños para que hablen; puede que así otros niños dejen de callarse sus problemas» (aportación de un niño de Lituania)
PROTEGER A LOS NIÑOS EN EUROPA Y FUERA DE ELLA, COMO PRIORIDAD DE LA UE
En muchos aspectos, la vida de los niños en la Unión Europea y en el mundo ha mejorado en las últimas décadas. Se debe en parte al aumento de la prosperidad y la mejora de la asistencia sanitaria y del acceso a la educación. En el mundo tan mudable en el que vivimos, confrontado por los perjuicios para la infancia de la pandemia, las desigualdades, la discriminación, los conflictos o el cambio climático, así como en el mundo virtual, hemos tomado medidas para seguir defendiendo y reforzando los derechos y la calidad de vida de la infancia en la UE y fuera de ella. La UE, sus socios europeos e internacionales y las organizaciones de la sociedad civil han colaborado para que ningún niño quede excluido, haciendo frente a esos problemas y aprovechando las oportunidades de las transiciones ecológica, digital y demográfica.
En los últimos años, la Comisión ha establecido un marco jurídico, político y de apoyo sólido y exhaustivo, asumiendo compromisos claros para intensificar la protección, el fomento y el respeto de los derechos del niño, en particular mediante la adopción, en marzo de 2021, de la amplia Estrategia de la UE sobre los Derechos del Niño (en lo sucesivo, «Estrategia de la UE») y de la Garantía Infantil Europea. En el marco de la Estrategia de la UE y de consuno con los Estados miembros, se están aplicando una serie de medidas: medidas contra el abuso y la explotación sexuales de menores en línea y fuera de línea y medidas para hacer frente a la pobreza infantil y la exclusión socioeconómica de los niños necesitados, especialmente los que tienen alguna discapacidad u origen minoritario y migrante. También se han tomado medidas para adaptar mejor los sistemas judiciales a las necesidades de los menores como víctimas, sospechosos, acusados o condenados, testigos o partes en procesos judiciales. Además, la Comisión ha elaborado medidas para mejorar la salud mental y el bienestar de la infancia. La participación y consulta significativas de los niños, en particular a través de la Plataforma de Participación Infantil y Adolescente, ha sido una marca distintiva de la Estrategia de la UE y se está convirtiendo en una práctica reconocida en la UE y fuera de ella.
La Estrategia de la UE también incluye una fuerte dimensión exterior, ya que la UE intensifica su labor para fomentar, proteger, realizar y respetar los derechos del niño en todo el mundo, erradicar el trabajo infantil, luchar contra el matrimonio infantil, invertir considerablemente en educación en todo el mundo y proteger frente a todas las formas de violencia, abuso y negligencia, especialmente en contextos de ayuda humanitaria. La UE también fomenta la participación de los niños y los jóvenes a escala mundial a través del Plan de Acción para la Juventud en la Acción Exterior. Se están revisando las Directrices de la UE sobre los niños y los conflictos armados para prevenir, tratar y atajar las prácticas perjudiciales contra los niños afectados por conflictos armados.
Aunque se han realizado progresos significativos, la violencia contra los niños sigue siendo un problema tanto dentro como fuera de la UE, en muchos niveles. Poner fin a todas las formas de violencia contra los niños, en particular mediante el desarrollo y el refuerzo de sistemas integrados de protección de la infancia, es un imperativo tanto moral como jurídico. Se trata, además, de una inversión estratégica en nuestras futuras sociedades.
PROTECCIÓN DE LA INFANCIA: UN IMPERATIVO Y UNA INVERSIÓN ESTRATÉGICA EN LA SOCIEDAD
La violencia puede adoptar múltiples formas, a saber, todas las formas de violencia física o mental, las lesiones o el maltrato físico o la amenaza de maltrato físico, el abandono u otras formas de negligencia en los cuidados, otras formas de maltrato o la explotación, incluidos los abusos y agresiones sexuales, físicamente, en línea o en mundos virtuales. La violencia comprende la violencia doméstica, la trata de seres humanos, los abusos sexuales, la violencia de género, incluida la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil, así como todas las formas de acoso escolar y castigo corporal. A su vez, los niños también están expuestos a discriminación e intolerancia, también en su vida digital. En 2021, 114 niños fueron víctimas de homicidio doloso en toda la UE. Se calcula que el 20 % de los niños de Europa sufren algún tipo de abuso sexual durante su infancia. En una encuesta reciente sobre la violencia contra las mujeres, el 13,7 % de las mujeres adultas denunció en el ámbito nacional haber sufrido violencia sexual en la infancia, aunque este porcentaje podría ser incluso mayor, ya que lamentablemente los índices de denuncia son inferiores al número total de casos que se produce realmente. Se calcula que 190 000 niñas en toda la UE corren el riesgo de ser forzadas a sufrir mutilaciones genitales. El suicidio es la segunda causa de muerte más extendida entre los jóvenes (de 15 a 19 años). Entre el 13 % y el 29 % de los adolescentes (de 15 años) según el Estado miembro declaró ser objeto de acoso escolar frecuente.
La violencia contra los niños también supone un coste económico estimado de hasta el 8 % del PIB mundial, es decir, 6,5 billones EUR, ya que ralentiza el desarrollo económico, aumenta la desigualdad socioeconómica, frena el crecimiento económico y reduce la renta per cápita. Dedicar recursos a programas para la primera infancia puede tener una rentabilidad de al menos cuatro veces la inversión original. La pérdida anual de capital humano por los trastornos mentales de niños y jóvenes se estima en 54 200 millones EUR en Europa. Las desventajas socioeconómicas durante la infancia también suponen un coste enorme para las sociedades: por término medio, el 3,4 % del PIB de la UE. Por lo tanto, invertir en la protección de la infancia y la prevención de la violencia también es altamente rentable y evita gastos a largo plazo.
Los propios niños piden ser empoderados y hablan sobre sus problemas, sus vidas. Son titulares de derechos y agentes del cambio del presente y son elocuentes en sus llamamientos a los adultos para que actúen y atiendan a sus necesidades. Como expertos en los asuntos que les conciernen, los niños piden legítimamente «Nada para nosotros sin nosotros». Atendiendo al artículo 12 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (en lo sucesivo, «Convención de las Naciones Unidas») y la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (en lo sucesivo, «Carta»), las opiniones y necesidades de los niños son esenciales en la Recomendación sobre sistemas integrados de protección de la infancia. También se consultó a más de 1 000 niños, en el marco de la nueva Plataforma de Participación Infantil y Adolescente de la UE, sobre sus necesidades de protección.
LOGRAR SISTEMAS INTEGRADOS DE PROTECCIÓN DE LA INFANCIA
Proteger a la infancia de todas las formas de violencia es un objetivo fundamental de la UE. Está intrínsecamente vinculado a la prevención de la violencia, a fin de garantizar el bienestar de los niños y el respeto de sus derechos. En el artículo 3, apartado 3, del Tratado de la Unión Europea (TUE) se fija como objetivo de la Unión el fomento de la protección de los derechos del niño. En el artículo 24 de la Carta se establece que los niños tienen derecho a la protección y a los cuidados necesarios para su bienestar y que, en todos los actos relativos a los niños llevados a cabo por autoridades públicas o instituciones privadas, el interés superior del niño constituirá una consideración primordial. La protección de la infancia es también un objetivo clave de la Convención de las Naciones Unidas y de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible para que todos los niños vivan sin miedo y sin padecer abandono, abuso o explotación. Las estadísticas y pruebas apabullantes de la amplia gama de abusos, violencia y abandono infantiles en toda la UE, incluidos los derivados de la pandemia, las repercusiones de la guerra de agresión contra Ucrania y el aumento de los conflictos armados mundiales, son un llamamiento a la acción.
Es por ello que la Comisión presenta esta Recomendación a los Estados miembros con el fin de que sigan desarrollando y reforzando sus sistemas de protección de la infancia para hacerlos más integrados y atender mejor las necesidades de protección de la infancia frente a cualquier forma de violencia y promover la protección de la infancia como prioridad mundial de la Unión.
La protección de la infancia es una cuestión que se extiende a todos los sectores y al conjunto de la sociedad. La responsabilidad respecto de la protección de la infancia la comparte una amplia gama de partes, como las autoridades públicas, los agentes privados, las organizaciones internacionales y las organizaciones de la sociedad civil. La amplia variedad de herramientas de que disponen los Estados miembros, a nivel de la Unión (normativa, políticas y financiación) y en los distintos niveles de gobernanza, puede contribuir a que los sistemas de protección de la infancia estén más integrados y sean más sólidos. Hacen faltan mecanismos de coordinación en los Estados miembros para garantizar respuestas multidisciplinares eficaces que comprendan los distintos ministerios o los distintos niveles de competencia. Es esencial que todos asuman funciones claramente definidas y que se garantice una coordinación estrecha. La disponibilidad y coordinación de los recursos humanos y económicos también representa una dificultad. Sobre esta base, es evidente que se necesitan sistemas de protección de la infancia más eficientes e integrados.
Lograr un planteamiento de protección de la infancia en el que participe toda la sociedad es una inversión tangible y estratégica a largo plazo, sobre todo en el contexto de la sociedad de la longevidad que vemos día a día cómo se va consolidando. Contribuirá sustancialmente a que nuestras sociedades sean más justas e igualitarias y estén fundamentadas en la equidad y la solidaridad intergeneracionales para las generaciones presentes y futuras.
Basándose en los llamamientos del Parlamento Europeo, el Consejo y el Comité Europeo de las Regiones, la Recomendación que la Comisión dirige a los Estados miembros reafirma el compromiso de la Comisión de reforzar la protección de la infancia en toda la UE y fuera de ella. Presta apoyo a los Estados miembros y les pide que evalúen, refuercen e integren sus sistemas de protección de la infancia, basándose en las mejores prácticas existentes y utilizando instrumentos de la UE, como la normativa, las políticas y la financiación. La Comisión también pide al Parlamento Europeo y al Consejo que tengan en cuenta la presente Recomendación en sus futuras deliberaciones y al Comité de las Regiones y al Comité Económico y Social Europeo que fomente el diálogo con los entes regionales y locales y la sociedad civil. En todas estas actuaciones, el interés superior del niño debe seguir siendo siempre la consideración primordial.