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Document 52002DC0124

Comunicación de la Comisión al Consejo Europeo - Balance de las operaciones de introducción del euro fiduciario

/* COM/2002/0124 final */

52002DC0124

Comunicación de la Comisión al Consejo Europeo - Balance de las operaciones de introducción del euro fiduciario /* COM/2002/0124 final */


Comunicación de la Comisión al Consejo Europeo - Balance de las operaciones de introducción del euro fiduciario

ÍNDICE

1. Introducción: gran éxito de la transición al euro

2. Desarrollo de las operaciones

2.1. Balance de las operaciones de predistribución y predistribución capilar

2.1.1. Predistribución a los bancos

2.1.2. Predistribución capilar a los comercios

2.1.3. Predistribución de monedas a los ciudadanos

2.1.4. Balance global de la predistribución

2.2. Difusión de billetes y monedas en enero de 2002

2.2.1. Suministro de billetes a través de los cajeros automáticos

2.2.2. Reintegro o intercambio de efectivo en las ventanillas de las instituciones financieras

2.2.3. Devolución del cambio por parte de los comerciantes

2.3. Utilización del euro en los pagos en efectivo

2.4. Recuperación de las antiguas unidades monetarias nacionales

3. Restantes cuestiones vinculadas a la introducción del euro fiduciario

3.1. Estabilidad de los precios tras el paso al euro

3.2. Seguridad de las operaciones

3.3. Calidad de la fabricación de los billetes y monedas

3.4. Falsificación

3.5. Adaptación de las máquinas expendedoras automáticas

3.6. Introducción material del euro en terceros países

4. Reacciones de los ciudadanos frente al euro

4.1. Valoración de la eficacia de la fase preparatoria de la introducción del euro

4.2. Confianza de los ciudadanos en el manejo de los euros

4.3. Valoración global de los ciudadanos sobre la transición al euro

5. Adaptación de las PYME al euro

5.1. Grado de preparación de las PYME al 1 de enero de 2002

5.2. Dificultades prácticas encontradas en la transición al euro

5.3. Valoración global del paso al euro

6. Anexo

1. Introducción: gran éxito de la transición al euro

La introducción fiduciaria del euro ha sido la mayor operación de cambio de moneda de la historia. Europa ha sabido estar a la altura de las circunstancias y alcanzar el difícil objetivo de una transición sin contratiempos. Los Estados participantes han fabricado 15 000 millones de billetes y 51 000 millones de monedas. A continuación, en las primeras semanas de 2002, distribuyeron aproximadamente 8 000 millones de billetes y 38 000 millones de monedas a las 218 000 sucursales bancarias u oficinas de correos, 2,8 millones de comercios y 302 millones de ciudadanos situados en 12 países diferentes. También han debido retirar en algunas semanas gran parte de los 9 000 millones de billetes y 107 000 millones de monedas nacionales en circulación.

Este gran éxito se ha debido a la calidad y a la extremada minuciosidad de los preparativos de los Estados miembros, de las instituciones europeas (BCE y Comisión), de los bancos centrales nacionales, de las instituciones financieras, del cuerpo de policía y de los transportistas de fondos, así como a la participación activa y entusiasta de los ciudadanos, sin los cuales el éxito de operación y la rápida difusión del euro no habrían sido posibles. Los ciudadanos europeos han aceptado su dinero muy rápidamente y con mucho entusiasmo, comprando de forma masiva los juegos de monedas antes del 1 de enero y aprovisionándose muy rápidamente en billetes en los cajeros automáticos y en las ventanillas de los bancos. Todos los aspectos han sido objeto de preparativos sistemáticos (desde la formación del personal de caja hasta los programas especiales en favor de los grupos de población vulnerables). Los ministerios de Hacienda nacionales han jugado un papel fundamental en el apoyo y la estimulación de los agentes económicos. El Banco Central Europeo ha coordinado eficazmente la acción de los bancos centrales nacionales. Por su parte, la Comisión ha desempeñado a lo largo de todo el proceso un importante papel de impulsión y coordinación de la acción de los Estados participantes, orientando los preparativos mediante sus recomendaciones y propuestas (particularmente, la Recomendación de 11 de octubre 2000 y las comunicaciones de 3 de abril y 10 de octubre de 2001) [1] y organizando los trabajos de las redes formadas por los jefes de los grupos operativos de las administraciones nacionales y los directores de comunicación de los ministerios de Hacienda. La Comisión también ha sido un punto central de información durante toda la fase de transición gracias a la red europea de alerta rápida que ha establecido.

[1] Respectivamente, C(2000) 2985, COM (2001) 190 y COM (2001) 561.

Para preparar y acompañar esta operación, se han lanzado campañas de comunicación excepcionales por su duración y magnitud. El presupuesto total acumulado de las compañías informativas nacionales durante el período 1996-2001, cofinanciadas en parte por la Comisión Europea, asciende a 321 millones de euros (esto es, 1,05 EUR por habitante) El Eurosistema también ha desarrollado una amplia campaña, con un presupuesto de 80 millones de euros. Añadiendo a esto los esfuerzos realizados por los bancos y las asociaciones profesionales, en total se han dedicado más de 500 millones de euros a la información de los ciudadanos y los agentes económicos.

Estos esfuerzos considerables de todos los actores económicos e institucionales han dado sus frutos: la transición al euro se ha desarrollado sin contratiempos. El cambio de moneda se ha efectuado a un ritmo más rápido del previsto inicialmente (en 1999, el Consejo se había fijado como objetivo efectuar la mayor parte de las operaciones en 15 días), pero conforme a las previsiones efectuadas por la Comisión en su Comunicación de octubre de 2001: los pagos en euros eran mayoritarios en el total de pagos en efectivo ya al final de la primera semana de enero; al final de la segunda semana, la circulación de las monedas nacionales ya sólo era residual.

Diez años después de la firma del Tratado de Maastricht, el euro ha logrado instalarse en el centro de la vida cotidiana de los ciudadanos. El éxito del paso al euro ilustra la capacidad de las instituciones para llegar a buen término un proyecto complejo y supone un mensaje de optimismo para la continuación de la construcción europea. También constituye una fuente valiosa de enseñanza para los futuros Estados participantes, en los que se ha dado un nuevo impulso al debate relativo a la participación en el euro.

La presente Comunicación tiene por objeto hacer un balance detallado de las operaciones de introducción material del euro y sintetizar el resultado de las encuestas de Eurobarómetro sobre la percepción de este cambio de moneda por los ciudadanos y las empresas. Se analizará sucesivamente:

- El desarrollo de la introducción de los billetes y monedas;

- Las cuestiones conexas a la introducción del euro fiduciario (estabilidad de precios, falsificación, calidad de la fabricación, seguridad de las operaciones y adaptación de las máquinas expendedoras automáticas);

- Las reacciones de los ciudadanos frente a los billetes y monedas en euros; y

- La experiencia de las PYME en la organización de su transición.

2. Desarrollo de las operaciones

Cuatro elementos merecen una atención especial:

- Las operaciones de predistribución y predistribución capilar;

- El ritmo y los canales de difusión de la nueva moneda en los primeros días de 2002;

- El desarrollo de la utilización del euro en los pagos en efectivo;

- Las operaciones de retirada de las antiguas monedas nacionales.

2.1. Balance de las operaciones de predistribución y predistribución capilar

La normativa europea autorizaba la predistribución a los bancos y la predistribución capilar a los comercios a partir del mes de septiembre de 2001 y la predistribución de monedas a los particulares a partir de mediados de diciembre. Sin embargo, cada Estado era libre de elegir la fecha de comienzo de las operaciones en este marco temporal.

2.1.1. Predistribución a los bancos

Las operaciones de predistribución a los bancos se han desarrollado sin contratiempos. El volumen de predistribución alcanzado ha sido en general conforme a las previsiones. A partir de septiembre, los bancos comerciales (y a veces las oficinas de correos) recibieron monedas en euros en Bélgica, Irlanda, Francia, Italia y Portugal, y billetes y monedas en Alemania, España, Luxemburgo, Austria en Finlandia. Los bancos portugueses recibieron los billetes a partir del mes de octubre, período también elegido para la distribución de los billetes y monedas en Grecia. Los bancos belgas, españoles, irlandeses e italianos recibieron los billetes a partir del mes de noviembre; y los bancos franceses y neerlandeses [2], en diciembre.

[2] Sin embargo, los bancos neerlandeses podían obtenerlos antes haciendo una petición a tal efecto. Los bancos y los grandes comercios también podían disfrutar de condiciones más flexibles en Francia.

Según el Banco Central Europeo, al 31 de diciembre los bancos habían recibido en total 132 100 millones de euros en billetes, lo que representaba el 21% de la fabricación total y el 67% del valor de los billetes en circulación [3]. Sin embargo, estas medias ocultan una situación muy diversa: los pedidos de los bancos fueron muy importantes en algunos países (por ejemplo, en Grecia, Irlanda y Austria) y más moderados en otros (tales como Francia, España y los Países Bajos), como ilustran los dos cuadros siguientes. Las entregas de billetes permitieron satisfacer prácticamente la totalidad de los pedidos.

[3] En porcentaje del valor de los billetes en euros en circulación el 15 de enero de 2002.

>REFERENCIA A UN GRÁFICO>

>REFERENCIA A UN GRÁFICO>

La predistribución de monedas a los bancos ha sido relativamente mucho más importante que la de billetes: las instituciones financieras recibieron entre septiembre y diciembre el 73% de la fabricación total (en volumen) [4] y el 96,3% de las monedas en circulación a mediados de enero. Las diferencias entre los Estados también son más pequeñas. Los pedidos de los bancos se atendieron generalmente sin dificultad.

[4] Fuente: BCE.

>REFERENCIA A UN GRÁFICO>

>REFERENCIA A UN GRÁFICO>

2.1.2. Predistribución capilar a los comercios

>REFERENCIA A UN GRÁFICO>

La predistribución capilar de billetes a los comercios comenzó en septiembre en Alemania, Luxemburgo y Austria, en noviembre en Irlanda y en diciembre en los otros países (sin embargo, las monedas estaban disponibles a partir de septiembre en Irlanda, de octubre en Italia y de noviembre en Grecia). La posibilidad ofrecida por el BCE a las empresas de prealimentarse en pequeñas cantidades a partir del mes de septiembre para la formación del personal de caja ha tenido pocos efectos, seguramente debido a la escasa publicidad dada a la medida.

Como ya había indicado la Comisión en su Comunicación de 10 de octubre de 2001 [5], la participación de los 2,8 millones de comercios de la zona del euro en las operaciones de predistribución capilar siguió siendo globalmente muy desigual. Esto se explica esencialmente por la frecuente ausencia de medidas de incitación y la existencia en algunos países de sanciones desproporcionadas en caso de pérdida o puesta en circulación anticipada de billetes. Por término medio, los bancos sólo realizaron la predistribución capilar del 9% (en valor) de los billetes recibidos [6]. Dejando aparte Luxemburgo, es interesante constatar que los Estados que han obtenido los resultados más elevados son los que han aplicado medidas de incitación o de reducción de las dificultades logísticas (por ejemplo, Alemania, Irlanda, Países Bajos y Austria) [7]. El número total de comercios prealimentados varía mucho según los Estados: mientras que prácticamente la totalidad de los comerciantes irlandeses y cerca del 90% de los comerciantes neerlandeses fueron prealimentados, menos del 10% de los comerciantes italianos lo fueron.

[5] COM (2001) 561 final. Segundo informe sobre los preparativos para la introducción de los billetes y monedas euro.

[6] Fuente: BCE. Nota: A veces, la alimentación de los grandes establecimientos del sector de la distribución ha sido realizada directamente por el Banco central nacional.

[7] El Eurosistema carece de datos relativos a la predistribución capilar de billetes en Francia y relativos a la predistribución capilar de monedas en Francia, España, Irlanda y Portugal.

>REFERENCIA A UN GRÁFICO>

Los resultados son en conjunto mejores en el caso de las monedas, de las que los bancos por término medio han realizado la predistribución capilar de una parte significativa de los volúmenes de que disponían, con diferencias considerables entre Estados.

2.1.3. Predistribución de monedas a los ciudadanos

Todos los Estados pusieron en venta a mediados de diciembre pequeños juegos de monedas de un valor medio de 10,71 euros (los valores oscilan de 3,88 euros en Finlandia a 15,25 euros en Francia). Al permitir el primer contacto físico del ciudadano con el euro, estos juegos de monedas han suscitado un gran entusiasmo en todos los Estados participantes. La precipitación fue tal durante las primeras horas de apertura de los bancos, oficinas de correos u otros puntos de venta que en menos de una semana ya se habían vendido las dos terceras monedas de los juegos de monedas disponibles y en algún Estado la oferta era insuficiente ya al cabo de 48 horas.

>REFERENCIA A UN GRÁFICO>

Los ciudadanos europeos han adquirido en total 150 329 000 juegos de monedas, con un total de 4 280 585 000 monedas (esto es, una media de 14 monedas por persona) y un valor total de 1 650 millones de euros. El volumen total de los juegos de monedas vendidos equivale al 11% de las monedas en euros que estaban en circulación a finales de enero. En varios países (Alemania, Portugal, Finlandia, Luxemburgo...), la demanda ha sido tal que se ha autorizado a los bancos a componer sus propios juegos de monedas e incluso a vender una parte de sus existencias a granel. Así pues, el balance global de venta de juegos de monedas es muy satisfactorio. En total, se vendieron 150 de los 192 millones de juegos previstos, lo que representa por término medio un 78% de los mismos.

Contrariamente a los temores expresados por algunos protagonistas, es interesante observar que, aparte de algunos casos puntuales de utilización en máquinas automáticas, los ciudadanos respetaron perfectamente la prohibición de utilizar las monedas antes del 1 de enero de 2002. Sólo se registraron 77 tentativas de utilización anticipada de billetes o monedas en euros antes del 1 de enero de 2002, cifra infinitesimal respecto de los miles de millones de billetes y monedas distribuidos.

2.1.4. Balance global de la predistribución

Según el BCE, las operaciones de predistribución permitieron en total la predistribución de 6 000 millones de billetes (esto es, el 40% de los billetes fabricados), por un valor total de más de 132 000 millones de euros, y 37 500 millones de monedas (esto es, el 73,5% de las monedas fabricadas), por un valor total de 12 400 millones de euros.

Estos resultados son aún más llamativos si se comparan con la cantidad de euros en circulación a principios de febrero de 2002: por término medio, un 80% de los billetes (en volumen) y un 98% de las monedas utilizados en dicha fecha se habían predistribuido antes del mes de enero.

El éxito de la predistribución ha contribuido de forma decisiva al comienzo rápido de las operaciones en euros a principios de 2002.

2.2. Difusión de billetes y monedas en enero de 2002

La difusión de la nueva moneda se hizo principalmente por tres canales [8]:

[8] Entre las otras fuentes figuran, por ejemplo, el pago semanal en efectivo de las prestaciones sociales en Irlanda y los pagos en efectivo de pensiones de jubilación en Italia.

- los reintegros en los distribuidores automáticos de billetes,

- los reintegros en las ventanillas de las instituciones financieras (bancos y oficinas de correos),

- la devolución del cambio por parte de los comercios.

2.2.1. Suministro de billetes a través de los cajeros automáticos

Por término medio, un 80% de los equipamientos ya estaban adaptados al euro el 1 de enero. La operación se desarrolló muy satisfactoriamente desde el punto de vista técnico [9]. La progresión fue rápida en el conjunto de la zona del euro: la proporción media pasó al 90% el 2 de enero y al 97% el 3 de enero. A partir del 4 de enero, prácticamente la totalidad de los equipamientos sólo proporcionaban euros. Hay que tener en cuenta que los aparatos no adaptados a menudo siguieron distribuyendo antiguas unidades monetarias nacionales durante los primeros días -en particular, en Italia y Finlandia- contribuyendo a dificultar momentáneamente la devolución del cambio en euros por los comercios.

[9] Los únicos incidentes registrados han sido un bloqueo de 90 minutos de los cajeros automáticos en Austria el 2 de enero y algunas dificultades en los primeros días en la distribución de billetes de 5 euros en un 10% de los cajeros automáticos alemanes.

>REFERENCIA A UN GRÁFICO>

Fuente: Ministerios de Hacienda.

El volumen de los reintegros en los cajeros fue muy elevado durante la primera semana de enero debido al entusiasmo y la curiosidad de los ciudadanos respecto de la nueva moneda. Contabilizando los resultados disponibles para siete países (Países Bajos, Italia, Francia, Alemania, Austria, Portugal y Bélgica), durante 48 horas se realizaron más de 25 millones de reintegros. Los resultados han sido particularmente espectaculares en los Países Bajos, en donde en total se efectuaron más de 5 millones de reintegros entre el 1 y el 2 de enero, lo que supone un reintegro por una de cada dos personas mayores de 15 años. Los volúmenes de reintegros se mantuvieron a un nivel elevado en toda la zona del euro hasta la segunda semana de enero, cuando comenzaron a disminuir para volver a su nivel normal. Gracias a la calidad de la logística aplicada por los bancos, no se ha constatado ningún problema serio de prealimentación de los cajeros.

2.2.2. Reintegro o intercambio de efectivo en las ventanillas de las instituciones financieras

Los distribuidores proporcionan habitualmente alrededor del 70% (en volumen) de los billetes a los consumidores, para los que los reintegros en las ventanillas desempeñan normalmente un papel poco significativo. Esto no ha sido así durante los diez primeros días de enero; los consumidores se presentaron masivamente en las ventanillas de las 218 000 sucursales bancarias u oficinas de correos para obtener euros o cambiar sus antiguas unidades monetarias, provocando así largas colas. En varios países (tales como Alemania y España), el suministro de euros a los particulares a través de la ventanillas fue incluso más elevado en volumen que el realizado a través de los cajeros automáticos. La gran afluencia se inició el 1 de enero en los países en los que los bancos estaban abiertos al público (Alemania, España y Luxemburgo) y no empezó a disminuir para volver a su nivel normal hasta finales de la segunda semana. Numerosos consumidores se presentaron en las ventanillas para cambiar pequeños importes. Las largas colas llevaron a veces a algunas sucursales bancarias a limitar el canje sólo a sus clientes.

2.2.3. Devolución del cambio por parte de los comerciantes

La devolución del cambio exclusivamente en euros requería, en los primeros días de 2002, un aumento muy fuerte del fondo de caja, ya que los comercios no podían utilizar para la devolución del cambio los billetes y monedas nacionales aportados por el consumidor. Los comercios, especialmente los de la gran distribución, respetaron bien en su conjunto las recomendaciones europeas y nacionales de devolver el cambio exclusivamente en euros, mientras que, en los primeros días, algunos pequeños comercios tenían tendencia a devolver el cambio en la moneda utilizada por el consumidor para el pago.

Durante la primera semana de enero se han observado problemas de aprovisionamiento de los comercios en billetes y monedas, debido al número importante de consumidores que pagaron sus compras de escaso valor con billetes de alto valor, a la capacidad limitada de transporte de fondos (para la gran distribución) y a las largas colas en las ventanillas de los bancos (para el pequeño comercio). Así pues, los 7 585 camiones de transporte de fondos en servicio en la zona del euro trabajaron al máximo de su capacidad para evitar una ruptura del aprovisionamiento en euros. Gracias a los esfuerzos de las instituciones y del conjunto de actores económicos, sólo se ha registrado una escasez puntual de ciertas denominaciones de monedas o billetes, que no ha perturbado realmente la actividad comercial y sólo ha modificado provisionalmente la composición de la devolución del cambio. Por otra parte, algunos Estados aplicaron mecanismos que les permitían compensar la carencia de algunas denominaciones. Así, el Banco de Portugal recibió 30 millones de billetes de 10 euros y 30 millones de billetes de 5 euros de la reserva central del Eurosistema; asimismo, el Banco de España recibió 37 millones de billetes de 10 euros. A mediados de diciembre Francia adquirió cien millones de monedas de 50 céntimos de euro de España.

La combinación de estos tres canales (cajeros automáticos, ventanillas y devolución del cambio) permitió una difusión muy rápida del euro entre el conjunto de la población: a partir del final de la primera semana de enero, la gran mayoría de los ciudadanos disponían de billetes y monedas en euros.

2.3. Utilización del euro en los pagos en efectivo

Durante los primeros días de enero ha habido una desconexión temporal entre el aprovisionamiento de los consumidores en euros y su utilización en las transacciones corrientes. En cierto modo, la mayoría de ciudadanos han procurado liquidar primero sus monedas nacionales antes de utilizar el euro. Afortunadamente, este fenómeno sólo ha sido pasajero, ya que los cajeros automáticos y las ventanillas proporcionaban euros a los consumidores y los comerciantes devolvían la moneda en euros. De esta forma, el circuito económico se ha visto rápidamente desprovisto de las antiguas moneda nacionales, respecto de las cuales los comercios y las ventanillas de los bancos han jugado un verdadero papel de "aspirador".

La parte del euro en los pagos en efectivo se establecía por término medio alrededor del 20% al final del día 2 de enero, del 40% al final del día 3, del 55% al final del día 4, del 66% al final del día 5, del 75% al final del día 7, del 85% al final del día 10, del 92% al final del día 12 y del 95% al final del día 16. Esta rápida progresión de los pagos en euros, unida a las medidas excepcionales tomadas por la mayoría de los grandes establecimientos (aumento del número de cajas abiertas, asignación de personal a trabajos de apoyo al personal de las cajas, etc.) permitieron evitar un alargamiento importante de los colas en los comercios. A este respecto, el sábado 5 de enero era un día clave: la prueba se superó con éxito en el conjunto de los Estados participantes, en los que los colas fueron normales. Esta observación no se ha visto modificada por el comienzo de las rebajas.

Parte de los pagos en euros en el total de los pagos en efectivo

>REFERENCIA A UN GRÁFICO>

Fuente: Ministerios de Hacienda y gran distribución. Estos datos deben considerarse indicativos.

La proporción de los pagos en efectivo en el volumen total de los pagos aumentó en la mayoría de Estados participantes durante las dos primeras semanas de enero, ya que los consumidores pretendían a la vez deshacerse de sus antiguas unidades monetarias nacionales y experimentar el euro. La situación comenzó a normalizarse durante la segunda quincena de enero. Por último, el paso al euro escritural no planteó problema particular: la conversión de las cuentas, de las tarjetas y de los terminales de pago electrónico se desarrolló globalmente de manera satisfactoria.

2.4. Recuperación de las antiguas unidades monetarias nacionales

Aunque la distribución de los billetes y monedas en euros se realizó a lo largo de un período de tres meses, la mayor parte de la retirada de los billetes y monedas nacionales se ha efectuado en algunas semanas, lo que ha provocado la saturación de los depósitos de los bancos y de los transportistas de fondos y retrasos muy significativos en la clasificación y el recuento (especialmente de las monedas) y, por consiguiente, en el crédito en cuenta de los comercios en los bancos comerciales y de éstos en los bancos centrales.

Más de un tercio de los billetes (en valor) en circulación al 31 de diciembre de 2001 habían sido recuperados por los bancos centrales al 11 de enero. El nivel del 50% se superó diez días más tarde, el 21 de enero. Al 8 de febrero, cerca de las tres cuartas partes de los billetes se habían recuperado. La circulación real de las antiguas monedas nacionales era realmente mucho más escasa de lo que estas cifras indican, ya que la saturación de los depósitos intermedios implicaba retrasos significativos en el recuento de los billetes por los bancos centrales. Por otra parte, a causa de la conservación por motivos "sentimentales", de pérdidas y de la posesión por turistas en el extranjero, probablemente no se recuperará nunca una parte de los billetes y sobre todo de las monedas. Por otro lado, conviene tener presente que el período de recuperación de los antiguos billetes y monedas nacionales es muy largo, e incluso ilimitado para los billetes en los bancos centrales de la mayor parte de los Estados participantes (véase cuadro en Anexo).

Retirada de los billetes nacionales (en valor) en % de los billetes en circulación al 31 de diciembre [10]

[10] Fuente: Banco Central Europeo.

>REFERENCIA A UN GRÁFICO>

>REFERENCIA A UN GRÁFICO>

Las operaciones de retirada de las monedas son en general más lentas: al 22 de enero de 2002, sólo un 27,9% de las monedas nacionales en valor (13,5% en volumen) habían sido recuperadas por los bancos centrales [11]. En dicha fecha, se habían retirado de la circulación efectiva gran parte de las monedas, pero permanecían almacenadas en espera de clasificación y recuento. Por otra parte, las operaciones de recogida de las monedas llevadas a cabo por las organizaciones caritativas siguen su curso. Ha de observarse que las operaciones de recuperación de las monedas ahorradas efectuadas en 2001 por numerosos Estados participantes han permitido la recuperación de un volumen de monedas con un valor equivalente al 9% de las monedas en circulación.

[11] Una parte significativa de los monedas nunca se recuperará.

Monedas nacionales en circulación, en valor (millones de euros) [12]

[12] Fuente: BCE.

>REFERENCIA A UN GRÁFICO>

Porcentaje de recuperación de las monedas nacionales en valor

>REFERENCIA A UN GRÁFICO>

Para facilitar las operaciones de retirada, varios bancos centrales flexibilizaron sus horarios de apertura con el fin de permitir a los transportistas de fondos intensificar sus servicios.

3. Restantes cuestiones vinculadas a la introducción del euro fiduciario

Entre éstas figuran la estabilidad de precios, la seguridad de las operaciones, la calidad de la fabricación de los billetes y monedas, la falsificación y la adaptación de las máquinas expendedoras automáticas.

3.1. Estabilidad de los precios tras el paso al euro

La Comisión había manifestado su temor de que la ausencia de un seguimiento estadístico rápido de la evolución de los precios llevara a dar al ciudadano la impresión errónea de un descontrol generalizado derivado de la introducción del euro. Este temor quedó confirmado por las encuestas efectuadas entre las asociaciones de consumidores y las organizaciones no gubernamentales de la red "Euro fácil" así como por la encuesta de Eurobarómetro realizada a finales de enero [13]: el 67% de los ciudadanos consideran que los precios se han redondeado la mayoría de las veces hacia arriba; el 28%, que las alzas y las bajas se compensan; y el 1,9%, que los precios se han redondeado generalmente hacia abajo. Los más pesimistas en cuanto a la subida de los precios son los alemanes y los franceses (76%), seguidos de los neerlandeses (72%) y de los irlandeses (71%). Los portugueses (49%) son los únicos que no están en su mayoría convencidos de la existencia de un descontrol de los precios derivado de la introducción del euro fiduciario.

[13] Flash 121, "Actitudes respecto del euro en la zona del euro", enero de 2002.

Las indicaciones publicadas por Eurostat el 1 de febrero confirman la ausencia de un descontrol general de los precios derivado del cambio de moneda: el efecto sobre la evolución mensual de los precios del paso al euro se estima comprendido entre el 0% y el 0,16%. Las escasas subidas asociadas al euro son generalmente imputables al sector de servicios. Es cierto que la inflación anual pasó del 2% al 2,7% entre diciembre y enero, pero esta evolución se puede atribuir casi en su totalidad a la combinación de la subida del precio de los productos petroleros y de las frutas y hortalizas (a causa de las malas condiciones climáticas) y al aumento de algunos impuestos.

En la encuesta de Eurobarómetro realizada a mediados de febrero, el 61% de las pequeñas y medianas empresas declararon haber convertido sus precios en euros de forma neutra, mientras que el 24% de las mismas declararon haber subido algunos precios y bajado otros. El número de empresas que declararon haber convertido hacia abajo (6%) es bastante similar al de las empresas que ajustaron sus precios al alza (8%).

Los acuerdos monetarios de estabilidad de precios, en especial el acuerdo europeo celebrado bajo los auspicios de la Comisión en abril de 2001, se han respetado bien en líneas generales.

3.2. Seguridad de las operaciones

La seguridad de las operaciones se ha garantizado del principio al final de manera muy satisfactoria. A pesar de un número sin precedentes de operaciones de transporte de fondos y de prácticamente la duplicación del número de billetes y monedas distribuido a los agentes económicos, el número de incidentes fue muy inferior al normal, lo que demuestra la eficacia de las medidas de seguridad aplicadas (escoltas, etc.).

Entre septiembre y diciembre de 2001, sólo se constataron 27 robos de billetes en euros y 17 robos de monedas en euros (de los cuales cerca de la tercera parte tuvo lugar en Alemania, en donde la predistribución había comenzado a principios del mes de septiembre). Como comparación, durante el año 2000 hubo 5 184 atracos con éxito en bancos en la zona del euro [14]. Así pues, los resultados obtenidos en materia de protección del euro pueden considerarse excepcionalmente buenos.

[14] Fuente: Federación Bancaria Europea.

3.3. Calidad de la fabricación de los billetes y monedas

Las normas vigentes para el control de calidad de la fabricación los billetes y monedas en euros resultaron muy eficaces. Sólo se detectaron algunos raros casos de falsificación de unos cuantos billetes de 5 euros en Francia, de 20 y 500 euros en Finlandia y de 100 euros en Grecia y Bulgaria (fabricados en los Países Bajos), y de algunas monedas de 1 céntimo de euro en Italia, de 20 céntimos de euro en Francia y de 2 euros en Austria. La probabilidad de recibir euros defectuosos es inferior a uno entre 500 millones para las monedas y a uno entre 200 millones para los billetes.

Un estudio alemán planteó la cuestión de la posible toxicidad de los pigmentos utilizados para la fabricación del billete de 10 euros. Las pruebas realizadas a petición del Banco Central Europeo concluyen que existe un riesgo para la salud únicamente en el caso de ingestión de más de 400 billetes. Distintos estudios han criticado la presencia de níquel en las monedas de 1 y 2 euros, alegando que la misma puede implicar un riesgo de alergia. Los trabajos científicos llevados a cabo hace algunos años a petición de la Comisión Europea demostraron claramente la ausencia de reacciones alérgicas provocadas por la utilización del níquel en las monedas [15].

[15] Conviene recordar que la composición de las monedas en euros fue definida por un Reglamento del Consejo Europeo de 1998, tras un extenso debate. El níquel se empleaba ampliamente en la fabricación de las monedas nacionales en Europa. Por razones técnicas, la utilización del níquel era indispensable en las monedas de 1 y 2 euros, ya que los otros metales no permiten llegar a un nivel de calidad equivalente. El 92% de las monedas en euros en circulación carecen de níquel, mientras que el 75% de las monedas nacionales contenían este metal.

3.4. Falsificación

Los billetes y monedas en euros están mejor protegidos contra la falsificación que cualquiera de las series de las antiguas monedas nacionales. Mientras que numerosos especialistas preveían la aparición de falsificaciones del euro a partir del 1 de enero, la realidad es que durante dicho mes no se detectó ningún caso. En enero, sólo se detectaron alrededor de 50 fraudes de pequeño alcance (utilización de billetes fotocopiados, de billetes obtenidos por escáner y a continuación impresos, recorte de pósters, etc.), cifra que es excepcionalmente baja (por término medio, en 2001 se descubrieron diariamente 2 000 copias de billetes nacionales). El resultado para las monedas también ha sido muy satisfactorio: en enero únicamente se detectaron dos copias de mala calidad.

En la mayoría de los casos, estas burdas falsificaciones se detectaron antes de entrar en circulación.

3.5. Adaptación de las máquinas expendedoras automáticas

A pesar de las reiteradas advertencias de la Comisión Europea, numerosos operadores de máquinas automáticas subestimaron en sus planes la velocidad de difusión de las monedas, previendo que el nivel del 50% de los pagos en efectivo en euros no se alcanzaría hasta la tercera semana de enero (mientras que este nivel se alcanzó ya al final de la primera semana). Ello se tradujo en frecuentes pérdidas de ventas y en algunos retrasos en la adaptación de los máquinas, que ha sido difícil subsanar rápidamente, debido a la disponibilidad limitada de personal cualificado.

>REFERENCIA A UN GRÁFICO>

Fuente: Ministerios de Hacienda. Datos indicativos.

Se han señalado algunos casos de rechazo por las máquinas expendedoras de monedas fabricadas en otros Estados de la zona del euro. Estos problemas se debían a una mala calibración de las máquinas, que se habían verificado únicamente en función de las monedas en euros fabricadas en el país y no del intervalo de tolerancia necesario para todas las series de monedas en euros fabricadas en la zona del euro.

3.6. Introducción material del euro en terceros países

Según el Banco Central Europeo, los bancos centrales del Eurosistema distribuyeron aproximadamente 4 000 millones de euros en diciembre de 2001 a 26 bancos centrales o establecimientos especializados situados fuera de la zona del euro [16]. Lamentablemente no hay datos disponibles sobre la predistribución capilar efectuada por los bancos comerciales, que probablemente ha sido el principal vector de alimentación de las instituciones financieras situadas en terceros países. Según información recibida de las delegaciones de la Comisión en alrededor de 40 países, los billetes en euros ya estaban disponibles en todas partes a partir de los primeros días de enero. Numerosos consumidores, particularmente en los países candidatos a la adhesión, han mostrado su curiosidad procurando obtenerlos.

[16] Los bancos activos en el mercado al por mayor de billetes podían ser prealimentados directamente.

Numerosos billetes de la zona del euro, particularmente alemanes, se conservaban o utilizaban en los países de Europa Central y Oriental. Su retirada se inició de forma masiva en 2001, especialmente a través de los depósitos en cuentas en divisas [17]. Las operaciones de cambio o de depósito en cuenta también fueron muy frecuentes en las primeras semanas de 2002. Según los datos recogidos por la Agrupación europea de cajas de ahorros, las devoluciones de billetes nacionales de la zona del euro en las redes financieras de los miembros de su asociación situados en Europa Central y Oriental se elevan a un valor de 333 millones de euros. Ha de observarse que en la República Checa, Hungría, Letonia y Lituania los ciudadanos han adquirido euros por un valor superior al de la moneda nacional devuelta, mientras que, por el contrario, los ciudadanos de Polonia, Albania, Bulgaria y Eslovaquia han adquirido euros por un valor inferior al de la moneda nacional devuelta, sin que sea posible determinar si el intercambio se ha realizado en beneficio de la moneda nacional o del dólar.

[17] Por ejemplo, según los bancos centrales de los países afectados, los depósitos en cuentas en divisas alcanzaron en el segundo semestre de 2001 un valor equivalente a 400 millones de euros en Kosovo (el 25% de su PNB nominal) y de 3 000 millones de euros en Croacia (el 15% de su PNB nominal).

4. Reacciones de los ciudadanos frente al euro

La encuesta tipo "flash" de Eurobarómetro, de la Comisión (realizada entre el 21 y el 31 de enero de 2002) permite aclarar las reacciones de los ciudadanos ante el euro y poner de relieve posibles diferencias nacionales. Los resultados pueden agruparse en cuatro categorías:

4.1. Valoración de la eficacia de la fase preparatoria de la introducción del euro

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Por término medio, las tres cuartas partes de los ciudadanos se consideraban bien o muy bien preparados al 1 de enero de 2002 (26% muy bien preparados, 48% bien preparados). Los más confiados eran los neerlandeses (90%), los belgas (85%) y los franceses (80%); y los menos confiados, los portugueses (62%) y los españoles, los italianos y los griegos (67%). Los trabajadores autónomos y los empleados (81%) se consideraban mejor preparados que los obreros (76%) y los inactivos (66%).

La valoración de las políticas activas de concienciación sobre el euro es muy positiva. Alrededor del 58% de los ciudadanos estiman que el paso anticipado de las cuentas bancarias al euro ha contribuido a familiarizarlos con su nueva moneda, el 59% piensan lo mismo en relación con la conversión anticipada de las facturas de los servicios públicos y el 77% en lo que se refiere a la doble indicación de precios.

4.2. Confianza de los ciudadanos en el manejo de los euros

A finales de enero, la transición al euro planteaba aún algunas dificultades a un ciudadano de cada cinco y muchas dificultades a un ciudadano de cada treinta y cinco (2,8%). En ocho países (D, E, IT, L, NL, A, P y FIN), la mayoría de los encuestados han declarado no encontrar ninguna dificultad. Los dos países donde la población dice encontrar globalmente más dificultades son Francia (38%) y España (25%). Los Países Bajos se distinguen por la práctica ausencia de dificultades de la población (3,2%), resultado debido muy probablemente a la importancia de los esfuerzos de comunicación [18]. Las mujeres tienen por término medio más dificultades que los hombres (25% frente a 18%). Globalmente, estos resultados pueden darse por excelentes en el conjunto de los países.

[18] El presupuesto de Comunicación del Gobierno neerlandés para el período 1996-2001 fue de 67,7 millones de euros, lo que representa 4,40 EUR por habitante. A efectos de comparación, el presupuesto medio de las campañas de los países de la zona del euro es de 1,05 EUR por habitante.

Pregunta: ¿El paso al euro le plantea aún: muchas dificultades, algunas dificultades, pocas dificultades o ninguna dificultad-

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La mayoría de los ciudadanos (57%) no tiene dificultad para distinguir las monedas en euros o para manejarlas (66%). Sólo los irlandeses afirman mayoritariamente tener problemas para utilizarlas (55%). Las personas de más de 55 años (44%) tienen por término medio más dificultades para distinguirlas que las personas de menos de 24 años (30%).

Los billetes plantean en general muchas menos dificultades que las monedas: un 93% de los ciudadanos no tienen problemas para distinguirlos y el 91% no tienen dificultad para manejarlos.

Más de tres cuartas partes de los ciudadanos (77%) no tienen la impresión de que el paso al euro haya inducido una modificación de su comportamiento de compra; uno de cada siete (15%) piensa haber comprado menos, y uno de cada 14 piensa haber comprado más. Irlanda se distingue por su elevada proporción de consumidores que han declarado haber modificado su volumen de compra (37%). Por término medio, un mayor número de mujeres que de hombres ha declarado haber modificado su comportamiento de compra (24% frente a 19%), esencialmente por prudencia (17,5% dicen haber comprado menos). No hay diferencias significativas en función de la edad o el nivel de educación.

Los consumidores experimentan todavía algunas dificultades para memorizar los precios en euros y apreciar la nueva escala de valor. Así, cuando hacen sus compras, los consumidores siguen contando mentalmente en su mayoría en moneda nacional (45%), mientras que un 35% lo hace tanto en una moneda como en otra, y un 18%, en euros. Irlanda y Portugal son los dos únicos países donde más ciudadanos declaran contar en euros que en su antigua moneda nacional. Los hombres tienden a contar mentalmente en euros más a menudo que las mujeres (21% frente a 15%); y las personas de más de 55 años (23%), más a menudo que los menores de 24 años (16%).

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Los ciudadanos hacen un uso moderado de las calculadoras y convertidores: el 41% no los utilizan nunca; el 34% los utilizan a veces; el 15%, a menudo; y el 10%, siempre. Los franceses (41%), los griegos (35%) y los irlandeses (34%) se distinguen por una utilización más frecuente o sistemática, debido probablemente a la complejidad de su tipo de conversión.

Acerca de la conveniencia o no de continuar con la doble indicación de precios, la mayoría de los ciudadanos (54%) desea que los comerciantes dejen de practicarla al término del período de doble circulación, que los bancos dejen de hacer figurar el contravalor de las cantidades en moneda nacional (59%) y que el contravalor deje de figurar igualmente en las facturas (58%). Sin embargo, los resultados varían sensiblemente de un país a otro. Por ejemplo, los franceses (64%), los irlandeses y los finlandeses (56%) y los españoles (50%) desean mayoritariamente una continuación de la doble indicación de precios en los comercios, mientras que la mayoría de alemanes (65%), de neerlandeses y de luxemburgueses (64%) y de italianos (60%) la rechazan. No hay diferencias significativas en las respuestas en función de la edad o el nivel de educación.

4.3. Valoración global de los ciudadanos sobre la transición al euro

Aproximadamente el 60% de los ciudadanos consideran que el paso al euro les aportará personalmente más ventajas que inconvenientes . La proporción es especialmente elevada en Luxemburgo (79%), Irlanda (75,8%) y Portugal (71,1%), y está muy por debajo de la media en dos países: Alemania (49%) y Austria (45%). Los mayores de 55 años (52%) son claramente menos optimistas que los menores de 24 años (71%). Cerca de los dos tercios de los ciudadanos (64%) dicen sentirse más europeos gracias al euro.

La valoración de las operaciones de introducción del euro fiduciario es extremadamente positiva: más del 80% de los ciudadanos estiman que las mismas se han desarrollado bien o muy bien.

Pregunta: ¿Tiene la impresión de que en su país las operaciones de paso al euro se han desarrollado: muy bien, bien, mal, o muy mal-

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Por último, más de dos tercios de los ciudadanos de la zona del euro se manifiestan contentos o muy contentos de que el euro se haya convertido en su moneda, resultado excepcionalmente elevado que confirma la adhesión entusiasta de los europeos a su moneda. Alemania, Grecia y Austria se distinguen por una proporción de descontento superior a la media, mientras que la satisfacción es particularmente elevada en Irlanda (85%), Bélgica (83%), Italia (82%) y Luxemburgo (81%). Los hombres (73%) están por término medio más satisfechos del cambio de moneda que las mujeres (61%); y los menores de 24 años (78%), más que los mayores de 55 años (61%).

Pregunta: Pensándolo bien, ¿está personalmente muy contento, contento, descontento o muy descontento de que el euro se haya convertido en nuestra moneda-

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Las campañas informativas de los Estados participantes, cofinanciadas por la Comisión, se proseguirán aún durante algunos meses a fin de apoyar los esfuerzos de aprendizaje de los ciudadanos.

5. Adaptación de las PYME al euro

De forma general, los temores asociados a una posible preparación deficiente de las PYME no se han materializado, Los importantes esfuerzos emprendidos por las administraciones nacionales, los bancos y las asociaciones profesionales para sensibilizar a las empresas han dado sus frutos. La encuesta de Eurobarómetro realizada a mediados de febrero 2002 ofrece un cuadro muy satisfactorio que contrasta con las encuestas precedentes; numerosas PYME parecen haber logrado el paso al euro a última hora.

Las respuestas recibidas pueden agruparse en tres categorías:

- Grado de preparación de las PYME al 1 de enero,

- Dificultades encontradas,

-Valoración global de las PYME sobre su paso al euro.

5.1. Grado de preparación de las PYME al 1 de enero de 2002

Los resultados son globalmente muy satisfactorios: el 95% de las PYME llevan su contabilidad en euros, el 96% establecen sus precios en euros y el 97% expresan sus facturas en euros. Existen pocas diferencias entre los Estados participantes. Los resultados son ligeramente mejores cuando aumenta el tamaño de la empresa.

Cerca del 84% de las pocas empresas que no han pasado su contabilidad al euro tienen la intención de hacerlo antes de finalizar el mes de febrero. Lo mismo hay que decir del 81% de dichas empresas en lo que se refiere al establecimiento de los precios y del 87% en lo relativo a la facturación.

>REFERENCIA A UN GRÁFICO>

Menos del 9% de las empresas han recibido en 2002 documentos en los que no figuraba el valor en euros (listas de precios, facturas, etc.). La ausencia del valor en euros es particularmente rara en Portugal (4,2%) y en Bélgica (5,3%). Es mucho más frecuente en Irlanda (12,7%) y sobre todo en los Países Bajos (20,8%). Se trata en general de facturas (68% de los casos), de ofertas comerciales (35%), de pagos (18%) y mucho menos frecuentemente de documentos fiscales (6%) o sociales (6%). En la gran mayoría de casos, estos documentos no adaptados al euro eran enviados por proveedores.

5.2. Dificultades prácticas encontradas en la transición al euro

Más del 85% de las PYME, ha manifestado no haber encontrado dificultades prácticas en su transición al euro. El resultado es relativamente satisfactorio en el conjunto de Estados participantes. Las empresas de menos de 10 trabajadores han encontrado menos dificultades (14%) que las de más de 50 trabajadores (21%).

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Los escasos problemas encontrados han estado generalmente relacionados con los sistemas informáticos (36%), la fijación o indicación de los precios (25%) o la facturación (19%). A la pregunta de quién les ha ayudado más en su preparación, las PYME citan en primer lugar a los bancos (31%), seguidos de los expertos contables y los centros de gestión (29%) y las cámaras de comercio e industria oficios (9%). El Estado sólo lo mencionan un 4% de las empresas, con la notable excepción de Irlanda (26%).

Pregunta: ¿Quién le ha ayudado más en la preparación del paso al euro-

>REFERENCIA A UN GRÁFICO>

5.3. Valoración global del paso al euro

Las PYME no han tenido "malas sorpresas" con motivo de su paso al euro; alrededor del 60% de las empresas estiman que el paso al euro se ha efectuado según lo previsto, mientras que el 35% estiman que ha sido más fácil de lo previsto.

Cerca de las dos terceras partes de las empresas piensan que el paso al euro no afectará a su actividad, mientras que algo más de una empresa de cada cinco estima que tendrá un efecto positivo.

6. Anexo

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