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El papel de la UE en la salud mundial

La Unión Europea (UE) se compromete a reforzar su acción para proteger la salud fuera de sus fronteras y, en particular, en los países en desarrollo. De hecho, la Comisión ha identificado varios campos en los que la acción europea e internacional podría ser más eficaz: la gobernanza mundial, la cobertura sanitaria universal, la coherencia de las políticas vinculadas a la salud, la investigación, el acceso a los nuevos conocimientos y tratamientos.

ACTO

Comunicación de la Comisión al Consejo, el Parlamento Europeo, el Comité Económico y Social y el Comité de las Regiones – Papel de la UE en la salud mundial [COM(2010) 128 final - no publicada en el Diario Oficial].

SÍNTESIS

La Comisión presenta los principios que deben mejorar la acción de la Unión Europea (UE) en materia de protección de la salud mundial.

La protección de la salud en los países que no son miembros de la UE tiene por objeto, fundamentalmente, prevenir los riesgos sanitarios y reducir las desigualdades en materia de acceso a los servicios sanitarios. Asimismo, las acciones que se toman en este ámbito deben tener en cuenta un conjunto de factores sociales, económicos y medioambientales.

Mejorar la gobernanza mundial

La Comisión recomienda coordinar mejor las diferentes acciones tomadas por los Estados o grupos de Estados, a escala:

  • mundial, para defender una postura única dentro de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU);
  • regional, para desarrollar los intercambios y las redes entre Estados vecinos;
  • nacional, para apoyar las políticas públicas y el control de los fondos públicos, así como las interacciones con otros ámbitos (tales como la educación, la juventud, la familia, etc.).

Desarrollar una cobertura sanitaria universal

En los países más pobres debería establecerse una cobertura universal de los servicios sanitarios. Por ello, la UE debería aumentar su Ayuda Pública al Desarrollo (APD), además de reforzar su eficacia y su carácter previsible. La Comisión también recomienda:

  • concentrar la mayor parte de la ayuda en los países y las poblaciones más frágiles;
  • reforzar la eficacia y la igualdad de los sistemas de salud, así como su funcionamiento en términos de personal, acceso a los medicamentos, infraestructuras, logística y gestión descentralizada;
  • tener recurso a las iniciativas mundiales y a las instituciones financieras internacionales, así como a las financiaciones innovadoras.

Aumentar la coherencia de las políticas

Los imperativos de la política sanitaria deben tenerse en cuenta en otros ámbitos, tales como:

  • el comercio, especialmente en lo relativo a los derechos de propiedad intelectual, el acceso a los medicamentos esenciales, la apertura a la competencia de los medicamentos genéricos y la lucha contra la falsificación;
  • la gestión de los flujos migratorios, que no deben poner en peligro la disponibilidad de los profesionales de la salud en los países en desarrollo;
  • la defensa y la seguridad, para responder mejor a las situaciones de fragilidad y dar una respuesta precoz a los riesgos sanitarios internacionales;
  • la seguridad alimentaria, la ayuda alimentaria y la nutrición, gracias a políticas públicas y al seguimiento del estado nutricional de la población;
  • el cambio climático, el objetivo de proteger la salud debe tenerse en cuenta durante la atribución de nuevas financiaciones.

También debe prestarse especial atención a los ámbitos de la educación y la juventud.

Investigación e innovación

El acceso a los servicios sanitarios, a las tecnologías médicas y a los medicamentos debe beneficiar al mayor número de personas. De este modo, las estrategias de investigación e innovación deben estar orientadas hacia:

  • el refuerzo del proceso de investigación en su conjunto, en las fases de innovación, aplicación, acceso, control y evaluación;
  • la recogida de datos y de estadísticas comparables a escala mundial, en colaboración con los organismos nacionales e internacionales que actúan por la salud mundial (OMS, OCDE, etc.);
  • la mejora de la difusión de información factual, incluidos los riesgos, la seguridad alimentaria, los alimentos para animales, los productos farmacéuticos y los dispositivos médicos.

Optimizar las competencias

La UE debe poner en marcha mecanismos que permitan optimizar:

  • la acción europea en los países de la UE y los países exteriores, en particular dentro de una plataforma de intercambio de información, y gracias a la elaboración de posturas comunes a los países de la UE y la Comisión;
  • el seguimiento de la ayuda europea y de la aplicación del Código de Conducta de la UE sobre la División del Trabajo en el ámbito de la salud;
  • el diálogo entre los principales actores internacionales, en asociación con las agencias de la ONU y las instituciones financieras internacionales.

Contexto

La adopción de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) en 2000 permitió avanzar en la reducción de la pobreza en el mundo. Sin embargo, los progresos realizados por los países en desarrollo son desiguales y, a menudo, insuficientes.

De este modo, la comunidad internacional ha reforzado su compromiso a favor de los tres ODM relativos a la salud (reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir las enfermedades, especialmente el VIH/SIDA y el paludismo).

Última modificación: 11.05.2010

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