ES

NAT/891

Gestión sostenible del agua y emergencia climática
– Pacto Azul

DICTAMEN

Sección de Agricultura, Desarrollo Rural y Medio Ambiente

Gestión sostenible del agua y emergencia climática: soluciones circulares y de otro tipo para el sector agroalimentario de la UE en un futuro «Pacto Azul»

[Dictamen de iniciativa]

Contacto

nat@eesc.europa.eu

Administradora

Gaia BOTTONI

Fecha del documento

3 de julio de 2023

Ponente: Josep PUXEU ROCAMORA

Coponente: John COMER

Decisión de la Asamblea

23/01/2023

Base jurídica

Artículo 52, apartado 2, del Reglamento interno

Dictamen de iniciativa

Órgano competente

Agricultura, Desarrollo Rural y Medio Ambiente

Aprobado en sección

28 de junio de 2023

Resultado de la votación
(a favor/en contra/abstenciones)

53/0/1

Aprobado en el pleno

DD.MM.AAAA

Pleno n.º

Resultado de la votación
(a favor/en contra/abstenciones)

…/…/…



1.Conclusiones y recomendaciones

1.1El cambio climático está alterando los patrones de precipitación en la Unión Europea, con el consiguiente impacto en la cantidad de agua de que se puede disponer para la agricultura. Esto da lugar no solo a una disminución de la producción vegetal, sino también a una mayor competencia entre los diferentes usos de consumo (población, industria y agricultura). Además, las actividades humanas también están afectando a la calidad del agua, ya que generan una mayor presencia de nutrientes y contaminantes.

1.2La política agrícola común, la Estrategia «De la Granja a la Mesa» y la Estrategia sobre Biodiversidad han establecido objetivos para lograr una producción sostenible de alimentos y proteger los ecosistemas. Para alcanzar estos objetivos, el sector agroalimentario requiere el mantenimiento de las zonas y las estructuras de producción rurales, el apoyo a los productores a nivel local, una gestión sostenible de la tierra y el agua, y una autonomía estratégica abierta. El agua es un recurso fundamental para la producción de alimentos y, por lo tanto, garantizar el acceso a agua de calidad suficiente y su gestión sostenible es esencial para asegurar una producción alimentaria adecuada y sostenible en la Unión Europea. Todos los regímenes de la PAC deberían fomentar una gestión sostenible y eficiente del agua e integrar indicadores en cada Estado miembro para supervisar los avances en la gestión del agua.

1.3La gestión sostenible del agua debe centrarse en la gestión del suministro y adoptar medidas que garanticen la disponibilidad de agua para todos los usuarios. La gestión del suministro debe incluir necesariamente la optimización de la eficiencia, la reducción de las pérdidas, la priorización de los usos, la eliminación de los usos ilegales, la adopción de medidas para garantizar la sostenibilidad de todo el sistema y, por último, la adopción de un conjunto de enfoques acordes con las estrategias para consolidar una producción suficiente de alimentos en la UE.

1.4El CESE pide normas específicas sobre el uso del agua en diversos sectores económicos, como la agricultura y la industria, mediante la creación de una estructura de gobernanza que elabore directrices sectoriales sobre el uso del agua, en el que debería participar el CESE.

1.5Las tecnologías desempeñan un papel decisivo a la hora de garantizar el agua para la producción agrícola. Deben preverse recursos presupuestarios adecuados y suficientes para la investigación y la adaptación de los conocimientos en materia de genómica, a fin de desarrollar cultivos más resistentes y adaptados a las condiciones climáticas. También serán necesarios recursos para promover nuevas técnicas de transformación del agua, como la reutilización y la desalinización. A este respecto, el CESE propone promover las medidas necesarias para desarrollar nuevas tecnologías, al mismo tiempo que se respetan los ecosistemas en los que se aplican y se otorga prioridad a las consideraciones medioambientales.

1.6Los precios de la energía condicionan la introducción de nuevas tecnologías, cuyo funcionamiento está estrechamente vinculado al uso de combustibles fósiles. El CESE aboga por la descarbonización de la agricultura, el ajuste de los precios agrícolas en el sector primario y el uso intensivo de fuentes de energía renovables para reforzar el nexo entre energía, agua y alimentación.

1.7El cambio climático implica mayores temperaturas, un aumento de la evapotranspiración y un incremento considerable de los fenómenos meteorológicos extremos, que provocará sequías, inundaciones, tormentas e incendios. Estos problemas tienen efectos profundamente destructivos para la producción agrícola y la ganadería. Es necesario un plan estratégico que utilice conocimientos especializados científicos y tecnológicos y que garantice la disponibilidad de agua salubre para la agricultura en toda la UE. Deberán elaborarse planes específicos para las áreas locales y las regiones que sufren sequías e inundaciones persistentes. Serán necesarios un presupuesto específico independiente y líneas de apoyo así como un Reglamento de la UE que asigne recursos destinados a posibilitar y facilitar planes centrales, regionales y locales para un suministro adecuado de agua. Estos planes deberán garantizar la construcción y el mantenimiento de infraestructuras hídricas adecuadas en todos los territorios de la UE.

2.Contextualización de la agricultura europea

2.1El objetivo del presente Dictamen de iniciativa es el de analizar el binomio agua-agricultura en el ámbito de la Unión Europea, en relación con la emergencia climática y con las repercusiones en la seguridad y sostenibilidad alimentarias en el futuro. El Dictamen plantea elementos de reflexión sobre la incidencia de los fenómenos meteorológicos extremos, así como sobre los efectos de las diferentes políticas y normativas comunitarias. Describe la urgencia que reviste la gestión sostenible del agua, así como los problemas específicos que afectan al agua en la agricultura de la UE, y avanza propuestas para consolidar la autonomía alimentaria de la UE, así como las aportaciones de agua en cantidad y calidad adecuadas para alcanzar este objetivo.

2.2La agricultura es un sector estratégico en la Unión Europea, que trasciende su importancia socioeconómica. Se estima que el 30 % de la superficie agrícola productiva de la UE es de regadío, aunque este porcentaje se eleva en los países del sur, debido a la particularidad de sus condiciones climáticas, y puede alcanzar el 70 % en algunas regiones 1 .

3.Escasez de agua y principales retos para el sistema agroalimentario de la UE

3.1La producción agrícola depende de la disponibilidad de agua. A su vez, la agricultura repercute tanto en la cantidad de agua como en su calidad, bien sea a través de la contaminación difusa por uso de fertilizantes y plaguicidas, como por el hecho de que provoca la intrusión salina en los acuíferos litorales sobreexplotados. Se estima que el 20 % de la tierra de Europa y el 30 % de su población se ven afectados por la escasez de agua cada año 2 , y se espera que el estrés hídrico se incremente significativamente en el ámbito de la UE en los próximos diez años 3 .

3.2Con datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente, los recursos hídricos renovables en el ámbito de la Unión Europea han disminuido, pasando de 3.219 km3 en 2010 a los 2.883 km3 en 2020 4 . Esta situación se verá afectada negativamente por aumento previsto de las temperaturas y la mayor evapotranspiración, que intensificarán la demanda de agua para la agricultura y la competencia entre diferentes usos.

3.3En los últimos cincuenta y cinco años, en el conjunto de la UE se ha registrado un descenso del 17 % en los recursos hídricos renovables per cápita 5 . Aunque ello puede explicarse en parte por el crecimiento de la población, también es cierto que la presión ejercida por la actividad económica —incluida la agrícola— y el cambio climático está agravando la escasez de agua estacional y anual en muchas regiones de la UE.

3.4En el período 2010-2016, el agua superficial representó el 54 % del agua utilizada para la agricultura en la UE, mientras que el agua subterránea representó el 39 %. El agua reciclada representó el 4 % y la desalación el 3 % 6 . Estos porcentajes pueden variar significativamente de un Estado miembro a otro, en función de sus condiciones climáticas. La apuesta por la reutilización del agua residual depurada constituye un elemento de la economía circular, en particular porque en la UE únicamente se reutilizan cada año cerca de 1.100 hm³ de aguas residuales (aproximadamente el 0,4 % de las captaciones anuales de agua dulce de la UE) 7 .

3.5La agricultura es a la vez una de las principales causas y una víctima de la escasez de agua. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la agricultura representa casi el 70 % de todas las tomas de agua, y este porcentaje puede ascender hasta el 95 % en algunos países en desarrollo 8 . Sin embargo, en muchos países la eficiencia en el riego es baja.

3.6Aunque la huella hídrica de la producción agraria en la UE está disminuyendo, sigue siendo significativa en áreas con alta intensificación agrícola y en aquellas en las que existe una mayor presión sobre los recursos hídricos. Esto también puede frenar el surgimiento de actividades de diversificación, como la acuicultura en agua dulce y la alguicultura, que podrían proporcionar fuentes de ingresos adicionales en determinadas zonas rurales de la UE, pero que dependen de la disponibilidad de al menos una cantidad mínima de agua.

3.7La escasez de agua está cambiando el concepto del agua como recurso, así como los modelos de gestión existentes. El agua debe entenderse como un recurso básico para la vida, por lo que debe gestionarse como un bien económico escaso de alto valor. En la actualidad, los paradigmas de gestión basados en la demanda son difíciles de aplicar y deben evolucionar hacia la gestión de la oferta, de conformidad con criterios de seguridad y sostenibilidad.

3.8Los problemas en la gestión de los recursos no solo se deben a la falta de herramientas de planificación o gestión, o a conflictos de intereses entre los distintos agentes, sino que a menudo obedecen al mal estado de las infraestructuras de riego y los sistemas de drenaje, que conducen a la pérdida de agua y a la ineficiencia del uso del agua.

3.9La agricultura en los Estados miembros del sur de la UE se enfrenta a una serie de retos directamente relacionados con la escasez de agua, en particular sequías prolongadas, más intensas en las regiones mediterráneas; disponibilidad y distribución desigual del agua; competencia por el agua, especialmente para usos urbanos y derivados de la intensidad turística. En los Estados miembros del norte de la UE está más presente el problema de la contaminación provocada por la agricultura intensiva y el uso de nutrientes y pesticidas. Además, la existencia de vías navegables y rutas de transporte que requieren flujos mínimos para mantener su eficacia introduce una mayor competencia entre los posibles usos alternativos de un recurso cada vez más escaso.

3.10La autonomía estratégica abierta en el sector agroalimentario, tal como ya la definió el CESE 9 , es una consideración que debe tenerse muy en cuenta. Pueden utilizarse diferentes indicadores para cuantificar la autonomía alimentaria de la UE. Sin embargo, aunque la tasa de autonomía alimentaria de la UE es elevada, la manera de determinarla adolece de excesiva generalización, ya que es muy variable según los diferentes tipos de alimentos y regiones, y existen notables déficits en producción de cereales, soja y aceites vegetales.

3.11La Comisión Europea, en su Informe sobre prospectiva estratégica de 2021, considera que garantizar unos sistemas alimentarios sostenibles y resilientes es uno de los ámbitos estratégicos clave para reforzar el liderazgo de la UE, y menciona la necesidad de invertir en innovación para salvaguardar unos sistemas alimentarios resilientes y sostenibles.

3.12Debe garantizarse el uso eficiente del agua verde, entendida como la parte de las precipitaciones que penetra y se infiltra en el suelo. El papel clave del suelo en la filtración y absorción de agua debe reforzarse apoyando políticas de regeneración del suelo.

3.13La apuesta por la economía circular en los usos del agua (reciclaje de aguas negras y aguas residuales urbanas para riego), así como los sistemas más tecnológicos (desalación), son referencia en algunos países productores del sur de Europa. Sin embargo, ambas soluciones son muy intensivas en consumo de energía eléctrica y pueden ser perjudiciales para el suelo y los cultivos. El agua reciclada debe tratarse adecuadamente y debe darse prioridad a garantizar un agua segura para la agricultura. Además, la energía necesaria procede de diferentes sistemas de generación, no siempre renovables. El CESE pide la descarbonización de la gestión circular del agua y la generalización del uso de fuentes de energía alternativas para reforzar el nexo entre energía, agua y alimentación.

3.14Esta dependencia eléctrica se ha visto penalizada durante 2022 por el incremento de los precios de la energía, lo que ha tenido una influencia determinante en el coste de la producción, en especial en las regiones costeras mediterráneas en las que el déficit hídrico estructural obliga a la utilización de estas soluciones tecnológicas.

3.15La gestión de las aguas superficiales transfronterizas afecta no solo a la cantidad de recursos aguas abajo, sino también a su calidad. Independientemente de las disposiciones de la Directiva marco sobre el agua (DMA) 10 y de la obligación existente de establecer una planificación integrada a nivel de cuenca hidrográfica, es evidente que hay margen de mejora en los mecanismos de gestión de este tipo de agua, ya sea a través de nuevos organismos especializados o mediante un mayor desarrollo de la legislación reguladora.

3.16Los vertidos incontrolados a las masas de agua como consecuencia de determinadas actividades industriales tienen efectos negativos para la salud y la seguridad alimentaria, además de suponer un coste para la sociedad en su conjunto. El CESE mantiene su compromiso con el desarrollo de industrias neutras desde el punto de vista climático, con emisiones controladas, que sufraguen los costes medioambientales de su producción.

4.Políticas nacionales y de la UE vigentes

4.1El marco regulador esencial de la UE aplicable a los aspectos cuantitativos y cualitativos del agua y la agricultura está constituido por la DMA y la política agrícola común (PAC) 11 . Entre los objetivos específicos propuestos por la nueva PAC figuran promover el desarrollo sostenible y la gestión eficiente de recursos naturales tales como el suelo, el aire y, por supuesto, el agua. Además, el agua es el Objetivo de Desarrollo Sostenible n.º 6 de las Naciones Unidas, cuyas metas hacen referencia a la eficiencia hídrica y a la gestión integrada del agua.

4.2La DMA señala que el agua es un recurso natural que debe protegerse, conservarse y gestionarse de manera sostenible. A tal fin, se establece un marco de gestión, ya sea directa o en régimen de concesión, en función de los distintos territorios; este marco de gestión tiene por objeto garantizar una gestión integrada y sostenible del agua a escala de la UE.

4.3El marco financiero plurianual para el período 2021-2027 asigna un total de 386 600 millones EUR a la PAC, para su distribución entre los diferentes Estados miembros y su aplicación a diferentes políticas del primer y segundo pilar. El CESE aboga por la creación de un presupuesto y unos fondos específicos para el agua, tal como se expone en el Dictamen Aspectos económicos de un «Pacto Azul de la UE» 12 .

4.4La mayoría de los pagos directos de la PAC, así como algunos pagos del segundo pilar, están sujetos a normas de condicionalidad que abarcan requisitos legales de gestión, y a normas de buenas condiciones agrarias y medioambientales que imponen prácticas agrícolas sostenibles, entre ellas los procedimientos de gestión integrada del agua para riego. Sin embargo, se ha comprobado que la mayoría de los pagos son neutros por lo que respecta al riego 13 . Todos los regímenes de la PAC deberían fomentar una gestión sostenible y eficiente del agua e integrar indicadores en cada Estado miembro para supervisar los avances en la gestión del agua.

4.5Algunos Estados miembros usan la financiación de la UE para apoyar cultivos intensivos en agua en zonas con estrés hídrico, sin introducir salvaguardias, utilizando la ayuda asociada voluntaria para mantener o incrementar la producción de determinados cultivos, en sectores intensivos en agua, concentrados en los países del sur. El CESE considera que es necesario respetar la gestión sostenible del agua y el análisis de costes y beneficios para garantizar no solo la sostenibilidad, sino también la eficiencia en el uso de los recursos hídricos.

4.6Todos los Estados miembros deberían mantener un registro de las captaciones de agua superficial y subterránea y del almacenamiento de aguas superficiales y los usuarios del agua deberían disponer de autorización antes de extraer o almacenar agua. Todos los Estados miembros deberían reforzar y hacer más rigurosos los sistemas de control para detectar y sancionar el uso ilegal del agua.

4.7El Tribunal de Cuentas de la UE estima que la recuperación de los costes de los servicios relacionados con el agua en la agricultura es incompleta debido, principalmente, a que los costes medioambientales y los relativos a los recursos no se reflejan de manera adecuada en los precios del agua. Según la Comisión, esto representa un coste oculto para la sociedad y limita los potenciales ingresos que podrían utilizarse para financiar medidas orientadas a la aplicación eficiente de la DMA.

4.8El principio de unidad del mercado europeo no se cumple en el caso del agua. Los usuarios pagan precios muy diferentes por servicios similares, dependiendo del Estado miembro e incluso de la ubicación específica del servicio en un Estado miembro. En vista de ello, sería beneficioso promover una metodología de la UE para racionalizar y normalizar los sistemas de tarificación del agua 14 .

4.9En particular, el CESE pide normas específicas sobre el uso del agua en diversos sectores económicos, como la agricultura y la industria, mediante la creación de una estructura de gobernanza que elabore directrices sectoriales sobre el uso del agua, en el que debería participar el CESE 15 .

4.10El incremento medio de los precios de la alimentación y los insumos es imputable a diversas circunstancias 16 . Sin embargo, la actual situación de inflación implica que las contribuciones de la PAC se han reducido en términos reales de forma muy significativa. Deberán adoptarse medidas presupuestarias adecuadas para corregir la situación y restablecer el alcance económico de los objetivos de la UE.

5.Propuestas, soluciones y respuestas a largo plazo

5.1La escasez de agua y la emergencia climática son dos de los mayores desafíos que enfrenta el sistema agroalimentario de la UE en la actualidad. Para abordar estos desafíos y garantizar la sostenibilidad a largo plazo de la producción de alimentos en Europa, se requieren soluciones circulares y otras soluciones innovadoras. El concepto de «Pacto Azul» se ha propuesto como un marco para abordar estos desafíos, basado en la experiencia y los principios del «Pacto Verde» de la UE.

5.2Garantizar una autonomía estratégica abierta en el sector agroalimentario en la UE debe ser un objetivo prioritario. Por tanto, es necesario apostar por el mantenimiento de la producción agraria de la UE, desarrollar políticas que fomenten las tipologías de cultivos en los que se hayan detectado déficits y ajustar el balance de la producción excedentaria.

5.3La mencionada garantía de la producción agraria pasará, necesariamente, por asegurar la cantidad y calidad del agua, sin por ello renunciar a políticas de fomento de la reducción de la huella hídrica. Las políticas de fomento del ahorro de agua en la producción permitirán disponer de mayores recursos, sin afectar a la sostenibilidad del ciclo hidrológico.

5.4Para reducir la huella hídrica de la agricultura en la UE se requiere una combinación de tecnologías, prácticas agrícolas sostenibles, gestión sostenible y eficiente del agua y políticas públicas efectivas que promuevan la sostenibilidad en el sector agroalimentario.

5.5En este contexto, se considera necesario seguir promoviendo políticas que incentiven la eficiencia en el riego y en el uso del agua en general, tanto en el ámbito de la PAC como en otros fondos de la UE. Deberá avanzarse en la aplicación de prácticas agrícolas sostenibles, en la utilización de tecnologías que permitan un uso más eficiente del agua y en el desarrollo de cultivos más resistentes a la sequía y las inundaciones. Sin los recursos presupuestarios necesarios, no será posible construir sistemas agroalimentarios resilientes y sostenibles en Europa.

5.6La gestión sostenible de los recursos hídricos en las zonas rurales, a través de la implementación de medidas como la restauración de los humedales, la creación de zonas de amortiguamiento y la mejora de la calidad del agua de los ríos y lagos, puede contribuir a reducir la huella hídrica de la agricultura en la UE. Los planes hidrológicos de cuenca de las diferentes cuencas hidrográficas deberán tener en cuenta estas cuestiones, y el CESE insta a la Comisión y a los Estados miembros a que garanticen el cumplimiento de estas obligaciones.

5.7La innovación y la investigación, centradas en el desarrollo de tecnologías y prácticas agrícolas más eficientes y sostenibles en el uso del agua, deberán presupuestarse adecuadamente. También es importante impulsar el desarrollo de políticas y prácticas que promuevan la agricultura de precisión, la gestión sostenible del suelo y la capacidad del suelo para retener el agua así como la adaptación del conocimiento genómico de las plantas y las semillas.

5.8Reducir el desperdicio de alimentos puede reducir la cantidad de agua necesaria para la producción de alimentos. Se puede lograr a través de campañas que fomenten la educación de los consumidores, la mejora de la gestión de la cadena de suministro y la promoción de tecnologías innovadoras de conservación de alimentos.

5.9Los Estados miembros deberían aplicar políticas de precios del agua transparentes que incentiven la eficiencia y el ahorro y garanticen que todas las categorías de usuarios del agua contribuyen adecuadamente a la recuperación de costes, en virtud de los principios de la DMA.

5.10Se entiende que la tarificación volumétrica de nivel apropiado puede incentivar el cambio a prácticas y tecnologías de riego hídricamente eficientes o a cultivos que necesiten menos agua. Por tanto, los Estados miembros que aún lo mantengan deberían abandonar paulatinamente la facturación del agua de riego en función de la superficie regada.

5.11El Tribunal de Cuentas de la UE ha constatado que la recuperación de los costes de los servicios relacionados con el agua en la agricultura es incompleta. Uno de los motivos que explican esta situación es que los costes medioambientales y los relativos a los recursos no se reflejan (todavía) en los precios del agua. Esto lleva aparejado la existencia de gran número de exenciones específicas para los precios del agua de riego, de forma que el agua para la agricultura es más barata que para otros usos. Sin tener que renunciar necesariamente a este planteamiento, se entiende que deberían reevaluarse estas políticas generales, reorientando las exenciones hacia vectores de incentivación y bonificación del ahorro hídrico.

5.12La DMA ya ha cumplido veintitrés años y se elaboró en un contexto económico, social y climatológico muy diferente del actual. Debe sopesarse la posibilidad de revisar algunos de sus contenidos, a fin de que la DMA pueda convertirse en un instrumento eficaz para apoyar la seguridad alimentaria.

5.13Considerando que, en virtud del principio de subsidiariedad, los Estados miembros son libres de aplicar y hacer cumplir la obligación de autorización para extraer agua bajo criterios individuales (a nivel de Estado o región) se ha constatado que esta heterogeneidad conduce a descontrolar el acceso a determinadas masas de agua subterránea. Por ese motivo, tanto la Comisión como los Estados miembros deberían unificar un criterio más selectivo y aplicar requisitos reglamentarios y de condicionalidad estrictos respecto de la captación de aguas tanto superficiales como subterráneas.

5.14Es necesario potenciar e impulsar la modernización de los sistemas de riego y, especialmente, reducir las pérdidas por fugas en las redes y la evaporación en canales y balsas abiertos. La PAC y los demás fondos de la UE deben contribuir al desarrollo de nuevas estructuras de riego y evitar situaciones de apoyo que contravengan los objetivos de la DMA.

5.15En consonancia con el punto 3.4, en mayo de 2020 se adoptó el Reglamento relativo a los requisitos mínimos para la reutilización del agua 17 . En este nuevo Reglamento sobre la reutilización de las aguas residuales para el riego agrícola se establecen una serie de requisitos mínimos de calidad y control del agua, gestión del riesgo y transparencia, y será aplicable a partir del actual 2023. Se ha evaluado su impacto en el sentido de que permitirá reutilizar más del 50 % del volumen total de agua disponible teóricamente para el riego procedente de estaciones depuradoras de aguas residuales en la UE y evitar más del 5 % de la captación directa de masas de agua y aguas subterráneas. Ello se traducirá en una reducción del estrés hídrico global superior al 5 %. Por lo tanto, debe fomentarse la financiación de estas instalaciones de reutilización, así como las medidas preventivas que eviten la contaminación del suelo y garanticen la seguridad del agua para la agricultura.

5.16Fomentar la agricultura urbana y periurbana puede reducir la necesidad de transportar alimentos desde áreas rurales, disminuyendo la huella de carbono (proceso de descarbonización de la agricultura) así como el uso de agua en la agricultura. Además, los sistemas de riego urbanos pueden aprovechar el agua de lluvia y el agua de sistemas de reciclaje para el riego.

5.17El uso de energías renovables, como la energía solar y la eólica, puede proporcionar una fuente de energía sostenible para los sistemas de reutilización de aguas, la desalación, así como el riego y otros equipos agrícolas, reduciendo así la huella de carbono (proceso de descarbonización de la agricultura) y el consumo de agua.

5.18Estas soluciones circulares y otras soluciones pueden contribuir a un futuro «Pacto Azul» para la UE, que aborde la escasez de agua y la emergencia climática en el sistema agroalimentario de la Unión. Es importante seguir explorando nuevas tecnologías y prácticas innovadoras para mejorar la eficiencia en el uso del agua y asegurar la sostenibilidad y la resiliencia a largo plazo de la producción de alimentos en Europa.

5.19Se considera esencial garantizar la infraestructura que permite tanto almacenar, distribuir y depurar el agua como evitar las consecuencias de fenómenos meteorológicos extremos. El modelo de gestión de las infraestructuras mencionadas debe basarse en los principios de integridad y sostenibilidad, y debe garantizarse su viabilidad medioambiental. A la vista de las posibles dificultades presupuestarias de las administraciones públicas, pueden analizarse fórmulas alternativas de financiación y colaboración.

5.20La DMA obliga a los Estados miembros a elaborar planes hidrológicos de cuenca y a renovarlos. El CESE considera que la aplicación, el alcance y el grado de cumplimiento de estos planes han sido desiguales. Por consiguiente, el CESE estima que los Estados miembros deben reforzar los planes estratégicos destinados a garantizar la seguridad hídrica y un marco para la agricultura que pueda garantizar la resiliencia de los sistemas alimentarios de la UE. Los planes estratégicos deberían estar dotados de recursos presupuestarios europeos suficientes, de acuerdo con lo establecido en el punto 4.3. Deberían establecerse asimismo plazos específicos y fijarse objetivos y prioridades de manera consensuada, teniendo en cuenta las consideraciones y propuestas formuladas en el presente Dictamen.

Bruselas, 28 de junio de 2023

Peter SCHMIDT

Presidente de la Sección de Agricultura, Desarrollo Rural y Medio Ambiente

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(1)    Eurostat, Cuentas económicas de la agricultura por regiones NUTS 2 y Eurostat, «Agriculture, forestry and fishery statistics» (Estadísticas de agricultura, silvicultura y pesca) .
(2)    AEMA, El estrés hídrico es una preocupación importante y creciente en Europa .
(3)    TCE, Informe Especial n.º 20/2021 – Uso sostenible del agua en la agricultura .
(4)    AEMA, Waterbase - Water Quantity .
(5)    Banco Mundial, Recursos de agua dulce internos renovables per cápita (metros cúbicos) - Unión Europea .
(6)    Eurostat, Annual freshwater abstraction by source and sector andy AEMA, European waters: Assessment of status and pressures 2018 .
(7)    BIO by Deloitte, Optimising water reuse in the EU , Parte I.
(8)      FAO, Escasez de agua: uno de los mayores retos de nuestro tiempo .
(9)       DO C 105 de 4.3.2022, p. 56 .
(10)     Directiva 2000/60/CE .
(11)       Política agrícola común 2023-2027 .
(12)    Dictamen del CESE «Aspectos económicos de un «Pacto Azul de la UE»» (véase página xx en el DO).
(13)    TCE, Informe Especial n.º 20/2021 – Uso sostenible del agua en la agricultura .
(14)      Dictamen «Acceso al agua: abordar la pobreza hídrica y sus implicaciones para la política social» (véase página xx en el DO) y Dictamen «Aspectos económicos de un «Pacto Azul de la UE»» (véase página xx en el DO).
(15)      Dictamen «Industrias intensivas en agua y tecnologías eficientes en el uso del agua» (véase página xx en el DO) y Dictamen «Aspectos económicos de un «Pacto Azul de la UE»» (véase página xx en el DO).
(16)     DO C 100 de 16.3.2023, p. 51 .
(17)       Reglamento (UE) 2020/741 .