Comercio justo
La presente Comunicación se propone iniciar el proceso de elaboración de la doctrina de la Comunidad sobre el comercio justo.
ACTO
Comunicación de la Comisión al Consejo, de 29 de noviembre de 1999, relativa al «comercio justo» [COM (99) 619 final - no publicada en el Diario Oficial].
SÍNTESIS
Contexto
La promoción del comercio justo está entre los objetivos más amplios de la Comunidad en lo relacionado con la cooperación al desarrollo, es decir, a la lucha contra la pobreza, al desarrollo económico y social y, en particular, a la inserción progresiva de los países en desarrollo en la economía mundial.
El comercio tiene una función fundamental que ejercer en la creación de riqueza y, por tanto, en el desarrollo. La presente comunicación constituye una primera etapa en la elaboración de la doctrina de la Comunidad a este respecto.
Definición de comercio justo
El concepto de comercio justo se aplica generalmente a las operaciones comerciales que potencian la posición económica de los pequeños productores y propietarios con el fin de garantizar que no queden marginados de la economía mundial. Apunta principalmente a los países en desarrollo y, con respecto a la presente comunicación, consta de dos elementos principales:
Este concepto tiene como objetivo el desarrollo a largo plazo. La participación en las iniciativas relacionadas con el comercio justo es voluntaria, tanto para los vendedores como para los consumidores.
Hay que señalar que el concepto de «comercio justo» no es el de «comercio ético». Este último se refiere principalmente a los métodos comerciales de las empresas presentes en el país (códigos de conducta, por ejemplo).
El comercio justo en la práctica
Las mercancías procedentes del comercio justo siempre se ofrecen al consumidor a través de iniciativas privadas. La aplicación práctica del comercio justo ha evolucionado considerablemente a lo largo de los años.
El movimiento tradicional del comercio justo
El concepto surgió en las organizaciones no gubernamentales (ONG). Su filosofía se basaba en principios concretos que, en sus comienzos, aplicaban organizaciones comerciales no convencionales fundadas por iglesias, obras de caridad, etc. La organización interviene en todas las etapas (localización, producción, etc.) y los beneficios se suelen reinvertir en objetivos de desarrollo. No siempre se etiquetan los productos.
Iniciativas de etiquetado
Desde finales de los años 80 las empresas comerciales tradicionales (supermercados, etc.) se interesan cada vez más por las iniciativas del comercio justo y los productos se comercializan según las normas tradicionales.
Con esta perspectiva, se han introducido sistemas de etiquetado de los productos con el fin de garantizar su autenticidad. Existen varias etiquetas de comercio justo («Fairtrade Mark», etc.), cada una de las cuales cuenta con un organismo de homologación que comprueba todas las etapas del proceso de producción para garantizar que el producto es conforme con los principios del comercio justo. Los organismos de homologación fijan también las condiciones que debe reunir un producto para poder ostentar la etiqueta de comercio justo. También existe una armonización a escala internacional. Todas las etiquetas están afiliadas al FLO (Fair Trade Labelling Organisations International) (EN), de quien depende la armonización en la UE e internacional.
Los productores e importadores que han recibido el certificado de respeto de los criterios del comercio justo se inscriben en registros internacionales previstos para ello. Los programas de etiquetado de comercio justo se financian con los derechos de registro y los cánones que pagan, respectivamente, los importadores y los comerciantes y que, a su vez, están en función del volumen de negocios y las ventas.
La Unión Europea y el comercio justo
El comercio justo representa una parte relativamente importante del consumo en Europa. En 1997 el volumen de negocios realizado en la UE con productos del comercio justo se calculaba entre 200 y 250 millones de euros. El 11 % de los ciudadanos europeos compra ese tipo de productos y las encuestas ponen de manifiesto que existe una gran demanda de ellos.
La UE ha adoptado ya iniciativas en relación con el comercio justo, entre ellas las Resoluciones del Parlamento Europeo y la financiación de ONG, organismos de etiquetado y proyectos en los países en desarrollo. En su normativa, la Unión aplica estos principios a través de numerosos instrumentos, en particular el sistema de preferencias generalizadas. Algunos de los Reglamentos de comercio exterior favorecen las mercancías procedentes del comercio justo facilitando su acceso al mercado comunitario.
Comunidad internacional
La Comunidad internacional reconoce la importante función del comercio justo en el desarrollo de los países más pobres. La Organización Mundial del Comercio (OMC) considera que las iniciativas en este ámbito no constituyen ningún obstáculo a la liberalización de los mercados ya que no imponen restricciones a la importación ni suponen otra forma de proteccionismo. Por ello pueden concordar con los principios generales de la economía mundial.
Reflexiones
La Comisión destaca algunos problemas que deberían plantearse con el fin de garantizar la continuidad del éxito de las iniciativas relacionadas con el comercio justo. Habría que lograr una mayor concordancia de las políticas de los agentes de los distintos niveles y establecer una definición jurídica del concepto y los criterios que lo determinan. Sería necesario también intensificar la vigilancia, la comprobación y el control de los productos que se ajustan al concepto de comercio justo para garantizar a los consumidores una opción fiable y real, motivarlos ante el comercio justo y mantener un diálogo con el movimiento, por ejemplo mediante la creación de una plataforma institucional.
Última modificación: 22.04.2008