4.3.2022   

ES

Diario Oficial de la Unión Europea

C 105/152


Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo Europeo, al Consejo, al Banco Central Europeo, al Comité Económico y Social Europeo, al Comité de las Regiones y al Banco Europeo de Inversiones: Estrategia anual de crecimiento sostenible 2021

[COM(2020) 575 final]

(Dictamen adicional)

(2022/C 105/27)

Ponente:

Gonçalo LOBO XAVIER

Decisión de la Mesa del Comité

26.4.2021

Fundamento jurídico

Artículo 32, apartado 1, del Reglamento interno y artículo 29, letra a), de las Normas de desarrollo del Reglamento interno

Sección competente

Unión Económica y Monetaria y Cohesión Económica y Social

Aprobado en sección

5.10.2021

Aprobación en el pleno

20.10.2021

Pleno n.o

564

Resultado de la votación

(a favor/en contra/abstenciones)

168/0/1

1.   Conclusiones y recomendaciones

1.1

El Comité Económico y Social Europeo (CESE) sigue preocupado por el hecho de que en la mayoría de los Estados miembros falta transparencia sobre los sistemas de gobernanza de los planes nacionales de recuperación y resiliencia y el reparto de responsabilidades para su ejecución entre los niveles central, regional y local. Tampoco existe, por supuesto, suficiente claridad sobre los mecanismos adecuados para hacer partícipes a las organizaciones de la sociedad civil y a los interlocutores sociales en las fases de implantación, seguimiento y ajuste de los planes nacionales de recuperación y resiliencia. El CESE mencionó esta cuestión en la Resolución que aprobó en febrero (1) y la situación sigue siendo idéntica pese a los esfuerzos de la Comisión. El CESE pide encarecidamente un mayor control de estos aspectos cruciales para la recuperación de la Unión.

1.2

El CESE llama la atención sobre la necesidad de medir los avances en la ejecución de los planes de recuperación y resiliencia. Se necesitan buenos indicadores de seguimiento, ya que indicarán que dirección debe seguir la evolución y recuperación. Los Estados miembros deben reaccionar adecuadamente a este reto y se precisa valor para concienciar a los ciudadanos de las enormes dificultades que se plantean.

1.3

El CESE cree firmemente en la importancia que reviste para la Unión el próximo ciclo del Semestre Europeo como instrumento clave para la aplicación del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR). En los planes nacionales existen dos tipos de herramientas: los Estados miembros pueden emprender y llevar a cabo cambios estructurales radicales, por un lado, mediante una transición dual y, por el otro, a través de inversión y reformas centradas en los ciudadanos (familias, trabajadores, emprendedores, etc.) afectados más directamente por la crisis. El CESE considera que ambas opciones se deben tener en cuenta. Necesitan diferentes herramientas y a veces no pueden coincidir. La recuperación es necesaria para alcanzar la resiliencia del sistema económico.

1.4

La crisis de la COVID-19 ha puesto de relieve algunas de las deficiencias más peligrosas de Europa: la falta de política de coordinación para la industria y la dependencia de otros ámbitos económicos para muchos productos y servicios. El CESE entiende que es difícil cambiar los hábitos y las políticas y que los efectos reales de las nuevas políticas tardan varios años en dejarse sentir. Sin embargo, el tiempo es oro si la Unión quiere cambiar y recuperarse. El aumento de los precios de las materias primas (y las dificultades en su distribución), la falta de semiconductores y los elevados precios de la energía también revelan la dependencia de la Unión respecto de activos críticos. El CESE desea que todos los Estados miembros adopten medidas reales en materia de inversión en educación, infraestructura y política industrial que puedan elevar la tasa de empleo y animar a los ciudadanos a impulsar la industria europea.

1.5

El CESE apoya las inversiones en educación de alta calidad, aprendizaje permanente e I+D, que son esenciales para impulsar y complementar los cambios económicos y sociales que promueve NextGenerationEU. Es evidente que resulta fundamental invertir para reforzar los sistemas sanitarios y las políticas de salud pública de las sociedades gravemente afectadas por la pandemia de la COVID-19. Debe combinarse con una política industrial realmente sólida que pueda fomentar la producción y el desarrollo de productos y servicios en Europa, a fin de evitar una dependencia total de otros ámbitos económicos.

1.6

El CESE considera que es el momento de acometer una reforma rigurosa y profunda del Pacto. Es necesaria una recomendación firme para este nuevo Semestre revisado y un nuevo pacto que incluya procedimientos y normas vinculantes sobre las consultas a las organizaciones de la sociedad civil y los entes locales. Se trata de un llamamiento a la acción. Ha llegado el momento de formular normas vinculantes para la participación en todas las fases desde la de elaboración hasta la de ejecución para evitar problemas estructurales en un futuro.

1.7

En opinión del CESE, un somero análisis de las principales prioridades de los planes nacionales de recuperación y resiliencia muestra que hacen claramente hincapié en los objetivos del Pacto Verde Europeo. Para el CESE, esto es obviamente importante, pero existen dudas sobre la ejecución y el impacto de algunas medidas que parecen poco fundadas. Los ciudadanos, los trabajadores y las empresas deben recibir apoyo para llevar a cabo esta transición y los objetivos deben definirse de manera clara y razonable para evitar una situación en la que se disponga de una retórica política impresionante para que luego la puesta en práctica resulte deficiente, con enormes efectos secundarios soterrados.

1.8

El CESE llama la atención sobre el hecho de que uno de los resultados más valiosos del proceso del Semestre Europeo se ha ignorado a lo largo de los años. De hecho, las recomendaciones específicas por país representan una oportunidad de mejora y se basan en datos coherentes. Los Estados miembros deberían reevaluar su actitud hacia esta herramienta, especialmente tras la crisis de la COVID-19 y a la vista de la oportunidad que supone el MRR para acometer reformas estructurales (en materia de educación, políticas presupuestarias, mercado de trabajo, protección social con arreglo al pilar de la dimensión social y las recomendaciones de la Cumbre de Oporto), que son fundamentales para la mayoría de Estados miembros. El CESE recomienda encarecidamente un cambio de actitud desde la perspectiva de los Estados miembros. Por su parte, las organizaciones de la sociedad civil deben ser muy activas y actuar de supervisoras del proceso.

1.9

El CESE también llama la atención sobre la capacidad de absorción de fondos de algunos Estados miembros, teniendo en cuenta su historial. La mitad de los Fondos Estructurales del marco financiero plurianual (MFP) 2014-2020 no se habían utilizado a finales de 2020 y deberán gastarse en los próximos años. La experiencia y los datos recabados por la Comisión Europea deben alertar a los Estados miembros y ayudarles a reasignar mejor los fondos en términos de distribución y calendario. Es muy importante advertir a los Estados miembros de que sus decisiones políticas no deben socavar el proceso de recuperación y que deben tomarse medidas para evitar que el sistema plantee problemas. Esto abarca no solo la necesidad de evitar la burocracia, sino también la de proporcionar el apoyo político adecuado para alcanzar la eficiencia.

1.10

El CESE considera que el inevitable proceso de digitalización, especialmente en relación con los servicios públicos en los sistemas sanitarios o sociales, eliminará una serie de puestos de trabajo. Dicha digitalización también puede crear problemas a los ciudadanos de edad avanzada con menos capacidad para hacer frente al proceso de digitalización. El CESE llama la atención sobre la necesidad de diseñar programas que puedan apoyar realmente a la ciudadanía y facilitar la transición. Los Estados miembros deben asignar fondos de inversión para reciclar a las personas afectadas por este cambio y se necesita valor político para afrontar este reto, así como una buena comunicación con los ciudadanos para aclarar las políticas y los objetivos.

1.11

El CESE acoge favorablemente la iniciativa de instaurar un cuadro de indicadores de recuperación y resiliencia. El CESE considera que se trata de un instrumento muy importante, capaz de impulsar el proceso de inversión y de crear mecanismos que podrían revestir una importancia crucial para la Unión. El CESE también respalda el calendario propuesto, cuya adopción por parte de la Comisión está prevista para finales de septiembre (2). No obstante, el CESE insiste en que las organizaciones de la sociedad civil deben participar también en este proceso. No se trata de una cuestión de visibilidad sino de vigilancia. El CESE también llama la atención sobre la necesidad de capacitar y preparar a las organizaciones de la sociedad civil para afrontar este reto. Es inútil pedir a las organizaciones de la sociedad civil que actúen si no están preparadas o no disponen de los recursos necesarios para hacerlo. Esto representa una responsabilidad y una oportunidad enormes para las organizaciones de la sociedad civil.

2.   Observaciones generales

2.1

El CESE acoge con satisfacción el lanzamiento de la Comunicación de la Comisión titulada «Coordinación de las políticas económicas en 2021: superar la COVID-19, apoyar la recuperación y modernizar nuestra economía» (3). El mundo se enfrenta a una crisis importante que parece socavar todos los planes y estrategias de recuperación. No obstante, la resiliencia y la fuerza de Europa deben prevalecer si queremos mantener nuestra Unión.

2.2

Es un hecho que la Unión Europea ha adoptado medidas sin precedentes para luchar contra la pandemia de COVID-19, amortiguar el impacto de la crisis y situar a nuestra economía en una trayectoria de crecimiento sólido, sostenible e integrador. Sin embargo, sigue habiendo mucha incertidumbre sobre la eficacia de las políticas sanitarias, ya que la crisis ha minado enormemente la confianza de la ciudadanía, que es esencial para la recuperación económica y social. El objetivo de vacunar a más del 70 % de la población europea tendrá un enorme impacto en la confianza de los ciudadanos y el CESE aplaude la coordinación desplegada entre los Estados miembros para alcanzar este objetivo. El CESE también llama la atención sobre la necesidad de aclarar a los ciudadanos que estos logros son importantes pero que sigue siendo necesario actuar con prudencia, ya que estas medidas podrían resultar insuficientes para detener completamente la crisis sanitaria.

2.3

La oportunidad que se ha dado a los Estados miembros de presentar los planes nacionales de recuperación y resiliencia es un factor esencial que debe considerarse prioritario. El CESE está firmemente convencido de que las organizaciones de la sociedad civil pueden desempeñar un papel crucial en la ejecución y el seguimiento de estos planes. Esto debe quedar claro a todos los Estados miembros. Según el tenor de la Resolución del CESE: «El CESE considera que todas las reformas del proceso de reestructuración tienen que basarse en los principios que sustentan la UE: la protección de los derechos humanos y sociales, los valores democráticos y el Estado de Derecho. Las inversiones en el marco del MRR han de procurar la liberación de todo el potencial del mercado único, el fortalecimiento de la resiliencia económica de la UE, la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, la creación de una economía circular y la consecución de la neutralidad climática en la UE en 2050 a más tardar, el fomento de la innovación y la modernización relacionadas con la digitalización de la economía y la sociedad, y la aplicación efectiva del pilar europeo de derechos sociales para garantizar la cohesión social, erradicar la pobreza y reducir las desigualdades» (4).

2.4

NextGenerationEU, con una dotación de 750 000 millones EUR (de los cuales 500 000 millones EUR actualmente ya están comprometidos), es un instrumento clave para que la UE fomente la inversión y la recuperación con el fin de salir más fuerte y resiliente de la crisis actual.

2.5

El CESE considera que el Plan de Acción del Pilar Europeo de Derechos Sociales establece medidas concretas para reforzar la dimensión social en todas las políticas de la Unión y contribuirá a garantizar una recuperación integradora.

2.6

El CESE también insiste en que la sostenibilidad medioambiental, la productividad, la distribución equitativa y justa y la estabilidad macroeconómica siguen siendo los principios rectores de la agenda económica de la UE. A pesar de todos los retos, el Pacto Verde Europeo sigue siendo una prioridad a largo plazo y Europa debe aprovechar la oportunidad para asumir el liderazgo en esta cuestión.

2.7

El CESE está firmemente convencido de que garantizar una coordinación política eficaz en el marco del Semestre Europeo sigue siendo crucial para encauzar la economía de la UE por una trayectoria de crecimiento más sólida, sostenible e inclusiva tras la pandemia. Así lo ha manifestado el CESE en los últimos meses y sigue siendo una prioridad.

2.8

El CESE considera que, en general, la participación de la sociedad civil organizada sigue siendo baja en los Estados miembros. Se ha informado a las organizaciones y, en muchos casos, se las ha escuchado; sin embargo, esto ha generado muy pocos resultados tangibles. En la mayoría de los Estados miembros no se han producido consultas efectivas que hayan dado lugar a modificaciones significativas de las propuestas gubernamentales iniciales, salvo contadas excepciones.

3.   Observaciones específicas

3.1

Gracias a las medidas adoptadas a nivel nacional y de la UE, el impacto de la pandemia en los mercados laborales europeos ha sido limitado. Sin embargo, siguen coexistiendo puntos de vista y situaciones diferentes dentro de la Unión. El CESE considera que deben adoptarse enfoques diferenciados para garantizar la recuperación de los Estados miembros más afectados que otros por la crisis.

3.2

El CESE comparte la opinión de que la política económica debe seguir siendo favorable a lo largo de 2021 y 2022. Los Estados miembros están librando una ardua batalla que dista mucho de acabarse. La Unión tiene que prevalecer y darse cuenta de que los planes de recuperación tardarán tiempo en surtir efecto y de que la resiliencia es necesaria para obtener resultados. El CESE pide encarecidamente estrategias a corto y medio plazo para abordar adecuadamente los efectos negativos de la crisis y experimentar un crecimiento sólido y sostenible a lo largo de los años.

3.3

Existe una tendencia interesante para que los ciudadanos europeos ahorren más. Esta tendencia también debería brindar una oportunidad positiva para impulsar una combinación de inversión privada y pública que pueda resultar determinante para la recuperación de la economía y las condiciones sociales. El CESE pide que se adopten medidas específicas al respecto y considera que la Comisión debería animar a todos los Estados miembros a adoptar una política presupuestaria sólida. Se requiere creatividad para adoptar estrategias que conviertan estos ahorros en inversiones inteligentes y la responsabilidad debe compartirse con los gobiernos, las partes interesadas y las entidades financieras.

3.4

El CESE, con el respaldo activo y la labor del Grupo del Semestre Europeo (GSE), tiene la intención de trabajar en su siguiente Resolución durante los próximos meses, incorporando las contribuciones de nuestras veintisiete delegaciones de tres miembros del GSE creadas con este fin, y hacer un seguimiento de la participación de la sociedad civil en el proceso de ejecución, analizando al mismo tiempo el contenido político desde la perspectiva de la sociedad civil. Por el momento, solo se ha registrado una pequeña mejora, principalmente en lo que respecta a las reuniones informativas formales, con posibilidades muy limitadas de influir en los planes.

3.5

Las organizaciones de la sociedad civil son más positivas en cuanto a las perspectivas de que los Gobiernos utilicen los fondos para fomentar la inversión que para impulsar reformas que propicien el crecimiento, y muchos miembros consideran que los planes nacionales de recuperación y resiliencia de sus países carecen de ambición o de compromiso en relación con las reformas, mientras que otros critican la falta de inversión adicional que no estaba contemplada ya con anterioridad a la crisis de la COVID-19.

3.6

Europa ha tenido que hacer frente a grandes dificultades derivadas de la crisis de la COVID-19, lo que ha puesto de relieve una peligrosa deficiencia de la Unión: la falta de política de coordinación para la industria y la dependencia de otros ámbitos económicos para muchos productos y servicios. Esta circunstancia debe abordarse de forma coordinada para facilitar la recuperación. Resulta más necesario que nunca disponer de una política industrial adecuada y ha llegado el momento de actuar. El aumento de los precios de las materias primas muestra también la dependencia de la Unión de los activos esenciales. El CESE desea que todos los Estados miembros adopten medidas reales en materia de inversión en educación, infraestructura y política industrial que puedan elevar la tasa de empleo y animar a los ciudadanos a impulsar la industria europea.

3.7

Una gran mayoría de organizaciones de la sociedad civil (71 %) considera que su participación en el diseño de los planes nacionales de recuperación y resiliencia de sus países osciló entre algo insuficiente y extremadamente limitada.

3.8

El CESE considera que aunque el proceso de digitalización es fundamental para impulsar la economía y la sociedad, existe una necesidad real de que los Estados miembros diseñen programas y asignen recursos para eliminar los obstáculos a este proceso, especialmente para algunos segmentos de la población (personas mayores o menos cualificadas). El desarrollo de programas informáticos eficaces alineados con otras aplicaciones que puedan beneficiar a todos los ciudadanos es, por lo tanto, una prioridad. Digitalización sí. Pero no a cualquier precio.

3.9

El CESE está muy satisfecho con la iniciativa de la Comisión de instaurar un «Cuadro de indicadores de la recuperación y la resiliencia». Es un paso importante para supervisar la ejecución de los planes nacionales de recuperación y resiliencia y el CESE considera que supone una oportunidad para impulsar el proceso de inversión y crear mecanismos que podrían revestir una importancia crucial para la Unión. Una vez más, las organizaciones de la sociedad civil pueden desempeñar un papel fundamental en este proceso y se muestran dispuestas a cooperar.

4.   Los planes de recuperación y los diferentes enfoques

4.1

El CESE considera que, en lo que respecta al marco existente, la política relativa al crecimiento sostenible e inclusivo y a los saldos presupuestarios de los Estados miembros debe ser una prioridad. La necesidad de adaptarse a una nueva fase, una vez superado el peligro para la salud causado por la pandemia de COVID-19, es evidente. Debe existir una alternativa al desequilibrio excesivo como única perspectiva tras el enorme crecimiento de la deuda y el déficit en los Estados miembros. El CESE considera que ha llegado el momento de acometer una reforma radical y profunda del marco de gobernanza presupuestaria y advierte enérgicamente contra la vuelta a las «antiguas» normas presupuestarias. Necesitamos una recomendación firme para este nuevo Semestre revisado y un nuevo pacto que incluya procedimientos y normas vinculantes sobre las consultas a las organizaciones de la sociedad civil y a los entes locales, lo que requiere tomar medidas. Ha llegado el momento de formular normas vinculantes para la participación en todas las fases, desde la preparación hasta la ejecución, y los Estados miembros deben buscar nuevos objetivos de reducción del déficit centrados en el crecimiento y también en la gobernanza.

4.2

Existe una necesidad urgente de modernizar el marco presupuestario y económico, adoptar una orientación centrada en la prosperidad y aplicar una regla de oro. Actualmente, la Comisión está examinando los gastos y —con gran acierto— también los ingresos. El CESE recomienda desplazar la fiscalidad del trabajo hacia impuestos medioambientales, velando al mismo tiempo por aplicar tipos impositivos regresivos y sin imponer cargas a los hogares con bajos ingresos. El CESE también pide que se luche contra la planificación fiscal abusiva y el fraude, ya que podría socavar la recuperación económica y presupuestaria de los Estados miembros y de la UE en su conjunto. Es necesario un enfoque inteligente en este ámbito, así como una mayor convergencia en la Unión para avanzar. La política monetaria y presupuestaria con recortes impositivos graduales (y quizá con impuestos medioambientales progresivos) también debe considerarse una opción. Está claro que la competencia fiscal con terceros países en lugar de en el seno de la UE puede marcar la diferencia.

4.3

El CESE destaca que, además de la pandemia, existen presiones sobre el precio de las materias primas. Hay que abordar esta cuestión con mucho cuidado. El CESE aunque cree firmemente en una competencia leal y apoya la necesidad de unas condiciones de competencia equitativas, señala que la situación se está agravando, lo que podría perjudicar mucho a toda la Unión. Los precios de las materias primas se han incrementado entre un 30 % y un 120 % en los últimos meses y la presión persiste.

4.4

Los planes nacionales de recuperación y resiliencia revelan diferentes puntos de vista de los Estados miembros en relación con la recuperación de cada economía y de cada situación social. Esto también hace visibles las desigualdades en los Estados miembros. El CESE pide políticas más coordinadas que refuercen la Unión. Es necesario que los Estados miembros cooperen entre sí y también podrían compartirse buenas prácticas para evitar errores. Sectores como el turismo y la industria manufacturera, entre otros, son los que más han sufrido y lograr que alcancen otro nivel debería ser prioritario. Esto será muy importante para la generación de empleo y la adaptación de la mano de obra a las necesidades reales de la economía y para hacer partícipes a las organizaciones de la sociedad civil en el proceso de ejecución.

4.5

El CESE expresa su preocupación por el hecho de que hasta ahora algunos Estados miembros hayan ignorado en gran medida las recomendaciones específicas por país formuladas por la Comisión, lo que ha generado escepticismo sobre un posible cambio de actitud en el futuro. Además, la capacidad de absorción de determinados Estados miembros y los efectos transformadores de las inversiones del MRR son algo que debe cuestionarse, por lo que existen dudas en cuanto a su eficiencia y eficacia potenciales. Por lo tanto, el CESE insiste en la necesidad de un estrecho seguimiento.

4.6

EL CESE considera que la ejecución del PNRR no debe limitarse únicamente a cubrir el expediente, sino que debe realizarse en consonancia con el verdadero espíritu de este instrumento: debe reconocerse el papel de las organizaciones de la sociedad civil y las consultas deben tener lugar en foros públicos y no a puerta cerrada.

4.7

La crisis de la COVID-19 ha puesto de manifiesto y ha exacerbado brechas que existen desde hace tiempo en nuestras sociedades y los más vulnerables a menudo han sido los más afectados. La incidencia de las infecciones por COVID-19 fue mayor en el caso de las personas más desfavorecidas y varios sectores de la sociedad a menudo soportan la mayor parte del impacto de las medidas de lucha contra la crisis. Como consecuencia de la crisis, las personas poco cualificadas o los jóvenes registraron de forma desproporcionada la mayor caída del empleo. Además, la educación se ha visto gravemente perturbada para muchos. Se agravan los riesgos de desigualdad en lo que respecta a los grupos de ciudadanos menos cualificados.

5.   El mercado único como punto fuerte del Modo de Vida Europeo

5.1

La crisis de la COVID-19 se ha dejado sentir en todos los Estados miembros, pero el impacto ha sido diferente. Un enfoque coordinado en materia de vacunación permitió a la Unión alcanzar resultados muy buenos. El objetivo de vacunar al 70 % de la población de la Unión suponía una ardua tarea y la respuesta de la UE fue muy positiva. A pesar de algunos problemas (que cabe esperar en un proyecto de este tipo), fue todo un éxito y un buen ejemplo del proyecto de paz que la Unión lleva desarrollando desde sus inicios.

5.2

Más que nunca, el mercado único y su integración deben representar una prioridad y deben evitarse los conflictos políticos. La retórica política en algunos Estados miembros que socava el mercado único ha sido desmentida por los hechos: solo con una Unión fuerte y con un enfoque coordinado se ha podido negociar y redactar los planes nacionales de recuperación y resiliencia en un plazo tan breve. La comunicación es esencial para fomentar los valores europeos y el mercado único forma parte del proceso. Todos los ciudadanos europeos deben beneficiarse del mercado interior, de modo que puedan estar orgullosos de la capacidad de Europa para responder a la crisis, a pesar de todos los reveses provocados por el reto de dar una respuesta coordinada a la crisis.

5.3

El CESE entiende que los Estados miembros adoptaron enfoques diferentes en relación con la situación sanitaria, pero también subraya el hecho de que la coordinación y las buenas prácticas deben fomentarse más tras el proceso de vacunación. La Unión debe aprovechar sus activos, en particular la libre circulación de ciudadanos y productos y la circulación de capitales. El CESE quiere respaldar esta libertad sin socavar los sistemas sanitarios de los Estados miembros, lo que solo es posible mediante la coordinación del mercado único. Los Estados miembros han demostrado en varias ocasiones que es posible. Ha llegado la hora de dar una respuesta adecuada.

5.4

El CESE defiende el mercado único y sus oportunidades combinadas con un sólido mercado social que es esencial y una «marca» de la Unión. Se trata de un logro que se debe proteger.

6.   Las organizaciones de la sociedad civil con respecto a los planes de recuperación

6.1

El CESE insiste en que la participación de las organizaciones de la sociedad civil es crucial para la recuperación, especialmente porque tenemos que admitir que las medidas de recuperación de emergencia, tanto a nivel nacional como de la UE, podrían convertirse en permanentes.

6.2

Las organizaciones de la sociedad civil respaldan las inversiones de alta calidad en educación y formación continua y en I+D que son esenciales para impulsar y acompañar los cambios económicos y sociales que promueve NextGenerationEU, así como las inversiones que fortalezcan los sistemas sanitarios y las políticas de salud pública de unas sociedades tan duramente golpeadas por la pandemia de COVID-19. Más que nunca, las organizaciones sobre el terreno tienen la capacidad y la responsabilidad de indicar y proponer formas de afrontar los retos reales, y los Estados miembros deben tener el valor de hacerlas partícipes del proceso de toma de decisiones. El CESE apuesta por este tipo de enfoque principalmente debido a la experiencia y los conocimientos adquiridos a lo largo de décadas al servicio de distintas causas con muy buenos resultados.

6.3

En tiempos de crisis, la voz de las organizaciones de la sociedad civil es más importante que nunca, no solo por la experiencia de estas organizaciones, sino sobre todo porque cuentan con la ventaja de un contacto directo con la realidad que es esencial para supervisar y ejecutar políticas que tengan un impacto real.

Bruselas, 20 de octubre de 2021.

La Presidenta del Comité Económico y Social Europeo

Christa SCHWENG


(1)  Participación de la sociedad civil organizada en los planes nacionales de recuperación y resiliencia — ¿Qué funciona y qué no funciona? (DO C 155 de 30.4.2021, p. 1).

(2)  Cuadro de indicadores de la recuperación y la resiliencia e indicadores comunes, proyecto de acto delegado: Cuadro de indicadores de la recuperación y la resiliencia: indicadores comunes y elementos detallados.

(3)  COM(2021) 500 final, 2 de junio de 2021, Coordinación de las políticas económicas en 2021: superar la COVID-19, apoyar la recuperación y modernizar nuestra economía.

(4)  Participación de la sociedad civil organizada en los planes nacionales de recuperación y resiliencia — ¿Qué funciona y qué no funciona? (DO C 155 de 30.4.2021, p. 1).