18.10.2019   

ES

Diario Oficial de la Unión Europea

C 353/6


Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre «Impulsar un mercado único que favorezca el espíritu empresarial y la innovación: promover nuevos modelos empresariales para afrontar los retos y las transiciones sociales»

(Dictamen de iniciativa)

(2019/C 353/02)

Ponente: Giuseppe GUERINI

Decisión del Pleno

24.1.2019

Fundamento jurídico

Artículo 32, apartado 2, del Reglamento interno

Dictamen de iniciativa

Sección competente

Mercado Único, Producción y Consumo

Aprobado en sección

4.7.2019

Fecha de la aprobación en el pleno

17.7.2019

Pleno n.o

545

Resultado de la votación

(a favor/en contra/abstenciones)

185/0/6

1.   Conclusiones y recomendaciones

1.1.

Actualmente se reconoce la necesidad de perseguir una economía social de mercado que, aplicando de forma inteligente las nuevas tecnologías, logre hacer frente a las grandes problemáticas relativas a la sostenibilidad, los cambios climáticos y la reducción de las desigualdades.

1.2.

El CESE considera que una contribución activa y pertinente en este sentido podría llegar del mundo empresarial, así como de las instituciones públicas, y, en particular, de todas aquellas empresas de la economía real que crean valor y empleo sin utilizar de forma especulativa los resortes de las finanzas.

1.3.

Teniendo en cuenta la amplia pluralidad de los modelos económicos y de los tipos de empresa presentes a nivel europeo, es importante que las propuestas legislativas relativas a las empresas, la economía y el mercado interior no estén homologadas, rechazando una fórmula única para todos y valorizando en su lugar la «biodiversidad empresarial».

1.4.

Resulta fundamental que las instituciones europeas apoyen el desarrollo de la inteligencia artificial y el uso correcto de los macrodatos, ya sea creando normas adecuadas para garantizar el desarrollo de dicha tecnología de conformidad con los derechos individuales o invirtiendo de forma coordinada recursos públicos europeos y estatales para garantizar la competitividad de la UE a escala global. En particular, los macrodatos, así como el potencial que estos entrañan, también deberían ser accesibles a las pymes.

1.5.

Los cambios que las nuevas tecnologías, la inteligencia artificial y los macrodatos están provocando en los procesos productivos y en la economía en general también modifican profundamente el mercado de trabajo. Sin embargo, es importante que estos procesos de cambio tengan lugar en un marco de provechoso diálogo social y que respeten los derechos y la calidad de vida de los trabajadores.

1.6.

Las medidas para favorecer el acceso al crédito de las pymes —como, por ejemplo, el Plan Juncker, el programa COSME o, de cara al futuro, InvestEU— deberían continuar apoyando a aquellas pymes y empresas sociales a las que a menudo les cuesta crecer por problemas de liquidez y de baja capitalización. Asimismo, debería favorecerse de forma activa el desarrollo de un mercado europeo de «capital riesgo».

1.7.

La necesidad de garantizar la cohesión y la equidad social a una población europea cada vez más envejecida y menos numerosa evidencia el papel que las empresas sociales y mutualidades podrán adoptar en el futuro. Por tanto, es necesario seguir trabajando para valorizar el papel de esas empresas, que permiten a las personas organizarse y colaborar para dar respuesta a necesidades sociales en constante aumento.

1.8.

El CESE confirma que es necesario reconocer y apoyar el papel que desempeñan las pymes, las empresas familiares y de la economía social, las empresas artesanales y los pequeños comerciantes y agricultores para la promoción y difusión de un espíritu emprendedor centrado en el papel de las personas y las comunidades locales, en pos de la construcción del modelo europeo de mercado único inclusivo. Además, estas empresas permiten emprender una actividad económica y empresarial a un número mayor de personas, lo cual fomenta la democracia económica.

2.   Contexto y objeto de la iniciativa

2.1.

El presente Dictamen de iniciativa pretende ofrecer ayuda a las instituciones europeas a fin de favorecer, en el ámbito de las acciones destinadas al refuerzo del mercado único, la creación de un marco adaptado al desarrollo de diversos tipos de empresas que estén preparadas para acometer los retos a los que se enfrenta la sociedad.

2.2.

Actualmente se reconoce la necesidad de perseguir una economía social de mercado que, aplicando de forma inteligente las nuevas tecnologías, logre hacer frente a las grandes problemáticas relativas a la sostenibilidad, la limitación de los efectos nocivos del cambio climático, la reducción de las desigualdades, las tensiones demográficas, la fuerte presión migratoria en las fronteras exteriores de la UE y la transición energética.

2.3.

El CESE considera que una contribución importante podría llegar precisamente del mundo empresarial, así como, naturalmente, de las instituciones públicas. De hecho, las grandes transformaciones mencionadas en el apartado anterior también pueden afrontarse aplicando el propio potencial innovador de cada actividad empresarial; no obstante, algunos modelos de desarrollo económico y ciertos tipos de empresa han demostrado una mayor propensión a asumir las innovaciones sociales que resultan cada vez más indispensables para que pueda imponerse una economía más sostenible e inclusiva.

2.4.

El CESE considera que un mercado único favorable a la innovación y al nuevo espíritu emprendedor podría encontrar convergencias significativas en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible, ya que los objetivos de crecimiento e innovación, indispensables para garantizar el mantenimiento del bienestar en los países de la Unión Europea, deben ser no solo sólidos, sino también sostenibles.

2.5.

En los últimos años, el CESE ha adoptado muchos dictámenes específicos referidos a las siguientes cuestiones fundamentales:

La búsqueda de nuevos modelos económicos (1);

Las distintas formas de empresa (2);

Las transformaciones de la era digital (3).

2.6.

El CESE considera que hay varios «ecosistemas» económicos que merecerían atención por parte del legislador europeo para favorecer el funcionamiento del mercado interior. El sistema económico de la UE es diverso y engloba a empresas multinacionales, empresas nacionales y muchísimas empresas de carácter local. Estas empresas se articulan a menudo en sectores regionales de producción: zonas metropolitanas, con sistemas urbanos de alta intensidad, y zonas rurales y periféricas, donde no siempre es fácil garantizar el bienestar y la cohesión social si no se desarrolla una atención específica que también permita el acceso a la innovación tecnológica en las zonas descentralizadas.

2.7.

En todos estos contextos, es necesario conseguir que convivan y se integren los distintos tipos de empresa, pero cada uno de estos ámbitos merece una atención específica desde el punto de vista de la acción legislativa y la inversión pública. Por esta razón, es importante que las propuestas legislativas y de reglamentación económica sobre las empresas, la economía y el mercado interior no estén totalmente homologadas, rechazando una fórmula única para todos.

3.   Hacia una nueva economía europea tecnológica, sostenible e inclusiva

3.1.

Es necesario desarrollar nuevos paradigmas productivos de bienes y servicios gracias a la economía digital y a las nuevas tecnologías que tengan el potencial de cambiar las modalidades con las que se desarrollan las actividades de las empresas europeas.

3.2.

Para tal fin, es fundamental que las instituciones europeas apoyen adecuadamente el desarrollo de la inteligencia artificial, ya sea creando normas adecuadas para garantizar el desarrollo de dicha tecnología de conformidad con los derechos individuales o invirtiendo de forma coordinada recursos públicos europeos y estatales para no perder terreno respecto a agentes como Estados Unidos y China.

3.3.

Asimismo, la utilización de macrodatos, su tratamiento y su almacenamiento serán fundamentales para garantizar la competitividad del mercado europeo, puesto que la capacidad de tratamiento de datos y la posibilidad de utilizar dichos datos para estrategias de desarrollo económico y servicios a las personas van en constante aumento. No obstante, será necesario hacerlo de modo que el tratamiento y desarrollo de dichos datos respeten los derechos individuales, las libertades fundamentales y la nueva disciplina europea del RGPD.

3.4.

La peculiaridad del tejido empresarial y económico europeo cuenta con los elementos necesarios para afrontar la transformación digital, estructurándose como un ecosistema adecuado compuesto por una variedad heterogénea de empresas internacionales y locales con capacidad para tener aspiraciones globales. Para que esto sea posible, se necesita una Europa unida, conectada, cohesionada y competitiva. A este respecto, los centros de innovación digital que se están desarrollando en muchos sistemas económicos locales constituyen una experiencia positiva.

3.5.

Los grandes cambios que las nuevas tecnologías, la inteligencia artificial y los macrodatos están provocando en los procesos productivos y en la economía en general también modifican profundamente el mercado de trabajo. Algunos trabajos desaparecerán, surgirán otros nuevos y otros sufrirán profundos cambios. Es importante que estos procesos de cambio tengan lugar en un marco de provechoso diálogo social y que respeten los derechos de los trabajadores, que deben ser apoyados atendiendo a la protección y la formación continua.

3.6.

Otro factor fundamental para el crecimiento concierne a las políticas fiscales. La Comisión Europea, en el transcurso de la presente legislatura, ha realizado un trabajo considerable sobre los temas relacionados con la fiscalidad. El CESE considera que la efectividad de las normas fiscales y un nivel razonable de armonización de estas son fundamentales para el refuerzo del mercado interior. Además, las políticas fiscales promovidas a nivel europeo deberían apoyar los instrumentos funcionales para el crecimiento de las empresas como, por ejemplo, las inversiones en investigación y desarrollo y el acceso al capital en forma de recursos propios.

3.7.

Aún hoy, las pymes europeas y las empresas de la economía social sufren a causa de problemas estructurales y de la falta de condiciones favorables para su desarrollo, a pesar de los muchos esfuerzos realizados en su apoyo. Además, las pymes operan a menudo en la producción de tecnologías medias y bajas y en servicios de menor intensidad de conocimiento, y les cuesta penetrar en el mercado transfronterizo. Dichas empresas deben ser apoyadas en mayor medida puesto que, como recuerda la Comisión, constituyen el 99 % de las empresas europeas, además de generar el 67 % del empleo (4). Por este motivo, aun teniendo en cuenta la necesidad de respetar los principios del libre mercado y competencia, estas empresas deben recibir un apoyo adecuado de políticas industriales y fiscales que favorezcan la creación de valor compartido, más que la concentración de riqueza.

3.8.

En esta línea, las medidas de apoyo al acceso al crédito de las pymes como, por ejemplo, el Plan Juncker con su sistema de garantías públicas, el Programa COSME o InvestEU deberían continuar apoyando a las pymes y las empresas sociales. Desde esta perspectiva, la participación del sector privado en empresas emergentes y pequeñas y medianas empresas debería apoyarse mayormente, desarrollando un mercado europeo de «capital riesgo» y de capital de alto riesgo, que aún hoy tiene dimensiones completamente distintas a las de los Estados Unidos. La adopción de políticas que favorezcan la inversión de capital privado en las empresas europeas también debería verse acompañada de acciones concretas para favorecer la adquisición de talentos y competencias que residan fuera de la UE.

3.9.

Según datos del Banco Mundial, en promedio, la Unión Europea (5) ocupa el puesto 53.o en la clasificación mundial que mide la facilidad para crear una empresa y en el 29.o por lo que respecta a la facilidad, en general, para desarrollar una actividad económica. Los Estados Unidos, por su parte, figuran en la octava posición de esta última clasificación. A este respecto, el CESE subraya la importancia de apoyar y fomentar las actividades empresariales recurriendo a medidas de simplificación administrativa, en el ámbito de las actividades productivas de bienes y servicios, de la carga burocrática de los empresarios europeos.

3.10.

El mercado de la contratación pública asciende actualmente a cerca del 16 % del PIB europeo, por un valor de casi 1,9 billones EUR. Las nuevas Directivas de 2014 en materia de contratación pública (6) y concesiones (7) pretendían tener más presentes los aspectos sociales y ambientales en las licitaciones gestionadas por las administraciones nacionales. No obstante, y tal como reconoce la misma Comisión, aún queda mucho para lograr dicho objetivo. El CESE recomienda a la Comisión que refuerce y haga más efectiva la consideración de los aspectos sociales y ambientales en un sector históricamente crucial para el mercado único.

3.11.

Los retos crecientes que se plantean a nivel internacional, por una parte, y la necesidad de garantizar la cohesión y equidad social, por otra, evidencian el papel que las empresas sociales pueden asumir en el actual contexto. Por tanto, es necesario seguir trabajando para reconocer la existencia y el papel de las empresas en las que se manifiesta plenamente la propensión de las personas a organizarse de forma autónoma para dar respuesta a las necesidades sociales.

3.12.

En las pequeñas empresas y en las empresas sociales, la determinación de actuar y la motivación parten siempre de la persona y no del capital, que se mueve en busca de «empleos» que garanticen rendimientos. A partir de las personas, estas empresas tienen su raíz en las comunidades locales y con estas tejen vínculos duraderos, contribuyendo al bienestar local y a la cohesión social. A este respecto, los sistemas de volantes belga y sueco (8) para la asistencia doméstica constituyen un ejemplo significativo. Estos sistemas prevén desgravaciones fiscales específicas para los usuarios y fomentan la declaración del trabajo en negro, lo que beneficia por una parte a los prestadores de los servicios, que cuentan con una mayor protección, y, por la otra, a las finanzas estatales.

3.13.

El compromiso con las comunidades locales y el territorio se convierte en un factor competitivo porque alimenta la motivación y crea valores añadidos sociales y relacionales. De esta forma, las empresas de la economía social permiten a un mayor número de personas emprender una actividad empresarial, contribuyendo así a un modelo de desarrollo inclusivo.

3.14.

Otro beneficio fundamental generado por las empresas sociales es seguramente su contribución a la democracia económica, en la medida en que estas garantizan a millones de personas la posibilidad de emprender una actividad económica y de generar un trabajo autónomo sobre la base de las propias competencias, capacidades y aspiraciones.

3.15.

Con este objetivo operan, por ejemplo, las cooperativas, las mutualidades, las fundaciones con participación de las comunidades locales y las empresas sociales. El reconocimiento de dichas empresas está creciendo asimismo por efecto de la Iniciativa en favor del emprendimiento social puesta en marcha por la Comisión Europea en 2011, a la que quizá podría seguir actualmente una iniciativa más audaz y exhaustiva.

3.16.

Es necesario hacer una mención particular por lo que se refiere a los bancos regionales y locales, que brindan una oportunidad insustituible de acceso al crédito para millones de personas. Respecto a estos bancos, el enfoque de la normativa europea parece aún demasiado desfavorable y no conforme con el principio de proporcionalidad, en la medida en que somete a las mismas normas técnicas tanto a la banca global como a aquella con una dimensión exclusivamente local, siguiendo una fórmula única para todos.

4.   Las empresas europeas en el macroescenario social y global

4.1.

Es necesario tener presente que el escenario global cambiará notablemente en los próximos años, en particular en lo relativo a las cifras demográficas, la capacidad productiva y el peso económico entre las naciones y los continentes.

4.2.

En este cambio, Europa, con sus quinientos millones de habitantes, perderá importancia frente a una población mundial que pasará de los 7 600 millones actuales a 9 800 millones en 2050, con un crecimiento que se concentrará en nueve países (India, Nigeria, Congo, Pakistán, Etiopía, Tanzania, Estados Unidos, Uganda e Indonesia) (9).

4.3.

Al mismo tiempo, el porcentaje de ancianos también crecerá y el número de personas que en 2050 tenga más de ochenta años se triplicará, pasando de los actuales 137 millones a más de 425 millones de personas, y se concentrará en Europa, donde la edad media ya está actualmente está en torno a los 40-45 años, mientras que en los países emergentes es de 25-30 años.

4.4.

El CESE considera que los grandes cambios en curso hacen necesario un enfoque integral, que coordine las políticas económicas y reguladoras europeas con las políticas de cohesión social y protección de los grupos más débiles sin dejar atrás a los ancianos, las personas con discapacidad y desfavorecidas y las capas sociales más débiles.

4.5.

Además de los planes de desarrollo industrial y las políticas económicas, el desafío para la construcción de un mercado favorable a la innovación y el espíritu emprendedor es la valoración de la única gran certeza en la que se puede confiar en un mundo cada vez más incierto: el ser humano.

4.6.

Todo el sistema económico se podrá beneficiar de la valoración del capital humano, confirmando que el comportamiento de personas y empresas, en el ámbito económico, no tiene como objetivo exclusivo la maximización del beneficio. De este modo se podrá consolidar la idea de que aquello que mueve la actuación económica y el deseo de emprender va mucho más allá de la simple necesidad de acumular capital. Esto no significa restar importancia al éxito económico, sino que implica medir de una forma distinta su valor.

4.7.

De hecho, en las últimas décadas, el éxito de las empresas, en particular de las grandes empresas de la economía digital, ha sido valorado y medido principalmente en relación con la posibilidad de realizar una extracción de valor, desde una perspectiva financiera, más que con la de crear valor y puestos de empleo.

4.8.

Por último, el CESE considera necesario invertir en la formación continua de los ciudadanos europeos, a fin de que estén preparados para afrontar los continuos cambios en el actual momento histórico. Por lo tanto, resulta fundamental invertir en programas de formación que apoyen la tendencia al emprendimiento y que ofrezcan desde una edad temprana instrumentos y competencias de autoorganización, además de conocimientos que permitan fomentar el espíritu de iniciativa, la creatividad y el valor para asumir riesgos. Al mismo tiempo, las políticas de formación y apoyo deberán garantizar que una población europea cada vez más envejecida (hoy se habla de ella como la «economía plateada») y menos numerosa en el escenario global pueda disfrutar de una buena calidad de vida y realizar su propia contribución.

4.9.

Toda persona debe ser considerada un valor prioritario, como demuestran las experiencias realizadas con éxito por empresas sociales de inserción laboral, que han puesto en marcha empresas sólidas y competitivas empleando a trabajadores frágiles o excluidos del mercado de trabajo tradicional.

Bruselas, 17 de julio de 2019.

El Presidente

del Comité Económico y Social Europeo

Luca JAHIER


(1)  DO C 81 de 2.3.2018, p. 57; DO C 75 de 10.3.2017, p. 33; DO C 75 de 10.3.2017, p. 1 y DO C 303 de 19.8.2016, p. 28

(2)  DO C 288 de 31.8.2017, p. 20; DO C 283 de 10.8.2018, p. 1; DO C 13 de 15.1.2016, p. 8; DO C 13 de 15.1.2016, p. 152; DO C 458 de 19.12.2014, p. 14 y DO C 345 de 13.10.2017, p. 15

(3)  DO C 440 de 6.12.2018, p. 73; DO C 81 de 2.3.2018, p. 102; DO C 62 de 15.2.2019, p. 33; DO C 227 de 28.6.2018, p. 70; DO C 75 de 10.3.2017, p. 6 y DO C 62 de 15.2.2019, p. 131

(4)  https://ec.europa.eu/growth/smes/business-friendly-environment/performance-review_en

(5)  https://www.doingbusiness.org/content/dam/doingBusiness/media/Annual-Reports/English/DB2019-report_print-version.pdf

(6)  DO L 94 de 28.3.2014, p. 65

(7)  DO L 94 de 28.3.2014, p. 1

(8)  http://impact-phs.eu/national-practices/sweden-rot-rut-avdrag/

(9)  Naciones Unidas, Revisión de 2017 de las Perspectivas de la población mundial; https://population.un.org/wpp/Publications/Files/WPP2017_KeyFindings.pdf