COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO, AL CONSEJO, AL COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL EUROPEO Y AL COMITÉ DE LAS REGIONES El programa Marco Polo: resultados y perspectivas /* COM/2013/0278 final */
COMUNICACIÓN
DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO, AL CONSEJO, AL COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL
EUROPEO Y AL COMITÉ DE LAS REGIONES El programa Marco Polo: resultados y
perspectivas 1. Introducción El artículo 14 del
Reglamento (CE) nº 1692/2006[1]
establece que la Comisión presentará al Parlamento Europeo, al Consejo, al
Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones una Comunicación
sobre los resultados obtenidos por los programas Marco Polo durante el
periodo 2003-2010. El resultado de los programas se analizó
mediante una evaluación externa[2].
Atendiendo a las necesidades de la Comunicación, a las conclusiones de dicha
evaluación se han añadido posteriormente nuevos datos, entre ellos datos
operativos obtenidos hasta noviembre de 2012. Además, la Comunicación perfila en
términos generales los siguientes pasos que deben darse, y cómo enfocarlos,
para favorecer servicios innovadores y sostenibles en el ámbito del transporte
de mercancías en el periodo cubierto por el próximo Marco Financiero Plurianual
(MFP) 2014-2020. Por último, el documento de trabajo de
los servicios de la Comisión presenta datos estadísticos pertinentes y análisis
de los problemas específicos que figuran en el artículo 14, apartado 2,
letra a), del Reglamento (CE) nº 1692/2006. 2. El
programa Marco Polo como instrumento de apoyo a la sostenibilidad de los
servicios de transporte de mercancías en el ámbito de la UE El programa se creó como resultado del
Libro Blanco sobre la política común de transportes de septiembre de 2001[3]. El Libro Blanco
preconiza que incrementar el uso del transporte marítimo de corta distancia,
del ferrocarril y de la navegación interior sería un elemento clave para
desarrollar la intermodalidad como medio práctico y eficaz de alcanzar un
sistema de transporte equilibrado. Según el Libro Blanco, si no se adoptan
medidas, el transporte de mercancías por carretera aumentará aproximadamente un
50 % de aquí a 2010, lo que supondría costes adicionales en cuanto a
infraestructura de carreteras, un mayor número de accidentes, mayor congestión
y más contaminación a escala local y global. El efecto directo sería un aumento
del tráfico de mercancías por carretera a escala internacional (dentro de la
UE) en aproximadamente 12 000 millones de toneladas/kilómetro[4] al año. Ante esta situación se creó el programa
Marco Polo I (2003–2006)[5].
Se puso a disposición un presupuesto de 102 millones de euros para
financiar acciones destinadas a transferir el aumento previsto de
48 000 millones de toneladas/kilómetro de mercancía de la carretera
hacia el transporte marítimo a corta distancia, el transporte ferroviario y la
navegación interior o hacia una combinación de modos de transporte en la que
los trayectos por carretera quedaran reducidos al mínimo posible. Cuando se elaboró el segundo programa
Marco Polo[6]
(2007-2013), se revisaron las previsiones de crecimiento del transporte de
mercancías[7].
Como resultado, se concluyó que, a falta de medidas, el transporte de
mercancías por carretera a escala internacional (dentro de la UE) aumentaría en
20 500 millones de toneladas/kilómetro al año entre 2007 y 2013. Con un
presupuesto de 450 millones de euros, se esperaba que el programa Marco
Polo II permitiera reorientar una parte sustancial de ese aumento. 3. Principales
aspectos del programa El programa Marco Polo, creado para
reducir la congestión en las carreteras y aumentar la eficiencia y la
sostenibilidad del transporte de mercancías, es el único instrumento de
financiación de la UE definido en su marco jurídico como contribución global
por resultados. Normalmente la subvención se calcula sobre la base de la
transferencia modal lograda expresada en millones de toneladas/kilómetro[8]. Esta transferencia
modal puede seguidamente traducirse en términos económicos para expresar los
beneficios aportados por las acciones Marco Polo en el ámbito de medio
ambiente, de la congestión y otros. Marco Polo I contemplaba tres tipos
de acciones: (a)
acciones de transferencia modal: reoreintar
todo lo posible el transporte de mercancías por carretera hacia el transporte
marítimo de corta distancia, el transporte ferroviario y/o la navegación
interior; (b)
acciones de efecto catalizador: cambiar el modus
operandi del transporte de mercancías no realizado por carretera en la UE y
superar los obstáculos estructurales del mercado del transporte de mercancías
en Europa gracias a conceptos pioneros o muy innovadores; (c)
acciones de aprendizaje en común: mejorar el
conocimiento de la logística del transporte de mercancías y fomentar métodos y
procedimientos avanzados de cooperación en el mercado del transporte de
mercancías. Marco Polo II incorpora dos nuevas
acciones: (a)
autopistas del mar: toda acción intermodal
innovadora de gran volumen y alta frecuencia que contribuya directamente a
reorientar el transporte de mercancías por carretera hacia el transporte
marítimo de corta distancia. Esto incluye una combinación del transporte
marítimo de corta distancia con otros modos de transporte interior y servicios
integrados de puerta a puerta con trayectos por carretera tan cortos como sea
posible; (b)
acciones orientadas a evitar el tráfico: toda
acción innovadora que integre el transporte en la logística de producción a fin
de evitar un alto porcentaje de transporte de mercancías por carretera sin
perjudicar la capacidad de producción ni el empleo. Además, el presupuesto total se aumentó
de 102 millones a 450 millones de euros y la duración del programa se
amplió de cuatro a siete años. Asimismo, Marco Polo II introdujo otros cambios:
un ámbito geográfico más amplio, normas de financiación modificadas para
ciertos tipos de acciones, una nueva definición de los candidatos admisibles y
un nuevo enfoque de la infraestructura auxiliar. El programa Marco Polo II se revisó en
2009[9] a fin de facilitar
la participación de las microempresas y las pequeñas empresas y de simplificar
los procedimientos. Además, se duplicó la financiación máxima, pasando de 1 EUR
a 2 EUR por 500 toneladas/kilómetro transferidas del transporte por carretera a
otros modos de transporte. En lo que respecta a la gestión, la
aplicación del programa se transfirió de la Comisión a la Agencia Ejecutiva de
Competitividad e Innovación (AECI) en 2008. 4. Resultados
obtenidos por los programas Marco Polo Entre 2003 y 2012 se concedieron
172 subvenciones que aportaron ayuda financiera a más de
650 empresas. Debido a la concepción única de Marco
Polo, que vincula la subvención a la transferencia real entre modos de
transporte lograda por los proyectos, pueden cuantificarse los resultados del
programa, lo que permite evaluar los avances reales del programa. –
Eficacia La eficacia del programa se mide en
términos de transferencia modal y evitación de tráfico[10] (en
toneladas/kilómetro). Debido a la diferente naturaleza de cada
una de las acciones, la eficacia puede medirse directamente para la
transferencia modal, el efecto catalizador, las autopistas del mar y las
acciones de evitación de tráfico. Las acciones de efecto catalizador tienen
otros aspectos específicos que se abordarán de manera independiente. Las
acciones de aprendizaje en común no tienen un objetivo de transferencia modal
directo y, por lo tanto, no pueden evaluarse sobre la base del transporte
transferido de la carretera. En el caso del programa Marco
Polo I, la transferencia modal esperada a través de los proyectos seleccionados
se elevó a 47 700 millones de toneladas/kilómetro (mtkm), lo que equivale
aproximadamente al objetivo global del programa (48 000 mtkm).
Finalmente, los proyectos alcanzaron una transferencia modal real de
21 900 mtkm. Esta cifra representa en torno al 46 % del objetivo
de transferencia modal total y equivale aproximadamente a 1 200 000
trayectos de 1 000 km en camión con una carga media de 18 toneladas
de mercancías. En Marco Polo II, el volumen de
transferencia modal esperada a través de los proyectos seleccionados en las
convocatorias celebradas entre 2007 y 2011 es de 87 700 mtkm, lo que
supone una media anual de 17 540 mtkm. Hasta noviembre de 2012, estos
proyectos lograron una transferencia modal real de 19 500 mtkm (lo que hasta
ahora supone una media de unos 5 000 mtkm en los cuatro años para los que
se dispone de datos). Dado que Marco Polo II aún no ha finalizado, las
cifras aumentarán a lo largo del ciclo de vida del programa[11]. Los proyectos Marco Polo son servicios
empresariales y, como tales, son sensibles a la coyuntura económica y a las
condiciones del mercado. Por consiguiente, la desaceleración económica que
empezó en 2008[12]
afecta negativamente a la implantación y la efectividad del programa y a la
viabilidad de los proyectos[13]. Las acciones de efecto catalizador,
además del objetivo de transferencia modal, persiguen identificar y superar los
obstáculos a los enfoques innovadores en el transporte de mercancías no
realizado por carretera. Estos obstáculos de naturaleza técnica y, en ocasiones,
«psicológica» son específicos de cada proyecto. Por lo tanto resulta difícil
facilitar los resultados colectivos directos de todos los beneficios de las
acciones de efecto catalizador, con excepción de los que se derivan de la
propia transferencia modal. La eficacia de las acciones de
aprendizaje en común se evaluó proyecto por proyecto (por ejemplo, si se
produjo el número previsto de conferencias o si se alcanzó el número previsto
de asistentes). Esto se debe a que los objetivos de cada acción eran diferentes
y no existía una base común que permitiera agrupar los resultados. Las acciones
de aprendizaje en común han alcanzado por lo general sus objetivos, habiendo
tenido una serie de proyectos un índice de éxito del 100 %. Sin embargo,
es más difícil evaluar los efectos a largo plazo de estas acciones sobre las
prácticas de las empresas de logística y sobre la transferencia modal. –
Beneficios medioambientales Uno de los objetivos esenciales del
programa Marco Polo es mejorar los resultados medioambientales del transporte
de mercancías. La transferencia modal alcanzada expresada en
toneladas/kilómetro se expresa en términos monetarios mediante una calculadora
de costes externos[14]
a fin de expresar los beneficios en el ámbito del medio ambiente, de la congestión
y otros. La calculadora obtiene una valoración económica de diferentes modos y
submodos de transporte basándose en coeficientes[15] de costes externos
en relación con los efectos medioambientales (calidad del aire, ruido, cambio
climático) y los efectos socioeconómicos (accidentes, congestión). Sobre la base de las cifras de
transferencia modal obtenidas por los proyectos Marco Polo I, los
beneficios medioambientales se estiman[16]
en 434 millones de euros. Si se compara esta cifra con los fondos destinados a
los proyectos orientados a la transferencia modal (32,6 millones de euros), se
observa que cada euro invertido en estas acciones ha generado por término medio
13,3 euros en beneficios medioambientales y en ahorros de costes externos.
Tales beneficios incluyen 1,5 millones de toneladas de CO2 no
generadas por el tráfico por carretera. Dado que Marco Polo II sigue vigente, aún
no se dispone de los resultados finales. Sin embargo, las cifras provisionales
(noviembre de 2012) revelan que hasta el momento el programa ha generado 405
millones de euros en beneficios medioambientales. Además de los beneficios medioambientales
anteriormente mencionados, el programa podría tener otros importantes efectos
indirectos, como el efecto que la reducción del tráfico tiene en la protección
de la naturaleza o de zonas sensibles, como los Alpes o los Pirineos, o la
difusión de conocimientos y los efectos de creación de redes generados gracias
a la colaboración entre las entidades participantes en el programa Marco Polo. –
Eficiencia La eficiencia se mide como la relación
entre los resultados (expresados en tkm para los proyectos orientados a la
transferencia modal) y los insumos (el presupuesto comprometido o aportado). Teniendo en cuenta los importes
concedidos a los beneficiarios, para los proyectos de transferencia modal de
Marco Polo I (sin incluir las acciones de aprendizaje en común y las
acciones de efecto catalizador), cada euro invertido se tradujo en una
transferencia de 597 tkm. Esta cifra se puede comparar con la eficiencia media
de 743 tkm por euro de ayuda[17]
que se esperaba obtener mediante los proyectos seleccionados en las
convocatorias anuales[18].
En el caso del programa Marco Polo II, la
eficiencia esperada[19]
a través de los proyectos seleccionados[20]
orientados a la transferencia modal se eleva a 438 tkm/euro (noviembre de
2012). Dado que el programa aún no ha finalizado, no se dispone aún de cifras
definitivas en cuanto a la eficiencia real lograda. La reducción de la eficiencia durante el
programa Marco Polo II puede explicarse por los cambios en las normas
aplicables a los proyectos, en particular, el hecho de que se duplicara la
financiación máxima respecto a la convocatoria de 2009 (que pasó de 1 EUR a 2
EUR por cada 500 tkm) y la nueva definición de mercancía[21]. –
Utilización de los fondos De los 102 millones de euros asignados al
programa Marco Polo I, se comprometieron 73,8 millones de euros. El motivo
es que solo un número limitado de los proyectos propuestos cumplían los
criterios y las condiciones establecidos por el programa (265 propuestas
presentadas y 55 contratos firmados), por lo que la implantación del programa
no alcanzó el nivel deseado. De ese presupuesto comprometido, se
pagaron 41,8 millones de euros. El hecho de que el pago a los beneficiarios dependa
de la consecución real de resultados es un aspecto importante del programa y
denota una asignación eficiente de los fondos públicos. Sin embargo, también
implica que, en caso de que las cifras de transferencia modal efectivamente
alcanzada sean inferiores a las calculadas inicialmente por los beneficiarios,
por ejemplo a causa de los efectos adversos de la crisis financiera, el
presupuesto puesto a disposición del programa no es utilizado en su totalidad. Para el programa Marco Polo II,
actualmente en curso, se prevé una tendencia similar. Además, como regla general, las sumas
aportadas a un proyecto no pueden superar el déficit total experimentado a lo
largo del periodo de financiación (véase la nota número 8). Por lo tanto, si un
proyecto genera beneficios o alcanza el umbral de rentabilidad antes de lo
previsto en la solicitud, la ayuda puede retirarse o reducirse respectivamente.
Este fue el caso de varios proyectos Marco Polo, lo que contribuyó igualmente a
una infrautilización de los fondos asignados. –
Sostenibilidad La sostenibilidad hace referencia a la
continuidad del proyecto más allá del periodo de financiación. De acuerdo con
las evaluaciones[22]
de los programas, se espera que la mayor parte de los servicios continúe tras
la finalización del acuerdo de subvención. Ello indica que la financiación a
corto plazo puede haber desencadenado cambios a largo plazo incluso en las
cambiantes condiciones actuales del mercado. Como resultado, es probable que
los programas generen beneficios adicionales en términos de transferencia modal
o evitación de tráfico y ahorros de costes externos una vez transcurrido el
periodo de vigencia del contrato. No obstante, debido a la indisponibilidad de
datos pertinentes, no es posible incluir este aspecto a la hora de cuantificar
los efectos del programa. –
Competencia El programa Marco Polo contempla
subvenciones a las empresas de transporte a fin de financiar el inicio de
acciones que transfieran parte del transporte de mercancías por carretera a
otros modos de transporte. La atención a los nuevos servicios de transporte (o
las mejoras de los ya existentes) y ciertos niveles de saturación en los ejes
intermodales pueden traducirse en algunos casos en problemas de competencia,
incluso aunque se establezcan salvaguardias orientadas a evitar una distorsión
en contra del interés común (es decir, evaluación de la competencia en el
proceso de evaluación de la propuesta, posibilidad de rescindir contratos o de
reducir su alcance en caso de demostrarse una distorsión de la competencia). En la práctica, incluso aunque a lo largo
del ciclo de vida de ambos programas Marco Polo se han recibido una serie de
quejas por distorsión de la competencia por parte de competidores de
beneficiarios del programa Marco Polo, no existe ninguna prueba evidente de
efectos perjudiciales para la competencia[23]. –
Gestión Con la capacidad de comprometer más
recursos humanos, la AECI ha demostrado que era posible aportar valor añadido
al proceso de aplicación del programa Marco Polo. La externalización ha permitido
reforzar los esfuerzos en materia de comunicación, mejorar la promoción del
programa, reforzar los controles operativos y ofrecer más ayuda a los
candidatos. –
Procedimientos Los procedimientos del programa, basados
en el principio de buena gestión financiera, se desarrollaron con el fin de
asegurar la igualdad de oportunidades y de conseguir un equilibrio apropiado
entre, por un lado, los controles administrativos relativos a la utilización
del dinero público y, por otro, las necesidades de las empresas. Sin embargo,
debido a la propia naturaleza operativa del programa, en algunos casos dichos
procedimientos podrían considerarse complejos y no ser plenamente compatibles
con las prácticas diarias de las empresas privadas, en particular en el
contexto de un entorno de riesgo financiero en constante cambio. Otros factores importantes (a)
La implantación del programa Marco Polo no se
considera plenamente satisfactoria. La duplicación de la financiación máxima en
2009 solo ha resuelto parcialmente este problema. Ello puede explicarse por
motivos externos, como el limitado grupo de destinatarios, las cambiantes
condiciones del mercado y un clima económico adverso desde 2008, pero también
por motivos internos, como el propio diseño del programa, el cual, con el fin
de proteger los fondos públicos, transfiere los principales riesgos operativos
a los beneficiarios. (b)
La introducción de certificados de auditoría
complementarios desde 2010 ha facilitado la verificación de las cantidades de
mercancías transportadas por los proyectos Marco Polo y ha reducido el riesgo
de cálculos erróneos y supuesto fraude, pero al mismo tiempo ha hecho que
aumente aún más la carga administrativa para los beneficiarios. (c)
La orientación del programa, basada en la
transferencia modal (que permite que las aportaciones se determinen casi
exclusivamente en función de la transferencia modal o de la evitación de
tráfico alcanzadas[24],
es una de las razones que hacen que los beneficiarios tengan dificultades para
financiar la infraestructura auxiliar[25],
incluso aunque el gasto derivado de este tipo de infraestructura también pueda
optar a la ayuda financiera[26]. (d)
El enfoque actual de la transferencia entre
modos de transporte no resulta atractivo para ciertos Estados miembros
insulares. Esto se debe a que las vías empleadas para el transporte de
mercancías entre las islas y el continente y también entre las propias islas
son eminentemente marítimas y, como consecuencia, es poco probable que en estos
casos pueda generarse transferencia modal y evitación de tráfico a los niveles
que exige el programa. (e)
Según unos pocos beneficiarios encuestados
acerca del programa Marco Polo[27],
cabe la posibilidad de que el programa comporte un cierto grado de
ineficiencia, en el sentido de que una parte de los proyectos que reciben
ayudas habrían salido adelante incluso sin la financiación del programa Marco
Polo. Por otro lado, la ayuda de puesta en marcha concedida mediante
subvenciones de la UE puede haber mitigado el riesgo empresarial asociado al
inicio de estas operaciones intermodales y haber contribuido a que algunos
proyectos alcanzaran el umbral de rentabilidad antes de lo que hubiera sido
posible sin financiación. Asimismo, es probable que la ayuda comunitaria haya
permitido revisar al alza la escala de ciertos proyectos. Sin embargo resulta
difícil cuantificar el alcance del grado de ineficiencia comentado. (f)
Si bien la participación de las pequeñas y
medianas empresas no es un objetivo directo del programa, se estima que estas
representan en torno al 24 %[28]
de todas las empresas beneficiarias. El documento de trabajo de los servicios
de la Comisión que acompaña la presente Comunicación ofrece cifras
pormenorizadas sobre los resultados de los programas Marco Polo. 5. Conclusiones
sobre los resultados alcanzados Los programas Marco Polo nacieron como
instrumentos de financiación orientados a reducir la congestión en las
carreteras y mejorar el comportamiento medioambiental del sistema de transporte
de mercancías. Algunos aspectos únicos e importantes del programa son su transparencia,
la precisión con la cual pueden medirse los resultados y la relación directa
entre la financiación de la UE y los resultados obtenidos. El ya finalizado programa Marco Polo I
generó alrededor de 434 millones de euros en beneficios medioambientales al
transferir 21 900 millones de toneladas/kilómetro de las mercancías
transportadas por las carreteras europeas a otros modos de transporte. Se
espera que gracias a Marco Polo II, actualmente en curso, aumenten aún más esa
significativa transferencia modal y los beneficios asociados a ella. Sin
embargo, los ambiciosos objetivos de transferencia modal establecidos por el
legislador aún no se han alcanzado plenamente (46 % de la transferencia
modal prevista en el caso de Marco Polo I). Además, los programas se consideran
más bien complejos y, en algunas ocasiones, las empresas europeas tienen
dificultades para poder utilizarlos. A pesar de ello, debe subrayarse que
Marco Polo se basa en resultados cuantificables y que las aportaciones se
realizan casi exclusivamente en función de la transferencia modal real
alcanzada. Lo que es más, las condiciones del mercado y la situación económica
son factores que determinan en buena medida el éxito de los proyectos. Dado que
las soluciones de transporte intermodal son más complejas y difíciles de
aplicar que un simple sistema de transporte por carretera, el programa ha
resultado especialmente sensible a los efectos de la crisis económica. Por
tanto, Marco Polo representa un buen ejemplo de utilización eficiente de los fondos
de la UE incluso, aunque no se hayan alcanzado plenamente los objetivos del
programa y no se haya utilizado íntegramente el presupuesto asignado. Por otro lado, la aportación de fondos
públicos directamente al mercado supuso ciertos problemas de competencia
durante el periodo de vigencia del programa. Sin embargo, no existe una
evidencia clara que demuestre que los proyectos financiados han tenido efectos
perjudiciales para la competencia. Actualmente el programa Marco Polo es el
único instrumento de financiación a escala europea centrado en la mejora de la
eficiencia del transporte de mercancías. Por consiguiente se considera útil y
apropiado seguir manteniendo un apoyo continuado. No obstante, todo nuevo
programa de apoyo a la sostenibilidad de los servicios de transporte de
mercancías deberá reflejar las conclusiones extraídas de los programas
precedentes. 6. Próximos
pasos –
Contexto de la política de transportes En marzo de 2011, la Comisión publicó una
estrategia para un sistema de transporte competitivo orientado a mejorar la
movilidad y la accesibilidad, resolver los principales obstáculos en áreas
clave y contribuir a generar crecimiento y empleo[29]. Entre los
objetivos primordiales de la política de transportes de la UE se encuentran la
implantación de combustibles limpios, la optimización del rendimiento de las
cadenas logísticas multimodales y la utilización de modos de transporte menos
consumidores de energía, la explotación más eficiente de los transportes y de
las infraestructuras y el desarrollo de sistemas de información y de incentivos
orientados al mercado. Las nuevas orientaciones para el desarrollo de la red
transeuropea de transportes (RTE-T)[30]
adoptadas por la Comisión en octubre de 2011 conformarán el marco principal
para alcanzar los objetivos de la política de transportes establecidos en el
Libro Blanco. En lo respectivo al Marco Financiero
Plurianual (MFP) 2014-2020, la Comisión propone dos pilares de ayuda financiera
de la UE en el ámbito de la política de transportes. El pilar «infraestructura», estará
cubierto por el mecanismo «Conectar Europa» (MCE)[31]. En su vertiente
de transporte, se prevé que el MCE introduzca mejoras en la infraestructura
europea de transportes, cree conexiones inexistentes y elimine puntos de
congestión. Dado que la financiación se concentrará en aquellos modos de
transporte que resulten menos contaminantes, en una implantación más amplia de
las aplicaciones telemáticas y en la utilización de tecnologías innovadoras, el
MCE impulsará una mayor sostenibilidad del sistema europeo de transporte. El pilar «innovación» será puesto en
práctica por las partes interesadas del nuevo programa de investigación e
innovación (Horizonte 2020)[32]. –
Apoyo a los servicios de transporte de
mercancías innovadores y sostenibles: planteamiento político A fin de mejorar la eficiencia y la
sostenibilidad del sector de la logística y del transporte de mercancías en
Europa, la Comisión propone un nuevo enfoque en apoyo de los servicios de
transporte de mercancías en el periodo 2014-2020. Sobre la base de los resultados logrados
y teniendo en cuenta la evolución del contexto político, el programa Marco Polo
II no continuará en su forma actual. En su lugar, su sucesor se integrará en el
programa RTE-T revisado y se aplicará mediante instrumentos de financiación
previstos por el MCE. Este enfoque se traducirá en una
aplicación armonizada y coordinada de la política europea de transportes. En
este contexto, la continuación de Marco Polo contribuirá especialmente a la
gestión y a la utilización eficientes de la infraestructura de transportes, lo
que permitirá implantar servicios innovadores y sostenibles de transporte de
mercancías en la red multimodal principal, que supuestamente soportará los
flujos de tráfico europeos más importantes. Estos servicios deben ajustarse a las
necesidades de sus usuarios, ser eficientes desde el punto de vista económico,
contribuir a alcanzar los objetivos de transporte limpio y de baja emisión de
carbono, a la seguridad de abastecimiento energético y a la protección del
medio ambiente, ser estables y seguros y regirse por estándares de calidad
elevados. Deben promover conceptos tecnológicos y operativos avanzados y
contribuir a la mejora de la accesibilidad en la Unión. También deben
desempeñar un papel importante para impulsar la economía europea hacia un
crecimiento sostenible, haciendo del sector de la logística y del transporte de
mercancías uno de los motores del crecimiento europeo, mejorando el comercio y
la movilidad de las personas, creando riqueza y empleo y manteniendo la
competitividad de las empresas europeas. Por tanto,
tal como propone la Comisión en el artículo 38 de las nuevas orientaciones
RTE-T, el nuevo enfoque deberá atender a los siguientes criterios[33]: (a)
mejorar la utilización sostenible de la
infraestructura de transportes, lo que incluye una gestión eficaz de la misma; (b)
promover la implantación de servicios de
transporte innovadores o nuevas combinaciones de servicios de transporte
existentes de eficacia probada, incluso mediante la aplicación de los STI y el
establecimiento de estructuras de gobernanza pertinentes; (c)
facilitar las operaciones de servicios de
transporte multimodal y mejorar la cooperación entre proveedores de servicios
de transporte; (d)
fomentar la eficiencia en términos de consumo
de recursos y de emisiones de carbono, en particular en los ámbitos de la
tracción, la conducción y la propulsión de vehículos, de la planificación de
los sistemas y de las operaciones, de la utilización compartida de recursos y
de la cooperación; (e)
analizar, vigilar y facilitar información
sobre la evolución de los mercados, las características y el rendimiento de las
flotas, los requisitos administrativos y los recursos humanos. En este marco
también deberá prestarse atención, por un lado, a medidas que apoyen la interconectividad
y la interoperabilidad de la información sobre los distintos modos de
transporte de mercancías y, por otro, a facilitar la implantación de servicios
basados en las autopistas del mar. Por último,
todo esto debería traducirse en objetivos de financiación concretos firmemente
integrados en las orientaciones estratégicas relativas a las infraestructuras
que animen a las empresas comerciales a cambiar a soluciones más innovadoras y
sostenibles, ayudándolas a reducir los riesgos asociados y a abordar los
principales problemas que afectan al sector del transporte de mercancías, como
el bajo nivel de innovación, los problemas de interconectividad entre modos de
transporte, la dificultad para acceder a la financiación, la internalización
insuficiente de los costes externos, la utilización ineficiente de los recursos
y la falta de cooperación en el mercado. Se espera que
el nuevo enfoque mejore la eficacia y la eficiencia de la ayuda financiera de
la UE. Por tanto el formato del instrumento actual será revisado en lo que
respecta al tipo de acciones subvencionadas, la estructura de gestión y los
procesos de aplicación. Asimismo, deberá abordarse adecuadamente la coherencia
con las estructuras operativas del MCE. Ello podría
implicar abandonar el modelo de apoyo basado fundamentalmente en la
transferencia modal, que constituía el elemento principal del actual programa
Marco Polo. –
Medidas y aplicación El MCE prevé
que la financiación de servicios de transporte de mercancías sostenible puede
aportarse en forma de instrumentos financieros o de subvenciones, no pudiendo
exceder el importe de la ayuda financiera comunitaria del 20 % de los
costes totales admisibles. Esta tasa de financiación máxima se adaptará
adecuadamente con objeto de impulsar el interés del mercado y promover un
efecto de movilización adecuado de los fondos públicos asignados al programa[34]. En lo
concerniente a las subvenciones, los proyectos deberían seleccionarse mediante
convocatorias de propuestas con condiciones de financiación y criterios de
admisión, selección y adjudicación conformes con los objetivos y las
prioridades establecidos en el MCE y en las orientaciones RTE-T. Los objetivos
operativos, los indicadores pertinentes y los mecanismos de concesión de la
ayuda de la UE tendrán en cuenta, en su caso, los resultados de la auditoría
del programa Marco Polo actualmente efectuada por el Tribunal de Cuentas
Europeo. [1] Reglamento
(CE) nº 1692/2006 del Parlamento Europeo y del Consejo por el que se establece
el segundo programa «Marco Polo» para la concesión de ayuda financiera
comunitaria a fin de mejorar el comportamiento medioambiental del sistema de
transporte de mercancías (Marco Polo II) y por el que se deroga el
Reglamento (CE) nº 1382/2003, modificado por el Reglamento (CE)
nº 923/2009, DO L 328/1, 24/10/2006. [2] Evaluación
del Programa Marco Polo 2003-2010, Europe Economics, abril de 2011. [3] Libro
Blanco, La política común de transportes de cara al 2010: la hora de la verdad, COM(2001) 370 final de 12.9.2001. [4] «Tonelada-kilómetro»
(tkm): el transporte de una tonelada de mercancía, o su equivalente
volumétrico, a lo largo de una distancia de un kilómetro. [5] Sobre
la base del Reglamento (CE) nº 1382/2003. [6] Sobre
la base del Reglamento 1692/2006. [7] Evaluación
previa de Marco Polo II (2007-2013), Ecorys, 2004; estimaciones de aumento
del transporte de mercancías:
modelo PRIMES y estadísticas
EUROSTAT. [8] Conforme
a las normas del programa, la subvención se calcula como el valor más bajo de
entre los siguientes: (1) las toneladas/kilómetro transferidas;
(2) las pérdidas acumuladas a lo largo del periodo de financiación; y (3) el
35 % de los costes admisibles (el 50 % para las acciones de
aprendizaje en común). En la práctica, para la mayoría de las
acciones de transferencia modal (quedan excluidas las acciones de aprendizaje
en común y los objetivos específicos de las acciones de efecto catalizador), la
aportación se limita al número máximo de tkm alcanzado. [9] Reglamento
(CE) nº 923/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo, DO L 266/2, de 9.10.2009 [10] El método de
evaluación de las acciones de evitación de tráfico se expresa en
vehículos/kilómetro, no en toneladas/kilómetro. Los vehículos/kilómetro (vkm) pueden convertirse a
toneladas/kilómetro (tkm), siendo 1 vkm equivalente a 20 tkm. [11] Se prevé
que los últimos proyectos del programa Marco Polo II sigan funcionando
hasta 2020. [12] En el sector
del transporte de mercancías se observó un descenso generalizado de los
volúmenes transportados. Para
más información, véase el documento de trabajo de los servicios de la Comisión
que acompaña la Comunicación. [13] Once proyectos no iniciados o interrumpidos en el marco
de MP I (convocatorias del periodo 2003-2006) y treinta proyectos no
iniciados o interrumpidos hasta el momento en el marco de MP II (convocatorias
del periodo 2007-2010). [14] Calculadora
Marco Polo (más información en
http://ec.europa.eu/transport/marcopolo/index_en.htm). [15] Los
coeficientes y la metodología empleados por la calculadora se ajustaron con el
paso del tiempo. Las versiones recientes de la calculadora
se basan en el «Handbook on estimation of external cost in the transport
sector» (manual sobre la evaluación de los costes externos en el sector del
transporte) (IMPACT 2008). [16] Los
valores obtenidos por la calculadora solo pueden considerarse indicativos. [17] La eficiencia esperada a través de los proyectos
seleccionados se mide antes de efectuar aportaciones económicas a los proyectos
y, por tanto, se basa en los fondos comprometidos. [18] En 2003,
2004, 2005 y 2006. [19] Sobre la
base de los fondos comprometidos. [20] Proyectos
seleccionados en las convocatorias de propuestas de 2007, 2008, 2009, 2010 y
2011. [21] Incluye
el peso sin carga de los modos de transporte por carretera e intermodal. [22] Evaluación del programa Marco Polo (2003-2006), ECORYS,
2007; evaluación del programa Marco Polo 2003-2010, Europe Economics, 2011. [23] Estas reclamaciones fueron debidamente examinadas por la
Comisión o la AECI. En consecuencia, desde la convocatoria de
propuestas de 2011 se ha reforzado el procedimiento de evaluación interna en lo
que respecta al problema de la competencia. [24] Véase la nota n° 8. [25] La
infraestructura necesaria y suficiente para alcanzar los objetivos de las
acciones, incluidas las instalaciones de mercancías-pasajeros. [26] Solo se
tendrán en consideración como coste admisible la parte de amortización de la
infraestructura que corresponda a la duración de la acción y la tasa de
utilización efectiva en virtud de la acción. Los costes admisibles relativos a las infraestructuras
auxiliares no superarán el 20 % de todos los costes admisibles de la
acción [27] Véase la
nota n° 22. [28] En esta cifra
solo se consideran las PYME autónomas (no vinculadas a otras empresas); fuente:
datos de la AECI. [29] Libro
Blanco, Hoja de ruta hacia un espacio único europeo de transporte: por una
política de transportes competitiva y sostenible, COM/2011/0144 final. [30] Propuesta
de Reglamento sobre las orientaciones comunitarias para el desarrollo de la red
transeuropea de transporte, COM(2011) 650 final/2. [31] Propuesta
de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo por el que se crea el
Mecanismo «Conectar Europa», COM(2011) 665 final/3. [32] Propuesta
de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo por el que se establece
Horizonte 2020, Programa Marco de Investigación e Innovación (2014-2020),
COM(2011) 809 final. [33] El texto
de las orientaciones RTE-T y el artículo mencionado se encuentran actualmente
en fase de tramitación conforme al procedimiento legislativo, por lo que
podrían sufrir modificaciones. [34] Según se explica en la nota
número 8, la subvención del actual programa Marco Polo II se calcula
sobre la base de: (1) las toneladas/kilómetro transferidas; (2) las pérdidas
totales experimentadas a lo largo del periodo de financiación; y (3) los costes
admisibles. De acuerdo con las conclusiones extraídas de los proyectos
financiados, la tasa de financiación real del programa no supera el 10 %
de media del total de los costes admisibles.