DOCUMENTO DE TRABAJO DE LOS SERVICIOS DE LA COMISIÓN sobre el aprovechamiento del potencial de empleo de los servicios personales y domésticos que acompaña al documento COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO, AL CONSEJO, AL COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL EUROPEO Y AL COMITÉ DE LAS REGIONES Hacia una recuperación generadora de empleo /* SWD/2012/0095 final */
DOCUMENTO DE TRABAJO DE LOS
SERVICIOS DE LA COMISIÓN sobre el aprovechamiento del potencial
de empleo de los servicios personales y domésticos que acompaña al documento COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL
PARLAMENTO EUROPEO, AL CONSEJO, AL COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL EUROPEO Y AL
COMITÉ DE LAS REGIONES Hacia una recuperación
generadora de empleo
ÍNDICE 1........... INTRODUCCIÓN........................................................................................................ 3 2........... DEFINIR Y CUANTIFICAR LOS
SERVICIOS PERSONALES Y DOMÉSTICOS.. 4 3........... MERCADO DE TRABAJO Y RETOS
POLÍTICOS.................................................. 11 4........... PERSPECTIVAS PARA EL FUTURO....................................................................... 17
Exención de responsabilidad: El presente documento es un documento de trabajo de los
servicios de la Comisión con fines informativos. No representa una posición
oficial de la Comisión sobre este tema, ni prejuzga dicha posición.
1.
INTRODUCCIÓN
Para crear
puestos de trabajo en tiempos de consolidación fiscal y contribuir a que la
población de veinte a sesenta y cuatro años alcance una tasa de empleo del
75 % en 2020[1],
en el Estudio Prospectivo Anual sobre el Crecimiento 2012 se puso de relieve la
necesidad de que los Estados miembros den prioridad a «impulsar iniciativas que
faciliten el desarrollo de los sectores con mayor potencial de creación de
empleo, incluidos la economía baja en carbono (“empleos ecológicos”), el sector
social y la sanidad (“empleos blancos”), la prestación de otros servicios
personales y domésticos y la economía digital»[2].
Como parte de la Estrategia Europa 2020, la iniciativa emblemática «Una agenda
para nuevas cualificaciones y empleos»[3]
pretende contribuir a la consecución de los objetivos de 2020 a través de la
mejora de las competencias profesionales, una mejor previsión de estas
competencias y un mejor ajuste de la oferta y la demanda de capacidades
profesionales. Las actividades
que contribuyen al bienestar de las familias y las personas en los hogares,
como los servicios de asistencia a domicilio y los servicios domésticos, tienen
un potencial considerable de creación de empleo. Los servicios de asistencia a
domicilio forman parte de los denominados «empleos blancos» junto con los
servicios de asistencia sanitaria y de atención residencial, mientras que los
servicios domésticos están en la linde de esta categoría. Se prevé que aumente
la demanda de servicios domésticos y de asistencia domiciliaria debido al
notable envejecimiento de la población en todos los Estados miembros, junto con
la disminución del número de cuidadores potenciales en el círculo familiar. En los debates
políticos de muchos Estados miembros, se mencionan a menudo los servicios
personales y domésticos como una posible respuesta a las siguientes cuestiones: ·
Mejor conciliación de la vida personal y
laboral, que puede conseguirse mediante una
mayor externalización de las tareas domésticas, así como del cuidado de niños y
de las personas mayores. Disponer de unos servicios de asistencia accesibles y
asequibles constituye también una condición previa importante para aumentar la
participación de las mujeres en el mercado laboral. ·
Creación de oportunidades de empleo de bajo coste para las finanzas públicas destinadas a las
personas relativamente poco cualificadas, en particular por lo que respecta a
las labores domésticas, mediante el fomento de la prestación de servicios
domésticos en la economía formal en lugar de en la economía sumergida. La
creación de empleo es también un factor que debe tenerse en cuenta al considerarse
los costes de las diversas opciones de asistencia a las personas dependientes. ·
Mejora de la calidad de la asistencia, gracias a una mano de obra con las competencias profesionales
adecuadas y que se beneficie de unas buenas condiciones de trabajo sujetas a
controles de calidad de los prestadores de servicios. Regularizar estos servicios de manera que
pasen de la economía sumergida a la economía formal también contribuirá a la
creación de microempresas y PYME y su crecimiento, dado que los prestadores de
muchos de estos servicios son trabajadores por cuenta propia y pequeñas y
medianas empresas. Aunque el empleo en los servicios
personales y domésticos es responsabilidad de los Estados miembros, es útil
reflexionar en común, ya que todos los Estados miembros se enfrentan a los
mismos problemas. Compartir buenas prácticas, análisis y experiencias podría
contribuir no solo a encontrar respuestas adecuadas a los problemas vigentes en
este ámbito de la economía, sino también a dar respuesta a necesidades futuras
derivadas de la evolución demográfica. En cumplimiento del principio de
subsidiariedad, los servicios de la Comisión someten este documento a la
consideración de todas las partes interesadas, en particular las autoridades
nacionales, los interlocutores sociales, los prestadores y los usuarios de
servicios, para que sea objeto de debate.
2.
DEFINIR Y CUANTIFICAR LOS SERVICIOS PERSONALES Y
DOMÉSTICOS
A efectos del presente documento, el
término «servicios personales y domésticos» (en lo sucesivo, «servicios PD»)
abarca una amplia gama de actividades que contribuyen al bienestar de las
familias y las personas individuales en sus hogares: el cuidado de los niños,
la asistencia a las personas mayores o con discapacidad (en lo sucesivo,
«asistencia a las personas dependientes»), la limpieza, las clases
particulares, las pequeñas reparaciones del hogar, la jardinería, la ayuda en
lo relacionado con las TIC, etc. Teniendo en cuenta la información
estadística disponible, solo podemos ofrecer una aproximación de la cobertura
de los servicios PD que se hace en la NACE[4]
y la magnitud de empleo formal en este ámbito, que se estima en 7,5 millones. El cuidado de los niños y la asistencia a
las personas dependientes son servicios sociales que prestan, a menudo, agentes
de la economía social y que desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento
de la cohesión social. Suelen considerarse actividades de interés general y
financiarse mediante el presupuesto público. A nivel de la UE, la coordinación
de políticas para la prestación de estos servicios sociales se realiza en el
marco del método abierto de coordinación respecto a la protección social y la
inclusión social[5].
Por lo que se refiere concretamente a la asistencia a las personas
dependientes, el Comité de Protección Social adoptó un informe especial en
abril de 2008, en el que planteó una serie de reflexiones adicionales sobre
vías que valdría la pena explorar en relación con los desafíos que presenta
esta asistencia. Además, el cuidado de los niños y la asistencia a las personas
dependientes, junto con otros servicios de interés general, han sido objeto de
debate acerca de la aplicación de las normas de competencia y mercado interior.
En este contexto, la Comisión presentó en diciembre de 2011 una serie de
propuestas destinadas a reforzar las consideraciones sociales de la
contratación pública, y ha presentado también un nuevo régimen de ayuda estatal
simplificado[6].
Por último, la Comisión ha promovido en el seno del Comité de Protección Social
el desarrollo de un marco europeo de calidad para los servicios sociales[7], de carácter
voluntario, que debe servir de referencia para definir, garantizar, evaluar y
mejorar la calidad de estos servicios. Los servicios personales y domésticos
poseen una serie de características interesantes desde el punto de vista de las
políticas de empleo: ·
un bajo factor de importación (la actividad
tiene lugar a escala local), lo que entraña unas pérdidas escasas de
importaciones en caso de intervención pública; ·
un alto contenido de empleo, lo que implica un
efecto potencialmente importante en la creación de puestos de trabajo en caso
de concederse ayudas públicas; ·
distintos niveles de requisitos respecto a las
competencias técnicas (posibilidades autodidactas en algunos ámbitos y
exigencias más altas en el caso de la asistencia a las personas dependientes),
pero en general, se precisa un cierto nivel de conocimientos informáticos y
determinadas aptitudes sociales y de relaciones humanas; ·
una baja productividad en algunas de las
tareas necesarias, pero el potencial de productividad indirecta aumenta cuando
los clientes de estos servicios pueden centrarse más en sus propias actividades
profesionales, de mayor productividad; ·
el escaso riesgo de que la intervención
pública provoque una transferencia de empleo de otros sectores, dado el
predominio de los trabajadores no declarados en estos sectores; ·
una necesidad creciente de estos servicios
debido al envejecimiento de la población y a la necesidad de aumentar la
participación de las mujeres en el mercado laboral; las actividades de estos
servicios contribuyen a mejorar la conciliación entre la vida laboral y
personal y sus efectos positivos revierten a través de un aumento del número de
horas de trabajo o una reinserción en el mercado laboral. Tradicionalmente los servicios PD se
prestan en el hogar y son mayoritariamente las mujeres quienes se encargan de
ellos. Parte de estas tareas se han ido externalizando fuera del hogar
(servicios de restauración, de lavado y planchado de ropa, de guarderías de día
y de residencias para personas mayores) o dentro de él, mediante la
contratación directa o indirecta de trabajadores externos que realizan estas
labores domésticas. Tal como se ha mencionado anteriormente, las autoridades
públicas también han participado en la organización y financiación del cuidado
de niños y la asistencia a personas dependientes como herramientas de las
políticas sociales.
2.1.
Prestación de servicios personales y
domésticos en el hogar
Según
estimaciones de la OCDE[8],
los miembros adultos de los hogares en los Estados miembros europeos de esta
organización dedican una media de 2,5 horas diarias a las labores domésticas
y los cuidados. Las mujeres están mucho más implicadas (3,5 horas) que los
hombres (1,5 horas) (véase el gráfico 1). La mayor parte del trabajo no
remunerado son labores domésticas habituales (cocina, limpieza, jardinería y
mantenimiento de la casa) y el cuidado de otras personas. Partiendo de una población en la UE de
331 millones de personas de edades entre 15 y 65 años (activas e inactivas) que
emplean 2,5 horas por día en el hogar y los cuidados, se dedican
aproximadamente 830 millones de horas/día a las tareas del hogar en la UE o
casi 100 millones de equivalentes de tiempo completo. La externalización de
algunas de estas actividades podría representar una fuente importante de nuevos
empleos (actividades por cuenta propia, creación o desarrollo de PYME). Gráfico 1: Minutos al día dedicados por hombres y mujeres a
actividades del hogar
Fuente: Society at a Glance 2011: OECD Social indicators[9]. Además, un
informe de Eurofound[10]
de 2011 concluyó que son los prestadores de asistencia informal, especialmente
otros miembros del hogar, o bien amigos o vecinos, quienes cubren
aproximadamente el 80 % del tiempo dedicado a atender a las personas
mayores o con discapacidad, sin ningún impacto en el gasto público. Si bien un
prestador de asistencia informal puede recibir pagos sin declarar del
beneficiario de la asistencia, esto no constituye una relación
empleador-trabajador. Sin embargo, el aumento de la tasa de
empleo de las mujeres (del 51,2 % en 1997 al 58,2 % en 2010) implica
que estas pasan menos tiempo en casa y que es preciso replantearse el cuidado
informal de niños y de personas mayores y la realización de labores domésticas.
Asimismo, el aumento de los índices de divorcio[11] puede reducir la
ayuda tradicional en los hogares a las personas mayores. Los datos disponibles
en relación con el periodo 1970-2007 muestran que esta tendencia es común en
toda Europa, con algunas diferencias entre una serie de Estados miembros. A
escala de la UE, el índice absoluto de divorcios[12] ha aumentado de un
0,9 % en 1970 a un 2,1 % en 2007, y las tasas más altas las tienen en
Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Luxemburgo, Países Bajos,
Suecia y Reino Unido. En la segunda Encuesta europea sobre la
calidad de vida respecto a la familia y el trabajo[13] se puso de relieve
que la sensación de tener una carga de trabajo excesiva por motivos familiares
o profesionales reduce sustancialmente la satisfacción personal. También la
quinta Encuesta sobre las condiciones de trabajo en Europa[14] mostró que casi
una quinta parte de los trabajadores europeos tiene problemas para conciliar
adecuadamente la vida laboral y la vida privada. Las mujeres que ejercen una
actividad laboral a tiempo completo fuera del hogar experimentan un conflicto
entre el trabajo y la vida privada, y tienden a estar menos satisfechas con su
vida que las mujeres dedicadas exclusivamente a las labores del hogar. Dado que
el empleo femenino constituye una parte importante de nuestra prosperidad
económica, deben aplicarse mejores condiciones para que haya una mejor
conciliación de la vida laboral y personal y apoyar la participación de las
mujeres en el mercado de trabajo. Para incrementar la tasa de empleo de las
mujeres y cumplir el objetivo prioritario de empleo que se fijó en el marco de
la Estrategia Europa 2020[15],
es esencial contar con una buena cobertura de servicios de guardería. En el
caso de estos servicios, los gastos deben considerarse también como una
inversión en el futuro. Unos cuidados y una educación infantil de calidad
pueden ayudar a desarrollar las aptitudes y capacidades de aprendizaje de los
niños de corta edad (especialmente en el caso de los niños de hogares desfavorecidos).
Teóricamente, las familias tienen la posibilidad de recurrir a una guardería,
contratar a alguien para que cuide a sus hijos en el hogar, contar con la ayuda
de otros miembros de su familia u ocuparse por sí mismas de los niños. La
posibilidad de elección real dependerá del precio de los servicios y de la
disponibilidad de plazas. Por lo tanto, su decisión tiene repercusiones en la
tasa de empleo. En general, la falta de servicios formales de cuidado de los
niños o de asistencia a personas dependientes podría compensarse mediante
acuerdos informales que apoyen la participación en el empleo regular de los
usuarios, pero no de los prestadores de servicios.
2.2.
Apoyo de las autoridades públicas a los
servicios de cuidado de los niños y de asistencia a las personas dependientes
A nivel de los Estados miembros, las
autoridades públicas respaldan los servicios de cuidado de los niños y de
asistencia a las personas dependientes en consonancia con los objetivos de la
política social, ya que estos servicios desempeñan un papel primordial en la
inclusión social y constituyen una condición previa para aumentar la
participación de las mujeres en el mercado laboral. La intervención pública en
la organización y financiación del cuidado de los niños y la asistencia a las
personas dependientes pretende garantizar el derecho universal a acceder a
servicios de alta calidad, con independencia del patrimonio o nivel de ingresos
de las familias, así como la sostenibilidad a largo plazo de los sistemas de
prestación de tales servicios. Las autoridades públicas o bien prestan
los servicios directamente o apoyan su prestación por parte de proveedores
privados (entidades con o sin ánimo de lucro), y velan por el respeto de las
normas sobre ayudas estatales de la UE. A menudo, la asistencia domiciliaria a
las personas mayores, con una incidencia mayor de impedimentos o
discapacidades, y a las personas con discapacidad, debe complementarse con
servicios de ayuda doméstica. Las autoridades públicas también pueden
apoyar la demanda de cuidado de los niños y asistencia a las personas
dependientes mediante las prestaciones de dependencia (como es el caso, por
ejemplo, en Alemania, Francia e Italia), las ayudas familiares o las
desgravaciones fiscales de los costes habidos para tales servicios[16]. Asistencia a las personas en situación
de dependencia Los servicios
de asistencia a las personas dependientes son necesarios para quienes no pueden
valerse por sí mismos a efectos de llevar a cabo actividades cotidianas como
levantarse, comer, asearse, vestirse, acostarse o satisfacer por sí solos sus
necesidades fisiológicas. De estos servicios se encargan cuidadores en un marco
informal (véase el punto anterior) o formal. La asistencia a las personas en
situación de dependencia se presta con carácter domiciliar o residencial (en
residencias o centros de día/noche) y, por lo general, el Estado asume una
parte de los costes. Algunos Estados miembros tienen en funcionamiento unos servicios
de atención integral a domicilio con una cobertura bastante amplia desde hace
muchos años, de manera que las necesidades de asistencia a las personas
dependientes de la población están completamente cubiertas en el sistema
formal. En otros Estados miembros con más tradición de red de apoyo familiar,
se ha comenzado hace relativamente poco a desarrollar estrategias globales para
la asistencia a las personas en situación de dependencia. En cambio, en otros
Estados miembros un gran número de personas no recibe servicios de asistencia
formal y depende exclusivamente de los cuidados informales[17].
Cuidado de los niños Las necesidades de las familias y la
oferta de cuidados para niños pequeños varían con la edad de los niños (durante
los permisos de maternidad o parental, el periodo entre el permiso de
maternidad o parental y el inicio de la escolarización obligatoria y durante la
escolarización obligatoria). Disponer de unos servicios de cuidado de los niños
asequibles, accesibles y de calidad es muy importante para los padres que
ejercen una actividad laboral. En toda Europa, sin embargo, la disponibilidad, la
calidad y la asequibilidad de estos cuidados difieren considerablemente. Los
datos de las Estadísticas de la Unión Europea sobre la renta y las condiciones
de vida (EU-SILC) indican que algunos Estados miembros disponen de importantes
estructuras formales (incluida la educación preescolar), mientras que otros
recurren más a otro tipo de soluciones (tales como la contratación de
cuidadores o el recurso a la familia, amigos o vecinos). En la categoría de
edad de 0 a 2 años, el uso de estructuras de cuidados formales oscila entre un
73 % en Dinamarca y un 2 % de la República Checa y Polonia[18]. En el marco de la
Estrategia para la igualdad entre hombres y mujeres, la Comisión informará
sobre los servicios de guardería de que disponen los Estados miembros. En la demanda
de cuidados para los niños influyen la tasa de participación de los padres en
el mercado laboral (especialmente, de las madres), el número real de horas
trabajadas a tiempo parcial, los niveles de desempleo, la duración del permiso
parental, los horarios de los colegios y la disponibilidad de alternativas como
los abuelos u otro tipo de solución informal[19].
2.3.
Prestación de servicios PD por parte de
trabajadores no declarados
Sin el apoyo público, el empleo formal en
la prestación de servicios PD resulta bastante caro para la mayoría de la
población, por lo que el mercado formal (véase el punto 2.2) en este campo es
bastante limitado. Por consiguiente, una parte notable estos servicios los
prestan trabajadores no declarados en un marco informal. Ello se debe
claramente a la diferencia entre el salario neto del usuario y los costes del
prestador de servicios por actividades que el usuario puede realizar por sí
mismo. Por la propia naturaleza del trabajo no
declarado, es muy difícil estimar su magnitud. Solo se ha llevado a cabo un
número limitado de estudios para conocer las dimensiones del trabajo no
declarado en la UE. En octubre de 2007 se publicó una encuesta especial del
Eurobarómetro (nº 284) relativa al trabajo no declarado en la Unión
Europea[20],
que se basó en una encuesta directa con entrevistas a 26 755 ciudadanos de
la UE mayores de quince años y residentes en los veintisiete Estados miembros. En
la encuesta la definición de trabajo no declarado no se limitaba al trabajo
realizado por una paga en metálico, sino que también incluía la actividad
laboral realizada a cambio de una remuneración en especie. Según la encuesta,
el 11 % de la población de EU-27 admitió haber adquirido bienes o
servicios relacionados con la economía sumergida. De estos, el 17 %
manifestó haber contratado servicios domésticos no declarados (por ejemplo,
jardinería, limpieza del hogar, cuidado de niños y asistencia a personas
mayores) y un 8 %, servicios personales (por ejemplo, clases particulares
o servicios de peluquería), lo que representa 7,7 millones y 3,5 millones de
personas, respectivamente. Si tenemos en cuenta estas cifras y que
en Europa hay aproximadamente 410 millones de personas de más de quince años,
se llega a la conclusión de que 45,1 millones de personas[21] recurren al
trabajo no declarado. Y dado que los trabajadores no declarados no suelen
ejercer una actividad a tiempo completo[22],
se estima que existe un número potencial de un millón de trabajadores no
declarados en los servicios domésticos. Se trata de una estimación
conservadora, teniendo en cuenta la probabilidad de que no se haya admitido en
las encuestas todo el trabajo no declarado. Sin embargo, este cálculo basado en el Eurobarómetro puede
subestimar la situación real. De hecho, según datos recientes de Alemania e
Italia[23],
ambos países por sí solos parecen superar esta estimación. Alemania es uno de
los Estados miembros con el nivel más alto de empleo informal en domicilios
privados, ya que se supone que entre el 90 % y el 95 % de estas
actividades en el hogar se prestan en negro. Esta cifra incluye tanto la
actividad sumergida de los inmigrantes irregulares como el trabajo informal
realizado por vecinos, amigos y conocidos. El trabajo no declarado está
especialmente extendido en los hogares de las personas mayores, que cuentan con
al menos 500 000 o 600 000 trabajadores domésticos informales. Italia
tiene también una parte importante de empleo informal en los hogares, donde la
mayor parte del trabajo doméstico es realizado por inmigrantes irregulares. Debido
a la naturaleza de estas actividades, se desconoce el número real de los
trabajadores inmigrantes que prestan servicios PD (los llamados «badanti»[24]). Sin embargo, su
número se estima entre 0,7 y 1 millón, cifra muy superior a la de los
trabajadores del sector formal[25]
de los servicios de asistencia.
2.4.
Apoyo público a la prestación de servicios PD
para luchar contra el trabajo no declarado
Teniendo en cuenta la importancia del
trabajo no declarado en los sectores de servicios PD, las autoridades públicas
pueden plantearse intervenir para fomentar la prestación de este tipo de
servicios en la economía formal. Esta intervención puede abarcar las
actividades de cuidados y asistencia y las actividades domésticas. Podría
tratarse, en particular, de una intervención directa en el precio pagado por
los usuarios, por ejemplo, a través de cheques-servicios destinados a tareas
específicas, de modo que el consumidor abone exclusivamente una parte del
precio real (un importe que se aproxime al precio pagado en el mercado negro) y
las autoridades públicas asuman la diferencia. Un sistema de
cheques-servicios es un instrumento que mejora la solvencia de la demanda. También
es interesante por su flexibilidad y facilidad de uso. Esta última
característica es especialmente importante para las personas mayores (sean
dependientes o no) que requieran asistencia, ya que contribuye a simplificar
los procedimientos administrativos, permite verificar en todo momento a quién
se ha distribuido y favorece el desarrollo de actividades a escala local. También
facilita la trazabilidad financiera, de modo que resulta más sencillo evaluar
los costes y los beneficios revertidos (véase el punto 3.2). En Francia el sistema de vales CESU[26], que se pueden
obtener de un banco o como prestación de los empleadores[27], trata de crear
puestos de trabajo de la economía formal en los hogares. En 2005
el Plan Borloo abordó de manera simultánea una serie de cuestiones relacionadas
con los servicios personales: el Derecho laboral, la legislación en
materia de protección social, el control de la calidad y asuntos de
organización[28]. Como consecuencia de ello, entre 2005 y
2009 Francia consiguió crear 500 000 nuevos puestos de trabajo sujetos a
las cotizaciones sociales en hogares, principalmente para grupos que se
encontraban al margen del mercado de trabajo. Se
logró, por tanto, reducir el empleo informal en un 70 %[29]. Se ofreció también la posibilidad a los hogares
de convertirse en el empleador directo de los trabajadores del ámbito doméstico
con unos procedimientos administrativos simplificados[30]. El volumen del
mercado interior de los servicios domésticos del año 2009 se situó en
16 000 millones EUR. Desde
1987 se ha fijado una «norma 70 +» para reforzar la demanda de las personas
mayores a fin de que el hogar de una persona de un mínimo de setenta años no
tenga que pagar ninguna cotización social para trabajadores contratados
directamente. En Alemania,
existen varios instrumentos que apoyan la creación de empleo formal en este
sector, como es el caso de los «mini-jobs», que permiten a los hogares utilizar
un procedimiento simplificado de registro de su propio trabajador doméstico (el
«Haushaltsscheckverfahren»). Este trabajador puede ganar hasta 400 EUR al
mes y los hogares, en calidad de empleadores, se benefician de unos tipos
impositivos reducidos para las cotizaciones a la seguridad social (el
14,34 % de cotización a tanto alzado, lo que incluye las cotizaciones a
los seguros de enfermedad, accidentes y jubilación, que son los capítulos más
importantes)[31]. En Austria[32] el trabajo
informal en los hogares está tradicionalmente muy extendido, a excepción de la
asistencia a las personas dependientes. En
2007 se puso en marcha una estrategia para la legalización de la asistencia a
las personas dependientes en los hogares que ha conseguido reducir en un
80 % el empleo informal (fundamentalmente, trabajadores inmigrantes) en
los hogares de las personas mayores en el plazo de dos años. En otros ámbitos de los servicios domésticos, la
mayor parte de las tareas las realizan aún trabajadores sin declarar. Austria ha puesto en marcha asimismo un sistema
de bonos para tareas del hogar destinado a promover el empleo formal de los
que, sin embargo, solo se venden 1 000 al año.
Esto puede explicarse por el hecho de que el coste de tales bonos es
superior a los precios que se abonan actualmente en el mercado informal por
estos servicios.
3.
MERCADO DE TRABAJO Y RETOS POLÍTICOS
3.1.
Mejor conciliación de la vida privada y la
vida laboral
Lograr una tasa de empleo del 75 %
de la población de entre 20 y 64 años en 2020 implicará que los Estados
miembros deban considerar prioritaria la incorporación de las mujeres al
mercado de trabajo y un mejor equilibrio entre vida laboral y privada. Según las previsiones recientes, durante
los próximos cincuenta años se duplicará casi el número de europeos mayores de
65 años, de modo que se pasará de los 87,5 millones de personas en 2010 a 152,6
millones en 2060[33].
Al mismo tiempo, la población en edad de trabajar está empezando a disminuir,
tras muchas décadas de aumento continuo. Respecto a la prestación de servicios de
asistencia a las personas dependientes, durante los próximos años y décadas se
reducirá el número potencial de cuidadores informales como consecuencia de una
mayor participación en el empleo de las mujeres y los trabajadores de más edad.
Analizando en profundidad la evolución demográfica de las próximas décadas, se
pone de manifiesto un descenso (véase el gráfico 2) en el índice OOSR (Oldest
Old Support Ratio, relación entre los grupos de edad 50-74 años y mayores
de 85, considerando el primer grupo cuidadores potenciales del segundo). La
contratación de cuidadores ajenos a la familia será cada vez más importante
para satisfacer las necesidades de servicios de asistencia a las personas
dependientes. Un estudio reciente del Reino Unido[34] llegó a la
conclusión de que es poco probable que la prestación informal de asistencia
intensiva a las personas mayores con discapacidad por parte de los hijos adultos
se mantenga al mismo ritmo que la demanda en los próximos años. Gráfico 2: Evolución del índice
OOSR Fuente: 2008; Pickard et al., 2009. Para determinar el número de personas que
precisarán servicios de asistencia en el futuro, se requiere un análisis
riguroso de los factores que provocan la necesidad de estos servicios, como
restricciones de la actividad, discapacidades y enfermedades o dolencias que
las causan. No son siempre fáciles de demostrar las conexiones entre todos
estos factores de una manera clara y precisa. Los estudios han puesto de
relieve que el principal causante de la necesidad de servicios de asistencia a
las personas dependientes es la discapacidad, la cual está directamente
relacionada con la estructura de edad de la población y la prevalencia de
ciertas enfermedades y dolencias. A partir de esta conclusión y con arreglo a
las tendencias demográficas mencionadas previamente (especialmente, la
evolución de la población mayor de ochenta años), se ha hecho una extrapolación
del número de posibles beneficiarios de estos servicios (véase el
gráfico 3). Gráfico 3: Previsión del número de
beneficiarios de varias modalidades de asistencia a personas dependientes en
función de hipótesis distintas (EU-27) Fuente:
Comisión Europea / Comité de Política Económica (2009). Además del coste de los regímenes de
pensiones, que podría ser más difícil de mantener conforme vaya disminuyendo el
tamaño de la población activa, el envejecimiento de la población someterá
inevitablemente a las administraciones a una presión cada vez mayor en lo
relativo a la prestación de servicios sociales[35].
Estos cambios conllevarán una disminución del suministro de personal doméstico,
lo que aumentará la brecha entre la necesidad de asistencia y la oferta de
prestación de cuidados formales. En consecuencia, existe el riesgo de que los
hogares contraten a trabajadores no declarados para que les ayuden en estas
actividades como solución a sus necesidades.
3.2.
Potencial de creación de empleo con un escaso
coste para las finanzas públicas
Debe analizarse cuidadosamente la
posibilidad de una mayor intervención estatal en relación con su posible
impacto en un aumento del déficit público. Por tanto, se requiere un análisis
en profundidad para poder estimar el coste real de otras posibles
intervenciones estatales. Como se ha indicado previamente, varios Estados
miembros ya respaldan la oferta y la demanda de servicios PD. Aunque estos
sistemas pueden parecer inicialmente gravosos para las arcas públicas, el
Estado recupera parte de su intervención por las vías siguientes: ·
una mayor recaudación de impuestos a las
personas físicas y de cotizaciones a la seguridad social, así como una
reducción de las prestaciones por desempleo gracias a la creación de puestos de
trabajo (beneficios económicos revertidos); ·
aspectos externos que son más difíciles de
cuantificar, tales como un mejor equilibrio entre la vida laboral y privada, lo
que también contribuye a una mayor competitividad por reducirse el estrés de
los trabajadores, menos absentismo laboral y una mayor productividad; lo que se
ahorra en comparación con los costes de otras soluciones alternativas
(especialmente, en relación con la asistencia a las personas dependientes y la
posibilidad de que las personas mayores puedan permanecer en su casa); la
creación de empleo para la gestión del prestador de servicios; un mayor consumo
de los trabajadores que prestan los servicios, lo que incrementa la demanda
total, etc. (beneficios indirectos revertidos).
Cheques-servicios belgas: una fuente valiosa
de datos cuantitativos Los cheques-servicios que existen en Bélgica
pueden utilizarse para actividades domésticas dentro (limpieza, lavandería,
plancha, cocina y costura) y fuera de la casa (compras, planchado en servicio
externo y asistencia con el transporte de personas en condiciones específicas).
De momento, no está permitido utilizar estos cheques para trabajos de
reparación o jardinería. El usuario paga 7,5 EUR por hora de servicio,
siendo el coste real de 20,80 EUR la hora; el RVA/ONEM[36] abona la diferencia
(13,30 EUR). Además de este suplemento, el Estado permite a los hogares deducir
sus gastos en estos cheques de la base imponible de su renta (precio del
servicio después de las deducciones fiscales correspondientes = 5,25 EUR).
Conforme a un estudio[37] realizado por
encargo del Gobierno belga, el coste neto de la intervención en el sistema es
el siguiente: Coste bruto:
1 430 432,704 EUR Beneficios económicos revertidos:
629 734 509 EUR Beneficios indirectos revertidos entre 418
275 083 EUR y 534 575 083 EUR[38] Coste neto entre 382 423 112
EUR y 266 123 112 EUR Según este informe, el usuario parece dispuesto
a pagar 8,59 EUR por hora de servicio en el mercado negro. En este caso, podría
suprimirse la deducción fiscal y aumentarse el precio del cheque-servicio hasta
8,59 EUR. El coste neto para las autoridades públicas, por tanto, se
situaría en 82 478 861 EUR o pasaría a ser negativo (se
convertiría en beneficios), por valor de - 33 821 139 EUR. El
coste medio neto se sitúa en 24 328 861 EUR o en intervenciones
de 304 EUR por empleo (se han creado 80 000 puestos de trabajo a
tiempo completo gracias a la puesta en marcha del sistema de cheques-servicios).
Parece lógico y realista suponer que el coste para los usuarios equivale al
precio del servicio en el mercado negro. El informe también muestra una repercusión
interesante de estos cheques: el 10,4 % de los usuarios declaró que la
posibilidad de delegar algunas tareas con el uso de los cheques-servicios le
permitiría aumentar su tiempo de trabajo / empleabilidad y el 0,6 % de los
usuarios indicó que podría incorporarse de nuevo al mercado de trabajo, ya que
podría ejercer una actividad remunerada en lugar de tener que dedicar tanto
tiempo a las labores domésticas. Asimismo, el 10,8 % de los usuarios manifestó
que, sin los cheques-servicios, estaría obligado a reducir su tiempo de
trabajo. Las autoridades públicas deben tener una
visión amplia de los costes, puesto que, a menudo, son distintos los
departamentos que invierten fondos y los que reciben los beneficios. Esto
ayudará a comprender el auténtico coste neto de la ayuda pública concedida a la
creación de puestos de trabajo en este sector. También se precisa una visión
global de los beneficiarios. Por ejemplo, el mecanismo de reducción fiscal
favorece a las familias de renta alta y las familias de renta muy baja se
benefician de la exención del copago, de modo que las familias de renta media
deben asumir una proporción comparativamente mayor de la carga financiera de
este sistema[39]. A la hora de considerarse la prestación
de apoyo financiero público a la oferta o la demanda de los servicios PD,
también debe tenerse en cuenta la repercusión a largo plazo de un desarrollo
estable de tales servicios. Hay que tener cuidado con las
extrapolaciones simples, pero a la vista de las constataciones anteriores
(necesidades demográficas, ocupaciones elementales y costes fiscales netos
limitados), algunos cálculos básicos pueden ser útiles para ilustrar las
oportunidades de empleo potenciales que podría ofrecer un mayor apoyo en toda
la UE a los servicios PD: ·
Una extrapolación del sistema belga a la UE
(teniendo en cuenta el tamaño respectivo de las dos poblaciones, sería una
simple multiplicación por cincuenta) da un coste neto de
1 200 millones EUR en relación con 4 millones de nuevos puestos de
trabajo en los servicios domésticos. ·
Si cada persona que ejerce actualmente una
actividad laboral (215 000 000 personas) externalizara una sola hora
a la semana (en relación con las 2,5 horas al día que dedican los europeos adultos
por término medio a las labores domésticas, como se indica en el
punto 2.1), existiría un potencial de casi 5,5 millones de nuevos puestos
de trabajo[40].
3.3.
Calidad de los servicios y calidad del trabajo
El perfil de la mayoría de los
trabajadores en el sector de los servicios PD es una mujer que trabaja
principalmente a tiempo parcial, de escasa cualificación y, a menudo, de origen
inmigrante. Estas personas son contratadas con frecuencia directamente por
familias de forma irregular, lo que puede afectar a la calidad del servicio, en
particular por lo que se refiere a los servicios de cuidados o asistencia. Para
garantizar la calidad de los servicios, los trabajadores deberían tener un
empleo estable con un mínimo de horas de trabajo, las cualificaciones apropiadas
y unas condiciones de trabajo adecuadas. Por consiguiente, podría estar
justificada una intervención pública respecto a ciertos aspectos de la calidad
de los servicios. Calidad La Plataforma Social[41] recomienda, «para
conseguir unos servicios sociales y sanitarios de calidad», que «la calidad se
defina a nivel local, el nivel más cercano posible a los usuarios de los
servicios». Es importante respetar las necesidades del usuario (sexo, edad,
religión, origen étnico, etc.) y debe impartirse formación en este sentido. En un proyecto puesto en marcha por la
Red Social Europea sobre la evolución de las relaciones entre quienes
financian, prestan y utilizan servicios para las personas mayores en Europa[42], se propone el
establecimiento de mecanismos de control a fin de evaluar y supervisar la
calidad de los servicios prestados y que los Estados miembros garanticen el
sancionamiento de las personas que contratan a inmigrantes irregulares en
consonancia con la Directiva 2009/52/CE. Estas medidas deberían aplicarse
a organizaciones, agencias o servicios individuales. Aún no se han elaborado
indicadores de calidad. En este contexto, el marco europeo
voluntario de calidad para los servicios sociales mencionado anteriormente[43] es un instrumento
útil para promover la calidad del cuidado de los niños y la asistencia a las
personas dependientes, ya que sirve para determinar los principios de calidad
teniendo en cuenta las características que debe reunir un servicio social para
abordar las múltiples necesidades y expectativas de los usuarios de tales
servicios y las diversas dimensiones de la prestación de los servicios
(disponibilidad, accesibilidad, asequibilidad, dedicación a la persona,
integralidad, continuidad, orientación hacia los resultados, respeto de los derechos
de los usuarios, participación y capacitación, asociación, buena gobernanza,
buenas condiciones laborales y un buen entorno de trabajo / inversión en
capital humano, así como infraestructuras físicas adecuadas). En el marco
también se sugieren criterios operativos que pueden ser de ayuda para la
supervisión y evaluación de la calidad de los servicios sociales. Además, se
articulan elementos metodológicos para desarrollar herramientas de evaluación
de la calidad (normas o indicadores) a escala nacional o local. Según se ha propuesto en el documento
sobre los servicios sociales de interés general que ha elaborado el Grupo de
alto nivel de la UE en materia de discapacidad, una externalización viable de
servicios exige una buena calidad de la asistencia y de las labores domésticas[44]. También se
exhorta en el documento al establecimiento de normas de calidad obligatorias y
de mecanismos adecuados de control público. Competencias profesionales y formación En la iniciativa emblemática de la
Estrategia Europa 2020 «Agenda de nuevas cualificaciones y empleos», se apoyan
iniciativas de los Estados miembros destinadas a reconocer las competencias
adquiridas con la prestación de asistencia a familiares dependientes. El cuidado de los niños y la asistencia a
personas dependientes no exigen competencias técnicas tan elevadas como, por
ejemplo, las de los servicios sanitarios profesionales. Por tanto, pueden
resultar interesantes para determinadas personas, ya que son un buen trampolín
para acceder al mercado de trabajo y les ofrecen posibilidades de mejorar su
formación y cualificaciones. Deben ofrecerse posibilidades de formación para
garantizar esta mejora en las competencias de los cuidadores, que además
deberían disponer de un proceso de certificación. Desde esta perspectiva, es
necesario mejorar la cooperación entre el mundo del trabajo y el mundo de la
formación[45],
con objeto de promover «la validación del aprendizaje informal y no formal».
La reciente Comunicación de la Comisión
relativa a las plazas de guardería[46]
incide, por ejemplo, en la necesidad de mejorar las cualificaciones del
personal dedicado a atender a los niños. En 1996, los interlocutores sociales
europeos en el sector de la limpieza firmaron un memorándum conjunto sobre
nuevas fuentes de empleo[47]
en el que subrayaban la importancia de la mejora de las competencias
profesionales y de la calidad de las condiciones de trabajo para el desarrollo
de actividades de limpieza en el hogar. Tecnología La externalización de los servicios PD
podría mejorar la productividad de estas actividades por un mejor uso de las
tecnologías y de las inversiones en formación, ya que la externalización suele
estar vinculada a una mayor especialización. En el proyecto Carict[48], dirigido por el
Instituto IPTS del Centro Común de Investigación de la Comisión, se han
evaluado sistemáticamente cincuenta y dos prácticas de asistencia domiciliaria
basadas en las TIC en varios Estados miembros a efectos de impacto y de
rendimiento. Algunos ejemplos de prácticas con buenos resultados podrían
compartirse con otros Estados miembros [como es el caso de los proyectos Sophia
(DE), Campus (IT) y E-Care (IT)]. La tecnología puede utilizarse para apoyar
una formación y certificación eficaces a gran escala, organizar los mercados de
trabajo (como es el caso del proyecto francés Fepem), crear nuevas
oportunidades para el voluntariado, mejorar el atractivo del trabajo en el
sector de la asistencia y ayudar a los cuidadores a encontrar un equilibrio
entre los cuidados y otras actividades. Las tecnologías de la información y de
las comunicaciones pueden permitir la teleformación de cuidadores con
importantes limitaciones de tiempo y movilidad, que no pueden asistir a cursos
presenciales regulares debido a sus obligaciones profesionales de prestar asistencia
(por ejemplo, los proyectos «City and Guilds – Learning for Living; Caring with
Confidence» en el Reino Unido, Coidanet en España o Aspasia en Italia)[49]. Las TIC pueden
servir también para la certificación de competencias a gran escala.
4.
PERSPECTIVAS PARA EL FUTURO
Dada la repercusión que tendrá
previsiblemente la evolución demográfica en nuestras sociedades, los mercados
de trabajo europeos deben ser más inclusivos y poseer una tasa de empleo más
elevada. Los servicios PD ofrecen posibilidades importantes a este respecto al
contribuir a mejorar la conciliación entre la vida laboral y personal,
incrementar la productividad y regularizar el trabajo no declarado. Con el presente documento, los servicios
de la Comisión piden a todas las partes interesadas que envíen sus comentarios
sobre posibles actuaciones para abordar la creación de nuevos puestos de
trabajo en los sectores de los servicios PD. En particular, se piden opiniones
sobre: ·
maneras de mejorar la medición y el
seguimiento de los niveles de empleo en los servicios PD, teniendo en cuenta el
impacto de la crisis actual, la pérdida de poder adquisitivo, los problemas
ligados a la exclusión del mercado laboral y los efectos potencialmente
positivos en la creación de PYME y su crecimiento; ·
la utilidad de intensificar el intercambio de
experiencias, especialmente en lo que respecta a las herramientas utilizadas o
previstas para apoyar los servicios PD, prestando una atención especial a la
rentabilidad y a la reducción del trabajo no declarado; ·
modos de garantizar la calidad de los
servicios y el empleo (necesidades de competencias profesionales, condiciones
de trabajo), lo que incluye posiblemente el desarrollo de normas de calidad; ·
otras maneras de garantizar una mayor
profesionalización de los servicios PD. El presente documento compromete
únicamente a los servicios de la Comisión que han participado en su
elaboración. El documento se ha elaborado como base de debate y no prejuzga la
forma definitiva de una eventual decisión de la Comisión. Las respuestas pueden enviarse a la
dirección empl-household-services@ec.europa.eu. Si no dispone de acceso a la web, puede
enviar sus respuestas a la dirección siguiente: Comisión Europea
Dirección General de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión
Discussion on Personal and household services
Unit C2
Rue Joseph II 2
1040 Bruselas
BÉLGICA Plazo de respuesta: 15 de julio de
2012. [1] http://ec.europa.eu/europe2020/index_es.htm. [2] http://ec.europa.eu/europe2020/reaching-the-goals/monitoring-progress/annual-growth-surveys/index_es.htm.
[3] http://ec.europa.eu/social/main.jsp?langId=es&catId=958. [4] Estas actividades abarcan varios sectores de la
NACE o de partes de los mismos, especialmente de la NACE Rev. 2: el 88
(actividades de servicios sociales sin alojamiento), el 97 (actividades de los
hogares como empleadores de personal doméstico), el 96 (otros servicios
personales), el 82.99 (otras actividades auxiliares a las empresas) y el 78
(actividades relacionadas con el empleo). [5] http://ec.europa.eu/social/main.jsp?catId=755&langId=en. [6] Véanse las normas específicas sobre servicios de
interés económico general en la dirección siguiente: http://ec.europa.eu/competition/state_aid/overview/public_services_en.html. Véanse también los documentos siguientes: la Comunicación sobre
los servicios sociales de interés general Aplicación del programa
comunitario de Lisboa - Servicios sociales de interés general en la Unión
Europea, COM(2006) 177 final de 26 de abril de 2006; la Comunicación
Servicios de interés general, incluidos los sociales: un nuevo compromiso
europeo, COM(2007) 725 final de 20 de noviembre de 2007; el
primer y segundo informes bienales sobre los servicios sociales de interés
general [SEC(2008) 2179 de 2 de julio de 2008 y SEC(2010) 1284 final
de 22 de octubre de 2010]; la Guía relativa a la aplicación a los servicios
de interés económico general y, en particular, a los servicios sociales de
interés general, de las normas de la Unión Europea en materia de ayudas
estatales, de contratos públicos y de Mercado Interior, SEC(2010) 1545
final de 7 de diciembre de 2010; y la Comunicación Un marco de calidad para
los servicios de interés general en Europa, COM(2011) 900 final de 20
de diciembre de 2011. [7] SPC/2010/10/8 final. [8] Society at a Glance 2011-OECD social indicators,
pp. 12 y 22, OCDE. [9] Debe distinguirse entre: los cuidados físicos y la
atención pedagógica y recreativa prestada a los niños, así como el transporte
relacionado con estas categorías, como por ejemplo, llevar a un niño a la
escuela, al médico o a actividades deportivas. [10] http://www.eurofound.europa.eu/publications/htmlfiles/ef1093.htm.
[11] Informe sobre demografía de 2010, página 68:
http://ec.europa.eu/social/BlobServlet?docId=6824&langId=en. [12] La relación entre el número de divorcios durante un
año dado y la población media en ese año (Eurostat). [13] Second European Quality of Life Survey: Family
life and work, Eurofound (marzo de 2010). [14] Quinta Encuesta sobre las condiciones de trabajo en
Europa de 2010:
http://www.eurofound.europa.eu/pubdocs/2010/74/en/3/EF1074EN.pdf. [15] Progresos en la igualdad entre mujeres y hombres,
documento de trabajo de los servicios de la Comisión, pendiente de publicación.
[16] En Francia se han establecido beneficios adicionales
de reducciones impositivas para la asistencia a las personas mayores (APA,
asignación personal de autonomía) y el cuidado de niños menores de tres años en
función del nivel de ingresos de los padres (APJE, asignación para niños de
corta edad). [17] Extracto del informe sobre el proyecto LIVINDHOME,
Living independently at home: reforms in organisation and governance of
European home care for older people and people with disabilities in 9 European
countries:
http://www.sfi.dk/livindhome-7284.aspx. [18] Perspectiva de treinta países europeos (2009):
http://ec.europa.eu/social/main.jsp?langId=es&catId=89&newsId=545&furtherNews=yes.
[19] Educación y cuidados de la primera infancia:
ofrecer a todos los niños la mejor preparación para el mundo de mañana,
doc. COM(2011) 66 final. [20] http://ec.europa.eu/public_opinion/archives/ebs/ebs_284_en.pdf. [21] Este es el número de usuarios del trabajo no declarado,
es decir, el 11 % de 410 millones de personas. [22] Partiendo de una media de 200 horas/año/trabajador no
declarado (en torno a 1/8 de la jornada laboral media de un trabajador que
ejerce su actividad a tiempo completo). [23] http://www.iwak-frankfurt.de/documents/brochure/april2011.pdf.
[24] Principalmente, se trata de mujeres inmigrantes sin
permiso de residencia que conviven con una persona mayor dependiente y a menudo
trabajan en el mercado gris. [25] http://www.iwak-frankfurt.de/documents/brochure/april2011.pdf.
[26] Vales
CESU (Cheque Emploi Service Universel). Para más
información, consúltese la dirección:
http://www.cesu.urssaf.fr/cesweb/home.jsp. [27] En relación con el principio de vales de servicio de
financiación previa, véase Le cheque-service, un instrument pour le
développement des services de proximité, Fundación Rey Balduino, Bélgica,
octubre de 1994. [28] http://www.travail-emploi-sante.gouv.fr/actualite-presse,42/dossiers-de-presse,46/presentation-du-plan-de,82.html.
[29] Véase la nota a pie de página nº 25. [30] http://www.fepem.fr/. [31] Véase la nota a pie de página nº 25. [32] Véase la nota a pie de página nº 25. [33] Informe sobre el envejecimiento de 2012, página 20: http://ec.europa.eu/economy_finance/publications/european_economy/2011/pdf/ee-2011-4_en.pdf. [34] Fuente: Encuesta general de los hogares (GHS) de
2000-2001 y 2001-2002, previsiones sobre población y estado civil del Instituto
Nacional Actuarial, y censo de 2001, modelización del departamento de
investigación PSSRU, extracto de Pickard et al., 2009. [35] Informe de 2009 sobre el envejecimiento demográfico:
http://ec.europa.eu/economy_finance/publications/publication14992_en.pdf. [36] Servicios públicos de empleo en Bélgica: RVA
(Rijksdienst voor Arbeidsvoorziening) / ONEM (Office national de l'emploi). [37] Estudio
de IDEA CONSULT Evaluation du régime des titres services pour les services
et emplois de proximité 2010:
http://www.ideaconsult.be/index.php?option=com_content&view=article&id=48&Itemid=54&projid=277. [38] Página 114 del informe de IDEA, véase la nota a pie
de página nº 37. [39] Grupo de expertos de la UE sobre cuestiones de género
y empleo en relación con la asistencia a las personas mayores en situación de
dependencia. Disposiciones y proveedores en treinta y tres países europeos. [40] 215 000 000 horas / 40 h. [41] http://cms.horus.be/files/99907/MediaArchive/Policies/SocialPlatform_Nine_Principles_EN.pdf. [42] http://www.esn-eu.org/commissioning-for-quality/index.htm. [43] Véanse el punto 2 y la nota a pie de página
nº 7. [44] http://ec.europa.eu/social/BlobServlet?docId=4483&langId=en. [45] Comunicado de Brujas:
http://ec.europa.eu/education/lifelong-learning-policy/doc/vocational/bruges_es.pdf.
[46] http://ec.europa.eu/education/school-education/doc/childhoodcom_es.pdf. [47] http://ec.europa.eu/employment_social/dsw/public/actRetrieveText.do?id=10713. [48] http://is.jrc.ec.europa.eu/pages/EAP/eInclusion/carers.html#projects. [49] Kluzer S., Redecker C. and Centeno C. (2010): Long-term
care Challenges in an Ageing Society: The role of ICT and Migrants, serie
de informes científicos y técnicos del CCI, Instituto IPTS, nº EUR 24382
EN, disponible en la dirección siguiente:
http://ipts.jrc.ec.europa.eu/publications/pub.cfm?id=3299.