52012DC0128

COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO, AL CONSEJO, AL COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL EUROPEO Y AL COMITÉ DE LAS REGIONES relativa a la Estrategia de la Unión Europea para la región del Mar Báltico /* COM/2012/0128 final */


COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO, AL CONSEJO, AL COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL EUROPEO Y AL COMITÉ DE LAS REGIONES

relativa a la Estrategia de la Unión Europea para la región del Mar Báltico

1. Introducción

El Mar Báltico sigue siendo una de las zonas más vulnerables de Europa. Cada verano sufre una proliferación de algas y aumenta paulatinamente la cantidad y el tonelaje de los buques que transitan por sus estrechos más angostos y de menor calado. Por otro lado, aún no se han superado totalmente las divisiones del pasado, por lo que deben reforzarse la investigación, la innovación y los lazos comerciales, y las redes de transporte y energía adolecen de graves deficiencias (las zonas orientales y septentrionales de esta región están aún, con excesiva frecuencia, aisladas del resto de la UE).

Por todo ello, en junio de 2009, tras una petición del Consejo Europeo, la Comisión Europea adoptó la Estrategia de la UE para la Región del Mar Báltico (EUSBSR). La mencionada Estrategia aborda los retos fundamentales en materia de medio ambiente sostenible, prosperidad, accesibilidad, seguridad y protección, pero también las oportunidades de hacer de esta zona una región integrada, de categoría mundial y orientada al futuro, en definitiva, lo «mejor de Europa». Tiene como finalidad coordinar las acciones de los Estados miembros, de las regiones y de los municipios, de la UE, de las organizaciones de ámbito báltico, de las instituciones financieras y de los organismos no gubernamentales para propiciar un desarrollo más eficaz de la región. La Estrategia contempla también la aplicación regional de la Política Marítima Integrada.

La Comisión publicó un informe de situación en junio de 2011[1]. Posteriormente, el 15 de noviembre de 2011, el Consejo de Asuntos Generales adoptó conclusiones en las que invitaba a la Comisión Europea a revisar, para principios de 2012, la Estrategia de la UE para la Región del Mar Báltico. La presente Comunicación responde a esta petición proponiendo:

· la introducción de mejoras en la orientación estratégica;

· la armonización de las políticas y la financiación;

· la clarificación de las responsabilidades de los diferentes agentes;

· la mejora de la comunicación.

La Estrategia debe reflejar los objetivos de la Estrategia Europa 2020 para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador, así como los cambios introducidos en las políticas de la UE, como la importancia que se otorga a la cooperación en el marco financiero plurianual propuesto y las reformas de la política de cohesión propuestas, en particular una mayor concentración temática, y el lugar concedido a las estrategias macrorregionales y a las relativas a la cuenca marítima en el marco estratégico común, los contratos de asociación y los programas operativos.

La cooperación en la Región del Mar Báltico refuerza y facilita otras políticas de la UE, por ejemplo las relativas al cambio climático, Horizonte 2020 sobre investigación e innovación y «Erasmus para todos» sobre aprendizaje, y contribuye a implementar la Política Marítima Integrada y la Política de la Red Transeuropea de Transporte (TEN-T). El trabajo actual muestra que este planteamiento macrorregional añade un nuevo elemento cooperativo y práctico al progreso.

2. Hacia un nuevo marco estratégico

Dadas las limitaciones que sufren actualmente los presupuestos públicos, son esenciales los planteamientos innovadores que permiten rentabilizar al máximo las políticas y los fondos disponibles. El planteamiento macrorregional ofrece un marco integrado destinado a afrontar retos excesivamente amplios para abordarlos a nivel nacional y demasiado específicos para abordarlos a nivel de la EU-27.

Para focalizar y orientar mejor la Estrategia, es preciso definir más claramente los objetivos clave y determinar cómo alcanzarlos. A este respecto, en la presente Comunicación se definen tres objetivos globales de la Estrategia, cada uno de ellos acompañado de indicadores y objetivos:

· salvar el mar;

· conectar la región;

· aumentar la prosperidad.

Ello ofrece un nuevo marco que permite seguir las recomendaciones del Consejo. 2.1. Compromiso político

Para mantener un alto compromiso político, los resultados de la Estrategia deben ser más claros, tanto a nivel nacional como a nivel de la UE. Tal como lo ha solicitado el Consejo, la Estrategia debe incluirse en el orden del día de las diferentes formaciones del Consejo de Ministros, según proceda. Las consideraciones relativas a la Estrategia deben reflejarse en el presupuesto y en otros debates.

Asimismo, los agentes regionales y municipales deben estar más implicados. Esta cuestión se aborda en los nuevos reglamentos sobre la política de cohesión, y al elaborar y aplicar nuevos programas debe tenerse en cuenta la posibilidad de proponer estrategias macrorregionales.

El compromiso político debe traducirse en compromiso administrativo, con suficiente dotación de personal y continuidad del mismo.

2.2. Adaptación de las políticas

Las respuestas aportadas en las políticas deben reflejar la naturaleza territorial de los retos y las oportunidades de esta región. Las iniciativas de actuación deben ser coherentes y promover sinergias: la propuesta de integración de consideraciones en materia de cambio climático en la política de cohesión constituye un buen ejemplo. La Comisión hará un seguimiento regular de las evoluciones de las políticas, para garantizar su coherencia con los objetivos de la macrorregión.

Si los grupos de trabajo del Consejo y las comisiones parlamentarias que tratan estas cuestiones toman en consideración la perspectiva macrorregional pueden ayudar a garantizar una política positiva en términos de impacto territorial y de cohesión. Dada la naturaleza transectorial de la Estrategia, se recomienda hacer un seguimiento periódico en las formaciones del Consejo.

Debe aplicarse un planteamiento similar a nivel local, regional, subregional y nacional, y hacerse un seguimiento del trabajo realizado en el marco de las políticas mediante balances a todos los niveles.

2.3. Adaptación de la financiación

En la actual coyuntura económica, la Comisión hace hincapié en la necesidad de utilizar eficazmente los recursos presupuestarios de que disponen la UE y los Estados miembros. Para maximizar el efecto de la financiación macrorregional, los Estados miembros y otros proveedores de fondos deben garantizar el establecimiento de (nuevas) prioridades de acuerdo con los objetivos de la Estrategia.

El informe de situación de la Comisión de junio de 2011 puso de manifiesto avances significativos a este respecto, pero es necesario seguir progresando. La Estrategia dará los resultados esperados únicamente si se vincula de manera global a todos los recursos disponibles, incluidos el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, el Fondo Social Europeo, el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural, el Fondo Europeo de Pesca[2], el mecanismo «Conectar Europa», el Programa LIFE y los programas de investigación e innovación, educación, cultura y salud.

Es importante centrarse en el cambio tanto financiero como estructural que supone esta adaptación. Las autoridades de gestión de los programas operativos en esta región deben adoptar un planteamiento más flexible, por ejemplo permitiendo la financiación de proyectos a largo plazo y aportando capital semilla. Los programas nacionales y regionales deben tener una dimensión transnacional más fuerte, dado que los programas de cooperación territorial por sí solos no serán suficientes. Debe continuar el trabajo de creación de un marco del mecanismo de aplicación, para atraer a las instituciones financieras internacionales, a otros proveedores de fondos y al sector privado, con el fin de aumentar el efecto de los recursos disponibles.

Se han dado pasos importantes para mejorar el respaldo al planteamiento macrorregional en el marco financiero 2014-2020. Aunque la Estrategia se puso en marcha en 2009, en medio de un periodo de programación, con escasas posibilidades de influir en el contenido de los programas, en las propuestas de la política de cohesión para el próximo periodo de programación se incluyen vínculos estratégicos y prácticos claros. La elaboración de contratos de asociación y programas operativos, a nivel regional, nacional, transfronterizo y transnacional, debe comprender la definición de objetivos y prioridades macrorregionales. El requisito de concentrar la financiación en un número limitado de ámbitos temáticos, pertinentes para la Estrategia, contribuye también a la obtención de resultados palpables.

Es fundamental que los agentes a todos los niveles empiecen a estudiar cuanto antes cómo adaptar, y sobre la base de qué prioridades, la asignación de fondos para el próximo periodo financiero, teniendo en cuenta el Plan de Acción y los objetivos establecidos en la Estrategia y los ámbitos prioritarios.

2.4. Gobernanza

El carácter experimental de la Estrategia y el hecho de que en ella participe una comunidad de partes interesadas muy amplia, por ejemplo las autoridades locales y regionales, los ministerios nacionales, los servicios de la Comisión, las instituciones financieras internacionales, representantes del sector privado y ONG, exigen una estructura de gobernanza abierta pero eficaz.

Sobre la base de la experiencia adquirida hasta la fecha, el Consejo insta a la cooperación entre la Comisión y los Estados miembros en cuestión para aclarar «los respectivos papeles y responsabilidades de los principales participantes en la aplicación de la EUSBSR[3] con objeto de dar una orientación transparente sobre sus funciones y facilitar su trabajo sobre la aplicación de la estrategia con mayor eficacia».

En cooperación con estas partes interesadas, la Comisión ha establecido las funciones y tareas clave de cada uno de los cuatro grupos principales[4]. Debe preverse una capacidad administrativa adecuada, que no beneficie a la Estrategia a costa de otras prioridades, sino que sirva de apoyo a un esfuerzo más coherente.

– La Comisión se encargará de la coordinación global de la Estrategia. Facilitará la participación de las partes interesadas pertinentes, y seguirá, notificará y avaluará los avances en cooperación con los Estados miembros.

– Los Puntos de Contacto Nacionales, designados por los Estados miembros participantes, se encargarán de la coordinación general de la aplicación de la Estrategia y la respaldarán en su país, pero también a nivel general.

– El Plan de Acción de la Estrategia incluye ámbitos prioritarios y acciones horizontales, acordados tras una extensa consulta. Para coordinar estas prioridades y garantizar la obtención de resultados oportunos, los coordinadores de los ámbitos prioritarios y los líderes de las acciones horizontales supervisarán la ejecución de los proyectos en su área y, al mismo tiempo, promoverán el efecto macrorregional y compartirán los resultados.

– Los líderes de proyectos emblemáticos, que traducen los objetivos globales de un ámbito prioritario en actividades concretas con un líder designado y una perspectiva en el tiempo, tienen la responsabilidad directa de facilitar su ejecución práctica sobre el terreno.

Además, un grupo de alto nivel de representantes de todos los Estados miembros de la UE se reúne con regularidad para asesorar a la Comisión sobre el proceso de implementación, propiciar debates de orientación esenciales y dar arraigo a la Estrategia a escala de la UE. La Comisión promoverá reuniones conjuntas con el Grupo de alto nivel de la Estrategia de la UE para la región del Danubio con el fin de garantizar el intercambio de buenas prácticas. En efecto, deben reforzarse los vínculos con la región del Danubio, y con otras iniciativas regionales del Atlántico, del Ártico y de otras partes. También se pueden organizar reuniones con otros grupos, como el grupo de alto nivel de la Asociación sobre Transporte y Logística de la Dimensión Nórdica (NDPTL).

Para reforzar la sostenibilidad administrativa, debe estudiarse también el potencial de las agrupaciones europeas de cooperación territorial (AECT), como herramienta a nivel de la Estrategia o en ámbitos prioritarios individuales.

2.5. Participación de las partes interesadas, incluido el sector privado

Para alcanzar sus objetivos, la Estrategia requiere la participación de todas las partes interesadas, públicas y privadas, pertinentes. Dicha participación debe ser tanto conceptual, influyendo en el desarrollo global de la Estrategia (por ejemplo, mediante la participación en diálogos pertinentes sobre el mercado interior), como práctica, contribuyendo a su aplicación (por ejemplo, mediante proyectos sobre el mercado digital).

Esta participación debe desarrollarse. Un diálogo más profundo entre la Comisión, los Estados miembros en cuestión, las cámaras de comercio, la Confederación de Industrias, los grupos de investigación e innovación regionales y las ONG (como el Foro de Desarrollo del Báltico) tendría, por ejemplo, más repercusión en la comunidad empresarial. Deben promoverse actos específicos, la puesta en relación entre los intereses de la Estrategia y los intereses del sector privado y consultas específicas sobre cuestiones estratégicas.

2.6. Países vecinos y organizaciones regionales e internacionales

Si bien la Estrategia está orientada a la UE, su éxito dependerá también de una estrecha y fructífera cooperación con los países vecinos. Debe intensificarse la cooperación, en particular con la Federación de Rusia, a través de plataformas ya existentes[5]. A través de estas plataformas, y para evitar duplicaciones, las prioridades conjuntas deben dar lugar a acciones concretas.

Por ejemplo, un diálogo continuo con el Consejo Nórdico de Ministros garantizará una utilización mejor coordinada de los recursos humanos y financieros. Asimismo, una cooperación continua con la Comisión de Helsinki reforzará la implementación del Plan de Acción de la Estrategia y del Plan de Acción para el Mar Báltico de la Comisión de Helsinki.

2.7. Sensibilización

Es preciso dar mejor a conocer el planteamiento de la Estrategia y sus resultados. Así lo destacan el Consejo y la Comisión, y tanto esta como los Estados miembros interesados deben darla a conocer a través del conjunto más amplio posible de agentes y canales de comunicación. Debe establecerse un intercambio de experiencias y buenas prácticas a través de la web, por ejemplo desarrollando un portal que ponga en contacto los sitios pertinentes, para mejorar el acceso a la información sobre financiación, oportunidades de asociación y agrupación de proyectos. Dar un nuevo énfasis a los objetivos globales, relacionados con indicadores adecuadamente anunciados y con los objetivos descritos a continuación, permitirá también mostrar claramente en qué consiste la Estrategia.

2.8. Sistema de seguimiento

El Consejo solicitó «un sistema de objetivos e indicadores […] realistas y viables». La Comisión propone los tres objetivos globales mencionados: salvar el mar, conectar la región y aumentar la prosperidad.

Estos objetivos globales se complementan con una serie de indicadores y objetivos nuevos establecidos tras amplias consultas, pero que se derivan de planes a largo plazo y políticas existentes y constituyen una base para mejorar la eficacia del seguimiento y la evaluación. La Comisión propone que se introduzcan en un plan de acción revisado con las modificaciones necesarias, como niveles de referencia detallados para los objetivos, que serán objeto de un estrecho seguimiento en los informes de la Comisión.

Se invita también a los Estados miembros a que presenten indicadores y objetivos sobre los distintos ámbitos prioritarios, con objetivos intermedios y puntos de referencia para alcanzar los objetivos globales. Ello facilitará la comunicación con el público en general y ofrecerá una orientación estratégica para la revisión del Plan de Acción de la Estrategia, el establecimiento de prioridades en la selección de buenos proyectos y la evaluación, así como una comunicación más clara de los logros de la Estrategia.   

3. Hacer operativo el nuevo marco

Salvar el mar, conectar la región y aumentar la prosperidad constituyen un marco claro para tratar los grandes asuntos de la región del Mar Báltico y de la UE, incluidos los objetivos principales de la Estrategia Europa 2020.

3.1. Salvar el mar

El objetivo ambiental general para el Mar Báltico es lograr un buen estado medioambiental para 2020, como exige la Directiva marco sobre la estrategia marina, y un estado de conservación favorable, como exige la Directiva sobre hábitats, de acuerdo con la estrategia de la UE sobre biodiversidad y los objetivos relacionados para 2021, según lo previsto en el Plan de Acción para el Mar Báltico de la Comisión de Helsinki.

Para «salvar el mar», es esencial mejorar la aplicación de la legislación pertinente de la UE, por ejemplo sobre biodiversidad, hábitats, pesca y eutrofización, y sin embargo se está retrasando la plena aplicación de la Directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas, la Directiva sobre nitratos y la Directiva marco sobre la política de aguas.

En 2011, el Baltic Sea Scorecard (marcador del Mar Báltico) de WWF puso de manifiesto que, si bien este mar sigue siendo uno de los más contaminados del mundo y su mal estado es una amenaza para la calidad de vida de los ochenta millones de personas que viven en su entorno, los intensos esfuerzos desplegados están dando resultados, aunque aún queda mucho por hacer.

Ahora, gracias a la Estrategia, estos esfuerzos pueden canalizarse en un planteamiento más coordinado.

· Es necesario un compromiso político sostenido de alto nivel para garantizar que las prioridades ambientales acordadas se traduzcan en medidas y que se mejoren las disposiciones para garantizar el cumplimiento de la legislación vigente. Por ejemplo, las recomendaciones formuladas en el proyecto emblemático para la eliminación de los fosfatos en los detergentes deben integrarse ahora en la nueva legislación de los Estados miembros.

· La adaptación de las políticas a la Estrategia —por ejemplo, velando por la integración de las preocupaciones ambientales y climáticas (incluidos los resultados de investigaciones pertinentes para este asunto) en todos los ámbitos de actuación pertinentes, como el transporte, la agricultura y las políticas industriales— facilita también el saneamiento del mar y una protección adecuada de las costas. La planificación de políticas intersectoriales implica que en todos los sectores se reflejen las prioridades acordadas para la región del Mar Báltico en sintonía con las necesidades territoriales. Cabe mencionar, a modo de ejemplo, las medidas agroambientales específicas adoptadas en la Política Agrícola Común, como la creación de franjas tampón a lo largo de los ríos y los humedales o una mejor gestión de los residuos animales. El Consejo Europeo, al respaldar la Estrategia en 2009, solicitó una estrecha armonización con la Política Marítima Integrada.

· Es especialmente importante adecuar mejor la financiación a los fines de la Estrategia para alcanzar sus objetivos ambientales y climáticos. Los problemas que afectan al Mar Báltico son demasiado importantes para que los resuelva un país por sí solo. Por ejemplo, para reducir el número de zonas muertas en el Mar Báltico, que actualmente cubren hasta la sexta parte de su fondo marino debido a un exceso de nutrientes, es necesario mejorar la coordinación de la inversión en plantas de tratamiento de aguas residuales, por ejemplo para eliminar el fósforo y el nitrógeno.

· Es necesario estrechar la colaboración, por ejemplo entre las administraciones nacionales, regionales y locales y los organismos de investigación y otras partes interesadas, como los armadores, los puertos, las empresas de logística y las ONG, para alcanzar algunos objetivos de la Estrategia, como un transporte marítimo limpio y seguro. Actualmente, el intenso tráfico marítimo, debido a la contaminación del aire, las emisiones de gases de efecto invernadero, los vertidos de petróleo y otros residuos y la introducción de organismos exóticos que causa, agrava los problemas derivados del exceso de nutrientes y de sustancias peligrosas procedentes de fuentes terrestres. Un esfuerzo conjunto puede mejorar la comprensión que las partes interesadas privadas tienen de la normativa y las normas y, al mismo tiempo, ofrecer al sector público información de primera mano sobre las condiciones de mercado y las necesidades.

· Es preciso estrechar la cooperación con los países vecinos, especialmente con Rusia, por ejemplo para alcanzar el objetivo de la Estrategia de establecer una vigilancia marítima más eficiente y compatible, así como sus objetivos en materia de prevención, preparación y respuesta ante las catástrofes marítimas y terrestres. El buen ejemplo de vigilancia conjunta en el Golfo de Finlandia debe extenderse a todo el Mar Báltico.

· La identificación de prioridades comunes con las organizaciones regionales e internacionales, como el Consejo de Helsinki, contribuirá, por ejemplo, al esfuerzo previsto en la Estrategia para tratar los efectos que tienen en la biodiversidad las sustancias peligrosas y los métodos de pesca destructivos, como la pesca ilegal, no regulada y no declarada, y sus consecuencias perjudiciales para la salud de los peces y de las personas. Las sustancias peligrosas son especialmente nocivas para el ecosistema del Mar Báltico, teniendo en cuenta su entorno salobre y el lento ritmo de intercambio de sus aguas (más de treinta años). La promoción de una fauna silvestre diversa y sana debe tener en cuenta también la influencia del cambio climático.

De esta forma, el nuevo marco para la Estrategia potencia el esfuerzo por salvar el mar. Ahora, deben aprovecharse plenamente en esta región las oportunidades y las herramientas disponibles en este ámbito.

Para asegurarse de que se da rigurosa continuación al mencionado marco reforzado, la Comisión propone utilizar los siguientes indicadores y objetivos como factores clave para medir los avances hacia el objetivo global de salvar el mar.

1. Agua limpia, medida en función de la consecución de una buena situación ambiental para 2020, lo que incluye la reducción de la carga de nutrientes, de acuerdo con objetivos e indicadores que se establecerán en la futura revisión de la Directiva marco sobre la estrategia marina y en el Plan de Acción actualizado de la Comisión de Helsinki para el Mar Báltico en 2013.

2. Fauna salvaje rica y sana, para 2020, medida en función de las mejoras en la situación de la biodiversidad y la salud de los ecosistemas, teniendo en cuenta también las poblaciones de peces, respecto a objetivos actualizados que se establecerán en la Comisión de Helsinki en 2013 y en la revisión de la Directiva marco sobre la estrategia marina.

3. Adopción oportuna, en 2013, y plena aplicación, para 2021, del Plan de Acción actualizado de la Comisión de Helsinki para el Mar Báltico.

4. Transporte marítimo limpio, medido en función de la eliminación de los vertidos ilegales para 2020, transporte marítimo seguro, medido en función de la reducción en un 20 % para 2020 del número de accidentes respecto al nivel de 2010.

5. Elaboración para 2015 de planes de ordenación del territorio marítimo transfronterizos para toda la región basados en el ecosistema.

6. Adaptación al cambio climático, mediante la adopción de un plan y un programa integrados de protección de las costas para 2020.

7. Aumento de la seguridad, estrechando la cooperación entre las autoridades de vigilancia marítima mediante un mejor intercambio de información y acciones coordinadas para potenciar la conciencia marítima y la eficiencia en el mar para 2015.

3.2. Conectar la región

Debido a las largas distancias, las difíciles condiciones climatológicas y una baja densidad de infraestructuras, muchas zonas de la región báltica oriental y del norte de Finlandia y de Suecia siguen presentando los índices de accesibilidad más bajos de toda Europa. Esta ausencia de conexiones, además de costosa e ineficiente desde el punto de vista energético, constituye una traba para el mercado interior y la consecución del objetivo de cohesión territorial.

En los ámbitos prioritarios que contribuyen a alcanzar el objetivo de «conectar la región» se puede utilizar el marco renovado de la Estrategia para encontrar soluciones inteligentes, sostenibles e integradoras.

· El compromiso político de alto nivel es especialmente importante, por ejemplo para facilitar el trabajo del Plan de interconexión del mercado báltico de la energía a efectos de garantizar una infraestructura energética regional que permita un buen funcionamiento del mercado interior y mejorar la seguridad de suministro. Se trata de hacer tanto inversiones oportunas como reformas del mercado.

· Una mejor adecuación de las políticas facilitará el establecimiento de una verdadera red de transporte multimodal y macrorregional. Los ministerios interesados deben establecer políticas sobre transporte, asuntos marítimos, medio ambiente y cambio climático más coherentes, en colaboración con la Comisión, la Asociación sobre Transporte y Logística de la Dimensión Nórdica y otros organismos regionales.

· Una red de infraestructuras sostenible y completa, que supere las persistentes divisiones este-oeste y norte-sur en la región, requiere una mejor adecuación de la financiación a la Estrategia y un estrechamiento de los lazos con los países vecinos. Para ejecutar los proyectos prioritarios es preciso mejorar la planificación y coordinación del desarrollo y la financiación de las infraestructuras. Conviene hacerlo de acuerdo con las orientaciones relativas a la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T) y aprovechando plenamente, por ejemplo, la plataforma de la Asociación sobre Transporte y Logística de la Dimensión Nórdica y los fondos disponibles a través del mecanismo «Conectar Europa» y del marco de la RTE-T.

El objetivo «conectar la región», que supone centrar los esfuerzos macrorregionales en el desarrollo del potencial humano y en la creación de un sistema de transporte y de abastecimiento energético más inteligente y eficiente en el uso de los recursos, está en sintonía con los objetivos de la Estrategia Europa 2020, para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador, y las correspondientes iniciativas emblemáticas. Este objetivo requiere aprovechar plenamente las nuevas propuestas de política de cohesión, especialmente para avanzar en las infraestructuras transfronterizas. En las fronteras exteriores, debe apoyarse la modernización de las infraestructuras, los equipos y los sistemas de aduana de la UE, así como el desarrollo de sus capacidades administrativas. Por otro lado, debe prestarse atención a la resistencia de las infraestructuras a los desastres naturales o causados por el hombre.

Con objeto de garantizar un seguimiento adecuado, la Comisión propone utilizar los siguientes indicadores y objetivos como factores clave para medir los avances:

1. Mejora y sostenibilidad de la conectividad interna y externa de la región, reduciendo la duración de los desplazamientos y el tiempo de espera en las fronteras exteriores, con el respaldo del mecanismo «Conectar Europa»; se medirán en función de la conclusión de los siete proyectos prioritarios terrestres y marítimos de la RTE-T en la región, por ejemplo el enlace fijo sobre el estrecho de Fehmarn para 2020 y la vía ferroviaria «Rail Baltica» para 2024.

2. Interconexión de los mercados de la energía de los Estados bálticos con el resto de la región, de acuerdo con el Plan de interconexión del mercado báltico de la energía; se medirá en función de la interconexión completa y ambientalmente sostenible de los mercados del gas y la electricidad para 2015.

3. Aumento de la cooperación en la gestión transfronteriza conjunta y la planificación y ejecución de infraestructuras, también sobre zonas marinas.

3.3. Aumento de la prosperidad

La Unión Europea sigue afrontando dificultades económicas. En el informe de 2011 sobre el estado de la región, una evaluación anual de la competitividad y la cooperación en la región del Mar Báltico[6], se afirma que, tras un año de crecimiento en la mayor parte de la región, las perspectivas se están deteriorando. El informe pone de manifiesto la interdependencia de las economías de la UE y la importancia de trabajar juntos por un crecimiento económico sostenible.

A través del marco renovado de la Estrategia, el objetivo «aumento de la prosperidad» refuerza las medidas destinadas a recuperar el crecimiento, en sintonía con los objetivos de la Estrategia Europa 2020. Este objetivo refuerza el desarrollo y la aplicación de políticas, poniendo el acento más claramente en el crecimiento y el empleo, y ofreciendo a quienes elaboran las políticas una mejor visión global de las tendencias relacionadas o contradictorias. Es necesario un mayor compromiso político a favor de una rápida transposición de la legislación para garantizar el buen funcionamiento del mercado interior. Este aspecto es esencial, puesto que la mayor parte del comercio tiene lugar dentro de la macrorregión.

· La armonización de las políticas garantizará un progreso coherente de sectores esenciales, como la agricultura, el desarrollo rural (incluida la silvicultura) y la pesca. La reforma de la política pesquera común es un ejemplo de revisión de políticas siguiendo las recomendaciones de la Estrategia relativas a una gestión de la pesca descentralizada y específica de las distintas zonas.

· El fomento de una Unión por la Innovación en la Región del Mar Báltico adapta la financiación mediante un enfoque programático. Deben asignarse más recursos a la investigación y la innovación, promoviendo una especialización inteligente en la región, para cumplir los objetivos de la Estrategia Europa 2020. Asimismo, deben aprovecharse plenamente las oportunidades que ofrece el programa Horizonte 2020.

· El diálogo entre las partes interesadas, como la Comisión, los Estados miembros, las cámaras de comercio y la Confederación de Industrias, debe contribuir a orientar la Estrategia hacia la política industrial en esta región. En consonancia con la iniciativa emblemática de la Estrategia Europa 2020 «Una política industrial para la era de la mundialización» y la Iniciativa en favor de las pequeñas empresas («Small Business Act»), la Estrategia apoya las PYME (respetando las normas sobre ayudas estatales), facilitando el acceso a la financiación, mejorando la legislación y ayudando a estas empresas a adaptarse a la globalización. Es necesario insistir en las tecnologías ambientales y de baja emisión de carbono, que ya están bien desarrolladas en esta región, pero deben establecerse vínculos más estrechos entre las políticas y el desarrollo del mercado. Los sectores marítimos clave tienen también potencial de crecimiento. Las capacidades, las cualificaciones y los programas educativos deben estar adaptados a estas necesidades.

Además, de acuerdo con la iniciativa emblemática de la Estrategia Europa 2020 «Una agenda para nuevas cualificaciones y empleos», es necesario profundizar en el diálogo entre los interlocutores sociales sobre los futuros retos para el mercado laboral, como los cambios demográficos. Entre esos retos deben figurar el aumento de la productividad laboral y la reducción de las diferencias estructurales en la región, así como la dimensión macrorregional de la inclusión social y la salud pública.

La movilidad y el desarrollo de capacidades deben promoverse a través de las iniciativas existentes, como el sistema de intercambio Nordplus, y a través de los instrumentos actuales y futuros, como «Erasmus para todos» o «Juventud en movimiento». Asimismo, deben facilitarse los intercambios culturales y aprovecharse plenamente las oportunidades de movilidad de los investigadores y de difusión de la innovación, por ejemplo en el marco del Programa Conjunto de Investigación y Desarrollo sobre el Mar Báltico BONUS. Debe promoverse la participación, respecto a todas las edades y todos los sectores, en programas de intercambios educativos y científicos y de cooperación. La «circulación de cerebros» debe convertirse en el nuevo paradigma, pero evitando la «fuga de cerebros». Por otra parte, todo el mundo debe cooperar para combatir los aspectos menos deseables de la movilidad, como la delincuencia organizada, incluidos la trata de seres humanos y el contrabando.

De acuerdo con el marco renovado, la Comisión propone utilizar los siguientes indicadores y objetivos como factores clave para medir los avances:

1. un aumento del 15 % del volumen del comercio intrarregional y de los servicios transfronterizos para 2020;

2. un aumento del 20 % del número de personas que participan en programas de intercambio y cooperación en los ámbitos cultural, educativo y científico para 2020;

3. además de los indicadores de políticas mencionados anteriormente, pueden ser útiles los siguientes indicadores de contexto que sitúan la Estrategia en el marco más amplio de la evolución socioeconómica de esta región:

a)      la reducción de las disparidades, medida en función de la disminución del retraso en PIB de los Estados miembros menos desarrollados;

b)      la reducción de las tasas de desempleo, alcanzando el objetivo de una tasa de empleo de las personas de 20-64 años del 75 % establecido en la Estrategia Europa 2020;

c)      el gasto general en I+D, medido en función de la tasa de las inversiones en I+D e innovación, que debe alcanzar al menos un 3 % en toda la región para 2020 (objetivo de la Estrategia Europa 2020);

d)      la consecución de los objetivos nacionales basados en los objetivos de la Estrategia Europa 2020 relativos al clima y a la energía.

4. En la senda del progreso

La Estrategia de la UE para la región del Mar Báltico, mediante medidas prácticas que toman en consideración las características geográficas y la dinámica macrorregional de esta región, refuerza el uso de los recursos europeos y nacionales disponibles. Su finalidad es traducir el compromiso político en compromiso de acción en cada punto.

Concretamente, el marco de la Estrategia revisada establecido anteriormente potencia este esfuerzo. Facilita las acciones y los resultados, centrándose en tres grandes objetivos globales: salvar el Mar Báltico, conectar esta gran región y aumentar su prosperidad. Lo hace fomentando el compromiso político, facilitando una mayor armonización de las políticas y la financiación y aclarando las responsabilidades de las partes implicadas. Asimismo, promueve una mayor integración de las partes interesadas, una cooperación más estrecha con los terceros países y el sector privado y una mejor comunicación. El marco de la Estrategia establece todo esto en relación con indicadores y objetivos, en un sistema de seguimiento y evaluación para medir los avances hacia el futuro.

Es importante que los gobiernos y las regiones participantes respondan asignando los recursos adecuados al desafío de aplicar la Estrategia y que a todos los niveles se preste atención desde un primer momento a la adecuación de la financiación en la preparación del siguiente periodo financiero.

La Comisión está convencida de que este marco aporta una contribución integrada y sostenible a la cohesión económica, social y territorial y a la consecución de los objetivos de crecimiento inteligente, sostenible e integrador de la Estrategia Europa 2020. En consecuencia, invita al Consejo a examinar y respaldar la presente Comunicación.

[1]               COM(2011) 381 final.

[2]               Se convertirá en el Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca, tal como ha sido propuesto por la Comisión para el nuevo periodo financiero.

[3]               Puntos de contacto nacionales, coordinadores de zona prioritaria, directores de acción horizontal y directores de proyectos emblemáticos.

[4]               Se dará información detallada en el sitio web dedicado a la Estrategia de la UE para la Región del Mar Báltico.

[5]               Como la Dimensión Nórdica, el Consejo de los Estados del Mar Báltico, el Consejo Nórdico de Ministros, la Comisión de Helsinki, la red Vision And Strategies Around the Baltic Sea (VASAB, Visión y Estrategias en torno al Mar Báltico), la Cooperación Subregional de los Estados del Mar Báltico (BSSSC), la Unión de Ciudades Bálticas (UBC) y BONUS: programa de investigación y desarrollo del Mar Báltico (iniciativa de acuerdo con el artículo 185 del TFUE).

[6]               Publicado por el Foro de Desarrollo del Báltico, el Consejo Nórdico de Ministros y el Banco Europeo de Inversiones.