18.8.2006   

ES

Diario Oficial de la Unión Europea

C 195/48


Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre el tema «Flexiguridad: el caso de Dinamarca»

(2006/C 195/12)

El 14 de julio de 2005, de conformidad con lo dispuesto en el apartado 2 del artículo 29 de su Reglamento Interno, el Comité Económico y Social Europeo decidió elaborar un dictamen sobre el tema «Flexiguridad: el caso de Dinamarca.»

La Sección Especializada de Unión Económica y Monetaria, Cohesión Económica y Social, encargada de preparar los trabajos del Comité sobre este tema, aprobó su dictamen el 28 de abril de 2006 (ponente: Sra. VIUM).

En su 427o Pleno celebrado los días 17 y 18 de mayo de 2006 (sesión del 17 de mayo), el Comité Económico y Social Europeo aprobó el presente dictamen por 98 votos a favor, 1 en contra y 1 abstención.

1.   Conclusiones y recomendaciones; la flexiguridad: el caso de Dinamarca

1.1

La modalidad danesa de flexiguridad parece ser un ejemplo de cómo puede lograrse un equilibrio social en el que se compatibilicen el crecimiento económico, una elevada tasa de empleo y una Hacienda pública viable. Este planteamiento se ajusta al proceso de Lisboa que pretende lograr un elevado nivel de empleo, crecimiento sostenible y protección social.

1.2

La flexiguridad danesa, mediante la que se logra movilidad en el mercado laboral con elementos generadores de seguridad y una política activa en materia de mercado laboral y de formación, contribuye al parecer a la competitividad de Dinamarca. La flexiguridad, combinada con otros aspectos de la sociedad danesa, ha conferido al mercado laboral danés una solidez y una flexibilidad que equipan a la colectividad para afrontar los retos del futuro. La existencia de un alto nivel de empleo, las elevadas prestaciones de desempleo y el optimismo reinantes significan que empleadores y trabajadores aceptan las incertidumbres y desventajas inherentes al sistema debido a las contrapartidas que cada grupo recibe de él.

1.3

La clave para comprender la flexiguridad danesa radica en que flexibilidad y seguridad no son necesariamente ideas contrapuestas. Los empleadores pueden estar interesados en unas relaciones laborales estables y seguras y unos colaboradores motivados, y, a su vez, los trabajadores pueden estar interesados en la flexibilidad en cuanto a la jornada laboral, la organización del trabajo y el sistema de remuneraciones.

1.4

Frente a la globalización y la fuga de empleos hacia otros países, la flexiguridad proporciona al trabajador un alto grado de seguridad económica y social a través del cambio de paradigma que deja de ser seguridad en el puesto de trabajo para pasar a ser seguridad de empleo y ofrece nuevas oportunidades personales a cambio del riesgo limitado de la disposición al cambio. Por supuesto, el trabajador sigue corriendo el riesgo de perder su empleo, pero la red que proporciona la seguridad social garantiza a corto plazo lo suficiente para vivir y, a más largo plazo, las iniciativas del mercado laboral, combinadas con los elevados niveles de empleo, aumentan las probabilidades de encontrar un nuevo trabajo.

1.5

Para el trabajador, la flexiguridad danesa significa que no existe una elevada seguridad en el empleo y que uno puede perderlo varias veces en el curso de la vida laboral. A pesar de ello, gracias a las salvaguardias incorporadas al sistema de flexiguridad –por una parte, los altos subsidios de desempleo respaldados por los fondos públicos y el esfuerzo fiscal de toda la población y, por otra parte, la seguridad de contar con un empleo– los daneses se sienten en general seguros y satisfechos (véase el anexo 2).

1.6

Si vemos esta flexiguridad danesa en el contexto europeo, resulta evidente que, dadas las diferencias culturales, estructurales y económicas implicadas, no se puede copiar tal cual el sistema. Sin embargo, como estrategia política algunas características generales podrían adaptarse a otros Estados miembros. Especialmente, a aquellos en los que el acervo social, entendido como una suma de normas y redes, combinado con una relación de confianza entre individuos y organizaciones, se ha desarrollado en una línea similar a la de Dinamarca e incluye por lo tanto una tradición de cooperación entre el Gobierno y los interlocutores sociales y una voluntad de cambio de los ciudadanos. No obstante, la flexibilidad geográfica puede acarrear también problemas que hay que tomar muy en serio –para la familia, la pareja y la escolarización y formación de los niños– sobre todo en países de gran extensión y en casos de estructura federal.

1.7

El concepto de flexiguridad cubre de modo general la idea de conciliar flexibilidad y seguridad del trabajador de modo que se pueda a la vez garantizar la protección social y la competitividad. La modalidad danesa de flexiguridad proporciona por un lado seguridad, a través de un nivel elevado de subsidio de desempleo (y de redistribución de la renta a través de otros canales sociales), y por otro, flexibilidad mediante normas liberales de despido con, por ejemplo, períodos de preaviso cortos. La protección social y el grado elevado de movilidad se combinan con una política activa de mercado laboral que garantiza que el desempleado está realmente disponible para el mercado de trabajo y que mejora sus cualificaciones profesionales. La política danesa del mercado de trabajo incluye tanto incentivos como sanciones –por ejemplo, la reactivación o reincorporación obligatoria a la actividad–, sin embargo, predomina la oferta cualitativa con vistas al reciclaje de cualificaciones. La política laboral activa es un instrumento imprescindible para que el mercado laboral funcione eficazmente con un nivel elevado de subsidio de desempleo.

1.8

Sin embargo, la flexiguridad danesa no puede considerarse al margen del contexto del Estado del bienestar y de un sistema organizativo sólido. El funcionamiento del mercado laboral danés presupone toda una serie de factores que operan en la sociedad. Nos referimos, por ejemplo, al papel central que desempeñan los interlocutores sociales en el proceso decisorio político y en la aplicación de las políticas de mercado de trabajo y formación, al amplio sistema del Estado del bienestar financiado públicamente, al nivel de competencia de la población y a la combinación de políticas macroeconómicas que se han introducido en la última década.

1.9

En el desarrollo de la flexiguridad danesa los interlocutores sociales han desempeñado un papel central, tanto en el proceso decisorio como en su aplicación, en ámbitos tales como la política de formación y las reformas estructurales del mercado de trabajo. En una serie de ámbitos, la evolución se basa en acuerdos alcanzados entre los interlocutores sociales: por ejemplo, en la introducción de planes de pensiones privados relacionados con el mercado de trabajo. El papel de los interlocutores sociales es resultado a la vez del desarrollo histórico y del hecho de que poseen un elevado nivel de organización. La influencia de los interlocutores sociales ha permitido hallar soluciones creativas y lograr que fueran ampliamente aceptadas. Sin embargo, esta influencia fuerte de los interlocutores sociales –y de otros agentes de la sociedad civil– exige capacidad de adaptación, voluntad de cooperar y disposición a observar la realidad con una nueva mirada y desde un punto de vista general. Una mayor participación e influencia de los interlocutores sociales puede convertirse así en una ventaja para que la sociedad compita y se adapte. En estos procesos, el apoyo, la colaboración, y también las críticas, de otras organizaciones de la sociedad civil, –como por ejemplo, asociaciones, centros de formación, etc.– desempeñan también un papel relevante la cooperación.

1.10

Un nivel elevado de prestaciones de desempleo exige que el conjunto de la población posea un elevado nivel de cualificaciones; de otro modo, existiría un grupo de trabajadores que no podría encontrar un trabajo cuyo salario fuese superior a las prestaciones que obtienen estando inactivos. Un elevado nivel de las cualificaciones y capacidad de adaptación –incluyendo aquí a quienes poseen una formación menos formal– son las razones clave del éxito del sistema danés de flexiguridad.

1.11

En la segunda mitad de los años noventa, cuando Dinamarca acometió un extenso programa des reformas estructurales, las medidas restrictivas fueron acompañadas de una política económica expansiva que impulsó el crecimiento y el empleo. Más allá de la seguridad de renta proporcionada por un nivel alto de prestaciones de desempleo, Dinamarca pretende brindar al ciudadano seguridad en el empleo. Nadie puede garantizar que uno conservará su empleo, pero existen muchas probabilidades de encontrar uno nuevo gracias a las iniciativas públicas. Por otra parte, es más fácil llevar a cabo reformas estructurales, y asegurar su apoyo, en un ambiente de optimismo y de crecimiento que favorece el empleo. La flexiguridad danesa se basa, pues, en una combinación de políticas macroeconómicas que estimula el crecimiento y el empleo.

1.12

La flexiguridad danesa es siempre objeto de debate y se halla en constante evolución. El sistema posee ventajas e inconvenientes y, pese a que la flexibilidad, la seguridad y una política activa del mercado laboral están indudablemente interrelacionadas, hay un debate continuo sobre cómo lograr el equilibrio correcto entre estos elementos.

1.12.1

La existencia de una recaudación tributaria elevada, así como otros factores que son significativos para el funcionamiento del mercado laboral, es una de las condiciones básicas de la flexiguridad danesa. El gasto público destinado a las políticas de mercado laboral se elevó al 4,4 % del PIB (en 2003), lo que constituye un récord en Europa (1). La elevada presión fiscal (de alrededor del 49 % del PIB) es aceptada por la población danesa, si bien los impuestos son un tema constante de debate y el impuesto el trabajo podría reducirse en el futuro. En parte, la elevada presión fiscal viene dada por el elevado nivel de empleo que, en sí mismo influye de manera positiva en las cuentas públicas. Al impulsarse el empleo se producen nuevos incrementos de la recaudación tributaria.

1.13

Para la UE, la importancia de la versión danesa de la flexiguridad reside en la disposición, que promueve este enfoque, a adaptarse de manera proactiva a nuevas realidades; este adaptación ha sido el resultado de un cambio equilibrado de paradigma socioeconómico que se ha conseguido con una escrupulosa negociación de las partes interesadas y en el pleno respeto de los valores fundamentales del modelo europeo de sociedad.

2.   La competitividad del sistema danés

2.1

Dinamarca tiene un crecimiento estable y una hacienda pública saneada. Entre 2000 y 2005 la tasa de crecimiento media fue del 1,7 %, con un nivel de empleo medio del 77,5 % y un superávit medio de la administración pública del 1,4 % del PIB. En 2004 la deuda pública global representaba el 42,7 % del PIB y el superávit de las administraciones públicas el 2,8 % del PIB. El superávit de las administraciones públicas se debe, entre otras cosas, a la elevadísima tasa de empleo, que proporciona elevados niveles de ingresos procedentes de los impuestos sobre la renta.

2.2

La movilidad del mercado laboral danés es muy elevada: cada año desaparece más del 10 % de los puestos de trabajo y se crea un número similar. Un 30 % de los trabajadores cambia de empleo cada año, y los trabajadores daneses tienen la antigüedad laboral más baja (en segundo lugar, después del Reino Unido) de la UE. Para comprender este dato debe tenerse en cuenta la normativa vigente en Dinamarca y la estructura del sector privado del país, en el que predominan las PYME.

2.3

Las consecuencias de esta combinación de políticas de estímulo macroeconómico y las reformas estructurales acometidas por Dinamarca en ámbitos como, por ejemplo, el mercado laboral, pueden también ilustrarse utilizando la curva de Phillips, que muestra la relación existente entre el desempleo y el aumento de los costes salariales. En el anexo 1 se recoge la curva correspondiente a Dinamarca. En ella puede verse claramente que desde 1993 se ha logrado reducir sustancialmente el desempleo sin incurrir en una elevada inflación salarial, ya que la curva de Phillips se ha mantenido en gran medida horizontal durante este período. Las actividades del mercado de trabajo y de formación atenúan los problemas y obstáculos de ajuste que podrían, de otro modo, conducir a incrementos de salarios y de precios.

2.4

Habitualmente Dinamarca suele aparecer situada en las primeras posiciones en los estudios sobre países atractivos para invertir. Un informe realizado en marzo de 2005 por la Economic Intelligence Unit situaba también a Dinamarca en primer lugar. El anexo 2 muestra la posición que ocupa Dinamarca respecto a otros países de la UE según diversos parámetros.

3.   El modelo danés de flexiguridad

3.1

El concepto de flexiguridad se ha popularizado en los últimos años, aunque no quede siempre demasiado claro lo que significa y su interpretación varíe de un país a otro.

3.2

En el mercado laboral se ha llegado a denominar al modelo danés el triángulo de oro, dado que posee normas flexibles de contratación (que llevan a un alto grado de flexibilidad numérica), un sistema generoso de ayudas (que proporciona protección social) y unas medidas fuertes de activación y formación (que animan a los desempleados a que busquen trabajo y les proporcionan la cualificación necesaria para reincorporarse al mercado laboral).

3.2.1

El sistema danés de flexiguridad contribuye a que los puestos de trabajo creados sean empleos de calidad e impliquen un trabajo digno (decent work). Los elevados subsidios de desempleo hacen que los sueldos que se considera «aceptables» sean elevados; consecuencia de ello es que los daneses ganan lo suficiente para vivir dignamente. Por tanto, en el mercado de trabajo formal, la existencia de «salarios de miseria» es insólita o residual, incluyendo a los daneses de otros orígenes étnicos

3.3

A continuación, se puede observar el funcionamiento del llamado triángulo de oro. En el anexo 3 se examina brevemente el sistema danés de beneficios y de política de mercado laboral activa.

Los ejes del sistema danés de flexiguridad:

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3.4

La flexibilidad del mercado laboral danés tiene, no obstante, muchas dimensiones, y no consiste solo en unas normas de despido liberales, sino también en la flexibilidad del horario laboral: por ejemplo, gracias a determinados convenios, el horario laboral puede organizarse con carácter anual o bien distribuirse durante períodos relativamente cortos. El hecho de que, cada vez más a menudo, se fije el salario final a nivel de las empresas, en el marco de convenios colectivos, garantiza además cierto grado de flexibilidad salarial. La flexibilidad se refiere asimismo a las amplias competencias de los trabajadores: el individuo es independiente, está dispuesto al cambio y es consciente de sus responsabilidades; de este modo, es capaz de adaptarse rápidamente a una nueva producción o a un nuevo trabajo.

3.5

La seguridad del mercado laboral danés no se debe exclusivamente al nivel relativamente elevado de ayudas al desempleo, sino también a la elevada tasa de empleo y a la movilidad del mercado. Esta seguridad en el empleo se ve reforzada además por un amplio abanico de medidas de perfeccionamiento y formación suplementaria y que son dirigidas y administradas por las autoridades y por los interlocutores sociales. La sociedad danesa brinda además a las familias cierto grado de seguridad para conciliar la vida familiar y laboral ofreciendo atractivas posibilidades de acogerse a permisos parentales, guarderías, etc.

3.6

La clave para comprender la flexiguridad danesa radica en que flexibilidad y seguridad no son necesariamente ideas contrapuestas. Tradicionalmente los empleadores han deseado un mercado laboral más flexible, lo que es incompatible con las aspiraciones del trabajador: seguridad en el puesto de trabajo y un elevado nivel de compensación económica durante los períodos de desempleo y enfermedad.

3.7

El concepto de flexiguridad rompe con la idea de que esta relación es antagónica. A los empleadores les puede interesar una relación laboral estable y segura, con un personal motivado, del mismo modo que a los trabajadores les puede interesar un horario flexible, una organización flexible de trabajo y un sistema de remuneración flexible. Estas nuevas modalidades de mercado del empleo pueden generar, pues, una nueva interacción entre flexibilidad y seguridad.

3.8

En el mercado de trabajo el sistema danés de flexiguridad combina el dinamismo de una economía liberal de mercado con la seguridad, desde el punto de vista social, de un Estado del bienestar de tipo escandinavo que ofrece unos servicios públicos universales y una nivelación salarial. Visto desde una perspectiva más amplia, es el resultado de una opción política: dejar que cada cual decida sobre su vida laboral y redistribuir los recursos a través de las actividades y del presupuesto públicos. Esto genera cohesión en la sociedad, gracias a una fuerte nivelación salarial y a una desactivación de las tensiones sociales, y proporciona al trabajador la seguridad para adaptarse y hacer frente a la flexibilidad del sistema.

4.   El papel de los interlocutores sociales

4.1

Tradicionalmente los interlocutores sociales han desempeñado un papel central en la toma de decisiones y en la gestión de la política laboral y de formación. Su influencia ha contribuido a dar con soluciones creativas y equilibradas a los problemas del mercado y de la innovación y también a preparar al país para adecuarse a las necesidades de adaptación y de desarrollo de la globalización, dado que los interlocutores sociales tienen la posibilidad de evaluar cualquier necesidad que se manifieste y de realizar los ajustes necesarios. A la larga, un diálogo estrecho entre las diversas partes interesadas genera además un acervo social al impulsar la confianza, estimular la responsabilidad y promover la mutua comprensión.

4.2

La situación actual tiene unas raíces históricas que se remontan a hace más de un siglo. La particularidad del modelo sindical danés tiene su origen en el Pacto de Septiembre, acuerdo concertado en 1899 entre los sindicatos daneses (Landsorganisationen) y la Confederación danesa de empresarios (Dansk Arbejdsgiverforening), organizaciones que se acababan de crear a nivel nacional. Fue éste el primer convenio colectivo que se celebró en el mundo y, desde entonces, ha funcionado como marco de los acuerdos y las relaciones entre los interlocutores sociales.

4.2.1

Los empleadores aceptaron a la central sindical como interlocutor de la negociación y, a su vez, los trabajadores reconocieron el derecho de los empleadores a contratar y despedir trabajadores, reconociendo así su derecho a gestionar. Estas condiciones de base han contribuido al modo de pensar liberal que prevalece en Dinamarca en relación con normas de despido. El compromiso de paz social durante la vigencia del acuerdo colectivo fue otro elemento clave del Pacto de Septiembre. La regulación voluntaria del mercado de trabajo –la resolución de conflictos por las propias partes– ha sido el principio central de los interlocutores sociales hasta fecha tan reciente como 2003. Solamente cuando la UE rehusó reconocer la aplicación independiente de directivas por parte de los interlocutores sociales, se tuvo que empezar a promulgar una legislación adicional en Dinamarca. En el anexo 4 se recoge más información sobre la evolución histórica del papel de los interlocutores sociales y el establecimiento del modelo danés.

4.3

Tras muchos años de elevada inflación pero aumentos de salarios reales muy fluctuantes, entre 1987 y 1988 los interlocutores sociales reconocieron que los convenios debían reflejar también las condiciones socioeconómicas globales. Como es lógico, en Dinamarca empleadores, trabajadores y Gobierno tienen puntos de vista opuestos, pero existe también una cultura básica del diálogo y del consenso que ha de considerarse también como parte del acervo social. El hecho de que no existan grandes desequilibrios de poder en las diversas esferas de la sociedad contribuye a mantener esta cultura del consenso.

4.4

En el plano político Dinamarca ha desarrollado desde los años sesenta un sistema global público de formación profesional (suplementaria y permanente) del que pueden beneficiarse tanto los trabajadores en activo como los desempleados. Esto ha hecho que la mano de obra en su conjunto sea más adaptable. A lo largo de todo el siglo XX los interlocutores sociales tuvieron (y siguen teniendo hoy) un papel importante que desempeñar en la toma de decisiones pública y en su aplicación. Ese papel, a diferencia de lo que sucedió en la mayor parte de los demás países europeos, se consolidó incluso después de 1993-1994.

4.5

En cuanto a los contenidos, la política de mercado laboral ha dejado de orientarse a la regulación y ha pasado a orientarse a las necesidades y a adoptar medidas planeadas para resolver soluciones concretas. Los interlocutores sociales se han convertido en protagonistas –junto con los entes locales– de los catorce Consejos Regionales del Mercado Laboral, que han recibiendo competencias y recursos públicos para priorizar las acciones destinadas a combatir el desempleo y la política regional de mercado de trabajo.

4.6

Así, a lo largo de los años los interlocutores sociales han creado una amplia conciencia colectiva de lo que significa afrontar la responsabilidad social, al mismo tiempo que las autoridades han aprendido a beneficiarse de sus recursos e influencia. Los interlocutores sociales poseen informaciones y conocimientos únicos acerca del mercado laboral y, por ello, pueden determinar rápidamente las necesidades de manera fiable. Mediante su implicación corporativa, proveen a las autoridades gratuitamente de recursos y encuentran soluciones crea-tivas a problemas conjuntos a través de foros de debate y de toma de decisiones. Además, las organizaciones son vitales para garantizar que las políticas se adoptan, se aplican y –no menos importante– se aceptan. Las autoridades dependen, pues, de la implicación de los interlocutores sociales para el funcionamiento de la flexiguridad.

5.   La combinación de políticas correcta

5.1

Para comprender plenamente el sistema danés de flexiguridad, es importante considerar el contexto de la sociedad en que ese sistema se halla inscrito. Tanto la política económica como el sector público influyen en el funcionamiento del mercado laboral y, juntos, constituyen los elementos de lo que pueden llamarse «el modelo danés». La interacción de los diversos elementos puede verse en el anexo 7.

5.2

En la segunda mitad de los años ochenta y primera mitad de los noventa, la economía danesa atravesó una crisis. Entre 1987 y 1993 el promedio de crecimiento anual fue del 0,8 %, mientras que el desempleo pasó del 5 % en 1987 al 9,6 % en 1993. Entre otras cosas, la crisis era resultado de las tensiones económicas generadas como consecuencia de los excesivos déficit públicos de años anteriores.

5.3

A partir de 1993 se reforzó la política activa de mercado laboral en un momento en que la economía también se veía impulsada por unos tipos de interés bajos y una política económica expansiva. Como consecuencia de ello, a partir de mediados de los años noventa, al comenzar el período de crecimiento, el déficit público danés era de tal magnitud que, de haber existido en aquel momento, las normas del pacto de estabilidad y crecimiento, no hubieran podido cumplirse. Además, se había modificado la normativa de financiación de la propiedad inmobiliaria (permitiendo períodos más largos de reembolso y la posibilidad de una refinanciación), poniendo así a disposición de la gente una mayor renta. El elevado ritmo de crecimiento, la caída del paro y el creciente optimismo hicieron que a la ciudadanía le resultara más fácil aceptar normas más rigurosas del mercado del trabajo.

5.4

El incremento del gasto público se dedicó, entre otras cosas, a iniciativas de gran amplitud para aumentar el número de guarderías, de modo que las mujeres con niños de corta edad tuvieran realmente la posibilidad de trabajar.

5.5

El énfasis cada vez mayor en las políticas de mercado laboral también significó dar más importancia a las iniciativas de formación y perfeccionamiento; el Estado proporcionó un apoyo masivo a que los trabajadores, tanto en activo como en paro, pudieran continuar formándose. El apoyo se dedicó a financiar actividades de formación y también a compensar en cierta medida las mermas salariales. Asimismo, el número de plazas de formación para los jóvenes se aumentó a todos los niveles.

5.6

En términos generales, cabe decir que el sistema danés, con elevados niveles de subsidio de desempleo y, por tanto, un «salario aceptable» elevado, exige una mano de obra especializada y productiva. Si se permite que se forme un amplio sector de trabajadores poco cualificados, cuyo salario no alcance los niveles salariales que obviamente exigen los altos subsidios de desempleo, se producirá forzosamente un excesivo nivel de desempleo.

5.7

La estrategia económica lanzada con éxito a partir de mediados de los noventa era una estrategia de inversión en la que el crecimiento se generaba mediante reformas proactivas y la inversión en educación y servicios públicos. La confianza en el futuro y un alto grado de seguridad en la renta favorecen el consumo y aseguran un elevado nivel de demanda nacional.

5.8

La estrategia económica actual fue una respuesta a la crisis económica que Dinamarca sufrió a partir de 1987, cuando el Gobierno redujo el amplio déficit público y de balanza de pagos mediante ahorros y recortes. La estrategia de ahorro resolvió los desequilibrios presupuestarios pero, a su vez, ralentizó el crecimiento e incrementó cada vez más el desempleo. La estrategia actual parece salvaguardar el crecimiento y el empleo a la vez que mantiene el equilibro de la hacienda pública y de la balanza de pagos. De hecho, esta combinación de variables no se había dado en Dinamarca desde las crisis del petróleo de los años setenta.

6.   Desafíos actuales

6.1

Aunque la flexiguridad danesa ha dado buenos resultados en los últimos años, quedan sin duda algunos desafíos que deben afrontarse.

6.2

En términos generales se puede decir que la globalización y el desarrollo tecnológico están ejerciendo en general presiones en el mercado de trabajo de Dinamarca. Los más expuestos son los trabajadores no cualificados dado que tienen que competir con países de bajos costes salariales y producción automatizada.

6.2.1

Hasta la fecha, Dinamarca ha conseguido afrontar las presiones reduciendo el número de trabajadores sin cualificar en el mercado laboral, dado que los trabajadores no cualificados de edad avanzada abandonan el mercado laboral mientras que los jóvenes que acceden a él poseen cualificaciones. Sin embargo, en la actualidad hay muchos jóvenes que no reciben una formación que les capacite profesionalmente, lo cual a largo plazo puede socavar el sistema danés de flexiguridad. Si la oferta de trabajadores cualificados no se adapta de un modo u otro a la demanda, el gasto público correspondiente a subsidios de desempleo y otras transferencias resultará demasiado oneroso.

6.2.2

En Dinamarca se está viviendo el fenómeno de que algunas empresas cierran y trasladan total o parcialmente sus operaciones de producción a países con bajos costes salariales. Esta cuestión plantea un desafío, especialmente en las comarcas más alejadas, que son muy sensibles al cierre de cualquier empresa. Sin embargo, el mercado de trabajo danés –estructuralmente dominado por las PYME– es una entidad dinámica de modo que, en vez de intentar mantener a toda costa esos puestos de trabajo, los responsables políticos, colaborando con los interlocutores sociales, intentan crear otros nuevos y más competitivos.

6.3

La elevada movilidad del mercado significa que los empleadores se muestran reacios a financiar la formación adicional, pues no saben cuánto tiempo permanecerá un trabajador en un puesto de trabajo dado. Esto afecta en especial a la mano de obra no cualificada, pues los empleadores tienden a conservar y proporcionar formación a la mano de obra especializada –más difícil de encontrar–, y los trabajadores no cualificados no siempre poseen motivación para reciclarse. La razón de ser de este amplio sistema –subvencionado públicamente pero al que deben contribuir obligatoriamente los empleadores– de formación y perfeccionamiento profesional, tanto para trabajadores especializados como sin cualificar, es que la mano de obra experta es vital para el correcto funcionamiento del sistema danés de flexiguridad y, además, porque llevar a cabo un planteamiento amplio y proactivo para mejorar las cualificaciones es políticamente deseable.

6.4

A muchos inmigrantes les cuesta arraigar en el mercado del trabajo danés, lo que también limita sus posibilidades de integración. Las dificultades que encuentran en el mercado del trabajo se deben, entre otras cosas, a que algunos colectivos de inmigrantes y sus descendientes carecen de las competencias necesarias que necesitarían para obtener los altos niveles salariales y de subsidio de desempleo de Dinamarca. El nivel de instrucción de los inmigrantes y de sus descendientes es menor que el de los daneses; presentan en general una tasa de participación más baja en el mercado laboral y sufren tasas de desempleo más elevadas que el resto de la población. Las dificultades que encuentran pueden ser lingüísticas, sociales o educativas.

6.4.1

Esto quizá se deba en parte a diferencias culturales y a hábitos arraigados. La experiencia muestra que el desempleo fluctúa más entre este grupo que entre otros. Cuando disminuye a demanda de empleo, por ejemplo, los empleadores suelen explorar nuevas vías y contratar a personas de otra procedencia étnica. Un elevado nivel de empleo y una escasa demanda de empleo pueden proporcionar a los inmigrantes y a sus descendientes un mejor acceso al trabajo sin solucionar el problema de integración en su conjunto. La evolución demográfica significará probablemente que, en los próximos años, los puestos de trabajo de los daneses se abrirán más a los inmigrantes.

6.5

El modelo danés de Estado del bienestar se basa en la existencia de un alto porcentaje de mujeres que trabajan: tanto para proporcionar los servicios públicos indispensables como para mantener una elevada recaudación tributaria. Por una parte, esto significa que las mujeres son más independientes económicamente, pero por otra, presenta problemas en cuanto a la conciliación de la vida familiar y laboral. Si se compara con muchos otros países europeos, Dinamarca ha logrado progresos sustanciales en este campo, pero le queda aún un largo camino que recorrer para lograr, entre otras cosas, la igualdad de oportunidades de carrera para hombres y mujeres.

6.6

El sistema danés es oneroso para el Estado, porque este paga una parte sustancial de compensaciones a los trabajadores cuando están desempleados. Los gastos correspondientes a las políticas pasivas de mercado laboral constituyeron el 2,7 % del PIB en 2003, lo que representa una cifra récord para la UE. En el futuro cabe prever que la financiación de la sociedad de bienestar danesa sufrirá presiones desde diversos frentes. Mantener la financiación del Estado del bienestar sin incrementar los impuestos requerirá niveles de empleo más altos entre las personas que se hallan en edad laboral.

6.6.1

La presión fiscal de Dinamarca, próxima al 49 % del PIB, se sitúa entre las más elevadas de la UE, cuyo promedio es de aproximadamente el 40 %. Los impuestos al consumo son especialmente elevados pero, en cuanto al impuesto sobre el trabajo, el país no ocupa la primera posición. El impuesto sobre la renta es alto y muy progresivo, pero en general los empleadores no soportan las cargas de la seguridad social. La estructura fiscal danesa se halla expuesta con más detalle en el anexo 5. A causa de la globalización, la recaudación tributaria puede sufrir tensiones en el futuro.

6.6.2

La evolución demográfica implicará que el número de personas de edad avanzada aumente y el número de las profesionalmente activas disminuya. Esto se debe al escaso acceso al mercado de la generación más joven, a que las generaciones de posguerra fueron muy numerosas y al aumento de la longevidad. En el sistema danés de mercado laboral se producirá una priorización de los servicios sociales semejante a la de otros países. Sin embargo, el régimen de jubilaciones danés se halla, hasta cierto punto, preparado para afrontar estos cambios (cfr. anexo 6). Podría producirse una escasez de mano de obra, ya que la reserva laboral que este colectivo constituye forma ya parte en gran medida del mercado de trabajo; por tanto, será preciso encontrar nuevas maneras de impulsar el empleo. Entre ellas podrían plantearse el aumentar la edad de jubilación o aumentar el número de trabajadores inmigrantes con las cualificaciones indispensables.

6.7

Casi una cuarta parte de la población en edad laboral carece de trabajo y percibe alguna forma de apoyo público (desempleo, reactivación, jubilación anticipada, etc.). Alrededor de la mitad de estas personas se ha retirado definitivamente del mercado laboral como consecuencia de desgaste físico, desempleo o por decisión propia, en tanto que la otra mitad se halla temporalmente sin empleo. El hecho de que esas personas perciban ayudas públicas constituye un principio básico del Estado del bienestar, pero esto representa un desafío para la futura financiación de la sociedad del bienestar. Para salvaguardar a largo plazo la financiación de esa sociedad será necesario reducir el porcentaje de población que abandona prematuramente el mercado laboral.

6.8

La política del mercado laboral está siendo regulada cada vez en mayor medida por normas y prácticas de la UE. En Dinamarca, las condiciones del mercado laboral venían siendo definidas tradicionalmente por los propios interlocutores sociales y no por la legislación. Si las normas de la UE se vuelven demasiado detalladas existe el riesgo de que la aceptación pública disminuya y de que la evolución tome una dirección distinta de la deseada por los interlocutores sociales. La práctica comunitaria del método abierto de coordinación puede ser el medio que permita desarrollar la tradición danesa sincronizando al mismo tiempo la política europea de empleo y la política de mercado laboral.

Bruselas, 17 de mayo de 2006.

La Presidenta

del Comité Económico y Social Europeo

Anne-Marie SIGMUND


(1)  Cfr Employment Outlook 2005, OCDE, cuadro H.