17.3.2006 |
ES |
Diario Oficial de la Unión Europea |
C 65/105 |
Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre «Las energías renovables»
(2006/C 65/20)
El 10 de febrero de 2005, el Comité Económico y Social Europeo, de conformidad con el artículo 29.2 de su Reglamento Interno, decidió elaborar un Dictamen de iniciativa sobre «Las energías renovables».
La Sección Especializada de Transportes, Energía, Infraestructuras y Sociedad de la Información, encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el 24 de noviembre de 2005 (ponente: Sra. SIRKEINEN; coponente: Sr. WOLF).
En su 422o Pleno de los días 14 y 15 de diciembre de 2005 (sesión del 15 de diciembre de 2005), el Comité Económico y Social Europeo ha aprobado por 142 votos a favor, 1 en contra y 2 abstenciones el presente Dictamen.
El Comité ha aprobado en los últimos años una serie de importantes dictámenes (1) sobre aspectos clave de la cuestión energética, en los que se examinaban detenidamente diversas formas y fuentes de energía. El objetivo estratégico de esta serie de dictámenes, que concluirá con el presente dictamen y con otro sobre los combustibles fósiles «tradicionales» como el carbón, el petróleo y el gas natural (TEN/212), es proporcionar un fundamento sólido para elaborar opciones viables y realistas para la futura combinación energética. La síntesis de estas propuestas, aún por elaborar, figurará en un dictamen posterior («El aprovisionamiento energético de la UE: estrategia para una combinación energética óptima») que resumirá todos estos dictámenes.
1. Introducción
1.1 |
El modo de vida y la cultura actuales se basan en la energía utilizable (2). El camino hacia los niveles de vida actuales se inició precisamente en el momento en que se dispuso de suficiente energía. La necesidad de contar con un suministro seguro de energía útil, a precios razonables, no perjudicial para el medio ambiente y sostenible ocupa un lugar central en las Conclusiones de los Consejos Europeos de Lisboa, Gotemburgo y Barcelona. |
1.2 |
Actualmente asistimos, especialmente en los países recientemente industrializados y en algunos países en desarrollo, a un rápido crecimiento de la demanda global de energías fósiles, que es un recurso limitado. El suministro procede en gran parte de zonas en las que no rigen las reglas normales del mercado o de la política, por lo que la energía ocupa un lugar cada vez más central de la atención política. Los precios son inestables y la tendencia es al alza. En lo que respecta a las repercusiones medioambientales de la energía, algunos competidores se ven menos afectados que otros, en particular en lo que se refiere al impacto potencial sobre el clima al nivel mundial. Las energías fósiles son objeto de un dictamen independiente del CESE, elaborado en paralelo a éste. |
1.3 |
La política energética de la UE debe abordar tres retos principales: garantizar la seguridad del abastecimiento energético, satisfacer las necesidades económicas y limitar las repercusiones medioambientales. La seguridad del abastecimiento en la UE se enfrenta con el problema de su alto y creciente grado de dependencia de las fuentes de energía renovables. Para garantizar tanto las necesidades básicas de los ciudadanos a precios asequibles como la competitividad de las industrias, los precios de la energía no deberían verse influidos artificialmente al alza por decisiones políticas, sino que deberían incentivar las necesarias inversiones en el sector de la energía. Los problemas del medio ambiente han de abordarse desde la óptica de la eficacia con respecto a los costes, repercutiendo los costes externos en los precios de la energía y teniendo en cuenta la necesidad de una competitividad global. |
1.4 |
El Comité ha señalado en varios dictámenes que la producción y la utilización de energía generan contaminación ambiental y otros riesgos, provocan el agotamiento de los recursos, implican dependencia de terceros países y van unidos a factores imponderables. Ninguna de las opciones y técnicas que pueden contribuir al futuro abastecimiento energético es técnicamente perfecta, está absolutamente libre de perturbaciones para el medio ambiente, es suficiente para cubrir todas las necesidades, ni tampoco tiene un potencial previsible en un plazo suficientemente largo. |
1.5 |
Para garantizar un futuro energético sostenible, Europa debe utilizar en primer lugar el potencial de que dispone para una mayor eficiencia energética. El CESE está preparando un dictamen exploratorio (a instancia de la Comisión Europea) sobre este asunto. En segundo lugar, las energías renovables tienen un papel primordial que desempeñar a este respecto, pues son por definición sostenibles. Pueden producirse al nivel local, y en sí no emiten gases de efecto invernadero, por lo que contribuyen a la seguridad del abastecimiento y a combatir el cambio climático. No obstante, en un futuro previsible no podrán por sí solas cubrir todas las necesidades. El CESE tiene proyectado empezar a trabajar en un dictamen sobre la futura combinación energética de Europa, basándose en los resultados de los dictámenes sobre las diferentes fuentes de energía. |
1.6 |
El tema del presente dictamen es la situación actual y el potencial de desarrollo de las fuentes de energía renovables: energía hidroeléctrica a pequeña escala, eólica, biomasa, solar y geotérmica, en consonancia con la definición de energías renovables que figura en la Directiva sobre la electricidad generada a partir de energías renovables, que excluye las grandes centrales hidroeléctricas, aun cuando desde el punto de vista técnico son claramente energías renovables y se incluyen generalmente, en las estadísticas energéticas, en el apartado de las energías renovables. |
1.7 |
El presente dictamen examina las principales características de estas tecnologías desde el punto de vista de la política energética (seguridad del abastecimiento, diversificación, capacidad de satisfacer la demanda), económica (relación coste-eficacia, competencia entre las fuentes de energía, medidas de apoyo) y medioambiental (emisiones, protocolo de Kioto) y evalúa la contribución que, de modo realista, pueden aportar a la futura combinación energética. |
1.8 |
El uso del hidrógeno es una nueva tecnología energética que despierta mucha atención y expectativas. Como fuente de energía podría ser la solución al problema del almacenamiento de electricidad (procedente de fuentes de electricidad inestables). El hidrógeno puede producirse a partir de gas natural, una fuente de energía primaria fósil que tiene una elevada demanda para otros propósitos, o a partir del agua, con un elevado aporte de electricidad. Aún se requiere mucha I+D para llegar a concebir una economía del hidrógeno segura y eficiente desde el punto de vista de los costes. La tecnología de las pilas de combustible a menudo se vincula al uso eficiente del hidrógeno, pero en principio puede funcionar con otros combustibles, incluidos los de energías renovables procesadas. Estas posibilidades no son exploradas de modo específico en el presente dictamen, pero es preciso seguir prestándoles atención. |
2. Desarrollo de las fuentes de energía renovables (FER)
2.1 |
Según estadísticas de 2002 de la Comisión Europea, de los 20 000 TWh de consumo global de energía primaria de la UE-25, aproximadamente 1 100 TWh proceden de fuentes de energía renovables. Esto representa una cuota del 5,7 % para las energías renovables. Las fuentes de energía renovables suponen 387 TWh de los 3 018 TWh de la producción total de electricidad, lo que corresponde a un porcentaje del 13 % aproximadamente. |
2.2 |
La UE ha asumido un papel de liderazgo activo en el desarrollo de las fuentes de energía renovables, fijándose como objetivo indicativo para la UE-25 aumentar la cuota de FER en la combinación energética total desde el 6 % actual hasta el 12 %, y del 13 al 21 % en la producción de electricidad. Según las estimaciones provisionales de la Comisión Europea, aunque es probable que no se alcancen plenamente estos objetivos, los progresos realizados son impresionantes. Hay un consenso generalizado sobre la necesidad de aumentar de modo continuo la cuota de las FER en la combinación energética y sobre la necesidad permanente de apoyo económico. |
2.3 |
El aprovechamiento de la energía eólica ha registrado un enorme incremento en los pasados años, pese a que recientemente está siendo objeto de críticas crecientes por motivos tanto medioambientales como económicos. Mientras tanto, el crecimiento del uso de la biomasa está por debajo de las expectativas, aunque su empleo ya es bastante significativo hoy en día. |
2.4 |
Aunque existe una prolongada tradición cultural de explotar la energía de los cursos de agua interiores, tanto de las corrientes fluviales como de los pantanos, el aprovechamiento de las corrientes marinas, el oleaje y las mareas aún está en fase de desarrollo. En una etapa ulterior cabría dedicar un dictamen a estos aspectos. |
2.5 |
El nivel de utilización de las energías renovables varía considerablemente entre los Estados miembros, dependiendo de las circunstancias naturales o de las decisiones de política nacional en materia de energía. Asimismo, el desarrollo de su uso en respuesta a las políticas de la UE varía ampliamente, así como las medidas mediante las cuales los Estados miembros mejoran el incremento de su producción y uso. La Directiva 2001/77/CE relativa a la promoción de electricidad generada a partir de fuentes de energía renovables en el mercado interior de la electricidad (E-FER) deja a los Estados miembros la libre elección de las medidas de apoyo a las energías renovables sin intentar armonizar los mecanismos de apoyo. Esto no contribuye a la eficacia del mercado interior (véase el punto 5.6). |
2.6 |
El apoyo a las energías renovables está justificado por razones estratégicas de seguridad de aprovisionamiento y política climática. También puede verse a la luz de la internalización de costes externos, como una compensación por la falta de internalización o por la ayuda concedida, en el pasado o actualmente, a algunas fuentes tradicionales de energía (3). Las ayudas destinadas a actividades alejadas aún de la fase competitiva no se considera que distorsionan el mercado. |
2.7 |
Los intereses creados pueden ralentizar los cambios e impedir una competencia justa en los mercados de la energía. Esto incluye la necesidad de los gobiernos de fijar impuestos estables y otras recaudaciones. Algunas fuentes de energía, en particular los productos del petróleo, están sometidas a un elevado nivel de impuestos en la UE. |
3. Principales características y potencial de las distintas fuentes de energía renovables
3.1 Pequeñas instalaciones hidroeléctricas
3.1.1 |
Crecimiento y desarrollo recientes. Las instalaciones de producción hidroeléctrica pueden dividirse en dos categorías: grandes y pequeñas. Las pequeñas instalaciones hidroeléctricas (PIHE, que producen menos de 10 MWe) son muy numerosas en la Unión Europea y su potencial de desarrollo todavía es considerable (cerca de 6 000 MW sólo en la UE-15). La capacidad total de producción de las pequeñas instalaciones hidroeléctricas en la UE-15 a finales de 2003 se estimaba en unos 10 700 MW. |
3.1.2 |
Papel de las PIHE en los sistemas eléctricos y consecuencias para las redes. Ideales para la electrificación de lugares aislados, las PIHE contribuyen también a la producción de energía eléctrica al nivel nacional cuando se conectan a la red eléctrica. El acceso a la red es la primera condición, y la más importante, para autorizar a los productores independientes a operar efectivamente en el mercado. |
3.1.3 |
Aspectos económicos, incluidas medidas de apoyo. El desarrollo de las PIHE es técnicamente posible desde hace siglos y su explotación en un lugar adecuado puede resultar atractiva en términos económicos. Las inversiones requeridas en la UE (en 2001) oscilaban entre 1 000 €/kW en Grecia y España y 6 000 €/kW en Alemania, y los costes de producción medios oscilaban entre 0,018 €/kW en Bélgica y 0,14 €/kW en Austria. |
3.1.4 |
Disponibilidad y función en la seguridad del abastecimiento. Las PIHE representan una fuente segura y pueden contribuir a la seguridad del suministro de electricidad. Tienen la capacidad de generar electricidad instantáneamente, de modo que pueden garantizar a la vez el suministro de carga básica y responder a los picos de demanda de electricidad, tienen una larga duración de vida, son fáciles de mantener y poseen una tecnología perfeccionada y muy fiable. |
3.1.5 |
Repercusión medioambiental. La energía eléctrica generada por las pequeñas instalaciones hidroeléctricas es un recurso limpio, y su producción no requiere combustión, por lo que no produce emisiones contaminantes. A pesar de eso, causa un impacto medioambiental a escala local, en particular debido a su construcción y por la transformación de la ecología de las aguas (por ejemplo, las presas, que impiden las migraciones de los peces). No obstante, para reducir o eliminar estos efectos existen, y pueden aplicarse, medidas. |
3.1.6 |
Perspectivas de crecimiento futuro y papel de las PIHE. El primer objetivo (12 500 MW) fijado para 2003 no se alcanzó. En cuanto a los objetivos fijados para 2010, las capacidades europeas de producción de las PIHE deberían situarse en torno a los 12 000 MW si el índice de crecimiento anual se mantiene en la media de los cuatro últimos años. Esta cifra también será inferior a los objetivos expuestos en el Libro Blanco de la Comisión Europea. |
3.2 Energía eólica
3.2.1 |
Crecimiento y desarrollo recientes. La energía eólica es la tecnología de generación de electricidad que actualmente registra el crecimiento más rápido. Su utilización en zonas específicas con condiciones favorables puede incluso resultar muy rentable sin apoyo añadido. Los índices de crecimiento anuales de más del 35 % registrados entre 1996 y 2004 han convertido a Europa en la potencia líder en energía eólica. A finales de 2004, las centrales eólicas instaladas alcanzaron cerca de 35 GW en la UE-25 y más de 47 GW en todo el mundo. |
3.2.2 |
Papel de la energía eólica en los sistemas eléctricos y consecuencias para las redes. El uso intensivo de la energía eólica está asociado a grandes retos operativos. La disponibilidad de la energía eólica no puede garantizarse permanentemente en la mayor parte de las regiones. Sin embargo, esta desventaja puede contrarrestarse en gran medida mediante una gestión de la carga en conexión con otras fuentes de energía renovables, en particular la biomasa, el biogás, las centrales hidráulicas y las solares, así como mediante el desarrollo de nuevos sistemas de almacenamiento. La capacidad garantizada de energía eólica (crédito de capacidad) varía considerablemente según las temporadas. En Alemania, por ejemplo, se considera que entre 1 820 y 2 300 MW de la capacidad eólica global, que se calculaba ascendería a 36 000 MW en 2015, están garantizados para responder a la carga máxima de una temporada (a un nivel de fiabilidad de aprovisionamiento energético del 99 %). Este volumen corresponde aproximadamente a un 6 % de la capacidad eólica instalada. Para determinar los ajustes necesarios y la importancia de la capacidad de reserva en relación con la energía eólica, conviene tener en cuenta las previsiones de producción a corto plazo y las diferencias que se constaten entre estas previsiones y la cantidad de energía que se produzca realmente. |
3.2.3 |
Aspectos económicos, incluidas medidas de apoyo. Dado que la producción de electricidad procedente de la energía eólica es altamente dependiente de las condiciones atmosféricas, la elección del lugar adecuado es crucial para afrontar su viabilidad económica (véase, no obstante, el punto 3.2.2). Los costes de producción de electricidad generada por energía eólica han ido descendiendo regularmente a medida que se ha ido desarrollando la tecnología. Los costes de producción de electricidad generada por energía eólica disminuyeron en más de un 50 % en los quince últimos años. En la actualidad, y desde el punto de vista de los precios, la energía eólica casi puede competir con los demás combustibles. Por ejemplo, en el Reino Unido, el coste de la producción de energía eólica en tierra es de 3,2p/kWh (el precio de la electricidad en el mercado mayorista es de 3p/kWh). Mientras la energía eólica siga representando menos del 20 % del volumen de la red energética, hay también un gasto adicional, asociado al carácter aleatorio de esta energía (por ejemplo: suministro de emergencia) que asciende a 0,17p/kWh. |
3.2.4 |
Disponibilidad y función de la energía eólica en la seguridad del abastecimiento. El recurso creciente a la energía eólica en Europa ha producido fluctuaciones que ahora también se dan en la producción, debido al carácter inestable de su disponibilidad, lo que se traduce en la necesidad de un mayor control e implica costes de red suplementarios. Con el fin de garantizar un funcionamiento estable de la red a pesar de la elevada inestabilidad de la disponibilidad eólica, los gestores de las redes de distribución necesitan hacer previsiones con la mayor precisión posible acerca de la producción de este tipo de electricidad. La previsible expansión de la energía eólica en Europa requerirá que en el futuro se preste más atención que antes a la fiabilidad del suministro a la hora de diseñar las nuevas centrales eólicas. Debido a la expansión masiva y continua de estas nuevas centrales, resulta cada vez más difícil garantizar la estabilidad del suministro de electricidad, en particular en caso de avería. Las futuras instalaciones costeras de energía eólica podrán proporcionar muchas más horas equivalentes, en comparación con la energía eólica de tierra adentro. |
3.2.5 |
Repercusión medioambiental. Las turbinas eólicas prácticamente no generan contaminación o emisiones cuando están en marcha, y apenas lo hacen en las operaciones de construcción, instalación, mantenimiento o desmontaje. A pesar de que la energía eólica constituye una tecnología limpia, no está exenta de impactos ambientales. El principal problema medioambiental es su impacto visual. |
3.2.6 |
Perspectivas de crecimiento futuro y papel de la energía eólica. Según las últimas proyecciones de la Comisión Europea, se espera que la producción de energía eólica en Europa alcance en total cerca de 70 GW de aquí a 2010. Más allá de este plazo, la Asociación Europea de la Energía Eólica (AEEE o EWEA) ha fijado un objetivo de 180 GW para 2020, de los que 70 GW podrían ubicarse en instalaciones de alta mar. De aquí a 2010 se prevé un aumento neto del 50 % y un aumento ligeramente superior al 70 % para 2020. |
3.3 Biomasa
3.3.1 |
Crecimiento y desarrollo recientes. En 2001, el uso total de biomasa destinada a la energía fue de 650 TWh. Con el fin de lograr el objetivo de aumentar las FER al 12 %, se necesitan 860 TWh adicionales de aquí a 2010. Cada sector debe aportar su contribución: electricidad, 370 TWh; calor, 280 TWh y biocarburantes, 210 TWh. Eso llevaría a una producción acumulada de energía a partir de la biomasa de unos 1500 TWh en 2010. A corto plazo, esta producción adicional de biomasa sólo puede realizarse si se adoptan medidas estrictas y específicas en los tres sectores. En la actualidad, el porcentaje del biocarburante líquido destinado al transporte se estima en un 1 % del consumo europeo. Sin embargo, es probable que la cifra aumente rápidamente, ya que la UE ha establecido por medio de una directiva específica objetivos del 2 % y de aproximadamente el 6 % para los años 2005 y 2010 respectivamente. Debido a su biodegradabilidad, los ámbitos de utilización prioritarios deberían ser la agricultura y la industria forestal, así como las embarcaciones, y otros ámbitos que pueden resultar particularmente ventajosos para el medio ambiente, por ejemplo en las aglomeraciones, donde los autobuses de transporte público funcionan ya en su gran mayoría con biocarburantes. |
3.3.2 |
Papel de la biomasa en los sistemas eléctricos y consecuencias para las redes. Se obtiene electricidad de la biomasa por medio de cultivos energéticos, de residuos agrícolas e industriales biodegradables o de la fermentación de biomasa en biogás en centrales de producción combinada de calor y electricidad. Las centrales eléctricas de biomasa tienen la capacidad de proporcionar suministro de carga básica. |
3.3.3 |
Aspectos económicos, incluidas medidas de apoyo. El coste de producción de electricidad a partir de la biomasa varía en función del tipo de tecnología utilizada, del tamaño de la central y del coste del suministro de biocarburante. Con respecto a la biomasa, en los países europeos (2003) hay distintos sistemas y niveles de apoyo. Los sistemas de precios fijos oscilan entre el 0,03 hasta más de 0,1 €/kWh, y las desgravaciones fiscales o los precios certificados varían de 0,006 €/kWh más a 0,08 €/kWh. |
3.3.4 |
Disponibilidad y función de la biomasa en la seguridad del abastecimiento. Se ha considerado que en Europa hay un enorme potencial energético de biomasa que no ha sido suficientemente explotado hasta ahora. Este es claramente el caso en algunos Estados miembros. La biomasa puede originarse a partir de numerosas fuentes y recursos: bosques, agricultura, flujos de residuos, etc. La madera de la industria forestal y la industria maderera representan el recurso principal, y la cadena de suministro que va desde la industria forestal a las centrales de bioenergía puede mejorarse sustancialmente. La utilización descentralizada, en particular de la madera procedente de las claras y de los residuos de la madera de las explotaciones forestales para producir calor y electricidad, así como para producir pellets (virutas de madera prensadas), ofrece una oportunidad excelente para reforzar los ciclos económicos regionales, crear empleo en las zonas rurales y reducir las importaciones de crudo a la UE. No obstante, sigue habiendo motivos de preocupación por lo que se refiere al riesgo de un apoyo excesivo a la utilización de la biomasa con fines energéticos en detrimento de otras aplicaciones que no están subvencionadas. |
3.3.5 |
Repercusión medioambiental. La madera representa la energía renovable que mejor puede sustituir a los combustibles fósiles y, además, constituye la principal FER en la producción de energía primaria en Europa. La utilización de la madera con fines energéticos contribuye a combatir el calentamiento global, ya que, contrariamente a la energía de combustibles fósiles, las emisiones de dióxido de carbono producidas en la combustión son reabsorbidas por los bosques en crecimiento. La incineración de biomasa procedente de la madera, no obstante, causa algunas emisiones contaminantes adicionales si no se filtran adecuadamente. Podría darse el riesgo de que un cultivo intensivo de variedades de biomasa con un nivel de crecimiento y un rendimiento particularmente elevados pudiera ocasionar problemas considerables para la protección del medio ambiente y de la naturaleza a escala regional o incluso mundial –piénsese en la deforestación de las selvas vírgenes para producir biomasa–, lo que a su vez podría perturbar sensiblemente el equilibrio medioambiental. |
3.3.6 |
Perspectivas de crecimiento futuro y papel de la biomasa. Es esencial que las industrias participen de manera sustancial en todas las actividades de investigación, a excepción de la investigación básica, si se quiere que la energía de la biomasa contribuya de manera efectiva a la realización de los objetivos de la política comunitaria. |
3.3.7 |
Biocarburantes. No existe acuerdo (4) acerca de si se puede obtener sistemáticamente de los biocarburantes líquidos una ganancia neta de energía o un efecto positivo neto para el medio ambiente, al efectuar el balance entre la energía invertida procedente p. ej. de fertilizantes, maquinaria agrícola, procesamiento, etc. y el beneficio energético potencial de los biocarburantes producidos. Por otra parte, los estudios encargados por la Comisión presentan un balance global positivo, aun cuando el resultado neto varíe de un cultivo energético a otro, como es lógico. El Comité, por consiguiente, recomienda que se clarifique este punto mediante nuevos estudios sobre el tema, puesto que la cuestión de la enorme dependencia global del petróleo es un tema prioritario en la agenda política. Otra cuestión pertinente que necesita examinarse es la de la seguridad del aprovisionamiento de la UE y sus aspectos económicos y comerciales por lo que se refiere al incremento del uso de biocarburantes líquidos. |
3.4 Energía fotovoltaica
3.4.1 |
Crecimiento y desarrollo recientes. En 2003 tuvo lugar en la UE una producción adicional de 180 MWp en instalaciones fotovoltaicas, incrementando la capacidad de producción total de la UE hasta cerca de 570 MWp. Además, la mayor parte de la capacidad instalada actualmente está conectada a la red eléctrica: las instalaciones conectadas a la red representan actualmente un 86 % de la capacidad total de la UE. |
3.4.2 |
Papel de la energía fotovoltaica en los sistemas eléctricos y consecuencias para las redes. El tipo más común de energía fotovoltaica solar para viviendas y empresas en los países industrializados está conectado a la red. La conexión a la red eléctrica local permite revender a la red todo la energía así producida. Por lo demás, si el sistema es completamente independiente de la red, necesita una batería a la que conectarse que permite el funcionamiento de aparatos normales sin necesidad de conectarse a la red eléctrica principal. Las aplicaciones típicas no conectadas a la red son aplicaciones industriales como repetidores para telefonía móvil o instalaciones de electrificación de las zonas rurales. |
3.4.3 |
Aspectos económicos, incluidas medidas de apoyo. Los costes de las inversiones, aún relativamente elevados, constituyen actualmente una de las principales barreras al desarrollo de los mercados de sistemas fotovoltaicos a corto y medio plazo, aunque con el transcurso del tiempo se puede observar una tendencia a la baja de los precios de estos sistemas, también en función del volumen de producción y a causa de los constantes progresos innovadores en lo que se refiere a los productos. Por término medio, no obstante, el precio de los módulos fotovoltaicos ha registrado un descenso del 5 % al año en los veinte últimos años y se prevé que esta tendencia a la baja continúe, aunque siga situada en torno a los 0,5 €/kWh. En la actualidad, el coste en capital de un sistema fotovoltaico típico oscila entre 5 y 8 €/W, lo que por el momento sigue convirtiendo a la electricidad fotovoltaica, con mucho, en la energía renovable más costosa. |
3.4.4 |
Disponibilidad y función en la seguridad del abastecimiento. La radiación solar proporciona a la Tierra una cantidad considerable de energía. La cantidad de energía total que llega desde el Sol a la superficie terrestre durante un año equivale aproximadamente a 10 000 veces el consumo de energía mundial anual. La energía fotovoltaica puede contribuir a aumentar la seguridad del suministro de electricidad en todos los casos: en los sistemas conectados a la red, autónomos o híbridos. |
3.4.5 |
Repercusión medioambiental. Aunque la generación de energía solar no causa ninguna de las emisiones contaminantes ni los problemas de seguridad medioambiental que se asocian a las tecnologías tradicionales de generación de electricidad, la producción de células fotovoltaicas está basada en tecnologías que también emplean sustancias tóxicas. En grandes instalaciones en campo abierto pueden plantearse determinados problemas medioambientales y de estética paisajística que no se plantean cuando las instalaciones están adosadas a edificios existentes o se sitúan sobre ellos. |
3.4.6 |
Perspectivas de crecimiento futuro y papel de la energía fotovoltaica. Para finales de 2003 se preveía que la UE dispusiera de una capacidad total de unos 520 MWp. En Alemania, a finales de 2004, se habían instalado 800 MWp, tras un crecimiento del 94 % ese año, muy por encima del objetivo de 650 MWp fijado en el marco de la «campaña de despegue». Se calcula que las instalaciones futuras de la Unión Europea alcanzarán aproximadamente 1 400 MWp en 2010. Las previsiones de la Asociación Europea de la Industria Fotovoltaica (AEIF o EPIA) son mucho más optimistas. La hipótesis de que la Comisión Europea alcance 3 000 MWp de aquí a finales de 2010 es totalmente realizable, pero su éxito depende sobre todo de la voluntad política de cada Estado miembro. |
3.5 Energía solar térmica
3.5.1 Crecimiento y desarrollo recientes.
El enorme potencial de la energía solar térmica es un elemento clave para que el sector de la calefacción y la refrigeración se encamine hacia la sostenibilidad, reduciendo el impacto medioambiental y la importación de energía. El potencial técnico total se estima en 1 400 millones de m2 de una zona con colectores solares, lo que da como resultado un rendimiento solar equivalente a unas 700 TWh anuales. El mercado actual de la UE se ha más que duplicado en comparación con el mercado de mediados de los años noventa, y es tres veces mayor que el de finales de los años ochenta. Entre 1990 y 2001, el crecimiento medio anual ha sido del 13,6 %. Desde 2000, el mercado ha superado claramente el límite de 1 millón de m2 de colectores recientemente instalados por año. Tras un importante descenso en 2002, principalmente originado en Alemania, se alcanzó un nuevo pico de más de 1,4 millones de m2 en 2003. Hasta la fecha, el uso de la energía solar térmica se ha extendido de manera muy poco uniforme en la UE: Austria registra una amplia cobertura, mientras que algunos países mediterráneos apenas han desarrollado este sector, aunque desde un punto de vista climático tengan más ventajas en este aspecto; otros, en cambio, lo han desarrollado bastante (por ejemplo, Grecia), lo cual no puede atribuirse a rentabilidad insuficiente.
3.5.2 Papel de la energía solar térmica en los sistemas eléctricos y consecuencias para las redes.
La energía solar térmica sólo puede ser transportada donde existen sistemas de calefacción central. Aún no hay un impacto directo de los sistemas de energía solar térmica en el sistema eléctrico. Convertir el calor del sol en energía eléctrica mediante sistemas de energía térmica solar concentrada (pozos o torres solares, tecnología de espejo y focalización de gran escala para producir calor a elevada temperatura que pueda convertirse en electricidad) está saliendo de su estadio de I+D (5) y entrando en la fase de prueba y comercialización con algunas instalaciones en España.
3.5.3 Aspectos económicos, incluidas medidas de apoyo.
La energía solar térmica compite con los sistemas de calefacción convencionales a partir de combustibles fósiles o electricidad. En comparación con estos sistemas, los costes de inversión tienen una ratio elevada (90-99 % de los costes totales) y los costes de funcionamiento son bastante bajos. El coste total de un sistema solar doméstico para una vivienda unifamiliar oscila entre los 700 y los 5 000 €. Actualmente, los sistemas de energía solar térmica bien diseñados producen/sustituyen calor a precios en torno a los 0,03-0,09 €/kWh. Teniendo en cuenta los precios actuales de la electricidad, el petróleo y el gas y las subidas previsibles, tales sistemas, en combinación con sistemas de almacenamiento modernos y bien aislados, podrían llegar a estar ampliamente disponibles para la producción tanto de agua caliente como de calor.
3.5.4 Disponibilidad y función de la energía solar térmica en la seguridad del abastecimiento.
El potencial de la energía solar es en teoría inmenso. No obstante, en la práctica está restringido por factores tanto técnicos como socioeconómicos. Asimismo, en los días de invierno nublados, cuando la demanda de calor está en su punto álgido, la disponibilidad de la energía está en su punto más bajo.
3.5.5 Repercusión medioambiental.
La energía solar térmica prácticamente no causa contaminación o emisiones a la atmósfera durante su funcionamiento. El impacto es mayor durante su producción, instalación, mantenimiento y retirada. Aunque la energía solar es una tecnología limpia, no está exenta de tener repercusiones en el medio ambiente.
3.5.6 Perspectivas de crecimiento futuro y papel de la energía solar térmica.
Si el nivel de intensidad de las políticas de apoyo a la energía solar térmica se mantiene como hasta ahora, es de prever que el sector que está en funcionamiento en la UE siga creciendo anualmente casi un 12 %. Suponiendo que se den tasas de crecimiento constantes, entonces la mitad del crecimiento en términos absolutos se producirá entre 2010 y 2015. Si los precios del petróleo se mantienen al elevado nivel actual (aproximadamente 60$ el barril), la producción de energía solar térmica crecerá rápidamente en las regiones con mucho sol de Asia y África.
3.6 Energía geotérmica
3.6.1 Crecimiento y desarrollo recientes
3.6.1.1 Electricidad
Sólo cinco países europeos poseen los recursos naturales necesarios para la producción de electricidad a partir de energía geotérmica con una eficiencia razonable. A finales de 2003, la capacidad instalada de producción de electricidad a partir de fuentes geotérmicas en la Unión Europea era de 820 MWe. Más del 96 % (o sea 790 MWe) de esta capacidad instalada se halla en Italia.
3.6.1.2 Calor
Hay dos maneras diferentes de producir calor a partir de energía geotérmica. La primera consiste en explotar directamente las capas acuíferas cuya temperatura oscila entre 30 y 150 °C (los llamados «recursos geotérmicos de baja y media energía»). El otro medio de producir calor consiste en utilizar bombas de calor geotérmicas. En el sector geotérmico de baja energía de la Unión Europea, la capacidad total instalada se estimaba en 1 130 MWth, lo que representa un aumento del 7,5 % con respecto a 2002.
3.6.2 |
Papel de la energía geotérmica en los sistemas eléctricos y consecuencias para las redes. Hasta la fecha, la electricidad geotérmica puede contribuir a la producción de electricidad solamente en las zonas que disponen de potencial geotérmico. |
3.6.3 |
Aspectos económicos, incluidas medidas de apoyo. La explotación de la energía geotérmica se considera una inversión de riesgo elevado. Al invertir en una central eléctrica geotérmica, la proporción de inversiones necesarias para cada etapa puede verse muy influida por las características específicas del lugar. Los costes de inversión y explotación para la producción de calor varían considerablemente de un país a otro y en función de su uso, al tiempo que dependen también de los recursos (condiciones geológicas locales), de los modelos locales de demanda y del patrón de consumo de calor (por ejemplo, los sistemas de calefacción urbana o los sistemas de bombas de calor geotérmicas en las viviendas individuales o colectivas). Los costes representativos en los países de la UE se sitúan en el espectro siguiente:
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3.6.4 |
Disponibilidad y función de la energía geotérmica en la seguridad del abastecimiento. La energía térmica obtenida de la Tierra es inmensa, pero sin efectuar perforaciones a gran profundidad (tecnología, costes) sólo se puede explotar una pequeña fracción. Hasta ahora, la utilización de esta energía se ha limitado principalmente a las zonas con anomalías geotérmicas en las cuales hay condiciones geológicas que permiten a un transportista extraer y transportar el calor de las zonas calientes profundas a la superficie. Es de esperar que los recursos de «roca caliente y seca» (hot-dry-rock, formaciones rocosas calientes y secas) u otras tecnologías de perforación a gran profundidad (3 a 5 km) (véase el punto 3.6.6), recursos sobre los que se está investigando actualmente, puedan abrir nuevos horizontes a la producción de electricidad durante la próxima década. |
3.6.5 |
Repercusión medioambiental. El recurso creciente a la energía geotérmica podría tener un efecto neto considerable y positivo en el medio ambiente frente al desarrollo de los combustibles fósiles. El funcionamiento de las centrales geotérmicas genera algunos problemas medioambientales. Los fluidos geotérmicos (vapor o agua caliente) contienen generalmente gases como el dióxido de carbono (CO2), el sulfuro de hidrógeno (H2S), el amoníaco (NH3), el metano (CH4), y contienen también rastros de otros gases y otras sustancias disueltas cuya concentración generalmente tiende a aumentar con la temperatura. Cuando se liberan en la naturaleza, el cloruro de sodio (NaCl), el boro (B), el arsénico (As) y el mercurio (Hg), por ejemplo, causan contaminación medioambiental. Las tuberías coaxiales enterradas evitan que estas sustancias sean transportadas a la superficie. |
3.6.6 |
Perspectivas de crecimiento futuro y papel de la energía geotérmica. Electricidad primaria: los esfuerzos realizados, en particular por Austria, deberían llevar la capacidad total de producción de la UE a alrededor de 1 GWe. A fin de suministrar energía que sea técnicamente utilizable para la generación de electricidad en particular, es necesario localizar depósitos geotérmicos a suficiente profundidad. Como esto se realiza a profundidades de al menos 2 km, y preferentemente de 4-5 km o más, es necesario efectuar perforaciones de profundidad con un elevado coste. El segundo objetivo comunitario se refiere a la producción de calor. Las previsiones realizadas se basan en un crecimiento anual medio de 50 MWth. Todos estos esfuerzos deberían permitir al sector geotérmico alcanzar 8 200 MWth, un resultado claramente superior al primer objetivo de 5 000 MWth. No obstante, las bombas de calor cercanas a la superficie, que a menudo se consideran pertenecientes también al sector de la «energía geotérmica», tienen un gran potencial de aplicaciones eficaces de baja temperatura, como la calefacción de los edificios, etc. La estrategia debe ser incidir debidamente en las medidas de I+D que se requieren para desarrollar la energía geotérmica, hasta que sea posible, en el contexto de un mercado energético cambiante, proporcionar una estimación más precisa y una evaluación de los costes a largo plazo y del potencial que puede alcanzar esta tecnología. |
4. Perspectivas sobre el papel futuro de las energías renovables hasta 2030–2040
4.1 |
La Comisión Europea ha elaborado diversas hipótesis energéticas hasta 2030. Según el informe de la Comisión Europea titulado «Tendencias europeas en los ámbitos de la energía y los transportes en el horizonte 2030» (6), la cuota de las energías renovables, en condiciones de base, entre ellas la energía eólica, hidroeléctrica y de la biomasa, debería alcanzar aproximadamente un 8,6 % del uso de la energía primaria y un 17 % de la generación de electricidad de aquí a 2030. Esta hipótesis no tiene en cuenta los efectos de las políticas en materia de energías renovables puestas en marcha por la UE durante los primeros años de este siglo. |
4.2 |
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé que la demanda mundial de electricidad se duplicará de aquí a 2030, principalmente debido a la evolución de los países en desarrollo. La cuota a escala mundial de las fuentes de energía renovables pasará del 2 al 6 % de aquí a 2030. En los países de la OCDE, la proporción de las energías renovables pasará de un 6,4 % en 2000 a un 8 % antes de 2030. |
4.3 |
La AIE ha desarrollado también hipótesis sobre la producción de electricidad a partir de fuentes de energía renovables, previendo que Europa desempeñará un papel dirigente en el mundo industrializado en el desarrollo de las energías renovables. Según la «hipótesis de referencia», el porcentaje de electricidad producida a partir de fuentes renovables en los países europeos miembros de la OCDE ascendería aproximadamente al 20 % de aquí a 2030. Si en Europa se ponen en práctica todos los instrumentos de las políticas comunitarias que actualmente son objeto de examen, la cuota de electricidad procedente de fuentes de energía renovables podría alcanzar un 33 % de aquí a 2030 («hipótesis alternativa»). Tal resultado requeriría sin duda que se utilizaran plenamente todas las medidas de apoyo disponibles. |
4.4 |
La Asociación Europea de Empresas de Electricidad (EURELECTRIC) elabora hipótesis según las cuales la cuota de las energías renovables, incluida la energía hidroeléctrica, debería aumentar desde un 16 % aproximadamente en 2000 (UE-15) hasta un 22,5 % en 2020 (UE-25), incluyendo a Noruega y Suiza. |
4.5 |
El Consejo Europeo de Energías Renovables (EREC) ha publicado recientemente su propia visión, que aspira a que las energías renovables alcancen una proporción del 50 % en el consumo global de energía primaria de aquí a 2040. El EREC prevé también que de aquí a 2040 un 80 % de la producción mundial de electricidad se genere a partir de fuentes de energía renovables. |
4.6 |
El Consejo Mundial de la Energía considera que las energías renovables desempeñarán un papel más bien marginal a escala global a corto plazo, pero que su importancia aumentará a largo plazo. Este organismo no está a favor de imponer objetivos obligatorios en este ámbito. |
4.7 |
A manera de resumen de las hipótesis arriba mencionadas, cabe formular la siguiente conclusión: los distintos organismos prevén en principio una transformación más bien gradual en el consumo de combustibles, con la notable excepción del EREC, que opta por una visión más bien revolucionaria del futuro. |
4.8 |
El Parlamento Europeo aprobó (en el pleno de septiembre) un informe sobre las energías renovables, que incluye una propuesta de que el objetivo de la UE sea alcanzar el 20 % de energías renovables en 2020. |
4.9 |
La Comisión publicará una comunicación sobre la situación de la Directiva E-FER antes de finales de 2005. Incluirá una estimación de la posibilidad de cumplir los objetivos fijados de aquí a 2010 y posibles medidas futuras, incluida la armonización de los programas de apoyo de los Estados miembros. |
5. Conclusiones
5.1 |
En los capítulos anteriores se ha indicado que las energías renovables desempeñan un importante papel en la combinación energética de Europa y que poseen una considerable capacidad potencial de incrementar su cuota en Europa, tanto en el consumo total de energía como en la producción. Muchas formas de energía renovables son especialmente indicadas para ofrecer soluciones a pequeña escala. |
5.2 |
Ninguna forma de energía o sector puede satisfacer la demanda global de la Unión Europea ampliada y las necesidades crecientes al nivel mundial. La UE necesita una combinación energética equilibrada, adaptada a los objetivos de la estrategia de desarrollo sostenible. Las energías renovables tienen la capacidad potencial de convertirse en un elemento significativo de esta futura combinación energética, pero todavía quedan muchos problemas por resolver antes de que dicho potencial, previsto también por la Comisión y el Parlamento, pueda explotarse. El CESE prepara actualmente un dictamen específico sobre la combinación energética. |
5.3 |
Gran parte del desarrollo de las energías renovables se basa en fuentes intermitentes de generación, como la energía eólica y los paneles fotovoltaicos, que, más que sustituir, complementan la capacidad de generación y las necesidades de las redes. Esto plantea, a la hora de garantizar la seguridad del suministro eléctrico, problemas reales en cuanto al refuerzo de la transmisión y a los aspectos operativos. Aunque aún no hay un consenso generalizado sobre qué nivel potencial de absorción de estas fuentes intermitentes posee el sistema de electricidad, a menudo se cita como límite entre el 15 y el 20 % de la contribución energética eléctrica total. Más allá de este límite sólo son útiles las tecnologías de almacenamiento adicional (por ejemplo, hidrógeno). |
5.4 |
La cuestión de la gestión de la dependencia global en materia petrolífera es una de las prioridades de la agenda política. Por este motivo, el Comité recomienda que se estudie con mayor detalle la cuestión de los beneficios energéticos y medioambientales netos vinculados al uso de biocarburantes líquidos, a partir de diferentes cultivos. Asimismo, conviene prestar especial atención a la seguridad del aprovisionamiento de la UE y a los aspectos económicos y comerciales vinculados al uso creciente de biocarburantes líquidos. |
5.5 |
El desarrollo tecnológico es necesario para hacer pleno uso del potencial de las energías renovables. La política de la UE en esta materia apenas presta atención a la extracción de calor o frío del medio ambiente mediante bombas de calor, una tecnología que tiene un gran potencial. También es sorprendente que se preste tan poca atención en el desarrollo de las energías renovables a los paneles solares térmicos para la producción de agua caliente, que es igualmente una tecnología que está mucho más próxima a las condiciones de mercado en muchas partes de Europa. El CESE considera que precisamente en el sector de la producción del calor existen ya hoy en día muchos ámbitos en los que las energías renovables pueden sustituir a las energías fósiles de modo económicamente rentable. |
5.6 |
Las energías renovables requieren ayudas económicas, porque actualmente numerosas tecnologías en este ámbito todavía no pueden competir en el mercado. No obstante, la situación de las energías renovables está cambiando, en particular por las transformaciones que sufren actualmente los mercados globales de la energía, en particular el aumento y la volatilidad de los precios, especialmente del petróleo, y por la preocupación por la seguridad del aprovisionamiento. Las energías renovables ofrecen cada vez más un gran potencial para la innovación y, si entran con éxito en el mercado, para la creación de empresas y puestos de trabajo. La UE, como pionera en la tecnología de las energías renovables, también puede estimular el éxito global de las empresas en este sector. |
5.7 |
Aunque aumentar la utilización de las energías renovables genera posibilidades positivas de nuevas empresas y nuevos empleos específicos, si se gestiona mal también puede convertirse en una carga para amplios sectores de la economía, en particular los consumidores y las industrias de alta intensidad energética. Las políticas que contribuyen al incremento de los precios energéticos pueden ser peligrosas en una situación en la que todos los esfuerzos deben dirigirse a los objetivos de la Estrategia de Lisboa, es decir, la competitividad, el crecimiento económico y el empleo sostenibles en toda Europa. Aunque el aumento de los precios del petróleo afecta a todas las economías del planeta, el precio excesivo de la electricidad puede ser particularmente negativo para la UE-25. |
5.8 |
Algunos de los programas de apoyo nacionales actuales tienden a ser muy costosos, y ponen en peligro los intereses de los consumidores y la competitividad de las industrias europeas. Los costes de estos planes y redes de apoyo, suponiendo que los objetivos en materia de energías renovables de la UE se alcancen en 2010, representan un incremento del 13 % de los precios generales de la electricidad, o un 25 % si se requiriesen los niveles de apoyo –que ya se aplican en Alemania– necesarios para alcanzar los objetivos. Si se incluyen los costes estimados de las redes y los costes de regulación, la cifra aumenta al 34 %. El coste resultante equivalente por tonelada de CO2 que se evita se estima en 88, 109 y 150 euros respectivamente. |
5.9 |
Por consiguiente, es preciso considerar y diseñar cuidadosamente los mecanismos de apoyo. Deben ser eficaces y rentables, y producir los resultados esperados a menor coste. Algunas energías renovables que se aproximan más a los precios del mercado no necesitan ayudas, mientras que otras solo requieren la ayuda de medidas de I+D. En el caso de la biomasa, hay que tener en cuenta los usos no subvencionados de productos procedentes de zonas delimitadas. El aumento de los precios comunes de la energía (fundamentalmente de fuentes fósiles) invita a reevaluar las necesidades y los niveles de apoyo. Son especialmente importantes los efectos del sistema de intercambio de derechos de emisión, que como tal ya ha dado lugar a un aumento de los precios de la electricidad. Para alcanzar el mismo objetivo, es preciso evitar que las medidas se dupliquen o se solapen. |
5.10 |
Aunque es necesario establecer programas de apoyo para que las nuevas tecnologías se perfeccionen y se introduzcan en el mercado, estos no pueden mantenerse indefinidamente. Es preciso examinar detenidamente la incidencia en el empleo, a fin de no crear empleos que se pierdan cuando finalice la ayuda. |
5.11 |
La Directiva E-FER (Electricidad generada a partir de FER) deja a los Estados miembros la organización de las medidas de apoyo. Esto ha dado lugar a que se produzcan incoherencias entre los regímenes de apoyo nacionales, con las consiguientes distorsiones en el mercado. El resultado es la pérdida de sinergias y, en algunas partes de la UE, la falta de incentivos y de canales de mercado, que en otras partes produce un coste innecesariamente elevado. La mayoría de estos problemas podría evitarse adoptando un enfoque europeo común. El CESE ya se refirió a este problema en su Dictamen sobre la Directiva E-FER (véase la nota 1). Aunque el ideal de una solución común europea no parece existir aún, la elección de los sistemas de ayuda nacionales parece apuntar hacia una mayor utilización de certificados verdes. Las experiencias del pasado muestran que conviene seguir estudiando y desarrollando este enfoque. |
5.12 |
Tras la fase inicial «pionera», es absolutamente necesario reevaluar las políticas de la UE en materia de fuentes de energía renovables. Es preciso tener debidamente en cuenta la situación de cambio en los mercados globales de la energía con precios elevados y volátiles, los efectos de las políticas y medidas conexas de la UE –en particular, el intercambio de derechos de emisión–, así como los objetivos de la Estrategia de Lisboa. Es preciso centrarse en la necesidad de garantizar un desarrollo estable a largo plazo concentrando los esfuerzos en materia de I+D y desarrollo tecnológico. |
Bruselas, 15 de diciembre de 2005.
La Presidenta
del Comité Económico y Social Europeo
Anne-Marie SIGMUND
(1) Véanse los siguientes dictámenes: «Medios de acción e instrumentos financieros para promover las energías renovables» (JO C 108 de 30.4.2004); «La energía de fusión» (JO C 302 de 7.12.2004), «Utilización de la energía geotérmica: el calor del interior de la Tierra» (JO C 108 de 30.4.2004).
(2) La energía no se consume, únicamente se transforma para su utilización. La energía se transforma mediante los procedimientos adecuados, como por ejemplo la combustión de carbón, la transformación de la energía eólica en electricidad o la fisión nuclear (conservación de la energía; E = mc2). En ese contexto se habla también de «suministro de energía», «producción de energía» o «consumo de energía».
(3) En algunos Estados miembros (Alemania) todo el uso de la energía –con muy pocas excepciones- está sujeto a impuestos (ecotasa).
(4) David Pimentel y Ted W. Patzek, Natural Resources Research, Vol. 14 no 1, 2005.
(5) http://europe.eu.int/comm/research/energy/pdf/cst_en.pdf.
(6) Comisión Europea, Dirección General de Energía y Transporte, enero de 2003.