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Document 52018DC0283

COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO, AL CONSEJO, AL COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL EUROPEO Y AL COMITÉ DE LAS REGIONES En ruta hacia la movilidad automatizada: estrategia de la UE para la movilidad del futuro

COM/2018/283 final

Bruselas, 17.5.2018

COM(2018) 283 final

COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN

En ruta hacia la movilidad automatizada: estrategia de la UE para la movilidad del futuro


1.La movilidad conectada y automatizada representa una nueva oportunidad para Europa

La movilidad se encuentra en una encrucijada. A lo largo del último siglo se han logrado numerosos e importantes avances en el transporte por carretera. Sin embargo, la movilidad está cruzando ahora una nueva frontera (digital), con una creciente automatización y conectividad que permite a los vehículos «hablar» entre sí, con las infraestructuras viarias y con otros usuarios de la vía. Esta evolución, que se beneficia de los avances en el ámbito de la inteligencia artificial 1 , da lugar a un nivel de cooperación entre los usuarios de la vía completamente nuevo que podría aportar para ellos y para el sistema de movilidad en su conjunto enormes beneficios, entre los que se incluirían una seguridad, una accesibilidad y una sostenibilidad del transporte mayores.

Los vehículos sin conductor cambiarán nuestras vidas, tal como lo hicieron los trenes de vapor y los automóviles antes que ellos. Forjarán el futuro del transporte por carretera y podrían reducir significativamente los costes asociados. Podrían asimismo allanar el camino a la prestación de nuevos servicios y ofrecer nuevas formas de responder a la demanda cada vez mayor de movilidad de personas y mercancías. Una vez que los problemas «de juventud» actuales se hayan resuelto adecuadamente —y deberán resolverse—, los vehículos sin conductor podrían mejorar significativamente la seguridad vial, ya que se estima que el error humano influye en el 94 % de los accidentes 2 . Los vehículos sin conductor pueden llevar la movilidad a aquellos que no pueden conducir por sí mismos (por ejemplo, personas mayores o con discapacidad) o a las personas a las que no llegan los servicios del transporte público. Podrían fomentar los programas de uso compartido de vehículos y la «movilidad como servicio» 3 (es decir, la venta de desplazamientos, no de automóviles). También podrían acelerar la electrificación de los vehículos y la movilidad eléctrica 4 . En última instancia, los vehículos sin conductor podrían liberar el espacio desperdiciado en el estacionamiento de vehículos y revolucionar la ordenación urbanística.

La UE es uno de los mayores exportadores de tecnologías de vehículos. Sus empresas se beneficiarán del dinámico crecimiento 5 del sector. Se necesitarán altos niveles de inversión y se crearán nuevos puestos de trabajo para desarrollar nuevas tecnologías y servicios. El sector de la automoción de la UE, con su experiencia en el desarrollo de tecnologías de vehículos, está bien posicionado para aprovechar esta oportunidad 6 . Además, los vehículos automatizados también tendrán efectos indirectos en muchos otros sectores de la cadena de valor (por ejemplo, semiconductores, tecnologías de tratamiento, mapas digitales) y los nuevos modelos de negocio habilitados o facilitados por la movilidad sin conductor (por ejemplo, el comercio electrónico o la «movilidad como servicio»).

Sin embargo, no podemos esperar que tales cambios tecnológicos resuelvan por sí solos los problemas de la congestión, las emisiones del transporte y las muertes en carretera. Tendremos que gestionar adecuadamente la larga fase de transición y asegurarnos de que los vehículos del futuro estén integrados en un sistema de transporte que favorezca la inclusión social, las bajas emisiones y la eficiencia global. Debemos reforzar los vínculos entre los vehículos y la gestión del tráfico, entre los datos públicos y privados, entre el transporte colectivo y el individual y entre todos los proveedores y modos de servicios de transporte.

Los estudios iniciales indican que el grado de aceptación de los vehículos sin conductor por parte de la mayoría de los ciudadanos europeos es elevado: un 58 % se declara dispuesto a viajar en uno de tales vehículos 7 . Sin embargo, como han puesto de manifiesto los accidentes acaecidos recientemente en los Estados Unidos, para que la movilidad automatizada goce de aceptación social habrán de alcanzarse los más elevados niveles de seguridad. Deben abordarse nuevos riesgos, como la dependencia excesiva y el uso indebido de la tecnología. Deben tratarse asimismo asuntos como el nivel de apoyo de las infraestructuras a los vehículos sin conductor y el modo en que estas infraestructuras han de interaccionar con los vehículos. También deben abordarse cuestiones éticas relacionadas con la transferencia de la responsabilidad de la conducción a los vehículos. Ello incluye nuestras expectativas sobre cómo debe reaccionar un vehículo cuando no se pueda evitar un accidente y los criterios utilizados para determinar la decisión que adopte el vehículo. En relación con este punto, debemos preguntarnos en quién recae la responsabilidad cuando un vehículo sin conductor se ve involucrado en un accidente.

También es esencial hallar el equilibrio adecuado entre la puesta en común de datos públicos y privados, de modo que se permita una competencia justa y eficaz para la adopción de soluciones innovadoras y la protección de datos. A medida que aumenta el intercambio de datos y el número de agentes implicados, es necesario garantizar que Europa siga siendo competitiva en todas las fases de la movilidad sin conductor, incluida la prestación de estos servicios finales a nuestros ciudadanos y empresas. Por último, habrá de abordarse el efecto perturbador de la movilidad sin conductor en el mercado laboral y, en particular la necesidad de iniciativas de capacitación y reciclaje laboral (los conductores profesionales, por ejemplo, gozarían inicialmente de más libertad para realizar tareas adicionales, aunque a largo plazo ya no sería necesaria su presencia en los vehículos).

Siempre que se cuente con el marco normativo y de habilitación necesario para abordar todas estas cuestiones, los primeros vehículos que se autoconduzcan, en unas condiciones de conducción específicas, podrían estar disponibles en el mercado en 2020 y convertirse en moneda común en 2030.

En otras palabras, la movilidad sin conductor promete grandes beneficios pero también plantea serias dudas. Nos hallamos en una carrera global para cosechar los beneficios y disipar las dudas planteadas, ya que ello brindará una importante oportunidad para el crecimiento y el empleo. Se espera que el nuevo mercado de vehículos automatizados y conectados crezca exponencialmente y se prevén grandes beneficios económicos, con unos ingresos superiores a 620 000 millones EUR en 2025 para el sector de la automoción y a 180 000 millones EUR para el sector electrónico de la UE 8 . Por tanto, la movilidad automatizada podría contribuir al cumplimiento de la ambición de la UE de lograr una industria más fuerte y competitiva 9 , crear nuevos empleos e impulsar el crecimiento económico.

Con la presente Comunicación, la Comisión propone un planteamiento global de la UE a propósito de la movilidad conectada y automatizada por el que se establezca una agenda europea clara, prospectiva y ambiciosa. Esta «agenda» ofrecerá una visión común e identificará acciones de apoyo para el desarrollo y el despliegue de tecnologías, servicios e infraestructuras clave. Asegurará que los marcos jurídicos y políticos de la UE estén listos para apoyar el despliegue de una movilidad conectada y automatizada segura, abordándose simultáneamente los problemas sociales y medioambientales que serán decisivos para lograr la aceptación pública.

2.La visión de la UE de la movilidad conectada y automatizada

Se ambiciona que Europa asuma el liderazgo mundial en el despliegue de la movilidad conectada y automatizada a través de un cambio sustancial por el que se reduzca el número de víctimas mortales en las carreteras europeas y se reduzcan las emisiones nocivas del transporte y la congestión. Cabe prever que el despliegue de la movilidad sin conductor —cuando esté plenamente integrada en el sistema de transporte en su conjunto y se acompañe de las medidas de apoyo y las sinergias adecuadas entre la movilidad sin conductor y las medidas de descarbonización— contribuya significativamente a estos objetivos sociales clave. En última instancia, se espera que todo ello logre la llamada «visión cero», es decir, que en 2050 se hayan reducido a cero las víctimas mortales en las carreteras europeas 10 . Para que Europa convierta esta ambición en realidad, los agentes privados, los Estados miembros y las administraciones regionales y locales tendrán que cooperar en el desarrollo de una visión común de la movilidad conectada y automatizada.

Los vehículos automatizados todavía no están listos para funcionar sin supervisión humana. Quedan aún muchos retos técnicos por resolver para garantizar que el vehículo pueda percibir plenamente su entorno, comprenderlo y adoptar las decisiones adecuadas, tal como hace un conductor humano. En la ilustración siguiente se describen los distintos niveles de automatización.

Ilustración: Distintos niveles de automatización (fuente: Sociedad de Ingenieros Técnicos en Automoción, SAE 11 )