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Document 52014DC0654R(01)
COMMUNICATION FROM THE COMMISSION TO THE EUROPEAN PARLIAMENT AND THE COUNCIL on the short term resilience of the European gas system Preparedness for a possible disruption of supplies from the East during the fall and winter of 2014/2015
COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO Y AL CONSEJO sobre la capacidad de reacción a corto plazo del sistema de gas europeo Preparación ante posibles perturbaciones en el suministro de gas procedente del Este durante el otoño y el invierno de 2014-2015
COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO Y AL CONSEJO sobre la capacidad de reacción a corto plazo del sistema de gas europeo Preparación ante posibles perturbaciones en el suministro de gas procedente del Este durante el otoño y el invierno de 2014-2015
/* COM/2014/0654 final/2 */
COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO Y AL CONSEJO sobre la capacidad de reacción a corto plazo del sistema de gas europeo Preparación ante posibles perturbaciones en el suministro de gas procedente del Este durante el otoño y el invierno de 2014-2015 /* COM/2014/0654 final/2 */
1. Introducción
El 28 de mayo de 2014, la Comisión adoptó su
estrategia europea de seguridad energética, en la que presentaba un plan global
para aumentar la seguridad de nuestro abastecimiento de energía[1]. Ante la situación en Ucrania y
el posible riesgo de que se produzcan trastornos en el suministro de gas a la
UE, la estrategia expone las medidas que se han de tomar de inmediato para
aumentar la capacidad de reacción de la UE en caso de que al llegar el invierno
surjan problemas graves en el suministro de gas. Entre esas medidas inmediatas,
el Consejo Europeo aprobó el 27 de junio de 2014 la propuesta de la
Comisión de poner en marcha una «prueba de resistencia» para evaluar la
capacidad de reacción del sistema de gas europeo frente a trastornos graves del
suministro de gas a la UE el próximo invierno[2]. A principios de
julio, la Comisión pidió a los Estados miembros, a las Partes contratantes de
la Comunidad de la Energía y a Georgia[3],
así como a Suiza y a Turquía, que modelizaran los efectos de distintos
supuestos de interrupción del suministro de gas en sus países este invierno y
describieran las medidas existentes para hacer frente a la escasez de
suministro. La Comisión solicitó asimismo a Noruega que informara de su
capacidad para responder ante esos problemas aumentando su suministro de gas.
La Comisión propuso la creación de tres grupos específicos que abarcaran las regiones que pudieran verse más afectadas por
el problema que nos ocupa; a saber: la región
sudoriental de la UE (Bulgaria, Croacia, Grecia, Hungría y Rumanía), los
Estados bálticos y Finlandia, y las Partes contratantes de la Comunidad de la
Energía. Las autoridades nacionales se dedicaron con ahínco
durante todo el verano a recoger datos y efectuar evaluaciones en plazos muy
cortos, presentando sus informes nacionales[4]
a la Comisión en agosto y septiembre de 2014. Asimismo, la Red Europea de
Gestores de Redes de Transporte de Gas (en adelante, «la REGRT-G») ha
modelizado los efectos de las perturbaciones del suministro de gas a escala de
la UE. También han aportado sus contribuciones varias asociaciones del sector,
la Agencia Internacional de la Energía[5],
el G7 y otros países asociados de primer orden. Metodología y situaciones hipotéticas de
las «pruebas de resistencia» Las
situaciones hipotéticas propuestas por la Comisión a todos los participantes en
las pruebas de resistencia abarcaban perturbaciones de la ruta de transporte de
gas de Ucrania, así como de todos los flujos de gas ruso a Europa por períodos
de un mes y seis meses (de septiembre a febrero), en condiciones invernales
medias en cada caso. Además, la REGRT-G propuso una subsituación de ola de frío
de dos semanas en el mes de febrero para examinar los efectos de una demanda
máxima en un sistema de suministro ya sometido a fuertes presiones. Las
propuestas se basaban en la experiencia adquirida y en la necesidad de someter
a prueba nuestros sistemas energéticos en una situación tan difícil como es la
causada por la interrupción de todos los flujos procedentes del principal proveedor
externo de gas natural de Europa. Los
efectos de las situaciones hipotéticas de perturbaciones del transporte por
Ucrania o de la interrupción completa del suministro de gas ruso en los países
de Europa sudoriental, que se abastecen principalmente a través de Ucrania, son
muy similares y los Estados miembros bálticos y Finlandia no se ven afectados
por las perturbaciones del transporte por Ucrania modelizadas. Por lo tanto, a
lo largo de todo el informe la Comisión se remite fundamentalmente a los
efectos de la situación hipotética de trastorno del suministro de gas ruso
durante seis meses en condiciones invernales normales, incluida una ola de
frío. Las pruebas de
resistencia se consideran ya muy valiosas en la medida en que es la primera vez
que se ofrece una imagen tan completa de los efectos que pueden tener las
perturbaciones graves del suministro de gas del Este en el sector europeo del
gas y de la preparación de este ante tal situación. En la presente Comunicación la Comisión expone las
principales conclusiones de estas pruebas de resistencia y formula una serie de
recomendaciones específicas. Paralelamente a la presente Comunicación, los
servicios de la Comisión han preparado documentos de trabajo que contienen los
informes de los tres grupos específicos, un informe sobre la cooperación con el
G7 y otros países asociados, así como un informe sobre la revisión del
Reglamento sobre seguridad del suministro de gas[6].
Además, la Comisión también va a adoptar una recomendación relativa a la aplicación
de las normas del mercado interior en la Comunidad de la Energía.
2. Resultados de
las pruebas de resistencia
2.1. Situación
de los flujos en tránsito Paralelamente a las pruebas de resistencia, desde la
pasada primavera la Comisión Europea ha realizado notables esfuerzos para que
Ucrania y Rusia llegaran a una solución de compromiso en el conflicto que las
enfrenta en relación con los pagos y deudas en el sector del gas, con el fin de
garantizar un suministro suficiente de gas a Ucrania y un transporte estable
hacia la UE y otras Partes contratantes de la Comunidad de la Energía. La
Comisión Europea, las autoridades rusas y las autoridades ucranianas han
celebrado a lo largo del año una serie de reuniones, algunas de ellas de nivel
ministerial. En la última reunión ministerial trilateral, celebrada el 26 de
septiembre en Berlín, las Partes acercaron posturas sobre ciertos puntos
esenciales de una propuesta de compromiso presentada por la Comisión. Esta
propuesta es actualmente objeto de consultas en Moscú y Kiev y está prevista
una próxima reunión trilateral antes del Consejo Europeo de octubre. Llegar a
un acuerdo permitiría asegurar el suministro de gas a Ucrania durante todo el
invierno. En
general, la estabilidad de los suministros de gas ruso a la UE y su transporte
a través de Ucrania dependen de muchos factores, de los que solo algunos están
bajo el control de la UE. Por lo tanto, conviene hacer gala de prudencia y
contemplar todas las situaciones hipotéticas posibles, incluyendo perturbaciones
prolongadas del suministro de gas. A este respecto, las proyecciones que se
detallan a continuación no deben considerarse un pronóstico, sino tan solo una
mera situación hipotética y una base para la adopción de medidas de emergencia. En septiembre y
octubre de 2014, los flujos de gas ruso a la UE han sido en algunos momentos
inferiores a los previstos, lo cual, en opinión de la Comisión, resulta
preocupante. En particular, durante el mes de septiembre se informó de
reducciones de los suministros de Gazprom a algunas empresas de la UE, si bien
tales reducciones no han tenido una incidencia negativa en la seguridad del
abastecimiento en la UE o en sus países vecinos. El flujo físico en sentido
inverso de Eslovaquia a Ucrania se mantuvo estable. Los flujos en sentido
inverso de Polonia a Ucrania se interrumpieron temporalmente durante dos días,
pero se reactivaron rápidamente. Por otra parte, los suministros de Hungría a
Ucrania se interrumpieron indefinidamente el 25 de septiembre debido a los
mayores volúmenes de gas que entraban en Hungría en tránsito hacia las
instalaciones de almacenamiento. La Comisión está supervisando atentamente la
situación con la colaboración del Grupo de Coordinación del Gas. 2.2. Situación
del abastecimiento de Europa en caso de trastornos en el suministro A
instancias de la Comisión, la REGRT-G ha modelizado distintas situaciones
hipotéticas de trastorno en el suministro. El modelo pone de manifiesto que, en
las diversas situaciones hipotéticas de perturbación del suministro durante
seis meses, a la UE y a las Partes contratantes de la Comunidad de la Energía
sin Ucrania les seguirían faltando, una vez reorganizada la combinación del
suministro, entre 5 000 y 9 000 millones de metros cúbicos de gas[7].
Muestra asimismo que, en el supuesto de que las infraestructuras se utilicen al
máximo y las condiciones de mercado sean normales[8],
cuando se producen esas perturbaciones de seis meses, los volúmenes de gas ruso
se sustituyen, principalmente mediante la importación de volúmenes adicionales
de GNL[9],[10].
Aunque la REGRT-G no haya modelizado los efectos de las perturbaciones del
suministro en los precios, cabe prever que la necesidad de sustituir ciertos
volúmenes entrañará aumentos de precios que darán lugar a la importación de
volúmenes adicionales de GNL significativos. Son esas señales de precios, en la
medida en que lo permiten las capacidades de interconexión o el acceso directo
a las instalaciones de importación de GNL, las que desplazan el gas a los
mercados que más lo necesitan para la producción de calor o electricidad. El
aumento de los precios también intensificará la retirada de las existencias
almacenadas e impulsará la reducción voluntaria de la demanda. La
modelización muestra también qué países se verían más afectados por los
trastornos en el suministro de gas. Cuadro 1 –
Déficit de volúmenes de gas por países afectados en la situación hipotética de
interrupción del suministro de Rusia a lo largo de 6 meses y de ola de frío
(déficit total en millones de m³ y mayor déficit mensual relativo en %) Fuente: REGRT-G Gráfico 1 – Sustitución del gas ruso en la situación hipotética de trastornos en
el suministro de Rusia durante 6 meses[11] Fuente: REGRT-G La REGRT-G ha modelizado situaciones
hipotéticas de cooperación y no cooperación a este efecto[12]. El principal elemento de diferenciación entre ambas situaciones
estriba en que los supuestos de cooperación
barajados por la REGRT-G presuponen un elemento fundamental, el de la igualdad
en el reparto de la carga (relativa), en virtud del cual la solidaridad entre Estados miembros se aplicaría de modo
que los déficits de gas se repartieran por igual entre Estados miembros
vecinos. En cambio, en el supuesto de no cooperación, los Estados miembros
reducirían o interrumpirían las exportaciones de gas tanto entre ellos como
hacia las Partes contratantes de la Comunidad de la Energía cuando no pudiesen
satisfacer completamente su demanda interna. El supuesto de cooperación presupone que Ucrania y Moldavia[13]
se abastecerían ininterrumpidamente de gas de los Estados miembros a través,
como mínimo, de Eslovaquia y a plena capacidad, mientras que el supuesto
de no cooperación parte de la base de unas
exportaciones al 50 % de la capacidad de flujo en sentido inverso
eslovaca. Si los Estados miembros no cooperan y no adoptan medidas
nacionales complementarias, existe el
peligro de que se produzca una escasez grave de suministro, que puede cifrarse
en un 40 % o en un porcentaje muy superior[14],
por lo menos hacia el final del período de 6 meses, en Bulgaria, Rumanía,
Serbia, la antigua República Yugoslava de Macedonia y Bosnia y Herzegovina (en
ambas hipótesis de trastornos del transporte por Ucrania o de interrupción
completa del suministro de gas ruso). Lituania, Estonia y Finlandia sufrirían
déficits de magnitud similar en caso de interrupción total del suministro de
gas ruso a la UE. También Hungría y Polonia[15] se verían considerablemente
afectadas, aunque en menor medida, con déficits de un 30 % y un 20 %,
respectivamente. Los principales efectos de las perturbaciones se presentan en
el gráfico 2. En
el supuesto de cooperación, los efectos de las perturbaciones se ven
notablemente amortiguados en los Estados miembros y Partes contratantes de la
Comunidad de la Energía más afectados, en especial Bulgaria, Estonia, Bosnia y
Herzegovina, la antigua República Yugoslava de Macedonia y Serbia. Al mismo
tiempo, es probable que Grecia y Letonia tuviesen que afrontar déficits no
desdeñables[16].
Sobre la base de las infraestructuras y fuentes existentes de suministro de
gas, los Estados miembros sombreados en gris en los mapas no se verían, según
la simulación, directamente afectados. Gráfico 2 –
Mapas de posibles interrupciones del suministro –sin medidas nacionales
adicionales– en febrero al final de la situación hipotética de 6 meses de
trastornos de suministro de gas ruso en los supuestos de cooperación y no
cooperación en condiciones invernales medias[17] Supuesto de cooperación || Supuesto de no cooperación Fuente: REGRT-G Efectos de una interrupción
continuada del suministro en Ucrania Ucrania se encuentra en
una situación bastante singular en relación con las demás Partes contratantes
de la Comunidad de la Energía. Aunque requieran una modernización, las
capacidades de transporte y almacenamiento desarrolladas por este país le
permiten estar más preparado que otras Partes contratantes para enfrentarse a
los trastornos del suministro. Ucrania, por lo general, consume aproximadamente
50 000 millones de metros cúbicos anuales, de los que unos 20 000
millones se producen a nivel nacional y el resto se importa en su mayor parte
de Rusia. No obstante, los suministros de gas procedentes de Rusia para el
consumo en Ucrania están interrumpidos desde el 16 de junio de 2014. La evaluación de la prueba de
resistencia de Ucrania indica que la producción nacional y las existencias
almacenadas pueden cubrir de un 70 % a un 50 % de las necesidades si
se aplican medidas para responder a la demanda. Las importaciones de la UE
contribuirían a cubrir parcialmente la escasez de gas en la hipótesis optimista
barajada por Ucrania[18]. Un paso importante en este sentido
lo constituye la capacidad de flujo en sentido inverso Eslovaquia-Ucrania, que
empezó a funcionar a principios de septiembre y puede llegar a suministrar
27 millones de metros cúbicos de gas al día, dos tercios de los cuales con
modalidad firme. No
cabe duda de que una hipotética ola de frío de dos semanas hacia finales del
período de seis meses podría agravar la situación de seguridad del suministro.
Como puede verse en el gráfico 3, según el modelo elaborado por la REGRT-G,
también en este caso un supuesto de cooperación permitiría que los déficits de
los países más afectados se redujeran con respecto al acusadísimo nivel que se
derivaría de un supuesto de no cooperación. En caso de cooperación, sin
embargo, otros Estados miembros de Europa oriental y occidental como Austria,
la República Checa, Alemania (septentrional)[19],
Italia y Eslovaquia se verían también afectados al transportarse el gas a
países con déficits más graves. Sobre la base del modelo, esos déficits podrían
situarse en un nivel inferior al 10 %. Se trata normalmente de un nivel en
que la demanda inducida por los precios se reduciría de forma natural sin
necesidad de medidas adicionales. Gráfico 3 –
Mapas de posibles interrupciones del suministro –sin medidas nacionales
adicionales– en febrero al final de la situación hipotética de 6 meses de
trastornos de suministro de gas ruso en los supuestos de cooperación y no
cooperación durante una ola de frío Supuesto de cooperación || Supuesto de no cooperación Fuente: REGRT-G Exposición
del sector de la calefacción a las perturbaciones en el suministro de gas Alrededor de la mitad del consumo de energía primaria de la UE se
utiliza para calefacción y calentamiento de agua en los sectores residencial y
terciario, así como para obtener calor industrial. La utilización de gas en la
calefacción y el calentamiento de agua en los edificios es especialmente
elevada en Hungría, Italia, los Países Bajos y el Reino Unido, como se muestra
en el gráfico 4 a continuación. Gráfico 4 –
Distribución por Estados miembros de la demanda de calor de uso final para calefacción
de espacios y obtención de agua caliente en los sectores residencial y
terciario, por tipos de combustibles y vector energético. . Fuente: Stratego, evaluación del mercado del
calor de la UE-28 para el año 2010. En la UE la calefacción de espacios y el calentamiento de agua se
efectúan principalmente (88 %) con calderas individuales para consumo
propio, mientras que el porcentaje correspondiente a la calefacción urbana es
de un 12 %. Esta media oculta empero grandes diferencias, ya que en los
Estados miembros bálticos y de Europa septentrional, central y oriental la
calefacción urbana representa de un 14 % a un 56 % de la energía
suministrada[20]
y abastece de un 10 % a casi un 50 % de los consumidores domésticos[21].
Por término medio, el 44 % de la calefacción urbana funciona con gas, con
un porcentaje de hasta un 80 % en los países en que está bien consolidada,
como Letonia, Lituania, Eslovaquia, Bulgaria y Hungría. Por consiguiente, en
los Estados bálticos y Finlandia, el consumo de gas en la calefacción urbana y
en las centrales combinadas de calor y electricidad representa por lo general
en torno al 50 % del consumo total de gas. Las plantas de calefacción urbana de gas (salvo que
dispongan de capacidades de sustitución de combustible) y los clientes de los
sistemas urbanos de calefacción se consideran por lo general clientes
protegidos[22]
y son los que menos afectados se verán por cualquier posible interrupción del
suministro. Además, muchos Estados miembros han impuesto obligaciones en
materia de sustitución de combustibles a las centrales de producción de calor,
aunque el porcentaje varía considerablemente, pasando de un 100 % en
Finlandia a menos de un 20 % en Rumanía y Bulgaria. 2.3. Evaluación de las
medidas propuestas en los informes nacionales Como indican las situaciones hipotéticas
presentadas por la REGRT-G, los Estados miembros se verían afectados de muy
distintas formas por posibles cortes de suministro de gas ruso en función de su
situación geográfica y de sus opciones de abastecimiento de gas. Esos efectos
tan diferentes se reflejan también en las medidas que los Estados miembros y
las Partes contratantes de la Comunidad de la Energía han presentado en sus
informes sobre las pruebas de resistencia a la Comisión. Algunos de los países
más vulnerables quizás tengan que aplicar medidas radicales (como una
limitación del suministro o la liberación de reservas estratégicas) con
bastante rapidez durante el período modelizado, mientras que otros Estados
miembros podrán dejar que su sector del gas funcione según los principios
básicos del mercado. Es importante señalar que una
gestión de la crisis del suministro serena y basada en la situación del mercado
por parte de los Estados miembros menos afectados tendrá efectos beneficiosos
en el conjunto de la UE y en la Comunidad de la Energía a la hora de subsanar
los déficits. Gráfico 5 –
Presentación de las diversas medidas previstas por los Estados miembros en sus
informes en caso de interrupción de 6 meses del tránsito por Ucrania y de todos
los suministros rusos, respectivamente.
Fuente:
Informes nacionales sobre las pruebas de resistencia. 2.3.1. Almacenamiento Cuando
se puede recurrir a él, el almacenamiento es un instrumento clave para el
equilibrio entre oferta y demanda en todos los Estados miembros y partes
contratantes de la Comunidad de la Energía[23].
A comienzos de octubre, los niveles de almacenamiento en la UE eran muy
elevados (en torno al 90 %). Solo dos Estados miembros (Hungría y
Portugal) tenían niveles de almacenamiento inferiores al 80 % pero, en el
caso de Hungría, debido a su gran capacidad, la relación entre disponibilidad y
demanda estaba por encima de la media. Gráfico 6
– Nivel de almacenamiento (en %) por Estados miembros , disponibilidad y
capacidad de almacenamiento consideradas porcentualmente con relación a la
demanda interna, octubre de 2014[24]
Fuente: Plataforma para la transparencia
GSE IGSA y Eurogas; análisis de la Comisión No obstante, según las cifras facilitadas por los
informes nacionales y los análisis de la red REGRT-G, una crisis persistente o
simplemente un invierno frío podrían vaciar rápidamente las cantidades
almacenadas, lo que haría necesario recurrir a otras medidas de seguridad de
abastecimiento para garantizar el suministro de los consumidores. A la hora de evaluar los planes nacionales que
regulan la utilización de las reservas almacenadas es necesario hacer una serie
de observaciones importantes. En primer lugar, hay poco o ningún margen de
aumento de la capacidad de almacenamiento a corto plazo. En segundo lugar, los
países que dependen de un incremento a corto plazo de los índices de retirada
(y a no ser que se tomen medidas para evitar un vaciado excesivamente rápido de
los depósitos) deberán hacer frente a repercusiones más adelante en caso de que
la perturbación perdure, incluido el hecho de que, con bajos niveles de
almacenamiento, los índices de retirada disminuyen considerablemente. Llenar los depósitos por encima de los niveles
habituales, y garantizar que el ritmo de retirada tenga en cuenta la
eventualidad de un período invernal duro, pueden constituir medidas
preparatorias de gran utilidad en los Estados miembros más expuestos en caso de
crisis. Las reservas pueden utilizarse para garantizar el suministro con
arreglo a procedimientos que pueden estar en mayor o menor medida basados en el
mercado. Varios Estados miembros han adoptado medidas preventivas para
garantizar la seguridad de suministro en forma de obligaciones de almacenamiento
en función de la oferta (p. ej., Bulgaria, Dinamarca, Francia, Italia, Polonia,
Portugal, Eslovaquia y España) y de almacenamiento estratégico (p. ej.,
Hungría). Por otra parte, algunos planes nacionales, como el de Hungría, prevén
medidas que hacen más atractiva la constitución de reservas, como la reducción
de las tarifas de transporte, que pueden representar una parte significativa de
los costes de almacenamiento. Debe tenerse especial cuidado en garantizar que
una actividad perfectamente legítima, como es facilitar la constitución de
reservas (a base de gas normalmente importado) no se haga (explícitamente) a
expensas de transacciones transfronterizas destinadas a suministrar gas fuera
del país. 2.3.2. Compensación de déficits merced a un
aumento de la producción nacional o a la compra de gas procedente de otra
fuente Una
solución obvia para compensar los déficits de volumen de gas de una fuente es
importar de otras fuentes o incrementar la producción nacional. En general hay pocas probabilidades, o ninguna, de
que un aumento de la producción nacional en un país de la UE tenga un efecto
significativo a corto plazo, en particular debido a las restricciones técnicas
de los sistemas. Por lo que se
refiere a las importaciones, la posibilidad de aumentar las aportaciones de gas
a través de gasoductos procedentes de África del Norte es en la actualidad
limitado, y la producción de Noruega se acerca a la capacidad total. El GNL
constituye sin duda la solución que arroja un mayor potencial, ya que las
terminales de GNL de la UE tienen una capacidad suficiente para absorber
cantidades adicionales de envíos por vía marítima[25].
Desde el punto de vista de los mercados de productos básicos, el mercado al
contado del GNL está suficientemente desarrollado como para proporcionar
volúmenes suplementarios, y lo mismo cabe decir del sector del transporte
marítimo. Además, las recientes caídas de los precios de GNL asiáticos lo han
convertido en una alternativa más económica para la UE. Sin embargo, teniendo
en cuenta que en tiempos de escasez y de perturbaciones el precio del GNL
aumentará, la adquisición de volúmenes al contado puede resultar gravosa[26]. Por
otra parte, para que un determinado envío llegue a la zona de crisis es
necesaria al menos una semana. 2.3.3. Medidas que actúan en el lado de la
demanda Si
se reducen las necesidades de gas se aminorará el impacto de la perturbación.
Cabe observar que la gran mayoría de los informes nacionales, en particular en
las regiones más afectadas, no han considerado los efectos que se derivarían de
una eventual reducción de la demanda (de los consumidores industriales o,
potencialmente, de la generación de electricidad a base de gas) como reacción a
los aumentos de precios derivados de la perturbación del suministro. La demanda
de los consumidores con mayor elasticidad de precios (estimada en un 10 %)
podría abandonar el mercado, en primer lugar cerrando unidades por motivos
económicos, y en segundo lugar mediante la sustitución, si fuera económicamente
posible, por combustibles alternativos (biomasa o petróleo). Las medidas que
actúan sobre la demanda y que se basan en el mercado y en la aplicación de
incentivos, solo se han recogido en algunos escasos informes nacionales sobre
pruebas de resistencia, y en los países más afectados no existe experiencia en
cuanto a su aplicación. El instrumento supremo con que cuentan las
autoridades (instrumento que todas ellas están dispuestas utilizar, entre otras
cosas debido a lo dispuesto en el Reglamento sobre seguridad del suministro de
gas) es la limitación del suministro, con arreglo a una secuencia
preestablecida de grupos de usuarios. Estos planes suelen empezar con los
usuarios industriales, de consumo más flexible, y terminar con los usuarios
protegidos, principalmente los hogares. Respecto a este tipo de limitación de
la demanda, la Comisión quisiera señalar que muchos planes no determinan ni
cuantifican las repercusiones de las medidas de limitación previstas sobre los
diferentes grupos de consumidores, lo que provoca cierta incertidumbre respecto
al alcance exacto de las posibles consecuencias, para tales grupos, de las
perturbaciones[27]. 2.3.4. Sustitución de combustible Los
sistemas de calefacción urbana de muchos Estados miembros afectados funcionan
en su mayor parte con gas. Por otro lado, en 2012 el porcentaje de producción
de electricidad a partir de gas fue igual o superior al 25 % en Croacia,
Grecia, Hungría, Letonia y Lituania[28].
Un aumento de los precios del gas podría dar lugar a fenómenos temporales de
sustitución de combustibles impulsados por motivos de orden económico en
situaciones de crisis. Los planes nacionales de todos los países que se
enfrentan a probables trastornos de suministro prevén la posibilidad de forzar
la sustitución de combustibles. Con arreglo a dichas medidas, los consumidores
que disponen de la posibilidad de cambiar de combustible se ven obligados, por
lo general, a hacerlo. Los Estados miembros han informado de una obligación
consistente en almacenar in situ combustibles alternativos (como biomasa
o petróleo) para un determinado número de días relativamente corto[29]. En
general, para proceder a la sustitución de combustibles en los periodos
obligatorios a nivel nacional, los Estados miembros no prevén grandes problemas
logísticos o relacionados con la oferta. Es verdad, sin embargo, que no se han
efectuado pruebas de sustitución de combustibles a lo largo de períodos de
perturbación prolongados. En caso necesario, las reservas estratégicas de
petróleo pueden utilizarse para hacer funcionar las centrales eléctricas o las
unidades de calefacción central de conformidad con la legislación aplicable[30]. La Comisión observa que en algunos países de la
Comunidad de la Energía pueden surgir dificultades debido a la falta de
reservas de petróleo y carbón destinado a calefacción. Por ejemplo, aunque en
Serbia o en Bosnia y Herzegovina una tercera parte de las instalaciones de
calefacción urbana pueden realizar la sustitución de gas por petróleo, las
reservas de petróleo se agotarían rápidamente. Asimismo, en el caso de Moldavia
el paso de gas a carbón para la producción de electricidad podría no ser
plenamente viable si no se ha previsto con suficiente antelación una reserva de
carbón. Varios informes nacionales mencionan la posibilidad
de realizar la sustitución, en particular tratándose de calefacción, de gas por
electricidad, incluida la utilización de energías renovables (producción local
sostenible de biomasa, bombas de calor, etc.), valiéndose de las posibilidades
de almacenamiento térmico de los sistemas de calefacción urbana. Si bien la
electricidad puede constituir un medio eficaz para aliviar en cierta medida los
problemas de escasez de gas, deben examinarse cuidadosamente aspectos tales
como el papel de las centrales de generación de electricidad a base de gas en la
constitución y el equilibrado de reservas, o los límites de la red a la hora de
hacer frente a una demanda extraordinariamente elevada durante un periodo
prolongado[31].
Las conversaciones entre los países bálticos y Finlandia, así como entre otros
países como Grecia y Bulgaria, apuntan hacia la cooperación y a un análisis
conjunto de la interacción entre los dos sectores. Por lo general, sin embargo,
los informes nacionales y la evaluación hecha por la Red Europea de Gestores de
Redes de Transporte de Electricidad (REGRT-E) no ofrecen, según la información
más fiable disponible, un panorama exhaustivo de las repercusiones que tienen
las perturbaciones del gas en el sector de la electricidad. 2.3.5. Calendario de las medidas no basadas en
el mercado El gráfico 7 a
continuación muestra un análisis de la Comisión sobre un posible calendario de
introducción de medidas no basadas en el mercado a lo largo de los seis meses
de perturbación de los suministros rusos. Aparte de las
disparidades causadas por los diferentes niveles de exposición, algunas de las
diferencias se deben probablemente a las distintas decisiones políticas
adoptadas por los Estados miembros en relación con la estrategia a seguir en
una crisis de suministro. Algunos de ellos, como la República Checa y Alemania
que, sobre la base de los cálculos efectuados en el supuesto hipotético «de
cooperación» de la REGRT-G, solo se verían afectados de forma secundaria
durante una ola de frío, abogan por la introducción de medidas no basadas en el
mercado desde una fase muy temprana y de manera preventiva, con el fin de
garantizar el suministro a los consumidores protegidos. Otras diferencias que
pueden constatarse son el rápido recurso a medidas no basadas en el mercado en,
por ejemplo, Grecia y Croacia, frente a un aparente énfasis en las medidas
basadas en el mercado, en, por ejemplo, Bulgaria, Hungría y Rumanía, durante el
mayor tiempo posible. Por otra parte, si se leen estos análisis nacionales y se
cotejan con los mapas de REGRT-G sobre los niveles de vulnerabilidad en una
crisis de suministro, puede observarse que, en el supuesto hipotético «de
cooperación», la introducción de medidas no basadas en el mercado podría sufrir
retrasos significativos. Esto indica la existencia de un gran margen de mejora
de la situación global merced a una coordinación más estrecha. Gráfico
7 –
Cuadro cronológico de la introducción de medidas nacionales Fuente: Informes nacionales, análisis de la Comisión 3.
Conclusiones 3.1. Evaluación de las medidas de los Estados miembros Una perturbación prolongada del
suministro por la ruta ucraniana de transporte o, incluso, de todo el
suministro ruso de gas a la UE, tendría una repercusión sustancial en la UE,
sobre todo en los Estados miembros de su parte oriental y en los países de la
Comunidad de la Energía. Los informes nacionales ponen de manifiesto dos
debilidades fundamentales en el sistema de seguridad de suministro a corto
plazo. En primer lugar, varios proyectos de infraestructuras lanzados con el
propósito explícito de mejorar la seguridad de suministro después de la crisis
de 2009 no han sido todavía puestos en servicio en su integridad por una serie
de dificultades que van desde la falta de apoyo político a una gestión
deficiente de los proyectos o a la falta de cooperación transfronteriza[32]. En
segundo lugar, muchas de las estrategias nacionales de seguridad del suministro
son bien unilaterales o están insuficientemente coordinadas o insuficientemente
basadas en la cooperación. En términos generales, ello conduce a un nivel de
eficiencia no óptimo para la seguridad del suministro de gas en la Unión, tal
como se expone a continuación. El análisis de la REGRT-G
demuestra que la cooperación basada en el uso de infraestructuras optimizadas y
el reparto de la carga garantiza el suministro a los consumidores protegidos de
los Estados miembros y de las partes contratantes de la Comunidad de la
Energía, así como exportaciones significativas para Ucrania[33]. Sin
embargo, además de la optimización de los flujos de gas nacionales y
transfronterizos, los Estados bálticos, Finlandia, así como los países de
Europa central y sudoriental y las partes contratantes de la Comunidad de la
Energía, tendrán que emplear un amplio abanico de medidas adicionales para garantizar
que se reduzcan al mínimo las cantidades de gas no suministrado o perdido
destinado a consumidores no protegidos. Como el modelo de la REGRT-G ya tiene
en cuenta la posibilidad de complementar el suministro de gas a partir de la
producción nacional, de fuentes externas o del almacenamiento, la siguiente
medida más probable (aparte de otros tipos de medidas que actúan sobre la
demanda) es la sustitución de combustibles, bien obligatoria o inducida por los
precios. Un buen ejemplo es Finlandia que, a primera vista, podría ser el
Estado miembro más vulnerable, con hasta un 100 % de gas no suministrado o
perdido durante los seis meses del supuesto hipotético de perturbaciones debido
al corte del suministro ruso. Sin embargo, en primer lugar, el porcentaje de
consumidores protegidos alimentados por gas es mínimo. Por otra parte, debido a
la existencia de un mecanismo de sustitución obligatoria de combustibles y a la
obligación de constituir reservas de combustibles alternativos, con una
logística bien ejecutada, sería sin duda capaz de sustituir todos los volúmenes
de gas sin necesidad de restringir la demanda. Los Estados miembros más
afectados del Báltico, Europa central y sudoriental y las Partes contratantes
de la Comunidad de la Energía[34]
tendrán probablemente que proceder a restricciones entre sus consumidores no
protegidos, especialmente hacia el final del período del supuesto hipotético. Todos los informes nacionales presentan
medidas destinadas a luchar contra eventuales perturbaciones de suministro. La
secuenciación de estas medidas es importante; y es fundamental que el mercado
funcione durante el mayor tiempo posible. Cuando el mercado funciona, la señal
procedente de los precios atraerá nuevos suministros de gas (sobre todo GNL)
hacia la UE, y dentro de la UE hacia los países en los que es mayor la escasez,
a condición de que existan las infraestructuras necesarias. Las señales de
precios promoverán la utilización comercial de los almacenamientos como
instrumento destinado a garantizar un equilibrio entre la oferta y la demanda,
incentivarán la reducción de la demanda e impulsarán la sustitución de
combustibles por motivos de orden económico. Los Estados miembros no deben
impedir el paso del gas a través de las fronteras. Un aumento de precios no es
una crisis de suministro, ni tampoco una justificación para intervenir en el
mercado con el pretexto de garantizar la seguridad de abastecimiento. Sin embargo, esto no dispensa a los
Estados miembros vulnerables de la obligación de concebir y planificar bien las
medidas a las que recurrirían como preparación y respuesta a una emergencia.
Por otro lado, los países vulnerables deben hacer un pleno uso de las medidas
basadas en el mercado en primer lugar; pero si estas no fueran ya suficientes
deberán recurrir, si se declara una emergencia, a las medidas no basadas en el
mercado. Cuando deban aplicarse medidas no basadas en el mercado es muy
importante que en primer lugar se utilicen las medidas más neutras y
proporcionadas, antes de pasar a otras más intervencionistas; esto debe
llevarse a cabo teniendo debidamente en cuenta el efecto de la medida a través
de las fronteras. 3.2. Necesidad
de una mayor cooperación y coordinación Como ya se ha indicado, en general, los informes
nacionales se orientan más hacia los enfoques nacionales en lugar de
centrarse en la dimensión regional cuando se establecen estrategias sobre la
seguridad del suministro. Así, muchos Estados miembros han planteado supuestos
en sus informes nacionales sobre la falta de certeza de las entregas desde
determinadas fronteras, incitándolos a recurrir igualmente a supuestos sobre la
inexistencia de exportaciones, que debilitan la seguridad del suministro a una
escala regional y de la UE más amplia. La cooperación es, pues, clave, ya que,
por ejemplo, en la región báltica las instalaciones de almacenamiento de
Inčukalns son tan decisivas que, si no puede contar con ellas, Estonia se
quedaría sin gas, incluso para abastecer a sus clientes protegidos, en el plazo
de cinco días. La falta de coordinación se refleja en una serie de
discrepancias en las medidas comunicadas por diferentes Estados miembros, que
con frecuencia son vecinos. Entre esas discrepancias se hallan la inclusión en
varios planes de unas mayores capacidades de los mismos proveedores externos o
los diferentes supuestos de flujos a través de los interconectores compartidos.
Se trata claramente del presagio de unos resultados ineficientes, especialmente
en una situación de crisis con mercados en tensión, y puede conducir a una
falsa sensación de seguridad. Aunque es evidente que ha habido un cierto grado
de coordinación antes de las pruebas de resistencia, que se ha visto reforzada
gracias a los últimos debates, el análisis comparativo de los informes pone de
manifiesto que todavía hay margen para una coordinación transfronteriza más
estrecha, y que esta es necesaria para garantizar —como un objetivo de base—
unos supuestos realistas en cuanto a la previsión de los flujos de gas en los
puntos de interconexión. A la luz de todo lo anterior, resulta evidente que
la cooperación transfronteriza debe ir más allá de la mera comprobación de la
coherencia transfronteriza de las medidas nacionales y ampliarse para que
incluya la identificación de las sinergias transfronterizas y el acuerdo
sobre el modo de aplicar medidas de solidaridad. Un enfoque de este tipo se
traduciría fundamentalmente en una mayor eficiencia, no solo desde el punto de
vista económico, sino también en lo tocante a garantizar la seguridad del
suministro de gas a muy corto plazo. Hay ejemplos de ese tipo de cooperación entre los
Estados miembros y la Comisión los acoge con satisfacción como un primer paso
efectivo para mejorar la seguridad del suministro a nivel regional. Un ejemplo
es el acuerdo previsto entre Estonia y Lituania, según el cual se atenderá a
los clientes protegidos de ambos países antes que a los clientes no protegidas
de cualquiera de los dos países. Otro ejemplo es el acuerdo intergubernamental
entre Hungría y Croacia sobre la seguridad del suministro, que, si bien aún
debe aplicarse, refleja un enfoque constructivo en pro de la cooperación.
Además, la cooperación también puede manifestarse en la utilización común de
las infraestructuras, por ejemplo, las instalaciones de almacenamiento, o en el
aumento de la generación de electricidad en determinados Estados miembros para
que otros Estados miembros puedan utilizar el gas así liberado para el
suministro de los clientes protegidos. Un ejemplo interesante a este respecto
es la creciente cooperación entre Grecia y Bulgaria, gracias a la cual está
previsto un intercambio de gas y electricidad para estabilizar ambos sistemas
en caso de escasez grave. Un planteamiento de mayor cooperación requerirá la
celebración de acuerdos entre las partes interesadas sobre las condiciones
organizativas, comerciales y reguladoras de la cooperación en caso de crisis.
Con el fin de generar confianza, es preciso acordar de antemano unas normas
claras a nivel europeo o regional. Es posible que no se logre plenamente una
mayor cooperación transfronteriza en todos los aspectos antes del próximo
invierno. No obstante, dado el mayor riesgo actual, los Estados miembros y
países vecinos deberían iniciar inmediatamente este proceso, o reforzar las
iniciativas que se hallan en curso, con el fin de llegar a un entendimiento
sobre la información más básica, así como sobre las medidas individuales o
comunes que pueden adoptarse en una situación de crisis. La Comisión Europea
podría facilitar tales disposiciones, incluidas las medidas que pueden aplicarse
en caso de necesidad durante el próximo invierno, con objeto de celebrar un
acuerdo en un plazo relativamente breve. Es preciso aplicar formas de cooperación para paliar
la escasez de gas en un Estado miembro garantizando y posibilitando las entregas
a través de la frontera, aunque esas entregas puedan suponer también algunos
sacrificios en el país «donante». En aplicación de este principio, el papel de
coordinadores y de responsables de la seguridad del suministro de los GRT debe
aprovecharse plenamente, con el apoyo de los reguladores nacionales de la
energía, con el fin de que puedan proporcionar flujos a los países vecinos, aun
cuando estos no hayan asegurado el pleno funcionamiento del sistema en su
ámbito de responsabilidad. Ello podría ser asimismo la ocasión para mejorar la
seguridad de suministro a largo plazo mediante asociaciones regionales. A este respecto, la Comisión destaca el papel
especial que desempeñan los Estados miembros a través de cuyo territorio fluye
gas hacia los mercados que se hallan en una etapa posterior. Por lo que se
refiere a la entrega de suministros a la Europa central y sudoriental,
Alemania, la República Checa, Austria, Eslovaquia, Hungría y Eslovenia poseen
infraestructuras especialmente importantes que deben utilizarse ya de forma
óptima como base para que funcione plenamente el mercado interior. Además, en
una situación específica de seguridad del suministro, también debe garantizarse
que estos países sigan permitiendo que el gas fluya hacia los mercados en los
que la escasez sea considerable. No obstante, está claro que este tipo de cooperación
no puede limitarse a ser una vía de sentido único. Antes bien, debe prever un
margen para una asignación adecuada de los costes de las medidas necesarias
para hacer frente a una crisis, tanto a corto como a medio y largo plazo. El
concepto de que los consumidores de un país asumen los costes de las medidas de
seguridad del suministro y deben, por tanto, disfrutar de mayores niveles de
protección, a menudo ha supuesto una barrera para el desarrollo de los
programas de cooperación. Las medidas de solidaridad no son subvenciones ni
donaciones, sino medidas de respuesta ante una emergencia de funcionamiento a
las que, en última instancia, el beneficiario debe contribuir. La solidaridad
que incentiva el comportamiento egoísta no es solidaridad. En cualquier caso,
sería inapropiado analizar la solidaridad exclusivamente en un mero contexto
empresarial a corto plazo. Una mayor cooperación no solo ofrecerá ventajas
tangibles a corto plazo a los Estados miembros más expuestos al riesgo de
emergencias el próximo invierno. Redunda en el interés común de todos que la
aplicación de las medidas más profundas y radicales —como la limitación de la
demanda, las restricciones comerciales o la liberación de reservas
estratégicas— se retrase y reduzca al mínimo, puesto que estas medidas pueden
socavar el mercado interior de la energía de forma duradera. Eso, a su vez,
puede dañar la confianza de los inversores (por ejemplo, en el almacenamiento
comercial) y reducir el atractivo del mercado de la UE para los suministros
externos procedentes de fuentes existentes y nuevas. Los enfoques basados en el
aislamiento y las sospechas son contrarios a la solidaridad que se necesita
para crear una verdadera Unión de la Energía. Sin embargo, ello exigirá también
que los Estados miembros vulnerables hagan cuanto esté en su mano para evitar
una situación de emergencia, tomando las medidas que se examinan con mayor
detalle en el capítulo 4. 4. Recomendaciones En general, la política energética de la UE tiene
por objeto completar el mercado interior de la energía, aumentar la eficiencia
energética, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, diversificar
las fuentes de suministro exteriores y explotar fuentes autóctonas; todo lo
cual mejora la seguridad de suministro de la UE. Sin embargo, el presente
informe se centra en las recomendaciones específicas que garantizarán que la UE
esté mejor preparada y en condiciones de hacer frente a un riesgo concreto de
interrupción del suministro desde el este el próximo invierno. 4.1. Recomendaciones
urgentes para el próximo invierno La Comisión ha agrupado las recomendaciones a corto
plazo en torno a tres temas: i) hacer que el mercado funcione; ii) definir
claramente cuándo el mercado deja de funcionar y cuándo se necesitan medidas de
emergencia; y iii) coordinar la planificación de emergencias y las posibles
intervenciones y cooperar en su realización. i) Hacer que el mercado funcione a corto plazo 1. Aumentar
al máximo la capacidad de los interconectores y eliminar o resistir a las
restricciones al comercio transfronterizo La capacidad de los interconectores debería
aumentarse al máximo y se debería garantizar que esta capacidad máxima se ponga
a disposición del mercado, por ejemplo, mediante la aplicación sin demora de
procedimientos eficaces de gestión de la congestión[35]
y mecanismos de asignación de capacidad[36]. En
concreto, las restricciones a la exportación pueden tener un efecto perjudicial
en caso de una crisis del gas. Como demuestra el análisis realizado por la
REGRT-G, las restricciones a la exportación pueden agravar considerablemente
los daños producidos por una crisis del gas en los Estados miembros más
afectados y el número de países enfrentados a graves perturbaciones del
suministro aumentaría. La Comisión recuerda, en este contexto, el
artículo 11, apartado 5, del Reglamento sobre seguridad del
suministro de gas, que recomienda que «no se adopten medidas que restrinjan
indebidamente [en ningún momento] el flujo de gas en el interior» o que «pudieran
hacer peligrar gravemente la situación del suministro de gas en otro Estado
miembro». La Comisión insta a la rápida aplicación de las
normas sobre el acceso de terceros a las infraestructuras (incluido el
almacenamiento), incluso en los casos en que se hayan concedido excepciones al
tercer paquete energético, como, por ejemplo, en Letonia y Estonia. 2. Optimizar
el uso de las instalaciones de almacenamiento La transparencia sobre los niveles de almacenamiento
ha aumentado considerablemente en los últimos años y la plataforma Gas Storage
Europe (GSE) es una loable iniciativa que proporciona información actualizada
sobre casi todas las instalaciones de almacenamiento de la UE. Rumanía (Romgaz)
debe hacer un último esfuerzo para publicar los datos sobre su nivel de
almacenamiento[37],
incluso en la plataforma GSE. Los reguladores nacionales disponen de herramientas
para ofrecer incentivos económicos a los agentes del mercado – por ejemplo,
reducir las tarifas de transporte para inyectar gas en las instalaciones de
almacenamiento – para estimular el aumento de inyecciones. Esta medida ha
resultado eficaz en los últimos tiempos en Hungría, donde se ha producido un
permenente crecimiento de los niveles de almacenamiento en las últimas semanas,
si bien dichos niveles siguen estando en este Estado miembro algo por debajo de
la media de la UE[38]. Las pautas de retirada en las instalaciones de
almacenamiento vienen dadas por la economía y no necesariamente por una estrategia
de seguridad del suministro, especialmente si las obligaciones de suministro no
se cumplen adecuadamente. Pueden concederse incentivos económicos para disuadir
a los agentes del mercado de que recurran con demasiada rapidez al
almacenamiento, cuando también se pueden utilizar otras fuentes de gas, como el
GNL. Dichos incentivos, como los que ya ha utilizado el GRT danés, podrían
concederse en forma de pagos, en última instancia sufragados por la
sociedad, a los propietarios de gas almacenado para que mantengan el gas
almacenado en lugar de retirarlo. Como último recurso y en circunstancias debidamente
justificadas, en caso de que tales incentivos
económicos sigan siendo ineficaces, puede pensarse en la posibilidad de aplicar
tarifas desincentivadoras de la retirada a las instalaciones de almacenamiento
o incluso limitar totalmente las retiradas en determinados periodos del
invierno. La finalidad de esta medida es garantizar un vaciado más prudente de
los depósitos, especialmente en los periodos en que haya menos tensiones en los
mercados de la UE. Sin embargo, debe quedar claro que tales tarifas o límites
han de ser proporcionados habida cuenta de los riesgos de seguridad del
suministro y no deben agravar la situación de seguridad del suministro en los
países vecinos. 3. Garantizar
la ejecución oportuna de los proyectos de infraestructuras La
Comisión acoge favorablemente la futura puesta en servicio de la terminal de
GNL de Klaipeda, en Lituania. La existencia de una infraestructura de este
tipo, que permite la diversificación del suministro, es vital no solo para
diversificar la oferta, sino también para garantizar una red de gas más
flexible. Por tanto, debe garantizarse que la puesta en servicio de los
proyectos cuya finalización estaba prevista en los próximos meses se lleva a
cabo sin demora. En lo que se refiere específicamente al próximo invierno,
entre esos proyectos están el interconector Eslovaquia-Hungría (1 de enero de
2015) y la terminal de GNL de Świnoujście,
en Polonia (1 de febrero de 2015). Los Estados miembros deberían informar a la
Comisión con la suficiente antelación, especificando los motivos, en caso de
que puedan producirse retrasos, con el fin de encontrar conjuntamente posibles
medidas que permitan suprimirlos o, al menos, reducirlos al mínimo. ii) Definir claramente cuándo el mercado deja de
funcionar y cuándo se necesitan medidas de emergencia 4. Aplicación
de la norma relativa al suministro establecida en el Reglamento sobre la
seguridad del suministro de gas Se debería estimular a los proveedores de gas para
que se preparen a hacer frente de forma responsable a diversas situaciones
relacionadas con el suministro que podrían presentarse el próximo invierno.
Garantizar la seguridad del suministro consiste en prepararse convenientemente
para una posible perturbación – y esta es una responsabilidad compartida entre
las autoridades públicas y el sector. El Reglamento sobre la seguridad del
suministro de gas contiene una norma sobre el suministro que debe respetarse,
ejecutarse y aplicarse en la práctica. La Comisión Europea facilitará la plena
aplicación de todas las disposiciones de ese Reglamento. Sin embargo,
corresponde a las autoridades nacionales competentes hacer cumplir la norma
relativa al suministro y supervisar si los proveedores cuentan con suficientes
existencias y con opciones de flexibilidad para abastecer a sus clientes el
próximo invierno en distintas situaciones hipotéticas. De no ser así, las autoridades nacionales
competentes deben recomendar o imponer, en función de las herramientas de que
dispongan en virtud de la legislación nacional, la obtención de gas adicional o
de opciones de flexibilidad en condiciones comerciales. Tal como se ha señalado
anteriormente, la posibilidad de que la UE reciba gas de otros gasoductos es
limitada y algunos Estados miembros tienen un acceso limitado a otras fuentes
de suministro por gasoducto distintas de la rusa. Por eso el GNL es la
alternativa clave para aumentar el suministro en caso de escasez grave. No
obstante, habida cuenta de las consideraciones comerciales y operativas, la
contratación oportuna de cargamentos de GNL al contado durante una crisis puede
resultar costosa y necesitar bastante tiempo. Por lo tanto, contar con
volúmenes adicionales de gas almacenados o contratar algún tipo de «seguro de
GNL», por ejemplo, en forma de opciones de compra de GNL, puede reducir
considerablemente la exposición de las empresas, mediante la cobertura de los
precios y la reducción del riesgo operativo. También podrán examinarse distintas formas de
realizar adquisiciones de GNL por parte de los agentes del mercado en caso de
perturbaciones graves del suministro, tales que —sin apartarse del principio de
mercado—, no se deteriore mucho más la situación económica de un país
determinado. Tales acuerdos de cooperación específicos y claramente delimitados
podrían contemplarse con otros grandes importadores de GNL, como Japón. 5. Para
los países que tienen normas de incremento de suministro, aplicar medidas para
reducirlo temporalmente en caso de emergencia regional o de la Unión El
Reglamento sobre la seguridad del suministro de gas establece la obligación de
que los Estados miembros garanticen el suministro de los clientes protegidos en
una serie de circunstancias difíciles. No obstante, también obliga a los
Estados miembros a determinar de qué modo las normas de incremento de
suministro o las obligaciones adicionales impuestas a las empresas de gas
natural más allá de las circunstancias difíciles podrían reducirse
temporalmente, en un espíritu de solidaridad, en el caso de una emergencia de
la Unión o regional. Gracias a esta reducción temporal se podrían liberar
determinadas cantidades de gas, que, de otro modo, no se utilizarían
necesariamente, con el consiguiente aumento de la liquidez en el mercado y la
posible atenuación de los problemas de escasez de gas de otras regiones. El
análisis de los planes de acción preventivos y los planes de emergencia[39] muestra que algunos Estados miembros
ya han establecido disposiciones para aplicar esa reducción. La Comisión
trabajará con los que no lo han hecho, para ponerse de acuerdo sobre las
medidas adecuadas. 6. Aumentar
al máximo el potencial de la sustitución de combustibles y garantizar la
ejecución operativa La posibilidad de recurrir a la sustitución de
combustibles es un elemento clave en la prevención y superación de las
perturbaciones del suministro. Por ejemplo, como Finlandia depende totalmente
del gas ruso y no puede abastecerse con gas procedente de ninguna otra fuente,
ha establecido medidas para garantizar una obligación muy general para que la
sustitución de combustibles ofrezca una alternativa sostenible. Los informes
nacionales muestran que el potencial de la sustitución de combustibles es muy
diferente entre los Estados miembros y las partes contratantes de la Comunidad
de la Energía. Dado que los Estados miembros ya prevén[40]
sustituir aproximadamente el 10 % de sus necesidades de calefacción por
energías renovables, es preciso hacer avanzar estos planes utilizando los
Fondos Estructurales y de Inversión Europeos y aprovechando la experiencia ya
adquirida. Las autoridades nacionales competentes deben cerciorarse de que se
dispone de todas las medidas administrativas y operativas que facilitarían la
sustitución de combustibles a gran escala, en concreto en los sistemas de
calefacción urbana, incluidas las pruebas de las instalaciones para garantizar
que puedan efectivamente sustituir el combustible. Dado que actualmente esta
situación atañe en gran medida al petróleo, es fundamental procurar que los
aspectos logísticos de una sustitución masiva de este tipo (posiblemente
sostenida) se planeen con antelación, incluido el posible uso de reservas
estratégicas de petróleo en determinadas circunstancias. Lo mismo se aplica a
la sustitución por biomasa. En la industria, las unidades de cogeneración
también pueden desconectarse y su producción se puede sustituir por calderas
únicamente de calor que la mayoría de las instalaciones de cogeneración
industrial tienen como capacidad de reserva, a condición de que la electricidad
producida por cogeneración pueda sustituirse por electricidad de la red y que
dicha sustitución sea interesante desde el punto de vista económico. 7. Aplicar
a corto plazo medidas de eficiencia energética y de moderación de la demanda Conseguir
un nivel apreciable de reducción de la demanda animando a los usuarios a
disminuir la temperatura ambiente o ayudándoles a adoptar otras medidas de
ahorro energético puede ser una vía eficaz para reducir un déficit de
suministro. Las campañas públicas concebidas con esa finalidad han demostrado
ser eficaces para absorber, al menos en parte, la repentina escasez de
suministro en el sector de la electricidad que se produjo tras el accidente de
Fukushima en Japón y la explosión de la central eléctrica de Vasilikos en
Chipre. Entre las medidas fácilmente disponibles que pueden aplicarse
rápidamente y con bajos costes de inversión iniciales cabe citar, por ejemplo,
la protección contra las corrientes, los paneles reflectantes para radiadores y
el revestimiento calorífugo de las tuberías. La aplicación de estas se puede
lograr de diversas maneras, entre ellas el cumplimiento de las obligaciones que
tiene el proveedor de energía en virtud de la Directiva sobre eficiencia
energética de la UE. En la industria, la demanda de energía puede optimizarse a
corto plazo mediante la implantación de auditorías energéticas y la aplicación
de sistemas de gestión de la energía. 8. Especificar
la función de los gestores de redes de transporte en situaciones de emergencia
y garantizar que estos la comprenden perfectamente Habrá que examinar si es necesario conferir nuevas
competencias a los gestores de redes de transporte, bajo la supervisión de las
autoridades reguladoras nacionales, para permitirles que vayan más allá de la
mera supervisión, centrada en la red, del equilibrio entre la oferta y la
demanda y realicen actuaciones preventivas o reactivas más amplias para
garantizar la seguridad operativa del suministro. Estas actuaciones podrían
consistir, llegado el caso, en que los gestores de redes de transporte compren
gas en determinadas circunstancias claramente definidas, contraten el
transporte a su zona comercial y, en su caso, contraten capacidad de
almacenamiento. Un sistema de este tipo existe, por ejemplo, en los Países
Bajos, donde al gestor de redes de transporte se le ha autorizado a tener gas
almacenado y a ponerlo en circulación cuando la temperatura descienda por
debajo de un determinado nivel. Los gestores de redes de transporte que cumplan
estas funciones a nivel nacional deben realizar una coordinación
transfronteriza eficaz. Además, se debe garantizar de forma absoluta que la
función de los gestores de redes de transporte se circunscribe de forma precisa
y se limita explícitamente a circunstancias bien definidas de deficiencias del
mercado. La función de servicio público que en este caso se impondría a los
gestores de redes de transporte no debe oponerse a la característica fundamental
del mercado interior de la energía de la UE, según la cual dichos gestores no
deben participar activamente en el mercado de contratación o suministro de
productos básicos. iii) Coordinar y cooperar en la planificación de
emergencias y en las posibles intervenciones 9. Necesidad
de desarrollar más la cooperación regional en materia de seguridad del
suministro de gas En
principio, todos los países deben coordinarse y cooperar estrechamente con sus
homólogos a través de las fronteras, bien para establecer interconexiones o
bien para garantizar que esas interconexiones pueden utilizarse con eficiencia
en beneficio de ambas partes. En determinados casos (por ejemplo, en el de
Grecia y Bulgaria), esta cooperación debería ser incluso más amplia, con el fin
de hacer frente a los posibles riesgos específicos de penuria de gas y de
electricidad en relación con la seguridad del suministro, que podrían paliarse
mediante un acuerdo. Además, la cooperación regional también podrá centrarse en
garantizar los suministros a los clientes protegidos, como se ha previsto entre
Lituania y Estonia. La cooperación regional también podrá referirse al uso del
gas almacenado en caso de emergencia. También podrán considerarse distintas formas de
realizar adquisiciones de GNL por parte de los agentes del mercado en caso de
perturbaciones graves del suministro, tales que, sin apartarse de los
principios de mercado, no se deteriore mucho más la situación económica de un
país determinado. Tales acuerdos de cooperación, específicos y claramente
delimitados, podrían elaborarse en el seno de la UE, pero también podrían
contemplarse con otros grandes importadores de GNL, como Japón. 10. Necesidad
de más transparencia Los
gestores de redes de transporte, las autoridades reguladoras nacionales y también
los Estados miembros deben esforzarse por conseguir en sus actuaciones el
máximo nivel de transparencia mutua, así como con las partes interesadas y el
público en general. En una red interconectada y en el proceso de realización
del mercado interior, toda actuación por parte de un Estado miembro o de un
país (o de sus agentes del mercado) tiene repercusiones sobre otros mercados.
En un contexto de grandes tensiones, tal como el que vivimos en la actualidad,
todas las actuaciones pueden interpretarse en un sentido político. Por tanto,
es fundamental explicar tales medidas, a fin de disipar las preocupaciones y
generar confianza. 11. Misión
de la Comisión de ejercer una supervisión constante y utilización del Grupo de
Coordinación del Gas El Grupo de Coordinación del Gas se creó en 2004[41], si
bien se ha reforzado sustancialmente con el Reglamento sobre seguridad del
suministro de gas. En los últimos años se ha convertido en una plataforma
valiosa para el intercambio de información y debates sobre la seguridad del
suministro de gas. Esto, a su vez, ha contribuido al incremento de la
transparencia y al fomento de la confianza entre todos sus miembros. La Comisión tiene la intención de supervisar de
cerca la situación en cuanto a la seguridad del suministro, en estrecha
cooperación con las autoridades nacionales competentes. Seguirá convocando
reuniones ordinarias del Grupo de Coordinación del Gas para intercambiar
opiniones sobre la cuestión con los Estados miembros y las partes interesadas y
también recurrirá a reuniones de emergencia de dicho Grupo para compartir
información y debatir las medidas adoptadas en caso de perturbaciones del
suministro posibles o reales. La Comisión coordinará también las actuaciones y
se ocupará de las declaraciones de emergencia y de la aplicación de las medidas
no basadas en el mercado de conformidad con el Reglamento sobre seguridad del
suministro de gas. Por otro lado, como el análisis de los efectos de
las perturbaciones del gas en el sector eléctrico no ha sido concluyente hasta
la fecha, el Grupo de Coordinación del Gas debería, con la ayuda de los REGRT-G
y REGRT-E, seguir esta cuestión para determinar sus posibles repercusiones
indirectas. 12. Cooperación
con países de fuera de la UE La Comisión Europea invitó a socios internacionales
clave en el ámbito de la energía a aportar sus contribuciones para la
elaboración de la presente Comunicación, en particular sus eventuales
observaciones o sugerencias con respecto a la posible flexibilidad de
suministros adicionales de gas. Entre estos socios figuraban los miembros del
G7 no pertenecientes a la UE, así como Noruega, Suiza, Turquía y la Agencia
Internacional de la Energía (AIE). La Comisión invita, además, a estos socios
externos clave en el ámbito de la energía, incluidos los que tienen capacidades
y potencial de exportación de GNL, así como los que importan GNL, a continuar
la cooperación que se ha iniciado con el presente informe, también en el
contexto del G7 y de la AIE. 4.2. Medidas
a medio plazo (para el final de 2015) 13. Recomendación
de la Comisión sobre la aplicación de las normas del mercado interior de la
energía entre los Estados miembros de la UE y las Partes contratantes de la
Comunidad de la Energía Una
cooperación más estrecha de las autoridades y la aplicación coherente de la
legislación del mercado interior de la UE en las fronteras entre las Partes
contratantes y los Estados miembros de la UE son elementos que podrían mejorar
los déficits de seguridad del suministro de las Partes contratantes y de los
Estados miembros de la UE. Como ejemplos positivos pueden incluirse las
soluciones encontradas en relación con el flujo inverso de Eslovaquia a
Ucrania. La aplicación coherente del tercer paquete de la legislación del
mercado interior es una base sobre la que puede seguir desarrollándose la
cooperación transfronteriza. Con el fin de facilitar esta cooperación mediante un
acto oficial, la Comisión publicará una recomendación dirigida a los Estados
miembros de la UE para cooperar con las Partes contratantes en la aplicación
del tercer paquete y sobre las cuestiones de la seguridad del abastecimiento.
No obstante, la Comisión subraya que, en ausencia de unos mercados del gas que
funcionen y si las Partes contratantes no aplican el tercer paquete, las
recomendaciones de la UE no sustituirán a las negociaciones necesarias entre
los Estados miembros de la UE y las Partes contratantes de la región sobre el
uso de las infraestructuras comunes y sobre las condiciones en las que puedan
utilizarse en caso de crisis. 14. Aceleración
de la puesta en servicio y de la ejecución de proyectos clave de interés común
o proyectos de interés de la Comunidad de la Energía Deben
tomarse todas las medidas necesarias para acelerar y, en su caso, evitar nuevos
retrasos en la ejecución de los proyectos clave de infraestructuras que se
consideran de crucial importancia desde el punto de vista de la seguridad del
suministro[42].
Entre ellas se incluyen, por ejemplo, los interconectores Rumanía-Bulgaria,
Grecia-Bulgaria, Bulgaria-Serbia y Rumanía-Moldavia, que la Comisión ha
seleccionado sobre la base de sus fechas de puesta en servicio, claras y
próximas. Estos proyectos deben avanzar rápidamente y completarse para el final
de 2015. La Comisión realizará un seguimiento de tales proyectos y también está
dispuesta a facilitar las eventuales negociaciones pendientes entre las Partes
con vistas a llevar todos estos proyectos hacia su terminación expedita. 15. Reevaluación
de las exenciones de flujo inverso físico Los
flujos inversos físicos permiten a los Estados miembros estar conectados entre
sí de forma verdaderamente flexible. Las inversiones correspondientes suelen
ser relativamente de poca importancia, pero tienen un impacto significativo
sobre la seguridad del suministro de toda una región, como lo demuestran las
inversiones en flujo inverso en el gasoducto de Yamal en la frontera entre
Alemania y Polonia y, más recientemente, en la frontera entre Eslovaquia y
Ucrania. Los Estados miembros deben trabajar conjuntamente para volver a
evaluar si no han cambiado las circunstancias en las que se habían solicitado
exenciones para un proyecto de flujo inverso físico, en particular a la luz de
la creciente tensión en cuanto a la seguridad del suministro, así como del
hecho de que muchos Estados miembros se han beneficiado recientemente de forma
significativa de las opciones adicionales de comercio y de suministro que
ofrecen estas nuevas vías. Esto sucede, por ejemplo, con la capacidad de flujo
inverso de algunos de los principales gasoductos troncales que actualmente
funcionan solo desde el este hacia el oeste (Obergailbach, Waidhaus y el
interconector BBL, entre los Países Bajos y el Reino Unido), así como con el
interconector entre Austria y Hungría. 16. Sustitución
de combustibles a través de la calefacción urbana y la cogeneración en los
sectores residencial, terciario e industrial Las
redes de calefacción urbana ofrecen flexibilidad tecnológica, ya que pueden
funcionar con muchas y diversas fuentes de suministro. Las redes construidas
para el gas natural se pueden cambiar a fuentes alternativas, como la biomasa,
el calor residual, la cogeneración, la energía solar y geotérmica, las bombas
de calor, los residuos municipales, etc. Las transiciones pueden llevarse a
cabo en uno o dos años, dependiendo del tamaño específico y de los requisitos
de capacidad. En los casos en que ya existan sistemas de
calefacción urbana, pero sin conectar todos los edificios de la zona, la
expansión de tales sistemas, sustituyendo el suministro de gas a las distintas
calderas de gas, puede ser una manera rentable de cambiar a fuentes locales de
energías renovables y otras fuentes de baja emisión de carbono. El cambio de las unidades industriales de
cogeneración y de las unidades de cogeneración de tamaño medio del sector
terciario (hospitales, centros comerciales, edificios de oficinas) a fuentes de
energías renovables o de baja emisión de carbono puede llevarse a cabo en uno o
dos años, dependiendo del tamaño específico y de los requisitos de capacidad. Los sectores industriales con grandes necesidades de
calor (por ejemplo, el de pasta de papel y papel) que son autoproductores, con
unidades de cogeneración o calderas únicamente de calor alimentadas por gas,
también podrían invertir en flexibilidad para almacenar calor o cambiar entre
el gas y la electricidad como fuente de calor. Esto sería rentable si fuera lo
suficientemente flexible como para beneficiarse de los precios más bajos en
períodos de exceso de producción de electricidad (de fuentes renovables). 17. Reducción
de la demanda de calor en la industria y en la transformación de energía La industria y el sector de la transformación de
energía (generación, distribución) tienen gran potencial para aplicar medidas
de eficiencia energética que reduzcan la demanda a bajo coste con un corto plazo
de amortización (menos de dos años), por ejemplo mediante una mejora del
control y supervisión de los procesos, o un mantenimiento preventivo. La
determinación de las posibilidades de mejora de la eficiencia energética a
corto plazo con un coste bajo o nulo exige que se acelere la realización de las
auditorías energéticas o de los sistemas de gestión de la energía en el marco
de la Directiva sobre eficiencia energética en las industrias con un uso
intensivo de energía. 5. Pasos siguientes La experiencia adquirida con la aplicación del
Reglamento sobre la seguridad del suministro de gas indica mejoras claras en la
situación de la seguridad del suministro de la UE desde 2009, aunque sigue
habiendo margen para reforzar el marco normativo de la UE. Tal como se indica
en la Estrategia Europea de la Seguridad Energética, de 28 de mayo de 2014, la
Comisión revisará los mecanismos existentes para salvaguardar la seguridad del
abastecimiento energético y propondrá su reforzamiento, en caso necesario. Paralelamente, la Comisión tiene la intención de
trabajar (o de seguir trabajando) junto con distintos Estados miembros (o
grupos de estos) a fin de elaborar soluciones a los aspectos que se habían
identificado como posibles factores de riesgo en el curso de este ejercicio de
pruebas de resistencia. Por consiguiente, la Comisión tiene la intención de
seguir las recomendaciones antes mencionadas a través de dos líneas de trabajo.
En primer lugar, se propone establecer, junto con la ACER y las REGRT, el
seguimiento permanente de la aplicación de las recomendaciones a corto plazo y
proporcionar, en caso necesario, asistencia para facilitar o impulsar proyectos
y debates. Además, seguirá trabajando con los Estados miembros, el Parlamento
Europeo y las partes interesadas para definir los principales objetivos de
seguridad del suministro de electricidad y de gas para la UE en los próximos
años. [1] Comunicación de la
Comisión al Parlamento Europeo y al Consejo, Estrategia Europea de la
Seguridad Energética [COM(2014) 330 final]. http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:52014DC0330&from=ES
[2] Conclusiones del Consejo
Europeo de 27 de junio de 2014, EUCO 79/14. http://www.consilium.europa.eu/uedocs/cms_data/docs/pressdata/es/ec/143491.pdf [3] Las Partes contratantes
son la República de Albania, Bosnia y Herzegovina, la antigua República
Yugoslava de Macedonia, la República de Moldavia, la República de Montenegro,
la República de Serbia, Ucrania y la Misión de Administración Provisional de
las Naciones Unidas en Kosovo, de conformidad con la Resolución 1244 del Consejo
de Seguridad de las Naciones Unidas. La República de Georgia es candidata a la
adhesión a la Comunidad de la Energía. [4] Los
informes nacionales se sustituyeron por un informe conjunto que abarcaba los
tres Estados bálticos y Finlandia. [5] La AIE ha presentado un
análisis exhaustivo del mercado del GNL. [6] Reglamento (UE)
nº 994/2010 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de octubre de
2010, sobre medidas para garantizar la seguridad del suministro de gas y por el
que se deroga la Directiva 2004/67/CE del Consejo (DO L 295 de 12.11.2010, p.
1). [7] Lo cual equivale
aproximadamente al 1 %-2 % del consumo anual de la UE. [8] Cabe lamentar que esas
premisas no siempre se cumplan en la realidad. [9] En el supuesto más
extremo, la parte correspondiente al GNL en la combinación energética
aumentaría un 130 %, pasando de 24 000 a 56 000 millones de
metros cúbicos. [10] Es importante tener en
cuenta que, según el análisis de la REGRT-G, aumentar la capacidad del
gasoducto OPAL (que es una de las extensiones del gasoducto Nord Stream y
transporta gas desde Greifswald, en Alemania septentrional, hasta Brandov, en
la frontera germano-checa) del 50 % actual al 100 % no reducirá el
déficit en los Estados miembros orientales debido a las limitaciones de las
infraestructuras existentes hacia el este. Los efectos del aumento de la
capacidad hasta el 100 % se limitarán a la sustitución de los volúmenes de
GNL en Europa occidental. [11] El déficit total del
22 % incluye también los volúmenes no suministrados a Turquía y a
Kaliningrado a través de Estados miembros de la Unión Europea. [12] En su informe a la
Comisión la REGRT-G considera estos dos supuestos «subóptimo» y «óptimo»,
respectivamente. [13] En el caso de Moldavia, a pesar del supuesto en que se basa la REGRT-G en
relación con el suministro, existe una serie de problemas comerciales y
reglamentarios (expedición de licencias) que impiden la entrada en servicio del
interconector Iasi-Ungheni de Rumanía a Moldavia, que sin embargo ya ha sido
inaugurado oficialmente y funciona desde el punto de vista técnico. Por
consiguiente, a menos que se resuelva esta cuestión, si se produjeran
perturbaciones, Moldavia sufriría un déficit total de gas. [14]
Hasta un 100 %. [15] Polonia
solo se vería afectada en el supuesto de interrupción total del suministro de
Rusia. [16] La postura de estos dos
Estados miembros se inscribe en el supuesto de cooperación por cuanto los dos
están rodeados por Estados miembros muy expuestos a trastornos del suministro,
si bien ambos poseen infraestructuras –almacenamiento en Letonia y terminal de
regasificación de GNL en Grecia– que les garantizan un margen de seguridad. Si
optaran por compartir dichas infraestructuras, el equilibrio entre la oferta y
la demanda de estos Estados miembros se modificaría. [17] Ambos mapas muestran los
efectos en febrero de seis meses de trastornos del suministro de Rusia. Las
medidas nacionales relativas, por ejemplo, a la respuesta a la demanda o a la
sustitución obligatoria, toman este posible déficit como punto de partida. Por
consiguiente, los Estados miembros que no dispongan de opciones desde el punto
de vista de la infraestructura de la red de gas –como es el caso de Finlandia–
pueden recurrir a otras medidas nacionales específicas tales como el complejo
sistema de sustitución obligatoria de combustibles existente para la producción
de energía y los dispositivos de calentamiento alimentados con gas. [18] Esa hipótesis prevé, en
particular, plena capacidad de flujo en sentido inverso desde Eslovaquia,
Hungría y Polonia, así como reducciones en el consumo de calefacción urbana y
en el industrial. [19] El ámbito de mercado
denominado NetConnect Germany. [20] En Suecia, Dinamarca y
Eslovaquia, este porcentaje es, por ejemplo, del 56 %, el 53 % y el
54 %, respectivamente, mientras que en Finlandia es del 47 %. En
Rumanía, Bulgaria, Eslovenia y Austria el porcentaje se sitúa entre el
14 % y el 19 %. [21] En Suecia, Dinamarca, Finlandia, Letonia,
Lituania, Polonia y Eslovaquia, más del 40 % de los consumidores
domésticos caldean sus hogares mediante sistemas urbanos de calefacción. Del
10 % al 40% de los consumidores de Alemania, Austria, Hungría, Eslovenia,
Bulgaria, Croacia, Rumanía y la República Checa son usuarios de la calefacción
urbana. [22]
El Reglamento sobre seguridad del abastecimiento de gas establecía una categoría
de clientes denominados «protegidos», entre los que se cuentan los hogares y,
cuando así lo deciden los Estados miembros, los servicios sociales esenciales y
las PYME, dentro de ciertos límites, y las instalaciones de calefacción urbana
que no pueden sustituir combustibles y suministran calor a otros clientes
protegidos. [23] En general el
almacenamiento se ha venido considerando en un contexto nacional. [24] By now essentially
only Gazprom Export and Romanian storage system operators are not reporting storage
levels to the Gas Storage Europe AGSI transparency site. [25] En conjunto, la
capacidad de regasificación de la UE se sitúa en torno a los 200 000
millones de metros cúbicos al año, pero la mayoría se concentra en las costa
atlántica y mediterránea. Ello hace que existan problemas de interconexión que
limitan la capacidad de muchas terminales de GNL para abastecer algunas
regiones afectadas por la perturbación. [26] La AIE calcula que los
precios podrían aumentar hasta un 100 %. [27] Merece la pena mencionar
un plan específico de Ucrania, que, con el fin de reducir la demanda interior,
propone la promulgación de una nueva ley que impone una disminución del consumo
en un 20 %–30 % (a través, por ejemplo, de una reducción de la
demanda de la calefacción urbana, las viviendas y la industria química, así
como mediante la adopción de medidas en el sector público). Aunque estos
recortes son de carácter ejecutivo, las repercusiones sobre los consumidores
son difíciles de predecir. [28] La utilización de gas
para la generación de electricidad ha disminuido, sin embargo, a lo largo de
los últimos años debido a los bajos o nulos márgenes de beneficio en
comparación, en particular, con la producción de electricidad a partir del
carbón. [29] Por lo general, las
obligaciones de almacenamiento duran entre 5 y 15 días. Finlandia constituye
una notable excepción, con obligaciones de almacenamiento de combustible de
hasta 5 meses. [30] Directiva
2009/119/CE, de 14 de septiembre de 2009, por la que se obliga a los Estados
miembros a mantener un nivel mínimo de reservas de petróleo crudo o productos
petrolíferos. [31] Por ejemplo, no está
claro hasta qué punto en algunos Estados de la región de los Balcanes una
sustitución masiva por electricidad, unida a los efectos de las inundaciones de
la primavera de 2014, y a la disminución del suministro de gas a las centrales
térmicas, causaría graves déficits en el suministro de electricidad. Estos
problemas no se han examinado en detalle en los informes nacionales. [32]
Entre ellos están, en particular, los interconectores Grecia-Bulgaria,
Rumanía-Bulgaria, Bulgaria-Serbia, Moldavia-Rumanía y Hungría-Eslovaquia, así
como el proyecto de inversión del flujo en Rumanía. Por otra parte, algunos
interconectores aún no pueden bombear gas de forma bidireccional, lo que limita
limita la flexibilidad global del sistema. [33] El desabastecimiento no
sería, en cualquier caso, suficientemente amplio como para afectar a los
clientes protegidos. En el supuesto hipotético de «no cooperación», los consumidores
protegidos se ven amenazados en Bosnia y Herzegovina y la antigua República
Yugoslava de Macedonia, pero las restricciones afectarían a consumidores no
protegidos en otros países también. [34] Estonia, Lituania,
Letonia, Polonia, Hungría, Rumanía, Bulgaria, Grecia, Bosnia y Herzegovina, la
antigua República Yugoslava de Macedonia y Serbia. [35] De conformidad con la
Decisión 2012/490/UE de la Comisión, por la que se modifica el anexo I del
Reglamento (CE) nº 715/2009. [36] De conformidad con el
Reglamento (UE) nº 984/2013 de la Comisión. No obstante las aplicaciones
iniciales válidas, este Reglamento será aplicable a partir del 1 de noviembre
de 2015. [37] Conforme al artículo 19,
apartado 4, del Reglamento (CE) nº 715/2009, sobre las condiciones de
acceso a las redes de transporte de gas natural. [38] Al mismo tiempo, la
inyección adicional en las instalaciones de almacenamiento debida al aumento de
las importaciones de gas ruso a través de Ucrania ha dado lugar a la suspensión
de las exportaciones a este país, lo que es una consecuencia lamentable. [39] Según el Reglamento
sobre la seguridad del suministro de gas, los Estados miembros deben establecer
planes de acción preventivos, para eliminar o atenuar los riesgos detectados, y
planes de emergencia dotados de medidas para eliminar o atenuar el impacto de
las perturbaciones en el suministro de gas. [40] Cf. planes de acción
nacionales sobre energía renovable. [41] De acuerdo con la
Directiva 2004/67/CE. [42] Véanse los proyectos
enumerados específicamente en la Comunicación de la Comisión sobre la
Estrategia Europea de la Seguridad Energética, páginas 23 y 24. Anexo 1: Recomendaciones
específicas a los Estados miembros más afectados Estado miembro || Exposición[1] || RECOMENDACIONES ESPECÍFICAS Estonia || 204 Mm3 100 % || Garantizar el apoyo político necesario para acordar medidas conjuntas de emergencia sobre cuestiones sensibles, como los volúmenes de gas que se deberán compartir y su destino de mercado. Adoptar rápidamente un plan conjunto de emergencia y un plan conjunto de acción preventiva. Finalizar un acuerdo con Lituania antes de diciembre para el suministro a los clientes protegidos en caso de emergencia a partir de la terminal de GNL de Klaipeda. Contemplar la posibilidad de aumentar el nivel de existencias para la sustitución de combustibles, a fin de garantizar que las instalaciones puedan seguir funcionando en caso de emergencia hasta la llegada de otros combustibles alternativos. Explorar soluciones de mercado como, por ejemplo, los contratos interrumpibles para satisfacer o paliar las necesidades de suministro en caso de perturbaciones. Garantizar el acceso de terceros a la red de gas, a pesar de la excepción a lo dispuesto en el tercer paquete energético. Garantizar una clara voluntad política para acelerar las inversiones en infraestructuras como el interconector entre Estonia y Finlandia («Balticconnector») y la terminal regional de GNL. Letonia || 39 Mm3 15 % || Garantizar el apoyo político necesario para acordar medidas conjuntas de emergencia sobre cuestiones sensibles, como los volúmenes de gas que se deberán compartir y su destino de mercado. Adoptar rápidamente un plan conjunto de emergencia y un plan conjunto de acción preventiva. Garantizar el acceso de terceros al depósito de almacenamiento de Incukalns y al sistema lituano de transporte de gas, a pesar de la excepción a lo dispuesto en el tercer paquete energético. Contemplar soluciones basadas en el mercado y medidas sobre la demanda para aliviar el impacto de la crisis. Revisar la definición de «clientes protegidos» para armonizarla con las de los demás Estados miembros de la región y ajustarla al Reglamento (UE) nº 994/2010. Lituania || 693 Mm3 59 % || Garantizar el apoyo político necesario para acordar medidas conjuntas de emergencia sobre cuestiones sensibles, como los volúmenes de gas que se deberán compartir y su destino de mercado. Adoptar rápidamente un plan conjunto de emergencia y un plan conjunto de acción preventiva. Contemplar la posibilidad de aumentar el nivel de existencias para la sustitución de combustibles, a fin de garantizar que las instalaciones puedan seguir funcionando en caso de emergencia hasta la llegada de otros combustibles alternativos. Avanzar en los trabajos de mejora del gasoducto Klaipeda-Kursenai para permitir un mayor uso de la terminal de GNL de Klaipeda. Finlandia || 2 255 Mm3 100 % || Garantizar el apoyo político necesario para acordar medidas conjuntas de emergencia sobre cuestiones sensibles, como los volúmenes de gas que se deberán compartir y su destino de mercado. Adoptar rápidamente un plan conjunto de emergencia y un plan conjunto de acción preventiva. Garantizar la viabilidad de la sustitución de combustibles en situaciones de emergencia mediante la eliminación de los posibles obstáculos a la reposición de existencias, en particular de carácter logístico. Garantizar una clara voluntad política para acelerar las inversiones en infraestructuras como el interconector entre Estonia y Finlandia («Balticconnector») y la terminal regional de GNL. Avanzar en los trabajos de desarrollo de las terminales locales de GNL (Turku, Pori, Tornio). Bulgaria || 843 Mm3 76 % || Firmar con Grecia un memorándum de entendimiento para el intercambio de emergencia de electricidad-gas, guiado por el equilibrio de intereses. Contemplar un intercambio similar de electricidad-gas con Turquía. Plan de contingencia en materia de sustitución a gran escala que incluya a los sectores de la cogeneración y la calefacción y a la industria. Ultimar el interconector entre Rumanía y Bulgaria. Compromiso de habilitar los flujos de gas hacia la Antigua República Yugoslava de Macedonia. Aumentar la transparencia del sector del gas y acelerar la aplicación de las normas del mercado interior que rigen los intercambios comerciales. En última instancia, la Comisión Europea podría contemplar una exención específica a corto plazo de la legislación medioambiental en relación con la central eléctrica de Varna, alimentada con carbón. Grecia || 109 Mm3 18 % || Firmar con Bulgaria un memorándum de entendimiento para el intercambio de emergencia de electricidad-gas, guiado por el equilibrio de intereses. Plan de contingencia con el sector y la industria de la cogeneración y la calefacción en materia de sustitución a gran escala. Elaborar un plan de contingencia económico en materia de seguridad del abastecimiento. Contemplar la posibilidad de un acuerdo con Turquía para garantizar también el abastecimiento de gas en caso de perturbaciones del suministro. Rumanía || 1 027 Mm3 32 % || Ajustar la definición de «clientes protegidos» al Reglamento sobre la seguridad del suministro de gas. Ultimar el interconector entre Rumanía y Bulgaria. Cooperar con Moldavia para determinar las condiciones del suministro de gas en la red principal. Investigar las opciones con que cuenta el sistema rumano para aumentar la capacidad del interconector entre Hungría y Rumanía. Dar a conocer los datos de almacenamiento de Romgaz en la plataforma de transparencia de Gas Storage Europe. Hungría || 2 170 Mm3 35 % || Aumentar la transparencia en el sector de la energía. Compromiso de resolución de los problemas relacionados con los ensayos del gasoducto Eslovaquia-Hungría, con vistas a su puesta en servicio el 1 de enero de 2015. Acuerdo con los países fronterizos para la plena utilización (recepción y envío) de los interconectores de gas, en condiciones de mercado y con arreglo al principio de solidaridad para garantizar el abastecimiento en caso de emergencia. En este contexto, aplicar lo antes posible los aspectos del acuerdo intergubernamental con Croacia relativos a la seguridad del abastecimiento, en los que se contempla la inversión del flujo hacia Hungría. Croacia || 41 Mm3 12 % || Reevaluar el alto porcentaje de clientes protegidos. Aplicar lo antes posible los aspectos del acuerdo intergubernamental con Hungría relativos a la seguridad del abastecimiento, en los que se contempla la inversión del flujo hacia dicho país. Anexo 2: Recomendaciones
específicas a las Partes contratantes de la Comunidad de la Energía Partes contratantes || Exposición || RECOMENDACIONES ESPECÍFICAS Bosnia y Herzegovina || 139 100 % || Aumentar las reservas de gasóleo de calefacción para hacer posible la sustitución del gas en la producción de calor desde finales de noviembre de 2014. Aplicar una definición limitada de «clientes protegidos» y permitir una apertura de los mercados del gas y la electricidad a nivel nacional, en particular para los clientes no domésticos, de aquí a finales de noviembre de 2014. Abordar una reforma profunda del sector del gas a nivel nacional que extienda el acceso de terceros a todas las entidades y permita la segmentación funcional de los operadores, con el fin de garantizar una utilización flexible de las infraestructuras de aquí a enero de 2015. Entablar una cooperación con Serbia y Hungría para la elaboración y aplicación de disposiciones técnicas que regulen el régimen de acceso de terceros a los gasoductos existentes de forma coordinada. Iniciar consultas en noviembre de 2014. Antigua República Yugoslava de Macedonia || 128 100 % || Dado que el consumo doméstico directo de gas es marginal, garantizar el abastecimiento de gasóleo de calefacción en condiciones de mercado para hacer posible la sustitución de combustibles (noviembre de 2014). Preparar planes individuales de reducción del consumo de gas aplicables a cada instalación industrial que puedan activarse en condiciones de emergencia (noviembre de 2014). Debido al elevado porcentaje de consumo industrial, es fundamental introducir una definición de «clientes protegidos» que se limite exclusivamente a los particulares y a los sectores más sensibles (como la administración pública) y contemplar la plena apertura de los mercados de la electricidad y el gas a nivel nacional para los consumidores no domésticos como mínimo (enero de 2015). Moldavia || n. d. || Especificar detalladamente el potencial de las medidas sobre la demanda (reducción del consumo y sustitución por gasóleo de calefacción y electricidad) aplicables en cada empresa, en el sector de los hogares y en la administración pública. Incluir estos elementos en el plan de acción que se está elaborando (noviembre de 2014). Expedir todas las autorizaciones y licencias necesarias para explotar el gasoducto Iaşi-Ungheni entre Rumanía y Moldavia; aplicar aranceles no discriminatorios a las importaciones de gas procedentes de Rumanía. Plazo para llevar a cabo estas actuaciones: noviembre de 2014. Emprender los trabajos de construcción que permitan la conexión de las infraestructuras a fin de distribuir el gas desde el interconector en territorio de Moldavia con carácter urgente. Cooperar con Ucrania y Rumanía para determinar las condiciones en que ambos países estarían dispuestos a facilitar el suministro a Moldavia desde las principales redes de gasoductos. Solicitar de Ucrania condiciones de acceso y uso de la capacidad de almacenamiento de Bogorodchany, al oeste del país. Iniciar consultas en noviembre de 2014. Serbia || 631 64 % || Establecer el alcance realista y exacto de las posibles limitaciones por sectores industriales y limitar la categoría de clientes protegidos a los particulares y a los sectores más sensibles exclusivamente (finales de noviembre de 2014). Poner en práctica la segmentación funcional y garantizar el acceso efectivo de terceros a las capacidades no utilizadas en los gasoductos y las instalaciones de almacenamiento de gas, con arreglo a las disposiciones detalladas del tercer paquete (enero de 2015). Coordinar con Hungría y Bosnia y Herzegovina la elaboración y aplicación de disposiciones técnicas que regulen el régimen de acceso de terceros de forma coordinada. Iniciar consultas en noviembre de 2014. Adoptar todas las medidas necesarias para iniciar la construcción del interconector entre Bulgaria y Serbia, con vistas a que sea operativo en 2015. Ucrania || 5000 Mm3[2] || Alcanzar un acuerdo mutuamente satisfactorio para reanudar el suministro de gas ruso a Ucrania durante el período invernal, sobre la base del «paquete provisional para el invierno» propuesto por la Comisión en las conversaciones trilaterales en curso (octubre de 2014). Aumentar urgentemente las existencias de combustible del país, al tiempo que se exploran todos los medios posibles para incrementar el suministro de gas procedente de fuentes autóctonas, así como las importaciones (noviembre de 2014). Examinar el potencial pleno de las medidas sobre la demanda y de la sustitución de combustibles, tanto en la calefacción urbana, como en los diferentes sectores industriales, los hogares y la administración pública, en el marco del plan nacional de contingencia energética (octubre de 2014). Revisar y actualizar todos los procedimientos de emergencia de los distintos sectores energéticos, teniendo en cuenta los riesgos específicos para el próximo invierno, en consonancia con las recomendaciones del plan nacional de emergencia energética (octubre de 2014). Avanzar con carácter urgente en las reformas del sector del gas, lo que incluye la apertura de los mercados del gas y la electricidad, el funcionamiento de los gasoductos y las instalaciones de almacenamiento y la segmentación funcional (enero de 2015). Montenegro, Kosovo* y Albania || n. d. || Habida cuenta de la ausencia del gas en el balance energético de Montenegro, Kosovo* y Albania, las perturbaciones en el suministro tendrían un impacto indirecto, provocado por el aumento de la demanda de electricidad a nivel regional. La Comisión recomienda un estrecho seguimiento de la situación de la oferta y la demanda de electricidad. [1] Volúmenes de gas
necesarios por país en caso de interrupción del suministro de Rusia durante un
periodo de 6 meses y en situación de ola de frío (déficit total en Mm3
y mayor déficit relativo mensual en %). [2] Exposición según la
estimación propia recogida en el informe nacional.