2.4.2011   

ES

Diario Oficial de la Unión Europea

C 104/1

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los sistemas de alimentos locales constituyen un apoyo a la economía regional y local. Estos sistemas son de la mayor importancia en zonas desfavorecidas. Estos sistemas constituyen un acicate para la valorización del potencial local y un factor de mejora de la imagen de unos territorios mal conocidos y a menudo dejados de lado;

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los canales cortos de distribución aumentan la interacción entre consumidores y productores. Crean relaciones de confianza y una posibilidad de trazabilidad inmediata de los productos por parte de los consumidores. También proporcionan un nivel básico de soberanía alimentaria;

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los sistemas de alimentos locales producen beneficios medioambientales, gracias a unos sistemas de producción más sostenibles;

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por tanto, la Comisión Europea debería:

Ponente

:

Lenie DWARSHUIS-VAN DE BEEK (NL/ALDE) Miembro del Consejo Ejecutivo de la Provincia de Holanda Meridional

1.

el mundo se enfrenta actualmente a una serie de retos importantes y diversos: rápido crecimiento demográfico, aumento de la capacidad de gasto y cambio climático;

2.

estos retos van acompañados de la amenaza de la escasez de alimentos, piensos animales, energías fósiles, materias primas, fibras y agua potable, de la creciente degradación de los suelos y la pérdida de biodiversidad y de un creciente riesgo de fracaso de los mercados financieros, desequilibrios políticos y conflictos armados;

3.

la seguridad alimentaria además se ve influida por los traslados de población a nivel mundial de las zonas rurales a las metropolitanas, por la mejora de los resultados de los lugares existentes de producción de alimentos en todo el mundo, por el paso de zonas naturales a zonas de nueva producción, por el desarrollo de nuevos tipos de producción y por la pérdida de zonas de producción alimentaria para la producción de biocombustibles y el desarrollo urbano;

4.

a escala mundial, en la actualidad aproximadamente un 80 % de los alimentos se produce y comercializa a nivel local. En la Unión Europea esta cifra gira en torno al 20 %;

5.

no hay un único modelo europeo en la agricultura: el modelo está diversificado y esa diversidad es su mayor baza;

6.

para aprovechar al máximo un modelo plural es necesario reforzar la correspondencia entre la agricultura y las expectativas de los consumidores, así como entre la producción agraria y los mercados, sean éstos locales, regionales o internacionales;

7.

en el modelo plural, el sistema de alimentos locales es un tema clave que hasta ahora no ha sido suficientemente tratado y al que se debería prestar apoyo de una manera profesional, estructurada e innovadora;

8.

el principal objetivo de la agricultura europea es producir y proporcionar alimentos para los habitantes de los Estados miembros, teniendo en cuenta las exigencias de la competencia leal y la protección del medio ambiente, así como la necesidad de garantizar también que se cumplen los demás requisitos de seguridad alimentaria, calidad y asequibilidad;

9.

en el futuro, el suministro agrario y alimentario debe ahorrar más en el uso del agua y los combustibles fósiles, utilizar menos fertilizantes y productos fitosanitarios, ser más diversificado e inteligente a la hora de aprovechar al máximo las sinergias entre la agricultura de cultivo, la ganadería, la gestión de los residuos orgánicos, las corrientes residuales y la producción de energía renovable;

10.

los productores deberían poder ganarse la vida adecuadamente con lo que producen, pero el sistema actual no mantiene un equilibrio de poderes en la cadena de suministro, en los precios de los alimentos y en los márgenes de beneficio que se requieren;

11.

la política agrícola común posterior a 2013 debe reequilibrar sus ayudas en favor del empleo y para garantizar que la agricultura siga presente en todas las zonas cultivables de Europa, prestando a la vez especial atención a las zonas vulnerables, incluidos los territorios de las periferias urbanas. Esta es la razón por la que la importancia que se da al territorio en las nuevas prioridades propuestas por la Comisión para la PAC en el horizonte de 2020 debe acogerse favorablemente;

12.

el desarrollo de sistemas de alimentos locales tiene una especial relevancia para los entes locales y regionales, que desempeñan un importante papel a la hora de definir, impulsar y apoyar un desarrollo sostenible de la economía rural, entre otras cosas creando condiciones favorables para los sistemas de alimentos locales;

13.

el tema de los «sistemas de alimentos locales» tiene gran importancia y su alcance es mucho mayor que la mera comercialización de una nueva serie de productos locales europeos además de los productos comercializados dentro de sistemas de calidad sobradamente conocidos;

14.

los sistemas de alimentos locales constituyen un apoyo a la economía regional y local al proporcionar empleo en la agricultura y la producción alimentaria, lo que incluye procesamiento, distribución, comercialización, ventas y servicios. Estos sistemas son de la mayor importancia en zonas rurales remotas, zonas de la periferia urbana, zonas montañosas, zonas vulnerables y zonas desfavorecidas. Estos sistemas constituyen un acicate para la valorización del potencial local y un factor de mejora de la imagen de unos territorios mal conocidos y a menudo dejados de lado;

15.

cuando los ingresos se gastan a nivel local en alimentos producidos localmente, se quedan en la región y generan un fuerte efecto multiplicador (aproximadamente por tres) en la renta regional de la comunidad, en comparación con los circuitos comerciales habituales;

16.

invertir en sistemas de alimentos locales daría lugar a una recuperación económica en zonas desfavorecidas, un aumento de los ingresos para los productores locales, una mayor cooperación entre las partes interesadas, una reactivación de la actividad empresarial, una mayor apertura a los mercados locales, un aumento del empleo, una reducción de los costes y el mantenimiento del nivel local de servicios y prestaciones;

17.

los canales cortos de distribución aumentan la interacción y el conocimiento y la comprensión mutuos entre consumidores y productores. Gracias al conocimiento personal de los productores, crean relaciones de confianza y una posibilidad de trazabilidad inmediata de los productos por parte de los consumidores. También proporcionan un nivel básico de soberanía alimentaria;

18.

ofrecer productos locales de carácter auténtico, tradicional, original, sostenible, estacional o con otros rasgos valorados a nivel local constituye un apoyo a la cohesión social y el espíritu de comunidad y fomenta que la comunidad adopte un comportamiento respetuoso con el medio ambiente. Los lugares de venta de los productos locales, como los puestos de venta directa o los mercados al aire libre, constituyen a menudo eslabones de un proceso de inclusión social y profesional para los consumidores, los productores y los vendedores;

19.

tal como declara el movimiento Slow Food en su filosofía sobre las comunidades de alimentos sostenibles, los consumidores tienen un derecho fundamental a disfrutar de alimentos producidos localmente, sabrosos y saludables. El movimiento cree también que estas comunidades deberían estar conectadas en una red mundial. El acceso rápido a productos frescos en el marco de la venta de productos locales contribuye a una mejor salud pública mediante la diversificación de los regímenes alimentarios y la preservación de todas las cualidades orgánicas de los alimentos (que se ven reducidas por los sistemas de conservación a largo plazo);

20.

la seguridad alimentaria mundial se apoya en el mantenimiento de la capacidad de producción local de alimentos en los países industrializados. En zonas metropolitanas en crecimiento, la capacidad de satisfacer la demanda alimentaria requeriría la expansión de la producción alimentaria local e incluso urbana;

21.

los sistemas de alimentos locales producen beneficios medioambientales, gracias a unos sistemas de producción más sostenibles, menos externalidades de transporte (kilómetros que recorren los alimentos) y oportunidades para crear sistemas circulares basados en los residuos orgánicos, los desechos y las energías renovables;

22.

cada alimento tiene una cuenta de «kilómetros recorridos» («food miles» o kilómetros recorridos por un alimento), que generan emisiones de carbono y son el resultado de los trayectos entre la zona de producción local y el consumidor. Esto se aplica tanto a los alimentos frescos como a los (ingredientes de los) alimentos procesados. Los sistemas de alimentos locales contribuyen a disminuir la cantidad de «kilómetros» que se generan en una comunidad;

23.

un alimento local debería tener preferiblemente una huella de carbono menor que un alimento similar importado. Esta huella puede calcularse realizando un análisis del ciclo de vida del producto;

24.

los productores tienen más probabilidades de establecer un vínculo entre unos argumentos de venta únicos y las expectativas de los consumidores cuando operan en un sistema de alimentos locales. Estos argumentos de venta únicos pueden referirse a las condiciones de producción sostenible, la producción biológica o los servicios medioambientales afines;

25.

la creación de mercados locales para los alimentos que se producen en muy pequeña cantidad o que tienen características gustativas específicas puede contribuir al mantenimiento de la biodiversidad y al desarrollo de variedades de frutas, hortalizas o especies animales en vías de desaparición;

26.

hoy en día, los sistemas de alimentos locales pueden vincularse a sistemas económicos circulares y a otros retos regionales como la gestión de los residuos orgánicos, la gestión del agua, la reutilización de los residuos de producción –como el calor– y las energías renovables;

27.

los sistemas de alimentos locales pueden asegurar unos ingresos justos a los agricultores y restablecer el equilibrio de poderes en la cadena alimentaria. Dado que la globalización y el aumento de la concentración de la distribución alimentaria han producido un desfase entre los aumentos de los costes de producción (3,6 % anual desde 1996), los precios de consumo (3,3 % anual) y los precios para los agricultores (2,1 % anual), se valoran positivamente los sistemas que mejoran el poder de negociación de los agricultores, como los circuitos de distribución cortos;

28.

la política de calidad de los productos agrícolas de la Unión Europea entraña criterios sobre los sistemas de calidad que permiten a los productores registrar una denominación de origen protegida (DOP), una indicación geográfica protegida (IGP), una especialidad tradicional garantizada (ETG) o una garantía de agricultura biológica. Estas categorías de productos disponen de sus correspondientes etiquetas, que solo pueden utilizarse en productos registrados, con el fin de sostener los objetivos del mercado y ayudar a proteger las marcas. Normalmente los productos se distribuyen en volúmenes sustanciales, a través de diferentes canales, a una serie de mercados;

29.

en la actualidad, las regiones están examinando sus valores tradicionales, gastronómicos y agrarios, y están contando docenas o incluso cientos de alimentos locales que podrían incluirse en un sistema de alimentos locales profesional pero que no cumplen los criterios para ser registrados como DOP, IGP, ETG o agricultura biológica (AB), aunque algunos tengan el potencial de pasar a formar parte de alguna de estas categorías. Sería muy conveniente contar con un marco adicional de apoyo a los alimentos locales;

30.

en el dictamen del Comité de las Regiones de 18 de septiembre de 1996 titulado «Protección y promoción de los productos regionales típicos - Una baza importante para las regiones» (1) ya se habían formulado recomendaciones sobre los alimentos locales, la mayoría de las cuales siguen manteniendo su relevancia;

31.

lamenta enormemente que las propuestas legislativas de la Comisión Europea sobre la política de calidad de los productos agrícolas dejen de lado cuestiones esenciales del proyecto inicial que el Comité de las Regiones considera fundamentales para la valorización de los productos locales: el etiquetado de los productos de la agricultura de montaña y la venta directa de los pequeños productores en los mercados locales;

32.

se requiere una definición común de «alimentos locales». Ya que todos los alimentos se producen o procesan a nivel local, deben definirse las características y los rasgos diferenciales. Las definiciones deben ser claras y sencillas, para evitar complejos procedimientos de registro y control;

33.

un alimento local:

34.

la cadena corta a la que se hace referencia más arriba se puede clasificar como sigue:

35.

un sistema de alimentos locales:

36.

en las futuras directrices estratégicas de desarrollo rural, la Comisión Europea podría recomendar que los Estados miembros estudien la posibilidad de fijar objetivos para desarrollar sistemas de alimentos locales en sus estrategias de desarrollo rural, que serían puestos en práctica por los entes locales y regionales con apoyo de las autoridades nacionales y de la UE;

37.

un sistema de alimentos locales funciona mejor con un enfoque de asociación, por lo que debería apoyarse la creación de asociaciones, entre ellas las de consumidores;

38.

un sistema de alimentos locales solo se desarrollará con éxito si se considera desde una perspectiva más integral e integrada, como parte de procesos más generales de desarrollo regional o local, y formando parte de una política proactiva desarrollada por los entes locales y regionales, incluida la política de ordenamiento territorial. Para apoyar en este sentido a los entes locales y regionales convendría diseñar un modelo de estrategia y de planificación. Este sistema podría incluir una estrategia territorial en las zonas más sometidas a la presión urbana, con el fin de facilitar el asentamiento de nuevos productores;

39.

los entes locales y regionales también deberían responsabilizarse de aprobar el registro de alimentos locales, autorizando que los productos registrados utilicen la etiqueta «producto local» y efectuando controles. Podrían hacerlo en estrecha cooperación con las partes interesadas regionales, por ejemplo con un grupo de la iniciativa Leader, una organización de agricultores o una cámara de comercio. La Red Europea de Desarrollo Rural podría encargarse de comunicar, supervisar y actualizar los resultados;

40.

un sistema de supervisión independiente debería incluir los siguientes principios:

41.

la protección de la propiedad intelectual de productos reconocidos debería estar garantizada en el mercado interior, requiriendo la intervención de los Estados miembros en caso de necesidad;

42.

en caso de explotación comercial o apropiación indebida de la fama de un producto, debería posibilitarse que los productos locales evolucionaran hacia un grado mayor de protección como la que proporcionan las certificaciones DOP, IGP, ETG o AB;

43.

desde un punto de vista administrativo, financiero y económico, hay un gran interés en proponer la creación de un nuevo instrumento europeo específico para definir y sostener los alimentos locales;

44.

entre las medidas que deben adoptarse cabe incluir, atendiendo a la tipología, las siguientes:

En consecuencia:

45.

la UE debería adoptar definiciones de «alimentos locales» y «sistemas de alimentos locales»;

46.

la UE debería introducir un nuevo logo, encontrar un símbolo común y dar una identidad al sistema de alimentos locales que se añadan a la normativa sobre la política de calidad de los productos agrícolas. La utilización de la etiqueta de la UE se basa en el principio de voluntariedad. Las etiquetas de calidad existentes de los Estados miembros y las regiones mantienen su validez y su disponibilidad. Asimismo, todos los Estados miembros están facultados para, en el futuro, introducir sus propias etiquetas de calidad en sus regiones o entes subnacionales;

47.

la UE podría pedir a la Red Europea de Desarrollo Rural que cree una base de datos en línea para los productos registrados;

48.

la UE podría pedir a la Red Europea de Desarrollo Rural que cree una base de datos en línea para los sistemas de alimentos locales existentes, a fin de que las partes interesadas puedan tomar nota de las mejores prácticas;

49.

la UE podría introducir un sistema de comercialización directa para los productos locales registrados, del que se encargarían los Estados miembros en el nivel de los entes locales y regionales. Este sistema incluiría el apoyo a la promoción de alimentos locales y podría incluirse en el primer eje del segundo pilar de la PAC (política de desarrollo rural);

50.

la UE podría desarrollar una medida para ayudar a los entes locales y regionales, las asociaciones de productores o los colectivos de asociaciones de productores a poner en marcha un sistema de alimentos locales, lo que incluye prestar apoyo a las actividades mencionadas en las definiciones propuestas, incluidas las correspondientes inversiones. Esta medida podría incluirse en los ejes primero y/o tercero o la iniciativa Leader de desarrollo rural;

51.

la UE podría facilitar también oportunidades de financiar sistemas de alimentos locales en otros fondos, como el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, Interreg, el Fondo Social Europeo y los programas marco de investigación;

52.

la producción y la distribución en su totalidad deberían llevarse a cabo de acuerdo con la legislación alimentaria y la normativa obligatoria en materia de higiene, con el fin de garantizar la salud y la seguridad alimentarias. No obstante, dado que los alimentos locales a menudo no se producen en entornos industriales o con métodos industriales, las ayudas públicas podrían incluir también soluciones alternativas;

53.

la contratación pública representa el 16 % del producto interior bruto de la UE. El artículo 6 del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea (1997) estipula que todos los objetivos ambientales y sociales deberán integrarse en todas las políticas de la UE. La contratación pública puede ser a la vez contratación sostenible si se utiliza para apoyar objetivos más generales de carácter social, económico y medioambiental a través de vías que ofrezcan beneficios a largo plazo. Desde este punto de vista, el gran poder adquisitivo gubernamental podría utilizarse como palanca para desarrollar sistemas de alimentos locales;

54.

la Directiva 2004/18/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 31 de marzo de 2004, sobre coordinación de los procedimientos de adjudicación de los contratos públicos de obras, de suministro y de servicios señala que el principio de libre circulación de mercancías debe respetarse en todo momento, lo que implica que no puede favorecerse a los proveedores locales;

55.

no obstante, en relación con los contratos públicos de suministro, la normativa permite incluir condiciones y criterios especiales en el anuncio de la licitación, de modo que se pueden incluir aspectos y características específicas como requisitos de frescura o condiciones de producción;

56.

esta posibilidad permite seleccionar a los proveedores locales. No obstante, se pide a la Comisión Europea que examine si el artículo 26 de la Directiva podría modificarse de tal modo que el criterio de «producido localmente» pueda ser un criterio estándar de selección en las licitaciones para el suministro de alimentos, por ejemplo, a escuelas, residencias y edificios públicos;

57.

se pide a la Comisión que difunda una amplia información sobre las posibilidades ya existentes;

58.

se pide a la Comisión que aproveche la oportunidad que brinda la nueva «Acta del Mercado Único» para aclarar las disposiciones existentes y simplificarlas con un enfoque de facilitación para los entes públicos locales y sus proveedores de proximidad.