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Document 52017AE3598

Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre «Poner en marcha el Fondo Europeo de Defensa» [COM(2017) 295 final]

OJ C 129, 11.4.2018, p. 58–64 (BG, ES, CS, DA, DE, ET, EL, EN, FR, HR, IT, LV, LT, HU, MT, NL, PL, PT, RO, SK, SL, FI, SV)

11.4.2018   

ES

Diario Oficial de la Unión Europea

C 129/58


Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre

«Poner en marcha el Fondo Europeo de Defensa»

[COM(2017) 295 final]

(2018/C 129/09)

Ponente:

Mihai IVAȘCU

Coponente:

Fabien COUDERC

Consulta

Comisión Europea, 4.8.2017

Fundamento jurídico

Artículo 304 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea

Decisión de la Mesa del Comité:

16.6.2017

Órgano competente

Comisión Consultiva de las Transformaciones Industriales (CCMI)

Aprobado en la CCMI

16.11.2017

Aprobado en el pleno

7.12.2018

Pleno n.o

530

Resultado de la votación

(a favor/en contra/abstenciones)

179/2/5

1.   Conclusiones y recomendaciones

1.1.

El CESE opina que la Unión Europea debe asumir una responsabilidad mayor por su defensa y estar preparada y en condiciones de disuadir cualquier amenaza externa para sus ciudadanos y su forma de vida.

1.2.

El Plan de Acción Europeo de Defensa y la Estrategia Global destacan la importancia de que la industria de la defensa de la UE alcance la autonomía estratégica para que la UE se convierta en un actor creíble y de peso en el sector de la defensa a escala mundial. El Fondo Europeo de Defensa tiene la finalidad clara de incentivar la cooperación entre los Estados miembros en investigación y tecnología (I+T), desarrollo y adquisición estratégica de capacidades militares. Convendría esforzarse por vincular la I+T al desarrollo de capacidades.

1.3.

El CESE cree que la industria de defensa, de la que dependen 1,4 millones de puestos de trabajo, desempeña un papel importante en la economía europea. La falta de coordinación nos cuesta anualmente entre 25 000 y 100 000 millones EUR, unas cifras inaceptables en un entorno competitivo mundial.

1.4.

El CESE recomienda encarecidamente que los Estados miembros y la Comisión Europea hagan uso del Fondo Europeo de Defensa para mantener capacidades industriales clave en el territorio europeo y para garantizar que el dinero de la Unión se destine al sector europeo de la I+D y a comprar sistemas de armamento europeos.

1.5.

El CESE respalda el enfoque orientado a la competitividad del Fondo Europeo de Defensa, que, por una parte, garantizará el acceso a todos los Estados miembros y, por otra, financiará proyectos que aportarán valor añadido y tecnologías vanguardistas.

1.6.

El CESE cree que, además de proporcionar financiación a la industria, la Comisión Europea debería desarrollar un marco para promover una mayor comunicación entre los agentes industriales de todos los tamaños de los Estados miembros.

1.7.

El Comité valora la atención especial que esta propuesta concede a las pymes, independientemente de su país de origen. A menudo las pymes son fuente de innovación en sectores de vanguardia como las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y la ciberseguridad. El CESE también vería con buenos ojos la introducción de unos mecanismos de participación de las pymes, como un sistema de bonificación, que reforzaría la cooperación transfronteriza de este tipo de empresas.

1.8.

El CESE cree firmemente que es necesario hacer acopio de capacidades clave sólidas que apoyen los intereses europeos. Estas deben ser definidas por los Estados miembros, con arreglo a sus políticas nacionales de defensa, los objetivos europeos y las obligaciones derivadas de la alianza con la OTAN.

1.9.

El CESE opina que la atención debe centrarse primordialmente en las tecnologías que podrían resultar decisivas a la hora de propiciar que la UE se sitúe a la vanguardia tecnológica. Esto puede lograrse planificando una defensa común y estableciendo un plan de capacidades clave.

1.10.

El CESE recomienda que el proceso de adjudicación de las convocatorias de propuestas contemple unas normas sociales y medioambientales estrictas y obligatorias.

1.11.

El CESE considera que los regímenes de financiación no pueden ser iguales a los de otros sectores de actividad, habida cuenta de las particularidades del sector de la defensa, la desconfianza y el miedo a compartir conocimientos entre empresas o Estados miembros.

1.12.

El CESE considera que la gobernanza del Fondo Europeo de Defensa debe establecerse lo antes posible y debería incluir la Unión Europea, la Agencia Europea de Defensa y los Estados miembros, además de la industria. La Comisión debería explorar nuevas opciones para limitar la carga burocrática derivada de la aplicación del Fondo Europeo de Defensa. El CESE también recomienda que el Parlamento Europeo pueda acceder a la presentación de informes de manera periódica para poder evaluar cómo funciona el fondo.

1.13.

El CESE recomienda estudiar la posibilidad de elevar a tres el número mínimo de países participantes en un proyecto admisible, conforme vaya evolucionando el programa del Fondo Europeo de Defensa.

1.14.

El CESE opina que al aumentar el número de Estados miembros que participan en el Fondo Europeo de Defensa se reducirá la redundancia y se fomentará la estandarización de la logística y los subsistemas. De esta forma se evitará también la duplicación de las normas vigentes de la OTAN y se reducirá la fragmentación de los sistemas de armamento. Por consiguiente, ante cualquier proyecto adjudicado, el Fondo Europeo de Defensa y el consorcio industrial seleccionado deben trabajar estrechamente en las fases iniciales del desarrollo para definir normas y estándares comunes.

1.15.

El CESE tiene dudas en cuanto a las «expectativas razonables de que [el] desarrollo tenga resultados en términos de adquisición», puesto que la investigación militar está plagada de ejemplos de proyectos desarrollados que posteriormente no fueron adquiridos por los Estados. El CESE pide normas claras en relación con el compromiso de adquirir las capacidades desarrolladas con éxito.

1.16.

El CESE recomienda que sea posible recurrir a los programas de formación cofinanciados por la Unión Europea en las fases iniciales de desarrollo de los proyectos financiados en el marco de la sección de capacidades. Resulta fundamental contar con una mano de obra cualificada para desarrollar tecnologías de vanguardia en el ámbito de la defensa.

1.17.

Por otro lado, el CESE, en su calidad de órgano representativo de la sociedad civil organizada, se ofrece a aportar experiencia y asesoramiento en todas las cuestiones relacionadas con los aspectos económicos y sociales del Fondo Europeo de Defensa.

2.   Antecedentes del dictamen, incluida la propuesta legislativa objeto de examen

2.1.

Europa se enfrenta a un cúmulo extraordinario de circunstancias por lo que respecta al contexto geopolítico. La creciente inestabilidad en la escena internacional ha creado un entorno de seguridad volátil que hace planear múltiples amenazas, convencionales o no. Los ciudadanos europeos exigen que utilicemos todos los medios a nuestro alcance para afrontar estos desafíos.

2.2.

Para reafirmar su papel en la escena internacional, Europa debe ser capaz de afrontar las amenazas exteriores con eficacia e independencia. Dado el contexto geopolítico actual, resulta esencial proyectar poder en Oriente Medio y África en aras de la seguridad y el bienestar de los ciudadanos de Europa.

2.3.

En 2014, la EU-27 gastó aproximadamente 2 000 millones EUR en I+T en el sector de la defensa, tras una disminución constante del 27 % desde 2006, y el gasto en I+T realizado en un marco de colaboración disminuyó en más del 30 %. Al mismo tiempo, los EE. UU. han gastado 9 000 millones EUR al año en I+T en el sector de la defensa, Rusia duplicó su gasto en I+D en este sector entre 2012 y 2014 y datos recientes muestran que China también ha incrementado su inversión en I+D de defensa (1).

2.4.

El papel del Fondo Europeo de Defensa, en el contexto del Plan de Acción Europeo de Defensa (2), es ayudar a los Estados miembros a coordinar y hacer un mejor uso del dinero que están dispuestos a destinar a defensa, evitando duplicaciones, desde la investigación y el desarrollo a la adquisición de capacidades de defensa. El CESE ya mostró su apoyo a la creación del Fondo Europeo de Defensa y acogió favorablemente la instauración del mismo (3).

2.5.

El Fondo Europeo de Defensa está compuesto por dos secciones diferentes pero complementarias: la sección de investigación y la sección de capacidades, ambas coordinadas por el Consejo de Coordinación. La sección de investigación se financiará íntegramente con cargo al presupuesto de la UE y promoverá proyectos colaborativos para el desarrollo de capacidades de defensa, una vez alcanzado un acuerdo por los Estados miembros. La sección de capacidades se financiará principalmente mediante contribuciones de los Estados miembros.

2.6.

El CESE reconoce que, en el entorno de seguridad actual, dominado por los ataques terroristas en suelo europeo, la guerra híbrida y los ciberataques, resulta cada vez más difícil distinguir entre seguridad interna y externa, cada vez más interdependientes.

3.   Relación entre el Fondo Europeo de Defensa y la industria europea de defensa: particularidades

3.1.

Las capacidades de defensa y la habilidad de defender nuestras fronteras exteriores están estrechamente vinculadas a una base industrial sólida. Como tal, el CESE recomienda que las acciones emprendidas a escala europea en apoyo de la defensa colectiva propicien que la industria permanezca en suelo europeo. Las estrategias empresariales podrían incitar a las industrias de defensa a optar por subcontratistas de terceros países, trasladando al extranjero, por tanto, una parte de su cadena de suministro. El CESE está convencido de que la utilización de dinero europeo para apoyar contratistas extranjeros debería limitarse al mínimo imprescindible y que las elecciones empresariales no deberían hacerse a costa de la autonomía estratégica.

3.2.

La máxima prioridad del Fondo Europeo de Defensa debería ser aumentar la competitividad de la industria europea, al tiempo que se desarrollan las tecnologías que son fundamentales para la existencia y autonomía del sector de defensa de la UE.

3.3.

La inteligencia artificial, los macrodatos y las tecnologías de computación en la nube, los ciberataques, los vehículos no tripulados, las amenazas híbridas y transnacionales, entre otros, están revolucionando completamente el sector de la defensa. Ante estos nuevos tipos de tecnologías y amenazas se necesitan nuevos tipos de medidas para neutralizarlas. Si una cosa está clara es que la mejor forma de afrontar estos desafíos y prevenirlos es trabajando juntos. Además de una cooperación más sistemática, se requieren esfuerzos conjuntos para desarrollar tecnologías y una acción coordinada para adquirir capacidades.

3.4.

El CESE desea señalar el fuerte incentivo económico de intensificar la cooperación. La industria de la defensa da trabajo, directa o indirectamente, a más de 1,4 millones de personas altamente cualificadas, y por cada euro invertido se obtienen 1,6. La falta de coordinación en este ámbito le cuesta anualmente a Europa entre 25 000 y 100 000 millones EUR (4).

3.5.

Esta falta de cooperación se traduce en un gran número de sistemas de armamento redundantes, falta de economías de escala por lo que respecta a la industria de la defensa y una menor capacidad de despliegue de nuestras fuerzas armadas. En la UE existen 178 sistemas de armamento diferentes, frente a los 30 de los Estados Unidos. En la UE existen 17 tipos diferentes de carros de combate principales, mientras que en los Estados Unidos solo uno. Esto refleja patentes ineficiencias en el gasto de los presupuestos de defensa y una falta de interoperabilidad de los equipos de defensa.

3.6.

El CESE recuerda que una I+T eficiente en el ámbito de la defensa pasa por contar con mano de obra cualificada. Es fundamental contar con una formación profesional ambiciosa y sólida en las industrias de defensa para conseguir proyectos de éxito destinados a obtener innovación tecnológica.

3.7.

Al CESE le gustaría señalar que ya ha habido ejemplos de cooperación militar conjunta en materia de investigación y adquisición que han resultado ser un éxito. El Eurofighter Typhoon, el misil Meteor, el destructor de la clase Horizon y la fragata FREMM son solo algunos de los ejemplos de este tipo de proyecto.

3.8.

El CESE no tiene claro cómo van a demostrar los Estados miembros que se hayan comprometido con un proyecto de desarrollo que existen «expectativas razonables de que [el] desarrollo tenga resultados en términos de adquisición», puesto que la investigación militar está plagada de ejemplos de proyectos desarrollados que posteriormente no fueron adquiridos por los estados (5). La posibilidad de cofinanciar las fases iniciales de desarrollo de nuevas capacidades con cargo al presupuesto de la UE pretende reducir los riesgos industriales, pero esto solo puede lograrse si los clientes se comprometen a adquirir las capacidades que se hayan desarrollado con éxito.

3.9.

En conjunto, los veintiocho Estados miembros son los segundos que más gastan en el ámbito militar de todo el mundo. No obstante, si bien todas las grandes potencias han aumentado su gasto en defensa, el gasto de la EU-27 en este ámbito se redujo en un 11 % aproximadamente durante el período comprendido entre 2005 y 2015 (6). Únicamente cuatro de los veintiocho Estados miembros alcanzan el objetivo de gasto del 2 % del PIB fijado por la OTAN. El gasto destinado a I+T en defensa se ha reducido considerablemente en los presupuestos nacionales. Entre 2006 y 2013, el gasto en I+T de defensa en los veintisiete Estados miembros participantes en el Fondo Europeo de Defensa se redujo un 27 % (7).

3.10.

El CESE opina que el problema de las empresas de defensa con sede en el Reino Unido debe abordarse en una fase temprana, a la vista de su interés en los programas de desarrollo europeos y del papel prominente del Reino Unido en defensa. La UE está interesada en conservar los conocimientos técnicos británicos.

3.11.

Aunque la Comisión Europea aporta la financiación para la sección de investigación, serán los Estados miembros quienes decidan la adquisición de capacidades e inviertan en ella. De hecho, en todo el sistema la industria es la que se ocupa de la I+D así como del desarrollo de las capacidades de defensa. El CESE cree que, además de proporcionar financiación a la industria, la Comisión debería desarrollar un marco para mejorar la comunicación entre todos los agentes industriales que participan en el sector de la defensa de la UE.

4.   Beneficiarios: grandes empresas y pymes

4.1.

El CESE opina que los Estados miembros seguirán siendo fundamentales en el despliegue de seguridad, y que ninguna de las iniciativas en curso a escala europea cambiará la situación.

4.2.

El CESE considera que el Fondo Europeo de Defensa debería ser exclusivamente un programa orientado a la competitividad en el que se financien los proyectos más relevantes y competitivos, independientemente de consideraciones geográficas o sociales. No obstante, deben adoptarse medidas para garantizar un acceso justo de todos los Estados miembros y para animar a las empresas de menor tamaño a que se agrupen en el marco de la cooperación transfronteriza.

4.3.

El CESE considera que las pymes desempeñan un papel fundamental en nuestra economía. Se acoge favorablemente toda promoción de las pymes y de otras empresas de mediana capitalización activas en la industria de defensa. Además, con frecuencia las empresas emergentes y las pequeñas empresas son fuente de innovación en ámbitos de vanguardia como las TIC y la ciberseguridad. El CESE apoya firmemente este planteamiento y considera que es de la máxima importancia que el objetivo principal sea la igualdad de oportunidades para todas las pymes, independientemente de su país de origen.

4.4.

A entender del CESE, el Fondo Europeo de Defensa se ha concebido para apoyar la competitividad de la industria de defensa europea. Aun cuando la Comisión Europea debería promover un enfoque integrador en el funcionamiento del fondo, no debería utilizarse como si se tratase de un fondo de desarrollo regional. De ser así, los recursos podrían distribuirse entre demasiados beneficiarios, lo que no resultaría eficaz para eliminar la fragmentación de los sistemas de defensa europeos.

4.5.

En cuanto a la inclusividad, el fondo no debería estar concebido únicamente para las grandes empresas. Un porcentaje considerable del fondo debería dedicarse a las pymes y centrarse, por ejemplo, en los proyectos más pequeños. El CESE también vería con buenos ojos la introducción de mecanismos, como un sistema de bonificación, destinados a reforzar la cooperación transfronteriza entre pymes.

4.6.

El CESE comprende la lógica que subyace a la decisión de la UE de financiar el 100 % de la I+T en el ámbito de las actividades de defensa, frente a la cofinanciación tradicional de las actividades civiles por parte de la UE. El número tan reducido de clientes (principalmente los ministerios de Defensa de cada país) dificulta que las industrias amorticen los riesgos asociados al desarrollo de un producto nuevo en un mercado más predecible. Independientemente de que el futuro fondo se incluya en el mismo marco que otros fondos de investigación en el próximo MFP, estas particularidades han de abordarse.

4.7.

Creemos firmemente que el Fondo Europeo de Defensa será un gran incentivo para que los Estados miembros «compren europeo» por lo que respecta a las futuras adquisiciones en el ámbito de la defensa, garantizando así el desarrollo económico y protegiendo los conocimientos especializados y la base industrial que se requieren para sostener una capacidad militar mundial. El CESE apoya la idea de que los Estados miembros se comprometan a adquirir las tecnologías y capacidades generadas por los proyectos exitosos en I+T del Fondo Europeo de Defensa.

5.   La planificación común de la defensa y un plan de capacidades clave

5.1.

El CESE recomienda que los Estados miembros, junto con la Comisión Europea y la Agencia Europea de Defensa, establezcan una planificación común de la defensa y un plan de capacidades clave para determinar las prioridades en materia de I+T y las capacidades militares necesarias, tanto para los Estados miembros como para la defensa europea.

5.2.

Dada la escasa experiencia previa con este tipo de programas (fundamentalmente, solo el proyecto piloto y la acción preparatoria), la Unión Europea no ha elaborado la propuesta partiendo de indicadores claros y aún no cuenta con un plan claro para las capacidades clave. Dicho plan se redactará en 2018.

5.3.

El plan de capacidades clave debería garantizar que la UE sigue el camino de la autonomía estratégica y establecer las tecnologías que han de desarrollarse a fin de que la Unión Europea mantenga su posición de liderazgo en los ámbitos de las capacidades clave y rompa con la dependencia de agentes externos. El CESE considera que para que el Fondo Europeo de Defensa prospere resulta esencial desarrollar tecnologías y capacidades que trasciendan las necesidades individuales de los Estados miembros.

5.4.

El CESE es un firme defensor de orientar la investigación hacia las capacidades. En este sentido, está convencido de que todas las investigaciones emprendidas en el marco del Fondo Europeo de Defensa deben centrarse en las capacidades clave necesarias para que Europa actúe y decida con libertad.

5.5.

La superioridad tecnológica es fundamental en el entorno de seguridad actual. Por ello, el CESE considera que el Fondo Europeo de Defensa, y en concreto el programa europeo de investigación en materia de defensa, debe garantizar que Europa se mantenga a la vanguardia de la investigación militar. A este respecto podría resultar útil destinar recursos a demostradores tecnológicos que respaldarán los futuros programas conjuntos.

5.6.

El CESE opina que, en el momento de establecer el plan de capacidades clave, debe planificarse y tenerse en cuenta la totalidad del ciclo de vida del ámbito tecnológico. Por otro lado, la I+D y el desarrollo de capacidades deben planificarse en conjunto y estar coordinados entre la UE y los Estados miembros, sin olvidar nuestras obligaciones derivadas de la alianza con la OTAN.

6.   Ámbitos de inversión y sistemas de financiación

6.1.

La Comisión Europea propone una financiación ambiciosa para las dos secciones del Fondo Europeo de Defensa:

90 millones EUR entre 2017 y 2020 para la acción preparatoria;

500 millones EUR anuales para el programa europeo de investigación en materia de defensa;

500 millones EUR en 2019 y 2020 para el Programa Europeo de Desarrollo Industrial en materia de Defensa;

A partir de 2021, 1 000 millones EUR anuales, en el marco del próximo marco financiero plurianual.

6.2.

El CESE considera que la inversión debe dirigirse a las tecnologías que sean fundamentales para la defensa de la UE y en las que dependamos o podamos depender pronto de proveedores externos. El CESE opina asimismo que la atención debe centrarse esencialmente en las tecnologías que podrían resultar decisivas a la hora de propiciar que la UE se sitúe a la vanguardia tecnológica en diversos campos.

6.3.

El CESE respalda que cada sección reciba la financiación por vías diferentes: la financiación de la UE para la sección de investigación, y los presupuestos de los Estados miembros para la sección de capacidades. El CESE ya ha expresado su punto de vista de que «[m]ientras la Unión no cuente con sus propios ingresos variables, la adquisición de las capacidades militares de las fuerzas armadas seguirá siendo responsabilidad de los Estados miembros. […] El CESE recuerda que, con arreglo al artículo 41 del TUE, el presupuesto de la UE no deberá utilizarse para financiar operaciones militares. Alejarse de este principio sería contrario asimismo al carácter específico de la política de seguridad y de defensa de determinados Estados miembros (artículo 42, apartado 1 del TUE)» (8).

6.4.

El CESE recomienda que el Fondo Europeo de Defensa se utilice como instrumento financiero para respaldar el desarrollo de capacidades en ámbitos en los que la industria europea de defensa depende actualmente de fuentes exteriores. Desarrollar estas capacidades en Europa conllevará más opciones estratégicas y, al mismo tiempo, aportará al sector conocimientos valiosos, tecnología y puestos de trabajo.

6.5.

El CESE considera que el nivel de financiación propuesto para la sección de investigación del Fondo Europeo de Defensa creará amplios incentivos para la investigación innovadora. De esta forma la UE se convertirá en el cuarto financiador más importante en el ámbito de la defensa en Europa; sin embargo, el fondo no debe perjudicar a otros proyectos europeos de desarrollo cruciales.

6.6.

El CESE considera que el diseño de los regímenes de financiación para el Fondo Europeo de Defensa es de suma importancia para garantizar el compromiso total de la industria y alentar la constitución de consorcios productivos en los que participen tantos Estados miembros como sea posible. Los regímenes de financiación no pueden ser iguales a los de otros sectores de actividad, habida cuenta de las particularidades del sector de defensa, la desconfianza y el miedo a compartir conocimientos entre empresas o Estados miembros.

7.   Gobernanza

7.1.

En la propuesta de la Comisión Europea no queda clara cuál será la forma que adoptará la gobernanza del Fondo Europeo de Defensa. El CESE cree que esta debe establecerse claramente lo antes posible y que debería incluir a la Unión Europea, a la Agencia Europea de Defensa y a los Estados miembros, además de a la industria.

7.2.

El CESE considera que es necesario intensificar el diálogo entre los Estados miembros a fin de alcanzar un acuerdo en cuanto al modelo de gobernanza del Fondo Europeo de Defensa, por lo que respecta a ambas secciones así como al próximo marco financiero plurianual. Aunque se presenta como un programa de investigación y desarrollo más, el CESE hace hincapié en que el sector de la defensa es único y tiene varias particularidades que deberían regirse por normas diferentes pero claras. Estas normas han de acordarse lo antes posible.

7.3.

El CESE también llama la atención sobre el hecho de que las dos secciones deberían estar estrechamente coordinadas con otros programas nacionales e internacionales en los que participen los Estados miembros.

7.4.

Aunque por el momento el criterio de que haya tres empresas de dos Estados miembros parece adecuado, el CESE considera que, una vez que el programa entre en una fase más madura, el requisito mínimo debería ser que participen tres países, con vistas a promover mayores sinergias entre Estados miembros.

7.5.

Los proyectos financiados por el Fondo Europeo de Defensa, ya sea en el marco de la sección de investigación o de capacidades, implican fondos públicos. La CE debería garantizar que los procesos de licitación seleccionen únicamente los proyectos más competitivos y tengan en cuenta a la vez estrictas normas sociales y medioambientales, basadas en criterios objetivos.

7.6.

El CESE teme que un exceso de burocracia obstaculice la aplicación práctica del Fondo Europeo de Defensa y recomienda que se estudien otras opciones en este ámbito a medida que el fondo evolucione.

7.7.

En su calidad de órgano representativo de la sociedad civil organizada, el CESE subraya su disponibilidad para asesorar sobre la aplicación del Fondo Europeo de Defensa y todas las cuestiones relativas a los aspectos económicos, sociales y de investigación de la nueva política europea de defensa.

8.   Estandarización

8.1.

El CESE cree que los programas conjuntos centrados en necesidades mutuamente reconocidas no solo reducirán el número de sistemas redundantes, sino que también promoverán una mayor estandarización de los subsistemas y la logística.

8.2.

Con respecto a los niveles de referencia, es importante tener en cuenta el panorama general, lo que implica no solo los programas nacionales de investigación de los Estados miembros, sino también los avances realizados por nuestros socios en la OTAN en todos los ámbitos.

8.3.

El CESE aconseja firmemente que la Comisión, junto con la Agencia Europea de Defensa y los Estados miembros, defina los ámbitos prioritarios para el desarrollo conjunto. Esto solo podrá alcanzarse acordando una definición común de las necesidades y aumentando la estandarización.

8.4.

La finalidad del fondo es incrementar la eficiencia y la racionalidad del gasto nacional en defensa, no sustituirlo. Para ello, el Fondo Europeo de Defensa debe demostrar su valor añadido propiciando proyectos que no podrían conseguirse con mayor eficacia y a un coste menor por los Estados miembros solos. El fondo debería servir de incentivo para mejorar la cooperación. Solo entonces será capaz de evitar la multiplicación de distintos sistemas de armamento.

8.5.

El CESE manifiesta su apoyo al desarrollo de estándares comunes (9) al tiempo que se evita duplicar los existentes, en particular los de la OTAN. Habiendo identificado 178 sistemas de armamento en Europa, una prioridad de investigación sería establecer estándares e interfaces europeos comunes para vincular los existentes en la mayor medida posible y preparar los sistemas futuros. Cumpliendo dichos estándares, los Estados miembros se podrían permitir desarrollar sistemas compatibles a escala europea.

8.6.

La cuestión de los estándares reviste una importancia especial en el caso de los subsistemas. Sin duda, los productos de nuevo desarrollo fijarán un estándar a escala europea, pero los subsistemas existentes susceptibles de integrarse en tales productos también deberían basarse, en cierta medida, en unos estándares comunes. El CESE cree que esto aumentaría la interoperabilidad, reduciendo así la fragmentación de los sistemas de armamento.

Bruselas, 7 de diciembre de 2017.

El Presidente del Comité Económico y Social Europeo

Georges DASSIS


(1)  Estudio del Parlamento Europeo «The Future of EU defence research», 2016. http://www.europarl.europa.eu/RegData/etudes/STUD/2016/535003/EXPO_STU(2016)535003_EN.pdf.

(2)  COM(2016) 950 final

http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:52016DC0950&qid=1507818835025&from=ES.

(3)  DO C 288 de 31.8.2017, p. 62

(4)  Defending Europe. The case for greater EU cooperation on security and defence https://ec.europa.eu/commission/sites/beta-political/files/defending-europe-factsheet_en.pdf

(5)  Un ejemplo de ello es el Northrop Grumman X-47B desarrollado para la Marina de los Estados Unidos. A pesar del éxito inicial y los ensayos de vuelo, la Marina de los Estados Unidos consideró que el programa era demasiado caro e insuficientemente sigiloso y finalmente lo descartó, con un coste total del programa de 813 millones de dólares.

(6)  Stockholm International Peace Research Institute Military Spending Database 2005-2015 https://www.sipri.org/databases/milex.

(7)  COM(2016) 950 final

http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:52016DC0950&qid=1507818835025&from=ES.

(8)  DO C 288 de 31.8.2017, p. 62

(9)  DO C 288 de 31.8.2017, p. 62


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