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Document 52006IE0753

Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre el tema Dar la prioridad necesaria a África: el punto de vista de la sociedad civil europea

OJ C 195, 18.8.2006, p. 104–109 (ES, CS, DA, DE, ET, EL, EN, FR, IT, LV, LT, HU, NL, PL, PT, SK, SL, FI, SV)

18.8.2006   

ES

Diario Oficial de la Unión Europea

C 195/104


Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre el tema «Dar la prioridad necesaria a África: el punto de vista de la sociedad civil europea»

(2006/C 195/25)

El 14 de julio de 2005, de conformidad con el apartado 2 del artículo 29 de su Reglamento Interno, el Comité Económico y Social Europeo decidió elaborar un dictamen sobre el tema: «Dar la prioridad necesaria a África: el punto de vista de la sociedad civil europea»

La Sección Especializada de Relaciones Exteriores, encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el 4 de mayo de 2006 (ponente: Sr. BEDOSSA).

En su 427o Pleno celebrado los días 17 y 18 de mayo de 2006 (sesión del 18 de mayo de 2006), el Comité Económico y Social Europeo ha aprobado por 125 votos a favor, ninguno en contra y 1 abstención el presente Dictamen.

Resumen

El Comité Económico y Social Europeo ha redactado el presente dictamen de iniciativa gracias a la experiencia de su Comité de seguimiento ACP-UE que sigue desde hace varios años la aplicación del Acuerdo de Cotonú y participa activamente en la preparación y aplicación de los acuerdos de asociación económica (AAE) con las organizaciones de la sociedad civil de los países ACP.

La Comunicación (1) de la Comisión Europea lleva al Comité Económico y Social Europeo a hacer balance de estas políticas en cuanto al estado de implicación de los medios no estatales en la aplicación del Acuerdo de Cotonú y de la política comunitaria de ayuda al desarrollo. El Comité Económico y social Europeo lamenta observar que, con demasiada frecuencia, estas políticas son objeto de promesas no cumplidas, tanto por parte europea como africana. En el pasado se ha podido observar un cierto desfase entre las intenciones manifestadas y la práctica sobre el terreno. Ahora bien, las políticas de ayuda no sirven para nada si no se preparan sobre el terreno.

El Acuerdo de Cotonú es, ante todo, un acuerdo interestatal que deja un margen suficiente a las actividades de la sociedad civil sobre el terreno. Por otra parte, las ayudas y dispositivos previstos, pese a todo, en este marco raramente han cumplido sus promesas.

Por consiguiente, y habida cuenta del retraso en la capacidad de acción eficaz y autónoma de las organizaciones de la sociedad civil, no hay por qué asombrarse si la perspectiva próxima de los AAE suscita dudas, temores e interrogantes.

Dado que los modelos de organización de la sociedad africana tienen particularidades sociopolíticas muy arraigadas que deben tenerse en cuenta para servir los objetivos del Comité Económico y Social Europeo, éste estima que, para conseguir el éxito de esta nueva y ambiciosa estrategia europea para África, su cometido consiste en prestar servicio a la sociedad civil, agente esencial de la política en materia de desarrollo, subrayando dos ámbitos cruciales en los que las organizaciones de la sociedad civil pueden marcar la diferencia:

Una gobernanza que responda al desarrollo humano del continente africano. Esta gobernanza debe responder a un pliego de condiciones que prevé, entre otras cosas:

el respeto de los derechos humanos,

el derecho a la información libre y descentralizada,

la transparencia de las organizaciones y administraciones de los países interesados,

la lucha contra la corrupción, obstáculo absoluto a toda buena gobernanza,

el derecho al agua, la salud y la instrucción para todos,

el derecho a la seguridad alimentaria.

Para conseguirlo, el CESE solicita, entre otras cosas, un mayor y más fácil acceso de las organizaciones de la sociedad civil africana a la financiación comunitaria, así como una sistematización de su participación en la definición y aplicación de las políticas y estrategias de cooperación.

La lucha contra el SIDA

El lugar de las organizaciones de la sociedad civil en esta lucha es esencial, pues tienen un acceso privilegiado a los enfermos sobre el terreno (prevención, diagnóstico, cuidados, etc.). Es necesario un planteamiento integrado de las tres pandemias, y las asociaciones de pacientes son un eslabón esencial en esta lucha.

La Unión Europea debe permitir la resolución de la crisis de los recursos humanos mediante el aumento de las capacidades técnicas y la formación de todos los agentes. El Comité Económico y Social Europeo insta a todos los dirigentes políticos, económicos y sociales a llegar a un consenso en torno a este objetivo.

El Comité Económico y social Europeo afirma que la urgencia absoluta estriba en facilitar medicamentos (todo en uno) cuyos costes vienen determinados por las instancias internacionales, y que la Unión Europea debe influir para desarrollar y acelerar la investigación en pos de una vacuna universal.

1.   Introducción

1.1

El 12 de octubre de 2005 la Comisión Europea aprobó una Comunicación al Consejo Europeo, al Parlamento Europeo y al Comité Económico y Social Europeo sobre el tema «Estrategia de la UE para África: Hacia un pacto euroafricano para acelerar el desarrollo de África».

1.2

El CESE está de acuerdo con las líneas generales y el afán de coherencia de este ambicioso proyecto euroafricano acogido de distintas formas por las organizaciones no gubernamentales (ONG) africanas, que, desengañadas, se preguntan por qué este nuevo plan triunfaría donde los demás fracasaron.

1.3

Este documento es fruto de una ardua labor emprendida por el Sr. Louis MICHEL, miembro de la Comisión, desde su entrada en funciones en el ejecutivo europeo en noviembre de 2004. En él se propone a los 25 Estados miembros de la Unión Europea que adopten una política común de cooperación con África, al constatar la multiplicidad de contextos políticos y niveles de desarrollo existentes. Esta multiplicidad se basa en unas relaciones muy arraigadas y requiere un nuevo enfoque.

1.4

Se trata de una estrategia ambiciosa precisamente porque describe los ámbitos prioritarios, sin duda muy numerosos pero no exhaustivos, que pueden influir en el desarrollo del continente.

1.5

A este respecto, resulta muy estimulante el hecho de que la estrategia sitúe el capítulo político en el centro del desarrollo y permita a la Unión Europea seguir siendo el socio más influyente en África.

1.6

El método propuesto favorece, asimismo, una mejor coordinación europea y tiende a una comunitarización de las prácticas que se inscribe en la profundización de la Unión Europea, en un momento en el que numerosas voces se alzan para lamentar la falta de profundización.

2.   Observaciones generales

2.1

Numerosas voces se alzan en todas partes para advertir que en África lo peor está aún por llegar si Europa o el resto del mundo no hacen nada rápidamente.

2.2

Si no se produce un desarrollo autónomo en África, las consecuencias en términos de migraciones, enfermedades o problemas de medio ambiente irán agravándose, queramos o no.

2.3

Debemos, pues, sacar una conclusión: es necesario replantear la ayuda de los países industrializados a África. No es la primera vez que damos esta señal de alarma e incluso algunos responsables políticos o económicos hablan abiertamente de la «hipocresía» de los países industrializados.

2.4

Está previsto que el auge continuo de las migraciones provoque esta presión que seguirá aumentando durante los próximos años, al tiempo que la población africana aumentará considerablemente a pesar de que las perspectivas de un desarrollo económico siguen siendo sombrías. La población tiene el derecho a aspirar a una cierta prosperidad mientras no se resuelvan a largo plazo los problemas en materia de agua, salud, educación y seguridad alimentaria. El propio Presidente de la Comisión comparte esta preocupación, pues ha declarado que debemos combatir las causas estructurales del subdesarrollo africano. El anuncio de esta nueva estrategia, prevista desde hace varios meses, coincidió con la crisis de Ceuta y Melilla.

2.5

El Comité Económico y Social Europeo reconoce claramente los objetivos de esta Comunicación:

mejorar la coherencia de la política de desarrollo en África;

reafirmar la voluntad de realizar los Objetivos del Milenio para el Desarrollo (OMD) en África antes de 2015, realizando un esfuerzo particular y señalando los principales objetivos. Por ello es necesario que Europa encuentre junto a África un consenso para lograr resultados y trate de encontrar soluciones a esos problemas básicos que son la enfermedad, el agua, la educación o el empleo. La Comisión Europea espera así que su nueva estrategia pueda rápidamente dar resultados positivos puesto que –y esto hay que subrayarlo– se ha elaborado en concertación con los africanos.

2.6

Pero el Comité Económico y Social Europeo se pregunta, pese a todo, si esto no es demasiado ambicioso, sobre todo teniendo en cuenta los siguientes puntos:

el número infinito de promesas no cumplidas. Hay un desfase constante entre las declaraciones de intenciones y la práctica sobre el terreno, porque las políticas de ayuda no sirven para nada si no se preparan en concertación con las organizaciones activas sobre el terreno. Las ayudas directas a la sociedad civil previstas en el Acuerdo de Cotonú se han quedado en promesas incumplidas, pues el Acuerdo de Cotonú es esencialmente interestatal y sobre el terreno sólo respeta parcialmente la presencia y acción de la sociedad civil participativa;

el SIDA, que es una cuestión fundamental para el continente. Hemos precisado quince años para evaluar nuestra capacidad para ayudar, verdaderamente, a África;

todos los elementos conflictivos ocasionados por la ausencia de gobernanza en esos países, como el problema del endeudamiento excesivo frecuentemente contraído por gobiernos sin legitimidad democrática.

2.7

Por consiguiente, para estar de acuerdo con la ambición de salida, es preciso que concurran tres condiciones previas:

una mayor seguridad, en el sentido más amplio del término, para los ciudadanos,

un crecimiento económico adecuado, gracias, entre otras cosas, a los Acuerdo de Cotonú y a los acuerdos de asociación económica (AAE),

la realización de una mejor gobernanza en todo el mundo.

2.8

Cabe destacar que para conseguir estos objetivos están aumentando considerablemente los recursos comunes de la Unión Europea y del G-8. En diez años se habrán duplicado y la mitad de este aumento se destinará a África. El número de promesas incumplidas en el pasado, quizá recíprocamente, invita, sin embargo, a la prudencia. Si bien aumentan las promesas, ¡es obligado constatar la disminución del importe efectivo de la ayuda por parte de algunos países industrializados durante estos últimos años!

2.9

El Comité Económico y Social Europeo está de acuerdo con el espíritu de esta Comunicación, sobre todo con su definición de la política de los derechos humanos. Desde 2001, algunos países han avanzado en el cumplimiento de los criterios en materia de derechos humanos y de procesos de democratización, pero todavía es necesario insistir una vez más en el refuerzo de los derechos humanos y la democracia. Para asegurar la promoción de la justicia y el Estado de Derecho, hay que sostener el refuerzo y la organización de la sociedad civil y, en particular, de los interlocutores sociales cuyo diálogo debe garantizarse de acuerdo con las normas de la OIT.

2.10

Si embargo, el Comité Económico y Social Europeo constata que es necesario definir prioridades y que para ello es preciso examinar minuciosamente las principales cuestiones planteadas:

la coordinación de las políticas comunitarias y, en particular, la definición de la coordinación de las políticas de los Estados miembros;

la continuación del periodo de reflexión y la aplicación de nuevas modalidades de financiación solidaria, en particular mediante el apoyo al grupo de seguimiento sobre la búsqueda de nuevas modalidades de financiación complementarias de las ayudas públicas (grupo constituido durante la Conferencia de París en febrero de 2006);

el planteamiento y organización de la integración regional necesaria, así como de las políticas interregionales y, con carácter prioritario, la creación de infraestructuras interregionales tras licitaciones que respondan a condiciones sociales y medioambientales precisas. Ello ayudaría al posicionamiento de las instituciones regionales;

avanzar en la resolución del problema de la emigración, en particular suprimiendo las causas de la inestabilidad de las poblaciones en África. Con este fin, la sensibilización de la Unión Europea debe ser evidente y sólida, pues la emigración subsahariana es, en primer lugar, rural, por lo que es necesario que la Unión Europea haga todo lo posible, en total concertación con las organizaciones de la sociedad civil, para favorecer la definición y aplicación de una política rural que permita evolucionar hacia la autosuficiencia alimentaria de esas regiones;

por último, para mejorar el papel de la gobernanza, es necesario que la participación de la sociedad civil sea eficaz, puesto que el Acuerdo de Cotonú es a este respecto –hay que decirlo– decepcionante y el Foro euroafricano todavía no ha obtenido resultados decisivos. El respeto de una buena gobernanza en los Estados socios debería, pues, responder a un pliego de condiciones con varios apartados:

el respeto de los derechos humanos,

la igualdad de hombres y mujeres,

el derecho a la información libre y descentralizada,

la transparencia de las organizaciones gubernamentales y de su administración,

la lucha contra la corrupción, obstáculo absoluto a toda buena gobernanza,

el derecho al acceso al agua, la salud y la instrucción para todos,

la reducción progresiva de la economía informal, que puede alcanzar el 80 % de la actividad en algunos países.

2.11

El Comité Económico y Social Europeo recuerda, asimismo, la prioridad absoluta que tiene la cuestión del desarrollo rural, frecuentemente infravalorada, y que convendrá prestarle atención, porque en África, la importancia de la agricultura es evidente por todas estas razones profusamente enunciadas: autosuficiencia alimentaria, dominio esencial de desarrollo y estabilización de las poblaciones. Una gran parte de la sociedad civil participativa está constituida por los agricultores y ganaderos: por consiguiente, es esencial escucharles para elaborar la política rural e implicarlos en su aplicación a fin de aumentar sus posibilidades de éxito.

2.12

El Comité Económico y Social Europeo recuerda que la cuestión de las infraestructuras sigue siendo grave por su ausencia o por la falta de imaginación en este ámbito ya se trate de medios de comunicación nacional o interregional, o del acceso al agua, cuya importancia tiene una dimensión geopolítica evidente.

2.13

El CESE pide que se suspenda la ayuda presupuestaria directa en todas sus modalidades.

2.14

Todo esto no será posible sin una participación reforzada de los agentes de la sociedad civil en un marco mejorado de gobernanza global relevante para todos los poderes públicos, económicos y sociales.

3.   Observaciones específicas

En este contexto general, África ocupó un lugar primordial en la agenda internacional del año 2005. La Cumbre del G-8 celebrada en Escocia el pasado mes de julio, las celebraciones del 60o aniversario de las Naciones Unidos en Nueva York y la reciente reunión anual de las instituciones de Bretton Woods han permitido a personalidades como Tony BLAIR, Horst KOHLER e incluso Paul WOLFOWITZ, nuevo Presidente del Banco Mundial, pronunciarse sobre la necesidad de rescatar a África del naufragio.

Por este motivo, el Comité Económico y Social Europeo desea hacer hincapié en las urgencias sobre las que ya se manifestó en sus diferentes tomas de posición:

evidentemente dar prioridad a África, pero ampliando considerablemente, en el marco de esta nueva gobernanza, el acceso de la sociedad civil en toda su diversidad y realidad;

la lucha contra el SIDA debe declararse una urgencia absoluta, puesto que actualmente se está produciendo una tragedia ante nuestros ojos en un clima de cierto desinterés.

3.1   Dar prioridad a África

3.1.1

El Comité Económico y Social Europeo se suma a la voluntad de la Comisión Europea de convertir el África subsahariana en zona prioritaria en el marco de la ayuda de la Unión Europea al desarrollo. No obstante, para ser eficaz este proyecto debe ir acompañado de una mejor gobernanza en África, tanto nacional, como regional, lo cual afecta a un mismo tiempo a las organizaciones interestatales africanas, a los Estados y a las organizaciones de la sociedad civil. Estas últimas, por su independencia –que necesita ser reforzada-, su proximidad a la población y su capacidad de reacción, pueden favorecer que los ciudadanos se responsabilicen verdaderamente de las políticas de desarrollo que les afectan directamente. Las razones de la desintegración de África son muy variadas, pero la falta de autonomía de la sociedad civil y su refuerzo insuficiente son, por supuesto, una de esas razones y tienen un impacto nada despreciable. El concepto de delegación, expresamente previsto en el Acuerdo de Cotonú, concebido con el fin de resolver este problema, no funciona, porque es difícil aplicar a las asociaciones la ayuda directa (por supuesto, condicional) prevista por el Acuerdo de Cotonú.

3.1.2

Por consiguiente, el Comité Económico y Social Europeo propone:

un acceso más amplio y fácil de las organizaciones de la sociedad civil africana a la financiación comunitaria. Deberían garantizarse unas posibilidades de acceso directo a escala nacional. Por otra parte, debería ponerse en marcha un programa horizontal para la financiación de los agentes no estatales para completar los programas a nivel nacional;

una ampliación y una sistematización de la participación de la sociedad civil en la definición y la puesta en práctica de las políticas y estrategias de cooperación para que se sienta partícipe del proceso de desarrollo y contribuya de este modo al establecimiento de una buena gobernanza. Si se registran progresos en diversos ámbitos es porque lentamente pero con seguridad se eleva la voz de la población que se manifiesta a través de todos los canales: interlocutores sociales y asociaciones verdaderas y respetadas, como las que asumen la promoción de la igualdad de hombres y mujeres, de la economía local, de la educación o de la información.

3.1.3

La Unión Europea considera que los valores de los derechos humanos son intangibles. El Comité Económico y Social Europeo pide que el respaldo de la Unión Europea a la sociedad civil se convierta en una realidad y que, habida cuenta del problema asociado a los derechos humanos:

se adopte un enfoque pragmático en su definición;

el objetivo sea encontrar interlocutores válidos, capaces de entablar un diálogo con los gobiernos, sobre todo mediante el establecimiento de redes de ONG independientes;

se garantice su acceso a la financiación mediante la licitación de proyectos y la realización de microproyectos a nivel local.

3.1.4

Es posible prever los mismos problemas en la aplicación de los acuerdos de asociación económica (AAE). Para realizar un auténtico programa de mercado único y un verdadero programa de reforma, es necesario tener en cuenta que:

la formación de las capacidades humanas y técnicas de la sociedad civil y de los africanos todavía es muy precaria, en particular por lo que respecta a las mujeres;

aunque es necesario que las ayudas de la Unión Europea tengan unos destinatarios determinados, con el fin de aumentar los factores de producción, será mejor condicionarlas. Respecto al programa AAE, se precisan redes transnacionales coherentes.

3.1.5

El Comité Económico y Social Europeo ha tomado nota del inicio de las negociaciones para la firma de los AAE con distintos grupos regionales, y espera que este proceso conduzca a un florecimiento comercial favorable al desarrollo sostenible y a la erradicación de la pobreza. No obstante, para que estos acuerdos sean realmente beneficiosos para la población, el Comité Económico y Social Europeo pide que se tengan en cuenta los siguientes puntos:

la necesidad de difundir una información lo más completa posible y que permita la presencia sistemática de las organizaciones de la sociedad civil en las negociaciones y la elaboración de los estudios de impacto, tanto a escala nacional como regional;

la participación del sector privado en las negociaciones y la asistencia para el desarrollo de sus capacidades;

la integración de las consecuencias sociales y la dimensión de la igualdad entre los sexos en los estudios de impacto;

una flexibilidad en los acuerdos comerciales que se traduzca en unos períodos de transición en su aplicación, de forma que sea posible velar por las empresas de los países firmantes, ofrecer protección específica a las industrias nacientes y medidas de salvaguardia para hacer frente a la competencia de los nuevos países desarrollados;

la necesidad de reconstruir sus propios recursos, tras haber integrado las compensaciones financieras temporales, pero quizá también la necesidad de beneficiarse de medidas más flexibles para preservar un mínimo de autonomía fiscal en materia comercial. En efecto, los Estados afectados por la pérdida de recursos públicos (que provocará la reducción de los derechos de aduana transitorios) ya viven una situación económica muy precaria y tienen dificultades para garantizar una financiación pública mínima para educación y sanidad.

3.1.6

Sin embargo, para que el desarrollo económico beneficie al mayor número posible de personas y no provoque abusos, el Comité Económico y Social Europeo desea que las actividades de ayuda al desarrollo de la Unión Europea en África tomen en consideración los principios de cohesión social y de trabajo digno para todos. Estos principios estarán más garantizados si existe un verdadero diálogo social y, más en general, un diálogo entre los representantes de la sociedad civil.

3.1.7

Por tanto, el Comité Económico y Social Europeo propone: como ya se le pide en la Comunicación de la Comisión Europea (2), colaborar con los comités económicos, sociales y culturales africanos en el intercambio de experiencias y conocimientos, en particular para constituir asociaciones eficaces en la orientación sectorial o geográfica de las inversiones y ayudas;

aportar su propia experiencia y conocimientos a escala nacional y, cuando se estime necesario, impulsar la creación de consejos económicos y sociales en las formas que sean adecuadas para las culturas africanas en todos los países en los que no existan, y favorecer la renovación, si fuese necesario, de ciertos CES existentes que hayan perdido visibilidad o credibilidad; el Comité Económico y Social Europeo observa signos alentadores: la evolución positiva de la influencia cada vez mayor de la organización de la Unión Africana; el consenso europeo respecto al desarrollo entre el Consejo de la UE, el Parlamento Europeo y la Comisión Europea; la puesta en red de organizaciones de la sociedad civil en algunas regiones como los agricultores, las PYME, los interlocutores sociales, etc.

Se trata, quizá, de una toma de conciencia por la Unión Europea de que la sociedad civil está mal implicada y que es necesario hacerla respetar en el marco de esta nueva estrategia.

3.2   La lucha contra las pandemias

3.2.1

Con respecto a la cuestión del SIDA, el Comité Económico y Social Europeo hace un llamamiento a todos los dirigentes políticos, económicos y sociales para que aúnen sus esfuerzos. Acoge favorablemente la reciente visita al Comité de los principales responsables de la OIE (Organización Internacional de Empresarios) y la CISL (Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres), que han solicitado al Comité su coboración en los distintos planes de lucha que pusieron en marcha en 2003 en ocho países del África Austral.

3.2.2

El Comité Económico y Social Europeo debe ser el portavoz de esta lucha en todas las instancias, los seminarios regionales y locales y las asambleas plenarias. Gracias al sistema educativo y a la movilización de la familia por los actores de la sociedad civil, por primera vez se anuncia una luz de esperanza, se observa una regresión de la prevalencia del SIDA en Senegal, Uganda y Zimbabue, y aumenta la esperanza de vida. Pero no hay que bajar los brazos y la Comisión anuncia guías de programación de lucha contra el SIDA, confiadas a los socios nacionales.

3.2.3

El Comité Económico y Social Europeo afirma que esta lucha requiere importantes recursos financieros para poner en práctica políticas de prevención permanente y políticas de tratamientos posibles gracias a unas terapias eficaces y simplificadas, cuyos costes deberán ser totalmente regulados en el marco del Acuerdo ADPIC (Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio) de la Organización Mundial del Comercio, así como el apoyo a la búsqueda de una vacuna fiable y universal.

3.2.4

Las necesidades de los países en desarrollo para hacer frente a las grandes pandemias, sobre todo el VIH/SIDA en el África subsahariana, son enormes puesto que las consecuencias humanas, sociales y económicas son ya catastróficas. La urgencia es absoluta, porque en algunos países donde la prevalencia del SIDA es enorme (45-49 %) se perfilan situaciones de hambruna. El Comité Económico y Social Europeo recomienda la intervención de la Unión Europea en una doble escala:

A escala mundial,

en el marco de las negociaciones de la Ronda de Doha para el desarrollo de la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Comité Económico y Social Europeo ha respaldado y respalda las posiciones de la Comisión Europea que favorecen el acceso a los medicamentos en los países afectados por las grandes pandemias. Además, nuevos instrumentos conducen a la Unión Europea a participar en un diálogo general con ONUSIDA, el Fondo Mundial, el Alto Comisariado para los Refugiados y la Organización Mundial de la Salud.

A escala nacional:

El Comité Económico y Social Europeo parte del principio de que las organizaciones de la sociedad civil son particularmente capaces de llegar a la población de las zonas rurales de los países que carecen de infraestructuras, donde los poderes públicos no tienen los medios suficientes para garantizar un servicio mínimo en todo el territorio.

Por este motivo y recogiendo la petición de los interlocutores socioeconómicos de los países ACP, el Comité Económico y Social Europeo solicita la creación de financiaciones europeas específicas que permitan a las organizaciones de la sociedad civil difundir entre la población la información relativa a las pandemias.

El Comité Económico y Social Europeo piensa que un enfoque integrado de las tres pandemias (SIDA, paludismo y tuberculosis) debe basarse en la sociedad civil, en particular en las personas que conviven con la enfermedad, representadas por las asociaciones de pacientes. Esto implica la participación de la sociedad civil en los países beneficiarios.

La Unión Europea debe contribuir a resolver la crisis de recursos humanos mediante el aumento de las capacidades humanas y técnicas.

Además de los recursos y capacidades humanas necesarias, será preciso alentar a estas organizaciones a que creen alianzas y asociaciones con todos los interesados en la lucha contra las pandemias.

El Comité Económico y Social Europeo pide que se respalden efectivamente con financiación europea las acciones de prevención, especialmente el acceso de la mujer a la planificación familiar, así como las medidas de apoyo a los enfermos y sus familiares.

3.2.5

El Comité Económico y Social Europeo considera que deben movilizarse en mayor medida todas las partes interesadas (ONG, interlocutores sociales, responsables políticos) y que se debe desempeñar una función de coordinación entre todos los poderes involucrados en esta lucha esencial. El Comité Económico y Social Europeo quiere desempeñar una función de vigía de esta lucha, pues se trata de una batalla prioritaria y esencial para todos los países afectados. No nos engañemos: detrás del SIDA ya se están produciendo situaciones de hambruna debido a la falta de actores.

3.2.6

Es necesario que la Unión Europea se concentre en reducir los costes farmacéuticos mediante la creación de una asociación especial con la OMC. El Comité insta a los Estados miembros de la Unión Europea a que suscriban la iniciativa de las financiaciones a gran escala y a largo plazo de los medicamentos (Conferencia de París, febrero de 2006). Además, reconoce que su aplicación debería reforzar la participación de los CES nacionales y permitir su participación en la aplicación, evaluación y control de la iniciativa para contribuir a garantizar que este nuevo mecanismo tenga una trazabilidad real.

Bruselas, 18 de mayo de 2006.

La Presidenta

del Comité Económico y Social Europeo

Anne-Marie SIGMUND


(1)  Estrategia de la UE para África: Hacia un pacto euroafricano para acelerar el desarrollo de África, COM(2005) 489 final.

(2)  COM(2005) 132 final: «Acelerar el avance para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio — La contribución de la Unión Europea», abril de 2005.


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