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Document 52006AE0411

Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre el tema La madera como fuente de energía en la Europa ampliada

OJ C 110, 9.5.2006, p. 60–67 (ES, CS, DA, DE, ET, EL, EN, FR, IT, LV, LT, HU, NL, PL, PT, SK, SL, FI, SV)

9.5.2006   

ES

Diario Oficial de la Unión Europea

C 110/60


Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre el tema «La madera como fuente de energía en la Europa ampliada»

(2006/C 110/11)

Mediante carta suscrita por Olli REHN, Mariann FISCHER BOEL y Andris PIEBALGS con fecha de 11 de julio de 2005, y de conformidad con el artículo 262 del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea, la Comisión Europea decidió solicitar al Comité Económico y Social Europeo la elaboración de un dictamen sobre el tema «La madera como fuente de energía en la Europa ampliada».

La Sección Especializada de Agricultura, Desarrollo Rural y Medio Ambiente, encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el 27 de febrero de 2006 (Ponente: Sr. KALLIO).

En su 425o Pleno celebrado los días 15 y 16 de marzo de 2006 (sesión del 15 de marzo), el Comité Económico y Social Europeo ha aprobado por 130 votos a favor y 6 abstenciones el presente Dictamen.

1.   Conclusiones

1.1

El Comité Económico y Social Europeo (CESE) considera que el uso de la madera como combustible implica, en gran medida, la utilización de un potencial energético renovable y desaprovechado en Europa (1) y la reducción de las emisiones de dióxido de carbono, uno de los gases de efecto invernadero; no obstante, este uso también debe considerarse desde el punto de vista de las funciones para el bienestar común que desempeña el bosque (protección y diversidad de los bosques (biodiversidad)). El mayor uso de la madera como combustible permite también hacer mejor uso del desaprovechado potencial de esta materia prima con vistas a satisfacer las necesidades de procesamiento industrial. El uso energético de la madera contribuye a contener el cambio climático, mejorar la débil autosuficiencia energética de la UE y aumentar la seguridad del suministro energético, todos ellos objetivos de la UE en el ámbito de la política energética. La madera sólo puede resolver en parte los problemas energéticos. Es necesario desarrollar al mismo tiempo otras fuentes de energía alternativas e intensificar las medidas de ahorro energético como, por ejemplo, el aislamiento térmico de los edificios. Al crecer, la madera retiene el dióxido de carbono atmosférico: un metro cúbico de madera retiene un promedio de 800 kg de CO2. En principio, las grandes reservas de madera tienen gran importancia para la fijación del carbono a largo plazo en los bosques. Una buena gestión forestal con garantías para el crecimiento de la madera aumenta las reservas de dióxido de carbono. Al incrementarse el uso energético de la madera se remplazan fuentes renovables de energía y, al mismo tiempo, se reducen las emisiones de combustibles fósiles. El uso energético de la madera imprime mayor eficacia a la gestión forestal y, a largo plazo, impulsa el crecimiento de las reservas de madera.

1.2

Además, el CESE sostiene que la utilización complementaria de la madera como combustible requiere una estrategia a largo plazo basada en la supresión de toda regulación que impida y ralentice su aumento. Es necesario que el aprovechamiento de la madera con fines energéticos tenga lugar en igualdad de condiciones, eliminando las medidas fiscales y las ayudas en favor de los combustibles fósiles. Con la publicación de la especificación europea CEN/TS 14961 se han establecido unos requisitos y unas categorías de calidad para los combustibles sólidos de madera.

1.3

El CESE considera importante que todos los países aumenten el uso sostenible de la madera y que los mercados de combustibles se abran a los productos derivados de la industria, a la madera de origen forestal destinada a la producción energética y a los combustibles madereros transformados. Es frecuente que la producción y la utilización de combustible estén estrechamente relacionadas con la industria forestal y maderera. Ya existe un mercado internacional para los nuevos combustibles derivados de la madera, como los granulados, las briquetas y los biocarburantes líquidos. Para desarrollar el mercado del dendrocombustible se necesitan instrumentos de orientación económica que permitan la incorporación de nuevos agentes a este sector. Estos instrumentos de orientación pueden conllevar un aumento de la oferta y la demanda de madera. La imposición fiscal al dióxido de carbono de carburantes fósiles y la aplicación de un IVA reducido a los dendrocombustibles se traducen en un incremento de la demanda de energía procedente de la madera. También es posible recurrir a las ayudas a la inversión para aumentar la demanda de madera por parte de los productores de energía. Al mismo tiempo, es preciso impulsar la comunicación, la formación y la actividad de I+D en el ámbito de la energía maderera. Los instrumentos de orientación económica deberán dirigirse principalmente hacia los sectores no cubiertos por el comercio de emisiones. Tanto la transferencia tecnológica y la divulgación de buenas prácticas como la implantación de una estrategia de comunicación podrían constituir importantes medidas de apoyo en los nuevos Estados miembros.

1.4

El CESE considera que la utilización y la movilización de estos recursos desaprovechados requieren operadores capaces de desenvolverse económicamente en un mercado funcional. Ha de ser posible apoyar provisionalmente la supervivencia económica de los operadores, por ejemplo recurriendo al Fondo de desarrollo rural en aquellos países donde el mercado de la dendroenergía esté aún por desarrollar. También es esencial ofrecer apoyo a las organizaciones de propietarios forestales, los empresarios locales y la pequeña industria.

1.5

El CESE espera que aumente la oferta de dendrocombustibles mediante unos mecanismos económicos de orientación medioambiental que deparen el mismo trato a los distintos usuarios y que promuevan la utilización de este tipo de combustible en todos los sectores del mercado: la calefacción doméstica con leña y combustibles de madera procesada, calefacción de grandes edificios individuales, unidades productoras de calefacción y electricidad en pueblos, instalaciones municipales y ciudades y, naturalmente, la industria forestal y todas aquellas plantas industriales que utilicen calor y electricidad, y tengan posibilidad de aprovechar el dendrocombustible local y regional. Sólo se debe recurrir a volúmenes mayores de madera como fuente de energía cuando se hayan agotado todas las posibilidades de aislamiento térmico y se haya elaborado un proyecto para el calor utilizando a tal fin otras clases de energía alternativa (por ejemplo, energía solar).

1.6

El CESE considera que, si bien se necesitan medidas específicas para poner en marcha una actividad empresarial relacionada con la producción de combustibles de madera y su producción térmica y eléctrica en casi todos los Estados miembros, éste es especialmente el caso de los nuevos Estados miembros y los Estados candidatos, donde las fincas forestales son pequeñas y los niveles de organización de los propietarios particulares y el aprovechamiento silvícola son reducidos. A menudo el listón es demasiado elevado para hacerse empresario. Al bajar este listón, se impulsa la actividad empresarial y se activa la creación y el desarrollo de los mercados. Es preciso también hacer un uso activo de los Fondos Estructurales de la UE para poner en marcha la actividad empresarial y crear mercados locales y regionales.

1.7

En opinión del CESE, se debe deparar el mismo trato a todos los biocombustibles. Además, las orientaciones relevantes en otros ámbitos políticos de la UE no deberán poner en peligro la competitividad de la madera respecto de los demás biocombustibles. La tecnología moderna permite la aplicación de la biomasa leñosa en toda la producción energética, y también como materia prima del carburante que se utiliza en los transportes.

1.8

El CESE cree que se han de abolir aquellos acuerdos y disposiciones legislativas que limiten la libre circulación de los combustibles derivados de la madera, y eliminar los demás obstáculos al comercio en la UE. La madera puede desempeñar un considerable papel a la hora de incrementar la competencia en el sector energético. Especialmente en el plano local y regional, la madera puede ser competitiva en relación con las demás fuentes de energía.

1.9

El Comité señala que los conocimientos sobre el potencial y la utilización del dendrocombustible son insuficientes en la UE. Es necesario llevar a cabo un mejor inventario de los recursos madereros destinados a la producción energética en todos los Estados miembros, actuales y futuros, ya que el conocimiento es la base del desarrollo sostenible. Para ello, se deberá proceder de modo diferenciado. Así, por ejemplo, en las zonas extensas de bosque caducifolio de Europa central se deberá dejar suficiente potencial de madera para asegurar la diversidad forestal. No se conocen suficientemente aquellos recursos forestales que, por su situación, resultan inservibles para la industria, por lo que estos recursos deberán definirse, clasificarse y normalizarse con claridad a fin de evitar distorsiones en el seno de la UE. Es necesario no sólo inventariar el potencial de combustible de madera en cada país y hacer un seguimiento de su uso, sino también estudiar con mayor detenimiento, y sobre la base de criterios comunes, las posibilidades que brinda este combustible. Esto permitirá establecer objetivos y evaluar los resultados que se obtengan gracias a los distintos mecanismos de orientación.

1.10

El CESE considera que, en algunas partes, el aumento en el uso de la madera como combustible es un factor importante en la lucha contra los incendios forestales en las zonas de monocultivo de coníferas de repoblación humana.. Un uso más intenso, especialmente en el ámbito de la producción energética, permitirá reducir el riesgo de que se produzcan incendios forestales y su consiguiente disminución.

1.11

Se debería completar el programa de utilización de la madera como recurso energético con estudios sobre la selección de variedades y ecotipos eficaces, métodos de cultivo intensivos y la reducción de los ciclos de producción. Conviene desarrollar una rama de la gestión forestal cuyo objeto particular sea la plantación forestal. La búsqueda de métodos eficaces de utilización de la madera con fines energéticos no debe acarrear consecuencias negativas para la conservación de la biodiversidad ni producir problemas en la gestión local y regional del agua. En opinión del CESE, hay que desarrollar tanto la tecnología de combustión como la técnica y la logística que se utilizan para guardar los recursos de combustibles derivados de la madera de los bosques. El apoyo a las actividades de investigación y desarrollo, la comunicación y la transferencia de tecnología permitirá obtener resultados duraderos. Si se pretende evitar un falseamiento de la competencia, será necesario establecer unas normas europeas comunes para las pequeñas calderas de combustible sólido.

1.12

En opinión del CESE, es necesario informar más acerca de las posibilidades que ofrece el uso de la madera con fines energéticos. Esto incumbe a todo el sector, desde la utilización de pellets en los hogares hasta el uso a gran escala en la industria y las ciudades, donde se aprovechan las astillas y los subproductos forestales. En numerosas centrales térmicas modernas se puede hacer un uso combinado de la madera y de otros combustibles sólidos.

1.13

Tanto los combustibles derivados de la madera como los subproductos de la industria forestal y los restos de tala (puntas, ramas, cepas y arbustos procedentes de podas) mejorarán la productividad de la silvicultura sostenible y la competitividad del sector forestal sin que ello suponga un peligro considerable ni para el abastecimiento de materias primas por parte de la industria silvícola, ni para los puestos de trabajo del sector forestal o de las industrias basadas en la madera. El aumento de la dendroenergía influirá notablemente en las posibilidades del sector forestal para cumplir los objetivos establecidos en la Estrategia de Lisboa.

1.14

Para la utilización de la madera con fines energéticos se preverán también superficies excluidas de la explotación agraria (reforestación con fines energéticos).

2.   Generalidades

2.1

La Unión Europea no tiene una política energética común. En los últimos años se han adoptado decisiones relacionadas con los mercados de la energía eléctrica (Directiva 96/92/CE (2)) y el gas natural (Directiva 98/30/CE (3)), la seguridad del suministro energético, el uso de modalidades renovables de energía y las cuestiones medioambientales relativas a la producción energética. No se ha logrado alcanzar un nivel impositivo común para las emisiones de dióxido de carbono ocasionadas por los combustibles fósiles, algo que fomentaría considerablemente el uso de la energía renovable.

2.2

En un Libro Blanco (4) publicado en 1997 se establece el objetivo de incrementar el uso de la energía renovable desde 45 mtep en 1995 hasta 135 mtep (mtep: millón de toneladas de equivalente de petróleo). Este objetivo fue establecido para la UE de quince miembros y se corresponde con un aumento en la cuota de las fuentes energéticas renovables desde el 5,2 % hasta el 12 % para el año 2010. En 2001, esta cuota se situaba en el 6 %. Si en el mejor de los casos puede alcanzar el 10 %, en el peor la cuota se quedaría en un 8 %. Las acciones que se han emprendido no han bastado para orientar el proceso con la suficiente rapidez y en la dirección adecuada. En la Comunicación (5) de la Comisión se exponen puntos de vista similares.

2.3

En el Libro Verde publicado en 2000 sobre la estrategia europea de seguridad del abastecimiento energético (6) se pone de manifiesto la enérgica voluntad de reducir la dependencia de la Unión Europea respecto de la energía importada y de aumentar su autosuficiencia. El grado de autosuficiencia se sitúa en la actualidad en torno al 50 %, un nivel demasiado bajo desde el punto de vista estratégico.

2.4

En la Directiva 2001/77/CE (7) relativa a la promoción de la electricidad generada a partir de fuentes de energía renovables se establece el objetivo de que el 22 % de la electricidad producida para el mercado interior sea de carácter renovable para 2010. La evaluación y los resultados de las medidas emprendidas demuestran que, en el plazo establecido, esta cuota solamente aumentará hasta el 18 o el 19 %. El incremento de la cuota de electricidad generada a partir de la biomasa ha sido evidente, pero las diferencias que se registran entre los distintos países no dejan de ser considerables.

2.5

En la Directiva 2003/30/CE (8) se establece el objetivo de aumentar el uso de los biocarburantes hasta alcanzar en 2010 una cuota del 5,75 % de todos los combustibles. Si bien la directiva fijó un 2 % como objetivo intermedio para 2005, apenas se logró alcanzar un 1,4 %.

2.6

La Directiva 2003/96/CE (9) sobre el régimen comunitario de imposición de los productos energéticos y de la electricidad concede a los Estados miembros la posibilidad de otorgar una exención fiscal a los combustibles de la madera o aplicarles un nivel impositivo reducido. Ello permitirá una exención fiscal, plena o parcial, de los biocarburantes, y también hará posible que la imposición global pueda ser inferior al nivel mínimo establecido. La exención fiscal se puede conceder de una sola vez por un período máximo de seis años. Estas exenciones fiscales dejarán de concederse después del 31 de diciembre de 2012 y, de conformidad con la directiva, toda exención ya concedida deberá expirar, a más tardar, en 2018.

2.7

En otoño de 2003 se aprobó la Directiva 2003/87/CE sobre el comercio de derechos de emisión (10). Por su parte, la Directiva 2004/101/CE (11) se aprobó en septiembre de 2004. Esta directiva permite el comercio de derechos de emisión en los proyectos de desarrollo fuera de la UE («MDL» o mecanismo para un desarrollo limpio) y entre los países industrializados («AC» o aplicación conjunta).

2.8

En diciembre de 2005 la Comisión publicó su Comunicación «Plan de acción sobre la biomasa» (12), cuyo cometido estriba en acelerar e intensificar en los Estados miembros la utilización de la energía producida a partir de la biomasa.

2.9

La mayor parte de la biomasa aprovechada con fines energéticos se utiliza para la producción térmica. Así pues, se debería elaborar una directiva para fomentar el uso de la biomasa en la producción térmica.

2.10

Desde el punto de vista de la eficiencia energética, el mejor procedimiento es la producción simultánea de electricidad y calor en la misma planta. La cogeneración es especialmente importante en la producción de calefacción urbana y con vistas a incrementar el uso de la biomasa. La Directiva 2004/8/CE (13) fue aprobada con el objetivo de promover la cogeneración de energía eléctrica y térmica.

2.11

El VII Programa marco de I+D de la UE para el período 2007-2013 se encuentra actualmente en fase de elaboración. El sector forestal europeo ha creado la denominada «Plataforma tecnológica del sector forestal», en cuyo programa también se hace gran hincapié en la investigación y el desarrollo relativos a la dendroenergía.

2.12

En el plano de la competencia, el mercado de la energía ha evolucionado de manera muy diversa en las distintas partes de Europa. Esto es así especialmente en la producción y la distribución del sector eléctrico, pero también es aplicable en numerosos casos a la venta de carburantes fósiles. La competencia funciona mal en el sector de la energía. Como combustible de ámbito local y regional, la madera puede aportar más competencia al mercado.

2.13

Aquellos nuevos operadores, en especial los pequeños, que quieran abastecer la red de electricidad en pie de igualdad con los demás operadores se enfrentan con dificultades para defenderse en el sector de la energía. Esta situación varía considerablemente entre los distintos Estados miembros.

2.14

El Parlamento Europeo aprobó el 30 de septiembre de 2005 una resolución en la que se establecía el objetivo de elevar hasta el 20 % la cuota de las fuentes de energía renovable de aquí a 2020. En el texto aprobado se hace hincapié en que las fuentes de energía renovable no gozan de libre acceso al mercado. Se debe eliminar toda medida administrativa que perjudique el desarrollo. Además, es necesario incorporar el coste externo que ocasiona el uso de combustibles fósiles en el precio de la energía, y eliminar tanto las ayudas a las modalidades energéticas tradicionales y perniciosas, como la imposición fiscal que grava las fuentes de energía renovable.

2.15

Las ONG europeas coordinan activamente sus posiciones en materia de energía renovable gracias al uso de etiquetas medioambientales para la electricidad. En cuanto recurso natural renovable, la madera cumple los requisitos de una producción energética sostenible. El uso de la dendroenergía mejora las condiciones de la silvicultura sostenible. Desde el punto de vista del uso sostenible de la madera, es importante que la tala no supere la capacidad de crecimiento. La gestión forestal sostenible tiene su fundamento y sus garantías en las decisiones de la CMPBE (Conferencia Ministerial para la Protección de los Bosques en Europa) acerca de una silvicultura sostenible en Europa. Esta silvicultura sostenible también puede garantizarse recurriendo a sistemas de certificación forestal. En cumplimiento de los Criterios de Gestión Forestal Sostenible adoptados en la Conferencia de Lisboa, la extracción de biomasa de los espacios forestales con fines energéticos debe plantearse asegurando que se sigan completando la aportación y la fijación en los ciclos del carbono en el suelo. Asimismo, se deben garantizar los procesos de evolución, aportación de nutrientes y mantenimiento de las condiciones físico-químicas de los suelos. En esta fase hay que concentrarse en aumentar de modo sostenible la utilización y la producción de madera. Al mismo tiempo, se deben desarrollar buenos sistemas para la recuperación de la energía maderera. Son muchos los países de la UE que pueden presentar ejemplos acertados de sistemas de etiquetado en el ámbito de la dendroenergía, que permiten garantizar el control de la producción energética y sensibilizar a los consumidores para que tengan presentes los criterios medioambientales.

2.16

Los recursos forestales europeos (en volumen de troncos por metro cúbico y sin residuos de biomasa) aumentaron aproximadamente en un 30 % con la adhesión en 2004 de los nuevos Estados miembros de la UE. La superficie forestal de la UE se eleva en la actualidad a 140 millones de hectáreas, mientras que la de los países candidatos ronda los 22 millones. La superficie de los bosques de producción (forests available for wood supply o bosques donde las restricciones legislativas, económicas y medioambientales no repercuten considerablemente en la producción de madera) se cifra en 117 millones de hectáreas en los Estados miembros de la UE, y en 19 millones en los países candidatos. El incremento neto anual de las existencias madereras (esto es, el crecimiento bruto menos los descartes naturales) se sitúa en la UE en 560 millones de metros cúbicos. El volumen de tala se elevó en 2002 hasta los 350 millones de m3, de los cuales 41 millones correspondieron a la tala tradicional de leña. La UE importa madera en bruto por un volumen neto aproximado de 25 millones de m3. El 62 % de este crecimiento anual se emplea en la industria y la economía doméstica, y de este porcentaje nada menos que un 7 % corresponde a leña tradicional para uso doméstico. Por su parte, la protección de los bosques y las actividades no silvícolas son responsables de hasta un 10 % de este incremento total

2.16.1

Así las cosas, queda sin explotar casi un 30 % del crecimiento, lo que explica que las existencias madereras de la UE hayan venido aumentando en los últimos 50 años. Parte de este volumen maderero inutilizado (170 millones de m3) corresponde a arbustos sin otro uso que el energético. De este volumen se pueden utilizar 30 millones de m3 con fines energéticos, además de otras materias primas. Cada año, tras la recogida de los troncos, quedan en los bosques 173 millones de m3 de residuos y otros materiales madereros procedentes de talas que resultan aptos para la producción energética. Teniendo en cuenta las restricciones de orden técnico, económico y ecológico, de este volumen podrían aprovecharse, entre restos de tala y cepas, 70 millones de m3.

2.16.2

El mayor potencial se encuentra en los productos derivados de la industria forestal (lejía negra, cortezas, virutas, etc.) y en la madera reciclable, que en muchos países se aprovecha ya de manera eficaz, especialmente en la industria forestal integrada. El uso energético de los productos derivados y de la madera reciclable puede corresponder al 30-50 % del uso que se hace de la madera en bruto (lo que equivaldría a 100-167 millones de m3 de este tipo de madera).

2.16.3

Basándonos en estos datos, el potencial sostenible de la UE en el ámbito de la dendroenergía rondaría los 267 millones de m3, entre los que se incluyen los correspondientes a una parte, que ya se aprovecha, de productos derivados de la industria. Este volumen de madera equivale aproximadamente a 50 mtep de energía. Así pues, el potencial desaprovechado de dendroenergía en nuestros bosques supera, por lo menos, los 100 millones de m3. A medida que aumente el uso de la madera en bruto por parte de la industria forestal, también crecerá el número de productos derivados. La gestión de los paisajes culturales también puede generar un pequeño volumen de energía de origen maderero. El Comité de la Madera de la FAO/UNECE está llevando a cabo un seguimiento del uso de los dendrocombustibles y ensayando un sistema de recopilación de datos en diez países.

2.16.4

En el territorio de la actual Unión Europea de 25 Estados miembros se consumieron en 2001 1 668 mtep de energía, de los cuales únicamente 101,3 mtep correspondían a fuentes de energía renovable. En casi todos los países –hubo cuatro excepciones–, la mayor parte de la energía renovable se produjo a partir de la biomasa. En once países, la biomasa representaba más del 75 % total. Esta proporción era especialmente elevada en los nuevos Estados miembros, a excepción de Malta y Chipre.

3.   Los gases de efecto invernadero y el uso de la madera como sustituto

3.1

El coste indirecto más importante de las fuentes de energía fósiles es el que ocasiona el cambio climático. El dióxido de carbono es el más importante de los gases de efecto invernadero. En algunos países se ha intentado resolver el problema de estas emisiones mediante impuestos al dióxido de carbono. También el azufre, el dióxido de nitrógeno y las emisiones de partículas ocasionan otros costes externos. La madera es un combustible neutro en dióxido de carbono que no incrementa el volumen neto de emisiones a la atmósfera. En comparación con otros combustibles, contiene azufre y nitrógeno en valores reducidos. La principal fuente de emisiones de partículas de la madera es el uso tradicional a pequeña escala.

3.2

La prosperidad actual del planeta se debe casi exclusivamente a la utilización de recursos naturales no renovables. Esta circunstancia es especialmente válida para la producción y el uso de energía que utilizan principalmente como materia prima combustibles fósiles como el lignito, el carbón, el petróleo, el esquisto bituminoso y el gas natural.

3.3

El uso energético es el causante de la mayor parte (59 %) de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Las emisiones de origen energético corresponden principalmente al dióxido de carbono, cuyos niveles en la atmósfera vienen aumentando desde hace varias décadas.

3.4

Además, la utilización de combustibles fósiles genera otras sustancias perjudiciales para el medio ambiente como las emisiones de dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno y partículas de distintas dimensiones. El uso de la madera como combustible sustitutivo reduce estas emisiones. Los dendrocombustibles remplazan la producción energética que utiliza combustibles fósiles considerablemente más perjudiciales para el medio ambiente.

3.5

El uso de madera en diversos productos es una manera eficaz de reducir las emisiones de dióxido de carbono, ya que la elaboración de los productos madereros precisa bastante menos energía que si se utilizaran materiales de otros tipo. Como material, la madera es un sustituto de los recursos naturales no renovables. Con la adopción del comercio de emisiones, la competitividad de los productos madereros mejorará en comparación con otros materiales de uso intensivo de energía, como el acero y el cemento.

3.6

La utilización de fuentes de energía renovables en lugar de combustibles fósiles permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Esta reducción depende de cuáles sean los combustibles y sistemas de producción que se sustituyan por fuentes de energía renovables. Cada combustible fósil presenta su propio coeficiente de emisiones de dióxido de carbono. Con vistas a reducir estas emisiones es extremadamente importante recurrir a métodos de producción energética con un ratio unidad/coste reducido.

3.7

La producción de electricidad exclusivamente mediante combustibles fósiles es una mala solución desde el punto de vista medioambiental. Son numerosos las procesos industriales que presentan una gran necesidad de calor, vapor y electricidad, y es precisamente en estos casos cuando más se justifica la producción de electricidad en conexión con dichos procesos.

3.8

Las industrias forestales mecánica y química utilizan primordialmente la madera para la fabricación de productos de la madera y el papel. Esta producción genera distintos productos derivados que se adaptan bien a su uso como combustible para la producción de energía. En la mayoría de los casos, las modernas industrias químicas de la celulosa y las aserradoras son productoras netas de energía, es decir, producen más energía que la que utilizan. En el mercado de los biocombustibles se pueden vender aquellos productos derivados que no se necesiten en la propia producción energética.

3.9

El principal producto derivado de las fábricas de pasta de sulfato es la lejía negra, que, con su contenido de lignito, puede utilizarse en la producción de electricidad y calor. En el futuro, la lejía negra también será una materia prima de los combustibles utilizados en los medios de transporte. Esto exige un mayor esfuerzo de investigación y desarrollo. El etanol procedente de la lignocelulosa y la gasificación, y la consiguiente producción de diésel sintético, constituyen otras probables fuentes de energía.

3.10

Los nuevos Estados miembros albergan un gran potencial para ampliar sus industrias forestales e impulsar el uso de la madera como materia prima para la fabricación de productos y energía de origen maderero.

3.11

Los mercados de biocombustible son normalmente de carácter local o regional, entre otros, como consecuencia de los costes de transporte. A modo de ejemplo, el procesamiento de los productos derivados de la carpintería o las aserradoras en pellets, biodiésel mediante pirólisis o briquetas permitirá encontrar fácilmente sectores de mercado más amplios. Asimismo, sería conveniente estimular y asegurar las redes de distribución para facilitar su consumo por los ciudadanos. La nueva clasificación del CEN facilita la distribución y el comercio.

3.12

Los incendios forestales son, en particular, un problema en los países del Mediterráneo como Portugal, España, Francia, Italia y Grecia. Asimismo, suponen un pequeño problema para los países del norte de Europa. La gestión de estas áreas y la recolección de materiales que incrementan el riesgo de incendios forestales reducen las perdidas económicas. Las causas de los incendios forestales son variadas, pero hay que destacar tres que son importantes: el estado de los montes, cuyos residuos deben ser eliminados para reducir los riesgos de incendios, las conductas humanas y las deficiencias en los sistemas de vigilancia y extinción de incendios. Los incendios forestales son un desastre natural que se debe prevenir y evitar por todos los medios posibles, tanto a escala comunitaria como en los Estados miembros.

4.   La política internacional y el desarrollo

4.1

El mercado de la energía se ha enfrentado en 2005 con dificultades ocasionadas por el alza de los precios del petróleo y el déficit en la capacidad de refinado de los productos petrolíferos. Al mismo tiempo, se ha producido un aumento generalizado del precio de la electricidad. Una de sus causas es el comercio de emisiones, cuyas repercusiones globales son difíciles de evaluar por el momento. A esto se añade que la liberalización del mercado de la electricidad se ha llevado a cabo de manera muy precaria.

4.2

La política medioambiental internacional representa un factor fundamental a la hora de incrementar el uso de las fuentes de energía renovables. De conformidad con el Protocolo de Kioto, cuya entrada en vigor tuvo lugar el 18 de febrero de 2005, la UE se ha comprometido a reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 8 % respecto de los niveles registrados en 1992. Las responsabilidades derivadas de esta reducción se repartieron entre los Estados miembros en función de la capacidad de cada uno de ellos para disminuir las emisiones. El comercio de emisiones de la UE es un componente de la estrategia climática comunitaria y no está relacionado más que de manera parcial con el Protocolo de Kioto.

4.3

El comercio de emisiones dentro de la UE se inició el 1 de enero de 2005. La primera fase abarca desde 2005 a 2007 e incumbe exclusivamente al dióxido de carbono. La distribución interna en la UE-15 se llevará a cabo siempre y cuando ésta consiga, como tal, reducir las emisiones. Si no es así, cada uno de los quince Estados miembros de la UE deberá velar por reducir las emisiones en un 8 %, al igual que el resto de los países. Algunos Estados miembros contemplan requisitos incluso más ambiciosos para el período 2008-2012. No está claro cuáles serán las normas de aplicación en los mercados internacionales después de 2012. Algunos Estados miembros de la UE han anunciado objetivos distintos para el conjunto de la UE y para sí mismos.

4.4

La Unión Europea no tiene una política forestal común, sino que los Estados miembros aplican sus propios programas y políticas nacionales en este ámbito. El Consejo de Ministros de la Unión Europea aprobó en 1998 la estrategia forestal de la UE. Esta estrategia se basa, entre otros, en el principio de subsidiariedad, de acuerdo con el cual la política forestal recae principalmente en el ámbito de competencias de los Estados miembros. La Comisión publicó en marzo de 2005 una Comunicación sobre la ejecución de la estrategia forestal de la UE (14). En esta comunicación, la Comisión hace hincapié en que el desarrollo de la dendroenergía aporta un valor añadido a la política de desarrollo sostenible de la UE. Por su parte, el CESE publicó en octubre de 2005 un Dictamen que respaldaba esta Comunicación de la Comisión (15). La Comisión está elaborando en la actualidad un plan de acción, previsto para 2006, sobre la silvicultura sostenible en la UE.

4.5

La superficie forestal de la UE ha crecido un 20 % desde 1998, mientras que el número de propietarios forestales privados ha aumentado de doce a dieciséis millones. En la mayor parte de los nuevos países miembros, el Estado sigue siendo propietario de una considerable masa forestal. Tanto en los nuevos Estados miembros como en los países candidatos resulta imprescindible mejorar las condiciones de la silvicultura privada. Los mercados madereros han evolucionado deficientemente en numerosos países. El desarrollo de la actividad económica forestal ha sido hasta el momento modesto en estos países, aunque las condiciones para intensificar el sector silvícola son buenas, siempre y cuando implanten una estrategia forestal funcional y eficaz. Al mismo tiempo, es posible suscitar un mayor interés por la producción de energía a partir de la madera. La producción de dendroenergía exige una amplia movilización de todo el sector silvícola, especialmente en las fases iniciales de la cadena de producción.

4.6

En la UE operan muchas explotaciones forestales de dimensiones reducidas cuya organización y cooperación se debe intensificar con vistas a desarrollar el sector silvícola y lograr una producción más eficiente. La UE podría ofrecer ayudas para fomentar los conocimientos y la capacidad de las organizaciones activas en el sector forestal.

4.7

Las modalidades energéticas que compiten con la dendroenergía se desenvuelven a menudo en unas condiciones de mercado similares al monopolio en las que resulta extremadamente difícil crear mercados locales y regionales para el combustible de la madera.

4.8

El mercado de los combustibles es de alcance mundial. En el caso de la electricidad, también es posible transportar grandes volúmenes con carácter transfronterizo. A pesar de ello, Europa no puede, ni ahora ni en el futuro, ser plenamente autosuficiente en materia de producción energética. Para mejorar el abastecimiento energético de la UE es preciso hacer especial hincapié en aquellos objetivos que contribuyan a aumentar la cuota de producción energética propia de la UE y a compensar la dependencia de las importaciones.

5.   La promoción del uso de los dendrocombustibles

5.1

La importancia de la madera en el abastecimiento energético es notable en aquellos países que poseen una gran masa forestal. Habida cuenta de que apenas se aprovecha algo más del 50 % del potencial que ofrecen los bosques para satisfacer las necesidades de la industria, hay que aspirar a hacer un mayor uso de los subproductos de las talas forestales y a utilizar en la producción de energía el potencial restante que queda sin aprovechar. A efectos de desarrollo sostenible, la dendroenergía renovable será siempre mejor alternativa que la producción basada en materias primas fósiles. De esta manera se respalda también una gestión forestal adecuada y sostenible, especialmente con la regeneración forestal o el raleo de bosques jóvenes.

5.2

La madera es un recurso natural renovable y los productos madereros actúan también como reservas de carbono. La reutilización de los productos de la madera está registrando un constante aumento.

5.3

Al final de sus diversos procesos de reciclaje, los productos de madera pueden quemarse y, de esta manera, producir energía. Del mismo modo, es posible utilizar todos los productos de las industrias forestal y maderera como materia prima para producir energía. La industria forestal y la producción energética constituyen una combinación productiva, eficaz y respetuosa con el medio ambiente.

5.4

La madera es apta como combustible para cubrir, por ejemplo, las necesidades energéticas de las casas individuales, los bloques de pisos, la calefacción urbana y la industria. La producción más eficiente de electricidad es la que tiene lugar en conexión con la producción de calor a distancia o como complemento del proceso térmico y de vapor desarrollado por la industria, lo que se ha dado en llamar producción combinada de electricidad y calor (PCCE).

5.5

La imposición fiscal del dióxido de carbono podría ser un buen instrumento para impulsar la competitividad de la dendroenergía en el mercado energético. También se puede incrementar su uso mediante ayudas a la producción de combustibles, por ejemplo concediendo subvenciones a los propietarios forestales para permitirles afrontar el coste de talar zonas que no representen una competencia para el abastecimiento de materias primas por parte de la industria. No obstante, un impuesto de estas características no debe dar lugar a una disminución de las reservas de madera, porque, de ser así, se reduciría la función de los bosques como sumidero de CO2. Como complemento, podría recompensarse a los propietarios forestales mediante deducciones fiscales por el incremento de las reservas y por la fijación del CO2 a que da lugar.

5.6

Los instrumentos de orientación que favorecen el uso de la madera como combustible fomentan también la demanda de aquella madera en bruto que puede ser procesada en tableros para cubrir las necesidades del sector de la construcción. Únicamente se produce calor a escala regional allí donde existe necesidad de energía, por lo que es necesario integrar la industria forestal mecánica en una producción energética que permita también hacer uso de la madera reciclable.

5.7

La industria forestal goza de una ventaja permanente en el sentido de que las plantas de producción constituyen una logística que se puede aprovechar también a la hora de adquirir y utilizar dendrocombustibles.

5.8

También es posible mejorar la competencia de la dendroenergía mediante desgravaciones fiscales reduciendo, por ejemplo, el IVA de los pellets, la leña o la electricidad producida a partir de la madera.

5.9

Así, para poner rápidamente en marcha una producción eléctrica con la madera como materia prima, convendría pagar al productor de este tipo de electricidad un precio competitivo. Quienes inviertan en las plantas de producción han de tener oportunidad de evaluar la disponibilidad de la materia prima renovable y la rentabilidad de las inversiones realizadas en el proceso de producción.

5.10

Con vistas a incrementar las modalidades de energía renovable, algunos de los Estados miembros han adoptado un sistema de ayudas basado en cuotas y tarifas de alimentación (precios fijos y seguros para la energía renovable). Estos sistema son imprescindibles en muchos países para fomentar el uso de la dendroenergía. Igualmente, los certificados medioambientales otorgados a la electricidad que se genera a partir de fuentes de energía renovables –y, especialmente, la madera– permiten promover el uso de este tipo de energía.

5.11

En un primer momento, sería conveniente conceder ayudas a la inversión en plantas de producción de energía maderera –para la adquisición de la necesaria maquinaria y equipos especiales–, ya que el coste que supone construir una planta de estas características es especialmente elevado.

5.12

También es necesario apoyar las actividades de I+D. Esto es así especialmente por lo que respecta a la labor de investigación relativa a la recolección de madera, la tecnología, la producción energética y el uso de dendrocombustibles. Para la recolección de la madera deberán desarrollarse hipótesis y pronósticos que garanticen una amplia sostenibilidad de los bosques, también en su función para la biodiversidad. Igualmente, se deberá investigar el aprovechamiento de productos derivados de la industria de la celulosa con vistas a desarrollar aún más los combustibles líquidos refinados que utilizan, por ejemplo, los vehículos.

5.13

Igualmente, es posible fomentar el uso de la madera como combustible limitando en mayor medida las emisiones de azufre. También se puede contribuir en este sentido gravando fiscalmente las emisiones, residuos u otros desechos que genera el uso de los demás combustibles.

5.14

El mercado del combustible, y en especial el de la leña, es local, pero el mayor uso de la dendroenergía en la UE se traducirá en un aumento del empleo en los sectores de la maquinaria y los equipos, ya que el equipamiento necesario para transportar mecánicamente la madera desde los bosques es parecido en todos los países. En la producción de pellets, briquetas y otros combustibles procesados de la madera también se necesitan maquinaria y equipamiento especializados. La producción de energía precisa una considerable cantidad de calderas y otros accesorios con un gran valor económico y potencial de crecimiento. El incremento en el uso de la dendroenergía brinda grandes posibilidades para la transferencia de tecnología también a terceros países.

5.15

La transferencia de tecnología y la divulgación de la información entre los países de la UE requiere una amplia labor de comunicación. Se trata de una actividad que también pueden llevar a cabo diversas organizaciones independientes. Las distintas campañas podrán financiarse, ya sea en su totalidad o parcialmente, con cargo al erario público.

5.16

La mejor manera de garantizar una utilización eficaz de los instrumentos de orientación económica pasa por la adopción de decisiones por parte de los Estados miembros, en cuyo proceso la UE debería desempeñar una función coordinadora.

6.   El empleo y el desarrollo rural

6.1

La madera es un importante recurso natural renovable que se aprovecha en el desarrollo rural y la creación de empleo. Se calcula que su impacto directo neto en el empleo supera los 1 000 años/trabajador por millón de m3 de madera y, si se tiene en cuenta su efecto multiplicador, el impacto total se eleva a 1500-2000 años/trabajador (16). Estas cifras no incluyen el uso doméstico de leña.

6.2

La sustitución de combustibles de importación por dendrocombustibles implica también la sustitución de unos costes de combustible de capital extranjero por el trabajo local y otros esfuerzos de carácter local y regional. El impacto global depende de la medida en que los combustibles producidos a escala local y regional puedan sustituir los combustibles importados.

6.3

La sustitución del combustible importado por dendrocombustible genera principalmente empleo local en las zonas rurales. Las empresas son pequeñas y, para crecer, requieren mejores conocimientos y ayudas al desarrollo. El desarrollo de las empresas dedicadas a la recolección maderera y los modelos empresariales son factores clave para aumentar el uso de la dendroenergía.

6.4

En la actualidad, la leña de uso doméstico sigue revistiendo gran importancia en las zonas rurales de los nuevos Estados miembros con masa forestal, donde el uso industrial de la madera es bastante escaso. El aprovechamiento de la energía de la madera también complementa magníficamente la utilización de productos derivados de pequeños aserraderos.

6.5

Para conseguir que los millones de pequeños propietarios forestales que hay en Europa participen activamente en el mercado de la dendroenergía, se debe promover una cooperación orientada hacia los mercados, por ejemplo a través de asociaciones o empresas conjuntas. Ésta es, en opinión de muchos, la clave para aprovechar el potencial «latente» de la madera. Esta circunstancia también se beneficiaría de una mejor cooperación, particularmente en las fases iniciales de la producción maderera y entre los distintos agentes. Las organizaciones de propietarios forestales adolecen de un grado de desarrollo especialmente bajo en muchos de los nuevos Estados miembros y en los países candidatos. Éstas y otras organizaciones han demostrado en muchos de los antiguos Estados miembros ser el instrumento más eficaz para formar a los propietarios forestales e implicarlos activamente en la comercialización de la dendroenergía renovable en el mercado de la madera. Una cooperación bien aplicada puede conllevar un considerable ahorro en los costes de adquisición de materia prima.

6.6

Igualmente, es posible que el incremento en el uso de los dendrocombustibles y su mayor grado de procesamiento se traduzcan también en un considerable aumento del empleo en los talleres mecánicos.

Bruselas, 15 de marzo de 2006.

La Presidenta

del Comité Económico y Social Europeo

Anne-Marie SIGMUND


(1)  Directiva 2001/77/CE, DO L 238 de 27.10.2001, p. 35, art. 2 (b).

(2)  Directiva 96/92/CE, DO L 27, 30.1.1997, pp. 20-29.

(3)  Directiva 98/30/CE, DO L 204, 21.7.1998, pp. 1-2.

(4)  COM(97) 599 final de 26.11.97.

(5)  COM(2004) 366 final de 26.5.2004.

(6)  COM(2000) 769 final de 1.12.2000.

(7)  Directiva 2001/77/CE, DO L 283 de 27.10.2001, pp. 20-29.

(8)  Directiva 2003/30/CE, DO L 123 de 17.5.2003, pp. 42-46.

(9)  Directiva 2003/96/CE, DO L 283 de 31.10.2003, pp. 51-70.

(10)  Directiva 2003/87/CE, DO L 275 de 25.10.2003, pp. 32-46.

(11)  Directiva 2004/101/CE, DO L 338 de 13.11.2004, pp. 18-23.

(12)  COM(2005) 628 final de 7.12.2005.

(13)  Directiva 2004/8/CE, DO L 52 de 21.2.2004, pp. 50-66.

(14)  COM(2005) 84 final de 10.3.2005.

(15)  CESE 1252/2005, DO L C 28 de 3.2.2006, págs. 57-65 .

(16)  Véase la lista de fuentes principales.


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