Esta estrategia, que se deriva de la asociación euromediterránea (proceso de Barcelona), tiene por objeto la cooperación entre la UE, la región mediterránea y Libia en un amplio abanico de sectores tales como por ejemplo la seguridad, la democracia, la justicia y la economía. Su objetivo es fomentar la paz, la estabilidad y la prosperidad en la región. Aunque, en principio, su período de aplicación es de cuatro años, hasta el 2004, ha sido ampliado hasta enero de 2006.

Esta estrategia abarca el conjunto de las relaciones de la UE con sus socios del proceso de Barcelona y Libia. Aunque el período de aplicación de la estrategia era inicialmente de cuatro años (expiraba el 23 de julio de 2004), el Consejo Europeo de 5 de noviembre de 2004 aprobó su ampliación hasta el 23 de enero de 2006.

Dada la importancia estratégica que la región mediterránea reviste para la Unión y los retos con los que se enfrenta, la UE considera que los socios como tales deben colaborar, con una visión común y un respeto recíproco. El concepto de asociación implica un apoyo activo de ambas partes para reforzar las relaciones de buena vecindad, aumentar la prosperidad, eliminar la pobreza, promover y respetar los valores fundamentales, fomentar la tolerancia cultural y religiosa así como intensificar la cooperación con la sociedad civil, incluidas las organizaciones no gubernamentales (ONG). A tal fin, la Unión apoyará la asociación euromediterránea y contribuirá a la consolidación de la paz en Oriente Medio.

La Unión Europea persigue la paz, la estabilidad y la prosperidad en la región. El fomento de los valores fundamentales, tales como los derechos humanos, la democracia, la correcta gestión de los asuntos públicos, la transparencia y el Estado de Derecho, también figura entre sus objetivos. Los aspectos sociales, culturales y humanos se integran también en el objetivo de fomentar la comprensión mutua. Por último, el libre comercio, el refuerzo de la cooperación en el ámbito de la justicia y los asuntos de interior, el refuerzo de la seguridad basada en la cooperación para fomentar la paz y el diálogo necesario para luchar contra la intolerancia, el racismo y la xenofobia completan el marco de actuación.

En paralelo, deben realizarse esfuerzos de coordinación, coherencia y complementariedad entre la Unión y sus miembros, así como entre la política mediterránea y la política practicada con respecto a otros socios.

En lo que atañe al capítulo político y de seguridad, la Unión se propone reforzar el diálogo a todos los niveles. Se trata principalmente de cooperación e información mutua que permitan hallar un espacio común de paz y estabilidad. La prevención de los conflictos y otras cuestiones como las minas antipersonas están en el centro de las preocupaciones. En paralelo, el incentivo a la firma y la ratificación de los instrumentos de no proliferación es importante para la UE, así como el establecimiento de una zona libre de armas de destrucción masiva, nucleares, químicas y biológicas en Oriente Medio.

Por lo que respecta a la democracia, los derechos humanos y el Estado de Derecho, es necesario consolidar las instituciones democráticas y fomentar la correcta gestión de los asuntos públicos y la adhesión a los instrumentos internacionales de protección de los derechos humanos. Concretamente, la Unión desea obtener la abolición de la pena de muerte en la región.

En lo que atañe al capítulo económico y financiero, la aplicación de los acuerdos euromediterráneos de asociación que contemplan la liberalización progresiva del comercio constituye el objetivo principal con vistas a reforzar el sector privado y dar a esta región un mayor atractivo para los inversores. Resultan convenientes también una política comercial apropiada, el acceso de los socios a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en condiciones adecuadas, el apoyo a la cooperación subregional así como al aumento de los intercambios sur-sur. La Unión no olvida tampoco la necesidad de interconectar las infraestructuras, reforzar las estrategias para la gestión del agua y velar por la dimensión social de la economía de mercado.

La cooperación financiera, garantizada por el Reglamento MEDA, debe tener en principio una incidencia óptima gracias a la coordinación de las estrategias nacionales y comunitarias, al refuerzo del diálogo económico y a la utilización coherente de todos los recursos.

Por otro lado, las preocupaciones medioambientales deben tenerse en cuenta a fin de garantizar un desarrollo económico duradero.

La participación de la sociedad civil y de las ONG en la asociación así como la cooperación con vistas a lograr la igualdad de oportunidades y reforzar el diálogo constituyen los puntos fuertes del capítulo social. Por lo que se refiere a la cultura, el objetivo es mejorar la educación y la formación profesional, en particular en el caso de los jóvenes y las mujeres.

El capítulo relativo a la justicia y los asuntos de interior se centra en distintas cuestiones, como por ejemplo la inmigración. La UE desea simplificar la expedición de los visados, luchar contra las redes de inmigración clandestina, reforzar el control de las fronteras, mitigar las causas que incitan a las personas a emigrar, así como lograr la inserción social de las personas que residen legalmente en el territorio comunitario y evitar su doble imposición. Deben revisarse los sistemas jurídicos, sobre todo por lo que respecta a las cuestiones de derecho civil que afectan a los ciudadanos, tales como la sucesión o el derecho de familia, especialmente en materia de divorcio; dichos sistemas han de ser más transparentes y previsibles. Los refugiados y la lucha contra la delincuencia son otras de las preocupaciones europeas en este ámbito. El respeto de la Convención de Ginebra y la adhesión a la de las Naciones Unidas se considerarán favorablemente.

El Consejo y la Comisión garantizan la coherencia, la unidad y la eficacia de la acción de la Unión. El Consejo y la Presidencia están asistidos por el Secretario General del Consejo/Alto Representante de la política exterior y de seguridad común (PESC). Los Estados miembros utilizan de forma adecuada y coordinada los instrumentos y medios de que disponen.

El Consejo, la Comisión y los Estados miembros deben reexaminar los programas, los instrumentos y las políticas ya existentes a fin de garantizar su coherencia y, por otro lado, deben utilizar plena y adecuadamente los instrumentos y los medios disponibles, y realizar un mayor esfuerzo de coordinación y cooperación, en particular, en el seno de las organizaciones regionales e internacionales.

Referencias

Acto	Entrada en vigor	Transposición en los Estados miembros	Diario Oficial
Estrategia común 2000/458/PESC	22.7.2000	-	DO L 183 de 22.7.2000

Acto(s) modificativo(s)	Entrada en vigor	Transposición en los Estados miembros	Diario Oficial
Decisión 2004/763/PESC	13.11.2004	-	DO L 337 de 13.11.2004

Declaración final de la Conferencia ministerial euromediterránea de Barcelona de los días 27 y 28 de noviembre de 1995 y programa de trabajo.

Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo, de 6 de septiembre de 2000, para preparar la cuarta reunión de Ministros de Asuntos Exteriores Euromediterráneos «Un nuevo impulso para el proceso de Barcelona» [COM (2000) 497 final - no publicada en el Diario Oficial].

Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo, de 13 de febrero de 2002, relativa a la preparación de la reunión de ministros euromediterráneos de asuntos exteriores de Valencia los días 22 y 23 de abril de 2002 [SEC (2002) 159 final - no publicada en el Diario Oficial].

Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo, de 21 de mayo de 2003 - Un nuevo impulso a las iniciativas de la UE en el ámbito de los derechos humanos y la democratización, en colaboración con los socios mediterráneos - Orientaciones estratégicas [COM (2003) 294 final - no publicada en el Diario Oficial].