Estrategia en favor del desarrollo sostenible

La Unión Europea establece una estrategia a largo plazo que combina las políticas para el desarrollo sostenible desde el punto de vista medioambiental, económico y social, con el fin de mejorar de forma sostenible el bienestar y las condiciones de vida de las generaciones presentes y futuras.

ACTO

Comunicación de la Comisión de 15 de mayo de 2001 «Desarrollo sostenible en Europa para un mundo mejor: estrategia de la Unión Europea para un desarrollo sostenible (Propuesta de la Comisión ante el Consejo Europeo de Gotemburgo)» [COM (2001) 264 final – no publicada en el Diario Oficial].

Comunicación de la Comisión de 13 de diciembre de 2005 relativa a la revisión de la Estrategia para un desarrollo sostenible - Plataforma de acción [COM (2005) 658 final – no publicada en el Diario Oficial].

SÍNTESIS

Esta estrategia establece un marco político a escala de la Unión Europea (UE) para permitir el desarrollo sostenible, es decir, para responder a las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras a la hora de satisfacer sus propias necesidades.

El desarrollo sostenible se basa en cuatro pilares −económico, social, medioambiental y gobernanza mundial− que deben reforzarse mutuamente. Las consecuencias económicas, sociales y medioambientales de todas las políticas deben examinarse de forma coordinada y tenerse en cuenta en el momento de su elaboración y adopción. La UE debe asumir asimismo sus responsabilidades internacionales en materia de desarrollo sostenible: éste debe promoverse fuera de la UE, incluidos los aspectos relativos a la democracia, la paz, la seguridad y la libertad.

El objetivo de esta estrategia, que es complementaria de la Estrategia de Lisboa, debe ser el de servir de catalizador ante la opinión pública y los responsables políticos para influir en el comportamiento del conjunto de la sociedad. Se basa en medidas sobre los principales desafíos identificados, así como en medidas transversales, financiación adecuada, la participación de todas las partes interesadas y una aplicación y seguimiento eficaces de las políticas.

Los principios básicos de la estrategia son los siguientes:

Medidas para responder a los principales desafíos

La estrategia pone de manifiesto siete tendencias insostenibles que requieren una intervención: la exclusión social y el envejecimiento demográfico (que ya prevé la Estrategia de Lisboa), el cambio climático y la energía, los transportes, el consumo y la producción, los recursos naturales, la salud y el fomento del desarrollo sostenible en el mundo. Esta estrategia enumera toda una serie de objetivos operativos y cuantificados, y medidas concretas a escala de la UE para alcanzarlos. Dichas medidas se actualizaron y desarrollaron con motivo de la revisión de la estrategia en el año 2005.

El primer objetivo específico a largo plazo de la estrategia consiste en luchar contra el cambio climático y sus efectos, respetando los compromisos del protocolo de Kioto y en el marco de la estrategia europea sobre el cambio climático. Además, las áreas de eficiencia energética, energías renovables y transporte deben ser objeto de esfuerzos particulares.

Limitar los efectos negativos de los transportes y frenar los desequilibrios regionales es otro objetivo a largo plazo, y para ello es necesario romper el vínculo entre crecimiento económico y desarrollo de los transportes, además de fomentar aún más los transportes compatibles con el medio ambiente y la salud. La estrategia contempla, entre otras medidas, la tarificación de las infraestructuras, así como la promoción de los modos de transporte alternativos al transporte por carretera y de los vehículos menos contaminantes y menos consumidores de energía.

Para promover modos de producción y de consumo más sostenibles conviene, en particular, romper el vínculo entre crecimiento económico y degradación ambiental y tener en cuenta la capacidad de carga de los ecosistemas. A tal fin, la UE debe, entre otras cosas, fomentar la contratación pública ecológica, definir con las partes interesadas los objetivos de comportamiento ambiental y social de los productos, aumentar la difusión de innovaciones medioambientales y tecnologías ecológicas y desarrollar la información y el etiquetado adecuados de productos y servicios.

Otro de los objetivos es una gestión sostenible de los recursos naturales. En efecto, debe evitarse su sobreexplotación, aumentar la eficiencia de su utilización, reconocer el valor de los servicios ecosistémicos y frenar la reducción de la diversidad biológica antes del año 2010. En concreto, la UE debe esforzarse en materia de agricultura, pesca y gestión de los bosques, garantizar la realización de la red Natura 2000, definir y aplicar medidas prioritarias en relación con la protección de la biodiversidad y velar por la integración de los aspectos relacionados con el mar y los océanos. Asimismo, debe apoyarse el reciclado y la reutilización.

La limitación de los riesgos para la salud pública es otro objetivo de la estrategia. Debe garantizarse la seguridad y la calidad de los productos a todos los niveles de la cadena alimentaria. Antes del año 2020 han de eliminarse los riesgos para la salud y el medio ambiente debido a los productos químicos y desarrollarse la investigación sobre los vínculos entre salud y contaminantes ambientales. Deben abordarse los problemas vinculados a las epidemias y a la resistencia a los antibióticos -especialmente para estar preparados ante una posible pandemia y para luchar contra el VIH/sida-, así como los problemas relacionados con el estilo de vida.

Para luchar contra la exclusión social y la pobreza y afrontar las consecuencias del envejecimiento demográfico, la UE debe favorecer una vejez activa, garantizar la viabilidad de los sistemas de pensiones y de protección social, la integración de los migrantes legales y el desarrollo de una política comunitaria de inmigración, y la mejora de la situación de las familias y los niños, así como la igualdad entre mujeres y hombres.

La estrategia revisada prevé asimismo reforzar la lucha contra la pobreza en el mundo, velar por el desarrollo sostenible mundial, así como por el respeto de los compromisos internacionales. A tal fin, la UE debe, en particular, aumentar el importe de la ayuda abonada a los países desfavorecidos, reforzar la coherencia y la calidad de las políticas de ayuda al desarrollo y fomentar medidas para mejorar la gobernanza internacional.

Medidas intersectoriales

La sociedad del conocimiento debe impulsar el desarrollo sostenible. Ha de hacerse especial hincapié en el ámbito de la educación y la formación del mayor número posible de ciudadanos, a fin de estimular un cambio de comportamiento y proporcionarles las competencias necesarias para alcanzar los objetivos fijados en la estrategia. Por otra parte, debe fomentarse la innovación científica y técnica, en particular mediante los programas marco de investigación y desarrollo, con la colaboración de las universidades, institutos de investigación, empresas y responsables públicos.

Los instrumentos financieros y económicos son también un medio de crear un mercado con productos y servicios menos contaminantes y modificar el comportamiento de los consumidores. Así, los precios deben reflejar los costes ambientales y sociales reales, mientras que deberían aplicarse medidas fiscales al consumo de energía y recursos y/o a la contaminación. El apoyo financiero de los fondos europeos debe ser el resultado de una coordinación entre la Comisión y los Estados miembros a fin de garantizar una eficacia máxima.

Una mejor comunicación permite promover el compromiso de los ciudadanos y las empresas. Se subraya la importancia del diálogo sistemático con los consumidores y la consulta con terceros países a fin de movilizar los esfuerzos de todos los agentes. Deben crearse asociaciones entre las diferentes partes interesadas, entre las que se incluyen los poderes públicos (europeos y nacionales), las empresas y los ciudadanos (incluidas las organizaciones no gubernamentales).

Elaboración de políticas y seguimiento de los progresos

Los Estados miembros han de elaborar estrategias nacionales y dar cuenta, periódicamente, de los avances registrados. Deben recurrir a las evaluaciones de impacto antes de adoptar sus políticas o de comprometer fondos públicos.

Tienen que utilizarse todos los instrumentos a disposición de los poderes públicos para contribuir al desarrollo sostenible: no se trata tan sólo de las medidas reglamentarias, sino también de incentivos e instrumentos basados en el mercado.

La Comisión debe realizar cada dos años una evaluación de la aplicación de la estrategia en función de los indicadores de desarrollo sostenible (EN) que ha adoptado y que reactualiza en caso necesario. Esa evaluación sirve de base a una evaluación realizada también cada dos años con ocasión del Consejo Europeo de diciembre. Otros órganos e instituciones examinan también los progresos realizados y, llegado el caso, actúan de enlace entre los Estados miembros y los ciudadanos. La estrategia prevé una revisión de sus objetivos sobre la decisión del Consejo a más tardar para 2011.

Contexto

Las líneas principales de la estrategia propuesta en 2001 por la Comisión se incluyeron en las conclusiones del Consejo Europeo de Gotemburgo de junio de 2001 y formaron parte de los trabajos preparatorios de la Unión Europea para la Cumbre mundial de 2002 sobre el desarrollo sostenible (Río + 10) que se celebró en Johannesburgo. La Comisión presentó antes de esa Cumbre otra Comunicación sobre la posible contribución de la Unión al desarrollo sostenible en el mundo, cuyos elementos se integraron en la estrategia en el momento de la revisión.

Tras la entrada en funciones de la nueva Comisión, en el año 2004, se organizó una consulta pública sobre la estrategia de desarrollo sostenible. La Comisión presentó asimismo una visión de conjunto de los avances registrados merced a la estrategia de desarrollo sostenible, que incluía los principales resultados de esa consulta y las grandes orientaciones para la revisión de la estrategia.

Por su parte, el Consejo Europeo de Bruselas de junio de 2005 reafirmó los objetivos clave del desarrollo sostenible y recordó los principios rectores que deben servir de base para la renovación de la estrategia.

En diciembre de 2005, la Comisión adoptó una Comunicación en la que:

Esa Comunicación sirvió de base para adoptar la nueva estrategia de la UE en favor del desarrollo sostenible en el Consejo Europeo de Bruselas en junio de 2006.

ACTOS CONEXOS

Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones, de 24 de julio de 2009, titulada «Incorporación del desarrollo sostenible en las políticas de la UE: informe de 2009 sobre la estrategia de la Unión Europea para el desarrollo sostenible» [COM (2009) 400 final – no publicada en el Diario Oficial].

El presente informe examina los avances políticos realizados a escala europea tras la adopción de la estrategia europea en favor del desarrollo sostenible. A este respecto, la Unión Europea desempeña un papel primordial en la lucha contra el cambio climático y la promoción de una economía con bajas emisiones de carbono.

Sin embargo, aún son necesarios avances en materia de desarrollo sostenible, por lo que el informe lanza una reflexión sobre la forma de mejorar la estrategia. Es necesario que esta estrategia esté mejor coordinada con las demás estrategias políticas europeas, en particular con la Estrategia de Lisboa para el crecimiento y el empleo. Su puesta en práctica debe racionalizarse mejor con el fin de mejorar su gestión y sus resultados efectivos.

Comunicación de la Comisión, de 22 de octubre de 2007, titulada «Informe provisional sobre la Estrategia de Desarrollo Sostenible 2007» [COM (2007) 642 final - no publicada en el Diario Oficial]. En dicho informe, la Comisión considera que los progresos obtenidos sobre el terreno han sido modestos, pero que el desarrollo político tanto a nivel de la UE como de los Estados miembros ha progresado perceptiblemente en muchas áreas, especialmente en materia de cambio climático, energía limpia y salud.

Comunicación de la Comisión, de 9 de febrero de 2005, titulada «Revisión en 2005 de la Estrategia de la Unión Europea para un desarrollo sostenible: Primer balance y orientaciones futuras» [COM (2005) 37 final – no publicada en el Diario Oficial]. La Comisión establece un balance de los avances registrados desde el año 2001, aunque no cabe esperar resultados de inmediato. La Comisión presenta asimismo las orientaciones futuras en que debería basarse la revisión de la estrategia, en especial:

Indicadores de desarrollo sostenible para seguir la aplicación de la estrategia de desarrollo sostenible de la UE [SEC (2005) 161 – no publicados en el Diario Oficial]. La Comisión establece una lista de indicadores para seguir la aplicación de las prioridades políticas adoptadas en los Consejos Europeos de Gotemburgo y Barcelona, o que corresponden a los compromisos contraídos por la Unión Europea en la Cumbre mundial de Johannesburgo sobre el desarrollo sostenible. Se trata de un cuadro jerárquico con 12 indicadores clave (que corresponden a los principales temas del desarrollo sostenible destacados a escala europea e internacional), 45 indicadores de políticas principales (que corresponden a los objetivos esenciales de cada tema) y 98 indicadores analíticos (que corresponden a las medidas de aplicación de los objetivos esenciales).

Comunicación de la Comisión, de 13 de febrero de 2002, titulada « Hacia una asociación global en favor del desarrollo sostenible » [COM(2002) 82 final – no publicada en el Diario Oficial].

Última modificación: 18.12.2009