Contribuir a la elaboración y a la instauración de un marco comunitario relativo al espectro radioeléctrico que sea capaz de adaptarse a la evolución del sector de las radiocomunicaciones y de reforzar la posición competitiva de Europa en el mundo. El objetivo esencial de este marco comunitario es que sea accesible y transparente y proporcione garantías a todos aquellos para quienes el espectro constituye un recurso esencial.

Comunicación de la Comisión al Consejo, al Parlamento Europeo, al Comité Económico y Social y al Comité de las Regiones, de 10 de noviembre de 1999, sobre los próximos pasos en la política del espectro radioeléctrico. Resultados de la consulta pública sobre el Libro Verde [COM (1999) 538 final - no publicada en el Diario Oficial].

Los aparatos de radiocomunicación tales como televisores, radios y teléfonos móviles funcionan gracias a la propagación de ondas radioeléctricas entre un emisor y un receptor. El espectro de frecuencias radioeléctricas representa el conjunto de frecuencias de estas ondas. La frecuencia es el número de oscilaciones de una onda por segundo, y el ajuste de un receptor de radio sobre una frecuencia precisa permite recoger una señal precisa. Las bandas de frecuencias definen la ubicación de los servicios sobre el espectro radioeléctrico.

El contexto en el cual se inscribe la política del espectro está experimentando actualmente una profunda transformación debida al progreso tecnológico y a los cambios registrados a nivel comercial y reglamentario. El desarrollo de este sector podría estimular el crecimiento económico, crear empleos y promover el bienestar de todos. Al mismo tiempo, es necesario encontrar un equilibrio entre las necesidades de las nuevas redes comerciales y las ventajas no económicas que aportan a la sociedad las aplicaciones no comerciales, tales como las vinculadas a la defensa, los servicios públicos de radiodifusión, los servicios de urgencia y la radioastronomía.

En diciembre de 1998 la Comisión publicó un Libro Verde con el fin de iniciar un debate público para saber si las prácticas actuales en materia de política del espectro permitirían lograr los objetivos estratégicos que se habían fijado la Comunidad.

Tras la publicación del Libro Verde sobre el espectro radioeléctrico, la Comisión quiso conocer la opinión de los interesados sobre un gran número de cuestiones complejas. Participaron en este debate personas procedentes del sector de las comunicaciones, la radiodifusión, los agentes económicos, la investigación y las autoridades encargadas de la gestión del espectro. A principios del año 1999 se celebraron dos reuniones que permitieron a la Comisión determinar cuáles eran los problemas esenciales para el debate actual sobre la política de espectro radioeléctrico y su gestión.

La utilización del espectro radioeléctrico debe planearse estratégicamente con el fin de permitir la toma de decisiones en materia de inversión y regulación. La gran mayoría de los protagonistas del sector de las comunicaciones y las autoridades reguladoras manifestaron su apoyo al proceso de planificación estratégica realizado en el ámbito internacional en el marco de las CMR/UIT (Conferencias Mundiales de Radiocomunicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones). Las pequeñas empresas y los agentes no pertenecientes al sector de las comunicaciones subrayaron lo difícil que les resultaba acceder al proceso de planificación.

El espectro se utiliza a menudo en servicios de interés general, y exige por tanto decisiones políticas que deben tomarse aunque no pertenezcan estrictamente a la gestión del espectro. Pero un acuerdo al nivel político resulta difícil, porque los Estados miembros no se encuentran en la misma situación política, cultural ni social.

El sector de las comunicaciones expresó su deseo de que se distribuyeran las radiofrecuencias y sugirió que se transfiera al sector de las comunicaciones parte del espectro actualmente reservado a usos gubernamentales o públicos. Tal distribución permitiría al sector obtener frecuencias suplementarias para sus actividades.

El sector de la radiodifusión se prepara a pasar de la difusión analógica a la digital, lo cual significa que necesitará frecuencias suplementarias. Además, el sector considera necesario a largo plazo un crecimiento sustancial de las frecuencias para permitir el desarrollo de nuevos servicios multimedios, así como de los canales especializados.

Según el sector de transportes, la planificación estratégica es un ejercicio a largo plazo, puesto que implica una larga preparación y la instauración de sistemas duraderos. La planificación a largo plazo implicaría un proceso de negociación de acuerdos internacionales con el fin de poder establecer redes de transporte compatibles a nivel internacional y garantizar las comunicaciones de importancia crítica.

Las ventajas de una armonización en la atribución de radiofrecuencias son numerosas: realización de economías de escala, disminución de los costes, reducción de los precios al consumo, interoperabilidad, etc.

Los participantes se mostraron divididos sobre la necesidad de una armonización. Para algunos de ellos, la armonización debe ser completa, mientras que otros mantienen ciertas reservas. En última instancia, parece que la necesidad de armonización, en particular para los servicios transfronterizos, debe determinarse caso por caso. Quedan por definir los criterios que deben aplicarse para determinar en qué circunstancias procede la armonización. El proceso de armonización debe ser abierto, transparente y acorde con los intereses de los usuarios existentes y potenciales.

De nuevo, los participantes mencionaron la necesidad de adoptar decisiones políticas que sienten las bases de la armonización estableciendo un justo equilibrio entre los intereses privados y públicos por la utilización de las mismas bandas de frecuencias.

Para el sector de las comunicaciones, la armonización de la atribución de las radiofrecuencias resulta indispensable para el suministro de servicios paneuropeos sin discontinuidad.

Para el sector de la radiodifusión, este tema es importante, pero no tan urgente como pretende el sector de las comunicaciones.

El sector de transportes, por su parte, considera esencial la armonización de la atribución de las radiofrecuencias, puesto que las redes de transportes adquieren cada vez en mayor medida una dimensión paneuropea y mundial.

Se consideró en general que la distribución de las radiofrecuencias entre los usuarios debía responder a necesidades nacionales y locales, y que por tanto era preferible efectuarla en el ámbito nacional. Puede admitirse igualmente que haya más o menos radiofrecuencias disponibles para algunos servicios de un país a otro. En cambio, parecían especialmente negativas la diversidad de las modalidades de autorización y la inexistencia de autorizaciones únicas para la prestación de los servicios en el conjunto de la Comunidad. Además, había coincidencia en que los procedimientos y modalidades de asignación y autorización en la Comunidad debían tener en cuenta los compromisos internacionales, en particular en el ámbito comercial.

Las autoridades nacionales de reglamentación (ANR) son más bien favorables al acceso al espectro mediante pago. Tal práctica podría facilitar las decisiones de asignación en caso de escasez de radiofrecuencias y fomentar una utilización eficaz, pero divergen las opiniones en cuanto a cuál es el mejor mecanismo de asignación y autorización que debe establecerse y en qué condiciones.

Según el sector de las comunicaciones, la asignación de las radiofrecuencias y la concesión de las autorizaciones deben decidirse a un nivel lo más cercano posible al mercado. Tal armonización favorecerá el desarrollo y la internacionalización del mercado. El sector expresó una opinión favorable por lo que se refiere al acceso mediante pago a condición de que se establezcan normas equitativas que garanticen que los usuarios del mismo sector están sometidos a las mismas exigencias.

El sector de la radiodifusión se opone a la introducción de los mecanismos de acceso mediante pago, lo mismo que el sector de transportes, puesto que tal práctica no es compatible con la prestación de los servicios de interés general.

Según los Estados miembros y el sector de las comunicaciones, lo único que precisa el marco institucional de la coordinación en materia de radiofrecuencias es una mejora. Pero algunos agentes señalaron que las CMR/UIT (gestión del espectro a escala mundial), la CEPT (Conferencia Europea de Correos y Telecomunicaciones) (gestión del espectro a nivel regional) y las autoridades nacionales de reglamentación favorecen los intereses del sector de las comunicaciones.

El sector de las comunicaciones sugirió la mejora de las disposiciones actuales relativas a la gestión del espectro radioeléctrico, más que su sustitución.

Los sectores de radiodifusión y transportes consideraron que la incompatibilidad entre el uso comercial y el uso no comercial del espectro radioeléctrico es tal que se impone una decisión política.

La mayoría de los agentes considera que el uso del espectro debe ser independiente de la técnica, pero se impone la normalización para poder suministrar a los consumidores europeos servicios sin discontinuidad y equipos uniformes y compatibles.

Según los fabricantes, la liberalización del régimen de comercialización y uso de los equipos de radiocomunicación introducida por la Directiva relativa a equipos radioeléctricos y equipos terminales de telecomunicaciones representa un beneficio suplementario para la armonización del espectro.

Tras la evaluación de las respuestas recibidas a las preguntas formuladas en el Libro Verde, la Comisión Europea determinó en qué ámbitos debe emprender acciones la Comunidad:

5) trabajos posteriores

Decisión n° 676/2002/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 7 de marzo de 2002, sobre un marco regulador de la política del espectro radioeléctrico en la Comunidad Europea (Decisión del espectro radioeléctrico) [Diario Oficial L 108 de 24.4.2002].

Esta Decisión se propone instaurar un marco orientativo en relación con el uso del espectro radioeléctrico, teniendo en cuenta los aspectos económicos, culturales, científicos y sociales de las políticas comunitarias, así como consideraciones relativas a la seguridad, el interés público y la libertad de expresión. Otro objetivo es establecer un marco jurídico que garantice unas condiciones armonizadas para la disponibilidad y uso eficiente del espectro radioeléctrico.

See also