Juego en línea (Libro Verde)

En 2008, los ingresos generados por los juegos en línea alcanzaron los 75 900 millones de euros. Los juegos en línea representan el sector del juego que experimenta un crecimiento más rápido. Ese crecimiento, así como el desarrollo de Internet, hacen que sea más fácil controlar los servicios que tienen un carácter transfronterizo. Los marcos jurídicos nacionales varían enormemente de un país de la UE a otro imponiendo normas distintas en materia de concesión de licencias, servicios en línea conexos, pagos, objetivos de interés público y lucha contra el fraude. Por ello, la Comisión ha decidido lanzar una consulta con el fin de identificar las prácticas comunes que facilitarían la prestación de servicios transfronterizos. El objetivo es obtener un mercado interior regulado de los juegos en línea.

ACTO

Libro Verde de la Comisión Europea, de 24 de marzo de 2011, sobre el juego en línea en el mercado interior [COM(2011) 128 final - no publicado en el Diario Oficial].

SÍNTESIS

El presente Libro Verde tiene por objeto lanzar un debate sobre el desarrollo de los juegos en línea en la Unión Europea (UE). En la actualidad, existen dos grandes modelos nacionales que regulan el sector, a saber:

un marco estrictamente regulado en el que trabajan operadores con licencia que prestan servicios;
un monopolio sujeto a un estricto control.

Sin embargo, la aparición de importantes mercados en línea ilegales, «negros» (mercados en los que los operadores no tienen licencia) o «gris» plantea ciertos desafíos. Por ello, la Comisión Europea desea consultar a las distintas partes interesadas para regular mejor el desarrollo de dichas actividades a nivel cooperativo y transnacional.

Definición y legislación actual

El juego en línea se contempla en el artículo 56 del Tratado de Funcionamiento de la UE (TFUE) y está regulado por las normas de prestación de servicios. Este término incluye una amplia gama de actividades de servicios a las que los individuos pueden acceder directamente por vía electrónica tales como:

las apuestas deportivas en línea;
los juegos de casino;
los juegos en medios de comunicación;
los juegos promocionales;
los juegos de azar administrados por organismos de beneficencia y organizaciones sin ánimo de lucro reconocidos en beneficio de sus obras;
los servicios de lotería.

En el marco de los juegos en línea, Internet y otras plataformas tecnológicas (los teléfonos móviles, por ejemplo) se utilizan:

para proponer servicios de juego en línea a los consumidores;
para permitir a los consumidores hacer apuestas o jugar unos contra otros intercambios de apuestas o póquer en línea);
como circuito de distribución (billetes de lotería, por ejemplo).

Comunicaciones comerciales utilizadas por los proveedores de servicios de juego en línea para la promoción y la oferta

Las principales comunicaciones comerciales para promover los servicios en línea son:

publicidad en televisión;
publicidad en la prensa escrita o en la televisión;
comunicaciones comerciales en línea;
promociones de ventas (por ejemplo, ofertas especiales);
marketing directo;
contratos de patrocinio;
anuncios (banners) y ventanas emergentes («pop-up») en los sitios web que no son sitios de juego.

Servicios de pago y desembolso

En general, los operadores solicitan a los clientes que efectúen un depósito previo sobre una cuenta de juego a través de:

tarjetas de crédito;
monederos electrónicos;
transferencias bancarias;
tarjetas de prepago;
giros de dinero.

Identificación de clientes

Es necesario identificar a los clientes para proteger a los menores, prevenir el blanqueo de capitales y el fraude, y gestionar los controles de conocimiento de la clientela. No obstante, la falta de reconocimiento mutuo de la identificación en la UE plantea dificultades.

Objetivos de interés público

La Comisión identifica tres objetivos de interés público que los Estados pueden utilizar para definir su política nacional en el ámbito de los juegos en línea.

la protección de los consumidores: se trata de proteger a los jugadores frente a los servicios fraudulentos y especialmente a los jugadores que tienen una dependencia. Los Estados miembros disponen ya de un cierto número de instrumentos como los límites de edad, la prohibición del recurso al crédito o la limitación de algunas formas de juego. La Comisión propone reflexionar sobre la eficacia de tales instrumentos para proteger a los consumidores;
el orden público: los Estados miembros deben esforzarse en prevenir los fraudes y las prácticas desleales así como el blanqueamiento de capitales. Para luchar contra esos problemas, la Comisión señala la aplicación de determinados tipos de medidas como la diligencia debida con respecto a los clientes, los controles de pago y los controles operativos;
la financiación de las actividades de interés público: el recurso a los ingresos del juego varían considerablemente de un Estado miembro a otro. La Comisión desea examinar más concretamente los sistemas de retorno de ingresos a los organizadores de acontecimientos, así como el riesgo de «parasitismo» de los sistemas de canalización de ingresos por la prestación de servicios de juego en línea.

Bloqueo de pagos y regímenes de responsabilidad

Los Estados miembros muestran una fuerte disparidad en su manera de gestionar la concesión de licencias, la regulación y la supervisión del juego en línea. Mediante el presente Libro Verde, la Comisión quiere analizar el verdadero papel de los organismos de regulación de los Estados miembros.

Las autoridades encargadas de los juegos en línea pueden cooperar con actores nacionales y europeos. La Comisión desearía reforzar ese tipo de cooperación.

En algunos Estados miembros, existen métodos de bloqueo destinados a limitar los servicios de juego en línea ilícitos y transnacionales mediante:

Filtrado del sistema de nombres de dominio (DNS);
Bloqueo del Protocolo de Internet;
Bloqueo de pagos basándose en los códigos de categoría de comercio de los operadores.

La Comisión pretende desarrollar herramientas que permitan este tipo de procedimiento a escala transnacional, así como otras prácticas.

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