Declaración anual sobre la zona euro - 2007

El saneamiento de las finanzas públicas y las reformas estructurales son los desafíos más importantes para los Estados miembros de la zona euro. Para superarlos, la Comisión europea invita a los dirigentes de la zona euro a aprovechar las nuevas oportunidades brindadas por el crecimiento económico de la misma. Además, la zona euro debería estar mejor representada en la escena internacional dominada por la globalización.

ACTO

Comunicación de la Comisión al Consejo, al Parlamento Europeo, al Comité Económico y Social Europeo, al Comité de las Regiones y al Banco Central Europeo, de 3 de mayo de 2007, «Declaración anual sobre la zona euro (2007)» [COM (2007) 231 final - no publicada en el Diario Oficial].

SÍNTESIS

En la presente Comunicación, la Comisión Europea expone su posición sobre la manera en la que los Estados miembros de la zona euro pueden asumir sus responsabilidades y retos comunes. El documento, acompañado del Informe anual sobre la zona euro (EN), tiene por objetivo contribuir al debate sobre los resultados económicos de la zona euro y el funcionamiento de la unión económica y monetaria (UEM).

Un símbolo tangible de la evolución de Europa: el euro

La integración económica representa un elemento esencial para la fructífera evolución de Europa. Los jefes de Estado o de Gobierno así lo reafirmaron, durante la celebración del 50º aniversario del Tratado de Roma en 2007, en la declaración de Berlín: «el mercado común y el euro nos fortalecen». La moneda única es, efectivamente, un símbolo tangible de la evolución de Europa. Animados por el éxito de la introducción del euro en Eslovenia desde el 1 de enero de 2007, otros Estados miembros han acelerado sus preparativos para poder entrar en la zona euro en cuanto cumplan los criterios de convergencia. El 16 de mayo de 2007, la Comisión Europea confirmó que Chipre y Malta cumplen dichos criterios y pueden, por tanto, introducir el euro a partir del 1 de enero de 2008, a condición de que el Consejo de Ministros así lo decida.

El Consejo Europeo pone de relieve la importancia de las políticas fiscales prudentes

Dentro del marco de la estrategia de Lisboa, el Consejo Europeo de la primavera de 2007 ha adoptado una serie de recomendaciones específicas sobre la zona euro que ponen de relieve la necesidad de aplicar políticas fiscales prudentes, mejorar la calidad de las finanzas públicas y lograr una mayor adaptabilidad de los mercados de bienes y servicios. Los jefes de Estado o de gobierno abogan, asimismo, por una mayor armonización de las evoluciones de los salarios y la productividad y una aceleración del ritmo de integración de los mercados financieros.

Crear cimientos sólidos para la recuperación económica

La zona euro registró un crecimiento del 2,7 % en 2006, lo que representa la mayor tasa de crecimiento observada desde 2000. La expansión del empleo aumentó hasta alrededor del 1,5 % en 2006, o dicho de otro modo: se crearon cerca de dos millones de nuevos puestos de trabajo. En diciembre de 2006, la tasa de paro alcanzó el 7,5 %, nivel mínimo observado en los últimos 15 años. La inflación se mantuvo alrededor del 2 % el año pasado, pero disminuyó al final del año, como consecuencia de la relajación de los precios de la energía. Según la Comisión Europea, las perspectivas de un crecimiento continuo en la zona euro son más favorables en el 2007 que en numerosos años pasados.

Aunque haya ciertos indicios sobre una mejor resistencia frente a las perturbaciones globales, la Comisión Europea recuerda la existencia de imprevistos en la actualidad geopolítica actual o de tensiones en los tipos de cambio que podrían llevar a un crecimiento inferior al previsto.

Para poder continuar con la recuperación económica de la zona euro, se requiere la aplicación de una política macroeconómica equilibrada. Por ello, la Comisión Europea pide a los Estados miembros que aprovechen la reactivación económica para lograr el saneamiento de sus situaciones presupuestarias antes del final de la década. Dicho saneamiento de las finanzas públicas reforzaría, asimismo, la eficacia de las políticas fiscales y monetarias. Además, el saneamiento presupuestario ayudará a los países de la zona euro a hacer frente a los efectos económicos vinculados al envejecimiento de la población.

La Comisión reconoce que los miembros de la zona euro se han esforzado en corregir sus déficits excesivos. En enero de 2007, el Consejo decidió poner fin al procedimiento de déficit excesivo aplicado a Francia, y, el 16 de mayo de 2007, la Comisión recomendó al Consejo poner fin a los procedimientos de déficit excesivo en curso contra Alemania y Grecia. Lo mismo ocurrió para Malta, cuyo objetivo es introducir el euro a partir del 1 de enero de 2008. Sin embargo, la Comisión subraya que los Estados miembros, especialmente aquellos que están corrigiendo sus déficits excesivos, deben acelerar su saneamiento presupuestario con el fin de alcanzar sus objetivos presupuestarios a medio plazo.

La Comisión destaca igualmente que los países de la zona euro deben preparar el terreno para las nuevas reformas estructurales. El programa de reforma económica de Lisboa es fundamental para fomentar el crecimiento y el empleo en los 27 Estados miembros, pero también incluye una dimensión suplementaria para la zona euro. Dentro de esta última hay que considerar que las reformas económicas reducirán los cuellos de botella y contribuirán a la recuperación económica. Por otro lado, unos mercados de productos, de trabajo y de capital eficaces son esenciales para garantizar un ajuste armónico a las perturbaciones económicas. No obstante, el ajuste de algunos países de la zona euro a sus perturbaciones específicas es demasiado lento, lo que demuestra la necesidad de reforzar las reformas económicas.

Adaptar el mercado único al siglo XXI y ofrecer más ventajas a los ciudadanos

Todos los Estados miembros de la Unión Europea deben asegurarse de que el mercado interior esté preparado para aprovechar las oportunidades y superar los retos del siglo XXI. Un mercado interior dinámico puede favorecer una mayor sincronización de los ciclos económicos nacionales. Asimismo, puede acelerar el ajuste de los precios y salarios a las perturbaciones económicas. Hace veinte años, cuando el Acta Única Europea entró en vigor, la economía europea era relativamente homogénea y dependía en gran medida de la fabricación masiva de productos normalizados. En el marco de la globalización, de las nuevas tecnologías y de la ampliación de la UE, la economía depende, cada vez más, de los sectores de servicios y de los basados en el conocimiento con un alto grado de discriminación de los productos.

En su Comunicación «Un mercado único para los ciudadanos» [COM (2007) 60 final], la Comisión aboga por la adaptación del mercado único a las nuevas realidades. Insiste sobre la necesidad de ofrecer beneficios aún más concretos a los ciudadanos, empresarios, trabajadores y consumidores europeos. Para ello, el mercado único no debe limitarse a medidas orientadas a superar los obstáculos jurídicos transfronterizos a la actividad económica. La Comisión europea presentará, a finales de 2007, un análisis completo del mercado único con propuestas concretas de acción.

Imponerse en la escena internacional dominada por la globalización

La zona euro forma parte de una economía mundial cada vez más interdependiente. En 2006, la apreciación del euro fue alrededor del 11 % frente al dólar estadounidense y aproximadamente del 12,5 % frente al yen japonés. Sin embargo, en términos reales, la apreciación del euro fue menor (+3,5 %). Las tendencias constatadas en 2006 continuaron durante los primeros meses de 2007.

La existencia de desequilibrios globales constituye un hecho preocupante para la economía mundial. El Fondo Monetario Internacional (FMI) organizó consultas multilaterales en las que la zona euro ha participado activamente junto con otras grandes potencias económicas. Los participantes de esta consulta sobre los desequilibrios globales estuvieron de acuerdo con respecto a las medidas siguientes:

ACTOS CONEXOS

Comunicación de la Comisión al Consejo, al Parlamento Europeo, al Comité Económico y Social Europeo, al Comité de las Regiones y al Banco Central Europeo, de 12 julio de 2006, «Declaración anual sobre la zona euro (2006)» [COM (2006) 392 final - no publicada en el Diario Oficial].

En su Declaración anual sobre la zona euro de 2006, la Comisión Europea enumera los retos principales a los que dicha zona ha de hacer frente, entre los que se encuentran:

En el ámbito externo, la creciente importancia del euro como moneda mundial y los retos a los que se enfrenta la economía mundial hacen necesaria una mejor representación de la zona euro en lo relativo a las cuestiones económicas y financieras internacionales.

Última modificación: 29.05.2007