52006DC0360

Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo - Aplicación de la sostenibilidad de la pesca en la UE a través del rendimiento máximo sostenible {SEC(2006) 868} /* COM/2006/0360 final */


ES

Bruselas, 4.7.2006

COM(2006) 360 final

COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL CONSEJO Y AL PARLAMENTO EUROPEO

Aplicación de la sostenibilidad de la pesca en la UE a través del rendimiento máximo sostenible

{SEC(2006) 868}

ÍNDICE

1. Introducción (...)3

2. Beneficios que reportará el enfoque del rendimiento máximo sostenible (RMS) (...)4

2.1. Inversión de la tendencia al declive (...)4

2.2. Mejora de la situación económica de la pesca (...)6

2.3. Mejora de la balanza comercial (...)6

2.4. Reducción de los descartes y el impacto sobre las especies no objetivo (...)6

3. Cómo conseguir mejoras (...)6

3.1. Planteamiento general (...)6

3.2. Cómo abordar el cambio de los ecosistemas (...)7

3.3. Planes a largo plazo (...)8

4. Gestión del ajuste (...)9

5. Hacia la aplicación: los próximos pasos (...)10

6. Conclusión (...)11

ANEXO A Extracto del Plan de Aplicación de las Decisiones de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, Johannesburgo, 2002 (...)13

1. Introducción

El rendimiento económico del sector pesquero en Europa podría mejorar sustancialmente si se eliminase gradualmente la sobrepesca. Esta eliminación acarrearía beneficios económicos para la industria pesquera al reducir los costes, mejorar las capturas, mejorar la rentabilidad de la pesca y reducir los descartes.

Garantizar el uso sostenible de los recursos pesqueros constituye obviamente un requisito previo para, antes de que pueda pensarse en aprovechar plenamente su potencial, garantizar la viabilidad del sector, razón por la cual la gestión de la pesca en la Comunidad se ha centrado recientemente en la recuperación de las poblaciones más agotadas. Pero, aunque la situación de muchas poblaciones comerciales exija todavía medidas de recuperación, parece llegado el momento de gestionar las actividades pesqueras europeas de una manera distinta, de buscar el éxito en vez de limitarse a prevenir el fracaso.

La Comunidad y sus Estados miembros suscribieron en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible (CMDS) celebrada en Johannesburgo en septiembre de 2002 un compromiso político internacional que les obliga a mantener las poblaciones de peces o restablecerlas a niveles que puedan producir el rendimiento máximo sostenible, y a lograr esos objetivos en relación con las poblaciones agotadas con carácter urgente y, cuando sea posible, a más tardar en el año 2015 (anexo A).

Grosso modo, por rendimiento máximo sostenible se entiende el rendimiento máximo que se puede obtener año tras año. Se caracteriza por un nivel de mortalidad por pesca que, en promedio, genera un tamaño de la población que produce el rendimiento máximo sostenible.

La presente Comunicación establece una nueva orientación política en relación con la gestión de la pesca en la Comunidad cuyo objetivo es aplicar este enfoque, acelerando su evolución hacia un sistema de gestión a plazo más largo que se centre en la explotación óptima del potencial productivo de los recursos marinos vivos de Europa sin poner en peligro su utilización por las generaciones futuras. Este enfoque es totalmente coherente con el objetivo más amplio de la política pesquera común de garantizar una explotación de los recursos acuáticos vivos que facilite unas condiciones económicas, medioambientales y sociales sostenibles.

Esta tendencia debe situarse asimismo en el contexto de la aplicación gradual del enfoque de la gestión basado en los ecosistemas, que es un objetivo de la política pesquera común, y de los enfoques integrados por los que abogan la reciente Estrategia Europea para el Medio Marino [1] y los trabajos preparatorios que conducirán a una Política Marítima de la UE. En su momento, la Comisión presentará propuestas suplementarias para completar adecuadamente la aplicación de todos los compromisos adquiridos en la CMDS.

Los beneficios mencionados solo pueden obtenerse si se restringe más la pesca durante un periodo de transición. Será necesario tomar decisiones bien fundamentadas sobre el ritmo del cambio y resulta esencial asociar a todas las partes afectadas al correspondiente proceso decisorio. La ayuda financiera, tal como la prevista en la propuesta de Fondo Europeo de la Pesca, contribuiría a mitigar las repercusiones sociales y económicas de las restricciones y debería facilitarse durante la fase de transición, antes de que se consigan los beneficios económicos plenos.

La presente Comunicación contiene el enfoque político para aplicar una gestión de la pesca basada en el rendimiento máximo sostenible en la Comunidad. Se encontrará más información sobre los niveles de sobrepesca de las poblaciones de peces registrados actualmente en la UE y sobre las ventajas potenciales que se derivarían de la aplicación de este enfoque en el documento de trabajo de los servicios de la Comisión que acompaña a la Comunicación [2].

2. Beneficios que reportará el enfoque del rendimiento máximo sostenible (RMS)

2.1. Inversión de la tendencia al declive

Aunque algunas poblaciones, como las de arenque y caballa, se están explotando a unos niveles próximos a la sostenibilidad, las capturas de muchas poblaciones bentónicas europeas han descendido de manera espectacular en las últimas décadas (figura 2.1). Sencillamente, se ha pescado demasiado en relación con el potencial productivo de las poblaciones.

La Comisión considera que aplicar sistemas de gestión de las poblaciones de peces basados en el rendimiento máximo sostenible contribuirá a invertir esta situación. Además de garantizar que no se produzca un derrumbamiento de las poblaciones, permitirá la constitución de poblaciones de mayor tamaño, lo que aumentará las posibilidades de pesca a un coste inferior y con un valor unitario superior, ofreciendo así una mayor garantía de riqueza. El mayor tamaño de las poblaciones de peces serviría además para amortiguar las variaciones, debidas a factores medioambientales, en el número de juveniles que se incorporan anualmente a la población.

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Figura 2.1. Estimación de los desembarques de especies demersales en varias zonas de las aguas comunitarias. Fuente: estimaciones del CIEM, salvo para el Mar Mediterráneo (FAO).

2.2. Mejora de la situación económica de la pesca

La pesca a los niveles de RMS reduciría los costes e incrementaría los beneficios para la industria pesquera, al disminuir el esfuerzo (y los costes asociados, tales como el combustible) necesario para capturar cada tonelada de pescado. Para los Estados miembros y quienes viven de la pesca será más fácil tomar decisiones si hay más pescado que capturar y más riqueza que distribuir entre la industria pesquera.

2.3. Mejora de la balanza comercial

Las importaciones plantean al sector pesquero comunitario un reto competitivo importante. El 60 % aproximadamente del pescado consumido en la Comunidad es de importación, y la proporción es todavía mayor en el caso del sector demersal (pescado blanco). En los últimos años, se han importado más de 10 millones de toneladas de pescado anuales.

El pescado procedente de poblaciones que se gestionan a niveles próximos al rendimiento máximo sostenible se beneficia de las ventajas competitivas que suponen la estabilidad del suministro (ya que se puede garantizar la disponibilidad) y la calidad elevada (ya que merece la pena invertir en la manipulación de productos, por ser más estables las perspectivas a largo plazo).

2.4. Reducción de los descartes y el impacto sobre las especies no objetivo

La reducción de la mortalidad por pesca es la solución óptima al problema de los descartes. Los peces se descartan porque, tras subir la captura a bordo de un buque, resultan ser demasiado pequeños, o de valor demasiado escaso, o quedan fuera de la cuota disponible.

Cuando se pesca a niveles del RMS, es más elevada la proporción de peces grandes y de alto valor que se capturan. Por cada tonelada de pescado comercializable desembarcada habrá menos peces que deban descartarse.

Es también frecuente que la pesca de especies comerciales perturbe los hábitat y perjudique a las especies no comerciales, incluidos los delfines y las marsopas. Si se reduce la tasa de mortalidad por pesca de los niveles actuales a niveles próximos al RMS se reducirá igualmente la captura accidental de estas especies no objetivo.

3. Cómo conseguir mejoras

3.1. Planteamiento general

Para que los peces puedan crecer más y alcancen un valor y un rendimiento superiores en el momento de la captura, hay que reducir la proporción de peces que se extrae del mar [3]. Inicialmente esto supondría una reducción de las capturas, pero, cuando las poblaciones recobren su buen estado, las capturas se incrementarán hasta unos niveles más elevados de manera sostenible.

Tratar de reconstituir las poblaciones de peces sin una estrategia a largo plazo es una tarea arriesgada y difícil. Las poblaciones de peces son difíciles de medir y, aun cuando la actividad pesquera sea el factor que más influye en el buen estado de una población, también intervienen otros, como los cambios medioambientales y la afluencia de juveniles. La gestión de la pesca debe centrarse en la sostenibilidad y la estabilidad, y tratar de conseguir un equilibrio entre la actividad pesquera y la capacidad productiva de las poblaciones. Tal objetivo puede alcanzarse gradualmente reduciendo el número de buques de pesca o el esfuerzo pesquero que ejercen.

Para que los pescadores puedan obtener el rendimiento máximo sostenible de una población, tenemos que definir la tasa de pesca apropiada para cada población basándonos en los mejores dictámenes científicos disponibles. También tenemos que decidir con qué ritmo deberán efectuarse los ajustes anuales para alcanzar dicha tasa objetivo. Estas decisiones deberán aplicarse mediante planes a largo plazo según lo previsto en la normativa marco de la política pesquera común.

Al preparar sus propuestas de planes a largo plazo, la Comisión examinará una amplia gama de instrumentos, tales como los métodos para ajustar anualmente los TAC y los ajustes de los niveles de esfuerzo, incorporando consideraciones cautelares. Si procede, se tendrá también en cuenta la aportación de medidas técnicas tales como las zonas de veda o la regulación de la estructura de los artes de pesca.

Resultará necesario, por descontado, someter a revisión los planes a largo plazo deseados, incluidos los porcentajes y las medidas asociadas, ya que los ecosistemas y el medio ambiente cambian con el paso del tiempo.

3.2. Cómo abordar el cambio de los ecosistemas

Existe una gran incertidumbre en cuanto a la evolución de los ecosistemas marinos en relación con la modificación del clima y la meteorología. Aun cuando es indudable que estos y otros factores medioambientales pueden afectar a las poblaciones de peces, en muchos casos es la propia pesca el factor más influyente. Su explotación con tasas de captura más bajas permitirá a las poblaciones de peces resistir mejor los cambios ecológicos.

Tratar de gestionar una población de peces con el objetivo de situarla en determinado tamaño podría exigir importantes cambios en la actividad del sector para contrarrestar las modificaciones ambientales a corto plazo. Esto generaría una inestabilidad inaceptable para esta industria, motivo por el cual resulta preferible que la actividad extractiva se desarrolle a un ritmo constante y sostenible [4].

A medida que se reduzca la mortalidad por pesca y se reconstituyan las poblaciones, aumentarán nuestros conocimientos de los ecosistemas y de su potencial productivo y podrán ajustarse los objetivos de gestión a largo plazo en función de estos nuevos conocimientos.

Es importante mantener el equilibrio en los ecosistemas marinos. Disminuir la pesca de una especie para favorecer el rendimiento de otra sería un enfoque de alto riesgo, ya que la actividad económica dependería de menos recursos y resultaría más vulnerable al agotamiento de las poblaciones.

La pesca de todas las especies de un ecosistema debería tener lugar normalmente a una tasa inferior a la correspondiente a la obtención del rendimiento máximo sostenible a largo plazo. En algunas pesquerías («pesquerías mixtas») es posible capturar varias especies en la misma marea. Para evitar la sobrepesca accidental de una especie como captura accesoria, puede resultar necesario incluir en algunos planes a largo plazo medidas adicionales tales como la modificación de los artes de pesca y de las zonas y temporadas de veda.

3.3. Planes a largo plazo

Los planes a largo plazo deben ser el instrumento esencial para aplicar este nuevo enfoque. La Comisión considera que estos planes deben prepararse del siguiente modo:

· deben ser consultados los sectores afectados, es decir, pescadores, consumidores y cualquier otra parte interesada;

· los dictámenes científicos imparciales deben ser la base de cualquier plan;

· deben tenerse debidamente en cuenta las repercusiones económicas, sociales y medioambientales de las medidas propuestas;

· debe definirse una tasa de pesca objetivo, así como la manera de alcanzarla gradualmente, en lugar de pretender gestionar los niveles de biomasa;

· los planes deben procurar reducir cualquier impacto adverso de la pesca sobre el ecosistema;

· cuando habitualmente se capturen a la vez poblaciones distintas, los planes deben incluir medidas técnicas destinadas a garantizar que todas ellas se pesquen de manera compatible con sus objetivos respectivos;

· los planes pueden también prever la posibilidad de explotar algunas poblaciones a niveles inferiores al RMS con el fin de conseguir un aumento de la productividad de otras especies;

· los planes deben fijar los objetivos con independencia de la situación biológica de la población en el momento de su entrada en vigor, aunque pueden exigir medidas de conservación más estrictas en caso de que un recurso esté más agotado;

· cuando, por falta de datos u otras circunstancias, los dictámenes científicos no puedan cuantificar las acciones necesarias para alcanzar la situación de rendimiento máximo sostenible, los planes deben especificar las directrices adecuadas;

· los planes y sus objetivos deben estar sometidos a revisión periódica.

4. Gestión del ajuste

La Comunidad y sus Estados miembros se han comprometido a alcanzar el objetivo del RMS. Ahora tenemos que decidir a qué ritmo se va a avanzar para alcanzarlo y cómo gestionar la transición. El éxito en la aplicación de este nuevo enfoque depende grandemente de la capacidad del sector pesquero, a nivel nacional, para adaptarse a la nueva situación.

Una vez adoptados los planes a largo plazo en los que se establezcan unos objetivos adecuados para las poblaciones, los Estados miembros tendrán que decidir el ritmo a que debe avanzarse para alcanzar estos objetivos y la manera de gestionar la transición. Existen actualmente dos grandes enfoques para la gestión de este cambio.

1. Una posibilidad sería centrarse en la eficiencia económica reduciendo la capacidad de pesca, la inversión y el empleo hasta los niveles estrictamente necesarios para pescar a la tasa que permite obtener el rendimiento máximo sostenible. Las capturas serían más elevadas, las flotas pesqueras serían más pequeñas, se daría trabajo a un menor número de pescadores (aunque podría aumentar el número de empleos en tierra en labores de transformación), la pesca resultaría más rentable y la regulación de las pesquerías más sencilla y menos onerosa. Algunas pesquerías y algunos Estados miembros padecen actualmente cierta escasez de pescadores cualificados, por lo que las consecuencias sociales de la reducción del tamaño de las flotas podrían no ser excesivas.

2. Otra posibilidad sería mantener los niveles de empleo actuales, al precio de ineficiencias económicas. Esto significaría mantener el tamaño de las flotas, pero reducir la eficiencia de la pesca restringiendo la capacidad de captura de los buques (p. ej., limitando su tamaño, su potencia o sus artes de pesca) o imponiendo limitaciones al número de días de mar. Algunos Estados miembros han utilizado ya estos instrumentos y, durante los últimos tres años, la Comunidad ha impuesto restricciones al número de días de mar en varias pesquerías demersales. En comparación con la situación actual, el número total de capturas sería más elevado, las flotas pesqueras estarían sometidas a reglamentos más restrictivos y habría más tiempo parcial en la actividad laboral y en la actividad pesquera de los buques, pero la pesca resultaría más rentable, porque se mantendrían las capturas reduciendo al tiempo los costes variables (p. ej. los costes del combustible). El paso a una actividad pesquera de menor escala, con niveles inferiores de eficiencia, podría también generar un aumento de los rendimientos teniendo al mismo tiempo menos consecuencias directas sobre el empleo en el mar. El mantenimiento del empleo puede ser compatible con la reducción de las tasas de pesca si se pasa a un tipo de pesca menos intensivo en capital.

El primero de estos dos enfoques implica reducir la capacidad de las flotas nacionales, medida de gestión de las actividades pesqueras que la Comisión considera más fácil de controlar. Por otra parte, con cualquiera de los dos enfoques sería más fácil gestionar los cambios si se producen gradualmente, motivo por el cual conviene dar inicio al proceso cuanto antes.

La decisión sobre la estrategia económica que aplicarán al sector de la pesca corresponde a los Estados miembros, ya que son ellos los que deciden cómo asignar las posibilidades de pesca a nivel nacional [5]. El papel principal de la Comunidad en este contexto es aportar el marco de gestión que permita eliminar gradualmente los sobrepesca. La Comunidad podría también favorecer las transformaciones estructurales en el sector de la pesca a través del actual Instrumento Financiero de Orientación de la Pesca (IFOP) y del propuesto Fondo Europeo de la Pesca. Estos instrumentos permiten dedicar fondos a la adaptación o adquisición de buques pesqueros, a la reconversión profesional de los pescadores y al fomento de la actividad económica tanto dentro de la rama no extractiva del sector pesquero como fuera del propio sector.

Aun cuando corresponda a los Estados miembros elegir la estrategia económica, la Comisión desea señalar que en el pasado las soluciones distintas de la reducción de capacidad han generado rechazo social y problemas a la hora de aplicarlas: resulta difícil mantener una flota pesquera sobredimensionada y no utilizarla.

Antes de efectuar cualquier cambio importante en la gestión de las actividades pesqueras resulta obviamente necesario analizar sus efectos económicos y sociales. No obstante, las particularidades de cada flota pueden variar mucho de un Estado miembro a otro, así como de una pesquería a otra. En razón de esta diversidad, no resulta viable una evaluación general del impacto social y económico. La Comisión propone, en su lugar, la aplicación de un enfoque específico para cada región y cada pesquería, según se bosqueja en la sección siguiente. El Consejo tendrá oportunidad de examinar la estrategia para cada pesquería a la luz del análisis de impacto realizado por la Comisión y del dictamen de los consejos consultivos regionales (CCR).

5. Hacia la aplicación: los próximos pasos

A lo largo de los próximos años, la Comisión propondrá planes a largo plazo destinados a conseguir que todas las poblaciones de peces importantes de las aguas comunitarias sean objeto de unas tasas de pesca que permitan obtener el rendimiento máximo sostenible. En el caso de las poblaciones que se gestionan conjuntamente con terceros países, la Comunidad tratará de elaborar acuerdos conjuntos de gestión que tengan el mismo objetivo.

Los planes tendrán como punto de partida la pesquería, y se referirán a grupos de poblaciones que se capturen conjuntamente.

Los principios que orientarán su elaboración serán los siguientes:

a) la Comisión, al preparar sus propuestas, consultará activamente con los CCR;

b) la Comisión preparará unas evaluaciones adecuadas de las consecuencias del plan en estrecha cooperación con los CCR afectados;

c) los planes a largo plazo incluirán reducciones programadas de las tasas de pesca, que se lograrán principalmente mediante los ajustes del total admisible de capturas y la gestión del esfuerzo, pero que incorporarán asimismo medidas técnicas cuando proceda;

d) los planes podrían incluir elementos tales como la limitación del grado en que pueden variar las posibilidades de pesca de un año al siguiente y estarán pensados para garantizar una transición estable y gradual, por lo cual podrían incluir medidas predefinidas junto con sus condiciones de aplicación;

e) los planes a largo plazo deberían actualizarse a intervalos de cinco años aproximadamente;

f) las medidas encaminadas a garantizar su cumplimiento efectivo serán parte integrante del proceso;

g) los planes a largo plazo incluirán, cuando proceda, hitos que se utilizarán para calibrar los progresos conseguidos en el logro del RMS.

Al llevar a cabo este proceso, la Comisión dará prioridad a las pesquerías en las que la industria haya apoyado un enfoque específico a través de los CCR y a las pesquerías en las que la obtención del rendimiento máximo sostenible pueda generar con más rapidez beneficios económicos y para la conservación.

Implantar una serie completa de planes a largo plazo que permitan obtener el objetivo del RMS llevará su tiempo. Mientras se negocian las propuestas de planes a largo plazo será necesario garantizar que las decisiones sobre gestión anual de la Comunidad tengan en cuenta el objetivo de 2015 y, como mínimo, no dificulten más su logro.

Como primer paso en este proceso, la Comunidad debería adoptar, con efectos a partir de 2007, unas decisiones de gestión que garanticen que no se incremente la tasa de pesca de ninguna población que ya sea objeto de sobrepesca.

Este proceso debe entenderse sin perjuicio de otras medidas, tales como los planes de recuperación, que se adopten de conformidad con el enfoque cautelar para reducir el riesgo de agotamiento a corto plazo de una población.

6. Conclusión

La pesca es una ocupación intrínsecamente arriesgada, y ello se debe en no escasa medida a la variabilidad de los ecosistemas marinos. Pero la sobrepesca reiterada en las últimas décadas ha ocasionado el agotamiento de las poblaciones, el descenso de las capturas y la elevación del coste de conseguirlas. Por este motivo, los pescadores se han visto expuestos a riesgos superfluos y obligados a efectuar gastos innecesarios. Además, el déficit ha tenido que enjugarse con pescado importado o de cría.

Es posible hacer algo, y debe hacerse. La Comisión asumirá sus responsabilidades en la preparación de unas propuestas sólidas basadas en los mejores conocimientos científicos disponibles y tras consultar ampliamente con las partes interesadas. La Comisión invita a los Estados miembros y al sector pesquero a unirse a este proceso. El cumplimiento de los compromisos contraídos en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible permitirá al sector pesquero funcionar de una manera más segura, menos arriesgada y más rentable.

ANEXO A

Extracto del Plan de Aplicación de las Decisiones de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, Johannesburgo, 2002

31. Para lograr la sostenibilidad de la pesca, se habrán de adoptar las siguientes medidas en todos los planos:

a) Mantener las poblaciones de peces o restablecerlas a niveles que puedan producir el máximo rendimiento sostenible, y, con carácter urgente lograr esos objetivos en relación con las poblaciones agotadas y, cuando sea posible, a más tardar en el año 2015;

b) Ratificar los acuerdos o disposiciones de las Naciones Unidas sobre la pesca y, cuando corresponda, los acuerdos o disposiciones regionales conexos, o adherirse a ellos, y aplicarlos eficazmente, en particular el Acuerdo sobre la aplicación de las disposiciones de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, de 10 de diciembre de 1982, relativas a la conservación y ordenación de las poblaciones de peces transzonales y las poblaciones de peces altamente migratorios, y el Acuerdo de 1993 para promover el cumplimiento de las medidas internacionales de conservación y ordenación por los buques pesqueros que pescan en alta mar;

c) Aplicar las disposiciones del Código de Conducta para la pesca responsable de 1995, tomando nota de las necesidades especiales de los países en desarrollo, como se señala en el artículo 5 del Código, y los planes de acción internacionales y las directrices técnicas pertinentes de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación;

d) Elaborar y ejecutar, con carácter urgente, planes de acción nacionales y, cuando corresponda, regionales con el fin de dar cumplimiento a los planes de acción internacionales de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, en particular el Plan de acción internacional para la gestión de la capacidad de pesca, antes de 2005, y el Plan de acción internacional para prevenir, desalentar y eliminar la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, antes de 2004. Establecer medios eficaces de vigilancia, información y ejecución, así como de supervisión de los buques de pesca, incluso por los Estados del pabellón, a fin de fomentar la aplicación del Plan de acción internacional para prevenir, desalentar y eliminar la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada;

e) Alentar a las organizaciones y mecanismos regionales pertinentes de ordenación de la pesca tengan debidamente en cuenta los derechos, obligaciones e intereses de los Estados ribereños y las necesidades especiales de los Estados en desarrollo al tratar la cuestión de la distribución de los recursos pesqueros en el caso de las poblaciones de peces transzonales y altamente migratorios, teniendo presentes las disposiciones de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y el Acuerdo sobre la aplicación de las disposiciones de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, de 10 de diciembre de 1982, relativas a la conservación y ordenación de las poblaciones de peces transzonales y las poblaciones de peces altamente migratorios, en alta mar y en las zonas económicas exclusivas;

f) Eliminar los subsidios que contribuyen a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, así como al exceso de capacidad, llevar a buen término las iniciativas tomadas en la Organización Internacional del Comercio para aclarar y mejorar las normas sobre subsidios de pesca, teniendo en cuenta la importancia que tiene este sector para los países en desarrollo;

g) Fortalecer la coordinación entre los donantes y las asociaciones de colaboración entre las instituciones financieras internacionales, los organismos bilaterales y otros interesados para permitir a los países en desarrollo, en particular a los países menos adelantados, los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países de economías en transición, desarrollar su capacidad nacional, regional y subregional para la creación de infraestructura para la pesca y la gestión integrada y la explotación sostenible de los recursos pesqueros;

h) Apoyar el desarrollo sostenible de la acuicultura, incluso en pequeña escala, dada su creciente importancia para la seguridad alimentaria y el desarrollo económico.

[1] COM(2005) 505.

[2] Información técnica para la Comunicación de la Comisión «La aplicación de la sostenibilidad en la pesca de la UE mediante el rendimiento máximo sostenible: estrategias de crecimiento y empleo». Documento de trabajo de los servicios de la Comisión - SEC(2006) 868.

[3] Suele medirse utilizando la tasa de mortalidad por pesca anual, que es la cantidad de peces capturados en un año dividida por la cantidad media de población que puede ser pescada en el mar durante el año. En el documento de trabajo de los servicios de la Comisión que acompaña a la presente Comunicación se encontrará un informe técnico sobre el uso de este parámetro en la aplicación del enfoque RMS.

[4] En el documento de trabajo de los servicios de la Comisión se describen las ventajas de este modelo de actividad extractiva.

[5] Artículo 20, apartado 3, del Reglamento (CE) nº 2371/2002.

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