52002DC0122

Informe de la Comisión - La tecnología medioambiental en pro del desarrollo sostenible /* COM/2002/0122 final */


INFORME DE LA COMISIÓN - La tecnología medioambiental en pro del desarrollo sostenible

RESUMEN

En el Consejo Europeo celebrado en Lisboa en marzo de 2000, la Unión Europea se fijó el objetivo siguiente: convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo. En el Consejo Europeo celebrado en Gotemburgo en junio de 2001, se aprobó una estrategia de desarrollo sostenible, con lo que se añadió una dimensión medioambiental a la estrategia de Lisboa. Las tecnologías medioambientales constituyen un puente importante entre la estrategia de Lisboa y el desarrollo sostenible y poseen el potencial de contribuir al crecimiento mejorando al mismo tiempo el medio ambiente y protegiendo los recursos naturales.

Las tecnologías medioambientales nuevas e innovadoras pueden sumarse al crecimiento económico de diversos modos. Siempre que reduzcan los costes de la protección medioambiental, conseguiremos aumentar ésta pagando menos o cumplir las normas vigentes a menor coste. Con ello se liberan recursos para utilizarlos en otros sectores de la economía. Asimismo ayudan a disociar la contaminación medioambiental y la utilización de los recursos del crecimiento económico, dando más posibilidades a nuestras economías para que crezcan a largo plazo a la vez que se mantienen dentro de los límites de nuestro medio ambiente, lo que es fundamental para lograr un desarrollo sostenible.

Un sector de tecnología medioambiental innovador puede ayudar a sostener el crecimiento si es capaz de conectar con los mercados de exportación de rápido crecimiento. El comercio de tecnologías avanzadas puede ser ventajosos tanto para la Unión Europea como para otros países que necesiten esa tecnología para ayudarles a solventar sus propios problemas medioambientales. Creando tecnologías mejores y más rentables facilitamos mayores opciones a los países que se enfrentan a las mismas restricciones medioambientales que nosotros.

Es evidente que al hablar de tecnologías medioambientales nos referimos a algo más que a dispositivos de final de proceso para eliminar la contaminación. Las tecnologías medioambientales incluyen tecnologías «integradas» que evitan que se generen contaminantes en el proceso de producción, así como nuevos materiales, procesos de producción eficientes en relación con los recursos y la energía, conocimientos medioambientales y nuevos métodos de trabajo. En resumen, deberíamos considerar las tecnologías medioambientales desde un punto de vista amplio, del mismo modo que desde una perspectiva política nuestras preocupaciones deberían centrarse en la utilización y el potencial de las tecnologías medioambientales en el sistema económico.

El reconocimiento en la estrategia de Lisboa de que necesitamos renovar nuestro capital para mejorar nuestro rendimiento económico nos ofrece, pues, la oportunidad de invertir en una economía que es a la vez más competitiva y capaz de respaldar el desarrollo sostenible. En concreto, la ampliación de la Unión Europea y las inversiones necesarias para cumplir el acervo medioambiental ofrecen una gran oportunidad a la UE-15 y a los países candidatos de incrementar su participación en las tecnologías medioambientales y contribuir al desarrollo sostenible.

Las tecnologías medioambientales constituyen ya un sector industrial en expansión. La creciente demanda de un mejor medio ambiente ha dado lugar a una oferta cada vez mayor de técnicas, productos y servicios ecológicos tanto en los países industrializados como en vías de desarrollo. No obstante, carecemos de datos que reflejen todas las tecnologías innovadoras utilizadas. Los datos de que disponemos sólo abarcan un reducido grupo de tecnologías medioambientales, en el que se incluyen únicamente las que están impulsadas simplemente por los requisitos de protección medioambiental. No obstante, los datos con los que contamos muestran que es este un sector diverso y dinámico, que está bien situado para desempeñar un buen papel en este creciente mercado.

Las políticas comunitarias fomentan ya las nuevas tecnologías medioambientales de diversas maneras. Pero una gran parte de su potencial no se aprovecha debido a las barreras de mercado e institucionales que dificultan su utilización. En concreto, sucede con frecuencia que los precios de mercado no reflejan todo el valor de los recursos medioambientales, por lo que los mercados no facilitan las señales adecuadas a los inversores. El resultado es que tanto las empresas como los hogares sistemáticamente invierten en tecnologías innovadoras por debajo de lo que sería conveniente.

Por consiguiente, es fundamental eliminar los obstáculos de mercado y adecuar los precios internalizando los costes medioambientales en los precios de mercado, si se desea aprovechar plenamente el potencial de las tecnologías medioambientales y proporcionar incentivos para conseguir mayores niveles de investigación y desarrollo en este campo. Hay otro tipo de obstáculos que también cuentan, como la falta de información y las restricciones de los mercados de capitales. La actividad innovadora también depende considerablemente de cómo se conciben los instrumentos normativos y otros instrumentos de los que se valen las políticas, primando la mejora de la calidad normativa y la gobernanza.

La Unión Europea puede contribuir al crecimiento sostenible a escala interna y mundial, creando e incorporando al mercado nuevas tecnologías medioambientales. De ahí que la Comisión tenga la intención de elaborar un Plan de actuación para eliminar las barreras que impiden una mayor difusión de las tecnologías medioambientales y para promover su desarrollo y utilización.

INFORME DE LA COMISIÓN

La tecnología medioambiental en pro del desarrollo sostenible

1. Introducción

En la reunión celebrada en Estocolmo en marzo de 2001, el Consejo Europeo anunció que, en la primavera de 2002, revisaría la contribución que el sector de la tecnología medioambiental puede hacer para fomentar el crecimiento y el empleo. En el Consejo Europeo de Gotemburgo [1], celebrado en junio de 2001, se señaló que la Comisión prepararía un informe sobre este particular. La presente Comunicación es una respuesta a ese compromiso, en la que se prepara el escenario para la elaboración de un futuro Plan de actuación.

[1] En las conclusiones del Consejo Europeo de Gotemburgo se señala que la Comisión presentará un informe en el que se evalúe cómo puede la tecnología medioambiental promover el crecimiento y el empleo.

El presente documento hay que enfocarlo en el contexto de los objetivos estratégicos fijados para la Unión Europea en los recientes Consejos Europeos de Lisboa y Gotemburgo. En la reunión del Consejo Europeo celebrada en Lisboa en marzo de 2000, la Unión se fijó el objetivo siguiente: convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión. En el Consejo Europeo celebrado en Gotemburgo en junio de 2001, se aprobó una estrategia en pro del desarrollo sostenible que añade una dimensión medioambiental a la estrategia de Lisboa.

La estrategia de la Unión Europea en pro del desarrollo sostenible se basa en el principio de que el crecimiento económico, la protección del medio ambiente y la inclusión social deben ir unidos. En este sentido, las tecnologías medioambientales que disminuyen los costes de la protección medioambiental pueden desempeñar una función doble. Por un lado nos ayudan a satisfacer unas mayores demandas de un medio ambiente más limpio reduciendo los efectos medioambientales del crecimiento económico y, por otro, disminuyen los efectos en el propio crecimiento del PIB derivados de unas normas medioambientales más estrictas. Dicho de otra forma, desempeñan un papel importante disociando las repercusiones medioambientales del crecimiento económico.

Hay vínculos fuertes y naturales entre la estrategia de Lisboa en favor de una Europa competitiva, dinámica y globalizadora y la estrategia de Gotemburgo en pro de una Europa sostenible. Fomentar los avances tecnológicos y renovar el capital total de la Unión Europea son objetivos principales de la estrategia de Lisboa. Con el fin de aumentar el empleo y asegurar la sostenibilidad financiera, a la vez que se proporcionan los márgenes necesarios para lograr unas políticas económicas y sociales más globalizadoras, la estrategia de Lisboa contempla la necesidad de disponer de políticas que puedan elevar la tasa de crecimiento de la economía de la Unión Europea en torno al 3%. Para alcanzar este objetivo, el índice de crecimiento de la inversión, del desarrollo y de la tecnología debería acelerarse considerablemente.

Garantizar que la inversión futura sea ecológica será un aspecto crítico. Las empresas europeas necesitarán invertir más en investigación y desarrollo y tender hacia el concepto de una industria basada en el conocimiento. En concreto, un aumento considerable de la investigación pública y privada y del desarrollo [2] será una señal importante del deseo subyacente de un futuro sostenible. Sólo un cambio de actitud de estas características puede llevar a la industria europea a un planteamiento basado en el conocimiento, en el que los sistemas de producción y los modelos de consumo sean compatibles con el desarrollo sostenible.

[2] «El Consejo Europeo debería aprobar medidas para reforzar el ámbito europeo de investigación e innovación estableciendo el objetivo del 3% del PIB para el gasto global, público y privado, en investigación y desarrollo, que habría de alcanzarse antes de que finalice la década. De ese total, la cantidad aportada por las empresas debería aumentar a cerca de dos tercios, frente al 55% actual». Comunicación de la Comisión al Consejo Europeo de primavera en Barcelona, La estrategia de Lisboa -- Hacer realidad el cambio.

La estrategia de Lisboa se centra también en la eliminación de las barreras de mercado y en la determinación de los incentivos adecuados para lograr una nueva ola de avances tecnológicos. Por consiguiente, su impulso general --incluidos asuntos como la realización del mercado interior en el sector financiero y la simplificación del marco normativo-- también ayudará al nacimiento de soluciones innovadoras y empresas con visión de futuro en el ámbito de las tecnologías medioambientales. No obstante, los problemas de la infrainversión y de la difusión lenta son más agudos tratándose de las tecnologías medioambientales. Además de los factores tradicionales, como la falta de capital riesgo, la aversión al riesgo o la burocracia, las inversiones en las tecnologías medioambientales son limitadas debido a que los precios de mercado no recompensan suficientemente una buena actuación medioambiental.

La presente Comunicación comienza con una breve presentación, en la sección 2, del concepto de tecnología medioambiental utilizado en el documento. En la sección 3 se ofrecen indicaciones del mercado general de la tecnología medioambiental basándose en las tendencias observadas en una pequeña parte de este sector: la ecoindustria europea. En la sección 4 se presenta una descripción preliminar del mercado mundial de la tecnología medioambiental y la posición que ocupa en él la industria europea. En la sección 5 se ofrece un panorama general de las posibles evoluciones en el ámbito de las tecnologías medioambientales y en la sección 6 se describen las barreras existentes en el mercado que dificultan su desarrollo y utilización así como algunas medidas e instrumentos a los que se está recurriendo actualmente para superarlas. El informe concluye enumerando, en la sección 7, algunas directrices para las tareas futuras.

2. Las tecnologías medioambientales: conceptos y definiciones

Las tecnologías medioambientales incluyen las tecnologías integradas que impiden que se generen contaminantes en el proceso de producción y las tecnologías de final de proceso que reducen la emisión en el medio ambiente de los contaminantes que se hayan producido. También pueden incluir nuevos materiales, procesos de producción eficientes respecto a los recursos y la energía, conocimientos medioambientales y nuevos métodos de trabajo. En este informe se adopta una visión amplia de la tecnología medioambiental de modo que se incluyan todas las tecnologías cuya utilización sea menos dañina desde el punto de vista medioambiental que las alternativas pertinentes.

Es evidente que este concepto no debe limitarse a un número reducido de actividades centrales, pudiendo incluir productos intermedios, maquinaria, equipamiento y vehículos utilizados para la protección del medio ambiente y la actividad medioambiental de todas las empresas. Con él se reconoce también que, en una economía basada en el conocimiento, la tecnología tiene que ver cada vez más con nuestras capacidades y conocimientos y no sólo con la mera presencia de los procesos industriales o con un elevado gasto de capital por empleado. De ahí que la tecnología medioambiental incluya las aplicaciones de baja y alta tecnología. Potenciar el grado de tecnología inherente a las aplicaciones de baja tecnología es tan importante como potenciarlo en las aplicaciones que ya son de alta tecnología.

De hecho, las tecnologías medioambientales son tan comunes y diversas en nuestra economía que es muy difícil definirlas con precisión. La definición varía con el tiempo, debido a que toda tecnología que mejora la actuación medioambiental existente es una tecnología medioambiental según el sentido que se utiliza en el presente documento. Ahora bien, este aspecto estadístico tiene una importancia secundaria. Desde una perspectiva política debe centrarse la atención en la utilización y el potencial de las tecnologías medioambientales en todo el sistema económico. Toda inversión supone una elección entre tecnologías más o menos medioambientales. Esto es cierto incluso tratándose de las tecnologías cuya finalidad principal no es el medio ambiente. En la actualidad, la inversión total en todo tipo de tecnologías representa aproximadamente el 20% del PIB [3]. Ese es el «mercado» de la tecnología medioambiental que se examina en el presente informe.

[3] Comisión Europea, 2001.

Es evidente que algunas tecnologías medioambientales se ven impulsadas por planteamientos medioambientales, entre ellos la legislación, y no por la rentabilidad. Respecto de esas tecnologías se dispone de datos basados en la definición de «ecoindustria» que dan la OCDE y Eurostat. Ahora bien, debe subrayarse que la actividad de la ecoindustria definida de este modo es principalmente una respuesta a los efectos medioambientales de la actividad económica y que aumentar las dimensiones del sector no debe considerarse un objetivo de la política. De igual modo, si bien un sistema sanitario eficaz es un instrumento necesario para proteger la salud, se trata de un medio, no de un fin en sí mismo. De hecho, a largo plazo, una pequeña «ecoindustria», definida de manera restrictiva, sería la señal de que la sociedad organiza la producción y el consumo de manera sostenible y produce menos contaminación.

Otras tecnologías medioambientales son soluciones doblemente positivas, que permiten a la vez un aumento de la actuación medioambiental y una mejora del rendimiento económico. Por ejemplo, algunas utilizaciones de la tecnología de la información pueden hacer que las empresas aumenten su rentabilidad mejorando el empleo de sus recursos, lo que puede reportar ventajas medioambientales, aun cuando no fuera el motivo principal de su modo de proceder. Las tecnologías de este tipo pueden disociar la contaminación medioambiental del crecimiento económico y permitir que nuestras economías crezcan con mayor rapidez, a la vez que se mantienen dentro de nuestros límites medioambientales. Por definición, este tipo de tecnologías son buenas para la rentabilidad de las empresas y, por consiguiente, para el crecimiento. No es fácil prever, sin embargo, las posibilidades de desarrollo futuro de este tipo de tecnologías.

Por tales motivos, es muy difícil evaluar la contribución potencial al crecimiento de las tecnologías medioambientales en conjunto.

Desafortunadamente, no se dispone de datos que permitan hacerse una idea de la utilización de la tecnología medioambiental en su sentido más amplio. Sí se tienen datos de las «ecoindustrias», que abarcan un segmento más restringido, y, aunque no pueden utilizarse para efectuar cálculos cuantitativos del potencial de las tecnologías medioambientales para sumarse al crecimiento económico, sigue mereciendo la pena examinar detenidamente este estrecho segmento ya que ofrece una imagen de una industria diversa y dinámica. Asimismo, esos datos ofrecen una indicación somera de las tendencias y el potencial de los mercados en el campo más amplio de las tecnologías medioambientales. Es importante repetir, sin embargo, que el propósito de este informe no se limita a las tecnologías que abarca la definición estadística de ecoindustria.

3. La ecoindustria europea

Es posible evaluar la tecnología medioambiental, en su definición restringida, valiéndose de la definición [4] estándar que dan la OCDE y Eurostat de las ecoindustrias, según la cual son todas las actividades que producen bienes y servicios para medir, evitar, limitar, reducir al mínimo o corregir los daños ambientales causados al agua, al aire y al suelo, así como los problemas relacionados con los residuos, el ruido y los ecosistemas.

[4] OCDE y Eurostat, 1999.

Esta definición incluye tres categorías de actividades: 1) la gestión de la contaminación, de carácter preventivo o paliativo (como reducir las emisiones y los riesgos medioambientales o solucionar los daños causados al medio ambiente); 2) tecnologías y productos (integrados) más limpios, que son las actividades que mejoran, reducen o eliminan continuamente los efectos medioambientales de las tecnologías generales; 3) la gestión de los recursos (como la energía renovable y el suministro de agua).

Los cálculos del tamaño de la ecoindustria que se ofrecen en el presente documento se basan en las estadísticas oficiales sobre el gasto medioambiental, definido de manera restringida, en el conjunto de la economía. Al leer e interpretar estas estadísticas hay que tener cuidado con dos aspectos:

* En primer lugar, toda tecnología afecta de algún modo al medio ambiente, por lo que la OCDE y Eurostat sólo incluyen el gasto que esté claramente motivado por la protección medioambiental. Lo que, en la práctica, supone que, si una empresa crea un motor cuya utilización resulta más barata y que a su vez resulta ser más limpio, no se considera una «tecnología medioambiental» según esa definición estadística.

* En segundo lugar, es probable que los datos subestimen los gastos originados por los productos y las tecnologías (integradas) más limpios debido a las dificultades de evaluación, como, por ejemplo, determinar qué productos son más limpios, lo que supone que sólo se incluyen parcialmente en los cálculos.

Un problema particular es el que plantea el que los datos no reflejen muchas soluciones doblemente positivas, que representan a la vez una oportunidad empresarial y una mejora para el medio ambiente. Con lo cual, las estimaciones del tamaño de la ecoindustria sólo pueden utilizarse como un indicador aproximado de la evolución actual del mercado en algunos sectores que están relacionados más directamente con la protección medioambiental y la gestión de los recursos naturales, y no reflejan la totalidad de las tecnologías medioambientales que se utilizan.

En 1999, el sector de la ecoindustria de la UE-15 originó un volumen de negocios global de 183.000 millones de euros (el 2,3% del PIB de la Unión Europea) y proporcionó empleo directo a aproximadamente 1,6 millones de personas (el 1% del empleo total) [5] [6].

[5] Ecotec, 2002.

[6] La comparación con el producto interior bruto (PIB) se da únicamente para indicar el orden de magnitud. El volumen de negocios y el PIB no son directamente comparables. En la Unión Europea, los cálculos más precisos de la parte del PIB dedicada a la protección medioambiental y a la gestión de los recursos son del orden del 3%.

>REFERENCIA A UN GRÁFICO>

El volumen de negocios de las ecoindustrias de la UE-15 relacionadas con la gestión de la contaminación y las tecnologías y productos más limpios ascendió a 127.000 millones de euros (el 1,6% del PIB), proporcionando empleo a un millón de personas aproximadamente [7]. La figura 1 [8] muestra que el sector de gasto más grande es el del tratamiento de las aguas residuales, seguido de cerca por el de la gestión de los residuos sólidos. La categoría 'Otros' pone de manifiesto la diversidad del sector. En ella se incluye el gasto relacionado con el ruido y las vibraciones, los análisis de seguimiento y la evaluación, la limpieza de suelos contaminados, I+D medioambiental, y la administración y la gestión. Dicho de otro modo, la producción de la tecnología medioambiental se halla dispersa por toda la economía e incluye aplicaciones de baja y alta tecnología.

[7] Ecotec, 2002.

[8] Ecotec, 2002.

Las actividades de gestión de los recursos representaron otros 650.000 puestos de trabajo y un volumen de negocios de 56.000 millones de euros (el 0,7% del PIB) en la UE-15 [9]. Se trata, en concreto, del suministro de agua (33.000 millones), reciclado de materiales (14.000 millones) y protección de la naturaleza (7.000 millones). Estos cálculos no incluyen el sector de las energías renovables. Aunque el suministro de agua es un sector de actividad de la UE-15 que se caracteriza por su madurez, es uno de los segmentos del mercado de crecimiento más rápido en un contexto global.

[9] Ecotec, 2002.

Las cifras más fiables de que se dispone para determinar las tendencias de la UE-15 son las del período de 1994 a 1999, correspondientes al sector de la gestión de la contaminación y las tecnologías y productos más limpios [10]. Las cifras muestran que, en ese periodo de cinco años, el volumen de negocios de este segmento del sector de la ecoindustria creció un promedio del 5% real anual, mientras que el PIB aumentó un 2,5%, aproximadamente. El empleo en este sector creció más de prisa que el volumen de negocios, situándose entre un 6% y un 7% anual. Esta elevada tasa de creación de puestos de trabajo refleja en concreto un crecimiento especialmente rápido de la gestión de residuos sólidos, un sector caracterizado por la elevada intensidad de la mano de obra.

[10] Análisis incluido en Ecotec, 2002.

RECUADRO 1 - De las soluciones de final de proceso a las tecnologías integradas

Mientras que las políticas comunitarias y nacionales se ocupaban de los problemas medioambientales inmediatos, como la gestión de los residuos o la reducción de la contaminación del aire y del agua, su aplicación dependía mucho de las soluciones de final de proceso. Se calcula que, por término medio, un tercio de la inversión en tecnologías medioambientales atañe a las tecnologías integradas y no a las soluciones de fin de proceso, aunque esta proporción varía dependiendo de los Estados miembros. Es probable que en el futuro recurramos más a las tecnologías integradas, que evitan la contaminación, cuando hagamos frente a problemas complejos, como los cambios climáticos y la eficiencia de los recursos.

Las tecnologías integradas son, con frecuencia, económicamente más ventajosas, ya que evitan los costes adicionales que acarrea el equipamiento suplementario y dan lugar a procesos de producción más eficaces. Uno de los objetivos de la política es hacer que las tecnologías medioambientales integradas resulten rentables, de modo que el mercado las respalde voluntariamente. El paso de las aplicaciones de fin de proceso a las soluciones de las tecnologías integradas debería incrementar la contribución potencial de las tecnologías medioambientales al desarrollo económico de Europa.

El volumen de negocios de las ecoindustrias de los países candidatos relacionadas con la gestión de la contaminación y las tecnologías y productos más limpios se sitúa en torno a los 10.300 millones de euros (el 1,9% del PIB), dando empleo a unas 770.000 personas [11]. El crecimiento real del volumen de negocios ha sido, por término medio, del 10% anual desde 1995 y la necesidad de aplicar el acervo medioambiental de la Unión Europea ha sido la fuerza impulsora clave. Hasta ahora, una gran parte de esta inversión se ha destinado a tecnologías de gestión de la contaminación, lo que refleja la necesidad de invertir en unas infraestructuras que pueden respaldar el desarrollo sostenible. Ahora bien, habrá que seguir aumentando las inversiones para cumplir con el acervo y no se prevé que éstas se paralicen sencillamente con la adhesión.

[11] Ecotec, 2002.

4. El mercado mundial de la tecnología medioambiental

De acuerdo con algunos cálculos, el mercado mundial de las tecnologías medioambientales representa unos 550.000 millones de euros [12], correspondiéndole a la Unión Europea un tercio, aproximadamente, del mismo (la figura 2 muestra la demanda en diferentes regiones). EE.UU., la Unión Europea y Japón dominan el mercado medioambiental mundial, ya que representan el 85% del mismo. Los mayores mercados de exportación para la ecoindustria de la UE-15 son EE.UU. y los países candidatos, seguidos del sudeste asiático, Sudamérica y Oriente Próximo. Estas cifras deben manejarse con cuidado, debido a las dificultades que plantean las definiciones estadísticas.

[12] Según los cálculos de Environmental Business Journal (EBJ), vol. XIII, núm. 3/4, 2001, «The Environmental Goods and Services Industry in the EU to 2010»; Instituto de Prospectiva Tecnológica, Sevilla (Comisión Europea), 1999.

>REFERENCIA A UN GRÁFICO>

En general, las pruebas indican que la Unión Europea cuenta con un sector de las exportaciones ecoindustriales competitivo y diverso y es un interlocutor mundial importante. Aunque sólo se dispone de estadísticas comerciales oficiales correspondientes a una quinta parte, aproximadamente, de la producción de la ecoindustria, en 1999 la Unión Europea contaba, en relación con esa fracción, con un excedente comercial con el resto del mundo superior a los mil millones de euros [13]. En los dos últimos años, sin embargo, el excedente comercial ha descendido ligeramente, debido a que otros países están creando sus propias ecoindustrias, lo que pone de manifiesto la presión para que las empresas de la Unión Europea sigan siendo competitivas.

[13] Ecotec, 2002.

Se calcula que, en el periodo de 1998-1999, las tasas de crecimiento real del gasto en los productos de este sector oscilaron entre el 7% y el 9% en los mercados desarrollados, mientras que, en los mercados en desarrollo, el crecimiento durante el mismo periodo fue mayor (entre el 10% y el 17%), registrándose el crecimiento más elevado en África y América Latina [14]. De manera más general, muchos estudios de previsiones consideran que esta será una de las industrias de crecimiento más rápido del siglo XXI [15].

[14] Análisis incluido en Ecotec, 2002.

[15] OCDE, 1999.

Teniendo en cuenta su competitividad actual y, especialmente, si no se ve obstaculizada por las barreras de mercado la ecoindustria europea parece bien situada para disfrutar del crecimiento continuado de estos mercados. La Unión Europea parece que es especialmente competitiva en sectores como los de las infraestructuras de tratamiento del agua y de las aguas residuales, las infraestructuras y las actuaciones de gestión del agua, las tecnologías de control de la contaminación atmosférica y los bienes y servicios relacionados con las energías renovables.

La inversión en los países candidatos tendrá que crecer, por término medio, entre un 2% y un 3% del PIB para hacer frente a los costes totales derivados del cumplimiento del acervo medioambiental, que, de acuerdo con cálculos efectuados recientemente, oscilan como mínimo entre 80.000 y 110.000 millones de euros [16]. El valor total de los beneficios medioambientales resultantes se calcula que estará comprendido entre 130.000 y 680.000 millones de euros en los próximos diez años [17]. La UE-15 y los países candidatos deberían permitir que estos beneficios se obtengan de la manera más eficaz posible, garantizando que todas las soluciones de tecnología medioambiental se consigan de manera económica mediante un mercado competitivo.

[16] COM(2001)304 final.

[17] Ecotec, 2001.

El desarrollo de este mercado competitivo redundará en beneficio mutuo de la UE-15 y los países candidatos. Numerosas empresas de la UE-15 y de los países candidatos ya están creando empresas mixtas y se tienen pruebas de que, con ello, las ecoindustrias están creciendo y se están volviendo más competitivas en los países candidatos. De hecho, las exportaciones de estos últimos a la UE-15 se duplicaron aproximadamente entre 1995 y 1999, alcanzando 123 millones de euros [18].

[18] Ecotec, 2002.

RECUADRO 3 - Ventajas de las transferencias de tecnología

No todas las ventajas del comercio repercuten en la Unión Europea. El fomento de la nueva tecnología medioambiental en Europa contribuye al desarrollo sostenible en el mundo, si se comparten estas nuevas tecnologías. En concreto, la ecoindustria de la UE-15 puede ayudar a los países candidatos a incrementar los niveles tecnológicos, aprendiendo de las experiencias pasadas de la UE-15. Gracias a la creación de nuevas tecnologías que reduzcan los costes de la protección medioambiental, podremos beneficiarnos y hacer que se beneficien otros utilizando eficazmente esta tecnología para resolver sus propios problemas medioambientales.

No obstante, es necesario tener cuidado de que las tecnologías obsoletas (como, por ejemplo, vehículos o fábricas renovados) no vayan a parar a países en desarrollo cuya legislación medioambiental sea menos estricta, o de que estos países no resulten perjudicados de otros modos. En concreto, es necesario difundir las soluciones que se encuentren para el cambio climático y los problemas de transporte y, por ejemplo, el mecanismo de aplicación conjunta y para un desarrollo limpio, tal como se creó mediante el Protocolo de Kyoto, tiene una dimensión implícita en cuanto a la transferencia de tecnología. También hay posibilidades para promover centros de tecnología «apropiada» y «medioambiental» que pueden ayudar a difundir tecnologías medioambientales adecuadas a las necesidades locales.

5. Las tecnologías medioambientales del mañana: panorama general

La tecnología es en general un arma de doble filo. Es a la vez la causa de diversos problemas medioambientales y la clave que permite solucionarlos. Las tecnologías contaminantes están minando nuestros recursos vitales básicos: el agua limpia, el aire fresco y el suelo fértil. Ahora bien, en todos los sectores económicos (transporte, energía, industria y agricultura), hay nuevas tecnologías medioambientales disponibles o que están naciendo.

En la última década, gracias a nuevas soluciones técnicas se ha podido eliminar gradualmente materiales peligrosos, nocivos o escasos y sustituirlos por otros menos escasos y más seguros (substitución de materiales). La eliminación gradual de los CFC en los productos de línea blanca y del cloro en la pasta de papel y en el papel son sólo dos ejemplos. En muchos sectores, la creación de materiales de gran rendimiento ha dado lugar a unos ahorros de recursos considerables y a un mayor reciclado (desmaterialización).

No resulta fácil ofrecer un mapa general de las invenciones, innovaciones y aplicaciones nuevas del campo de las tecnologías medioambientales y además no respondería al objetivo del presente informe. No obstante, resulta útil ofrecer un panorama amplio de los sectores en los que pueden esperarse cambios importantes y donde las posibilidades de utilización de las soluciones innovadoras pueden ser máximas. La experiencia de los últimos años ofrece pruebas convincentes de ese potencial e indicaciones acerca de sus tendencias futuras. No obstante, las tecnologías mencionadas a continuación se presentan sólo a modo de ejemplo y no tienen por que ser forzosamente las mejores soluciones ni las más rentables a largo plazo.

Conversión, conservación y empleo de la energía

El consumo mundial de energía se ha incrementado cerca de un 70% desde 1971 [19] y todo hace pensar que seguirá creciendo progresivamente en las próximas décadas. Según los cálculos más pesimistas, en 2010 ese consumo y las emisiones de CO2 habrán aumentado más de un 40% con relación a los niveles de 1990 [20]. A pesar del continuo descenso de la demanda final de energía en la mayoría de los países avanzados, la relación entre crecimiento económico y aumento del consumo de energía dista mucho de haberse roto. El problema principal no es el consumo energético en sí mismo, sino que la fuente principal de energía sean los combustibles fósiles, que proporcionan aproximadamente el 80% de la energía comercial mundial [21] y causan graves efectos en el aire, en la atmósfera y en el clima.

[19] IEA, 2001.

[20] Véanse, por ejemplo: IEA, 2000; US EIA, 2000; IIASA & WEC 1998.

[21] IEA, 2001.

El Libro Verde de la Comisión sobre seguridad del abastecimiento energético [22] esboza la estrategia energética futura de la Unión Europea, con la que se pretende alcanzar el objetivo doble de reducir la dependencia de la energía importada y aminorar los efectos que produce en el medio ambiente el consumo de energía. Varias propuestas del Libro Verde se encuentran ya en una fase avanzada de aplicación y otras se pondrán en marcha como parte del programa de trabajo de la Comisión para 2002. El compromiso de la Unión Europea con el Protocolo de Kyoto es la fuerza motriz que impulsa la evolución de esta política.

[22] Libro Verde de la Comisión Europea: Hacia una estrategia europea de seguridad del abastecimiento energético, COM(2000)769.

Algunas iniciativas de la Unión Europea, como SAVE (ahorro de energía y eficiencia energética) y ALTENER (energías renovables), se llevan aplicando desde principios de los años noventa; otras, en cambio, se hallan tan sólo en la fase inicial de aplicación, como los acuerdos alcanzados con los fabricantes e importadores europeos de vehículos sobre la eficiencia del combustible de estos últimos. No obstante, el crecimiento de las energías renovables ha sido lento en términos generales. La energía hidroeléctrica tiene poco potencial adicional y la biomasa --la otra fuente importante de energía renovable--se ha mantenido estable a pesar del excelente potencial de crecimiento. La energía eólica sigue ocupando un nivel modesto, excepto en algunas regiones, pero ha experimentado un impresionante crecimiento en los años noventa (duplicándose cada dos o tres años) y se considera un contribuyente de primer orden para lograr que las energías renovables alcancen la cota del 12% en 2010.

Hay asimismo otras iniciativas de la Unión Europea sobre conservación de la energía en los edificios y eficiencia energética de los aparatos que están en fase de preparación. Las técnicas de conservación de la energía poseen un considerable potencial para reducir la demanda energética de los sectores residencial y terciario, que representa el 41% de la demanda energética total [23]. De acuerdo con algunos cálculos, gracias a la combinación de técnicas de construcción adecuadas (entre ellas el aislamiento térmico y la tecnología de acristalamiento) y de nuevos métodos de gestión energética, podría conseguirse que las emisiones de gases de efecto invernadero originadas por la construcción se redujeran entre un 20% y un 25% en los próximos diez años [24]. En lo tocante a los aparatos, el objetivo es vencer la preferencia que muestran los consumidores por lograr un precio inferior en el momento de la adquisición en lugar de que el coste de la utilización real sea menor.

[23] ECCP, 2001.

[24] ECCP, 2001.

Transporte

El transporte de todo tipo representa más de la cuarta parte del consumo energético comercial mundial (un 32% en la Unión Europea y sigue creciendo [25]), con el resultado de que las emisiones de gases de efecto invernadero aumentan. El sector del transporte depende prácticamente al 100% del petróleo y consume aproximadamente la mitad de la producción petrolera mundial [26]. La mejora del consumo energético por pasajero ha sido escasa o nula en las últimas décadas. El empleo cada vez mayor de vehículos más potentes y el decreciente índice de ocupación han contrarrestado la mayor eficiencia energética de los vehículos. Como consecuencia, el creciente volumen de los transportes ha ocasionado un aumento del 21% del consumo energético entre 1990 y 1999 [27]. Además, se calcula que los costes sociales y medioambientales «externos» derivados del transporte se sitúan en torno al 8% del PIB, pudiendo reducirse mediante una tecnología medioambiental más eficiente [28].

[25] AEMA, 2001a.

[26] IEA,2001.

[27] Eurostat, 2001

[28] INFRAS, 2000. El grado de incertidumbre en los cálculos de este tipo es considerable.

El reciente Libro Blanco de la Comisión sobre la futura política común de transportes [29] propone que se rompa el tradicional vínculo entre crecimiento económico y efectos medioambientales del sector del transporte. En este contexto cabe destacar iniciativas importantes, como una mayor eficiencia en sentido amplio, elegir modos ecológicos (ferrocarril, vías navegables interiores, transporte marítimo de corta distancia), internalizar los costes medioambientales en los precios del transporte y fomentar combustibles alternativos y el transporte público. Algunas de estas medidas dependen fundamentalmente del desarrollo de tecnologías medioambientales, como los vehículos con motor de hidrógeno o pilas de combustible.

[29] Libro Blanco de la Comisión Europea: La política europea de transportes de cara al 2010: la hora de la verdad, COM(2001)370.

A mayor escala, el empleo de la tecnología de la información para la gestión del transporte o el sistema inteligente de transporte pueden contribuir significativamente a reducir la congestión del tráfico y los efectos medioambientales derivados. Aunque el sistema inteligente de transporte ya se utiliza en diversos lugares de Europa para gestionar el tráfico de carretera, su empleo puede ser mayor. El proyecto Galileo será crucial para aprovechar todo el potencial del mencionado sistema de transporte.

La utilización de los recursos en la producción industrial

Aunque las presiones medioambientales causadas por la industria están disminuyendo en general [30], la producción industrial es una fuente nada despreciable de contaminación y las emisiones industriales se han sometido tradicionalmente a controles normativos. En 1999, la industria de transformación seguía representando un 28% del consumo de energía total y el 20% de las emisiones de dióxido de carbono y de dióxido de azufre de la Unión Europea [31] [32]. Según los cálculos de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), la ecoeficiencia industrial en la Unión Europea ha mejorado en la última década, aunque este resultado oculta la existencia de tendencias divergentes en los Estados miembros. Los contaminantes industriales son especialmente característicos de las industrias pesadas, como la siderurgia, el refinado de petróleo, la pasta de papel y el papel y los productos químicos orgánicos.

[30] AEMA, 2001c (en particular, la figura 1.4 de la página 11).

[31] AEMA, 2001c.

[32] AEMA, 2001b.

La reducción de los efectos medioambientales causados por la producción de materiales a granel, creando y utilizando tecnologías nuevas, incipientes o que ya son comerciales, cuenta con un potencial considerable. Entre las tecnologías con un potencial considerable en la fase inicial de desarrollo cabe citar los materiales alternativos semejantes al cemento, la tecnología de los ánodos refractarios y los cátodos líquidos en la producción de aluminio y la reducción de la fusión en la fabricación del hierro. La utilización de materias primas renovables (por ejemplo, derivados de los vegetales) como carga industrial ya está bastante asentada en algunos sectores específicos de la industria química. Una mayor distribución de productos basados en materias primas renovables y la posibilidad de fabricar productos químicos a granel basados en esas materias ayudaría a reducir considerablemente la contaminación industrial.

Asimismo, está empezando a disponerse de un conjunto de técnicas biotecnológicas que, para un mismo nivel de producción, ofrecen la posibilidad de reducir las materias primas y el consumo de energía y producir una contaminación más baja y residuos reciclables y biodegradables. Se considera que la biotecnología es una tecnología con gran capacidad para crear productos y procesos industriales más limpios, como la biocatálisis, y se ha demostrado que con ella pueden conseguirse beneficios en industrias tradicionales como las del textil, el cuero y el papel. La bioterapia tiene también capacidad para limpiar el aire, el suelo y el agua contaminados: durante años se han utilizado bacterias para limpiar vertidos de petróleo y purificar las aguas residuales.

Gestión de los residuos

Según la AEMA, en la UE-15 se producen anualmente más de 250 millones de toneladas de residuos municipales y más de 850 millones de toneladas de residuos industriales. La tasa de crecimiento anual, calculada en torno al 3% [33], ha dejado atrás el crecimiento del PIB en la última década. Por otro lado, el aumento de las tendencias no sostenibles, que se refleja en unos gravámenes más elevados por la producción de residuos y en unas normas más estrictas sobre la recogida y eliminación de éstos, ha hecho que la gestión de los residuos se convierta en un campo muy dinámico.

[33] AEMA, 2001b.

Las tecnologías de este ámbito abarcan un espectro amplio de métodos de tratamiento, como, por ejemplo, mejores dispositivos y vehículos de recogida para lograr un reciclado más eficaz de materiales como el papel, los metales y el vidrio; mejores dispositivos de separación mecánica y nuevas tecnologías de gran escala para el tratamiento de los residuos orgánicos. En conjunto, estas nuevas tecnologías proporcionan una buena base para reducir considerablemente los vertidos y utilizar de forma óptima los residuos producidos.

Otro aspecto interesante es la posibilidad, cada vez más patente, de recuperar la energía de diversos tipos de residuos (lodos, neumáticos gastados, etc.). Con ello podría lograrse una producción considerable de energía, si bien debe combinarse con unos sistemas eficaces de limpieza de los gases de combustión, para evitar la producción de contaminantes atmosféricos nocivos. La mejor tecnología existente permite utilizar la mayor parte del contenido energético de los residuos.

Pesca

Una de las amenazas principales a la biodiversidad marina es la pesca, sobre todo por sus efectos en las especies no perseguidas y por el daño físico que producen determinados artes en el fondo del mar. Se han logrado avances considerables gracias a las rejillas selectoras, los elementos disuasorios y las redes de arrastre de fondo de efectos reducidos. No obstante, hay muchas posibilidades de lograr nuevos avances en la puesta a punto de material que limite esos efectos secundarios y, habida cuenta de que los problemas tienen un alcance mundial, las posibles soluciones técnicas pueden contar con un mercado importante. De igual modo, la acuicultura, que se halla en fase de expansión, se beneficiaría de los avances de la tecnología medioambiental en ámbitos como los piensos, los recintos de contención, la reducción de los residuos y la lucha contra los parásitos.

Tecnologías de la información y de las comunicaciones

La orientación y aceleración eficaz de las tecnologías de la información y de las comunicaciones podría constituir una evolución clave. Podría permitir que se consiguiera una mayor eficiencia en la utilización de los recursos mediante la mejora de los procesos o de los productos, gracias a la conversión de productos en servicios o mediante cambios estructurales.

Con la reingeniería de procesos destinada al comercio electrónico se puede reducir el empleo de materiales y el transporte; se pueden disminuir las existencias no utilizadas y el almacenamiento; con un transporte y una logística mejores se puede reducir el número de viajes y de camiones vacíos; el espacio de las oficinas y de las fábricas puede utilizarse mejor, etc. [34]

[34] Estudios de casos sobre la sociedad de la información y el desarrollo sostenible: mayo 2000, DG Sociedad de la Información - C1.

El ascenso del «contenido de información» de los productos, desde el punto de vista de su valor de mercado, ha sido más rápido que la caída de su contenido material. Con un nuevo aumento del valor, logrado gracias a una mejor concepción, a las nuevas características y a las posibilidades de utilización, y con el empleo de materiales más apropiados se puede disociar el crecimiento de la utilización de recursos.

Con unas comunicaciones avanzadas, otros productos podrían convertirse en servicios. Un periódico se convierte en un servicio de noticias en línea; un manual de instrucciones pasa a ser un servicio interactivo de asesoramiento técnico; mediante el acceso en línea a información y consejos sobre el cuidado de la salud se puede mejorar la calidad de los cuidados y evitar desplazamientos innecesarios. Gracias a los bancos en línea se pueden lograr unos servicios más cómodos para muchos clientes, sin el material y los recursos de las sucursales bancarias y sin necesidad de desplazarse.

En general, la aparición de infraestructuras informativas transformará las normas básicas de una sociedad industrializada que nos permite realizar cambios estructurales en la organización de nuestras infraestructuras de transporte y en nuestro estilo de vida y trabajo. Más de diez millones de personas «teletrabajan» ya en Europa y en 2001 aproximadamente el 25% de la mano de obra utilizaba un ordenador en casa por motivos laborales [35]. Gracias a la nueva concepción del lugar de trabajo se consigue una mejor utilización del espacio en edificios que emplean más eficazmente la energía y que están situados más cerca del lugar de residencia. Más del 50% de las empresas europeas utilizan en la actualidad servicios de trabajo electrónico a los que puede accederse por las redes de comunicación. Estos cambios pueden ayudar a disociar el crecimiento económico del aumento del transporte y aportar nuevas oportunidades laborales a los municipios.

[35] EuroBarometer, noviembre de 2001: Quality for Change. Informe de los servicios de la Comisión Europea - DG Empleo, marzo de 2002.

6. Aprovechar todo el potencial de las tecnologías medioambientales

Contexto para la aplicación de políticas selectivas

Si bien las tecnologías medioambientales poseen un potencial considerable, una gran parte de éste sigue sin aprovecharse debido a diversos obstáculos que dificultan su desarrollo y penetración en el mercado. Muchas de las barreras que entorpecen la implantación y difusión de nuevas tecnologías medioambientales son comunes a las demás tecnologías. Entre los factores que limitan el crecimiento de la nueva tecnología en la fase de desarrollo hay que citar la falta de financiación, la aversión al riesgo y la incertidumbre, una información insuficiente sobre la eficiencia de la tecnología y la falta de los conocimientos periciales necesarios (véase la figura 3).

Estos problemas pueden volverse más arduos si el entorno normativo es imprevisible. Evidentemente, los riesgos económicos y los costes de innovación también cuentan en este contexto, especialmente para la pequeña y mediana empresa y, una vez que han surgido, la segmentación del mercado y la falta de competencia pueden retrasar la difusión de nuevas tecnologías. A este respecto, la experiencia adquirida con la política tecnológica general es plenamente aplicable a las tecnologías medioambientales [36].

[36] La Comunicación de la Comisión Europea La innovación en una economía del conocimiento, COM(2000)567, de 20 de septiembre de 2000, examina los avances conseguidos recientemente en la Unión para estimular la innovación por parte de las empresas, explora cuáles deberían ser las prioridades actuales para promover la innovación y establece unas líneas directrices amplias para conseguir estas prioridades.

Figura 3: Factores que retrasan considerablemente los proyectos innovadores [37]

[37] Comisión Europea, 2000: Estadísticas sobre la innovación en Europa.

>REFERENCIA A UN GRÁFICO>

No obstante, el caso de las políticas para fomentar la innovación en el campo de las tecnologías medioambientales es más amplio que el de la política tecnológica general. El medio ambiente, entendido como aire y agua puros, un clima estable, recursos naturales abundantes y biodiversidad, constituye un bien común. Si estos bienes medioambientales comunes carecen de mercados, o si éstos son incompletos o ineficaces, entonces la tasa de rendimiento prevista procedente de las inversiones en tecnologías medioambientales será inferior a la que se obtendría si los precios reflejaran todo el valor de los bienes o servicios medioambientales, lo que hará que las inversiones en tecnología medioambiental innovadora realizadas por las empresas y los hogares sean inferiores a lo que debieran. Ello supone que no se adoptan soluciones rentables para los problemas medioambientales y que se incentiva menos la investigación y desarrollo de tales tecnologías.

Como respuesta, las políticas comunitarias ya fomentan de diversas formas las tecnologías medioambientales. Entre ellas, los intentos por adecuar los precios fomentando el uso de instrumentos económicos. El sistema de comercio de derechos de emisión de los gases de efecto invernadero que se propone para la Unión Europea es un buen ejemplo. Con él se creará un estímulo permanente por buscar nuevas formas de reducir las emisiones en las instalaciones afectadas, ya que los propietarios podrán vender los derechos de emisión. Ahora bien, a pesar de las políticas actuales, es evidente que hay que seguir trabajando para eliminar las barreras específicas que dificultan el desarrollo y aplicación de las nuevas tecnologías medioambientales.

Las políticas tienen que ser sensibles a los problemas a que se enfrentan determinadas tecnologías medioambientales, ya que estos problemas también varían en la curva de instrucción. Aun cuando se hayan encontrado nuevas soluciones, puede haber otros factores relacionados con la penetración en el mercado que frenen su adopción y utilización. En concreto, ni las empresas ni los hogares van a adoptar voluntariamente tecnologías medioambientales que sean relativamente caras. De ahí que la política deba centrarse en reducir el coste de las tecnologías medioambientales, de modo que sean adoptadas voluntariamente por las empresas para remplazar tecnologías antiguas y más contaminantes.

De hecho, los factores relacionados con el coste ponen de relieve un aspecto de la interrelación entre el medio ambiente y las políticas innovadoras. Además, estas políticas tienen que prestar atención a aspectos temporales, en particular los ciclos naturales de inversión. La incorporación de los avances medioambientales resulta menos costosa cuando el equipamiento debe sustituirse dentro del ciclo de inversión normal. Por ejemplo, la duración del ciclo de inversión de una industria pesada oscila entre veinte y treinta años, siendo el momento de realizar las inversiones un factor determinante del rendimiento medioambiental de la tecnología. Escoger el momento oportuno para introducir una tecnología garantiza que la repercusión en el crecimiento sea lo más favorable posible.

Política medioambiental

La política medioambiental de la Unión Europea puede influir considerablemente en la innovación y es importante que aproveche al máximo esa influencia. Por ejemplo, al fijar prioridades en esta política, la Comunidad está ofreciendo directrices claras sobre dónde se necesitan nuevas tecnologías con mayor urgencia.

Un marco legislativo más previsible y coherente facilitará una programación consecuente a largo plazo y evitará la multiplicación de las modificaciones que aumentan los costes a los que deben hacer frente tanto los investigadores como los inversores. En este contexto, el VI Programa de medio ambiente, Medio ambiente 2010: el futuro está en nuestras manos [38], señala cuatro sectores medioambientales prioritarios para los próximos diez años: hacer frente al cambio climático, proteger la naturaleza y la biodiversidad, mejorar la salud medioambiental y nuestra calidad de vida y gestionar los recursos naturales y los residuos. Ya se han fijado metas concretas, sobre todo en lo tocante a las medidas sobre el cambio climático, entre las cuales están los objetivos de Kyoto. Por otro lado, la legislación medioambiental recoge asimismo objetivos específicos.

[38] Puede encontrarse información sobre las políticas medioambientales de la Comisión Europea en http://www.europa.eu.int

El VI Programa de medio ambiente también reconoce la necesidad de que la política medioambiental utilice mejor la capacidad del comercio para idear soluciones innovadoras que se adoptarán en el mercado y para crear incentivos adecuados en el propio mercado. Asimismo reconoce la importante función que pueden cumplir los consumidores influyendo en el mercado de las tecnologías medioambientales. Uno de los instrumentos principales para dominar los conocimientos técnicos del comercio será la política de productos integrada, que tiene por objeto reducir de forma rentable el efecto de los productos a lo largo de su ciclo de vida útil valiéndose de diversos instrumentos. Lo que supondrá crear las condiciones necesarias para lograr el desarrollo y la utilización eficaces de la tecnología medioambiental.

La Directiva sobre la prevención y el control integrados de la contaminación (IPPC) es un instrumento importante para el fomento y la difusión de la tecnología medioambiental. Los propietarios o directores de determinadas instalaciones industriales deben solicitar un permiso basado en las mejores técnicas disponibles (BAT). La Comisión organiza un intercambio general de información que se traduce en los documentos de consulta sobre las mejores técnicas disponibles, en los que se hace un repaso de las mejores técnicas existentes en el momento. Las condiciones para la obtención de los permisos se adaptarán en función de las modificaciones de las mejores técnicas disponibles. Así pues, la prevención y el control integrados de la contaminación reflejan un concepto dinámico que permite un aprovechamiento continuo de las tecnologías medioambientales.

Con medidas voluntarias se puede estimular a las empresas y los hogares para que aprovechen las oportunidades. Uno de estos instrumentos es el sistema comunitario de gestión y auditoría medioambientales (EMAS), que anima a las empresas a evaluar y mejorar de manera continua la gestión y los procesos medioambientales. La etiqueta ecológica de la Unión Europea ofrece información a los consumidores para que puedan conocer y escoger productos ecológicos.

Los nuevos métodos ecológicos de trabajo apenas tienen utilidad si su aceptación no es multitudinaria. Las directrices sobre empleo de la Unión Europea estimulan a los Estados miembros a aprovechar al máximo el potencial que posee este sector al respecto [39]. El Programa LIFE proporciona ayuda para actividades innovadoras y de demostración por parte del sector industrial y de las autoridades locales. Con ello se ayuda a las empresas a demostrar el sentido comercial de las nuevas tecnologías medioambientales.

[39] Directriz sobre el empleo nº 10.

Políticas energética y de transporte

Los sectores de la energía y del transporte se caracterizan por una tecnología de gran volumen, muy desarrollada y comparativamente barata (coches, centrales térmicas, etc.). Las nuevas tecnologías se enfrentan con frecuencia a una ardua batalla ya que tendrán que someterse a un proceso de desarrollo técnico e inicialmente se producirán en cantidades mucho menores. La energía eólica es un buen ejemplo. Hace diez años, este tipo de energía no era competitiva pero, gracias a los incentivos financieros y de otro tipo, la tecnología ha mejorado y los volúmenes de producción han aumentado hasta el punto de que los costes se han reducido hasta unos niveles comparables a los de la electricidad producida mediante combustibles fósiles (en condiciones óptimas en lo tocante a los vientos).

Una tecnología que ya existe disfruta asimismo de una ventaja por el simple hecho de existir. Los coches impulsados mediante gas natural pueden fabricarse prácticamente al mismo precio que los coches de gasolina. Y el gas natural cuesta aproximadamente lo mismo que la gasolina. Sin embargo, muy pocas personas se comprarían un coche de gas natural porque apenas hay estaciones de servicio adaptadas y no se están creando porque no hay demanda.

Nuestras políticas están creando unas condiciones más favorables para el desarrollo y penetración en el mercado de energías innovadoras y tecnologías energéticamente eficientes respecto de las cuales la Unión Europea ya disfruta de una sólida posición de mercado. Al mismo tiempo, ello contribuye a la seguridad del abastecimiento energético de la Unión Europea y a la consecución del objetivo relacionado con el cambio climático y otros objetivos medioambientales. De igual modo, el Libro Blanco sobre la futura política de transportes [40] propone diversas medidas para mejorar la actuación medioambiental de éstos, con el fin de decantarse parcialmente por medios de transporte menos dañinos para el medio ambiente.

[40] Comisión Europea, COM(2001) 370.

Los incentivos fiscales pueden potenciar el ahorro energético. Un empleo más amplio de los instrumentos económicos y de los incentivos de los precios, tanto en el ámbito energético como en el de los transportes, con una internalización adecuada de los costes externos, sería un acicate importante para adoptar tecnologías medioambientales rentables. Esta idea se incluye ya en las directrices sobre empleo de la Unión Europea, dado que imponer tasas por la contaminación permitiría reducir otros impuestos, como el que se aplica a la mano de obra. En la directriz sobre el empleo nº 12 se señala que cada Estado miembro examinará la viabilidad de utilizar fuentes alternativas de ingresos fiscales, como gravar la energía y las emisiones contaminantes, y las opciones para poder hacer uso de ellas, teniendo en cuenta la experiencia adquirida con las reformas fiscales medioambientales realizadas en varios Estados miembros.

Política de investigación

Objetivos y medidas actuales

La producción industrial es un área clave de la actividad humana y se ha tenido en cuenta en el IV y V Programas marco de investigación (IV Programa marco: BRITE EURAM y V Programa marco: GROWTH). El presupuesto del programa GROWTH asciende a 2.700 millones de euros. Aproximadamente dos tercios de los proyectos del programa tienen un claro objetivo relacionado con el desarrollo sostenible. A su vez, aproximadamente un tercio de éstos se destinan fundamentalmente a mejorar el medio ambiente reduciendo los efectos industriales (producción limpia, procesos y concepción ecológicamente eficientes, producción sin residuos, optimización de la duración de los ciclos, reciclado de materiales y nuevos materiales ligeros).

La investigación sobre nuevas tecnologías o metodologías industriales y la prevención de riesgos no sólo tienen por objetivo mejorar el medio ambiente, sino también la mejora de la rentabilidad y, por consiguiente, de la competitividad. Valiéndose de los programas europeos de investigación, la industria y las organizaciones de investigación asociadas pueden compartir el coste de las investigaciones utilizando un planteamiento sistemático en el que la química, la física, la ingeniería, la biología y las ciencias sociales son fundamentales e interdependientes.

El programa de investigación «Energía y medio ambiente» es asimismo un campo de investigación clave para el desarrollo de tecnologías medioambientales avanzadas en los sectores de la energía y el transporte; también contribuye al desarrollo de tecnologías para el seguimiento de las políticas medioambientales y la gestión sostenible de los recursos naturales, como el agua y los ecosistemas marinos.

Medidas de investigación futuras de la Unión Europea (2002-2006)

El espacio de investigación europeo permite que las capacidades de investigación que estén dispersas en los Estados miembros se complementen y respalden mutuamente. Su instrumento principal es el VI Programa marco de investigación, que respalda la investigación de nuevos productos y servicios y la búsqueda de métodos nuevos para lograr una mejor aplicación de los conocimientos, como, por ejemplo, mejorar la gestión o el seguimiento de las actividades medioambientales.

Una de las prioridades temáticas del programa será el capítulo sobre desarrollo sostenible, cambio mundial y ecosistemas, para el que se dedicarán más de 2.000 millones de euros en los próximos cinco años. Entre otras cosas, gracias a este tema se financiará la investigación de tecnologías medioambientales y, en particular, de energías sostenibles, transportes de superficie sostenibles y gestión de recursos naturales.

Otra prioridad del programa tendrá por objeto la sostenibilidad de los sistemas industriales. La prioridad «Nanotecnologías y nanociencias, materiales plurifuncionales basados en el conocimiento y nuevos procesos de producción y dispositivos» cuenta con un presupuesto de 1.300 millones de euros y en ella se hará hincapié en los nuevos planteamientos industriales que reducen el consumo de recursos primarios, como, por ejemplo: creación de nuevos dispositivos y sistemas para lograr una producción limpia, segura y menos intensiva en carbono; gestión de residuos y reducción de peligros sostenibles, y bioprocesos.

En el campo de las tecnologías de la sociedad de la información, la investigación dedicada a los «retos laborales y empresariales» se centrará en el aumento de la eficiencia en la utilización de los recursos en todas las actividades empresariales. El trabajo acerca de los «retos sociales en una economía del conocimiento» seguirá explorando y creando métodos para los cuidados sanitarios, la movilidad electrónica y la gestión medioambiental, que sean más eficientes en relación con los recursos. Por último, gracias a otros fondos complementarios se podrá efectuar una investigación medioambiental en campos tales como las PYME, la biotecnología, la agricultura, los productos químicos y la salud.

La clave para aprovechar al máximo el gasto dedicado a investigación es utilizar correctamente los resultados de ésta y los programas públicos de investigación para ayudar a que los productos y servicios nuevos sean comercialmente viables. Así pues, la Comisión revisará periódicamente las necesidades y prioridades en materia de investigación medioambiental para lograr una investigación sólida y aplicada.

Política comercial

En noviembre de 2001 se inició una nueva ronda de liberalización del comercio en la cuarta sesión ministerial de la OMC celebrada en Doha. La Unión Europea, al igual que otros muchos miembros de la OMC, cree firmemente que el sistema comercial multilateral debe desempeñar una función clave en la consecución de un desarrollo sostenible mundial. El programa de desarrollo de Doha [41] proporcionará una oportunidad para maximizar la contribución que la liberalización del comercio puede aportar para lograr un desarrollo sostenible y una mundialización de rostro humano.

[41] Véase http://www.wto.org/english/thewto_e/minist_e/min01_e/mindecl_e.pdf

En concreto, el programa de desarrollo de Doha contempla que, con el fin de potenciar el respaldo mutuo del comercio y el medio ambiente, las negociaciones se iniciarán con la reducción o, en su caso, la eliminación de las barreras arancelarias y no arancelarias a las que se enfrentan los bienes y servicios medioambientales. La definición o clasificación de bienes medioambientales tendrá que afinarse en próximas negociaciones, mientras que la de servicios medioambientales está preparada para la celebración de negociaciones en el contexto del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios.

El programa de desarrollo de Doha también prevé el examen de la relación entre comercio y transferencia de tecnología para aumentar los flujos de ésta última a los países en desarrollo. Un elemento fundamental necesario para aumentar estos flujos será mejorar el respeto de los derechos de propiedad intelectual en los países receptores.

En resumen, la política comercial puede desempeñar una función importante en un sector con potencial para respaldar el desarrollo a escala mundial y en el cual la Unión Europea cuenta con una considerable presencia en los mercados.

7. Conclusiones

Como se pone de manifiesto en el presente informe, las tecnologías medioambientales ofrecen un puente natural entre nuestros objetivos económicos, sociales y medioambientales. Las tecnologías medioambientales nuevas e innovadoras poseen la capacidad de elevar los niveles medioambientales al tiempo que reducen los costes, con lo que se fomentará el crecimiento económico permitiendo que la economía crezca más de prisa sin rebasar la capacidad de aguante medioambiental. Estos principios son fundamentales para lograr un desarrollo sostenible.

Si bien la estrategia de Lisboa y las actuales medidas comunitarias ayudarán a fomentar las tecnologías medioambientales, no bastan por sí mismas. Para aprovechar plenamente el potencial, es necesario analizar las barreras de mercado que se oponen a la utilización de las tecnologías medioambientales y combatirlas con diversas medidas políticas selectivas. Ese es el motivo por el que la Comisión desea poner en marcha un plan de actuación para fomentar las tecnologías medioambientales en este sentido, tal como se señala en el Informe de síntesis presentado en el Consejo Europeo de Barcelona [42].

[42] Comisión Europea, COM (2002) 14.

El Plan de actuación se basará en un análisis riguroso de los temas y una consulta amplia de los interesados del sector industrial, de la comunidad científica, de las ONG y de los gobiernos de la UE-15 y de los países candidatos. Lo que se pretende con ello es respaldar la innovación, el desarrollo y la utilización de las tecnologías medioambientales que pueden contribuir al crecimiento en la Unión Europea actual y en la futura Unión Europea ampliada, así como en los países en desarrollo. El Plan de actuación incluirá lo siguiente:

- un estudio de las tecnologías prometedoras que podrían resolver los principales problemas medioambientales;

- la determinación, con los interesados, de las barreras de mercado e institucionales que dificultan la creación y utilización de tecnologías específicas;

- la fijación de medidas selectivas para superar estas barreras, valiéndose de los instrumentos existentes

Las primeras tareas importantes que habrá que realizar mientras el trabajo esté en marcha serán la celebración de un Foro de las partes interesadas y la elaboración de un informe sobre el Plan de actuación dirigido al Consejo Europeo de primavera de 2003.

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