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Política agraria en los países en desarrollo

La política agraria es especialmente importante en los países en desarrollo. La explotación de las tierras rurales genera renta, empleo e ingresos de exportación. Por ello, la Unión Europea (UE) contribuye a la aplicación de reformas agrarias equilibradas y equitativas.

ACTO

Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo de 19 de octubre de 2004 - Orientaciones de la UE para apoyar los procesos de elaboración y reforma de la política agraria en los países en desarrollo [COM(2004) 686 final – no publicada en el Diario Oficial].

SÍNTESIS

La Unión Europea (UE) presta su apoyo a las reformas de la política agraria de los países en desarrollo. En este sentido, la Comisión presenta directrices para orientar la acción de la Comisión y de los Estados miembros de la UE en este ámbito.

Las reformas agrarias dan lugar a políticas públicas en materia de distribución y explotación de las tierras agrícolas. Estas reformas tienen implicaciones en numerosos sectores, como la lucha contra la pobreza, la gestión medioambiental, la reglamentación de los mercados, la buena gobernanza y la democracia. Deben basarse en un consenso nacional, respaldado por las organizaciones rurales.

Apoyo de la política agraria

La UE apoya determinados aspectos de las reformas agrarias con el fin de:

  • garantizar la seguridad de los derechos sobre la tierra, mediante unas instituciones eficaces y la consideración de los regímenes tradicionales e informales de acceso a la tierra;
  • analizar las prácticas y las normas existentes, así como los casos de conflicto y los medios de transferencia de tierras;
  • establecer sistemas innovadores de acceso a la tierra, parte de la atribución de títulos de propiedad, y teniendo en cuenta derechos fundiarios de pueblos, familias y personas;
  • apoyar la reforma de las administraciones fundiarias, en especial para el establecimiento de procedimientos sencillos y transparentes, de posibilidades de recurso en caso de litigio y de acciones de sensibilización pública;
  • fomentar los mercados de arrendamiento de tierras, que son más accesibles para las poblaciones pobres y están menos expuestos a los riesgos asociados a la explotación agrícola. Una medida de este tipo está condicionada por la existencia de un derecho contractual adaptado.

Ayuda al desarrollo

La ayuda pública al desarrollo concedida por la Unión Europea y por sus Estados miembros puede utilizarse para apoyar el debate público, la preparación y la ejecución de las reformas. Debe asimismo contribuir a la puesta en práctica de proyectos temáticos (investigación, medio ambiente, desarrollo social, etc.) y de acciones de evaluación de las reformas.

Los procesos nacionales de reformas deben incluir a la sociedad civil y a los grupos minoritarios en un proceso participativo. Además, las reformas deben dirigirse de forma prioritaria a las zonas con desigualdades persistentes.

La UE debe asimismo contribuir a la formación de asociaciones, con el fin de dar prioridad a los enfoques comunes y al intercambio de experiencias, pero también para facilitar la coordinación con los donantes internacionales.

Por último, para ser eficaz, la ayuda europea debe respetar una serie de principios:

  • aportar soluciones específicas al contexto social e institucional local;
  • establecer asociaciones con las autoridades públicas responsables y los agentes de la sociedad civil;
  • dirigir un diálogo político regular y fomentar la coordinación de las autoridades competentes;
  • apoyar procesos a largo plazo;
  • apoyar la igualdad entre hombres y mujeres en el control y el uso de los recursos fundiarios;
  • llevar a cabo campañas informativas y de sensibilización dirigidas a las poblaciones;
  • apoyar la investigación;
  • proteger a los grupos más desfavorecidos de la población y, en particular, a las poblaciones autóctonas.

Última modificación: 26.10.2010

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