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Una asociación económica y política reforzada para el siglo XXI

La Comisión Europea formula propuestas con el fin de establecer una estrategia común relativa a las relaciones entre la Unión Europea y los Estados Unidos, comenzando por los aspectos económicos de la asociación. El objetivo consiste en estimular el comercio y las inversiones transatlánticas y el crecimiento económico. Estas propuestas tienen por objeto esencial volver a impulsar y reforzar la cooperación existente en el marco de la asociación económica transatlántica de 1998 antes de profundizar aún más la asociación mediante nuevas iniciativas.

ACTO

Comunicación de la Comisión al Consejo, al Parlamento Europeo y al Comité Económico y Social europeo, de 18 de mayo de 2005, Fortalecimiento de la Asociación UE/EE.UU. y mayor apertura del mercado en el siglo XXI [COM (2005) 196 - no publicada en el Diario Oficial].

SÍNTESIS

La Comisión Europea desea ofrecer una nueva dimensión a la asociación económica entre la Unión Europea (UE) y los Estados Unidos. En esta primera etapa de una nueva asociación general cuyo objetivo particular consiste en lograr un mercado sin obstáculos, las presentes propuestas se concentran principalmente en el comercio y la inversión con el fin de que las relaciones entre la UE y Estados Unidos sean las más importantes y de mayor volumen a escala mundial. En 2003, los intercambios de bienes y servicios alcanzaron cerca de 600 000 millones de euros y consistieron esencialmente en inversiones extranjeras directas (IED).

Así se sientan las bases para estimular el crecimiento y el empleo respetando un desarrollo sostenible y suprimiendo los obstáculos al comercio y la inversión. Las propuestas de la Comisión tienen también por objetivo ofrecer un nuevo marco que permita hacer frente a retos comunes como la competencia internacional.

La mejora del funcionamiento de la asociación transatlántica

La Comisión propone iniciativas con el fin de mejorar el funcionamiento de la asociación transatlántica en tres ámbitos: reglamentación, conocimiento e innovación, y control de fronteras.

Las iniciativas en materia de reglamentación se basan sobre todo en una cooperación política que tiene por vocación extenderse a más sectores con el fin de promover el mercado trasatlántico. La cooperación política tiene por objeto garantizar, gracias a un marco reglamentario bien definido, una competencia leal en el contexto de un volumen de intercambios no desdeñable, y se inscribe en la perspectiva de un alto nivel de protección de los consumidores.

No obstante, se impone cierta flexibilidad debido a la dificultad de aplicar un modelo único al conjunto de los sectores. La cooperación reviste también grados diferentes que van desde el intercambio de información hasta la adopción de normas vinculantes, pasando por la instauración de lazos más o menos formales.

Además, deberán impulsarse otras iniciativas en materia reglamentaria con el fin de reforzar la cooperación entre ambas partes y de eliminar los obstáculos al comercio y, de este modo, favorecer la competitividad. Dichas disposiciones se refieren a:

  • la simplificación de la inversión, en particular eliminando las restricciones a la propiedad en Estados Unidos;
  • la política de la competencia de las instancias interesadas, basada en la coordinación de las medidas de ejecución y el intercambio de información no confidencial en un marco adecuado;
  • la apertura de los contratos públicos entre Estados Unidos y la UE aunque siguen existiendo obstáculos para el acceso al mercado estadounidense por parte de las empresas de la UE. Esta apertura exige una profundización de las relaciones bilaterales entre ambas partes, con la definición de un marco claro, así como de las relaciones multilaterales, en especial en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC);
  • la negociación de un acuerdo general sobre servicios aéreos entre la UE y Estados Unidos, servicios actualmente limitados a un marco reglamentario que refleja el paisaje político y tecnológico de los años cuarenta. Tal acuerdo ofrecería una base económica y jurídica adecuada para los servicios aéreos transatlánticos;
  • el transporte marítimo, que mueve el 90 % del comercio mundial. Se precisa una cooperación reforzada que podría incluir cuestiones como el Derecho del mar, el intercambio de datos, la seguridad marítima o la protección del medio ambiente;
  • los mercados financieros. El acceso a los capitales es fundamental para las inversiones y la innovación; por ello debe fomentarse y reforzarse la equivalencia funcional en distintos ámbitos financieros tales como las normas contables o los seguros en la perspectiva de una verdadera integración de los mercados financieros europeos y estadounidenses;
  • la libre circulación de personas es esencial, ya que aún no es absoluta, tanto para los nacionales de determinados Estados miembros como para las empresas y sus filiales. Para estas últimas, un estatuto particular de «personas autorizadas» podría facilitar el tráfico internacional respetando los imperativos de seguridad;
  • debe fomentarse el reconocimiento mutuo de las cualificaciones profesionales, en particular en los sectores de naturaleza económica.

Las iniciativas en materia de conocimiento e innovación contribuirán plenamente al crecimiento y a la integración de las economías europea y estadounidense. Dichas iniciativas afectan a:

  • nuevas tecnologías. Por lo que se refiere a las tecnologías de la información y las comunicaciones entre la UE y Estados Unidos, debe reforzarse la coordinación de los reguladores, más allá del diálogo bilateral sobre la sociedad de la información, con el fin de evitar nuevos obstáculos en un ámbito que evoluciona rápidamente. En lo relativo al espacio, debería establecerse un diálogo estructurado sobre ámbitos clave como Galileo y el GPS, así como sobre la eliminación de los obstáculos a un verdadero mercado trasatlántico de la industria espacial;
  • protección de los derechos de propiedad intelectual como objetivo económico fundamental común a Estados Unidos y a la UE. El refuerzo de la cooperación en este ámbito implica un esfuerzo interno e internacional para luchar contra la falsificación y la piratería así como el respeto de las normas establecidas por la OMC;
  • investigación y desarrollo. Elementos clave del Programa de Lisboa actualizado y generadores de crecimiento, serán objeto de una colaboración reforzada entre ambas partes de conformidad con el Séptimo Programa Marco de investigación y desarrollo (VII PMID) en ámbitos como materiales industriales, pilas o biotecnología;
  • energía. La UE y Estados Unidos deberían colaborar más intensamente mediante el diálogo político con el fin de superar los nuevos retos y encontrar alternativas a las energías convencionales, en particular desarrollando tecnologías limpias y energías renovables;
  • enseñanza superior y formación profesional. El acuerdo sobre enseñanza superior y formación profesional expira en 2005, por lo que debería ser renovado y reforzado con el fin de intensificar los intercambios de profesores, investigadores y estudiantes y de definir medidas relativas a la calidad y la compatibilidad de los sistemas de enseñanza y formación.

A raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001, se impusieron nuevas medidas de seguridad relativas al control de fronteras. La Comisión considera que es necesario encontrar el justo medio entre las exigencias más estrictas en materia de seguridad y la continuación abierta y segura de los intercambios y del transporte de pasajeros.

Tras reconciliar intercambios y exigencias de seguridad, el mercado trasatlántico se basaría esencialmente en los principios de reciprocidad y reconocimiento mutuo, que se aplicarían a los siguientes ámbitos:

  • la aplicación del acuerdo relativo a una cooperación aduanera reforzada en materia de seguridad de los transportes, por ejemplo en lo relativo a la ventanilla única o las aduanas en línea;
  • el intercambio de mejores prácticas con el fin de obtener la equivalencia entre el concepto europeo de «operador económico autorizado» (OEA) y la cooperación entre aduanas y comercio contra el terrorismo (C-TPAT) de Estados Unidos;
  • la eliminación de las duplicaciones en materia de control derivadas de la aplicación de normas existentes paralelas y a veces contradictorias;
  • la reducción de los riesgos de obstáculos al comercio derivados de la aplicación de la nueva ley estadounidense contra el bioterrorismo;
  • la elaboración de normas internacionales en materia de seguridad basándose en las normas de seguridad convenidas por la UE y Estados Unidos en el seno de la Organización Mundial de Aduanas (OMD) (EN) (FR), la Organización de Aviación Civil Internacional (OIAC) (EN) (FR) y la Organización Marítima Internacional (OMI) (EN);
  • luchar juntos contra el fraude en los ámbitos de los negocios, el blanqueo de dinero, la evasión fiscal, la corrupción o la financiación del terrorismo.

Una implicación política esencial

Sería deseable renovar la nueva agenda transatlántica (NAT) (EN), establecida en 1995 y cuyos principales objetivos se lograron por lo que respecta a la intensidad de los intercambios entre la UE y Estados Unidos sobre una amplia gama de asuntos. En este sentido, se instauró un diálogo regular entre interlocutores que anteriormente se consultaban muy poco. La cooperación también se intensificó en materia de política exterior.

No obstante, la cooperación económica ha tenido un alcance limitado, en particular en la participación legislativa y reglamentaria. Del mismo modo, el diálogo entre la UE y Estados Unidos se resintió de un compromiso político relativo y a veces de una mala comprensión de la UE.

Por esta razón, el conjunto de las iniciativas económicas presentadas en la presente Comunicación no puede lograr resultados sin una verdadera intención política que adopte la forma de impulsos concretos, por ejemplo, por medio de:

  • un foro de cooperación de alto nivel en materia de normativa que se reuniría antes de las cumbres UE/Estados Unidos y que elaboraría un plan anual de objetivos y prioridades;
  • un diálogo entre legisladores europeos y estadounidenses sobre las prioridades de la cooperación en materia de normativa;
  • una cooperación para abordar las preocupaciones comunes en materia de política internacional o incluso para presentar propuestas bilaterales en los foros internacionales;
  • celebración de acuerdos sectoriales vinculantes.

Además, para dar su entera realidad al diálogo, las relaciones transatlánticas deberían ser más estratégicas y eficaces con el fin de reflejar plenamente una visión común de un orden internacional más democrático, pacífico y próspero. A este respecto podría elaborarse una nueva declaración transatlántica que destacase los valores y desarrollase las prioridades de una acción común basada en el reconocimiento de la interdependencia económica entre Estados Unidos y la UE.

Contexto

La presente Comunicación se inscribe en el marco de la «Declaración sobre el refuerzo de la asociación económica» (pdf) (EN), adoptada en la cumbre UE/Estados Unidos de Dromoland Castle (Irlanda) en 2004, y durante la cual las partes presentaron ideas sobre las posibilidades de profundizar en la integración económica transatlántica. Así, una asociación nueva y reforzada sería el medio de revitalizar las relaciones entre la UE y Estados Unidos.

La Comisión propone adoptar una declaración económica y establecer un seguimiento político para que estos compromisos sean efectivos, en particular mediante acuerdos vinculantes.

Además, como preliminar a la elaboración de una declaración económica común, la Comisión llevó a cabo una consulta pública en 2004 con el fin de hacer un censo de los ámbitos objeto de la presente Comunicación.

ACTOS CONEXOS

Declaración UE/Estados Unidos, de 20 de junio de 2005, en la cumbre de Washington, «Iniciativa sobre refuerzo de la integración económica y el crecimiento transatlánticos» (pdf) (EN).

La UE y Estados Unidos afirman su voluntad de eliminar los obstáculos a los intercambios e inversiones y de favorecer el crecimiento y la innovación, factores que deberían contribuir a una mayor integración del mercado trasatlántico y a ofrecer más oportunidades para las empresas.

En esta declaración ambas partes describen diez ámbitos en los que deberían proseguir los esfuerzos, ámbitos que la iniciativa, anexa a la declaración, retoma de manera más precisa; se trata de:

  • fomentar la cooperación en el ámbito de la reglamentación y las normas mediante mecanismos de cooperación y coordinación para mejorar la calidad reglamentaria y reducir las divergencias. Se fomentará el intercambio de experiencias y la puesta en común de conocimientos por medio de un diálogo de alto nivel conforme al plan de cooperación UE/Estados Unidos sobre normas (pdf) (EN) y también por medio de una instancia de alto nivel que agrupe a los reguladores de ambas partes;
  • favorecer mercados de capitales abiertos y competitivos en aras de un funcionamiento armonioso de los mercados financieros transatlánticos. Los principales ámbitos de intervención son, entre otros, la lucha contra el fraude financiero y el blanqueo de dinero, la reforma de los mercados financieros y la mejora del diálogo sobre cuestiones macroeconómicas y estructurales de interés común;
  • fomentar la innovación y el desarrollo tecnológico, fuentes de crecimiento y prosperidad, reforzando la colaboración, por ejemplo, en los ámbitos de investigación básica, investigación espacial, nanotecnologías, transporte, ciberseguridad o informática. Las iniciativas afectarían a los sectores vinculados a la enseñanza superior y la formación profesional, el comercio, la información o incluso la medicina;
  • reforzar los intercambios, los desarrollos y la seguridad mediante un refuerzo de la cooperación aduanera con el fin de garantizar la seguridad de las personas y mercancías en tránsito. A este respecto, la OMD ya ofrece un marco de normas satisfactorio relativo a la seguridad del comercio mundial. Además, la cooperación entre ambas partes debería también profundizarse mediante la adopción de normas de seguridad, en particular por lo que se refiere al transporte aéreo de mercancías, una mejor cooperación en materia de investigación y desarrollo de tecnologías de seguridad, una mayor coincidencia entre el agente económico aprobado por la UE y el programa de colaboración entre la Administración aduanera y el comercio contra el terrorismo (C-TPAT) de Estados Unidos, facilitar las estancias turísticas y profesionales (iniciativa sobre «personas de confianza») así como una política de exención recíproca de visados para las estancias de corta duración;
  • promover la eficacia energética, la seguridad energética, las energías renovables y el desarrollo económico, y favorecer nuevas tecnologías energéticas limpias para políticas duraderas y coordinadas. Los dos socios afirman también su apoyo en este ámbito a los países en desarrollo;
  • proteger los derechos de propiedad intelectual luchando de manera activa contra la piratería y la falsificación, aplicando las normas internacionales y garantizando una aplicación eficaz de las normas relativas a las patentes;
  • facilitar las inversiones proporcionando información útil, completa y fácilmente accesible sobre las políticas y las normas relativas a las inversiones, y suprimiendo los obstáculos existentes;
  • reforzar la coordinación en materia de política y aplicación de las normas de competencia, en particular con el intercambio de información confidencial, lo que no ocurre actualmente;
  • reforzar la coordinación y la cooperación en materia de adjudicación de contratos;
  • fomentar la cooperación en materia de servicios, en particular para los servicios aéreos y el reconocimiento mutuo de las cualificaciones profesionales.

La aplicación de estos distintos puntos pertenece a los altos responsables de las administraciones de los dos socios, que definirán programas de trabajo cuya evaluación incumbe a las cumbres UE/Estados Unidos. En paralelo, la cooperación entre legisladores y la consulta de las partes interesadas se fomentara también con el fin de contribuir al refuerzo de la asociación.

Última modificación: 19.06.2006

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