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Document 52007DC0164

Informe anual de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social y al Comité de las Regiones - Mantenimiento de los compromisos de Europa en materia de financiación del desarrollo {COM(2007) 158 final} {COM(2007) 163 final} {SEC(2007) 415}

/* COM/2007/0164 final */

52007DC0164




ES

Bruselas, 4.4.2007

COM(2007) 164 final

INFORME ANUAL DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO,

AL CONSEJO, AL COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL Y

AL COMITÉ DE LAS REGIONES

Mantenimiento de los compromisos de Europa en materia de financiación del desarrollo

{COM(2007) 158 final}

{COM(2007) 163 final}

{SEC(2007) 415}

ÍNDICE

1. Introducción (...)3

2. El volumen de la ayuda comunitaria podría alcanzar niveles récord durante todo el período 2006-2010 (...)5

2.1. Los resultados globales obtenidos por la UE rebasaron los objetivos, aunque algunos Estados miembros deben todavía intensificar sus esfuerzos (...)5

2.2. Perspectivas alentadoras de consecución de los objetivos previstos para 2010 (...)7

2.3. Por buen camino para alcanzar el objetivo de las Naciones Unidas en relación con los países menos adelantados (PMA) de aquí a 2010 (...)8

2.4. Prioridad a África (...)9

2.5. Retos pendientes (...)9

3. Avance lento pero constante en la utilización de fuentes de financiación innovadoras (...)10

4. Vigilancia necesaria para garantizar la sostenibilidad de la deuda en los países en desarrollo (...)11

5. La Estrategia de la UE sobre la ayuda al comercio intensifica los compromisos en materia de comercio y desarrollo (...)12

6. Eficacia de la ayuda: la UE debe hacer mejor uso de las herramientas disponibles (...)12

7. Urge acelerar los avances hacia mecanismos de ayuda más previsibles (...)13

8. Atenuación del impacto de los choques exógenos: los Estados miembros deben respaldar en mayor medida los nuevos conceptos (...)13

9. Desvinculación de la ayuda: los avances internacionales son inferiores a los progresos de la UE (...)15

10. Aumento de la influencia de la UE en las instituciones financieras internacionales (...)15

11. La UE confirma su apoyo al concepto de bienes públicos mundiales (BPM) pero no vinculará las medidas a las recomendaciones del Grupo de Trabajo internacional (...)16

12. Conclusiones (...)17

1. Introducción

La Unión Europea es el mayor donante de ayuda del planeta, y el porcentaje europeo del total mundial de Asistencia Oficial al Desarrollo (AOD) no deja de crecer. La UE ha asumido compromisos duraderos y ambiciosos en materia de financiación del desarrollo y aspira a concretarlos oportunamente en aras de la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio:

· En 2002, la UE se comprometió a elevar gradualmente el porcentaje de Renta Nacional Bruta (RNB) conjunta destinado a Asistencia Oficial al Desarrollo hasta alcanzar el 0,39 % en 2006. La UE ha cumplido sobradamente ese objetivo, pues en 2006 la AOD representó el 0,42 % de la RNB y alcanzó un nivel récord de 48 000 millones de euros [1]. En 2005, África fue destinataria del grueso de la ayuda comunitaria. En conjunto, un tercio de la AOD suministrada por la UE se invirtió en infraestructuras sociales y administrativas necesarias para erradicar la pobreza y un 10 % se destinó a asistencia humanitaria.

· En 2005, la UE acordó nuevos objetivos; se trataba de llegar a destinar colectivamente a AOD el 0,56 % de la RNB en 2010 para salvar la distancia que media hasta alcanzar en 2015 el objetivo final del 0,7 % de la RNB en AOD [2]. Estos compromisos históricos asumidos por la UE representan casi el 80 % del incremento de ayuda a África prometido por el G8. La UE avanza en la dirección adecuada para cumplir ambos objetivos.

· En 2006, uno de los Estados miembros destinó algo más del 1 % de su RNB a AOD. En otros tres países ese porcentaje superó el 0,8 %. Otros Estados miembros que hace apenas unos años no parecían ajustarse a las previsiones han aumentado sus porcentajes de ayuda considerablemente. Los diez Estados miembros que se incorporaron a la UE en 2004 han duplicado colectivamente su ayuda desde la adhesión.

· La Unión lidera también el proceso internacional de financiación del desarrollo porque ya ha aumentado la rapidez y eficacia con que suministra la ayuda. Además de firmar la Declaración de París sobre la eficacia de la ayuda, la UE ha introducido análisis conjuntos y una planificación estratégica plurianual de la ayuda proporcionada a cada país por la CE y los Estados miembros [3]. En la actualidad, la UE está negociando un Código de Conducta sobre la División de Tareas en la Política de Desarrollo [4].

No obstante, estos avances no se pueden dar por sentados ni deben ocultar algunos problemas, en concreto:

· grandes diferencias entre los Estados miembros en lo tocante a sus presupuestos de ayuda;

· la utilización de medidas de carácter excepcional que, en ocasiones, distorsionan la tendencia general de los volúmenes de ayuda;

· la necesidad de aumentar la eficacia del suministro de ayuda para garantizar que la reciban quienes más la necesitan.

La Comisión presenta su quinto informe anual relativo a los avances realizados por la UE para cumplir los compromisos históricos asumidos en 2002, antes de la Conferencia de Monterrey, precisados posteriormente por el Consejo Europeo de cara a la Cumbre Mundial de las Naciones Unidas de 2005, con el fin de acelerar la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio [5]. Los compromisos de la UE constituyen, por otro lado, un aspecto esencial del Consenso Europeo sobre el Desarrollo. En el Diálogo de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Financiación del Desarrollo, previsto para finales de 2007, el tercer Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda, que se celebrará en Accra, y la Conferencia de «seguimiento de Monterrey», que debería tener lugar en Doha en 2008, se examinará de nuevo la manera de incrementar la ayuda y suministrarla con mayor eficacia y eficiencia.

En la elaboración de la presente Comunicación se han tenido en cuenta los puntos de vista expresados por los 27 Estados miembros de la UE en las respuestas al cuestionario de seguimiento de finales de 2006. En el documento de trabajo complementario de los servicios de la Comisión [6] se ofrece un análisis más detallado de dicha encuesta.

2. El volumen de la ayuda comunitaria podría alcanzar niveles récord durante todo el período 2006-2010

2.1. Los resultados globales obtenidos por la UE rebasaron los objetivos, aunque algunos Estados miembros deben todavía intensificar sus esfuerzos

La UE alcanzó su primer objetivo colectivo intermedio en materia de AOD un año antes de lo previsto, en 2005, y confirmó ese excelente resultado un año más tarde. En 2006, la AOD total de la UE ascendió a 48 000 millones de euros, lo que supone un porcentaje AOD/RNB del 0,42 %, por encima del objetivo establecido del 0,39 %. Si sólo se considera la UE-15, el resultado colectivo de los 15 Estados miembros que habían asumido ese objetivo en 2002 fue si cabe más impresionante, puesto que alcanzaron un porcentaje AOD/RNB del 0,43 %. Sin duda, la reducción de la deuda otorgada a Irak y Nigeria y la ayuda suministrada tras el maremoto contribuyeron a elevar hasta niveles récord la AOD concedida por la UE en 2005-2006.

Cuadro 1: AOD de la UE 2004-2006

(...PICT...)

AOD en millones de euros a precios corrientes; las casillas sombreadas contienen información proporcionada por los Estados miembros, las demás cifras se han calculado con arreglo a estimaciones o datos de la Comisión; las cifras de la RNB y la AOD totales de EU-12 y EU-27 en 2004 y 2005 no incluyen la RNB de Bulgaria y Rumanía.

Los países que van abriendo camino y garantizan el éxito de la UE son los nueve Estados miembros que han alcanzado el objetivo del 0,7 % o se han comprometido a lograrlo de aquí a 2015. Resulta especialmente notable el compromiso de Suecia (SE), que actualmente destina el 1 % de la RNB a AOD, y de Luxemburgo (LU), que debería alcanzar un nivel similar antes de finales de 2012. Algunos Estados miembros con niveles de AOD muy inferiores hace algunos años, como Alemania (DE) y España (ES), han mostrado que es posible aumentar el volumen de ayuda si existe una voluntad política firme. No obstante, España no llegó a alcanzar el objetivo individual del 0,33 % por 142 millones de euros. Los diez Estados miembros que se incorporaron a la UE en 2004 (EU-10) han duplicado su AOD desde la adhesión y han demostrado su compromiso respecto al acervo comunitario.

Los resultados de la Unión hubieran sido aún más impresionantes si Grecia (EL), Italia (IT) y Portugal (PT) hubieran logrado en el momento previsto el objetivo individual acordado del 0,33 % AOD/RNB. Aunque se han comprometido a alcanzar los niveles del grupo en 2007 (EL, PT) y 2008 (IT), las dificultades que vienen experimentando para cumplir sus objetivos ponen de manifiesto el riesgo de los aumentos «excepcionales» de la AOD durante un año determinado (PT: reducción de la deuda de Angola en 2004; IT: contribución a organismos multilaterales en 2005), pues no responden a cambios duraderos de la política de ayuda al desarrollo que garanticen un incremento gradual de los presupuestos de ayuda. Para evitar que aumente la brecha entre los resultados de los Estados miembros en lo tocante a la concretización de las promesas comunes, aquellos países que no han alcanzado los valores mínimos deben proseguir sus esfuerzos.

2.2. Perspectivas alentadoras de consecución de los objetivos previstos para 2010

A diferencia de las perspectivas mundiales en materia de AOD, que prevén un descenso de la ayuda en 2007-2008, el volumen de asistencia de la Unión debería aumentar durante el período 2007-2010 en línea con el compromiso asumido por la UE para 2010. La mejora de las perspectivas de crecimiento económico supone que la UE podría destinar entre 27 000 y 30 000 millones de euros más cada año en relación con 2006, es decir, una cantidad superior al importe previsto inicialmente de 20 000 millones de euros. Los importes previstos por los Estados miembros siguen dependiendo de la evolución de la RNB, de modo que cabe la posibilidad de que no se alcancen los objetivos establecidos. Lejos de basarse en incrementos anuales claros de los presupuestos, las previsiones de varios Estados miembros dependen de medidas ad hoc. Las subvenciones destinadas a la reducción de la deuda, si bien es cierto que han contribuido al aumento de la AOD a corto plazo y constituyen, desde 2005, la parte del león de la ayuda de Austria (> 50 %), Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido (en cada uno de estos países, alrededor de un tercio de la AOD total), son insuficientes a largo plazo. El mantenimiento de la dinámica necesaria con el fin de alcanzar los objetivos fijados para 2010 exige una movilización acelerada de los fondos programables, incluida la utilización, en su caso, de fuentes de financiación innovadoras. A pesar del impresionante aumento que debería registrar la AOD portuguesa durante el período 2006- 2010 (+ 148 %), el país luso sigue sin avanzar en la dirección adecuada para alcanzar el próximo objetivo individual de la UE. Por otro lado, algunos de los Estados miembros que se han ido incorporando a la Unión desde 2004 (EU-12) tampoco han demostrado todavía cómo conseguirán incrementar sus volúmenes de ayuda de aquí a 2010.

Cuadro 2: Previsiones e hipótesis para alcanzar los objetivos del período 2007–2010

(...PICT...)

AOD en millones de euros a precios corrientes.

Nota: las casillas sombreadas contienen información proporcionada por los Estados miembros, las demás cifras se han calculado con arreglo a estimaciones o datos de la Comisión.

2.3. Por buen camino para alcanzar el objetivo de las Naciones Unidas en relación con los países menos adelantados (PMA) de aquí a 2010

Con arreglo a lo acordado en la Cumbre Mundial de 2005 y al Consenso de Monterrey, todos los Estados miembros de la EU-15 destinan ya al menos el 0,15 % de su RNB a AOD en favor de los países menos adelantados, o tienen previsto alcanzar ese nivel de aquí a 2010. Otros seis Estados miembros están dispuestos a llegar a un acuerdo sobre la obligatoriedad de destinar a esos países un porcentaje determinado de la AOD. El nexo de la ayuda a los más necesitados (PMA, «huérfanos» de ayuda, países frágiles), la reducción de la pobreza y la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio volverán a recibir especial atención en las Conferencias de Accra y Doha de 2008.

2.4. Prioridad a África

Desde 2002, Europa ha duplicado la ayuda anual destinada a África, que en 2005 ascendió a unos 14 000 millones de euros. Casi la mitad de la ayuda ofrecida por la UE tiene ya por destino el continente africano, y la mitad de la ayuda adicional que se ha comprometido a proporcionar anualmente por encima de los volúmenes de la AOD de 2006 se asignará a ese continente en el marco de la estrategia de la UE sobre África. Cuando, a finales de año, se conozcan las estadísticas definitivas del CAD (OCDE) sobre 2006, la Comisión establecerá un cuadro de referencia que permitirá valorar las asignaciones futuras de la UE en favor de África. De acuerdo con las previsiones globales de aumento de la ayuda de la UE, cabe esperar que, en conjunto, la Unión Europea pueda asignar anualmente otros 10 000 millones de euros o incluso una cantidad superior a África.

2.5. Retos pendientes

Para demostrar con mayor claridad que la UE mantiene sus promesas en materia de financiación del desarrollo y que es ella quien proporciona la ayuda de la manera más eficaz y eficiente, es preciso prestar atención a los aspectos siguientes:

· La previsibilidad de los flujos de ayuda a largo plazo constituye un requisito previo para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Aunque algunos Estados miembros están aplicando planes nacionales de incremento gradual de las ayudas, los flujos de AOD procedentes de otros Estados miembros son más irregulares, tanto por lo que respecta al volumen como a la composición. Por consiguiente, es esencial que todos los Estados miembros establezcan, de aquí a finales de 2007, calendarios nacionales que garanticen un aumento anual progresivo de los volúmenes de ayuda.

· En particular, los Estados miembros que no han alcanzado los objetivos establecidos para 2006 y que tampoco están preparados para alcanzar los de 2010 han de demostrar con mayor claridad cómo van a colmar la brecha existente, en aras de una división equitativa de la carga entre los Estados miembros. Sus compromisos deberían basarse en la intensificación de las actividades de sensibilización destinadas a garantizar que la opinión pública sea favorable al aumento de los volúmenes de ayuda. La Comisión está dispuesta a apoyar esta línea de acción.

· Cómputo de la reducción de la deuda: en 2005, los volúmenes netos de AOD —excluidas las subvenciones de reducción de la deuda— de los tres Estados miembros que conjuntamente representan el 55 % de la asistencia total de la UE disminuyeron (Alemania, - 5,5 %, Francia, - 0,7 %) o experimentaron un aumento marginal (Reino Unido + 0,9 %), lo que en principio no se ceñiría al Consenso de Monterrey ni a las Conclusiones del Consejo de abril de 2006 [7].

· En aras de la comparabilidad de los volúmenes de ayuda, los Estados miembros de la UE deben mejorar sus capacidades y su metodología de notificación de la AOD. Los Estados miembros que forman parte del CAD deberían apelar a éste para que adapte oportunamente su estrategia de información respecto a los nuevos donantes, es decir, los 12 países de la UE que no pertenecen al CAD; la Comisión puede contribuir a este proceso.

· Preparación para la utilización eficaz y eficiente de volúmenes de ayuda en rápida progresión: los Estados miembros proporcionarán de manera bilateral el 90 % de la ayuda suplementaria de la UE. Como la parte del león debería ser ayuda programable, los donantes de fondos de la UE deben proceder a la revisión urgente de sus estructuras y sus modalidades operativas y de asistencia, con el fin de poder proporcionar con mayor rapidez y eficacia volúmenes de ayuda más elevados. Este proceso debe incluir:

· planes nacionales de desarrollo de las capacidades de suministro de volúmenes cada vez mayores de AOD, pues, de lo contrario, el aumento de la ayuda sólo se plasmaría en los compromisos realizados, sin que el desembolso de las ayudas progresase con la rapidez suficiente;

· la aplicación rápida y concreta del futuro Código de Conducta de la UE sobre la División de Tareas en la Política de Desarrollo;

· la utilización creciente de los distintos canales de desembolso de las ayudas, como los instrumentos europeos comunes que van surgiendo al hilo del Consenso Europeo:

– para impulsar objetivos estratégicos comunes, como la estrategia de la UE para África o los ambiciosos acuerdos de colaboración/asociación de la UE, por ejemplo mediante contribuciones voluntarias al Fondo Fiduciario de la UE para las Infraestructuras en África;

– para afrontar los retos mundiales, vinculados por ejemplo a choques exógenos como el cambio climático, las catástrofes naturales, las fluctuaciones de los precios de los productos básicos o las amenazas graves para la salud humana o animal;

– para facilitar el respeto de los compromisos comunes de la UE, por ejemplo la ayuda en favor del comercio;

y que contribuyen a aumentar el perfil y la visibilidad de la UE en el mundo.

3. Avance lento pero constante en la utilización de fuentes de financiación innovadoras

El avance logrado en 2006 se basa en los esfuerzos considerables realizados por algunos Estados miembros de la UE, que impulsaron también la participación de terceros países. Francia y el Reino Unido decidieron aplicar una tasa a los billetes de avión y destinar los recursos generados (en conjunto, más de 200 millones de euros) a un Instrumento Internacional de Compra de Medicamentos (UNITAID). El Reino Unido, Francia, Italia, España y Suecia (junto con Noruega) captaron en los mercados de capitales los mil primeros millones de dólares para la Facilidad Financiera Internacional para la Inmunización, que impulsa la vacunación infantil. Recientemente, el Reino Unido e Italia (junto con Canadá, Noruega, Rusia y la Fundación Bill y Melinda Gates) han lanzado la primera garantía de mercado (Advance Market Commitment, AMC) con el fin de acelerar el desarrollo y la comercialización de una nueva vacuna contra las enfermedades neumocócicas en los países en desarrollo, y también se está estudiando otra iniciativa piloto relativa a una vacuna contra la malaria.

Los nuevos instrumentos constituyen fuentes de financiación estables y previsibles. Su principal ventaja es que garantizan compromisos presupuestarios a largo plazo. No obstante, podrían conllevar costes de transacción adicionales y exigir esfuerzos administrativos y políticos considerables.

La mayoría de los recursos procedentes de los mecanismos innovadores se suministrarán a través de los canales existentes y de organizaciones con experiencia en el sector sanitario de los países en desarrollo. Aunque así no es necesario crear estructuras paralelas, armonizar estas iniciativas con las estrategias de los países socios en el ámbito de la salud sigue constituyendo un reto.

La gran mayoría de los Estados miembros de la UE no prevén una participación efectiva en fuentes innovadoras de financiación en un futuro próximo, tanto a efectos de la política de desarrollo como por lo que respecta a los bienes públicos mundiales.

La Comisión anima a los Estados miembros que todavía no se han sumado a ninguna de las iniciativas a seguir analizando su eficacia con vistas a una posible ampliación de la participación y poder disponer así de fuentes de financiación suplementarias y más estables. También recuerda que las fuentes innovadoras no pueden sustituir a la AOD, y recomienda a los Estados miembros que los esfuerzos invertidos en su desarrollo no les distraigan de otras prioridades importantes de la financiación del desarrollo.

4. Vigilancia necesaria para garantizar la sostenibilidad de la deuda en los países en desarrollo

A la incidencia de la reducción excepcional de la deuda (Irak, Nigeria) ha de sumarse la prosecución de la Iniciativa relativa a los países pobres muy endeudados (PPME). La Iniciativa multilateral de reducción de la deuda intensifica los esfuerzos de reducción adicional del endeudamiento de los PPME, cancelando íntegramente sus deudas respecto a la Asociación Internacional de Fomento (AIF, Banco Mundial), el Fondo Africano de Desarrollo y el Fondo Monetario Internacional, pero no abarca los préstamos pendientes del Banco Interamericano de Desarrollo u otros bancos regionales de desarrollo. La Comisión fomenta la intensificación y la coordinación internacional de la labor de apoyo a los países de renta baja en sus esfuerzos por evitar situaciones de endeudamiento insostenibles. Estos esfuerzos deberían englobar la mejora de la gestión de la deuda, incluir nuevos países acreedores en el debate sobre el marco de sostenibilidad de la deuda y abordar el problema del parasitismo (es decir, la posibilidad de que las iniciativas de reducción de la deuda constituyan subvenciones cruzadas para organismos que realizan préstamos en condiciones normales a países post PPME). La Comisión propone que el Consejo inste a los Estados miembros a seguir examinando, en los foros internacionales adecuados, la manera de fomentar una política de préstamos y empréstitos responsable, en particular mejorando la gestión de la deuda de los países en desarrollo y promoviendo el diálogo con nuevos prestamistas.

5. La Estrategia de la UE sobre la ayuda al comercio intensifica los compromisos en materia de comercio y desarrollo

La Comisión recomienda que el Consejo y el Parlamento Europeo apoyen las propuestas presentadas en la Comunicación en las que se expone dicha Estrategia [8].

6. Eficacia de la ayuda: la UE debe hacer mejor uso de las herramientas disponibles

La eficacia de la ayuda es el elemento clave del programa estratégico de la UE, por lo que recibe prioridad en todas sus iniciativas. Desde la adopción en 2006 del Plan de acción sobre la eficacia de la ayuda («Aportar más, mejor y con más rapidez») la mayoría de los objetivos sujetos a un calendario preciso en él incluidos ya se han alcanzado o van camino de lograrse:

(1) La planificación estratégica plurianual conjunta se irá aplicando paulatinamente en todos los países con el fin de mejorar la complementariedad. Con arreglo a las Conclusiones del Consejo de abril de 2006, ha comenzado a desarrollarse en algunos países ACP en los que la programación del 10º FED ha constituido una oportunidad para iniciar la labor de planificación conjunta con otros donantes sobre el terreno.

En lo tocante a los avances logrados y la participación de los donantes, las situaciones varían considerablemente. Mecanismos de coordinación eficaces han facilitado la realización de análisis conjuntos de la situación de los países. También avanza progresivamente la elaboración de estrategias comunes de respuesta en la mayoría de los países seleccionados [9], como la República Democrática del Congo, la República Dominicana, Etiopía, Ghana, Haití, Kenia, Malí, Sierra Leona, Somalia, Sudáfrica, Tanzania, Uganda y Zambia. Gracias a la flexibilidad y el carácter gradual de la programación conjunta, los procesos se adaptan a la situación de los distintos países y, en su caso, se apoyan en otros procesos como las estrategias conjuntas de ayuda (Joint Assistance Strategies).

Debido al carácter evolutivo del proceso, estos datos están sujetos a cambios constantes. No obstante, de ellos se desprende que, a pesar de algunos logros significativos, la heterogeneidad de los mecanismos de programación de los Estados miembros y las divergencias existentes entre las posiciones expresadas en la sede y sobre el terreno han ido en detrimento de los resultados. Con el fin de superar los obstáculos, proporcionar apoyo técnico y mejorar el enlace entre la sede y los equipos sobre el terreno, la Comisión ha organizado misiones conjuntas (por ejemplo en Haití y Somalia) y ha establecido una red específica de expertos de la UE.

(2) En mayo de 2007, el Consejo debería adoptar el Código de Conducta destinado a fomentar la división de tareas entre los donantes de la UE.

(3) En noviembre de 2006 se celebró con éxito la primera edición de las Jornadas Europeas del Desarrollo, una iniciativa que tendrá periodicidad anual.

(4) Se ha elaborado una nueva versión del atlas de donantes de la UE, y por primera vez se ha incluido una edición regional (África Occidental) y otra nacional (Mozambique).

(5) Se han establecido criterios de referencia para los cuatro compromisos suplementarios de la UE en relación con la Declaración de París, a través de un plan de trabajo de la UE sobre armonización centrado en los procesos locales relativos a la eficacia de la ayuda. La Comisión reafirma su intención de alcanzar el objetivo de distribuir el 50 % de la ayuda a través de los sistemas nacionales por medio de apoyo presupuestario.

(6) Se han suprimido todos los obstáculos a la cofinanciación en el marco de las normas comunitarias.

7. Urge acelerar los avances hacia mecanismos de ayuda más previsibles

El apoyo presupuestario, instrumento clave reconocido para garantizar a los países en desarrollo ayuda a medio plazo basada en los resultados obtenidos por las políticas gubernamentales sigue siendo uno de los instrumentos favoritos de trece Estados miembros de la UE. Algunos de ellos se muestran cada vez más dispuestos a proporcionar apoyo presupuestario general además del apoyo presupuestario prestado a sectores concretos. La Comisión está desarrollando este concepto (apoyo presupuestario general) entre los mecanismos que se podrían utilizar para mejorar la previsibilidad de la ayuda, incorporando criterios claros de subvencionalidad y centrándose en los resultados. Un acuerdo posible podría incluir un apoyo presupuestario a largo plazo que garantizara un nivel determinado de ayuda anual, sujeto a cláusulas de salvaguardia.

8. Atenuación del impacto de los choques exógenos: los Estados miembros deben respaldar en mayor medida los nuevos conceptos

Incrementar la resistencia de los países en desarrollo ante los choques económicos externos (vulnerabilidad ante la evolución de los precios) y los fenómenos naturales (catástrofes, cambio climático) es un objetivo común de la política de desarrollo de la UE. En 2006 se concibieron algunas herramientas a tal efecto y se desarrollaron iniciativas piloto, pero apenas han suscitado interés y los avances siguen siendo escasos.

·

Vulnerabilidad de las rentas: los Países Bajos y la Comunidad (CE) están renovando su apoyo al grupo de gestión de los riesgos vinculados a los productos básicos (Commodity Risk Management Group, CRMG, integrado en el Banco Mundial), que ha demostrado la viabilidad de los instrumentos basados en el mercado a efectos de la reducción de los riesgos relacionados con las fluctuaciones exteriores de los precios. Francia ha elaborado iniciativas de gestión de los riesgos en el sector del algodón y tiene previsto aplicar experimentalmente en algunos países un nuevo mecanismo integrado (en el marco de un nuevo enfoque conjunto con otros donantes).

· Reducción de los riesgos de catástrofes: En 2005-2006, la UE dedicó más de 3 500 millones de euros a la prestación de ayudas destinadas a prevenir o paliar las catástrofes. Según los cálculos, un tres por ciento de esa cantidad se destinó a asistencia ex-ante. Cada vez es mayor el interés por enfoques estratégicos más amplios en materia de prevención y preparación ante las catástrofes, pero sería necesario contar con un apoyo mucho mayor entre los Estados miembros. De cara a ofrecer un enfoque común, en 2008 la Comisión propondrá una estrategia conjunta de la UE en materia de reducción de los riesgos de catástrofes, basada en la experiencia existente (en particular, la acumulada en el marco del instrumento de respuesta a catástrofes naturales del 9º FED) y ajustada a las iniciativas internacionales.

· FLEX es el mecanismo concebido por la CE para proteger las reformas llevadas a cabo en los países ACP de los posibles efectos de las fluctuaciones a corto plazo de los ingresos por exportaciones. Con el fin de reforzar su carácter anticíclico, está previsto estudiar con el grupo ACP y los Estados miembros diversas propuestas destinadas a simplificar y agilizar la concesión de asistencia en este marco.

La Comisión sugiere que los Estados miembros:

· traten de lograr un mejor equilibrio entre las respuestas a las catástrofes naturales a posteriori y las estrategias aplicadas con anterioridad para reducir los riesgos, sobre la base de un enfoque comunitario conjunto en materia de prevención y preparación de las catástrofes;

· refuercen el apoyo otorgado a la aplicación experimental/al desarrollo de nuevos métodos e instrumentos destinados a reducir los efectos adversos de los choques exógenos sobre los países en desarrollo, diferenciando las respuestas basadas en el mercado a los choques provocados por las fluctuaciones de los precios internacionales y los esfuerzos destinados a mitigar la repercusión de los choques causados por catástrofes naturales;

· participen activamente en el grupo internacional de gestión de los riesgos vinculados a los productos básicos para mejorar el intercambio de información acerca de los nuevos planteamientos de gestión de los riesgos.

9. Desvinculación de la ayuda: los avances internacionales son inferiores a los progresos de la UE

El volumen de ayuda comunitaria desvinculada está aumentando. La mayoría de los Estados miembros donantes del CAD han desvinculado casi íntegramente su AOD, y otros han adoptado nuevas medidas para seguir desvinculando parte de su ayuda. Algunos países de la EU-10 han comenzado a aplicar la recomendación del CAD sobre la desvinculación de la ayuda en favor de los PMA. El recurso cada vez más frecuente al apoyo presupuestario contribuye también a mejorar la actuación de la UE en lo tocante a la ayuda conjunta al desarrollo. Se anima a los Estados miembros a proseguir el proceso de desvinculación de la ayuda.

Las normas comunitarias del mercado interior se aplican también a la AOD proporcionada por los Estados miembros, por lo que la Comisión reitera su obligación de perseguir judicialmente cualquier vulneración en este ámbito. Los Estados miembros que están perfilando actualmente sus sistemas de cooperación al desarrollo, en particular sus regímenes de contratación, deben desvincular sus ayudas en relación con todos los demás Estados miembros.

En 2006, la CE procedió a la transposición de la normativa sobre desvinculación de la ayuda en los nuevos instrumentos de cooperación financiera en el ámbito del presupuesto comunitario. En este marco se procedió también a la desvinculación del apoyo otorgado a los agentes no estatales.

La Comisión se congratula de la ampliación, tras años de parálisis, del ámbito de aplicación de la recomendación del CAD (al reducir su umbral de aplicación) e insta a realizar nuevos avances, es decir, a pasar de un enfoque comercial circunscrito al acceso recíproco entre donantes a un enfoque más favorable a los pobres y centrado en los países en desarrollo. Lo anterior implica una nueva ampliación de la recomendación del CAD (prioridad de acceso para los países en desarrollo; fomento de las preferencias locales). La Comisión recuerda el acuerdo de la UE para seguir impulsando, en las instancias internacionales pertinentes, la desvinculación de la ayuda alimentaria y de su transporte.

10. Aumento de la influencia de la UE en las instituciones financieras internacionales

La coordinación de la UE en los ámbitos del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional ha avanzado, aunque a un ritmo variable. En especial, los directores ejecutivos de la UE en el Banco Mundial han emitido hasta la fecha cerca de 40 declaraciones conjuntas en un marco de coordinación informal, con lo que han aumentado considerablemente la visibilidad y la influencia de la UE. Se considera esencial que los Estados miembros de la UE adopten posiciones comunes para seguir aumentando la visibilidad e influencia de la Unión en las instituciones financieras internacionales. La mejora de la coordinación de la UE en éstas reposa sobre todo en el aumento del diálogo y el intercambio de información. Los directores ejecutivos de la UE en el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional celebran reuniones semanales para intercambiar pareceres sobre las cuestiones abordadas por los consejos de administración de ambas instituciones y adoptar, en la medida de lo posible, posiciones comunes; la Comisión está facilitando esta labor de coordinación y se propone proporcionar apoyo adicional. Todavía hay margen para seguir mejorando la coordinación de la UE en el Fondo Monetario Internacional, especialmente en Washington.

Asimismo, en 2007 la Comisión invitó a los directores ejecutivos de la UE de los tres principales bancos de desarrollo regionales (africano, asiático e interamericano) a celebrar una reunión en Bruselas para mejorar la coordinación con la Comisión y el diálogo entre ellos. El encuentro fue de gran utilidad y se repetirá periódicamente.

La Comisión propone igualmente:

· la organización sistemática de reuniones de coordinación de los directores ejecutivos de la UE, con la participación de la Comisión, en el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, con el fin de adoptar, con la mayor frecuencia posible, declaraciones europeas comunes sobre las cuestiones abordadas en los consejos de administración;

· la mejora de la coordinación de la UE antes de las reuniones anuales o de las reuniones de primavera (la Comisión está dispuesta a suministrar el apoyo necesario a tal efecto);

· la mejora del intercambio de información y documentación entre los directores ejecutivos de la UE y la Comisión, en particular la transmisión periódica y oportuna de los documentos de los consejos de administración de las instituciones financieras internacionales (incluidos los bancos regionales de desarrollo);

· el refuerzo simultáneo de la voz europea y la voz de los países en desarrollo en el Banco Mundial.

11. La UE confirma su apoyo al concepto de bienes públicos mundiales (BPM) pero no vinculará su actuación a las recomendaciones del Grupo de Trabajo internacional

El informe del Grupo de Trabajo internacional sobre los bienes públicos mundiales (Meeting Global Challenges) se publicó en septiembre de 2006. En general, la primera reacción de los Estados miembros de la UE se habría visto influida por los retrasos registrados en la presentación del informe y la escasa relevancia que se le dio. La mayoría de los Estados miembros han tenido conocimiento del informe, pero no están convencidos de que haya contribuido sustancialmente al debate sobre dichos bienes. La Comisión comparte este parecer, si bien reconoce la gran labor analítica y las amplias consultas efectuadas por el Grupo de Trabajo. Hay un acuerdo general sobre los bienes públicos mundiales definidos como prioritarios por el Grupo de Trabajo, en particular los que se refieren a la salud y al medio ambiente, pero este apoyo inicial no encuentra respaldo en posiciones firmes sobre una financiación específica para los bienes públicos mundiales.

Aunque la mayoría de los Estados miembros coinciden en la necesidad de reformar el sistema de las Naciones Unidas en línea con las recomendaciones del Grupo de Expertos de Alto Nivel sobre la Coherencia del sistema de las Naciones Unidas, en aras del aumento de la transparencia de sus operaciones y la mejora general de la rendición de cuentas, no hay apoyo para la propuesta básica del informe, relativa a la mejora de la gobernanza mundial (el foro Global 25).

La estrategia del Grupo de Trabajo sobre la financiación de los bienes públicos mundiales no suscita un apoyo unánime. La mayoría de los Estados miembros se muestra favorable a algunas propuestas sencillas, ya aprobadas a escala internacional. Otras recomendaciones más innovadoras, centradas en la desvinculación de los bienes públicos mundiales de la ayuda al desarrollo, son dignas de atención, pero son muy pocos los Estados miembros que las apoyan. Teniendo en cuenta este aspecto y el análisis del informe realizado por la propia Comisión, las propuestas del Grupo de Trabajo no suscitarían actualmente un gran interés en la UE. Así pues, establecer en estos momentos un plan de acción de la UE destinado a mejorar el suministro y la financiación de los bienes públicos mundiales resultaría desaconsejable y prematuro. A pesar de esta valoración, la UE ha realizado avances sustanciales en la mejora del suministro de bienes públicos mundiales prioritarios, por ejemplo en los ámbitos de la salud y el medio ambiente, y sigue asumiendo el papel de «liderazgo responsable» preconizado enérgicamente por el Grupo de Trabajo. En el futuro se podría evaluar nuevamente la oportunidad de una iniciativa global acerca de estos bienes.

Mientras tanto, la Comisión potenciará su labor sobre los bienes públicos mundiales en el ámbito del medio ambiente desarrollando la colaboración sobre la formación de alianzas con los países en desarrollo. Esta intensificación de la colaboración apunta a una segunda fase del Protocolo de Kioto (tras 2012) que debería obedecer a propósitos diferentes, siendo por ejemplo compatible con la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la lucha contra el calentamiento climático.

12. Conclusiones

Aunque en 2006 los resultados combinados de la AOD de la UE superaron las previsiones, algunos Estados miembros deben todavía recuperar su retraso y alcanzar los niveles de ayuda básicos convenidos. Las perspectivas generales de que la UE alcance los próximos objetivos en materia de AOD de aquí a 2010 son favorables, siempre que se aborden las cuestiones esenciales para mantener la credibilidad de la UE como principal proveedor de financiación del desarrollo y la opinión pública respalde el incremento de la ayuda. La aplicación rápida del Código de Conducta de la UE sobre la División de Tareas en la Política de Desarrollo constituye una oportunidad inigualable para mejorar extraordinariamente la eficacia de la ayuda comunitaria. La vinculación entre comercio y desarrollo se ha de abordar en el marco de la estrategia conjunta de la UE sobre la ayuda al comercio, que requiere un seguimiento creíble por parte de todas las partes interesadas. En general se registran avances, de ritmo muy diverso, en la mayoría de los compromisos de la UE, pero son necesarios esfuerzos más rigurosos y una participación más activa de los Estados miembros en varios ámbitos, por ejemplo en lo tocante al apoyo presupuestario y las ideas para reducir la incidencia de los choques exógenos.

[1] Los Estados miembros se comprometieron a aumentar la Asistencia Oficial al Desarrollo hasta destinar, colectivamente, al menos el 0,39 % de la RNB de la UE a AOD en 2006. Los países que ya destinaban el 0,7 % de su RNB a AOD acordaron mantener esas contribuciones y los restantes países se comprometieron a destinar a tal fin un porcentaje no inferior al 0,33 % de la RNB.

[2] El segundo objetivo colectivo intermedio para 2010 está basado en objetivos de referencia individuales: los Estados miembros que todavía no hayan alcanzado una AOD del 0,51 % de la RNB se comprometen a lograr ese nivel; los Estados miembros acuerdan lograr el objetivo del 0,7 % de la RNB/AOD en 2015 y aquellos que ya han alcanzado ese nivel se comprometen a mantenerse por encima del mismo nivel; los Estados miembros incorporados a la UE después de 2002 tratarán de lograr o mantener, en 2010, un mínimo del 0,17 % RNB/AOD y del 0,33 % en 2015. Este compromiso se combina con la promesa de suministrar colectivamente al menos el 50 % del incremennto acordado de la AOD para África.

[3] Conclusiones del Consejo de abril de 2006. «Financiación del desarrollo y eficacia de la ayuda: Aportar más, mejor y con más rapidez».

[4] Basado en la Comunicación de la Comisión COM(2007) 72 de 28.2.2007.

[5] Conclusiones del Consejo de mayo de 2005 (Objetivos de Desarrollo del Milenio: Contribución de la UE a la revisión de los ODM en la Cumbre de las Naciones Unidas de septiembre de 2005). La UE se compromete a asumir nuevos compromisos en varios ámbitos: fuentes innovadoras de financiación del desarrollo; reducción de la deuda y bienes públicos mundiales; mejora de la coordinación y la eficacia de la ayuda, incluidos mecanismos de ayuda más predecibles; atenuación de las consecuencias de los choques exógenos; desvinculación de la ayuda y reforma de las instituciones financieras internacionales.

[6] La financiación del desarrollo de Monterrey a Doha (2002-2008). Informe de evolución de 2007, SEC(2007) 415.

[7] Conclusiones del Consejo de abril de 2006, nota a pie de página nº 1 del apartado 24.

[8] Comunicación de la Comisión COM(2007) 163, de 4 de abril de 2007.

[9] Según los criterios del Consejo (Conclusión nº 51): «a) la existencia de una estrategia de reducción de la pobreza o de una estrategia equivalente, b) la existencia de un número suficiente de donantes activos de la UE, que estén revisando su programación, c) la existencia de procesos locales de coordinación, d) consideraciones específicas para Estados frágiles y e) una evaluación de campo positiva».

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