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Document 52006DC0583

Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo - Movilización de fondos públicos y privados para favorecer el acceso mundial a servicios energéticos inocuos con el clima, asequibles y seguros : el Fondo mundial para la eficiencia energética y las energías renovables {SEC(2006) 1224} {SEC(2006) 1225}

/* COM/2006/0583 final */

52006DC0583




[pic] | COMISIÓN DE LAS COMUNIDADES EUROPEAS |

Bruselas, 6.10.2006

COM (2006) 583 final

COMUNICA CIÓN DE LA COMISIÓN AL CONSEJO Y AL PARLAMENTO EUROPEO

Movilización de fondos públicos y privados para favorecer el acceso mundial a servicios energéticos inocuos con el clima, asequibles y seguros: el Fondo mundial para la eficiencia energética y las energías renovables {SEC(2006) 1224}{SEC(2006) 1225}

DESARROLLO SOSTENIBLE – EL DESAFÍO ECOLÓGICO MUNDIAL DEL SECTOR ENERGÉTICO

Desde principios del decenio de los noventa, la mayoría de las regiones del mundo disfrutan de una fase de crecimiento económico sin precedentes. Desde 1994, el consumo mundial de petróleo ha aumentado en un 20 %, y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé un crecimiento anual del 1,6 %[1]. Según la AIE, la demanda mundial de energía lleva camino de aumentar en más de un 60 % de aquí a 2030. Responder a esa demanda exigirá una inversión estimada en el sector energético de 16 billones de dólares estadounidenses en los próximos 25 años. La posibilidad de mantener la inversión como hasta ahora no sólo crearía un serio problema financiero, sino que además no conduciría a un futuro sostenible, en particular por lo que respecta a los siguientes aspectos:

- Emisiones de gases de efecto invernadero : las emisiones de CO2 procedentes del sector energético aumentarían en un 62 % para 2030 con respecto a los niveles de 2002, mientras que los Jefes de Estado de la UE reunidos en el Consejo de Primavera de 2005 pidieron una reducción global de las emisiones de gases de efecto invernadero de al menos el 15 %, incluso hasta de un 50 % para 2050 con respecto a los niveles de 1990. Los líderes del G8 decidieron también en 2005 actuar con resolución y acordaron el Plan de Acción de Gleneagles sobre cambio climático, energías limpias y desarrollo sostenible. La transición a energías menos contaminantes deberá financiarse mediante un mayor esfuerzo de colaboración entre los marcos de inversión públicos y privados en el que participen el Banco Mundial y otras instituciones financieras multilaterales.

- Calidad del aire : la rápida urbanización en los países de economía emergente ha dado lugar en muchas ciudades a elevados niveles de contaminación atmosférica con efectos perjudiciales para la salud humana. Por ejemplo, según el Banco Mundial, es probable que en China se registren 590 000 muertes prematuras debido a la contaminación atmosférica urbana derivada de los sectores del transporte y la energía. Para invertir estas tendencias, habrá que rehabilitar las centrales eléctricas y otras instalaciones ineficientes e incrementar la utilización de tecnologías con niveles de emisión casi nulos.

- Pobreza y gestión sostenible de los recursos naturales: se calcula que 1 400 millones de personas en los países en desarrollo seguirían sin tener acceso a formas modernas de energía en 2030, y que no disminuirá la cifra de los 2 400 millones de personas que utilizan biomasa tradicional de manera no sostenible para cocinar y calentarse. Según la AIE, se calcula que para lograr una electrificación del 100 % hace falta una inversión adicional de 655 000 millones de dólares estadounidenses. Se trata de un enorme desafío para regiones que apenas consiguen reunir capital.

- Seguridad del abastecimiento energético: más del 60 % del aumento del consumo energético sería en forma de petróleo y gas. Esto incrementaría aún más la dependencia de las principales regiones importadoras respecto de las importaciones. Por ejemplo, la dependencia de la UE respecto de las importaciones de petróleo y gas ascendería hasta el 93 % y el 81 % en 2030, frente al 79 % y el 49 %, respectivamente, en 2004. Por esta razón, la Comisión propuso recientemente que un nivel mínimo de la combinación total de fuentes de energía de la UE procediera de la utilización segura y sostenible de fuentes de energía de baja emisión de carbono. China, que actualmente es en gran medida autosuficiente, tendría que importar en 2030 el 27 % de su demanda de gas. Los suministros de petróleo y de gas procedentes de Oriente Próximo y de la región del norte de África aumentarían hasta el 44 %.

Es obvio que la necesidad de garantizar el desarrollo sostenible, es decir, de ganar la batalla contra el cambio climático y, al mismo tiempo, erradicar la pobreza energética y garantizar el abastecimiento mundial de energía, exige cambios profundos en el modo en que se prestan los servicios energéticos y se utilizan las fuentes de energía.

Los Jefes de Estado reunidos en 2002 en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible acordaron incrementar urgente y significativamente la proporción de energías renovables en la combinación global de fuentes de energía. En la misma Cumbre, la UE estableció la Coalición de Johannesburgo para la Energía Renovable (CJER)[2] y la Iniciativa sobre la Energía de la UE, para que los compromisos contenidos en el Plan de Aplicación de Johannesburgo no se quedaran en palabras vacías.

Las inversiones en energías renovables, al igual que las dedicadas a la eficiencia energética, son bienes públicos característicos que producen beneficios sustanciales a nivel local y mundial, como unos niveles nulos o bajos de emisiones de gases de efecto invernadero y de contaminantes. Ayudan a mejorar la seguridad del abastecimiento energético mediante la explotación de las fuentes de energía disponibles localmente, como la eólica, la solar, el calor geotérmico o la biomasa. Una mayor penetración de las tecnologías de energías eficientes y renovables reducirá el impacto ambiental y sanitario del consumo de combustibles fósiles, al mismo tiempo que reducirá las tensiones en los mercados energéticos. Estas tecnologías promueven también el empleo y la generación de ingresos a nivel local, por ejemplo mediante el suministro de energía para usos productivos, en particular en las zonas alejadas donde las extensiones de la red no son rentables.

Los proyectos de energías renovables y eficiencia energética resultan con frecuencia económicamente atractivos si se tienen plenamente en cuenta los beneficios de «bien público», especialmente en los países en desarrollo, donde la producción de energía suele ser menos eficiente y más contaminante que en los países industrializados con una legislación ambiental avanzada. Según las hipótesis energéticas alternativas de la AIE, una mayor dependencia de la eficiencia energética y de las energías renovables podría reducir el crecimiento de la demanda mundial de energía de más del 60 % al 50 %, y el de las emisiones mundiales del 62 % al 46 %. La disminución de la demanda futura podría bajar en un 15 % los precios del petróleo. Aunque esto tampoco resolvería los problemas citados, sí sería un paso significativo en la dirección correcta. La Comisión ha calculado que, a largo plazo, la mejora de la eficiencia energética y las energías renovables pueden reportar, a un coste rentable, hasta 2/3 de la reducción de las emisiones (SEC(2005)180).

Entre la amplia gama de beneficios públicos cabe mencionar que los marcos políticos están mejorando y las energías renovables y la eficiencia energética forman ya parte central de los programas de inversión en energía y desarrollo. Hoy en día pueden proporcionar, de manera sostenible, suministros asequibles de electricidad y otras formas de energía a empresas y transportes locales, concretamente en casos en que la conexión a la red no es rentable. Los sistemas aislados de la red y las mini-redes pueden garantizar un suministro energético adecuado y económico en zonas alejadas. Se puede ofrecer toda una gama de soluciones tecnológicas para atender las necesidades de los hogares y de las empresas, especialmente interesante en los países en desarrollo.

A pesar de estas ventajas, la AIE predice que, si persisten las tendencias actuales, la proporción de energías renovables se mantendrá más o menos constante hasta 2030. Los más de 16 billones de dólares estadounidenses que tendrán que invertirse de aquí a 2030 brindan, por tanto, una oportunidad única para construir un sector energético mundial sostenible que no se puede desaprovechar. Es indudable que la mayor parte de la inversión futura en el sector energético en todo el mundo tendrá que proceder de fuentes privadas. La tarea de las políticas públicas consistirá en crear los incentivos adecuados y el entorno propicio que aseguren que la inversión privada financiará el acceso a unos servicios energéticos ecológicamente razonables, asequibles y seguros.

En la presente Comunicación se estudian los obstáculos que existen actualmente para la participación del sector privado en el despliegue de las tecnologías de eficiencia energética y energías renovables, especialmente en los países en desarrollo. Se propone una asociación entre los sectores público y privado concreta e innovadora denominada Fondo mundial para la eficiencia energética y las energías renovables (GEEREF) , con el fin de movilizar inversiones privadas en beneficio de los países en desarrollo y las economías en transición.

OBSTÁCULOS A LA MOVILIZACIÓN DE FONDOS PRIVADOS SUFICIENTES PARA INVERSIONES EN EFICIENCIA ENERGÉTICA Y ENERGÍAS RENOVABLES

La AIE calcula en su marco hipotético de referencia que hacen falta 241 000 millones de dólares estadounidenses de inversión mundial en generación de energías renovables de aquí a 2010[3]. En consecuencia, sólo en los países en desarrollo y las economías en transición harían falta más de 10 000 millones de dólares estadounidenses (9 000 millones de euros) de capital de riesgo. Según las proyecciones, alrededor del 70 % y el 40 % de la inversión en generación de electricidad en Sudamérica y en Asia, respectivamente, se dedicará al sector de las energías renovables[4]. Al mejorar los marcos políticos, el interés de los inversores privados se está acrecentando.

Hay algunas tendencias positivas por lo que respecta a la financiación de las energías renovables y la eficiencia energética. El BEI y otros inversores internacionales han reconocido la creciente rentabilidad de los proyectos de energías renovables y han fijado recientemente ambiciosos objetivos de inversión en energías renovables y eficiencia energética. El BEI, por ejemplo, se ha propuesto invertir el 50 % de su cartera anual de préstamos para el sector energético de la UE en proyectos de energías renovables. En abril de 2005, el Grupo de Trabajo sobre créditos a la exportación y garantías de crédito de la OCDE amplió el plazo mínimo permitido para la amortización de las inversiones en energías renovables a 15 años, en lugar de 10 o 12. Además, con la entrada en vigor del Protocolo de Kioto y el establecimiento de un precio del carbono, los beneficios ecológicos de los proyectos de tecnologías de baja o nula emisión de carbono son ahora remunerados. En los países en desarrollo, esos proyectos pueden recibir créditos de reducción de emisiones en el marco del Mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo. En los próximos años, la financiación del carbono proporcionará más fondos para estos proyectos.

Sin embargo, a pesar de las nuevas y alentadoras perspectivas y del sólido historial tecnológico, los proyectos y las empresas de energías renovables siguen tropezando con dificultades significativas a la hora de reunir financiación suficiente para la inversión. El problema es complejo pero se centra principalmente en el ámbito del capital de riesgo, que proporciona una garantía importante a los prestamistas. Algunas razones clave que han causado este estancamiento financiero son las siguientes:

- Los costes de capital inicial de las tecnologías de energías renovables son de 3 a 7 veces superiores que los de la generación convencional de combustibles fósiles. Aunque estos costes se compensan con unos gastos de funcionamiento mucho más bajos y menos inestables que los de las tecnologías basadas en combustibles fósiles, los inversores privados siguen considerando que los períodos de amortización, más largos, son demasiado arriesgados y, por lo tanto, poco atractivos.

- Fuera de la región de la OCDE, los inversores de capital privado buscan garantías adicionales. Ni siquiera unos beneficios razonables, del orden del 6 % al 14 %, bastan para contrarrestar diferentes riesgos en muchos países en desarrollo.

- Las tecnologías de energías renovables son muy adecuadas para proyectos de inversión de pequeño y mediano tamaño. Sin embargo, éstos acarrean costes de transacción significativamente más elevados que las grandes centrales eléctricas que utilizan combustibles fósiles, lo cual les resta interés para los proveedores convencionales de capital de riesgo. Cuando las instituciones financieras internacionales o el sector privado tienen capital de riesgo que ofrecer, es para grandes inversiones cuyas condiciones no son adecuadas para pequeñas empresas o proyectos de un capital total de menos de 5 a 10 millones de euros.

Cuando se compite por una financiación escasa de capital social privado, estos hechos sitúan las energías renovables en una clara desventaja que da lugar a una falta general de fondos privados en el sector. El Banco Mundial llegó hace poco a una conclusión similar: aunque mejore el entorno normativo y se utilicen instrumentos políticos de mitigación de riesgos, el desafío de financiar los costes marginales y reducir los riesgos tecnológicos será significativo[5]. Sin embargo, el elevado potencial de los proyectos de energías renovables y eficiencia energética para generar múltiples bienes públicos medioambientales y socioeconómicos, tanto a nivel local como mundial, merece apoyo público para resolver este estancamiento financiero y proporcionar incentivos públicos a los inversores privados internacionales y nacionales. Los gobiernos tendrán que colaborar con el sector privado para superar los obstáculos financieros persistentes.

UNA ASOCIACIÓN INNOVADORA ENTRE LOS SECTORES PÚBLICO Y PRIVADO: EL FONDO MUNDIAL PARA LA EFICIENCIA ENERGÉTICA Y LAS ENERGÍAS RENOVABLES

Por las razones citadas, en la presente comunicación se propone crear una asociación entre los sectores público y privado concreta e innovadora, denominada Fondo mundial para la eficiencia energética y las energías renovables (GEEREF) , con el fin de movilizar inversiones privadas, en particular en los países en desarrollo y los de economía emergente, en el contexto de programas internacionales para promover el desarrollo sostenible. La asociación propuesta complementará las iniciativas en curso de mejora del marco político, lo cual acelerará el desarrollo sostenible mediante una implantación más rápida de tecnologías de eficiencia energética y energías renovables.

La propuesta se inspira en la Patient Capital Initiative lanzada por la Comisión Europea en 2004 en el contexto de la Coalición de Johannesburgo para las Energías Renovables y cuyo ámbito se definió tomando como orientación los debates mantenidos en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible y en la conferencia internacional de alto nivel de la Coalición celebrada en 2003 en Bruselas. Además, se basa en un estudio de viabilidad realizado en 2004 en el que se evaluaron las diferentes opciones para diseñar una nueva asociación entre los sectores público y privado de financiación con fines específicos. El estudio de viabilidad se benefició de los comentarios y sugerencias de diversas partes interesadas, entre otras, el Grupo del BEI, la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial, el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), el KfW, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Iniciativa sobre la Energía de la UE y otras asociaciones.

Además, la propuesta ha tenido en cuenta el recién publicado Libro Verde «Estrategia europea para una energía sostenible, competitiva y segura»[6], en el que la Comisión expone un enfoque integrado para hacer frente a los retos del desarrollo sostenible en el sector energético, especialmente en relación con el cambio climático, en concreto mediante una mayor demostración y utilización de las tecnologías de eficiencia energética y energías renovables. Posteriormente, en el Consejo Europeo de marzo de 2006 se pidió que se garantizase un apoyo adecuado de los instrumentos comunitarios a esas soluciones energéticas sostenibles. En su diálogo con terceros países, la UE debe asumir también un papel más activo a favor del desarrollo sostenible mediante la promoción de las tecnologías de energías renovables y bajo nivel de emisiones y de la eficiencia energética en la lucha mundial contra el cambio climático, y para mejorar la aplicación de los mecanismos del Protocolo de Kioto. La presente propuesta se basa también en los «Principios y consideraciones para la incorporación de las intervenciones en materia de energía en la cooperación para el desarrollo» adoptados recientemente por el Consejo (Desarrollo)[7], en la Revisión de la Estrategia de la UE para un desarrollo sostenible[8] y en el documento conjunto de la Comisión y el Alto Representante para la PESC titulado «Una política exterior al servicio de los intereses energéticos de Europa»[9], todos ellos documentos en los que se reitera la importancia de promover soluciones energéticas no contaminantes para responder al desafío mundial del cambio climático, la pobreza y el desarrollo sostenible.

Ante la limitada financiación del sector público, la necesidad de establecer un instrumento innovador que maximice el efecto de palanca de los fondos públicos se convierte en una prioridad. En la última comunicación en la que se establecen el ámbito y las prioridades del futuro Programa temático para el medio ambiente y la gestión sostenible de los recursos naturales, incluida la energía, la Comisión dice explícitamente que «se requieren con carácter urgente mecanismos de financiación innovadores y flexibles»[10]. Éste es también un mensaje clave contenido en el Acuerdo Interinstitucional de junio de 2006, en el que se establece lo siguiente: «Las instituciones convienen en que es necesario introducir mecanismos de cofinanciación para reforzar el efecto de palanca del presupuesto de la Unión Europea aumentando el incentivo de financiación. Acuerdan fomentar el desarrollo de instrumentos financieros plurianuales apropiados que actúen como catalizadores de la inversión pública y privada»[11].

Mejorar el acceso del sector privado al capital de riesgo mediante el suministro de fondos públicos de capital paciente parece la alternativa más prometedora, ya que ofrece diversas posibilidades de distribución del riesgo. El sector público podría:

- aceptar beneficios más bajos en casos concretos, en función por ejemplo de los riesgos reales cubiertos, elevando así los beneficios para el sector privado a umbrales comerciales;

- aceptar períodos más largos de inversión o de amortización («primero en entrar, último en salir») para contrarrestar las cuantiosas inversiones iniciales con los bajos costes de funcionamiento y mantenimiento;

- asumir costes de transacción más elevados, lo cual permitiría atender a pequeñas y medianas empresas y responder a la demanda de una amplia gama de servicios de apoyo a las empresas, capital inicial y capital de crecimiento.

PUESTA EN PRÁCTICA DE LA ASOCIACIÓN INNOVADORA ENTRE LOS SECTORES PÚBLICO Y PRIVADO

El objetivo es movilizar fondos públicos y privados que ayuden a resolver el estancamiento de la financiación de los proyectos y empresas de energías renovables y eficiencia energética, tratando especialmente de subsanar la falta de capital de riesgo. Una de las opciones podría ser realizar a mayor escala sistemas que han dado buenos resultados en su implantación experimental. Instituciones financieras internacionales como el BEI, el BERD y el Banco Mundial, inversores privados y otros intermediarios financieros han empezado ya a aunar esfuerzos con la Comisión para crear el Fondo mundial para la eficiencia energética y las energías renovables. Algunas posibilidades de coinversión inicial han sido ya descritas por el BEI (en particular en las regiones de África, el Caribe y el Pacífico y el Mediterráneo) y por el BERD (un fondo regional dirigido a los mercados de Europa Oriental no pertenecientes a la UE).

¿Cómo sería?

El Fondo GEEREF se creará como asociación mundial entre los sectores público y privado en régimen de entidad de Derecho privado con misión de servicio público[12]. Se creará en estrecha colaboración con instituciones financieras internacionales como el BEI y el BERD. Ofrecerá nuevas opciones de distribución y cofinanciación de riesgos a inversores comerciales y no comerciales con un mandato de inversión a nivel mundial. Permitirá contratar a administradores de fondos profesionales, que actuarán con autonomía de conformidad con un mandato específico establecido por los donantes y los inversores. Contará con recursos de alta calidad de seguimiento, elaboración de informes y control.

En lugar de proporcionar financiación directa a los grupos destinatarios, el GEEREF participará activamente en la creación y la financiación de subfondos regionales o en la ampliación a mayor escala de iniciativas similares existentes. Esta forma de proceder se adaptará a las características específicas de diferentes mercados regionales, al unir en ellos las instituciones financieras internacionales, la experiencia local y los conocimientos científicos para activar más fondos del sector privado. La participación en subfondos estará supeditada a la compatibilidad de su estrategia de inversión con la del Fondo, a la solidez de su gestión y su buena capacidad de ejecución y a la aportación de un porcentaje mínimo de cofinanciación comercial.

¿Quién recibirá apoyo?

El GEEREF apoyará a promotores de proyectos y PYME dedicados a las energías renovables y la eficiencia energética. Se dará prioridad a los proyectos de menos de 10 millones de euros, ya que son los más desatendidos por los inversores comerciales y las instituciones financieras internacionales. Además de los proyectos basados en servicios de utilidad pública, las inversiones se dirigirán también a empresas de fabricación y montaje, consumidores, PYME e intermediarios microfinancieros.

¿Qué regiones estarán cubiertas?

El Fondo apoyará subfondos regionales en el África Subsahariana, los Estados insulares del Caribe y el Pacífico (región ACP), los países de la política europea de vecindad (en concreto, el norte de África y la Europa Oriental no integrada en la UE, incluida Rusia), América Latina y Asia (incluidos Asia Central y Oriente Próximo)[13]. El nuevo instrumento de cooperación al desarrollo proporcionará la base jurídica y el GEEREF se incorporará en el Programa temático para el medio ambiente y la gestión sostenible de los recursos naturales, incluida la energía (ENRTP) expuesto en el citado instrumento[14]. La financiación se regirá por principios de mercado, si bien se dará prioridad a las inversiones en aquellos países o regiones en los que se apliquen políticas de energías renovables y eficiencia energética propicias a la participación del sector privado. Se hará especial hincapié en atender a las necesidades de los países ACP.

¿Qué tipo de apoyo se prestará?

La mayor parte del Fondo se utilizará para proporcionar capital de riesgo a diferentes tipos de proyectos de inversión en energías renovables y eficiencia energética. El capital se proporcionará en condiciones «pacientes» asequibles, en las que el grado de paciencia vendrá determinado por la magnitud de los beneficios locales y mundiales que ofrezcan los subfondos y los proyectos que financien. La participación del Fondo variará desde porcentajes situados entre el 25 % y el 50 % para operaciones de riesgo mediano a alto, hasta el 15 % para las operaciones de bajo riesgo. Además, el Fondo incluirá la financiación específica de asistencia técnica, cuyo porcentaje será entre el 10 % y el 20 % de la financiación total, dependiendo de las necesidades reales de creación de capacidades, que serán probablemente mayores en las economías menos desarrolladas. Esta función permitirá emplear los conocimientos técnicos locales e internacionales para mejorar las propuestas de proyectos y los planes empresariales en paralelo al desarrollo de la inversión. Al ofrecer capital de riesgo y asistencia técnica, el Fondo será una «ventanilla única», lo cual reducirá sus costes de transacción y mejorará su funcionamiento general.

¿Qué tipos de tecnologías serán apoyadas?

El ámbito de inversión incluirá una amplia combinación de tipos de proyectos y tecnologías de eficiencia energética y energías renovables. Puesto que se prestará especial atención a los países en desarrollo y las economías en transición, se hará hincapié en la implantación de tecnologías respetuosas con el medio ambiente con un historial técnico acreditado, teniendo en cuenta también los conocimientos científicos resultantes de programas como los Programas Marco comunitarios. La experiencia y las proyecciones indican que las pequeñas centrales hidroeléctricas y la biomasa abarcan una gran parte de las inversiones previstas, mientras que los parques eólicos en tierra ofrecen también un potencial significativo. La energía fotovoltaica sigue siendo cara para los países de renta baja. Las energías renovables dominarán probablemente la cartera de inversiones. Los proyectos de eficiencia energética serán subvencionables en particular cuando haya que eliminar obstáculos económicos similares. La combustión combinada (por ejemplo, de carbón y bagazo), las empresas de servicios energéticos y otras soluciones a pequeña y mediana escala de uso limpio y eficiente de la energía podrán beneficiarse también del Fondo.

¿Qué tamaño se prevé que tenga el Fondo?

El objetivo de financiación mínima del Fondo se fija en 100 millones de euros. Este objetivo es necesario para que tenga un impacto significativo a nivel mundial, y suficiente para que se establezca una asociación entre los sectores público y privado que pueda funcionar de manera autónoma con el tiempo.

Suponiendo que se cerrase un primer ejercicio por unos 100 millones de euros de financiación, a través de la estructura de subfondos y de los proyectos y las PYME podría movilizarse un capital adicional de al menos 300 millones de euros y hasta de 1 000 millones de euros más. Considerando las perspectivas de reciclaje y reinversión de los fondos públicos iniciales, esta cifra podría aumentar durante los años siguientes. La palanca financiera podría ser hasta de un factor 10. Esto es considerablemente superior a los regímenes convencionales basados en subvenciones en los que se pide una cofinanciación del 50 % al 70 %[15]. Además, se prevé que podrían obtenerse hasta 50 millones de euros de cofinanciación del mecanismo de inversión del 9º Fondo Europeo de Desarrollo administrado por el BEI para llevar a cabo actividades en las regiones ACP. Este novedoso instrumento podría ser un ejemplo positivo que podrían reproducir otros inversores públicos o privados.

¿Cuál es el beneficio previsto?

Una vez invertido completamente y ejercida toda su capacidad de palanca, el GEEREF podría aportar casi 1 gigavatio de capacidad de energía respetuosa con el medio ambiente a los mercados de países en desarrollo. Se prestarían así a una población de entre 1 y 3 millones de personas servicios energéticos sostenibles, que sustituirían entre 1 y 2 millones de toneladas equivalentes de CO2 al año. Además, el Fondo ampliará la gama de instrumentos que apoyan el desarrollo y la transferencia de tecnologías respetuosas con el medio ambiente entre los países desarrollados y los países en desarrollo. Reforzará la capacidad de la Comunidad para poner en práctica las estrategias y los programas temáticos mencionados y para generar sinergias con las plataformas tecnológicas europeas, las iniciativas tecnológicas conjuntas y las asociaciones constituidas en torno al cambio climático y la energía, por ejemplo con Rusia, China y la India. La promoción de soluciones energéticas limpias generará beneficios sustanciales en términos de mejora de la calidad del aire en interiores y del aire ambiente y promoverá la creación de empresas locales, la generación de empleo y el aumento de los ingresos.

CONCLUSIONES Y PRÓXIMAS ETAPAS

El propuesto Fondo mundial para la eficiencia energética y las energías renovables descrito en la presente comunicación es una novedosa asociación entre los sectores público y privado que complementa los instrumentos financieros de la Comunidad ya disponibles. Está concebido específicamente para impulsar la capacidad de la Comunidad de apoyar la ejecución de los programas de desarrollo sostenible y erradicación de la pobreza de sus países asociados, y para acelerar la transferencia, el desarrollo y la implantación de tecnologías respetuosas con el medio ambiente. Facilitará una cooperación eficiente entre donantes e inversores comerciales, incluidas las instituciones financieras internacionales y, en última instancia, acelerará la penetración en los mercados mundiales de tecnologías energéticas sostenibles, seguras y asequibles y de los servicios que prestan. Proporciona una respuesta firme a la necesidad urgente de soluciones innovadoras de financiación pública y privada pedidas por las instituciones europeas.

La Comisión Europea se congratula por la expresión inicial de interés del BEI y el BERD en cofinanciar esta iniciativa. Pide al Consejo y al Parlamento Europeo que den su apoyo político a esta iniciativa innovadora para que los agentes públicos y privados que lo deseen puedan concretar sus expresiones de interés.

Considerando los riesgos que esta iniciativa conlleva, la Comisión Europea reconoce que es esencial una contribución significativa del presupuesto comunitario para darle el impulso inicial y activar una cofinanciación privada sustancial. La Comisión Europea propone una contribución de hasta 80 millones de euros en el período 2007-2010 para el GEEREF en el contexto del Programa temático para el medio ambiente y la gestión sostenible de los recursos naturales, incluida la energía. Se propone una primera contribución de 15 millones de euros en 2007. El GEEREF se estructurará de tal manera que pueda quedar constancia de estas contribuciones en el informe de cooperación anual del Comité de Ayuda al Desarrollo. Los recursos humanos necesarios para esta iniciativa procederán de los recursos ya existentes, cuando sea necesario mediante redistribución interna.

La Comisión pide también a los Estados miembros, a los miembros del EEE y a otras instituciones financieras y corporativas que se sumen a esta novedosa iniciativa mundial.

Puesto que se trata de un enfoque innovador, los servicios de la Comisión Europea seguirán desarrollando las disposiciones detalladas de ejecución junto con el equipo de gestión del Fondo, el BEI y el BERD, y las demás partes que expresen formalmente su interés en cofinanciar esta iniciativa. Se mantendrá a los Estados miembros y al Parlamento Europeo cabalmente informados de su desarrollo.

[1] AIE 2004. World Energy Outlook.

[2] El número de miembros de la Coalición de Johannesburgo para la Energía Renovable ha aumentado desde 2002, de 66 a 90 Gobiernos que se han comprometido a incrementar significativamente la proporción de energías renovables mediante una cooperación basada en objetivos y calendarios como guía de las inversiones. La CE copreside la Coalición junto con Marruecos y es sede de su Secretaría.

[3] AIE 2003. World Energy Investment Outlook.

[4] Impax Capital Corp. Ltd 2004. The Patient Capital Initiative Feasibility Study.

[5] Banco Mundial. 2006. Clean Energy and Development: Towards an Investment Framework.

[6] COM (2006)105 de 8 de marzo de 2006.

[7] Documento del Consejo nº 8358/06 de 11 de abril de 2006.

[8] Documento del Consejo nº 10117/06 de 9 de junio de 2006.

[9] Documento presentado al Consejo Europeo de 15-16 de junio de 2006.

[10] COM (2006) 20 de 25.1.2006, y COM (2005) 324 de 3.8.2005.

[11] DO C 139 de 14.6.2006, pp. 1-17, apartado 49.

[12] De conformidad con las disposiciones pertinentes del artículo 54, apartado 2, del Reglamento Financiero.

[13] Por lo que respecta a los países cubiertos por el Instrumento de Preadhesión, debería obtenerse financiación complementaria de otros instrumentos.

[14] Documento del Consejo nº 134/06 DEVGEN de 20.7.2006.

[15] En la Sección 6 de la evaluación de impacto que complementa la presente comunicación (SEC(2006) 1224) figura un cálculo detallado.

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