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Document 52016AE0232

Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre «Sistemas alimentarios más sostenibles» (Dictamen exploratorio)

OJ C 303, 19.8.2016, p. 64–72 (BG, ES, CS, DA, DE, ET, EL, EN, FR, HR, IT, LV, LT, HU, MT, NL, PL, PT, RO, SK, SL, FI, SV)

19.8.2016   

ES

Diario Oficial de la Unión Europea

C 303/64


Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre «Sistemas alimentarios más sostenibles»

(Dictamen exploratorio)

(2016/C 303/08)

Ponente:

Mindaugas MACIULEVIČIUS

El 16 de diciembre de 2015, de conformidad con el artículo 304 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, la futura Presidencia neerlandesa del Consejo de la Unión Europea decidió consultar al Comité Económico y Social Europeo sobre el tema:

«Sistemas alimentarios más sostenibles»

(dictamen exploratorio).

La Sección de Agricultura, Desarrollo Rural y Medio Ambiente, encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el 11 de mayo de 2016.

En su 517.o pleno, celebrado los días 25 y 26 de mayo de 2016 (sesión del 26 de mayo), el Comité Económico y Social Europeo aprobó por 152 votos a favor, 1 en contra y 1 abstención el presente dictamen.

1.   Conclusiones y recomendaciones

1.1.

Reconociendo la urgente necesidad de abordar las múltiples consecuencias económicas, medioambientales y sociales de la producción y el consumo de alimentos, el CESE pide a la Comisión Europea y los Estados miembros que desarrollen una política clara de la UE y un plan de ejecución para poner en pie un sistema alimentario sostenible, resiliente, sano, justo y respetuoso con el clima, que fomente la cooperación y el entendimiento mutuo entre todas las partes interesadas a lo largo de la cadena alimentaria. Hay que asegurar una mayor coherencia e integración de los objetivos e instrumentos de las políticas relacionadas con los alimentos (por ejemplo, en los ámbitos de la agricultura, el medio ambiente, la salud, el clima, el empleo, etc.) teniendo en cuenta los tres pilares de la sostenibilidad.

1.2.

Es muy necesaria una transición a unos sistemas alimentarios más sostenibles que abarquen todas las fases desde la producción al consumo: los productores deben cultivar más alimentos y, al mismo tiempo, reducir el impacto ambiental, a la vez que se ha de animar a los consumidores a cambiar a una alimentación sana y nutritiva con una menor huella de carbono. La UE debería intensificar los esfuerzos para conseguir los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, ya que proporcionan un marco esencial para una acción conjunta a fin de alimentar al mundo de forma sostenible de aquí a 2030.

1.3.

El CESE reconoce que ningún sistema de producción de alimentos nutrirá de manera segura al planeta, pero una combinación de diferentes prácticas convencionales, innovadoras y agroecológicas podría ayudar a considerar mejor las implicaciones medioambientales y climáticas de los actuales sistemas de producción de alimentos. En particular, una mezcla de la agricultura de precisión, con un mayor desarrollo de las TIC y los sistemas satelitales, y de la agroecología podría servir de complemento a la agricultura convencional, ofreciendo una serie de principios y prácticas destinadas a mejorar la sostenibilidad de los sistemas de explotación agraria, como un mejor uso de la biomasa, así como su almacenamiento y movilización mejorados, la garantía de unas condiciones favorables del suelo, el fomento de la diversificación de los cultivos y la reducción al mínimo del uso de pesticidas. Una mayor promoción de modelos agrarios cerrados podría conducir a una agricultura exenta de combustibles fósiles. La reforma de la PAC ha introducido una combinación de medidas (ecologización, regímenes agroambientales y climáticos, etc.), que pueden considerarse un paso en la dirección correcta.

1.4.

Una renta estable y razonable de todos los operadores a lo largo de la cadena alimentaria es necesaria para garantizar otras inversiones sostenibles y constantes en tecnologías agroambientales y técnicas respetuosas con el clima.

1.5.

La prevención y reducción del desperdicio de alimentos es una responsabilidad compartida de todos los actores de la cadena alimentaria. El CESE acoge favorablemente el plan de la Comisión dentro del paquete de la economía circular consistente en crear una plataforma de partes interesadas para ayudar a estructurar las medidas necesarias y compartir las mejores prácticas en materia de prevención y reducción del desperdicio de alimentos. El CESE pide a la Comisión que examine la forma en que la jerarquía en el uso de alimentos se aplica en la práctica en los Estados miembros, en particular en lo que se refiere a incentivos económicos que puedan enviar señales contradictorias a las empresas. Al apoyar la aplicación efectiva de la jerarquía de los residuos, el CESE también pide que se revise el Reglamento (CE) n.o 1069/2009, de manera que los alimentos no aptos para el consumo humano puedan utilizarse como pienso si es seguro hacerlo.

1.6.

Hay que promover la oferta de alimentos sostenibles mediante un aumento de su disponibilidad y accesibilidad para los consumidores. Habría que fomentar el consumo de productos alimentarios sostenibles mediante la creación de una mayor demanda del mercado, a través de la contratación pública ecológica o de otros planteamientos. El CESE pide a los Estados miembros que revisen las directrices dietéticas nacionales para reflejar la sostenibilidad y apoyar la educación alimentaria en los programas escolares. La UE también debería promover el etiquetado sobre el origen, el desarrollo de etiquetas que reflejen claramente la cuestión de la sostenibilidad de los productos alimentarios, así como campañas publicitarias a escala de la UE en favor de alimentos y dietas más saludables.

1.7.

Las políticas de la UE, junto con programas específicos de investigación e innovación combinados con incentivos económicos a los productores de alimentos, deberían:

promover la transición gradual hacia modelos agrarios en los que no intervengan los combustibles fósiles,

apoyar un uso más eficiente de los recursos, incluidos la tierra, el agua y los nutrientes, a lo largo de todo el sistema de producción.

1.8.

La transición a sistemas alimentarios sostenibles requiere una política alimentaria completa, integrada con una amplia estrategia en materia de bioeconomía, y no solo una política agrícola. En lugar de entablar un debate polarizador, es necesario un pensamiento interdisciplinario que reúna a las DG de la Comisión, una amplia gama de ministerios e instituciones de los Estados miembros, junto con los entes locales y regionales, y las partes interesadas en el ámbito de los sistemas alimentarios, para hacer frente a los retos interconectados señalados en el presente dictamen. El CESE espera que se reconozca la interdependencia de la producción y el consumo de alimentos, y que se desarrolle un adecuado enfoque político europeo con diferentes iniciativas privadas, poniendo rumbo hacia la sostenibilidad, la salud y la resiliencia. No obstante, la política agrícola común y la política pesquera común seguirán desempeñando un papel importante en la UE en el futuro.

2.   Introducción

2.1.

En respuesta a la consulta de la Presidencia neerlandesa de la UE, el CESE elabora el presente Dictamen para subrayar la creciente preocupación de la sociedad civil por el medio ambiente, la salud y las repercusiones económicas y sociales de la producción y el consumo de alimentos, así como el consiguiente desafío de alimentar a una población mundial en continuo crecimiento en un planeta con recursos limitados. La alimentación es una parte fundamental de todas nuestras sociedades; depende de los recursos naturales, al tiempo que afecta a los mismos; tiene impacto en la salud pública y desempeña un papel esencial en la economía europea, ya que constituye el mayor sector de la Unión en términos de empleo y contribución al PIB.

2.2.

Según el Grupo de Expertos de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria y Nutrición del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, un sistema alimentario sostenible se define como «un sistema alimentario que aporta seguridad alimentaria y nutrición para todos, de forma que las bases económicas, sociales y medioambientales para generar seguridad alimentaria y nutrición a las generaciones futuras no se vean comprometidas» (1). Por consiguiente, la transición a un sistema alimentario más resiliente y sostenible afecta a todas las actividades vinculadas y relacionadas entre sí que se dedican a la producción, procesado, transporte, almacenamiento, comercialización y consumo de alimentos. También se reconoce el papel de las tendencias de consumo mundial como motor de la manera en que se producen los alimentos y los tipos de alimentos producidos.

2.3.

El CESE abordará la cuestión de los sistemas alimentarios sostenibles de una manera global y se centrará principalmente en el contexto de la UE, si bien las repercusiones externas también se tendrán en cuenta, ya que la UE es el mayor exportador e importador de productos agrícolas y alimentarios del mundo.

2.4.

Se esperaba una comunicación sobre la alimentación sostenible en 2014, pero más tarde fue retirada del programa de trabajo de la Comisión. El plan de acción de la UE para la economía circular, de diciembre de 2015, recogió algunas de estas cuestiones y las incluyó en la reducción de los desperdicios de alimentos como una prioridad clave, lo que refleja el compromiso contraído por la UE y los Estados miembros en el contexto de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de las Naciones Unidas para 2030 en el sentido de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos por habitante a nivel de consumidores y minoristas, y reducir las pérdidas de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro (ODS 12.3).

3.   Principales retos de los actuales sistemas alimentarios

3.1.

Según el Panel Internacional de los Recursos de las Naciones Unidas, la producción de alimentos tiene mayor impacto medioambiental que cualquier sector en términos de utilización de los recursos a nivel mundial (2), pero en la UE es mucho menor. Los sistemas alimentarios utilizan muchos recursos naturales, incluidos la tierra, el suelo, el agua y el fósforo, así como la energía, para la producción de abonos nitrogenados, el tratamiento, el envasado, el transporte y la refrigeración. Por lo tanto, como era de esperar, también tiene impacto en el medio ambiente a nivel mundial, incluida la pérdida de biodiversidad, la deforestación, la degradación del suelo, la contaminación del agua y del aire, y las emisiones de gases de efecto invernadero. La pérdida constante de biodiversidad agrícola a nivel de las explotaciones agrarias sigue siendo un motivo de profunda preocupación (3). A nivel mundial, la mayoría de las poblaciones de peces están explotadas en su totalidad o sobreexplotadas. Por consiguiente, gestionar todos estos recursos de forma eficiente y sostenible es necesario para garantizar un suministro constante de alimentos sanos y asequibles.

3.2.

Globalmente, una tercera parte de la producción de alimentos destinados al consumo humano se pierde o desperdicia, lo que representa hasta 1 600 millones de toneladas de alimentos y genera el 8 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (4). La producción de alimentos que no se consumen contribuye en más del 20 % a la presión sobre la biodiversidad mundial y absorbe cerca del 30 % de todas las tierras agrícolas del mundo.

3.3.

Cada año se desperdicia alrededor de 100 millones de toneladas de alimentos  (5) en la UE, y se espera que este desperdicio se incremente en un 20 % en 2020 si no se toman medidas preventivas. El desperdicio de alimentos en Europa se genera en toda la cadena de suministro, con una concentración en los hogares estimada en el 46 % (6). Habría que señalar que los sectores manufacturero y de distribución han hecho significativos esfuerzos para mejorar la prevención y reducción del desperdicio de alimentos en los últimos años. Los esfuerzos para aumentar la sostenibilidad de la cadena de producción y distribución no tienen mucho sentido sin una acción decidida para reducir dicho desperdicio.

3.4.

Actualmente se sabe muy poco sobre las pérdidas de alimentos y la generación de residuos alimentarios en las explotaciones agrarias (7). Las pérdidas y el desperdicio de alimentos, por ejemplo, pueden deberse a la falta de modernización de algunas explotaciones agrarias, las cancelaciones de pedidos y la volatilidad de los precios, dando lugar a la retirada de los cultivos cuando la cosecha no es económicamente viable (pero, al menos, esto tiene un impacto positivo en el medio ambiente, ya que contribuye a mejorar el contenido en materia orgánica de los suelos) o el vertido y compostaje de alimentos que no pueden revenderse. Otro reto importante es, y será cada vez más, el importante impacto del cambio climático en las condiciones meteorológicas y los brotes de posibles enfermedades. Si tenemos en cuenta este impacto, cada año se genera una gran abundancia de lo que podría considerarse desperdicio de alimentos. En comparación con el resto del mundo, la UE se ha mostrado muy activa a la hora de abordar esta cuestión y, por lo tanto, debería apoyar la difusión de sus buenas prácticas y conocimientos en este ámbito.

3.5.

Los sistemas alimentarios son una de las causas del cambio climático, pero también tienen todas las papeletas para verse afectados significativamente por el mismo (8). El cambio climático tendrá consecuencias para la disponibilidad de los recursos naturales básicos (agua, suelo), lo que dará lugar a importantes cambios en las condiciones de la producción de alimentos y la producción industrial en algunas zonas (9). Fenómenos climáticos extremos como las inundaciones, las sequías, los incendios y los vientos fuertes, así como una propagación de enfermedades vegetales y epizootias a consecuencia del clima, ya afectan a la producción de alimentos y aún lo harán más en el futuro.

3.6.

Hoy la desnutrición coexiste en el mundo con los efectos de un exceso de alimentos en algunas partes del mundo. Unos 795 millones de personas pasan hambre mientras que el número de personas obesas o con sobrepeso alcanzó más de 1 400 millones de adultos a escala mundial, lo que representa aproximadamente el 30 % de la población adulta total, mientras que las condiciones de salud relacionadas con la obesidad están aumentando rápidamente en los países en desarrollo y los países desarrollados (10). Estas cifras ponen de manifiesto la existencia de profundos desequilibrios en la manera en que se producen, distribuyen y consumen los alimentos. El crecimiento de la población y el aumento previsto del 82 % del consumo mundial de carne en 2050 acentuarán ambos problemas (11). Durante los últimos veinte años en que los países de todo el mundo han experimentado el fenómeno de la urbanización y el crecimiento económico, se ha producido una transición en materia de nutrición, cambiando el aspecto de la producción y el consumo de alimentos. En todo el mundo, los modelos de consumo alimentario se desplazan progresivamente hacia más productos compuestos, más carne y productos lácteos, más azúcar y bebidas azucaradas (12). Al mismo tiempo, más personas siguen un estilo de vida sedentario, lo que contribuye a la falta de ejercicio físico.

3.7.

La ganadería desempeña un papel importante e imprescindible en los sistemas alimentarios, como fuente de proteínas de alta calidad y otros nutrientes como vitaminas y minerales. La ganadería también desempeña un papel significativo en los ciclos de los nutrientes en el ámbito local (de la granja) o regional, así como en la protección de paisajes abiertos y diversificados, pastos permanentes y hábitats seminaturales, y en la preservación de la biodiversidad, y proporciona a quienes la practican ingresos, patrimonio y medios de subsistencia. Al mismo tiempo, en la UE hay una gran cantidad de tierras agrícolas que en la práctica solo se prestan al pasto del ganado. Sin embargo, en los últimos cincuenta años se ha cuadruplicado con creces la producción mundial de carne y huevos, mientras que la producción de leche ha registrado un aumento superior al 100 %. Durante el mismo período, la población mundial solo aumentó el doble (13). Cabe señalar que la composición de la demanda también ha cambiado y que el aumento de la producción de carne, leche y huevos está vinculado al aumento de la renta, mientras que los precios se han mantenido a un nivel bajo.

3.8.

Teniendo en cuenta los alimentos de origen vegetal producidos para los humanos, los cultivos vegetales para la producción de semillas y con fines industriales como los biocarburantes, el mundo genera en la actualidad una vez y media los alimentos necesarios para alimentar la población actual, lo que probablemente es más que suficiente para alimentar a la población de 2050. Sin embargo, los actuales niveles de desperdicio mundial de alimentos y la producción de piensos para sostener el aumento del consumo de carne generan una demanda de un aumento significativo en la producción de alimentos. Para alimentar al mundo de forma sostenible en 2050 y más allá, es necesaria una combinación del aumento y optimización de la productividad en las tierras agrícolas existentes y el sector pesquero, compatible con la estabilidad y la calidad del entorno, con la seguridad y la salud laboral y con la justicia social, además de una transición hacia dietas sostenibles y una reducción sostenida de la pérdida y desperdicio de alimentos.

3.9.

A lo largo de la pasada década, el aumento de los precios de los productos e insumos agrícolas y la volatilidad de los precios han amenazado la seguridad alimentaria y la solidez del sistema alimentario, al tiempo que ha suscitado una grave preocupación tanto para los consumidores como para los productores. Por una parte, los elevados precios finales no han dado lugar a mayores ingresos para los productores de alimentos; al contrario, la disminución o estancamiento de estos supone presionar a la baja el factor trabajo, amenazando la estabilidad de la renta de todos los operadores; por otra parte, la crisis económica ha erosionado el poder adquisitivo de los consumidores. Una renta estable y razonable de todos los operadores a lo largo de la cadena alimentaria es necesaria para garantizar otras inversiones sostenibles y constantes en tecnologías agroambientales y técnicas respetuosas con el clima.

3.10.

La reciente evolución de los mercados agrícolas, especialmente en el sector lácteo, proporciona pruebas claras de la existencia de tales desequilibrios potenciales, cuando la causa no solo es el exceso de oferta en el mercado, sino también las prohibiciones que responden a motivos políticos en anteriores mercados de exportación. La estabilidad futura dependerá en gran medida de la resistencia de la base de suministro a las alteraciones, de las que el cambio climático representa el problema más acuciante. Las políticas de la UE deberían promover decididamente la diversificación agraria, la financiación innovadora, los regímenes de seguros de renta y otros instrumentos innovadores para la gestión del mercado que ofrezcan protección frente a las turbulencias del mercado o del clima.

3.11.

Los efectos sociales y de redistribución de los precios de los alimentos deben analizarse desde el punto de vista del productor, así como desde la perspectiva del consumidor. Hoy en día, muchos consumidores no pueden permitirse pagar por alimentos de la máxima calidad. A lo largo de los últimos años, han cambiado las relaciones de poder en la cadena de suministro de alimentos, lo que lleva a una concentración progresiva de las empresas alimentarias y los distribuidores en el mercado y, por consiguiente, a un cambio en el poder de negociación, principalmente en beneficio del sector de la distribución y en detrimento de los productores primarios. Esta cuestión se abordará en otro dictamen del CESE sobre «una cadena alimentaria más justa».

3.12.

Dado que, en ausencia de una conclusión de la «Ronda de Doha» de la OMC, el comercio mundial se centra cada vez más en las negociaciones bilaterales y megarregionales, es fundamental que se tengan plenamente en cuenta las implicaciones medioambientales y climáticas, la calidad de los alimentos, las normas sanitarias y los estándares sanitarios y fitosanitarios generales, así como el proceso de producción (el «ecosistema industrial» donde se realiza la producción, las condiciones de trabajo, el contexto cultural de la producción y las relaciones laborales). Para la UE, resulta imperativo evitar la deslocalización de la producción alimentaria a terceros países en los que el único o principal motivo para ello sea que el fundamento jurídico para la producción de alimentos no sea tan exigente como en la UE. Las políticas de la UE tienen un importante papel que desempeñar a escala mundial a la hora de fomentar una producción sana y saludable de alimentos y prohibir la importación de aquellos productos alimentarios que no cumplan los estándares sanitarios y fitosanitarios o las normas europeas de seguridad alimentaria.

3.13.

Desde hace 140 años, las cooperativas de productores han demostrado claramente que son más resistentes a las turbulencias en los mercados agrícolas y que ayudan a evitar la deslocalización de la producción de alimentos. Por lo tanto, es vital un mayor y más fuerte fomento de la cooperación orientada a las regiones y sectores entre productores y cooperativas, especialmente las más pequeñas. En particular, habría que hacer especial hincapié en aquellos sectores y regiones en los que la cooperación sea escasa.

4.   Ámbitos clave de intervención para una transición a unos sistemas alimentarios más sostenibles

Fomentar una producción alimentaria más eficiente en el uso de los recursos y resistente al cambio climático

4.1.

Para reducir el impacto medioambiental de la agricultura, la acuicultura y la pesca, incluidas las emisiones de gases de efecto invernadero, es necesario introducir cambios en la manera de producir los alimentos. La adopción de prácticas más sostenibles es necesaria para detener el agotamiento de los recursos naturales, así como para adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático. Varias medidas podrían redundar en beneficio de la productividad, aumentando al mismo tiempo la sostenibilidad medioambiental y la resiliencia al cambio climático, como el aumento de la diversidad de las variedades de plantas y animales, la mejora del ganado a través de la cría, la mejora vegetal, la mejora de la funcionalidad de los agroecosistemas y de la gestión del agua, el fomento y la aplicación de la investigación y la innovación, la optimización de las funciones del suelo, el impulso de la transferencia de conocimientos y la formación, así como la promoción de los cambios tecnológicos a través del apoyo a la inversión. Habría que fomentar un mayor desarrollo de los sistemas de satélites de la UE y grandes centros de datos para facilitar la detección temprana y la prevención o la preparación para condiciones meteorológicas extremas y diferentes enfermedades. También habría que fomentar la agricultura de precisión.

4.2.

Mantener el modelo agrícola familiar en Europa también es esencial y requiere el fomento del relevo generacional en las explotaciones agrarias, para afrontar el envejecimiento de la población. Ello tendría un impacto positivo en la generación de empleo en las áreas rurales. Asimismo, es importante poder mantener una producción agrícola diversificada en todas las regiones de la UE. Convendría prestar especial atención a las regiones agrícolas desfavorecidas. Deberían reconocerse diferentes tipos de explotaciones agrarias y establecerse herramientas específicas destinadas a este fin.

4.3.

En los últimos años se ha producido la reorganización de las cadenas de suministro de alimentos con el objetivo de poner nuevamente en contacto a productores y consumidores, y relocalizar la producción agrícola y alimentaria. Aquí se incluye la agricultura apoyada por la comunidad, las cadenas cortas de suministro, las redes alternativas de alimentación, los sistemas agrícolas locales y las ventas directas. Aunque el sector es relativamente pequeño, habría que promoverlo en mayor medida, pues tiene consecuencias muy positivas relacionadas con la venta de alimentos frescos, sanos y de calidad con efectos positivos tanto sociales como económicos. Las pymes también aportan una importante contribución en este ámbito. Habría que subrayar el papel específico de los municipios urbanos, ya que habría que establecer la infraestructura necesaria y las inversiones apropiadas en las zonas urbanas para facilitar la venta directa de los productores. También habría que fomentar las buenas prácticas del sector privado, como, por ejemplo, cuando se crea tal infraestructura gracias a la iniciativa privada de los centros comerciales.

4.4.

Para estimular la producción de alimentos más eficiente en el uso de los recursos, la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) ha introducido una combinación de medidas, como la ecologización obligatoria, los regímenes agroambientales y el amplio respaldo del sistema de asesoramiento a las explotaciones y la investigación aplicada, para hacer frente a los desafíos de la seguridad alimentaria, el cambio climático y la gestión sostenible de los recursos naturales, cuidando el paisaje y manteniendo viva la economía rural. Puede considerarse que esto constituye un importante paso en la dirección correcta, pero cabría mejorar en mayor medida su aplicación tanto en términos burocráticos como de ganancias.

4.5.

Por lo que se refiere a la cadena pesquera, es importante garantizar el equilibrio adecuado entre lo sano y lo sostenible, ya que el consumo de pescado es sano, pero una presión excesiva sobre la población de peces suele ser diametralmente opuesta a la sostenibilidad ecológica. La reforma de la Política Pesquera Común operada en 2013 debería contribuir a una utilización más eficaz de los recursos pesqueros, en particular mediante la obligatoriedad del objetivo del rendimiento máximo sostenible para todas las poblaciones de peces europeas. También es importante el desarrollo sostenible de modelos de acuicultura en mar abierto y en el interior.

Fomentar la prevención y reducción del desperdicio de alimentos a lo largo de la cadena alimentaria

4.6.

El paquete de la economía circular establece el compromiso de la UE y de sus Estados miembros de cumplir el objetivo 12.3 de los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos en 2030. Para apoyar la consecución de este objetivo, la jerarquía en el uso de alimentos debe ser un principio rector en la gestión de recursos alimentarios y debería ser apoyada con incentivos económicos en todas las políticas pertinentes de la UE. Así se evitaría la situación actual, en la que suele ser más barato el vertido de alimentos comestibles que preparar y entregar alimentos a los bancos de alimentos.

4.7.

La gestión sostenible de los recursos también requiere mayores esfuerzos para la reutilización de los flujos residuales al valor más alto posible. Nuevos estudios que compararan el coste de la preparación de los alimentos para la redistribución, la alimentación animal, digestión anaeróbica y los vertidos en la UE-28, ayudarían a definir el papel de los incentivos económicos en la correcta aplicación de la jerarquía de residuos de la UE. La donación de alimentos procedentes de los sectores de la hostelería y el sector de los servicios alimentarios sigue siendo problemática y la legislación al respecto no es del todo comprendida. Es un asunto clave en el que las orientaciones europeas ampliamente dadas a las empresas de hostelería serían particularmente útiles.

4.8.

El paquete de la economía circular señala también la necesidad de clarificar la actual orientación en torno a la utilización de alimentos no aptos para el consumo humano como los piensos. Una sólida legislación que regule las nuevas tecnologías para la esterilización de los residuos alimentarios a un nivel industrial centralizado podría garantizar la seguridad microbiológica de los piensos y crear al mismo tiempo nuevos puestos de trabajo y oportunidades de inversión, y cosechar los beneficios medioambientales de una aplicación más efectiva de la jerarquía de residuos.

4.9.

Como el conocimiento y la aceptación del consumidor es crucial, la provisión de material educativo relacionado con los alimentos, la sostenibilidad alimentaria y el desperdicio de alimentos debe aumentar el valor de los alimentos y apoyar los cambios sistémicos en el comportamiento. Ya están disponibles diversos módulos para las escuelas primarias y secundarias y las universidades, así como programas especializados en los sectores agrarios, manufactureros y hosteleros, basándose en una amplia gama de buenas prácticas.

4.10.

Desde hace algunos años, la UE se ha mostrado muy proactiva en el fomento de actividades encaminadas a reducir el desperdicio de alimentos. El ejemplo de liderazgo de la UE en la consecución del objetivo 12.3 será clave para el éxito del objetivo a escala mundial, por ejemplo, mediante la difusión de las buenas prácticas y conocimientos especializados de Europa.

Reforzar el vínculo entre los sistemas alimentarios y las estrategias en materia de cambio climático

4.11.

El impacto del cambio climático se siente en todas las dimensiones de la seguridad alimentaria, y no solo en las cosechas, sino también en la salud de los agricultores, la propagación de plagas y enfermedades, la pérdida de biodiversidad, la inestabilidad de los ingresos, la calidad del agua, etc. La pérdida de tierras de cultivo a consecuencia de la degradación de la tierra y la urbanización de terrenos agrícolas es también un riesgo potencial. Por ello es esencial mantener la prioridad del uso de la tierra para la producción de alimentos. Las instituciones y el sector privado desempeñan un papel crucial a la hora de asegurar la resiliencia de los sistemas alimentarios mejorando, por ejemplo, los sistemas de protección social a fin de reducir las perturbaciones para los hogares y asegurar la inversión continua en tecnologías hipocarbónicas en los sectores agrícola y alimentario, invirtiendo en el desarrollo de una agricultura resiliente, tanto en las explotaciones agrarias como fuera de ellas, y aplicando sistemas para gestionar mejor los riesgos relacionados con el cambio climático.

4.12.

Teniendo en cuenta el pilar económico de la sostenibilidad, la Comisión y los Estados miembros deben considerar tanto la reducción como el potencial de secuestro de los gases, proporcionando al mismo tiempo todos los medios de apoyo financiero para la aplicación y fomentando los mecanismos de cooperación para la asociación entre los sectores público y privado innovadores. Los indicadores adicionales del aumento de la productividad agrícola, las tierras existentes, las dietas, la pérdida y el desperdicio de alimentos completarían la imagen del impacto del sistema alimentario para el cambio climático.

Fomentar una alimentación más sana y sostenible

4.13.

Una elección de alimentos sanos suele ser una opción sostenible (14), especialmente si se sigue una dieta equilibrada. Por ejemplo, comer más alimentos de origen vegetal, variados, locales y de temporada es bueno tanto para la salud como para el medio ambiente. Un modelo de alimentación más sana también reduce el riesgo de enfermedades crónicas, los costes de la asistencia sanitaria y la pérdida de productividad en la economía. Se necesitan principios para el desarrollo de directrices dietéticas sanas y sostenibles, lo que puede ser considerado por los Estados miembros. Las orientaciones alimentarias y sobre contratación tienen un impacto directo en el consumo si son adoptadas por las instituciones públicas, como las escuelas y hospitales. También cabe reconocer la transición en materia de nutrición en curso a escala mundial y el papel de la UE a la hora de proporcionar un modelo positivo de una alimentación sostenible. Un planteamiento «flexitariano» para reducir el consumo de carne, al menos una vez a la semana, promovido, por ejemplo, en los Países Bajos, puede considerarse un buen ejemplo en este sentido.

4.14.

Iniciativas como el régimen alimentario escolar de la UE que incluyen el asesoramiento en materia de nutrición, así como la distribución de productos nutritivos, contribuyen a una dieta más equilibrada. La Comisión debería instar a los Estados miembros a fomentar un consumo sano y sostenible. Habría que promover las campañas publicitarias de alimentos sanos en toda la UE; esto también podría ser una buena forma de aumentar el consumo local durante las turbulencias en los mercados globales.

4.15.

Dado que los consumidores se han ido acostumbrando a productos alimentarios más baratos, habría que hacer de nuevo hincapié en el valor real de los alimentos. Los productos de bajo coste no tienen en cuenta los factores externos, como los costes relacionados con el tratamiento del agua. Tal como se ha mencionado anteriormente, es necesario que en las escuelas se dispense educación alimentaria, junto con la comprensión de los hábitos alimentarios sanos, así como cualificaciones culinarias básicas que puedan apoyar la buena salud mediante la preparación de comidas caseras de acuerdo con las recomendaciones nutricionales, y la reducción de los desperdicios de alimentos.

4.16.

Cabe señalar que el Ministerio neerlandés de Sanidad, Bienestar y Deporte ha emprendido la firma de un acuerdo para la mejora de la composición de los alimentos con las asociaciones del sector de la hostelería y la restauración, los distribuidores y los productores, haciendo productos más sanos y permitiendo que la opción saludable sea la opción más asequible. Este acuerdo incluye objetivos ambiciosos para la progresiva reducción de la sal, las grasas saturadas y las calorías en los productos alimentarios hasta 2020, minimizando cambios perceptibles en el sabor (15). El presente dictamen aboga por la aplicación del marco de la UE para las iniciativas nacionales sobre determinados nutrientes, como el anexo recientemente aprobado sobre azúcares añadidos.

4.17.

El desarrollo de productos, el desarrollo de los mercados y la creación de asociaciones clave pueden contribuir a hacer que las opciones más saludables y sostenibles sean más asequibles y atractivas. La industria y la sociedad civil deberían investigar y aprovechar las oportunidades para aumentar el consumo de frutas y hortalizas locales y de temporada, así como de otros productos naturalmente ricos en fibra como las legumbres y los alimentos integrales. La designación de este año como Año Internacional de las Legumbres de las Naciones Unidas constituye un punto de partida.

4.18.

La aplicación de un sistema de etiquetado claro sobre el origen, los medios de producción y el valor nutritivo de los alimentos facilitaría la elección de los consumidores. La trazabilidad también es muy importante tanto para los productores de alimentos como para los consumidores, a fin de garantizar la seguridad alimentaria. Habría que considerar una simple etiqueta «Alimento sostenible» fácil de entender y la Comisión debería evaluar su viabilidad. Habría que hacer más hincapié en tecnologías como las aplicaciones móviles y las pantallas informativas en el sector de la distribución, facilitando toda la información requerida, y habría que promover en mayor medida la plena trazabilidad.

Desarrollar la base de conocimientos y movilizar la investigación e innovación

4.19.

Muchos de los retos a la hora de abordar la seguridad alimentaria y nutricional a escala mundial requieren la participación de la comunidad de investigadores para generar conocimientos, estimular la innovación, comprometerse con los ciudadanos y contribuir a configurar un sistema alimentario más sostenible. Para tal fin se han previsto fondos considerables en el marco del programa de investigación e innovación de la UE Horizonte 2020 y el anterior Séptimo Programa Marco. Sin embargo, la investigación sobre los regímenes alimentarios, las pérdidas y el desperdicio de alimentos no se ha abordado de manera adecuada y requiere mayores esfuerzos. El CESE respalda firmemente la iniciativa de la Comisión Europea de una estrategia a largo plazo de innovación e investigación agrícolas en la UE, así como la más reciente y ambiciosa decisión de la DG Investigación e Innovación de desarrollar una estrategia global para un espacio de investigación alimentaria de la UE. Europa también puede promover transiciones nutricionales sostenibles contra la pérdida de alimentos y a favor de la reducción de residuos en otras regiones del mundo a través de su programa SWITCH (16).

4.20.

El Comité Director Científico de la UE en la Expo de Milán 2015 identificó desafíos de investigación en siete grandes áreas y subrayó la importancia de promover planteamientos de sistemas e invertir en investigación inter y transdisciplinaria. También se recomendó la constitución de un grupo internacional sobre seguridad alimentaria y nutricional, lo que sería un gran paso en el fomento de un planteamiento intersectorial e interdisciplinario.

4.21.

Investigación, innovación y desarrollo constituyen los principales motores de la transición hacia un sistema alimentario sostenible, en línea con los objetivos de política climática. El CESE pide a las instituciones de la UE y a los Estados miembros que aumenten la financiación de las actividades en este ámbito, y aboga por un esfuerzo conjunto en el que las comunidades de investigadores, los profesionales y otras partes interesadas compartan sus hallazgos. La Asociación Europea para la Innovación en materia de productividad y sostenibilidad agrícolas (EIP-AGRI), apoyada por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader), tiene un papel fundamental a la hora de mejorar la cooperación y colaboración entre las distintas partes interesadas y garantizar un vínculo más sólido entre los profesionales y los investigadores. Además, el enfoque basado en la participación de múltiples agentes dentro del programa Horizonte 2020 es un instrumento importante para garantizar que los agricultores sean agentes clave en el proceso. La clave del éxito en la aplicación de la innovación residirá en promoverlo activamente a los usuarios finales por medio de organismos consultivos y educativos a través del sistema alimentario, así como en involucrar activamente a los usuarios finales en las actividades de investigación e innovación.

4.22.

El CESE subraya que el uso de nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y los programas vigentes de la Comisión, como Galileo y Copérnico, para el sector agrario, están contribuyendo a mejorar las técnicas de producción sostenible de materias primas en la UE. El CESE pide que se siga investigando y desarrollando respecto de la aplicación de las TIC en todos los ámbitos de la producción de alimentos. Estas técnicas son cruciales para promover unas técnicas de producción de alimentos más precisas y eficientes en el uso de los recursos, así como la detección precoz de enfermedades y de las perturbaciones del clima y condiciones meteorológicas extremas. Esto puede, a su vez, reducir las pérdidas de alimentos en la producción primaria. También habría que hacer más investigación para evaluar el potencial de los tipos innovadores de agricultura (como la agricultura urbana), así como para mejorar los piensos.

Combatir las enfermedades animales y de las plantas para aumentar la solidez del sistema alimentario

4.23.

La propagación de enfermedades y plagas animales y de las plantas, exacerbada por la globalización del comercio y el cambio climático, tiene un impacto negativo en los sistemas alimentarios. Los recientes brotes de peste porcina africana o de la bacteria Xylella fastidiosa que afecta a los olivos en el sur de Italia son solo algunos ejemplos de cómo las enfermedades animales y de las plantas pueden perjudicar al sistema de alimentos y generar pérdidas de alimentos. Aunque la UE cuenta con prácticamente el mejor sistema de prevención y detección precoz del mundo, su política y marco legislativo sobre sanidad animal y vegetal podría desarrollarse y reforzarse con una mayor atención a la prevención de crisis y una mejor vigilancia y detección precoz, preparación y gestión, así como con la determinación y evaluación de riesgos nuevos o emergentes, tanto en la UE como fuera de la misma. Ya contamos con una red de laboratorios de referencia para las enfermedades animales, pero no para las enfermedades de las plantas. El conocimiento y la investigación son los pilares más importantes para la prevención. El CESE pide a la Comisión y a los Estados miembros que sean aún más ambiciosos a la hora de financiar centros de investigación de enfermedades animales y establecer laboratorios de referencia de enfermedades vegetales. Los sistemas de prevención y detección precoz también deberían reforzarse, asegurándose al mismo tiempo de que los productores de alimentos y otros operadores (por ejemplo, trabajadores agrícolas) sean debidamente compensados por sus pérdidas, incluidos los perjuicios económicos que sufren los agricultores cuando, en caso de brote de epidemia, se imponen restricciones comerciales en aras del interés general. Por otra parte, hay que hacer especial hincapié en el establecimiento de otros sistemas agrícolas que sean más resistentes a las agresiones bióticas.

4.24.

La inversión en investigación debería concentrarse en la prevención y la detección precoz, ya que el tratamiento y la erradicación de una enfermedad pueden resultar muy costosos y perturbadores. El desarrollo de capacidades y las medidas de sensibilización son esenciales, al igual que la transferencia de conocimientos de los investigadores a los agricultores y otros operadores. La transferencia de conocimientos y la cooperación con terceros países son esenciales. La UE debería ofrecer instrumentos jurídicos no vinculantes, orientaciones y herramientas para mejorar la vigilancia, al tiempo que también es crucial contar con controles de importación más estrictos. La lucha contra la resistencia a los antibióticos es también esencial, y habría que adoptar un enfoque integrado que combine la sanidad humana y veterinaria (enfoque de salud compartida).

Bruselas, 26 de mayo de 2016.

El Presidente del Comité Económico y Social Europeo

Georges DASSIS


(1)  HLPE (2014): Desperdicio y residuos alimentarios en el contexto de sistemas alimentarios sostenibles, informe HLPE, Roma.

(2)  http://www.unep.org/resourcepanel/Portals/24102/PDFs/PriorityProductsAndMaterials_Summary_EN.pdf

(3)  COM(2013) 838 final: http://ec.europa.eu/agriculture/genetic-resources/pdf/com-2013-838_es.pdf

(4)  FAO (2011): Pérdidas y desperdicio de alimentos a nivel mundial.

(5)  La definición de las Naciones Unidas de la pérdida y el desperdicio de alimentos puede encontrarse en: http://thinkeatsave.org/index.php/be-informed/definition-of-food-loss-and-waste.

(6)  FUSIONS (2016), Estimaciones de los niveles de desperdicio de alimentos en Europa. http://eu-fusions.org/phocadownload/Publications/Estimates%20of%20European%20food%20waste%20levels.pdf

(7)  FUSIONS EU data set 2015; EC Preparatory Study on Food Waste, 2011 http://eu-fusions.org/index.php/publications, http://ec.europa.eu/environment/eussd/pdf/bio_foodwaste_report.pdf

(8)  AEMA (2015): http://www.eea.europa.eu/signals/signals-2015/articles/agriculture-and-climate-change

(9)  Véase la Estrategia de adaptación al cambio climático de la UE [COM(2013) 216 final].

(10)  OMS (2015): datos del Observatorio Mundial de la Salud (GHO). Disponible en: http://www.who.int/gho/ncd/risk_factors/obesity_text/es/

(11)  WRR (2015): Hacia una política alimentaria.

(12)  Agenda alimentaria del Gabinete neerlandés (2015): por una alimentación segura, sana y sostenible.

(13)  FAOSTAT, 2015.

(14)  Consejo Sanitario de los Países Bajos (Gezondheidsraad): Orientaciones para una alimentación sana: la perspectiva ecológica, publicación n.o 2011/08, La Haya.

(15)  Cámara Baja de los Países Bajos 2014-2015, 32793, n.o 162.

(16)  http://www.switch-asia.eu


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