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Document 52000AE1403

Dictamen del Comité Económico y Social sobre:la Comunicación de la Comisión Los retos de la política de empresa en la economía del conocimiento, yla Propuesta de Decisión del Consejo sobre un Programa Plurianual de la Empresa y el Espíritu Empresarial (2001-2005)

OJ C 116, 20.4.2001, p. 20–27 (ES, DA, DE, EL, EN, FR, IT, NL, PT, FI, SV)

52000AE1403

Dictamen del Comité Económico y Social sobre:la Comunicación de la Comisión Los retos de la política de empresa en la economía del conocimiento, yla Propuesta de Decisión del Consejo sobre un Programa Plurianual de la Empresa y el Espíritu Empresarial (2001-2005)

Diario Oficial n° C 116 de 20/04/2001 p. 0020 - 0027


Dictamen del Comité Económico y Social sobre:

- la "Comunicación de la Comisión Los retos de la política de empresa en la economía del conocimiento", y

- la "Propuesta de Decisión del Consejo sobre un Programa Plurianual de la Empresa y el Espíritu Empresarial (2001-2005)"

(2001/C 116/04)

El 31 de mayo de 2000, de conformidad con el artículo 262 del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea, el Consejo decidió consultar al Comité Económico y Social sobre las propuestas mencionadas;

La Sección de Mercado Único, Producción y Consumo, encargada de preparar los trabajos en este asunto, aprobó su dictamen el 8 de noviembre de 2000 (ponente: Sr. Malosse, coponente: Sr. Sepi).

En su 377o Pleno de los días 29 y 30 de noviembre de 2000 (sesión del 29 de noviembre), el Comité Económico y Social ha aprobado por unanimidad el presente dictamen.

1. El contexto general de estas propuestas

1.1. La Comisión Europea transmite al Consejo, al Parlamento, al Comité de las Regiones y al Comité Económico y Social una comunicación global que acompaña a un nuevo programa plurianual para la política de empresa (este último sucede a los programas plurianuales anteriores para las PYME).

1.2. Este documento coincide en el tiempo con varios acontecimientos importantes.

1.2.1. El Consejo Europeo extraordinario de Lisboa de los días 23 y 24 de marzo de 2000 fijó como objetivo a la Unión "convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo". En efecto, en las conclusiones del Consejo se observan numerosas referencias al papel de las empresas, y, en particular, de las pequeñas empresas para alcanzar este objetivo.

1.2.2. La Carta europea de la pequeña empresa, aprobada por el Consejo Europeo de Feira en junio de 2000, representa un compromiso importante de los Jefes de Estado y de Gobierno en favor de una política de empresa en la economía basada en el conocimiento. En particular, prevé, como deseaba el Comité en su dictamen de iniciativa(1), indicadores que permitan evaluar los progresos realizados con el tiempo.

1.3. Por lo tanto, es importante evaluar correctamente la coherencia de la iniciativa de la Comisión en relación con las conclusiones del Consejo de Lisboa y la Carta europea de la pequeña empresa. Esta necesidad de coherencia debería aplicarse tanto a la elección de las prioridades de acción como al método. En efecto, el Consejo Europeo de Lisboa preconizó un nuevo método de acción comunitaria que privilegia la coordinación de las políticas públicas nacionales frente a las iniciativas europeas que se añaden a las acciones nacionales.

1.4. La política de empresa no puede seguir concibiéndose como un incentivo económico único. El espíritu empresarial, así como el papel social e integrador de la empresa, están reconocidos como valores fundamentales de la sociedad. Frente al actual reajuste del papel de los poderes públicos y a la promoción que se hace de los derechos y libertades del individuo, ante el surgimiento de la noción de sociedad civil, la empresa aparece a la vez como agente de la economía y como parte integrante de la sociedad, como forma de organización de la sociedad civil. Es en esta perspectiva, tanto cultural como social y económica, donde se sitúa la reflexión del Comité.

2. El análisis de las opciones estratégicas

2.1. La totalidad de los documentos presentados se apoya en prioridades bien conocidas y determinadas desde hace tiempo:

- fomentar el espíritu empresarial como una capacitación social valiosa y productiva, basada en una orientación al consumidor y una mayor cultura de servicio;

- promover un clima favorable en el que puedan prosperar la investigación, la innovación y el espíritu empresarial, teniendo en cuenta las exigencias del desarrollo sostenible;

- mejorar el entorno financiero de las PYME;

- aumentar la competitividad de las PYME en una economía del conocimiento;

- garantizar la existencia y coordinación de redes de apoyo a las empresas y servicios a las empresas.

2.2. Para consolidar el encuadramiento de estas prioridades de acción, sería conveniente que figurase a título complementario la preocupación por una operatividad lo más próxima posible a las empresas:

- hacer referencia explícita a la Carta europea de la pequeña empresa aprobada en el Consejo Europeo de Feira. En efecto, en esta Carta, los Jefes de Estado y de Gobierno mencionan el programa plurianual como un instrumento para la realización de los objetivos acordados. A este efecto, según la Declaración de los Jefes de Estado y de Gobierno, el Comité preconiza un método similar a los procesos de Cardiff y Luxemburgo en términos de empleo; esto es, fijar objetivos cuantificables, garantizar su realización mediante acciones conjuntas de la Unión Europea y de los Estados miembros y pedir a la Comisión que evalúe cada año los progresos realizados, con motivo de las cumbres europeas de primavera;

- incluir paralelamente la necesidad permanente de mejorar el acompañamiento de estas prioridades mediante el desarrollo de un asesoramiento a las empresas durante todo su proceso de desarrollo, así como mediante el fomento de su potencial de innovación;

- por último, evaluar correctamente cuál será el papel de la Unión Europea y, en particular, de la Comisión, en relación con cada una de las prioridades, las responsabilidades confiadas a los Estados miembros y las tareas que corresponderán directamente a las empresas y a las organizaciones intermediarias de ayuda y asesoramiento que sería conveniente reforzar.

2.3. En su ficha financiera, la Comunicación otorga una gran ventaja a las empresas de las nuevas tecnologías de la información (las "start up"). Sin negar la importancia de este sector con grandes posibilidades de crecimiento, conviene tener en cuenta la característica de alto riesgo (de capital y social) de este sector de actividad y, paralelamente, el peligro estratégico de una polarización excesiva en un sector específico. Además, el Comité está convencido de que no sólo los sectores de vanguardia, como las tecnologías de la información, sino también los sectores tradicionales, ofrecen grandes posibilidades de empleo cualificado y sostenible, si son capaces de beneficiarse de la economía basada en el conocimiento, utilizar las nuevas tecnologías de la información e innovar.

3. Análisis de las prioridades

Una presentación más concreta de las prioridades para los empresarios sería, sin duda, más clarificadora. En este contexto, podrían ponerse de relieve de manera más visible los objetivos operativos siguientes:

3.1. Realizar efectivamente una simplificación administrativa; esto es, conducida directamente a partir de las necesidades de las empresas, y no exclusivamente por las administraciones. De esta manera, podría fomentarse el objetivo de "0 trámites" para los creadores de empresas, gracias al fomento de las buenas prácticas. Los trabajos del Observatorio del Mercado Único del CES deberían tomarse directamente en consideración. En particular, ponen de relieve los numerosos obstáculos que siguen existiendo en el funcionamiento concreto del mercado interior, sobre todo para las PYME. Se trataría de un objetivo concreto, de acuerdo con los medios de la Comisión Europea en colaboración con los Estados miembros. Su objetivo consistiría en hacer realidad la existencia del mercado único y de sus posibilidades para las pequeñas empresas, de acuerdo con los objetivos que debería fijar la Carta europea. La Comisión Europea debería dar ejemplo en este ámbito, en particular en lo que se refiere al acceso a estos programas de investigación y desarrollo cuyos procedimientos de acceso son considerados auténticos "rompecabezas" por los directivos de las empresas.

3.1.1. El ejercicio de simplificación no debe alterar el alcance de las legislaciones para la sociedad y los ciudadanos, en particular en los ámbitos social y medioambiental.

3.2. Renovar la política europea de la competencia en un sentido que garantice una auténtica igualdad de trato a todas las empresas, con independencia de sus dimensiones: relaciones entre subcontratistas y contratistas, lucha contra los plazos de pago excesivos, control más eficaz de las concentraciones y mejor evaluación de sus efectos sobre la competencia, supervisión de los riesgos de desarrollo de situaciones de oligopolio o monopolio, en particular en sectores como el turismo o el comercio, etc. En este contexto, es importante garantizar adecuadamente la diversidad de los tipos de organización de empresas y la continuidad de la empresa individual como estructura incomparable para fomentar el éxito de las mujeres y de los hombres.

3.3. Fomentar una mayor igualdad de oportunidades para todas las empresas europeas apoyando un entorno más favorable en todo el territorio de la Unión, en particular en materia de fiscalidad, para fomentar la asunción de riesgos, la inversión y la creación de empleo. Así, por ejemplo, debería adaptarse la legislación relativa a las quiebras, de modo que un primer fracaso no sea redhibitorio y pueda superarse fácilmente como sucede en otros países. La Unión Europea debe ser garante de una auténtica convergencia de las disposiciones fiscales y jurídicas en su territorio, hacia las medidas más favorables para la inversión y la creación de empleo, a fin de evitar distorsiones demasiado grandes entre países.

3.4. Aunar los esfuerzos en favor de la creación y transmisión de empresas es un medio primordial de aumentar la calidad del empleo y el número de activos en Europa. Este objetivo figura entre las máximas prioridades de la Carta europea de la pequeña empresa. En efecto, estos esfuerzos conciernen a las autoridades públicas en todos los niveles, a las organizaciones profesionales y económicas, a la banca y a otros poseedores de capitales, a las asociaciones, al sector cooperativo, etc. En este contexto, el papel de la Unión Europea podría ser determinante: registrar y mejorar las mejores prácticas públicas que favorezcan la creación y la transmisión de empresas (0 trámites, fiscalidad adaptada, legislación sobre quiebras favorable a una segunda oportunidad, transmisión de empresas, etc.), y, por el contrario, como preconiza la Carta europea, denunciar las "malas prácticas" en la materia (registro caro, plazos largos), organizar en una red europea las iniciativas de las asociaciones de empresas para ayudar a los promotores de proyectos, favorecer a los "business angels" (inversores privados), sostener el desarrollo del espíritu empresarial en los jóvenes apoyándose en las propias empresas, los intermediarios, los movimientos juveniles y el aparato educativo, favorecer la creación de empresas por mujeres, jóvenes y sectores marginalizados, etc. Uno de los objetivos de esta iniciativa sería hacer estos servicios accesibles a todos los promotores de proyectos en Europa con una apertura inmediata al mercado europeo.

3.5. Favorecer, paralelamente al "Espacio europeo de la investigación", un espacio europeo de la innovación destinado, en particular, a valorizar el potencial de actividades de innovación paralizadas en pequeñas y medianas empresas (sobre todo en los sectores tradicionales) y a garantizar la difusión de los conocimientos a estas empresas desde los centros de conocimiento (universidades, centros de investigación u otras empresas, sobre todo las de mayores dimensiones).

3.5.1. En su Dictamen sobre la Comunicación de la Comisión "Hacia un espacio europeo de investigación"(2), el Comité ya formuló recomendaciones claras a este respecto, en las que no sólo recordaba la importancia decisiva de la investigación básica en materia de innovación tecnológica, sino que también subrayaba la importancia que reviste la transferencia de conocimientos entre esos centros de conocimiento y las empresas.

3.5.2. A este efecto, sería conveniente favorecer un clima de colaboración entre los universitarios, los investigadores y el mundo empresarial. Este clima de confianza depende en gran medida de condiciones estructurales favorables: red de intermediarios, "incubadoras" en las universidades en las que colaboren profesionales, participación más estrecha de los empresarios y asesoramiento en la definición de las prioridades de investigación, etc.

3.5.3. Especial importancia tiene fomentar la movilidad entre las empresas, por una parte, y las universidades y los centros de investigación, por otra.

3.5.4. Una de las grandes dificultades de la investigación europea consiste en garantizar una cierta continuidad a las actividades de colaboración transnacional entre socios europeos que se han establecido con motivo de programas europeos. El Comité preconiza a este efecto el estudio de una iniciativa europea en la que participen capitales públicos y privados, regiones, Estados y la Unión Europea, para apoyar la creación de empresas o empresas conjuntas surgidas de proyectos europeos de investigación; el programa JEV (ayuda a las "joint-ventures" entre PYME europeas) podría servir, muy convenientemente, de vector.

3.6. Fomentar una enseñanza adaptada y una formación a lo largo de toda la vida. En efecto, se constata cada vez más una escasez de mano de obra cualificada en un número creciente de sectores. En este ámbito, una respuesta coordinada a escala europea en el marco de un desarrollo de la movilidad podría responder a las necesidades futuras de las empresas. Esta respuesta, que interesa tanto a los poderes públicos como a las organizaciones profesionales y económicas y a las propias empresas, podría adoptar distintas formas: garantizar mejor la comparabilidad de los niveles de conocimiento y experiencia para favorecer la movilidad, organizar el aprendizaje a escala europea, adoptar los programas actuales de ayuda técnica y financiera a la movilidad internacional a las exigencias de la inserción profesional de los jóvenes de todos los niveles de formación, coordinar mejor los programas de estudios, desarrollar programas de intercambio de buenas prácticas y favorecer el aprendizaje de lenguas. Debe seguirse haciendo especial hincapié en la formación destinada a crear empresas, en todas las edades, para las mujeres y las minorías. Se ha comprobado que una parte importante del crecimiento norteamericano de los últimos años es consecuencia de la vocación "empresarial" de estos sectores. Así, el programa plurianual debería ser más explícito sobre los dispositivos que favorecen el espíritu empresarial y la creación de empresas, en particular en el nivel de los sistemas educativos y de los centros universitarios. Este esfuerzo debería pasar por el establecimiento de redes de cooperación entre la universidad y el mundo empresarial.

3.6.1. Se plantea la cuestión de valorar en qué medida estas acciones de formación y aprendizaje pueden abordarse exclusivamente en el nivel de la empresa y señalan la necesidad de exigir que se tengan en cuenta en las prioridades de la Unión Europea. Estas acciones deberán realizarse en coordinación con las desarrolladas en los Estados miembros en favor de la reorganización del aprendizaje y de la incorporación de las exigencias de movilidad.

3.7. Valorizar a escala europea la cooperación y las redes interempresariales como medio privilegiado de la pequeña empresa para responder a los nuevos desafíos de la internacionalización y del desarrollo tecnológico. Los instrumentos piloto que existen actualmente en la Unión (Interprise para el fomento del entorno empresarial, JEV para el apoyo a las empresas conjuntas) han experimentado un gran éxito en los últimos años y contribuyen a favorecer la cooperación entre PYME europeas, lo cual es un factor de integración y cohesión indiscutible. La Comisión Europea reconoce el éxito y el mérito de estas acciones en términos de respuesta a necesidades reales, de relación coste-eficacia y de valor añadido europeo. Al mismo tiempo, propone, no obstante, su abandono, ya que afectan a muy pocas empresas. La insuficiencia de utilización puede estar relacionada con problemas de excesivos procedimientos administrativos, insuficiencia de comunicación o de evolución de estos instrumentos. Quizás sería más conveniente encontrar los medios necesarios para extender su audiencia, con las organizaciones profesionales y los Estados miembros. En efecto, la Unión está mejor situada que nadie para lanzar iniciativas destinadas a favorecer la cultura de alianzas estratégicas, de cooperación y redes. El Comité también insiste a este respecto en una preocupación relativa a la buena gobernanza: si un programa determinado se modifica o se interrumpe, esta decisión deberá ser objeto de un debate previo con los operadores de una comunicación en plazos suficientemente largos. En efecto, la interrupción brutal, sin explicaciones, de determinados procedimientos (Interprise, y también ECIP en terceros mercados) ha creado un malestar profundo y una pérdida de confianza en la Comisión Europea.

3.7.1. Este tipo de iniciativas deberían desarrollarse con la preocupación constante de la simplificación, so pena de tener que constatar un nivel de desinterés por parte de las empresas en referencia directa a los aspectos de procedimiento, con independencia del interés y la pertinencia de las acciones preparadas.

3.7.2. Así, el Comité defiende la integración de forma más visible de la iniciativa "crecimiento y empleo" del Consejo Europeo de Luxemburgo en el programa plurianual, incorporando el programa JEV con dotaciones presupuestarias adecuadas para los tres capítulos, y continuar con el programa Interprise, adaptado para mejorar su gestión, aumentando, por ejemplo, las dimensiones de los eventos, con una fórmula intermedia entre Interprise, eficaz pero demasiado limitado, y Europartenariat, poco eficaz pero más visible. El Comité propone lo siguiente:

- en lugar de abandonarlas, simplificar y utilizar las organizaciones profesionales sobre el terreno;

- emprender acciones de "benchmarking" para valorizar las mejores formas de cooperación entre empresas ("clusters", empresas conjuntas, subcontratación, etc.), incluida la cooperación entre grandes y pequeñas empresas.

3.8. Apoyar el desarrollo de redes de servicios destinados a las empresas y a los futuros creadores de empresas, caracterizadas por la transparencia, la apertura a todos y la calidad: estos servicios han demostrado su eficacia en nuestros Estados miembros, y sería conveniente favorecer su organización en una red a escala europea. A este respecto, el Comité también lamenta el silencio de la Comisión Europea sobre los programas que permiten a las PYME europeas y a sus representantes participar en los trabajos europeos de normalización (acción Normapme). Este instrumento es, sin embargo, indispensable para incorporar a las pequeñas empresas al mercado único, como propugna la Carta europea. Así pues, el Comité sugiere que se prolongue esta acción, aun cuando su gestión debería simplificarse.

3.9. Fomentar a escala europea buenas prácticas en materia de integración social y cultural de la empresa (integración en el medio local, diálogo social profundo, igualdad entre mujeres y hombres, integración de las minorías, financiación de microempresas, etc.)

3.10. Concentrar la acción comunitaria en el ámbito financiero, en la cooperación entre empresas, el capital de proximidad o los "business angels" como métodos innovadores. Actualmente no faltan los capitales, sino el clima de confianza entre los inversores y los promotores de proyectos de desarrollo o de creación a los que convendría apoyar. Se trataría de facilitar el desarrollo de operaciones innovadoras entre los medios económico y bancario, de desarrollar métodos de ingeniería financiera y favorecer la garantía mutua apoyándose en los Fondos Estructurales. Todo esto debería hacer que se creasen las condiciones necesarias para que el sistema de las PYME pueda tener acceso a los capitales y desarrollar un planteamiento nuevo, así como nuevos sistemas de acompañamiento para reducir la noción de riesgo empresarial.

3.11. En este contexto, una acción de "seed capital" que financie el acompañamiento es preferible a dotaciones de capital procedentes del presupuesto comunitario, cuyo interés no se ve actualmente. Además, y de manera general, algunas de las propuestas de la Comisión Europea parecen demasiado orientadas a los sectores denominados "high tech", cuando debe considerarse que la introducción de la economía del conocimiento en los sectores más tradicionales es lo que ofrece mayores perspectivas en materia de empleo cualificado y sostenible.

4. La elección de los métodos de acción

Es en este ámbito donde el Comité desea las modificaciones más importantes del proyecto de la Comisión, en forma de precisiones y complementos. El Comité considera que, frente al contexto general de una Europa carente de espíritu empresarial y al impulso político transmitido por los Jefes de Estado y de Gobierno en las cumbres de Lisboa y Feira, el programa plurianual debería, a partir de los objetivos políticos enunciados en la Carta, servir de incentivo para la creación de un espacio europeo del espíritu empresarial y del conocimiento. Según el Comité, en el programa deberían incluirse las precisiones y mejoras siguientes:

4.1. Una referencia explícita a la Carta europea de la pequeña empresa, con medios para su aplicación. Así, el Comité recomienda, a partir de la declaración de los Jefes de Estado y de Gobierno de Feira, que la Comisión, basándose en las acciones de intercambio de buenas prácticas BEST, establezca recomendaciones con objetivos cuantificables para un número limitado de prioridades. Así, es importante transformar el ejercicio de BEST en un método realmente incentivador, destinado de hecho a poner término a las peores prácticas y valorizar las mejores prácticas mundiales. En este ejercicio, cada una de las partes deberá tener un papel definido con precisión en cuatro etapas:

- las empresas y las organizaciones económicas y sociales participan en la elaboración de análisis que determinan los objetivos que habrán de alcanzarse;

- la Comisión identifica las buenas y malas prácticas y establece los objetivos conjuntamente con los Estados miembros;

- los Estados miembros introducen, con las empresas y sus organizaciones económicas y sociales, programas destinados a poner en práctica estos objetivos;

- Por último, la Comisión Europea, con el apoyo de las organizaciones económicas y sociales, procede a la evaluación de los resultados obtenidos.

4.2. Definir mejor el papel de la DG de Empresa en el seno de la Comisión Europea como garante del espíritu empresarial y de la sociedad del conocimiento con respecto a otras políticas europeas. Entre las tareas prioritarias de esta DG debería figurar el seguimiento de un análisis de impacto real de todas las nuevas iniciativas legislativas u operativas de la Unión para evaluar su contribución real a un espacio europeo del espíritu empresarial y de la sociedad del conocimiento. En el dictamen relativo a la simplificación administrativa(3), el Comité preconiza que, en adelante, el análisis de impacto "deberá realizarse con unas condiciones que garanticen plenamente su independencia y calidad e incluir un examen sistemático de las posibilidades de alternativas a una reglamentación (acuerdos contractuales, autorregulación, corregulación), así como una evaluación rigurosa de sus efectos sobre la simplificación y deberá hacerse público." Esta actividad sólo puede garantizarse con la participación plena y total de las empresas y de las organizaciones económicas y sociales. En caso de que la Comisión Europea no pueda ejercer eficazmente estas atribuciones, el Comité recuerda, como propuesta alternativa, la idea que ya sugirió: que se estudie la creación de un "mediador de las pequeñas empresas" siguiendo el ejemplo de los Estados Unidos, que ejercería sus funciones con plena independencia.

4.3. A continuación se hacen algunas precisiones sobre los espacios, medios y plataformas de coordinación que permitirían incorporar las prioridades de la política empresarial a los demás ámbitos de acción comunitaria: mercado interior, investigación y desarrollo, cohesión económica y social, medio ambiente y protección de los consumidores. En lo que se refiere a la "coordinación con otros programas", sería acertado especificar de manera más precisa los modos de coordinación que se favorecerán, en particular con relación a los programas de investigación y desarrollo, a las acciones estructurales y de cooperación fronteriza y, por último, a los programas de formación y de movilidad. En efecto, ningún instrumento permite intervenir de manera exhaustiva en la estrategia de una empresa. Los instrumentos son sectoriales y temáticos. Así, el programa plurianual, pese a lo modesto de su dotación presupuestaria, podría utilizarse como instrumento para facilitar el acceso, en particular de las pequeñas empresas y las microempresas, a programas como el Programa Marco de Investigación y Desarrollo, Interreg, el Feder o Leonardo.

4.4. Un apoyo más directo a los servicios de proximidad repartidos en todo el territorio europeo que ofrecen una gama completa de servicios "durante la totalidad de las fases de desarrollo", al objeto de aportar a las pequeñas y medianas empresas prestaciones de calidad a un coste asequible y de fácil acceso. Conviene reforzar en este sentido la red de los Centros Europeos de Información Empresarial (EIC) como embrión de una auténtica red europea de servicios a las empresas. La red de los Centros Europeos de Información Empresarial también deberá permitir a la Comisión Europea mantener el contacto con el terreno y conocer las expectativas de las empresas.

4.4.1. El Comité pide, por otra parte, que se adopten medidas de apoyo a las estructuras de acompañamiento y asesoramiento a las empresas.

4.5. Una referencia clara, para cada acción propuesta, al valor añadido comunitario. Parece racional estructurarlas en torno a los objetivos políticos enunciados en las cumbres de Lisboa y Feira (espíritu empresarial, internacionalización, sociedad del conocimiento, etc.) y prever más bien un marco de trabajo con los Estados miembros y las organizaciones profesionales, determinando así los proyectos piloto que deben realizarse a escala europea, las acciones en red de nivel europeo y, por último, lo que puede y debe dejarse a las iniciativas nacionales y locales. Esta tabla de lectura permitiría revisar las opciones operativas de la Comisión Europea que no siempre nos parecen acertadas. Así, deberían favorecerse las acciones de puesta en red europea y las acciones de naturaleza estructural, sobre todo en el ámbito financiero, que se preconizan para las autoridades nacionales, locales y los operadores profesionales y privados.

4.6. Completar la comunicación, que se distingue por su carácter vago e impreciso, con un plan de acción detallado que se revisaría y completaría cada año. Este plan de acción precisaría, en particular, las acciones concretas que deberían realizarse, los medios utilizados (nacionales y comunitarios) y los beneficiarios.

4.7. La utilización de indicadores incluidos en un cuadro legible y comprensible para los empresarios, que concreten las acciones, operativas y legislativas, realizadas por cada uno de los niveles, en particular el nacional y el europeo. Este cuadro sería así el instrumento de seguimiento de la Carta europea de la pequeña empresa y del informe anual, como el Comité había deseado en su dictamen de iniciativa aprobado el 24 de mayo de 2000(4) y como decidió el Consejo de Feira. Este cuadro de indicadores se presentará todos los años al Parlamento Europeo y al Comité Económico y Social. Las observaciones y sugerencias servirán así para revisar el plan de acción.

4.8. Una adaptación del programa a la realidad socioeconómica de los países candidatos a la adhesión, donde la noción de espíritu empresarial tropieza a la vez con un pasado estatista y con comportamientos que lo hacen asimilable a la corrupción.

5. La consulta y la participación de los agentes económicos y sociales

5.1. La participación directa de los agentes implicados en la definición de las prioridades, el seguimiento de los proyectos y su realización es la condición primordial para su éxito. El ejemplo del fracaso de los intentos sucesivos de la Unión en materia de simplificación administrativa es la prueba fehaciente. El fomento del espíritu empresarial a escala europea pasa también por la participación efectiva y permanente de las partes interesadas. Las organizaciones económicas y sociales en Europa tienen, por otra parte, responsabilidades fundamentales en la puesta en marcha de estas acciones (información, formación, etc.); y las tendrán cada vez más en el marco del desarrollo de la autorregulación. Resulta bastante deprimente constatar que el proyecto de decisión del Consejo prevé un Comité de gestión compuesto exclusivamente por representantes de los Estados miembros, es decir, de las administraciones. Además, consideramos que el informe de evaluación anunciado debería realizarse anualmente y presentarse para consulta al Comité Económico y Social.

5.2. La consulta a los agentes económicos y sociales puede efectuarse, en primer lugar, en el Comité Económico y Social. También sería acertado que la Comisión reuniese de manera estructurada y regular a las principales organizaciones económicas y sociales europeas interesadas, teniendo en cuenta la actual importancia económica y social de sus miembros, en el seno de un "Grupo de política empresarial", cuya composición podría variar en función de los asuntos tratados. Es fundamental que la composición de este Grupo refleje correctamente al mundo empresarial en todos sus componentes, incluido el sindical, con la participación de otros agentes como el mundo científico y de la educación.

6. Recomendaciones

6.1. Considerando, en particular:

- las Conclusiones del Consejo Europeo de Lisboa;

- el Dictamen de iniciativa del Comité Económico y Social sobre la Carta europea de la pequeña empresa;

- las Conclusiones del Consejo Europeo de Feira y la Carta europea de la pequeña empresa aprobada por los Jefes de Estado y de Gobierno;

- los resultados de una audiencia de dirigentes empresariales y de organizaciones profesionales celebrada en Metz el 5 de octubre de 2000 en la Cámara de Comercio e Industria del Departamento del Mosela.

6.2. El Comité Económico y Social pide que se refuercen las políticas europeas en favor del espíritu empresarial. Aprueba el proyecto de la Comisión, siempre y cuando conlleve compromisos más concretos y un programa de acción detallado que se revisaría cada año. De manera general, el Comité considera que el proyecto de la Comisión Europea debe ser ampliamente completado y revisado en algunos de sus puntos.

6.3. No está prevista ninguna medida concreta de consulta a las organizaciones económicas y sociales. El Comité insiste en que la política empresarial desarrollada por la Unión Europea sea objeto de una concertación permanente e intensa con los agentes económicos y sociales a través de las organizaciones que los representan, tanto en lo que se refiere a la preparación como a la realización, el seguimiento y la evaluación de las acciones.

6.4. El Comité pide al Consejo que apruebe este programa haciendo referencia explícita a la Carta de Feira. Desea que la Comisión Europea, siguiendo el ejemplo de los procesos de Luxemburgo y de Cardiff, citados por los Jefes de Estado y de Gobierno en Feira, elabore objetivos concretos cuantificables y proceda a la evaluación de los resultados obtenidos mediante la acción conjunta de los programas de la Unión Europea (en particular, el programa plurianual), de los Estados miembros y los operadores interesados.

6.5. El Comité solicita participar en el seguimiento periódico del programa, elemento fundamental para la realización de la Carta europea. A dicho efecto debería transmitírsele todos los años un cuadro indicativo, al igual que al Parlamento Europeo y al Consejo.

6.6. El Comité propone que el programa se centre en cinco objetivos prioritarios:

- un entorno fiscal y jurídico más favorable a la asunción de riesgos y a la creación de empleo como, por ejemplo, en materia de derecho de quiebra;

- una auténtica simplificación de la reglamentación, sin desvirtuar su alcance, haciendo un esfuerzo especial en los trámites para la creación de empresas;

- una prioridad fundamental para la educación, la transmisión de conocimientos y la formación a lo largo de toda la vida, tanto para los directivos de las empresas como para los empleados;

- un espacio europeo de la innovación con dispositivos que fomenten la cooperación entre empresas y la movilidad de los investigadores hacia las empresas;

- el refuerzo de las redes de intermediarios de proximidad para facilitar a las empresas ayuda y asesoramiento de calidad durante todo su proceso de desarrollo.

6.7. Las acciones de intercambio de buenas prácticas deben estructurarse de manera que aporten resultados concretos y garanticen un valor añadido comunitario. Deberán apoyarse en los conocimientos especializados y la experiencia de las organizaciones económicas y sociales representativas, así como en los de otros agentes interesados, como el mundo científico y el mundo de la educación.

6.8. El Comité desea que la DG de Empresa sea la defensora del mundo empresarial ante las distintas políticas comunitarias. En este contexto, el Comité señala la importancia que podría adquirir la realización sistemática de una ficha de impacto para toda nueva iniciativa europea, con la condición de que este análisis se efectúe de manera independiente, buscando la simplificación, y que se haga público.

6.9. El Comité insiste en la inclusión de todas las empresas, con independencia de su sector de actividad, en las acciones relativas a la economía del conocimiento. La Comisión Europea debería revisar, por lo tanto, determinados aspectos de su comunicación para orientar mejor sus acciones, en particular hacia las pequeñas y medianas empresas que poseen capacidades de innovación y de desarrollo que no han sido explotadas.

6.10. Así, el programa plurianual, en lugar de dispersarse en acciones sin una importancia significativa, debería utilizarse como incentivo para facilitar el acceso a los programas en materia de formación, de internacionalización, de investigación y de innovación.

6.11. El Comité defiende la inclusión en el programa de la iniciativa "crecimiento y empleo", para garantizar la continuidad de acciones de gran valor añadido europeo, como JEV. A este respecto, el Comité lamenta que la Comisión haya interrumpido bruscamente determinados programas sin previo aviso. El Comité apoya, asimismo, la posición del Parlamento Europeo en favor de un mayor presupuesto, con la condición de que éste se destine a acciones muy específicas y que respondan a las necesidades de los operadores.

Bruselas, 29 de noviembre de 2000.

El Presidente

del Comité Económico y Social

Göke Frerichs

(1) Dictamen de iniciativa sobre la Carta europea de la pequeña empresa, DO C 204 de 18.7.2000, p. 57.

(2) DO C 204 de 18.7.2000, p. 70.

(3) DO C 14 de 16.1.2001, p. 1.

(4) Dictamen de iniciativa sobre la "Carta europea de la pequeña empresa", DO C 204, de 18.7.2000, p. 57.

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