52003SC0465

Documento de trabajo de los servicios de la Comisión - Informe analítico de las respuestas de los Estados miembros a los cuestionarios de la Comisión sobre la participación y la información de los jóvenes /* SEC/2003/0465 final */


DOCUMENTO DE TRABAJO DE LOS SERVICIOS DE LA COMISIÓN - Informe analítico de las respuestas de los Estados miembros a los cuestionarios de la Comisión sobre la participación y la información de los jóvenes

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

1. Participación

1.1. Elementos de hecho

1.1.1. Consideraciones y datos básicos

1.1.2. Bases jurídicas

1.1.3. Análisis de la calidad de los datos

1.2. Participación de los jóvenes en la vida de la comunidad en la que viven

1.2.1. Análisis de la situación vista por los Estados miembros

1.2.2. Acciones y estrategias a nivel nacional

1.2.3. Expectativas de los Estados miembros a nivel europeo

1.2.4. Buenas prácticas

1.3. Participación de los jóvenes en los mecanismos de la democracia representativa

1.3.1. Análisis de la situación vista por los Estados miembros

1.3.2. Acciones y estrategias a nivel nacional

1.3.3. Expectativas de los Estados miembros a nivel europeo

1.3.4. Buenas prácticas

1.4. Aprender a participar

1.4.1. Análisis de la situación vista por los Estados miembros

1.4.2. Acciones y estrategias a nivel nacional

1.4.3. Expectativas de los Estados miembros a nivel europeo

1.4.4. Buenas prácticas

2. Información

2.1. Elementos de hecho

2.1.1. Consideraciones y datos básicos

2.1.2. Bases jurídicas

2.1.3. Análisis de la calidad de los datos

2.2. Acceso a la información

2.2.1. Análisis de la situación vista por los Estados miembros

2.2.2. Desafíos y acciones a nivel nacional

2.2.3. Expectativas con respecto al nivel europeo

2.2.4. Buenas prácticas

2.3. Calidad de la información

2.3.1. Análisis de la situación vista por los Estados miembros

2.3.2. Desafíos y acciones a nivel nacional

2.3.3. Expectativas con respecto al nivel europeo

2.3.4. Buenas prácticas

2.4. Participación de los jóvenes en la elaboración y la difusión de la información

2.4.1. Análisis de la situación vista por los Estados miembros

2.4.2. Desafíos y acciones a nivel nacional

2.4.3. Expectativas con respecto al nivel europeo

2.4.4. Buenas prácticas

3. Consulta a los jóvenes con vistas a las respuestas a los cuestionarios

4. Cooperación a nivel europeo

INTRODUCCIÓN

El Libro Blanco de la Comisión «Un nuevo impulso para la juventud europea», que se adoptó en noviembre de 2001, señala la participación de los jóvenes en la vida pública y su información como prioridades de la acción política en el ámbito de la juventud. La participación, que es una importante reivindicación de los jóvenes, no puede disociarse de la información, que es una condición necesaria, pero no suficiente de la misma. Juntas deben contribuir al objetivo más amplio de la ciudadanía activa de los jóvenes y tienen por objeto «acercar a los ciudadanos y, en primer lugar, a los jóvenes al proyecto europeo y a las instituciones europeas» [1].

[1] Declaración de Laeken, 14-15.12.2001.

Al decidir aplicar el método abierto de coordinación en el ámbito de la juventud a estas dos prioridades, los Estados miembros han mostrado su deseo de cooperar más estrechamente en la aplicación y el seguimiento de las políticas relativas a tales prioridades. Esto debe hacerse «con un enfoque flexible y adaptado (...), teniendo debidamente en cuenta las competencias de los Estados miembros y el principio de subsidiariedad» [2]. Por esta razón y de conformidad con el mandato que se le ha dado, la Comisión ha elaborado, en consulta con los Estados miembros, un cuestionario para cada una de dichas prioridades que se envió a los Estados miembros y a los países candidatos, que deben «estar asociados al marco de cooperación europea en materia de juventud».

[2] Resolución del Consejo de 27.6.2002.

Estos dos cuestionarios distintos se elaboraron según un enfoque común y tienen la misma estructura general. En primer lugar, se pedía información básica y, a continuación, que se expusieran las orientaciones de las políticas actuales, acompañadas de ejemplos de buenas prácticas. Por último, ser pedía que se indicaran las expectativas a nivel europeo.

En vista del compromiso adquirido de consultar a los jóvenes, debían especificarse también los métodos de consulta adoptados a nivel nacional.

Si bien la forma de abordar las cuestiones fue diferente de un país a otro, en función de la política nacional en materia de juventud y el modo de participación de los jóvenes, las respuestas facilitadas constituyeron, con respecto a los datos ofrecidos, los argumentos desarrollados, las propuestas realizadas y las buenas prácticas mencionadas, una base rica e interesante para la elaboración de un documento de síntesis.

El objetivo de este informe es presentar un análisis sintético de las respuestas a los cuestionarios que pueda servir de base para elaborar una propuesta de objetivos comunes en materia de participación e información con vistas a su adopción por el Consejo. La exposición de las respuestas se agrupa para cada uno de los temas en torno a tres ejes tras la presentación de los elementos de hecho.

En la participación, los tres ejes seleccionados son: la participación de los jóvenes en la vida cotidiana de la comunidad en la que viven, la participación de los jóvenes en los mecanismos de la democracia representativa y el aprendizaje de la participación.

En cuanto a la información, los tres ejes son: el acceso a la información, la calidad de la información para los jóvenes y la participación de estos en la elaboración y la difusión de la información.

Las respuestas de los países candidatos se incluyen en el análisis realizado para los 15 Estados miembros.

1. Participación

1.1. Elementos de hecho

1.1.1. Consideraciones y datos básicos

En los 15 Estados miembros hay 50 millones de jóvenes, 60 millones si se cuentan los diez países que van a integrarse en la Unión en 2004 y 75 millones con todos los países candidatos. La población de 15 a 25 años de edad representa, en los 27 países que han respondido al cuestionario, entre el 11 % y el 19 % de la población nacional, según los países.

El derecho de voto está establecido en los 18 años en todos los países para las elecciones nacionales y europeas. Algunos permiten votar en las elecciones locales a partir de los 16 años. Los jóvenes representan entre el 10,5 % y el 17 % del electorado, según los países.

No siempre se conoce la participación de los jóvenes en las elecciones y, cuando se indica, se ha deducido utilizando métodos diferentes (encuestas, sondeos, estudios ad hoc, etc.) que se refieren a franjas de edad diversas (18 a 25 años, 18 a 30 años, etc.).

No obstante, en los países donde el voto no es obligatorio se confirma la tendencia de una menor participación del electorado en las elecciones, con un índice de participación juvenil inferior a la media (de unos diez puntos) y una horquilla creciente entre los niveles de participación de los jóvenes y del resto de los electores.

Si se considera el porcentaje de jóvenes electos (menores de 30 años), este se sitúa entre el 0 % y el 7 % a nivel nacional, entre el 0 % y el 5 % a nivel regional y entre el 0 % y el 10 % a nivel local, según los países. La tasa de afiliación a los partidos políticos se sitúa en los jóvenes entre el 0,5 % y el 20 %.

Aunque la tasa de afiliación a los sindicatos está entre el 0,7 % y el 16 %, los datos no permiten tener una visión de conjunto del nivel de compromiso participativo de los jóvenes, ya que este se limita a menudo a algunos ámbitos y es puntual.

La oferta de estructuras participativas es importante y diversa. Las más extendidas son los consejos de jóvenes, los parlamentos de jóvenes y las asociaciones juveniles. Junto a estas estructuras, que reúnen sólo a jóvenes, se han desarrollado, a menudo a nivel de los municipios, consejos o comités abiertos a la participación de los jóvenes de carácter consultivo o decisorio. Los consejos de alumnos y estudiantes son también frecuentes y se centran en cuestiones relacionadas sobre todo con la vida en los centros. Por último, muchos países desean conocer mejor la opinión y las necesidades de los jóvenes y recurren a modos de consulta tales como encuestas, foros, mesas redondas, debates, etc.

1.1.2. Bases jurídicas

Las bases jurídicas pueden clasificarse según su referencia a textos de Derecho internacional, Derecho nacional o textos legislativos de aplicación regional.

Los fundamentos legales de la participación se emplazan en puntos diferentes de esta escala.

Partiendo del nivel más internacional, algunos países basan su legislación nacional en la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas. Algunos mencionan la participación en su Constitución.

En cuanto a las leyes nacionales, es muy raro que haya una ley específica sobre la juventud. En cambio, muchos países cuentan con disposiciones en materia de juventud y participación en las leyes relativas al ámbito de la educación, la familia y el trabajo, así como a la ciudadanía, el derecho de voto y la elegibilidad. Algunos países disponen también de cobertura jurídica para cuestiones como la representación juvenil, los consejos de jóvenes y las asociaciones, en particular sobre las obligaciones legales de financiación. Aunque es raro que haya leyes nacionales específicas, los países con una organización federal del Estado tienen por lo general leyes regionales o locales relativas a la juventud. Algunos países no tienen leyes propiamente dichas, sino declaraciones políticas, en su caso adoptadas por el Parlamento.

1.1.3. Análisis de la calidad de los datos

Todos los países disponen de gran numero de datos, pero su naturaleza y la forma y el ritmo de recopilación de los mismos distan de ser homogéneos, lo que pone en tela de juicio su comparabilidad.

Respecto a la participación de los jóvenes en los mecanismos institucionales de la democracia representativa, hay varios tipos de enfoque. Los datos son normalmente estimaciones realizadas sobre la base de una serie de instrumentos, desde indicadores facilitados en el marco de informes sobre la juventud hasta resultados de encuestas o sondeos puntuales, así como estudios realizados casi siempre por universidades o asociaciones, a veces en colaboración con los poderes públicos.

En cuanto a la participación de los jóvenes en la vida cotidiana de la comunidad en la que viven, las estadísticas cubren normalmente sólo una forma particular de participación, como la afiliación a ONG o sindicatos. Otros datos sobre la utilización del tiempo libre, por ejemplo, pueden emplearse también para conocer la evolución de la participación, pero presentan el inconveniente de tener únicamente una relación indirecta con los niveles de participación reales. Esta información se encuentra a veces en informes nacionales, pero por lo general procede de encuestas, sondeos, estudios e investigaciones parciales y puntuales.

En relación con los desafíos de la participación, hay un amplio campo que debe cubrirse para mejorar el conocimiento de las prácticas participativas y evaluar más adecuadamente sus ventajas sociales e individuales.

Aunque muchos estudios señalan la falta de estudios de impacto específicos, todos están de acuerdo en que la participación de los jóvenes contribuye a la evolución de las políticas públicas. En los países consultados, es importante conocer mejor los deseos y las necesidades de la juventud para poder adaptar los contenidos de las políticas realizadas. Cuando se asocia a los jóvenes a la reflexión o, aún mejor, a la aplicación de las políticas, incluidas las preventivas, se mejoran los modos de toma de decisión. Tal asociación tiene un efecto positivo en los procesos decisorios. Con ello se modifica también la idea que la sociedad tiene de los jóvenes.

Algunos países están preocupados por que, a falta de datos que confirmen este impacto positivo, no todos lo vean y lo compartan, en particular los jóvenes.

Otro efecto destacado de la participación que deberá evaluarse mejor es la adquisición y el desarrollo de las competencias que traerá consigo. Tales competencias, que son útiles para la vida profesional y social de los jóvenes, inciden también positivamente en toda la sociedad porque contribuyen «a la construcción de inteligencias ciudadanas» [3].

[3] Frase citada por Bélgica.

Aunque el acuerdo es general en cuanto al impacto positivo de la participación para la inserción social de los jóvenes, muchos hacen hincapié en que queda mucho por hacer en cuanto a la validación de estas competencias y, sobre todo, respecto al acceso a ellas del mayor número posible de jóvenes.

La participación es algo que se aprende, por lo que hay que reforzar su aprendizaje. Este es el tercer gran ámbito en el que los países consultados desean mejorar el seguimiento y disponer de más datos para poder medir los progresos realizados.

Si bien es cierto que el objetivo de desarrollo de la participación no puede alcanzarse sin una educación en la materia, la participación sólo será creíble si se realizan paralelamente iniciativas concretas en materia de participación de los jóvenes en la vida de la comunidad en la que viven y en los mecanismos institucionales de la democracia representativa.

Debe mejorarse la calidad de los datos relativos a cada una de estas líneas de acción.

1.2. Participación de los jóvenes en la vida de la comunidad en la que viven

Puntos fundamentales:

* La participación se afianza en la vida local.

* Se reconoce el derecho a la participación, pero deben reforzarse los recursos financieros asignados.

* La participación no debe limitarse al diálogo, sino que es preciso asociar a los jóvenes en las decisiones.

* Las personas de enlace que trabajan con los jóvenes sobre el terreno desempeñan un papel esencial.

* La apertura al mayor número posible de jóvenes es una preocupación compartida por todos los países.

* Una de las principales dificultades identificadas es la de la coordinación de los diversos agentes y acciones de este ámbito.

* Entre los objetivos propuestos, algunos tienen por objeto la mejora de las condiciones de ejercicio de la participación, mientras que otros se refieren a proyectos y acciones para promoverla.

1.2.1. Análisis de la situación vista por los Estados miembros

El compromiso de los jóvenes de participar en las decisiones que les afectan comienza en los lugares donde desarrollan su vida cotidiana.

La calidad de la participación de los jóvenes en los procesos de toma de decisión puede reforzarse en primer lugar teniendo mejor en cuenta sus necesidades específicas y su desarrollo personal.

Uno de los medios para aplicar este enfoque es crear estructuras de corresponsabilidad y de codecisión. La apertura de tales estructuras a los jóvenes permite aprovechar el dinamismo de estos, su entusiasmo y su sentido de la iniciativa para renovar, enriquecer e impulsar nuevas perspectivas de acción.

Hay que garantizar que la influencia de los jóvenes sea real. La cuestión de la representatividad, en particular de los jóvenes marginados o excluidos, es fundamental. Es necesario tomar en serio a los jóvenes y asegurar el carácter duradero de las medidas políticas.

La ausencia o la debilidad de las bases jurídicas, así como la falta de normas de calidad, son un obstáculo para la participación de los jóvenes. La relativa complejidad del proceso de la democracia participativa dificulta también la coordinación de los agentes de este ámbito y aumenta el esfuerzo necesario en términos de tiempo y recursos.

La escuela sigue siendo un lugar de participación privilegiado. Los jóvenes están asociados a diversas estructuras participativas como delegados o representantes de clase, por ejemplo. En la mayoría de los países que han respondido al cuestionario hay una base jurídica para esta participación en forma de consejos de alumnos o estudiantes, incluidos por lo general en federaciones nacionales.

Otras estructuras externas al sistema educativo, tales como los consejos locales, las organizaciones juveniles o, a veces, las organizaciones deportivas, defienden también los intereses de los jóvenes.

En todos los países hay instancias de diálogo con los jóvenes. La forma de estos organismos consultivos y el tipo de diálogo desarrollado varía de un país a otro, pero en todos hay una combinación de estructuras juveniles específicas (consejos de jóvenes o parlamentos, por ejemplo) y estructuras mixtas compuestas por jóvenes, responsables políticos, trabajadores del ámbito de la juventud, etc. El diálogo con los jóvenes es más o menos permanente y está estructurado.

Se tiende cada vez más a considerar la participación un objetivo de pleno derecho que da lugar a la realización de iniciativas nacionales, que se reproducen a nivel local, aunque no haya obligación legal.

Desarrollar la participación es una forma de poner en práctica los principios de buena gobernanza y apertura a la sociedad civil.

A nivel local, algunos países tienen autoridades específicamente encargadas del ámbito de la juventud.

1.2.2. Acciones y estrategias a nivel nacional

El análisis de la situación se plasma en las políticas adoptadas a través de un amplio conjunto de medidas encaminadas a incrementar la participación de los jóvenes en la vida de la comunidad en la que viven.

Independientemente del nivel de exigencia de las legislaciones vigentes en materia de participación, los países apoyan las actividades en favor de la juventud desarrolladas a nivel local, ya sean iniciativas, proyectos o foros organizados por ONG, centros juveniles o asociaciones locales. Todos desean contribuir a reforzar este tejido asociativo en el que se apoya el compromiso ciudadano.

Se hace hincapié en el papel de los agentes sobre el terreno, en particular el de los trabajadores sociales. Constituyen un enlace fundamental para informar a los jóvenes sobre las acciones y los programas emprendidos por los poderes públicos, acompañarlos en la aplicación de proyectos e iniciativas y dar a conocer y valorizar los resultados. También se consideran importantes las asociaciones con los consejos y parlamentos de jóvenes, las autoridades locales y las escuelas.

En las empresas, los mecanismos de participación afectan normalmente a las elecciones del comité de personal y las comisiones especializadas o a la representación sindical, y no se desarrollan en el marco de la política de juventud. Por lo general, no hay acciones de información destinadas a los jóvenes sobre las posibilidades de participación en la empresa.

Las formas de ayuda a la participación incluyen acciones de información, orientación y asesoramiento, pero también de formación, incluida la gestión de proyectos, y de intercambio de experiencias. Algunos instrumentos se han desarrollado a nivel nacional, pero son accesibles a nivel local y tienen por objeto reforzar la ciudadanía activa de los jóvenes en su vida cotidiana.

Los medios más citados son Internet, diversos tipos de encuentro, los debates y consultas y los programas de educación no formal. Se ofrece como ejemplo el proceso del Libro Blanco. La ayuda puede ser también financiera.

Una de las mayores limitaciones para desarrollar una estrategia promotora de la participación local es la dificultad para coordinar los diversos ámbitos de interés de los jóvenes entre numerosos agentes locales que no han establecido necesariamente asociaciones y con un ánimo de coherencia entre los diversos niveles de toma de decisión.

El segundo punto débil de las políticas actuales es la relativa fragilidad de los mecanismos, incluidos los jurídicos, que permiten, más allá de la mejora de las condiciones de participación, garantizar que los jóvenes sean asociados a la toma de decisión.

Se menciona a menudo la cuestión de la elaboración de normas de calidad.

Por último, la apertura al mayor número posible de jóvenes es una preocupación que comparten todos los países. El reconocimiento de las dificultades y las necesidades particulares requiere que se den respuestas adaptadas (proyectos específicos, centros juveniles, trabajo de calle). Una de las ideas propuestas es que se recurra en mayor medida a personas de enlace pertenecientes también ellas a los grupos afectados. Para ser eficaces, las acciones deben realizarse con arreglo a enfoques integradores, reuniendo a jóvenes desfavorecidos o no, por ejemplo en manifestaciones deportivas o culturales. Para algunos grupos de excluidos, el objetivo de la participación está relacionado con el de la lucha contra la violencia.

Si bien la cuestión del género se aborda de la misma manera que la de otros grupos (es más difícil participar, sobre todo en la toma de decisiones), las opiniones sobre las medidas que deben aplicarse varían porque algunos países señalan que deberían reservarse lugares y espacios para las jóvenes. Algunos países proponen que se realicen acciones específicas para los jóvenes.

La mayoría de las acciones en materia de igualdad entre mujeres y hombres son realizadas por estructuras públicas y privadas especializadas en esta cuestión, más que en la juventud.

1.2.3. Expectativas de los Estados miembros a nivel europeo

El fomento de la participación de los jóvenes en la vida de su comunidad es una preocupación que comparten todos los países consultados.

El tratamiento de estas expectativas a nivel europeo depende del interés que tienen los países en intercambiar experiencias, proponer soluciones a problemas semejantes y examinar juntos los progresos realizados.

Europa, que, para los jóvenes, es un espacio de valores en el que viven, estudian, trabajan y viajan, constituye un marco adecuado para abordar los problemas que afectan a todos los jóvenes europeos.

Los tipos de medidas propuestas se refieren a objetivos de naturaleza diversa. Unos tienen por objeto la mejora de las condiciones del ejercicio de la participación, mientras que otros se refieren más directamente a la realización de acciones y proyectos de participación. Para alcanzar tales objetivos, los Estados miembros proponen que se utilice una amplia gama de instrumentos.

La información, la orientación y el asesoramiento deben combinarse con una comunicación en la que los jóvenes desempeñen un papel activo, expresándose y debatiendo.

En materia de formación y acompañamiento de los jóvenes, los Estados prefieren enfoques «a medida», individualizados, que deben reconocerse y valorizarse en mayor medida. Los jóvenes deben poder disponer de una formación específica, en particular sobre la gestión de proyectos, ya que uno de los objetivos fundamentales es que los jóvenes pongan ellos mismos en práctica sus propios proyectos de participación.

Estos proyectos se realizan en su entorno próximo. El apoyo a las ONG del ámbito de la juventud, que contribuyen al desarrollo del voluntariado, debería reforzarse y completarse con acciones de puesta en red e intercambios de buenas prácticas.

El programa JUVENTUD actual y un futuro programa deben también contribuir a reforzar estos proyectos, en los que, según los Estados miembros, la calidad debe prevalecer sobre la cantidad.

Los Estados miembros desean que se elaboren estrategias reforzadas en favor de los dos capítulos identificados anteriormente: por una parte, mecanismos de apoyo y, por otra, proyectos en materia de participación. Esto supone un mejor conocimiento de la participación (observatorios, reflexión sobre los criterios, etc.).

Algunos proponen que las medidas y acciones en favor de la participación de los jóvenes se organicen en planes de desarrollo de las actividades en favor de la juventud. Todos desean que estas estrategias tengan en cuenta las dificultades propias de los jóvenes marginados o desfavorecidos.

1.2.4. Buenas prácticas

Hay una multitud de buenas prácticas en los Estados miembros y en los países en vías de adhesión respecto a la participación de los jóvenes en la vida de su comunidad. En general, tales buenas prácticas pueden, sin embargo, agruparse en cinco categorías principales: campañas y manifestaciones; actividades en favor de la juventud; actividades de las organizaciones juveniles y los consejos de jóvenes; información y comunicación; participación directa en la toma de decisión.

Algunos Estados miembros intentan que los jóvenes participen en la sociedad civil facilitándoles información sobre las posibilidades de participación en un marco distendido y lúdico. A tal efecto, organizan campañas y manifestaciones muy originales y adoptan un enfoque proactivo.

Bastantes países consideran que las actividades en favor de la juventud, en sus diversas formas, pueden constituir una buena práctica cuando se quiere conseguir que los jóvenes participen, en particular a nivel local. En este ámbito, los ejemplos son numerosos e incluyen, entre otras cosas, proyectos para integrar a los jóvenes procedentes de medios desfavorecidos que corren un riesgo de exclusión.

Algunos Estados miembros y países en vías de adhesión han creado o están desarrollando planes nacionales de juventud. Casi todos los Estados miembros están de acuerdo en que las organizaciones juveniles desempeñan un papel importante para alentar a los jóvenes a participar en la sociedad civil, a todos los niveles. Los consejos de jóvenes se mencionan bastante a menudo, así como los foros de jóvenes. Los consejos de jóvenes animan a participar a los jóvenes de muchas maneras: pueden informar a los jóvenes sobre las posibilidades de participación, y ofrecerles también la oportunidad de aprender a participar asumiendo funciones y responsabilidades en los propios consejos.

La información y la comunicación son instrumentos importantes para aumentar la participación de los jóvenes en la sociedad civil. Se trata de cuestiones horizontales que son también parte integrante de otras categorías de buenas prácticas. No obstante, como la información y la comunicación constituyen a menudo los primeros medios para dar a conocer al público sus posibilidades y derechos de participación, se agrupan en una categoría aparte. En las respuestas de muchos países se indica que Internet es un instrumento de información y comunicación evolutivo. Una forma interesante y exigente de aprender a participar es tomar parte directamente en las decisiones, por ejemplo en el ámbito de la planificación de los proyectos en la comunidad. Algunos Estados miembros ofrecen esta posibilidad y la proponen como buena práctica.

A continuación se mencionan algunos de los numerosos ejemplos de buenas prácticas en este ámbito:

* «Las caravanas nacionales: los jóvenes, ciudadanos activos» (Les Caravanes nationales: les jeunes, des citoyens actifs)», Francia: A fin de reforzar la participación de los jóvenes en las elecciones, informarles sobre sus derechos y deberes cívicos, se han creado las «caravanas de la ciudadanía» (caravannes de la citoyenneté). En diciembre de 2001, tres caravanas recorrieron Francia para reunirse con el mayor número posible de jóvenes y difundir su mensaje en materia de ciudadanía. Estuvieron en la mayoría de las ciudades francesas. Atravesaron Francia para ponerse en contacto con los jóvenes e intercambiar con ellos ideas, comunicarlas, discutirlas e intentar convencerlos. Para ello iban cargadas con materiales, folletos, libros explicativos, carteles, y contaron con la presencia permanente de jóvenes. De este modo, los jóvenes fueron al encuentro de otros jóvenes a la salida de los institutos, en los centros comerciales, en centros de jóvenes trabajadores, en las universidades, las ciudades universitarias, los cines, etc., es decir, en el entorno de los jóvenes.

* El Gobierno de Irlanda decidió poner en práctica un Plan nacional de desarrollo de las actividades en favor de la juventud (National Youth Work Development Plan), para fomentar la creación de estructuras y mecanismos de participación juvenil a través de un plan gubernamental en el ámbito de la juventud. El hecho de que un gobierno se comprometa a reforzar la participación de los jóvenes, haciendo de ella un objetivo político claro y mensurable, es sin duda una señal importante dirigida a todas las personas que trabajan en el ámbito de la juventud, lo que contribuye a dar un nuevo impulso a los intentos de hacer participar a los jóvenes en la sociedad civil, en numerosos ámbitos (organizaciones juveniles, escuelas, etc.).

* Con respecto a los consejos de jóvenes, pueden ofrecerse muchos ejemplos. El Consejo flamenco de jóvenes, en Bélgica, está abierto a los jóvenes y a las organizaciones del ámbito de la juventud. Todo el que esté interesado por las cuestiones que trata el Consejo flamenco de jóvenes y que desee firmar su carta democrática puede ser miembro de este Consejo. Los miembros de la asamblea general se eligen y las principales orientaciones políticas se establecen en la asamblea general estatutaria. La asamblea general está compuesta por jóvenes, personas pertenecientes a organizaciones juveniles reconocidas a nivel nacional, un joven activo en la «Scholierenkoepel» (organización de coordinación de los alumnos) y un joven activo en la Asociación de estudiantes flamencos. Tres comisiones aportan su apoyo a la asamblea general: la comisión sobre la política en materia de actividades en favor de los jóvenes, la comisión sobre la política de juventud y la comisión internacional. La asamblea general, las comisiones y los grupos de trabajo están abiertos al público.

* En relación con la información y la comunicación a través de Internet, Finlandia ha desarrollado un proyecto, iniciado por los ministerios, los municipios y las ONG, que tiene por objeto mejorar las posibilidades de los jóvenes, y de toda la población, de participar en el proceso de toma de decisión. Este proyecto se ajusta a lo dispuesto en la Ley sobre la transparencia de las actividades gubernamentales, que obliga a los poderes públicos a facilitar información accesible sobre las cuestiones de interés general antes de adoptar una decisión. En Internet, el público general, los responsables políticos y las administraciones disponen de un foro virtual para discutir cuestiones de actualidad sobre las que se están preparando decisiones. El proyecto implica una cooperación con las escuelas. Se trata de informar a los alumnos sobre el trabajo de los poderes públicos, de tenerlos al tanto de los procesos de toma de decisión en curso y de invitarlos a manifestarse por escrito sobre los procedimientos y las cuestiones abordadas.

* Solidarité: SOS Jeunes es un servicio de ayuda a los jóvenes en general en Bruselas, Bélgica. El proyecto va dirigido a los jóvenes de 17 a 25 años de edad que han abandonado la escuela, independientemente de su procedencia social. Se les ofrece un año «ciudadano», que es en realidad una especie de servicio social amplio. Durante un año escolar, se agrupa a los jóvenes en equipos mixtos de ocho jóvenes acompañados. El 70 % de su tiempo lo dedican a un servicio a la colectividad local. El 30 % restante se dedica a cursos de formación, a un módulo de orientación sobre la vida social, a proyectos específicos personales (por ejemplo, la obtención del permiso de conducir, el aprendizaje de una lengua, el desarrollo de una habilidad, etc.) y, por último, al apoyo, en el marco de uno o varios equipos, a un proyecto internacional. Estos jóvenes reciben un salario por su trabajo y una ayuda financiera para sus proyectos.

1.3. Participación de los jóvenes en los mecanismos de la democracia representativa

Puntos fundamentales:

* La participación de los jóvenes en los mecanismos institucionales de representación política es necesaria para la vitalidad de la democracia.

* Tener mejor en cuenta las necesidades y los intereses de los jóvenes, así como sus ideas y sus aportaciones positivas, es uno de los factores incentivadores de la participación.

* Es necesario establecer un diálogo continuo y estructurado entre los jóvenes y los responsables políticos.

* Los organismos representativos electos deben abrirse en mayor medida a los jóvenes.

* El diálogo y esta apertura deben tener lugar en todos los niveles de representación, incluido el nivel europeo.

* Deben analizarse y seguirse mejor los procesos de exclusión ciudadana.

1.3.1. Análisis de la situación vista por los Estados miembros

Toda la sociedad debe encontrarse en la democracia representativa. Esto implica que debe fomentarse la participación de los jóvenes para tener mejor en cuenta sus necesidades, intereses e ideas. Ello contribuye, en opinión de la mayoría de Estados miembros, al buen funcionamiento de nuestras sociedades y a la evolución de las políticas públicas. Desde este punto de vista, la participación de los jóvenes forma parte de la mejora de la gobernanza.

Sin embargo, algunos Estados miembros señalan que los jóvenes sólo tienen una influencia limitada en las políticas y que, a veces, están más interesados en problemas generales y globales que en políticas locales en las que podrían influir más.

Para reducir la distancia que separa a los jóvenes de las responsabilidades políticas, hay que establecer o reforzar en primer lugar un diálogo continuo y estructurado entre los responsables políticos y los jóvenes.

Tal diálogo puede ser iniciado por los responsables políticos de los diversos niveles, aunque sólo sea con los representantes juveniles organizados y estructurados (consejos de jóvenes o parlamentos, en particular). Las administraciones pueden también impulsarlo a través de comités, grupos o comisiones de jóvenes en cada nivel de competencia.

Las organizaciones políticas deben desempeñar un papel en la organización de este diálogo y la consideración de las cuestiones relacionadas con la juventud.

Más allá del diálogo, la cuestión del acceso de los jóvenes a las responsabilidades y decisiones políticas se plantea con más fuerza si se tiene en cuenta que la tendencia a la reducción de la participación de los jóvenes no parece invertirse.

Esta cuestión es aún más esencial en el caso de los jóvenes desfavorecidos o marginados.

En conclusión, la dificultad de renovar las organizaciones tradicionales se está agudizando, sin que aparezcan, no obstante, nuevas estructuras participativas. Esto hace temer una posible crisis de la representación democrática, con los consiguientes riesgos para el sentido de ciudadanía, el aumento de comportamientos no cívicos o el refuerzo del individualismo.

En este contexto, deben identificarse mejor los obstáculos a la participación.

1.3.2. Acciones y estrategias a nivel nacional

Aunque todos reconocen y lamentan este fenómeno, la tendencia a la baja de la participación de los jóvenes en los mecanismos de la democracia representativa sólo es raramente objeto de un análisis basado en un seguimiento regular de los datos y, aún menos, de una estrategia nacional para contrarrestarla. La mayoría de los países sólo disponen de evaluaciones puntuales o enfoques parciales relacionados con la opinión de los jóvenes sobre una u otra cuestión.

No obstante, se están desarrollando diversas formas de diálogo entre los jóvenes y los responsables políticos, a veces formalizadas y, otras, más informales (mesas redondas, etc.)

Las consultas a los jóvenes son cada vez más frecuentes a todos los niveles y utilizan técnicas como entrevistas, cuestionarios y talleres de trabajo. En muchos casos se dirigen a grupos específicos.

Se invita a los jóvenes a participar en debates, grupos de dirección, comités, grupos de trabajo, conferencias, reuniones o sesiones de trabajo.

La mayoría de los países recurren cada vez más a soportes y fórmulas innovadoras: buzones de sugerencias, comités de barrio, graffitis, juegos de roles, cintas de vídeo, fotografías, jornadas de puertas abiertas, etc.

En algunos casos, se recurre a canales preestructurados, como el sistema educativo, o a trabajadores sociales para organizar un diálogo con grupos particulares de jóvenes.

Las acciones masivas a nivel nacional son de corta duración y están relacionadas a menudo con un acontecimiento concreto (campañas para atraer el voto antes de las elecciones, por ejemplo).

1.3.3. Expectativas de los Estados miembros a nivel europeo

El ámbito de la participación de los jóvenes en los sistemas institucionales afecta a los fundamentos de la democracia. Con respecto a las medidas adoptadas por los Estados miembros, estos esperan del nivel europeo que les ofrezca un marco para la reflexión y el intercambio de puntos de vista y, si es posible, la definición de principios y objetivos comunes válidos en toda Europa y aceptados por todos.

Por lo general, los Estados miembros consideran que es necesario reforzar las estructuras representativas existentes y asociarlas en la medida de lo posible a la toma de decisión. Esto es aplicable a las organizaciones representativas de los jóvenes que desempeñan un importante papel de representación de la sociedad civil.

En cuanto a la participación de los jóvenes en los sistemas institucionales a nivel europeo, algunos Estados miembros reconocen el papel desempeñado por el Foro Europeo de la Juventud, pero consideran que las organizaciones representativas de la base, así como los jóvenes no organizados, deben poder acceder más fácilmente a los asuntos europeos.

Para otros, el modelo de consulta utilizado en el marco del Libro Blanco «Un nuevo impulso para la juventud europea» puede ser un medio para asociar más adecuadamente a las organizaciones juveniles y a los jóvenes no organizados. La puesta en red para permitir el debate entre diferentes organizaciones se considera también un elemento necesario para crear una dinámica de participación.

Para desarrollar la representación de la juventud como componente de la sociedad civil, varios Estados miembros consideran que debería asociarse en mayor medida al Foro Europeo de la Juventud a los trabajos del Comité Económico y Social Europeo.

Respecto a la mejora de la participación de los jóvenes en la democracia representativa, algunos Estados miembros hacen hincapié en la importancia de promover acciones encaminadas a acercar a los jóvenes a las instituciones públicas, en particular a través de la organización de consultas periódicas y coordinadas con estas mismas instituciones.

1.3.4. Buenas prácticas

Entre las buenas prácticas mencionadas, un gran número tiene por objeto mejorar la participación de los jóvenes en las elecciones, ya que el número de votantes jóvenes es normalmente bajo. Se recurre mucho a campañas informativas y mediáticas, los sitios Internet y los debates públicos con los jóvenes. La mayoría de los Estados miembros intentan también aumentar el atractivo de la democracia representativa ofreciendo, paralelamente a las estructuras representativas oficiales, estructuras representativas de los jóvenes, por ejemplo, parlamentos de jóvenes a diferentes niveles, alcaldes juveniles, etc. Las fórmulas creativas, tales como los juegos de simulación, por ejemplo para mostrar cómo funcionan los parlamentos, son muy apropiadas para atraer a los jóvenes.

En algunos casos, los Estados miembros, las regiones y las autoridades locales han reducido la edad de participación de los jóvenes en las elecciones a 16 años para aumentar su interés por la res publica y consideran que esta experiencia ha sido positiva.

Para facilitar la participación de los jóvenes en las elecciones, algunas iniciativas se desarrollan en los lugares donde están habitualmente los jóvenes para informarles en su propio entorno, por ejemplo en la escuela, en lugar de convocarlos a manifestaciones concretas. Otros organizan grandes festivales para atraer a los jóvenes a través de un marco multicultural y la celebración de una variedad de actividades.

Los ejemplos siguientes ilustran algunas buenas prácticas mencionadas:

* El juego del hemiciclo: Se trata de un juego de simulación del funcionamiento de un parlamento, organizado por la Secretaría de Estado de la Juventud y el Deporte de Portugal. La Secretaría de Estado pone a disposición de las escuelas un manual con las reglas para establecer un hemiciclo nacional integrado por jóvenes. Esta simulación permite a los jóvenes familiarizarse con los procedimientos electorales y con las reglas de los procedimientos de toma de decisión. El Parlamento portugués (Assembleia da República) ha creado un proyecto denominado «escuela y asamblea», dirigido en particular a la enseñanza secundaria. Los jóvenes son elegidos en el medio escolar y, a continuación, se les invita al Parlamento, donde representan un debate parlamentario.

* Vote4Future, Austria: En las elecciones nacionales que se celebraron en noviembre de 2002, alrededor de un millón de jóvenes menores de 30 años estaban llamados a votar. Unos 250 000 jóvenes tenían por primera vez derecho de voto. Con tal motivo, el Consejo nacional de la juventud puso en marcha la campaña «Vote4Future» para animar a los jóvenes a participar en las elecciones. Una página de acogida específica, que constituía el núcleo de esta campaña, explicaba por qué es necesario votar y facilitaba información detallada sobre las propias elecciones. Dicha página de acogida daba a los jóvenes la posibilidad de obtener información sobre los programas de los partidos y de participar en debates virtuales con estos y en chats en directo con los candidatos. Esta campaña era independiente de los partidos políticos y estaba apoyada por la Presidencia del Consejo Nacional, algunos medios de comunicación y personalidades austriacas.

* Debates de jóvenes sobre las elecciones en los Países Bajos: el debate de los jóvenes sobre las elecciones, organizado por el Jeugdraad (consejo de jóvenes), es un buen medio para aumentar la participación de los jóvenes en las elecciones. Los propios jóvenes debaten con los líderes de los partidos. Además, este debate llega a otros jóvenes. Los medios de comunicación le dedican mucha atención. El jongeren-lagerhuisdebat [debate parlamentario de los jóvenes] es otra forma eficaz de debate. Las cadenas nacionales de televisión lo emiten cada semana. En este programa, los jóvenes debaten cuestiones políticas de actualidad, entre ellos y con personalidades, por ejemplo representantes del mundo político.

* El Parlamento de los jóvenes es un programa educativo organizado por el Parlamento griego una vez al año, en colaboración con el Ministerio de Educación de Grecia y el Ministerio de Educación y cultura chipriota. Se dirige a los jóvenes de 16 a 20 años de edad y tiene sobre todo por objeto conseguir que los jóvenes tengan una actitud positiva respecto al valor de la «participación en la vida pública», así como iniciarlos en los valores, las reglas y las prácticas de la democracia. 350 adolescentes de Grecia, Chipre y de la colonia griega en el extranjero son elegidos diputados del Parlamento de los jóvenes. Las actas de los debates parlamentarios se publican y envían a todos los diputados y ministros griegos, las autoridades locales, las escuelas, las autoridades eclesiásticas, la prensa y todas las partes interesadas. La televisión emite en directo la sesión plenaria del Parlamento de los jóvenes. Las comisiones parlamentarias competentes, los gobiernos de Grecia y Chipre, diversos agentes políticos, sociales y locales, etc., reciben un ejemplar del documento de síntesis final.

* Alcalde de los jóvenes [Young People's Mayor (YPM)] de Middlesbrough, Reino Unido: Cuando, en mayo de 2002, los adultos de Middlesbrough eligieron directamente a su alcalde, los jóvenes tuvieron también la posibilidad de elegir un YPM. Middlesbrough es la primera ciudad con un YPM electo El Consejo asigna al YPM una dotación de 30 000 libras esterlinas. Actúa como alcalde paralelo y vela por que las opiniones de los jóvenes se presenten a los órganos decisorios de la ciudad. El YPM debe también rendir cuentas al parlamento de los jóvenes de Middlesbrough, que está integrado por unos treinta representantes de las escuelas y de los grupos locales y que ha estado implicado en los cambios a nivel municipal. Dado que el alcalde de los adultos tiene otras responsabilidades y que el YPM tiene obligaciones escolares y sociales que se consideran prioritarias, se ha designado un funcionario para ayudar al YPM en el ejercicio de sus funciones.

1.4. Aprender a participar

Puntos fundamentales:

* La participación está sujeta a un proceso de aprendizaje relacionado con las trayectorias individuales.

* Tal aprendizaje debe tener lugar en el marco de la educación formal y, también, en el ámbito de la educación no formal o informal, que desempeña un papel fundamental en la adquisición de las competencias sociales necesarias para la participación activa de los jóvenes.

* Deben reforzarse las relaciones y los elementos complementarios de la educación formal y no formal.

* En cada uno de estos ámbitos educativos, es necesario conocer y validar mejor, así como intercambiar en mayor medida las experiencias y los proyectos de participación realizados por los jóvenes.

* En este proceso de aprendizaje, debe prestarse especial atención a los jóvenes con dificultades.

1.4.1. Análisis de la situación vista por los Estados miembros

La escuela es un lugar privilegiado para aprender a participar. La participación ciudadana debe formar parte de los programas de estudios. Pero la escuela debe ser también un lugar donde se ejerce la ciudadanía. Los alumnos pueden participar en las decisiones que afectan a la vida de los centros escolares. Esto les da ocasión de asumir responsabilidades y de coger confianza en sí mismos. Pueden aportar sus potencialidades y favorecer la puesta en práctica de enfoques innovadores.

Muchos países consideran que hay que conceder mayor importancia a la participación y la educación ciudadana. A tal efecto, es necesario formar profesores en la materia. Es preciso elaborar programas y desarrollar soportes específicos. También hay que promocionar la apertura de las escuelas a los barrios y el mundo exterior, algo completamente necesario para que cumplan su tarea de formación de los jóvenes en el ámbito de la ciudadanía. Hay que reforzar las relaciones y los puentes entre las escuelas (educación formal) y los lugares de la educación no formal. Al hacerlo, se tiene también en cuenta a los jóvenes no presentes en los circuitos de la educación formal.

El aprendizaje de la participación pone a disposición de los jóvenes enseñanzas que les resultan útiles a ellos y, a largo plazo, a toda la sociedad. Las aptitudes desarrolladas que más se mencionan son la capacidad para elaborar y defender ideas, para hablar en público, escuchar y negociar, y la capacidad de iniciativa y de aplicación de proyectos teniendo en cuenta las limitaciones y las dificultades.

1.4.2. Acciones y estrategias a nivel nacional

Aunque se reconoce que la participación es un elemento curricular importante, no siempre ocupa un lugar importante en los programas. Hay cursos de educación cívica, social y política, pero su importancia es desigual según el país donde se realizan y las edades a las que se dirigen.

La participación activa de los alumnos en la vida de los centros, aunque se considera útil, no siempre es efectiva. Muchos jóvenes no participan y a veces es difícil garantizar la participación de la mayoría.

Algunos países aplican medidas que tienen por objeto el acompañamiento pedagógico de los jóvenes que desean elaborar y realizar proyectos. El «aprendizaje con la práctica» o el aprendizaje de la participación en juegos o simulaciones son también enfoques que van cobrando importancia.

Estos tipos de medidas se realizan a menudo de manera paralela y los responsables de la enseñanza o el acompañamiento no disponen a menudo de estructuras y espacios de diálogo. Tanto en un caso como en otro se plantea también la cuestión del reconocimiento del aprendizaje.

Hay pocas estrategias de formación y sensibilización de los responsables políticos y las administraciones públicas sobre las cuestiones relativas a la participación.

1.4.3. Expectativas de los Estados miembros a nivel europeo

Los Estados miembros presentan propuestas para promover el aprendizaje de la participación por parte de los jóvenes. En la mayoría de los casos, las propuestas se refieren al fomento de la participación de los jóvenes en la vida social, económica y política, así como al refuerzo de la cultura y la educación en materia de participación y ciudadanía. Las medidas que se proponen para favorecer tal aprendizaje requieren la apertura de los sistemas de toma de decisión, una apertura que puede incluir desde la participación simulada en juegos de roles (organización de elecciones, de parlamentos de jóvenes, etc.) hasta formas de participación en el marco de procedimientos de toma de decisión (consulta o cogestión).

Estas medidas forman sobre todo parte del aprendizaje no formal, lo que lleva a los Estados miembros a solicitar su reconocimiento por los sistemas de educación formal para recompensar el interés de los jóvenes por las actividades de participación. Los Estados miembros esperan que el nivel europeo, además del intercambio de buenas prácticas, les ayude a crear las condiciones para que el aprendizaje no formal de la participación se conozca mejor y se valorice y reconozca en mayor medida.

Una de las preocupaciones habituales es también la de promover la participación de los jóvenes desfavorecidos. Como señalan varios Estados miembros, la trayectoria de los jóvenes en materia de participación arranca en la escuela y se orienta hacia el mundo asociativo, pudiendo, tal vez, desembocar en un compromiso político. Esta es la trayectoria de la franja más privilegiada de la juventud (por nivel educativo, etc.) y resulta más difícil de seguir para los jóvenes desfavorecidos.

1.4.4. Buenas prácticas

En este ámbito, las buenas prácticas se refieren a la educación formal y al aprendizaje no formal, así como a la formación de los jóvenes, los multiplicadores y los administradores.

En la educación formal, la inclusión de materias tales como la educación cívica o la educación social y política constituye un medio para formar a los jóvenes en el ámbito de la participación y en algunos Estados miembros tales materias forman parte del programa oficial de estudios.

En todos los Estados miembros, las escuelas siguen siendo el lugar en el que la propia participación desempeña el papel más importante para aprender a participar. Sin embargo, a veces se reduce a un tema teórico del programa de estudios en lugar de constituir una buena práctica de las actividades escolares cotidianas que los alumnos tienen la posibilidad de experimentar. En la mayoría de los países, las elecciones de representantes en los consejos escolares y universitarios ofrecen a los alumnos la posibilidad de aprender a participar «en la práctica».

En el sector no formal, una amplia gama de actividades ofrecen posibilidades para aprender y ejercer la participación. En algunos Estados miembros, los proyectos experimentales contribuyen de manera importante al aprendizaje de la participación y a la búsqueda de nuevas soluciones originales para mejorar las estrategias de participación.

Algunas iniciativas relacionadas con las actividades en favor de la juventud, que pueden definirse como ofertas de aprendizaje situadas a medio camino entre la educación formal y el aprendizaje no formal, tienen por objeto integrar a los jóvenes de medios desfavorecidos y diseñar estrategias de participación destinadas a las personas excluidas de la sociedad.

Por otra parte, no sólo se encuentran buenas prácticas en la educación de los jóvenes, sino a veces también en la formación de adultos, profesores, jóvenes trabajadores y animadores de juventud, en particular consejeros.

Los siguientes ejemplos dan una idea de la amplia gama de buenas prácticas que se han identificado:

* Dinamarca ha iniciado un proyecto experimental que consiste en una especie de «elecciones paralelas» para los jóvenes. En 1998, una cadena de televisión danesa organizó, en colaboración con el Ministerio de Educación y organizaciones políticas de jóvenes, elecciones parlamentarias para los niños y los adolescentes, en conexión con las «verdaderas» elecciones generales. El objetivo de este proyecto era ofrecer a los niños y los adolescentes la posibilidad de expresar sus puntos de vistas y hacerles comprender mejor cómo funciona el proceso democrático de una elección. Participaron alrededor del 40 % de las escuelas y votaron más de 120 000 niños y adolescentes. En vista de su gran éxito, el proyecto se repitió en las elecciones generales que se celebraron en noviembre de 2001.

* Suecia ha adquirido una experiencia valiosa con las elecciones en las escuelas, Las elecciones que se celebraron en las escuelas en 2002 fueron organizadas por el Servicio nacional de la juventud, la Agencia nacional de educación, la administración electoral y la Federación sueca de comités de estudiantes. El procedimiento de votación fue el mismo que el de las elecciones nacionales (voto a los partidos políticos existentes) y se celebraron debates políticos en muchas escuelas. El número de votantes ascendió a 250 000, siendo el índice de participación en las escuelas participantes del 90 %. Esta cifra representa un aumento importante con respecto a las elecciones que se celebraron en las escuelas en 1998. El Servicio nacional de la juventud recopiló los resultados electorales de las diversas escuelas y los presentó en forma de resultados locales, regionales y nacionales.

* Alemania tiene un programa de formación destinado a los consejeros que deseen adquirir cualificaciones en materia de participación de los niños y los adolescentes (en Renania-Palatinado). Entre 1999 y 2002, se formó en este campo a 53 consejeros, cuya tarea consiste en motivar, acompañar y apoyar a los jóvenes en los procesos de participación, organizar un diálogo con el mundo de los adultos y permitirles participar en los procesos de planificación y decisión. Los consejeros trabajan sobre todo en el sector de la juventud, en guarderías, centros juveniles, administraciones encargadas de la juventud, etc. La formación se refiere a los aspectos jurídicos y financieros de la participación, la financiación y la planificación de proyectos, los diversos métodos de presentación y comunicación, las relaciones públicas y métodos pedagógicos específicos. La formación comprende un periodo de prácticas en el entorno de trabajo de los participantes, donde realizan un proyecto propio en materia de participación en el ámbito de que se trate.

* Con el apoyo de los proyectos experimentales, el Servicio nacional de la juventud (Service National de la Jeunesse) de Luxemburgo promueve las actividades de aprendizaje no formal para favorecer la adquisición de aptitudes y competencias, la participación activa y la socialización de los jóvenes. Las asociaciones y organizaciones juveniles, las casas de juventud, los grupos juveniles y todos los jóvenes de 12 a 26 años de edad, individual o colectivamente, pueden beneficiarse de esta ayuda. Los proyectos se eligen sobre la base de elementos fundamentales, tales como sus objetivos, los grupos destinatarios, la competencia y la experiencia pertinentes y el programa de evaluación. El proyecto debe acreditar la originalidad de los enfoques y modelos que piensa aplicar en relación con los ámbitos señalados en las directrices del Ministerio de la Juventud: la participación de los jóvenes en la sociedad, la igualdad de oportunidades para todos los jóvenes y la promoción de valores fundamentales como la democracia, la solidaridad y la tolerancia.

* El Consejo de la Juventud de España realiza el programa «La educación para la participación». El programa tiene por objeto el desarrollo de instrumentos y estrategias que permitan trabajar con los jóvenes sobre los valores y las actitudes en materia de participación, con la idea de que la participación es una condición indispensable para el ejercicio de la plena ciudadanía. Se han previsto dos acciones: la elaboración de una Guía Didáctica de Educación para la participación y la realización de seminarios para formar a monitores sobre esta guía a fin de conseguir el efecto multiplicador deseado.

2. Información

2.1. Elementos de hecho

2.1.1. Consideraciones y datos básicos

Sólo un pequeño número de Estados miembros disponen de una estrategia de información para los jóvenes claramente identificable, aplicada a través de redes nacionales de información para los jóvenes, que garantice la coordinación entre el nivel nacional, regional y local. La mayoría de los Estados miembros y países candidatos no disponen, sin embargo, de una verdadera política de información juvenil dotada de recursos financieros, sistemática, coherente e integrada ni de una estrategia global de información para los jóvenes.

La mayoría de los países han puesto a punto instrumentos y herramientas (tales como el diálogo sobre la información para los jóvenes, sistemas de educación y asesoramiento, asociaciones juveniles, ONG especializadas, etc.) que impulsan la creación, a todos los niveles, de una política de información juvenil auténtica y bien coordinada. Se tiende normalmente a delegar al nivel local y regional la responsabilidad de elaborar y difundir información relativa a los jóvenes.

La gran mayoría de los Estados miembros y los países candidatos hacen hincapié en la necesidad de elaborar una política de información específica para los jóvenes. Sólo una minoría de países niega esta necesidad. Muchos de los países que disponen de una política de información específica en este ámbito relacionan esta política con el asesoramiento de los jóvenes. Casi todos los países opinan que la información para los jóvenes es al mismo tiempo parte integrante de la política general de información. Las dos políticas son complementarias, ya que la política de información general no excluye que se establezca una política de información específica para los jóvenes y viceversa.

La mayor parte de los países han definido los grupos destinatarios de las actividades de información para los jóvenes. Tales grupos se definen muy a menudo con arreglo a criterios de edad y están constituidos sobre todo por jóvenes de edades comprendidas entre los 12 y los 30 años. En una minoría de países, esta horquilla es más amplia y abarca a los niños menores de 12 años de edad.

Otro grupo destinatario, normalmente secundario es el de las personas que trabajan con los jóvenes, como padres, profesores, educadores, consejeros, bibliotecarios, trabajadores sociales, asistentes sociales y animadores de juventud. Este grupo tiene evidentemente necesidades de formación diferentes.

2.1.2. Bases jurídicas

En la gran mayoría de los Estados miembros y países candidatos no hay base jurídica para la información destinada a los jóvenes. En la mayoría de los países, la información para los jóvenes depende de diferentes actos jurídicos (tales como leyes, decretos y otros textos reglamentarios) y disposiciones administrativas sobre la organización y el funcionamiento de las autoridades que trabajan en el ámbito de la juventud. Muy a menudo, la información para los jóvenes está incluida en actos jurídicos del ámbito de la educación, los asuntos sociales, los medios de comunicación y las relaciones con las organizaciones no gubernamentales.

Por otra parte, muchos países señalan que la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas constituye el marco general vinculante de sus actividades. La Carta Europea de Información para los Jóvenes, que fue adoptada en 1993 por la Asamblea General de la Agencia Europea para la Información y el Asesoramiento de los Jóvenes (ERYICA) constituye otra referencia importante. Prácticamente todos los países se adhieren a los principios de la Carta ERYICA.

2.1.3. Análisis de la calidad de los datos

Los datos facilitados por los Estados miembros y los países candidatos en respuesta al cuestionario sobre la información relativa a los jóvenes son muy numerosos. Ofrecen una adecuada visión general de la situación de cada Estado miembro y país candidato en este ámbito. Permiten también identificar las tendencias comunes, en particular por lo que respecta a los desafíos y objetivos de la información para los jóvenes, su organización y los principales instrumentos utilizados.

No obstante, la situación se caracteriza también por un alto grado de divergencia, debido sobre todo a las diferencias en cuanto a la información básica (por ejemplo, los recursos financieros o la base jurídica), el papel de los agentes en el ámbito de la información juvenil, los canales de distribución y las expectativas respecto al nivel europeo. Con respecto a cuestiones específicas, como la financiación, los indicadores y las actividades a escala regional y local, muy a menudo no hay datos precisos o los datos facilitados no pueden compararse debido a las diferencias de las situaciones nacionales específicas. En consecuencia, muchas veces los datos deben interpretarse en el contexto nacional.

2.2. Acceso a la información

Puntos fundamentales:

* La información es un instrumento que ayuda a los jóvenes a preparar su futuro y contribuye a reforzar su ciudadanía activa.

* El desafío principal al que se enfrentan muchos países es la superación de las dificultades económicas y culturales y los obstáculos relacionados con el alejamiento geográfico para ofrecer a todos los jóvenes un acceso igual y no discriminatorio a los servicios de información y asesoramiento.

* Hay que mejorar la cooperación y la coordinación de los servicios de información y asesoramiento existentes a nivel nacional y europeo para establecer sinergias y evitar duplicaciones a fin de facilitar servicios coherentes, fácilmente accesibles y adaptados a las necesidades y al entorno de los jóvenes.

* Es necesario reforzar la utilización de Internet como canal fundamental de información para los jóvenes, en particular interconectando los sitios de información para los jóvenes existentes a escala nacional, regional y local con el nuevo portal europeo de la «juventud».

2.2.1. Análisis de la situación vista por los Estados miembros

Muchos Estados miembros y países candidatos consideran que sólo una estrategia de información específica puede responder a las necesidades específicas de los jóvenes en materia de orientación y planificación de la vida y a su deseo de construir ellos mismos su futuro. Los jóvenes necesitan información para comprender las posibilidades que se les ofrecen y decidir con conocimiento de causa.

Esto sólo es posible si la información está disponible para todos los jóvenes y estos pueden acceder a ella, independientemente del lugar donde estén, sus aptitudes y su situación socioeconómica. No obstante, el acceso general y no discriminatorio a la información para los jóvenes no está garantizado en todos los Estados miembros o países candidatos.

El acceso a la información plantea la cuestión de su financiación. Todos los países siguen el principio de gratuidad de los servicios de información y asesoramiento de los jóvenes.

Algunos Estados miembros han empezado a descentralizar la información destinada a los jóvenes para acercarla lo más posible a ellos. Se han creado redes de centros de información de la juventud, que les facilitan información a nivel regional y local y en zonas alejadas, a menudo zonas rurales. Su objetivo es permitir a los jóvenes acceder fácilmente a los servicios de información y asesoramiento, independientemente de su cualificación o situación social, o del lugar donde estén.

Una particularidad de los Estados miembros parece ser que el acceso a la información (ordenadores, Internet, periódicos, teléfono, etc.) es a menudo problemático para los jóvenes debido al bajo nivel de vida de algunas zonas.

La cuestión del acceso a la información se refiere también a cómo pueden ponerse a disposición de los jóvenes los medios y los conocimientos para acceder a la información, así como a la manera de utilizarla y beneficiarse de ella. De hecho, muchos Estados miembros hacen hincapié en que deben ofrecerse a los jóvenes las «competencias básicas» indispensables en la sociedad de la información. Los jóvenes deben comprender las diferentes dimensiones de los «nuevos medios de comunicación» y cómo utilizarlos (Internet, correo electrónico, etc.). Es necesario «reforzar las capacidades» de los jóvenes. Esto es fundamental porque la capacidad para utilizar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación favorece una mejor integración social y económica. Algunos países señalan que tales capacidades no incluyen solamente conocimientos puramente técnicos, sino también la educación en materia de medios de comunicación, sentido social, ética y conducta individual (sobre todo respecto a los juegos que muestran escenas violentas, páginas web racistas, la netiqueta, etc.).

De manera más general, la mayoría de los Estados miembros consideran que el acceso a la información y el asesoramiento ayuda a los jóvenes a desarrollar su sentido crítico, especialmente respecto al consumo, lo que hace que se sientan más autónomos y responsables de sí mismos. En este caso, el objetivo principal es promover, por medio de la información, la emancipación de todos los jóvenes, facilitar lo más posible su participación en la sociedad y contribuir, de este modo, a su desarrollo como ciudadanos responsables.

Algunos países ponen de relieve que el acceso a la información específica para los jóvenes es especialmente necesario para ayudar a estos a comprender las «cuestiones políticas», por ejemplo, el funcionamiento de los partidos políticos y las instituciones, la importancia de las elecciones, el proceso de toma de decisión, etc. A veces, se considera que los servicios generales de información son burocráticos e impersonales y que la información no se facilita siempre en un entorno atractivo para los jóvenes o en un lenguaje comprensible para ellos.

Además, muchos países piensan que el acceso a la información sobre la UE es inadecuado. Los jóvenes no entienden el proceso de toma de decisión a nivel europeo y las posibilidades que ofrece la integración europea. Es necesario, por tanto, informar mejor a los jóvenes sobre las nuevas posibilidades que se les ofrecen a nivel europeo. Para ello, la información sobre cuestiones europeas debe facilitarse en formatos fácilmente accesibles y presentarse de un modo fácil de utilizar y exento de jerga.

2.2.2. Desafíos y acciones a nivel nacional

Los Estados miembros y los países candidatos están de acuerdo en que hay que dar acceso a la información pertinente a todos los jóvenes. No obstante, muy a menudo los jóvenes con menor nivel educativo, de familias modestas, de origen cultural diferente o que viven en lugares apartados, tienen dificultades para acceder a la información pertinente. El principal desafío para muchos países es, por tanto, superar las desventajas socioeconómicas y los obstáculos debidos a la lejanía de los jóvenes para acceder a la información.

Otro desafío es el que plantean las evoluciones de la sociedad de la información. La cuestión del acceso a la información está relacionado con las competencias y las aptitudes de los jóvenes para utilizar los instrumentos modernos de información y comunicación. La capacidad de utilizar las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) es indispensable para tener acceso a la información transmitida cada vez más a menudo a través de soportes modernos. En consecuencia, casi todos los países piden que se forme a todos los jóvenes en TIC y que estos tengan acceso a Internet en los lugares donde viven, aprenden y se reúnen (en casa, en la escuela, en organizaciones juveniles, clubes, etc.). Sin embargo, los productos informativos tradicionales, como folletos, carteles u hojas volantes, y los canales tradicionales de distribución, como stands de información y bibliotecas públicas, siguen desempeñando un papel importante.

Otro desafío que los Estados miembros mencionan en este contexto es la necesidad de desarrollar las capacidades y las competencias de los jóvenes para enfrentarse a la información y utilizarla de manera crítica. La aptitud para utilizar las tecnologías de la información y la comunicación debe completarse con conocimientos más relacionados con saber cómo buscar y seleccionar la información pertinente (muy a menudo entre una masa de informaciones) y extraer conclusiones a partir de tal información.

Para responder a estos desafíos, algunos Estados miembros y países candidatos han establecido las medidas siguientes:

- facilitar el acceso a la información al mayor número posible de jóvenes, en particular a los desfavorecidos, ofreciendo servicios de información de libre acceso, de fácil comprensión para los jóvenes, no discriminatorios (en particular con respecto a las mujeres y a los jóvenes en general de otros contextos sociales y culturales), anónimos y gratuitos;

- establecer medidas adaptadas a determinados grupos destinatarios para mejorar el acceso a la información y sensibilizar a los jóvenes sobre la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación;

- ofrecer un fácil acceso a la información, en particular a los jóvenes desfavorecidos, con la ayuda de Internet, poniendo a disposición de los servicios de información de la juventud y las actividades de aprendizaje no formal equipos y programas informáticos, así como la conexión con Internet;

- desarrollar las aptitudes de los jóvenes para buscar, obtener, comprender y analizar la información y ser usuarios autónomos, críticos y objetivos de ella;

- facilitar el acceso de todos los jóvenes a la información en su entorno inmediato, en particular creando redes y canales de distribución específicos de información para los jóvenes adaptados a la situación local y regional y a las especificidades de los grupos destinatarios de que se trate;

- reforzar la cooperación, la coordinación y la coherencia entre los agentes públicos y privados que trabajan en el ámbito de la información para los jóvenes (administraciones encargadas de la juventud, los municipios, las asociaciones, las guarderías, los centros de educación infantil, las escuelas, las bibliotecas, los clubs deportivos, etc.) a distintos niveles para establecer sinergias y evitar la información redundante;

- reforzar la coordinación y la cooperación entre la política general de información y la política de información específica para los jóvenes.

2.2.3. Expectativas con respecto al nivel europeo

Hasta ahora, los servicios de información de la juventud de los Estados miembros y los países candidatos no están muy interconectados. Por ello, muchos Estados miembros y países candidatos desean mejorar la cooperación y la coordinación entre sus respectivos servicios de información para los jóvenes. Una de las ideas más importantes es establecer una estructura común de servicios de información juvenil que permita a los jóvenes acceder fácilmente a la información pertinente en cualquier Estado miembro o país candidato. Para ofrecer tales servicios, es preciso establecer normas comunes en materia de información para los jóvenes.

Con respecto al nivel europeo, un gran número de Estados miembros y países candidatos desean prestar mayor apoyo a las redes existentes, tales como la Agencia Europea para la Información y el Asesoramiento de los Jóvenes (ERYICA), la red EURODESK y la Asociación Europea de Carné Joven. Estas redes deben intensificar su cooperación y establecer sinergias en la medida de lo posible. Por otra parte, muchos países hacen hincapié en la necesidad de reforzar la cooperación entre las redes europeas y las redes nacionales existentes de información para los jóvenes.

En este contexto, casi todos los Estados miembros y países candidatos apoyan la idea de crear un portal europeo de la juventud. Esperan que este instrumento facilite el trabajo de información y asesoramiento de los jóvenes no sólo a nivel europeo, sino también nacional, regional y local. Este portal favorecerá el acceso de los jóvenes a la sociedad de la información. A través de él, los jóvenes conocerán el trabajo de la UE y las posibilidades que les ofrece (lenguas, financiación, viajes, puestos de trabajo, etc.). Además, constituirá un plataforma común de información y asesoramiento (en particular en el ámbito de la movilidad, las actividades de ocio, la formación, la educación y el empleo) para los diferentes servicios nacionales de información para los jóvenes y estará enlazado con las redes de información europeas, nacionales, regionales y locales. El portal europeo de la juventud podría convertirse en un catalizador para la creación de una red de portales nacionales y europeos de la juventud y reforzar la cooperación entre los servicios de información para la juventud. Muchos Estados miembros señalan que para que una iniciativa de esta índole tenga éxito debe estar bien coordinada y financiada.

Buena parte de los Estados miembros hacen notar que la información y los conocimientos de los jóvenes sobre la Unión Europea son insuficientes. En particular, es escasa la información sobre el Parlamento Europeo y los procedimientos de elección de sus miembros que se ofrece a los jóvenes que votan por primera vez. Por consiguiente, hay que mejorar la información sobre la UE y acercarla más a los jóvenes.

La información facilitada debe ser fácilmente comprensible, estar actualizada, ser gratuita y accesible sin restricciones. Algunos países consideran que la información debe ofrecerse, dentro de lo posible, en la lengua materna. Algunos de los países candidatos proponen que la UE proporcione información sobre las implicaciones de la ampliación para la vida de los jóvenes.

Casi todos los países esperan que el programa JUVENTUD y la futura generación de programas en el ámbito de la educación y la juventud siga apoyando proyectos en materia de información para los jóvenes. Un gran número de países considera que el programa JUVENTUD debe contribuir a la puesta en red de los servicios de información para los jóvenes a nivel europeo y nacional. Algunos países hacen hincapié en la necesidad de apoyar, por medio del programa JUVENTUD, medidas de información específicas destinadas a los jóvenes con dificultades para acceder a la información por razones geográficas, financieras, culturales y sociales.

2.2.4. Buenas prácticas

La mayoría de las buenas prácticas propuestas por los Estados miembros y los países candidatos se refieren al acceso a la información y al asesoramiento.

Las prácticas descritas se refieren fundamentalmente al acceso de los jóvenes a la información y el asesoramiento. El acceso a la información de los profesores, los trabajadores del área de la información juvenil y otras personas que trabajan en el ámbito de la juventud ocupa un lugar menos importante.

Los ejemplos mencionados se limitan en pocos casos al acceso a la información. La mayoría combina varios objetivos, tales como el acceso a la información y al asesoramiento y la mejora de la calidad de la información para los jóvenes, la formación del personal, la participación de los jóvenes en el trabajo de información, la educación en materia de medios de comunicación, la puesta en red y la cooperación entre varios socios, la utilización de las nuevas tecnologías, la lucha contra el desempleo, etc.

Se observa la tendencia general a utilizar en mayor medida las nuevas tecnologías, por ejemplo los ordenadores, Internet, las presentaciones multimedia, los SMS, las consultas en línea, etc. para la difusión de información y consejos. Sin embargo, los medios tradicionales de difusión de la información, tales como los carteles, los folletos, los seminarios, el asesoramiento personalizado, etc., siguen desempeñando un papel importante.

El modelo de información para los jóvenes con mayores posibilidades en el futuro consiste en una combinación de los métodos de información y comunicación tradicionales y modernos.

Los ejemplos siguientes ilustran algunas buenas prácticas mencionadas:

* En Alemania, varios socios privados y públicos a nivel nacional (Bund) y regional (Länder) han creado el denominado «Jugendserver» (servidor para los jóvenes), que es una plataforma Internet de información, comunicación y cooperación que abarca una amplia gama de temas y servicios. Puede considerarse una buena práctica porque está relacionado y bien coordinado con servicios semejantes a escala regional y local. El «Jugendserver» contribuye a establecer una estructura de información para los jóvenes fácil de utilizar y refuerza la cooperación entre las diferentes fuentes de información para la juventud. Puede enlazarse fácilmente con el futuro portal europeo de la juventud.

* La comunidad flamenca de Bélgica ha creado la red JIP (Jongeren Informatie Punten o centros de información para los jóvenes), que incluye a unos 95 centros de información para los jóvenes de Flandes y Bruselas. Los jóvenes pueden hacer todo tipo de preguntas a los JIP, que los orienta en su búsqueda de información. El proyecto JIP es un buen ejemplo de cooperación entre servicios y socios complementarios: las actividades en favor de los jóvenes y las organizaciones de asistencia a niños y adolescentes. La etiqueta JIP es también una marca de calidad que es supervisada y controlada por medio de formaciones, consultas y recursos informativos: guías de información para los jóvenes (bases de datos informáticas), catálogos de folletos (folletos seleccionados), distribución de folletos y materiales de promoción.

* Los centres d'information jeunesse (centros de información para los jóvenes) de Francia se adaptan desde hace varios años a las dificultades y la realidad locales para facilitar información de proximidad. Se han establecido en el medio rural «autobuses de información» que van por los pueblos para poner la información a disposición de a los jóvenes que no pueden desplazarse a los centros tradicionales de información de las ciudades. Asimismo, en los barrios sensibles se han creado centros de información juvenil para llegar a los jóvenes con dificultades en su lugar de vida.

* Las unidades de información para jóvenes marginados constituyen un proyecto piloto que se desarrolla en Palma de Mallorca (España). Puede considerarse una buena práctica porque intenta transmitir información a los jóvenes que se encuentran en situaciones de exclusión social y que no pueden acceder por sí mismos a los servicios de información para la juventud. Tales «unidades de información» se han creado por tanto en asociaciones y organismos que trabajan con los jóvenes marginados, los inmigrantes, las personas con discapacidad, etc. Los propios jóvenes se ocupan de estas unidades con la ayuda de educadores.

* Las Oficinas de orientación profesional son un nuevo tipo de institución en las universidades de Grecia y constituyen un buen ejemplo de servicio de información de calidad dirigido a los estudiantes y los jóvenes titulados. Su principal objetivo es vincular los centros de enseñanza superior con la sociedad. En la Universidad Aristóteles de Tesalónica, las Oficinas de orientación profesional ayudan a los estudiantes y los titulados a abordar sin problemas su futuro profesional y a encontrar un empleo acorde con sus cualificaciones. Ofrecen a los estudiantes información sobre temas relacionados con su carrera y sobre otras cuestiones de interés para todos los jóvenes (educativas, culturales, sociales, etc.). El funcionamiento de las Oficinas de orientación profesional se rige por un código ético específico que garantiza la plena transparencia de sus actividades y la participación de los sindicatos de estudiantes oficiales. Este código debe ser aprobado por todas las autoridades universitarias. El Comité de ética, que es designado cada año por la Junta de gobierno, vela por su buena aplicación.

* Los «Cibercentros» de Portugal son centros de información puestos en red que cubren las ciudades de mediano tamaño donde hay centros universitarios. Están abiertos a los estudiantes y a toda la población y están dotados de estudios audiovisuales, una sala de informática y producción de multimedia, una biblioteca digital, etc. Hay un sistema de «becas» para jóvenes que deseen trabajar en tales centros de información. Esto favorece la buena relación entre los usuarios y el personal de estos centros. Además, los becarios pueden también producir información e instrumentos informativos, que difunden los centros, y responder, de este modo, a las expectativas de los jóvenes.

2.3. Calidad de la información

Puntos fundamentales:

* Una información de calidad es una información específica bien presentada y adaptada al entorno de los jóvenes, a su lenguaje y su comportamiento, que utilice diversos formatos y no requiera conocimientos previos.

* Muchos países se enfrentan al desafío de mejorar los servicios de información y asesoramiento para los jóvenes, sobre todo por lo que se refiere al establecimiento de circuitos de difusión eficaces, la formación de las personas que trabajan en el ámbito de la información para los jóvenes, la utilización eficaz de los instrumentos modernos de información y comunicación, la introducción de una dimensión europea en la información para los jóvenes y el aumento del interés de estos por la información sobre la democracia representativa.

* La introducción de un código normativo en el ámbito de los servicios de información y asesoramiento de los jóvenes permitirá establecer criterios de calidad y mecanismos de control de la calidad y contribuirá a la elaboración de normas y etiquetas de calidad en el ámbito de la información para los jóvenes.

* Debe mejorarse la educación y la formación de las personas que trabajan en el ámbito de la información y el asesoramiento de los jóvenes, en particular por lo que respecta a la utilización de las tecnologías modernas de información y comunicación, los conocimientos lingüísticos y el refuerzo de la dimensión europea de la información para los jóvenes.

2.3.1. Análisis de la situación vista por los Estados miembros

A menudo, los jóvenes se pierden en el flujo general de información. La información específica que se les ofrece no es atractiva, no responde a sus preguntas o es simplemente demasiado abundante. En consecuencia, casi todos los Estados miembros y países candidatos insisten en que la información específica para los jóvenes debe ser de calidad. Con ello se entiende una información específica, bien concebida y presentada (calurosa y simpática), adaptada a las características generales de los jóvenes, a su lenguaje y comportamiento, y que tenga en cuenta su preferencia por los entornos informales. Una información de calidad es fiable, fácilmente comprensible, especialmente para los jóvenes desfavorecidos, y no requiere conocimientos previos.

Los jóvenes no constituyen una categoría homogénea, sino un grupo muy diverso. Por consiguiente, la información que se pone a su disposición debe configurarse también diferentemente según la edad, el género, el origen étnico, la cultura, la religión, la situación geográfica, la orientación sexual, etc. En este contexto, un servicio de información de calidad debe utilizar formatos diversos, desde los tradicionales folletos, desplegables, carteles, etc., hasta las modernas tecnologías de información y comunicación.

Puede que la información para los jóvenes adaptada a un supuesto «grupo medio de jóvenes» no cumpla en gran parte su objetivo porque tal grupo no existe prácticamente. En particular, los jóvenes de medios desfavorecidos necesitan información específica. La puesta a disposición de los jóvenes desfavorecidos de una información y un asesoramiento adaptados es más importante que para otros jóvenes más privilegiados. Un servicio de información de calidad debe tomar en consideración las diversas necesidades y el nivel de conocimientos del grupo destinatario. Esto implica que hay que decidir cuál es el medio de comunicación más apropiado para transmitir el mensaje y utilizar el canal de información más adecuado para llegar del modo más eficaz al grupo destinatario en cuestión.

Muchos Estados miembros y países candidatos están de acuerdo en que la información juvenil no sólo debe dirigirse directamente a los jóvenes, sino también a los que trabajan con ellos (profesores, bibliotecarios, trabajadores de calle, otros jóvenes, etc.). Estos últimos constituyen un grupo destinatario importante porque son puntos de contacto fiables, ayudan a los jóvenes a conseguir información y les aconsejan. Las personas que trabajan con los jóvenes tienen necesidades específicas, sobre todo en relación con las fuentes de información para los jóvenes, los instrumentos pedagógicos y la comunicación con los jóvenes.

2.3.2. Desafíos y acciones a nivel nacional

El mayor desafío que se les plantea a todos los países no es tanto el contenido de la información como la forma en que se facilita y difunde la información relativa a los jóvenes. La calidad de los servicios de información para los jóvenes depende de la profesionalización de tales servicios. Para ello es preciso coordinar a todos los niveles de los servicios de educación, información y asesoramiento que ofrecen las administraciones en materia de juventud, los municipios, las escuelas, las ONG, los medios de comunicación y las familias. Unos pocos países tienen el problema de que las escuelas son más o menos el único medio para ponerse en contacto con los jóvenes y facilitarles información. Se corre por tanto el riesgo de imponer una sobrecarga excesiva a las escuelas y los profesores en materia de información.

Otro desafío importante es la necesidad de formar a las personas que trabajan en el ámbito de la información para los jóvenes. Debe enseñárseles el modo de llamar la atención de los jóvenes hacia la información y de ayudar a estos a interpretar, aprovechar y aplicar dicha información. También hay que formarlos en el ámbito de la orientación y el asesoramiento de los jóvenes. Hay una tendencia a combinar los servicios de información con contactos personales y consejos personalizados, sirviéndose de las tecnologías modernas de información y comunicación. Por otra parte, existe la necesidad de adaptar constantemente la información relativa a los jóvenes a las exigencias de las sociedades modernas centradas en la información y las ciencias, a los nuevos comportamientos, estilos de vida y a los modos de comunicación de los jóvenes (teléfono móvil, Internet, etc.). Hasta ahora, sólo una minoría de países puede ofrecer a los jóvenes servicios de tal calidad.

Casi todos los Estados miembros y países candidatos reconocen que los jóvenes deben poder acceder a una información de calidad, presentada con una perspectiva europea, en ámbitos fundamentales, como la educación, la formación y el empleo, para poder responder a las rápidas evoluciones en estos ámbitos. Es necesario disponer de servicios de información y asesoramiento atrayentes en ámbitos sensibles, como la salud, la sexualidad, el alcohol, las drogas y la seguridad vial. Todos los países consideran muy importante el aprendizaje de la democracia y la tolerancia. Un desafío esencial de la información para los jóvenes es el aumento del interés de los jóvenes por la información política y su mayor acercamiento a la participación política, incluida la participación en las elecciones.

Es necesario establecer un proceso de aprendizaje que tenga en cuenta la situación sociocultural de los jóvenes, en particular de los jóvenes desfavorecidos. Para facilitar información de calidad en este contexto, es necesario que los productos y servicios ofrecidos establezcan una relación entre la información política y el entorno vital y el modo de pensar de los jóvenes.

La mayoría de los Estados miembros y países candidatos están de acuerdo con que cuanto más específica sea la descripción del grupo destinatario, mayores serán las posibilidades de difundir la información y de que esta responda a las necesidades del grupo destinatario de que se trate. Los grupos destinatarios se describen normalmente con arreglo a la edad o la categoría específica (drogadictos, inmigrantes, jóvenes de zonas rurales, mujeres jóvenes, etc.). Muchos países centran la información en los jóvenes desfavorecidos. El desafío que se les plantea a un buen número de Estados miembros y países candidatos es la realización de investigaciones más detalladas sobre cuáles son las exigencias y las necesidades de los jóvenes, en particular de los jóvenes desfavorecidos, y la opiniones, el comportamiento y la necesidades de grupos específicos en materia de información.

Para responder a estos desafío, algunos Estados miembros y países candidatos han establecido las medidas siguientes:

- ofrecer información sobre una amplia gama de temas, como la educación, la formación, el empleo, la salud, la sexualidad, las drogas, los asuntos sociales, la vivienda, el medio ambiente, los derechos legales, la democracia, la lucha contra el racismo, el deporte, las actividades de ocio, el turismo y Europa;

- adaptar el contenido de la información al contexto societal y local en el que viven los jóvenes;

- facilitar información práctica, exacta, actual, neutral y útil, que no sea condescendiente y que los jóvenes puedan comprender, sirviéndose de instrumentos atrayentes (SMS, Internet, televisión, radio, publicidad, etc.);

- mejorar la situación financiera de los agentes que producen y difunden información de calidad;

- aumentar la cooperación entre las fuentes «tradicionales» de información para los jóvenes y los «nuevos» medios de comunicación (cine, televisión, radio, publicidad);

- mejorar la oferta de los servicios de información actualizada y asesoramiento de los jóvenes, sobre todo durante la transición de la escuela a la vida laboral, en ámbitos fundamentales, como la educación, la formación y el empleo;

- ofrecer servicios de información y asesoramiento de los jóvenes de gran calidad para prevenir los riesgos en ámbitos sensibles, como el control de la natalidad, la sexualidad, la salud, el alcohol, las drogas, la seguridad vial, etc.;

- ofrecer información y asesoramiento más allá del contexto nacional;

- formar a las personas responsables de la información y el asesoramiento de los jóvenes y otros multiplicadores a fin de ofrecer servicios de gran calidad;

- establecer códigos deontológicos para periodistas y otras fuentes de información para jóvenes a fin de garantizar el respeto de las normas éticas relativas a la información;

- elaborar normas uniformes, procedimientos de evaluación y mecanismos independientes de control de la calidad homogéneos en el ámbito de la información y el asesoramiento de los jóvenes.

2.3.3. Expectativas con respecto al nivel europeo

Prácticamente todos los Estados miembros señalan que los profesionales que trabajan en el ámbito de la información y el asesoramiento de los jóvenes deberían intercambiar regularmente experiencias, innovaciones, normas y buenas prácticas. Esto contribuiría al desarrollo de políticas nacionales de calidad en el ámbito de la juventud. El intercambio de experiencias y buenas prácticas debe realizarse de manera estructurada, sistemática y pragmática. Los responsables de las políticas y las personas que trabajan en el ámbito de la información y el asesoramiento de los jóvenes deben conocer las experiencias de los demás para beneficiarse de ellas. El intercambio debe centrarse en unas pocas prioridades esenciales establecidas de común acuerdo. Los países candidatos pueden participar en este intercambio de experiencias buenas prácticas, que se evaluará de manera continua para realizar los ajustes necesarios.

Las cuestiones más importantes que los Estados miembros desean discutir a nivel europeo son la utilización de las nuevas tecnologías, la formación del personal que trabaja en el ámbito de la formación para los jóvenes, el refuerzo de la dimensión europea de la información juvenil, la realización de campañas informativas comunes dirigidas a los jóvenes y el establecimiento de normas, mecanismos de control de la calidad e instrumentos de evaluación (en particular indicadores) en el ámbito de la información y el asesoramiento de los jóvenes.

Unos pocos Estados miembros van más lejos y proponen incluso que se elabore un código de conducta en este ámbito que deberían aplicar todas las estructuras de la Unión Europea que trabajan en el campo de la información de los jóvenes. Dicho código establecería criterios de calidad y sistemas de aseguramiento de la calidad comunes y permitiría crear un sistema de certificación normalizado a nivel europeo. Tal código podría llegar a ser también un «instrumento motivador» para los demás socios implicados en la información relativa a los jóvenes, tales como las autoridades locales y regionales, las escuelas, los medios de comunicación y las empresas.

Otros aspectos más específicos que interesan a muchos países son la relación entre la información y el asesoramiento para enseñar a los jóvenes a convertirse en usuarios de la información independientes y responsables.

Otra idea es que a nivel europeo se ponga a disposición información actualizada en distintas lenguas sobre algunas cuestiones europeas, ya que las mismas cuestiones se plantean repetidamente a nivel nacional.

Casi todos los Estados miembros esperan que la cooperación a nivel europeo mejore la formación de los responsables de la información para los jóvenes a escala nacional, regional y local con respecto a la «dimensión europea» de la información. Algunos países tienen expectativas más precisas en cuanto al desarrollo del perfil profesional de las «personas que trabajan en el ámbito de la información para los jóvenes», el establecimiento de un sitio Internet para el intercambio de experiencias y buenas prácticas entre ellas, la creación de oportunidades de estudio y formación a nivel europeo para los profesionales de ese ámbito, en particular en el campo de las lenguas, la utilización de las nuevas tecnologías, el intercambio de buenas prácticas y la investigación.

2.3.4. Buenas prácticas

Entre las buenas prácticas que proponen los Estados miembros y los países candidatos, bastantes están relacionadas con la calidad de la información para los jóvenes. La mayoría afecta a la formación de las personas que trabajan en el ámbito de la información para los jóvenes o las personas que están a menudo en contacto con ellos, tales como los profesores, los padres, otros jóvenes, animadores de juventud, etc.

Se mencionan unas pocas buenas prácticas relativas al autoaprendizaje de los jóvenes sobre la forma de tratar la información y manejar las tecnologías de la información y la comunicación.

Otro centro de atención es la creación y difusión de servicios «tradicionales» de información de calidad, como campañas, folletos, guías, kits de información, autobuses informativos, seminarios, etc.). Estos servicios se combinan a menudo con otros medios más «modernos» de presentación y difusión de la información, como Internet, CD-ROM, bases de datos, televisión, videoclips, etc.

Muchas buenas prácticas están también relacionadas con la mejora de la puesta en red de las distintas fuentes de información (para los jóvenes), la coordinación entre los agentes responsables de los distintos niveles, el establecimiento de normas y directrices y la creación de servicios de información comunes.

Sólo un pequeño número de buenas prácticas abordan la relación entre la información y el asesoramiento, sobre todo la manera de mejorar esta relación utilizando eficazmente las tecnologías modernas de la información y la comunicación.

Los ejemplos siguientes ilustran algunas buenas prácticas mencionadas:

* En Irlanda, se ha establecido un código de normas para los centros de información para los jóvenes, junto con un sistema de control de la calidad. Es un buen ejemplo de cómo puede profesionalizarse el trabajo de la información para los jóvenes mediante la introducción de normas de calidad.

* En Luxemburgo, los responsables han creado una guía para los jóvenes a fin de ofrecerles puntos de referencia y pistas precisas en materia de información y facilitarles el acceso a la misma. La guía es gratuita y se dirige tanto a los jóvenes como a los responsables y ofrece información sobre muchos ámbitos: programas europeos para la juventud, lugares de trabajo, empleo en el extranjero, ofertas de trabajo, posibilidades de estudio, salud, etc.

* El grupo de trabajo de los servicios de Austria de información para los jóvenes (ARGE österreichische Jugendinfos) decidió en 2001 crear su propia formación en materia de información para los jóvenes. Esta formación es un buen ejemplo de cómo puede mejorarse la preparación de las personas que trabajan en el ámbito de la información para los jóvenes. La formación está compuesta por seis módulos de tres días de duración cada uno que deben realizarse en un año. Los participantes que han seguido toda la formación reciben un certificado. La formación ha contribuido no solamente a mejorar las competencias de las personas que trabajan en el ámbito de la información para los jóvenes, sino también a la puesta en red de personas y organizaciones que trabajan en este ámbito.

* La Comunidad francófona de Bélgica lleva a cabo, en el ámbito juvenil, entrevistas individuales de información y asesoramiento. En tales entrevistas, se facilitan datos a los jóvenes, que, además de su carácter informativo, tienen por objeto orientarles con vistas a la realización de un proyecto de desarrollo personal. Además, hay sesiones colectivas que combinan la transmisión de información y las orientaciones sobre ella.

* El proyecto «Circumlavorando», que realiza el Ministerio de Trabajo y Política social de Italia es un buen ejemplo de cómo pueden emplearse los nuevos medios de comunicación para llegar al mayor número posible de jóvenes en asuntos que les conciernen. El proyecto tiene por objeto difundir de manera informal información en CD-ROM sobre cómo acceder al mercado de trabajo.

* En 1991, el Gobierno de Suecia encargó al Centro sueco para los intercambios de jóvenes (Swedish Centre for International Youth Exchange, CIU) que reuniera datos para diseñar y poner a punto una base de datos electrónica con información sobre los estudios, los viajes, el trabajo y la vida en el extranjero. Este proyecto muestra cómo puede relacionarse la necesidad de información de calidad con la utilización de las nuevas tecnologías. Esta base de datos se terminó en 1994 y se publicó en CD-ROM con el nombre «Orbis». Actualmente, esta base de datos (muy mejorada y actualizada) puede consultarse en Internet y constituye un modelo de funcionalidad. La base de datos se desarrolla y su calidad se asegura a través del contacto directo con los jóvenes.

2.4. Participación de los jóvenes en la elaboración y la difusión de la información

Puntos fundamentales:

* Los servicios de información y asesoramiento de los jóvenes deben estar destinados a los jóvenes y ser ofrecidos por los jóvenes.

* Muchos países se enfrentan al desafío de implicar a los jóvenes de modo adecuado en la elaboración y la difusión de la información juvenil, en particular cuando se utilizan tecnologías modernas de información y comunicación.

* Lar organizaciones juveniles europeas, nacionales, regionales y locales deben participar en la elaboración y la aplicación de las estrategias de información para los jóvenes.

* Los propios jóvenes deberían participar en la elaboración y la difusión de productos de información para los jóvenes comprensibles y fáciles de manejar y asesorar a otros jóvenes, en particular a los desfavorecidos o con dificultades para acceder a los servicios de información y asesoramiento por razones sociales o culturales.

2.4.1. Análisis de la situación vista por los Estados miembros

Los Estados miembros y los países candidatos consideran generalmente que la información para los jóvenes sólo es eficaz si va dirigida a los jóvenes y es facilitada por jóvenes. Esto significa que los propios jóvenes deben participar en la preparación, elaboración y aplicación de la política en materia de información a la juventud. No se trata solamente de definir la política de juventud, sino también de saber qué tipo de información debe transmitirse, qué «tipo de lenguaje» hay que utilizar y cuál es la presentación más adecuada. Otros ámbitos en los que los jóvenes deben estar implicados son la difusión de información y el asesoramiento a otros jóvenes sobre temas específicos.

En general, los jóvenes participan poco en la formulación y la aplicación de las políticas nacionales en materia de información a la juventud. En algunos países, tal participación se plasma en la consulta a organizaciones juveniles, parlamentos de jóvenes y grupos de trabajo específicos integrados por jóvenes en el seno de las administraciones nacionales de juventud. La mayoría de las organizaciones e iniciativas juveniles a nivel regional y local, así como los jóvenes no afiliados formalmente a una organización están en gran medida excluidos de las políticas en materia de información a la juventud y no influyen en su elaboración y aplicación.

La manera más corriente mencionada de asociar a los jóvenes en la elaboración de contenidos informativos es pedir su opinión. En los Estados miembros y los países candidatos existen sobre todo dos formas de recoger tal opinión, según las necesidades: bien directamente, a través de consultas, debates, conversaciones individuales y encuestas, bien indirectamente, a través de centros de juventud, organizaciones juveniles, bibliotecarios y animadores de juventud. Los instrumentos modernos de comunicación, como Internet, las encuestas telefónicas y las películas de vídeo, desempeñan un papel cada vez más importante. Algunos países han establecido «colaboradores de la juventud», que aseguran el contacto entre los jóvenes y los poderes públicos, sobre todo en el ámbito de la formación en materia de información y la transmisión de información. Otros países han creado grupos mixtos compuestos por padres, estudiantes y alumnos, cuya tarea es elaborar propuestas o estrategias particulares. En un pequeño número de países, los jóvenes tienen la posibilidad de producir sus propias publicaciones, CD-ROM, páginas Internet o programas de radio, o forman parte del personal de los centros locales de información para los jóvenes.

Estas excepciones confirman, no obstante, la regla general: los jóvenes no son parte integrante del proceso de preparación y aplicación de la información y el asesoramiento de los jóvenes por parte de los poderes públicos. Su participación no es sistemática, sino que tiene carácter puntual en la mayoría de los países. Ningún país cuenta con una ley que haga obligatoria la participación de los jóvenes en la preparación, elaboración y difusión de la información para la juventud.

2.4.2. Desafíos y acciones a nivel nacional

Casi todos los Estados miembros y países candidatos reconocen que los jóvenes deben estar en el origen de la elaboración y la difusión de la información. Sin embargo, todos los países deben encontrar el modo de plasmar esta idea en la práctica. Como se indicó anteriormente, los jóvenes no son un conjunto homogéneo. Tanto los jóvenes como los profesionales de la información relativa a los jóvenes tienen necesidades, intereses y aptitudes diferentes en materia de participación. No debe privilegiarse ni dejarse de lado a determinados grupos de jóvenes o fuentes de información. Todos los países se oponen a que la participación de los jóvenes en la información sea meramente simbólica o reservada a una élite, excluyendo a los jóvenes que tienen menos posibilidades de participar por razones económicas, sociales, culturales o geográficas.

La participación de los propios jóvenes en la información para la juventud debe contribuir a ofrecer productos y servicios de calidad. La información y el asesoramiento de los jóvenes deben tener una función pedagógica y, en algunos ámbitos, como el SIDA, la planificación familiar, la drogadicción, la ayuda psicológica, etc., sólo puede ser facilitada por personal cualificado. La información para los jóvenes debe convertirse en un servicio de calidad, libre de intereses ideológicos, partidistas o comerciales.

Algunos países candidatos encuentran el problema de que, a menudo, los jóvenes no tienen interés en hacerse con la información necesaria. Esto afecta especialmente a la información con fines de prevención en una amplia gama de cuestiones, tales como el apoyo psicológico, las drogas, la violencia, la criminalidad, el SIDA o la planificación familiar. Otros ámbitos que despiertan poco interés son la ciudadanía activa, la participación en las comunidades locales, la legislación, los derechos de los jóvenes, los intercambios internacionales, los periodos de práctica, la política pública, la UE y la OTAN. En consecuencia, algunos países han elaborado una estrategia encaminada a reforzar la participación activa de los jóvenes en el proceso de información y a aumentar su implicación en la producción y difusión de información.

Para responder a estos desafíos, algunos Estados miembros y países candidatos han establecido las medidas siguientes:

- sensibilizar a los jóvenes de cualquier medio para que participen en la elaboración y la difusión de información relativa a los jóvenes, a todos los niveles;

- invitar a los jóvenes a participar activamente en la información para la juventud, en particular ofreciéndoles mayores y mejores posibilidades de hacerlo y mejorando el aprendizaje sobre la forma de tratar la información y los medios de comunicación;

- generalizar el uso de los servicios de información y difusión interactivos y participativos, en particular a través de Internet y otros nuevos medios de comunicación;

- asociar el uso de los instrumentos modernos de información y comunicación al establecimiento de nuevos mecanismos participativos para los jóvenes en el ámbito de la política y la elaboración de las políticas;

- ofrecer más y mejores programas de formación de formadores en el ámbito de la información para los jóvenes;

- reorganizar y modernizar los centros de información para los jóvenes, en particular implicando a los jóvenes;

- profundizar el análisis de los obstáculos para una mayor participación de los jóvenes en la información y el asesoramiento para la juventud.

2.4.3. Expectativas con respecto al nivel europeo

Las expectativas con respecto al nivel europeo en lo que hace al refuerzo de la participación de los jóvenes en la elaboración y la difusión de la información para la juventud son limitadas. Los Estados miembros son conscientes de que la mayoría del trabajo en este ámbito debe realizarse a nivel nacional, regional y local.

No obstante, los Estados miembros y los países candidatos están de acuerdo en que el intercambio de experiencias y buenas prácticas entre los profesionales de este ámbito sería útil y podría contribuir a desarrollar nuevas ideas y enfoques sobre la manera de implicar más y mejor a los jóvenes en la información para la juventud, en particular la manera de mejorar la cooperación entre los jóvenes, las organizaciones juveniles y los servicios de información profesionales. Algunos países piensan que el programa JUVENTUD debería subvencionar tal intercambio de ideas y buenas prácticas. Ciertos países proponen que los objetivos comunes que deben definirse en el marco del método abierto de coordinación promuevan la implicación activa de los jóvenes y las organizaciones juveniles en la elaboración de material informativo, dirigido, en particular, a fomentar la participación de los jóvenes en la sociedad.

Algunos Estados miembros desean recibir apoyo para la formación de las personas que trabajan en el ámbito de la formación y el asesoramiento de los jóvenes a fin de animar a los jóvenes a participar. Este enfoque está muy presente en las medidas para establecer servicios de calidad que se han mencionado anteriormente.

Otros Estados miembros tienen un enfoque más jurídico y proponen que se garantice, a escala europea, la participación de los jóvenes en la información para la juventud, ayudándoles a colaborar en la elaboración y difusión de tal información. De este modo, la participación de los jóvenes en la información y el asesoramiento que les concierne sería un derecho y podría incluirse en la Carta ERYICA sobre la información para los jóvenes.

Muchos Estados miembros piden que se refuerce la cooperación con el Foro Europeo de la Juventud. Este Foro debería participar en las estrategias de tratamiento y difusión de la información a nivel europeo y seguir participando en la creación y la actualización del portal europeo de la juventud.

Un pequeño número de países desea recibir apoyo para medidas de información, educación y formación de los jóvenes a nivel nacional, regional y local que permitan a los propios jóvenes producir información sobre Europa y difundirla en su entorno.

De manera más general, algunos Estados miembros consideran que los jóvenes y las organizaciones juveniles deberían participar más activamente en la difusión de información sobre las cuestiones europeas de mañana y la creación de la identidad europea.

2.4.4. Buenas prácticas

Con respecto a la participación de los jóvenes en la elaboración y la difusión de información para la juventud, sólo ha podido identificarse un pequeño número de buenas prácticas. Su objetivo es que los jóvenes participen más activamente, dando su opinión sobre los servicios de información y asesoramiento existentes y difundiendo la información entre otros jóvenes.

Muchas buenas prácticas tienen lugar a nivel local, por ejemplo en centros de información para jóvenes, y algunas son bastante innovadoras. No se identificó ninguna buena práctica en materia de participación de los jóvenes en el proceso de elaboración de la política de información para la juventud.

Los ejemplos siguientes ilustran algunas buenas prácticas mencionadas:

* Cada año, el Centro de Información para Jóvenes (CIPAJ) de Zaragoza (España) selecciona 52 jóvenes, de edades comprendidas entre los 16 y los 26 años, en un concurso que se celebra cada año para ser corresponsal del CIPAJ en uno de los minipuntos de información (Antenas Informativas) instalados en facultades universitarias, institutos de secundaria y casas de juventud. Esta acción permite a los jóvenes participar directamente en la elaboración y la difusión de información para jóvenes.

* El centro de información para los jóvenes «Nappi» de la ciudad de Oulu, en Finlandia, ha desarrollado un servicio de información interactivo en Internet, denominado «NettiNappi», que ofrece a los jóvenes una amplia gama de temas y servicios. Contiene un tablón de anuncios en el que los jóvenes pueden intercambiar información y publicar anuncios (compraventa), un foro para los jóvenes, donde pueden introducir su propia información, y servicios de información y asesoramiento en varias lenguas para que, por ejemplo, los inmigrantes puedan recibir sus propias páginas de servicios en Internet. NettiNappi será perfeccionado por los jóvenes en función de sus necesidades. Dos grupos de jóvenes, de 14 a 24 años de edad, probarán NettiNappi para asegurarse de que les resulta práctico. Los grupos darán su opinión a los organizadores de NettiNappi. Estos tendrán en cuenta las opiniones formuladas y efectuarán los cambios necesarios.

* En el JIP (punto de información para los jóvenes) de Rijnwaarden, en los Países Bajos, los jóvenes participan en la información para la juventud de manera bastante innovadora. Se familiarizan con un tema de este ámbito de manera moderna organizando sus propios debates radiofónicos o televisivos sobre temas diversos. Los jóvenes presentan ellos mismos estos debates y reciben asistencia si lo solicitan.

* El proyecto «U What?» es una iniciativa de Children's Rights Alliance for England (Alianza de Inglaterra por los derechos de los niños) que se puso en marcha en 2002. Es un buen ejemplo de cómo puede ayudarse a los jóvenes a participar en la toma de decisión a nivel gubernamental, en particular vertiendo en un inglés corriente las consultas gubernamentales y los documentos políticos para que los jóvenes puedan comprenderlos. El proyecto está dirigido por un grupo de jóvenes, de 12 a 18 años de edad, que participan activamente en todas las decisiones relativas al proyecto, incluido el reclutamiento de personal (jefes de proyecto). Además de estar en contacto con muchas ONG para recibir información y asesoramiento, se consulta a los ministerios gubernamentales para asegurarse de que las «traducciones» son fieles a los originales. De manera más general, el proyecto ofrece también asesoramiento a los jóvenes sobre cómo participar en las actividades y campañas políticas. El grupo de jóvenes está preparando un boletín de información electrónico dirigido a los jóvenes y tiene un sitio Internet.

3. Consulta a los jóvenes con vistas a las respuestas a los cuestionarios

Los Estados miembros utilizaron distintos tipos de consulta a los jóvenes para preparar sus respuestas a los cuestionarios sobre la participación y la información en el ámbito de la juventud.

En algunos casos, las consultas se hicieron de manera formal enviando los cuestionarios a diversos organismos representativos de la juventud (Consejo nacional de juventud, Consejo regional de la juventud, Parlamento de jóvenes, etc.).

En otros, las autoridades responsables del ámbito de la juventud crearon organismos consultivos específicos a nivel nacional integrados, entre otros, por representantes de organizaciones juveniles y jóvenes no miembros de una organización.

Por último, en algunos casos se organizaron, con motivo de la consulta, manifestaciones específicas, como conferencias, seminarios, foros de debate, etc., que reunieron a representantes de diferentes organizaciones juveniles y jóvenes no miembros de una organización.

A menudo, se crearon sitios Internet para informar en la medida de lo posible a los jóvenes sobre el Libro Blanco y su seguimiento, e invitar a los jóvenes, en particular a los no integrados en una organización, a expresar su opinión sobre los cuestionarios relativos a la participación y la información.

La consulta no se realizó solamente entre los jóvenes, sino que, en muchos casos, participaron también en ella ministerios relacionados con el ámbito de la juventud, los organismos administrativos regionales y locales responsables de este ámbito, investigadores, expertos sobre el terreno y otros organismos que trabajan en el ámbito de la juventud (centros de juventud, municipios, servicios de juventud, agencias nacionales del programa JUVENTUD, etc.).

4. Cooperación a nivel europeo

El método abierto de coordinación prevé la definición y el seguimiento de objetivos comunes. A tal efecto, en los cuestionarios de la Comisión se pedía a los Estados miembros y los países candidatos que señalaran cuáles eran sus expectativas y qué tipo de objetivos comunes consideraban oportunos.

Las respuestas a los cuestionarios dan una idea de las expectativas comunes de los Estados miembros y algunos países candidatos. Tales expectativas, que se basan en los análisis de la situación del propio país, se plasman en propuestas de objetivos comunes, que reflejan el deseo de los Estados miembros y los países candidatos de intensificar realmente la cooperación a nivel europeo de una manera concreta.

En general, aunque a veces se expresan de manera diferente, los objetivos comunes propuestos por los países consultados se centran sobre todo en determinados temas que se han utilizado para estructurar el presente documento analítico.

Con respecto a la participación, las prioridades propuestas son la mejora de la participación de los jóvenes en la vida de su comunidad, los mecanismos de la democracia representativa y el entorno educativo.

En cuanto a la información, se hace hincapié en el acceso de los jóvenes a la información, la mejora de la calidad de la información y la participación de los jóvenes en la elaboración y la difusión de la información.

Aunque las propuestas son muy homogéneas respecto a su contenido, lo son mucho menos en cuanto a la forma. Lo que las diferencia es sobre todo el grado de detalle de la presentación. Aunque ciertos Estados miembros proponen algunos objetivos generales o, en cambio, objetivos muy específicos, otros presentan un sistema de objetivos generales y subobjetivos muy específicos que, en algunos casos, recomienda incluso medidas políticas concretas. A veces, se propone un calendario para el seguimiento de la aplicación de los objetivos.

La Comisión ha basado su propuesta de objetivos comunes, que son el resultado de las respuestas a los cuestionarios y de este informe de análisis de las mismas, en todas las contribuciones recibidas y ha intentado mantener un equilibrio entre las diferentes expectativas de los países consultados.